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ArribaAbajo- 150 -


Recordando a Shakespeare


ArribaAbajo   Como un tímido actor, cuando en escena,
su papel a decir, por miedo olvida
o tal como el colérico sin brida
humilla el corazón que desenfrena.

   Olvido las palabras que me ordena  5
decir el buen amor que me da vida
y sufro por mi culpa la embestida
del peso del amor que me enajena.

   Dejar para mis versos la elocuencia
de los mudos heraldos de mi pecho,  10
que imploran al amor y su conjuro

   más que a todas las luces de la ciencia.
Y aprende lo que Amor dice en el lecho:
Oír con la mirada es amor puro.




ArribaAbajo- 151 -


Más de una vez...


ArribaAbajo   Más de una ves he visto el nacimiento
de la luz por las altas cordilleras,
sobredorar la paz de las praderas
y el agua de los ríos con su aliento.,

   y a las nubes cubrir en un momento  5
el rostro celestial, cual plañideras,
que acompañan al Sol como banderas
a su ocaso con gesto descontento.

   Efímero es el sol que me ilumina
dando luz y laureles a mi frente,  10
pues apenas me toma, me abandona,

   nublando mis sentidos la rutina.
Sin embargo, el Sol, ama mi mente
y si pierdo la Musa me perdona.




ArribaAbajo- 152 -


Traduciendo a Shakespeare


ArribaAbajo   Fui precavido al irme de viaje
guardando bajo llave mi tesoro,
con el celo que guarda el hombre moro
a su amor en la torre de homenaje.

   Pero, tú, cuando apenas me distraje  5
olvidaste quien era el bien que adoro
y te diste sin pena y sin decoro
al ladrón que gozó con tu hospedaje.

   No he sabido guardarte con mil llaves,
pues tu claustro mi corazón guardaba  10
y en libertad vivías en mi hacienda

   como viven los sueño y las aves.
Mas te robó mi amor, el que celaba,
por amistad la luz de mi vivienda.




ArribaAbajo- 153 -


Para dar más sabor...


ArribaAbajo   Para dar más sabor a nuestra gana
damos al paladar mezcla picante.
Por prevenir el mal más acuciante
nos tomamos la purga o la tisana.

   Por tener tu dulzura más temprana  5
simulo una salud siempre doliente
y en tus besos encuentro el dulce ambiente
que me vuelve a enfermar cada mañana.

   Esta forma de amar y estar fingiendo,
los males que no existen, me dio en cama,  10
por pensar en tener más tus favores

   y curar con mi mal el bien que entiendo.
Mas el jugar con fuego acaba en drama.
El que enferma de ti, muere de amores.




ArribaAbajo- 154 -


Cuántas veces en el umbral...


ArribaAbajo   Cuántas veces en el umbral del día
siento que pertenezco al firmamento,
al conjunto de toda su armonía
cual semilla de luz y sentimiento

   Que soy, como la estrella, siempre guía,  5
de una nueva ilusión, de un nacimiento,
o lucero del alba que rocía
la sangre de mi tierra en el sarmiento.

   Y que no soy cautivo de este infierno
que contamina el aire que respiro  10
y la belleza vela en mis retinas.

   Mientras me diga el viento, que es eterno,
todo el amor que cabe en un suspiro
de un corazón latiendo entre las ruinas.




ArribaAbajo- 155 -


Ya no es mi corazón...


ArribaAbajo   Ya no es mi corazón, aquel que un día,
por la orilla de un río castellano,
era doble timón y doble guía
de una ilusión latiendo en cada mano.

   Por entonces, a veces, me creía,  5
de un reino de ternura soberano,
y en los juegos de aquella sangre mía
por el amor, más noble y más humano.

   Fue mi tiempo de padre adolescente,
como el reto de herencia de la vida.  10
Una herencia de nuevo floreciente

   en aquellos que son como yo era,
de aquella juventud que no se olvida
cuando fue ser tu amor, la primavera.




ArribaAbajo- 156 -


Ya no puedo escribir...


ArribaAbajo   Ya no puedo escribir, ni a quien yo quiero
y me empieza a fallar la ortografía.
Cada noche es más larga y cada día
escasea la tinta en el tintero.

   Siempre tienen las cosas algún pero  5
para hacer malograr mi fantasía
o por culpa de alguna tontería
no consigo ni un verso verdadero.

