Torres García, redivivo

Ricardo Gullón

¡Qué simpática figura la de este noble artista hispanoamericano, Joaquín Torres García, tan ligado en tiempo lejano al movimiento artístico español! Desde su muerte, en agosto de 1949, la importancia atribuida a su labor no ha cesado de crecer. La exposición de sus obras celebrada en el Instituto de arte moderno de Buenos Aires, en 1951, y la monografía editada entonces, con textos de Guillermo de Torre y Álvaro Fernández Suárez, le abrieron al desmemoriado público nuevas vías de penetración hacia un esfuerzo del que las gentes de estirpe ibérica pueden sentirse orgullosas. Ahora, la Facultad de Humanidades y Ciencias de Montevideo dedica un número entero de su Revista (más de doscientas cincuenta páginas) a publicar las conferencias que el incansable maestro dictara en la Universidad uruguaya durante los cursos de 1948 y 1949.

Fue Torres García, tanto como pintor, teórico y propagandista del arte nuevo, al que dedicó su vida y su pasión inteligente. En Madrid, Barcelona y París luchó valientemente contra el estancamiento y la parálisis del arte, y es lamentable que Michel Seuphor, al escribir la crónica del arte abstracto, haya olvidado, como señala Guillermo de Torre, la aportación y el nombre de quien organizara en París (1930) la primera exposición internacional de este tipo de obras. Las lecciones recién publicadas en Montevideo tratan de La recuperación del objeto y son un documento sugestivo, lleno de ideas, de pormenores interesantes, a la vez historia, doctrina y profecía.