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1

Debo todas las referencias que hago en el texto al romancero de esta ciudad o la generosidad de D. Juan Martínez Ruiz, autor de un valioso estudio sobre La lengua y la literatura de los sefarditas de Alcazarquivir (tesis doctoral), riquísimo en materiales.

 

2

El origen del romance lo trató Menéndez Pelayo, Antología de poetas líricos, X, pgs. 41 y ss. No hacemos uso del valioso de W. J. Entwistle, El conde Sol o la boda estorbada, RFE, XXXIII, pgs. 251-264, porque trata sólo de cuestiones genéticas.

 

3

De las dos variantes de Larache, sólo la A tiene los versos; la B carece de ellos.

 

4

La variante A (Orán) que Bénichou publica (Romancero judeo-español de Marruecos, RFH, VI, pgs. 57-58) altera, en busca de lógica, este verso (Eyos en el dulce sueño, / el huen rey que habia venido, 37-38).

 

5

Empleo las designaciones de variante o versión indistintamente, a pesar de la clara diferenciación que estableció Menéndez Pidal: «llamaré versión a la redacción completa o fragmentaria de un romance tomada en conjunto y en cuanto difiera de las demás redacciones totales del mismo; llamaré variante a cada uno de los pormenores de que se compone una versión, en cuanto ese pormenor difiere de los análogos contenidos en las demás versiones» (RFE, VII, p. 311). En mi estudio, la designación indistinta no conduce a error.

 

6

Así en la versión B de Tetuán (vid. p. 136) y con variantes de poca monta en Orán (A y B) y Alcazarquivir. No se recoge en Larache (A y B).

 

7

En las pgs. 236-243 se recogen rasgos comunes a las dos versiones; lógicamente, son poco diferenciadores. Las dudas del rey acaso acerquen mi versión a otras leonesas, pero no conozco elementos suficientes. Menéndez Pidal se limita a decir que «así [como en La Seca (León)] casi todas las versiones modernas» (p. 237).

 

8

No sé si tratará de un simple olvido de esta variante. La conformidad de todas las otras así lo hace sospechar.

Los tradicionales «zapatito de seda» (Menéndez Pidal, p. 237; Larache A y B) son sustituidos por otros de lona (Tetuán A y B) o de lana (Alcazarquivir). Creo es una manifestación de innegable modernidad irradiada desde Tetuán.

 

9

Vid. Rodríguez Castellanos y A. Palacio, El habla de Cabra, RDTP, IV, pgs. 397-404, y D. Alonso, A. Zamora y M. J. Canellada, Vocales andaluzas, NRFH, IV, pgs. 209-230.

 

10

En Alcázar y Larache se oye la forma del singular; creo que habrá que referirlas al plural interno andaluz.

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