   Si me pongo a pensar que soy mendigo,
en la esquina del barrio más pudiente,  10
cuando llega la noche, no me han dado

   ni siquiera un ¡con Dios! la buena gente.
Mas a pesar de todo, siempre digo,
que mi gloria es estar enamorado.




ArribaAbajo- 157 -


Tanta fama te dan...


ArribaAbajo   Tanta fama te dan de milagrosa
que nombrarte es tener una esperanza,
y que curas, allí donde no alcanza
ni la ciencia ni el aura de la rosa.

   Tienes algo que ver con esa diosa  5
que poniendo el amor en su balanza,
a los niños les daba confianza
y a los hombres su ciencia generosa.

   Yo que enfermo de amor, te padecía,
llevé mi corazón a tu presencia,  10
con la fe del que al verte está curado.

   Pero en vez de curar la pena mía,
por mirarte se agrava mi dolencia
que es el sueño de un hombre enamorado.




ArribaAbajo- 158 -


A Celia (VII)


ArribaAbajo   Bastó que viera el sol por vez primera
el parto de la rosa en su alborada,
para dejar su pena iluminada
sin que su llanto el pétalo la hiera.

   Brotaron de su tallo en primavera  5
espinas que la hicieron confiada,
al tacto de la mano enamorada
y al duro temporal que hace que muera.

   Prendidos en la gracia de su albura
los ángeles del cielo la llevaron  10
al huerto de vergeles de María.

   Así, yo me prendé de su hermosura
el día que tu cuerpo me entregaron:
un veintidós de abril, ¡bendito día!




ArribaAbajo- 159 -


Buscando el manantial...


ArribaAbajo   Buscando el manantial de la belleza
discurro entre mis vicios y mis dudas,
sin esperar del cielo más ayudas
que un mendrugo de pan a mi pobreza.

   No basta en el instinto la pureza  5
ni empezar con las cosas más menudas,
ni compasión de Dios cuando saludas
al prodigio de su Naturaleza.

   Quizás al soñador le sea dado
beber en algún sueño de ambrosía,  10
que excita más la sed, cuanto más tomas.

   O es algo que no existe y que ha inventado
para explicar lo que es la Poesía,
el que nos da el amor y los idiomas.




ArribaAbajo- 160 -


No era la voz...


ArribaAbajo   No era la voz de algún sexto sentido
que avisa del peligro cuando llega,
ni la Musa cansada, vieja y fea
evocando la estela de Cupido.

   Ni resaca del ser que está bebido,  5
ni fatiga de esfuerzo por la entrega,
cuando el agua fue todo en mi bodega
y el trabajo al cerebro remitido.

    Fue, de pronto, sentir como un mareo,
que llegó sin señales de advertencia  10
provocando un estado de amargura.

   Y un dejar de vivir para el deseo,
que es la gala que da tal apariencia,
que esconde hasta la luz de la hermosura.




ArribaAbajo- 161 -


Antes de que tus padres...


ArribaAbajo   Antes de ser tus padres, gloria y cielo,
alas al sueño dieran para verse,
antes del primer beso y conocerse
en el cósmico gozo de su vuelo.

   Antes de que la Luna fuera en celo  5
rielando sobre el mar hasta perderse,
y que el rubor tratara de esconderse
tiñendo de escarlata el suave velo.

   Ya tenía de ti, el presentimiento,
del peregrino sol que llega en calma  10
a poner en mi voz la sed errante.

   Y competí por ser un sentimiento
y alcanzar la ternura de tu alma
y ser tu caballero y ser tu amante.




ArribaAbajo- 162 -


Qué esperanza le queda...


ArribaAbajo   Que esperanza le queda a la belleza
si los ojos que ven nacer el día,
no distinguen la luz ni la armonía
que perfuma un espacio de belleza.

   El guardián, que es la fiel Naturaleza,  5
la que todos los males desafía,
va buscando la mala compañía
y al tratante que busca la riqueza.

   El poeta es el último cruzado
de una causa que no tiene futuro,  10
porque la fe del hombre se termina.

   Ni la voz del soneto se ha salvado,
aunque haciendo sonetos, yo me curo,
de ver tanta belleza entre la ruina.




ArribaAbajo- 163 -


Andaba yo buscando...


ArribaAbajo   Andaba yo buscando, donde hacerme,
el rito milagroso de la siesta,
cuando noté en la sombra, ya dispuesta,
la ocasión de tener donde caerme.

   Mas sabiendo que casi nunca duerme  5
esta Musa que siempre llevo puesta,
le recordé lo mucho que molesta
si al descansar trataba de quererme.

   Tratándose de Musa y de Ondinas
el juego del placer es permanente,  10
si ven al buen amante, bien dormido.

   Y más, cuando soñando golosinas,
me puso mi deseo tan ardiente
que fui por todas ellas poseído.




ArribaAbajo- 164 -


A cambio de racimos...


ArribaAbajo   A cambio de racimos de ternura
la vida te da un grano de alegría.
A cambio del trabajo, cada día,
te da alguna visión de la belleza.

   El sabio cuando emplea la cabeza  5
aparta de su ser la fantasía
y el arte del que crea una utopía
acaba destrozando una pureza.

   Está nuestra virtud, en ser prudentes,
pues todo lo que somos es prestado  10
a cambio de entregar el alma pura.

   Que las deudas que dejes, tú pendientes,
se pagarán por alguien al contado,
que en ti, sin darte cuenta, ya madura.




ArribaAbajo- 165 -


Quizás seas un ánimo de rosa...


ArribaAbajo   Quizás seas un ánimo de rosa
errante por mi cielo de ternura,
o el hada de una historia prodigiosa
buscando el talismán de su hermosura.

   Quizás seas un néctar que reposa  5
a la orilla de un labio que madura,
o tan sólo la copa que rebosa
cuando el amor se libra de clausura.

   Pero, a veces, también, de mi alma inquieta,
surge el vuelo silente de tu nombre  10
en la cósmica paz de cada sueño.

   Donde tú me recuerdas, que un poeta,
puede nacer tu esclavo por ser hombre
y también por ser hombre, ser tu dueño.




ArribaAbajo- 166 -


Para mi hermano en las Musas, Juan José Barcia Goyanes, por su libro Canto del cisne


ArribaAbajo   Él hablaba de un sol que ya no existe.
De un sideral estar, con una ausencia.
De un encender las luces de la ciencia
para dejar su sombra de hombre triste.

   Él hablaba de un pájaro y su alpiste.  5
De un aroma de azahar y de Valencia.
De un nombre repetido en la cadencia
de un corazón que al paro se resiste.

   Él hablaba de un tiempo más dichoso,
con el verbo de un ser, con alma inquieta,  10
esperando de Dios, ya cualquier cosa.

   Él hablaba sabiendo que es hermoso
vivir y sobre todo, ser poeta:
Para cantarle al cielo de su esposa.




ArribaAbajo- 167 -


Celestial claridad...


ArribaAbajo   Celestial claridad que precedía
al orto del lucero, eternamente.
Recostado silencio en la corriente
de un río que entre sombras se perdía.

   Ribera de la mar, cuando quería,  5
besar como la espuma, dulcemente,
o lluvia derramada en el luciente
del pétalo de miel y fantasía.

   Es el ayer, el hoy y es el mañana
de todos los impulsos de ternura  10
que acercan mis caricias a su aroma.

   Alféizar del rocío en mi ventana,
celando con su amor, la blanca albura,
de un verso que soñando, el alma asoma.




ArribaAbajo- 168 -


A veces va de caza la tristeza...


ArribaAbajo   A veces va de caza la tristeza
y escoge sin querer a un inocente.
Lo nombra, lo separa de la gente
y apunta al corazón o a la cabeza.

   No hay galeno que sepa con certeza  5
la miseria que causa en el paciente,
esta melancolía de la mente
que nos niega la vida y la belleza.

   Enfermo de este mal, buqué consuelo,
en el sueño de amor de una quimera,  10
que como tú, se apiada de mi herida.

   Y al verme tan feliz, con tanto cielo,
le dijo la tristeza a un alma en pena:
«Herir a un soñador, es darle vida.»




ArribaAbajo- 169 -


En un mundo de...


ArribaAbajo   En un mundo de cánceres y sidas
sin vacunas en este siglo veinte,
que remedie los males de esta gente
por capricho del sino envejecidas.

   Bajo un cielo de locos y suicidas  5
donde está tan mal visto ser creyente
y la droga es el único aliciente
que alimenta las rutas de sus vidas.

   En un tiempo de culto a la apariencia,
a saberse mejor que los vecinos  10
y adorar solamente la peseta.

   Siempre existe quien tiene la paciencia,
de poner una música a unos trinos,
de un ruiseñor que quiere ser poeta.




ArribaAbajo- 170 -


Autoepitafio sobre la tumba de William Shakespeare


   «Good friend, for Jesus sake forbeare,
to digg the dust encloased heare;
blest be the man that spares thes stone
and curst be he that moves my bones.»



ArribaAbajo   Donde me ves, reposo, buen amigo.
No intentes por Jesús que mis cenizas
le sirvan a tu orgullo de testigo,
ni pongas por pretexto, si utilizas

   cualquiera de las piedras de mi fosa,  5
para adornar tu vanidad humana
el nombre del amor: Esta es mi fosa.
Que tu bondad me sirva de campana

   y serás bendecido, peregrino,
si en la luz que a mi lado se consume,  10
me dejas tu oración, como un perfume.

   No olvides que también fue mi destino
ser poeta, y de la mano generosa
¡bendigo! hasta el olvido de una rosa.




ArribaAbajo- 171 -


A F. G. L. en el 40 aniversario de su muerte


ArribaAbajo   Herida fue la rosa amamantada
para soñar altares de María.
Herida fue la bóveda estrellada
por los ojos que vieron tu agonía.

   Herida fue la Luna enamorada  5
del último clavel de Andalucía.
Y herida fue la espiga consagrada
por el alba sangrante de aquel día.

   Enterraron contigo, compañero,
el vuelo de un azor aventurero.  10
Pero nunca las rojas amapolas

   que sembraron los jóvenes poetas,
dejarán de buscar entre las grietas
la Musa de las fuentes españolas.




ArribaAbajo- 172 -


Perdí por ser tu amante...


ArribaAbajo   Perdí por ser tu amante temporero
mi corazón cargado de belleza
y en su lugar me queda la tristeza
de que perdí por ti mi amor primero.

   Perdí mi blanca vela y el velero  5
que se dejó en tu seno mi pureza
y me lleno de sueños la cabeza
con tu capricho loco y pasajero.

   Tanto perdí, que puede que ya viva
sin conocer el rumbo de la nave  10
donde mi joven alma va cautiva.

   Nada gané, lo juro, y Dios lo sabe,
y aunque me duele verte a la deriva
te niego de mi casa: teja y llave.




ArribaAbajo- 173 -


Hoy tengo que escribir...


ArribaAbajo   Hoy tengo que escribir en mi diario:
«Que nunca falte un surco de labranza,
para sembrar un poco de esperanza
donde sea el amor más necesario.»

   Hoy tengo un corazón tan solitario,  5
tan lleno de la hiel y de la lanza,
que no busca por odio la venganza
por no ser ya de nada propietario.

   No importa donde está y como se llama,
porque si doy sus señas he perdido,  10
mi corazón, también, en este drama.

   Si queréis le ponéis el apellido
y colmaréis de gloria vuestra fama:
que yo con despertaros, he cumplido.




ArribaAbajo- 174 -


A mis nietos


ArribaAbajo   Conoceréis los números contando
las estrellas que tiene el firmamento
y las primeras letras en un cuento
que aún me gusta leer de vez en cuando.

   Aprenderéis quién sois, multiplicando,  5
por uno lo que deis sin desaliento,
que recibir es siempre un sentimiento
que no tiene totales ni sumandos.

   Y una mañana clara, la figura
de una mujer en plena adolescencia,  10
os dejará por siempre el alma inquieta.

   Y aprenderéis que toda la ternura
de vuestro corazón, está en la herencia,
que yo ya recibí de otro poeta.




ArribaAbajo- 175 -


Se busca por la calle...


ArribaAbajo   Se busca por la calle, algún testigo,
que haya visto pasar, recientemente,
un hombre, que parece estar demente
cuando dice que Cristo era su amigo.

   Ni parece un señor, ni es un mendigo,  5
ni es un hombre de bien, ni un delincuente,
ni sabio en el hablar, ni irreverente,
cuando dice que Dios es su enemigo.

   Se perfuma de amor por los jardines,
donde la infancia llena con sus gritos  10
el paso de este ser extraordinario.

   No se conoce cuales son sus fines,
ni los cargos que tengan sus delitos
¡pero molesta tanto al vecindario!




ArribaAbajo- 176 -


Costaba mil pecados...


ArribaAbajo   Costaba mil pecados ser humano
y sin embargo, Dios, lo consentía
o quizás solamente se aburría
de explicar como ser un buen cristiano.

   Era como llevar al Diablo de la mano  5
y presentarle al alma cada día,
mientras el mundo entero sonreía
esperando la voz del Vaticano.

   Y donde el hambre existe y se alimenta,
tan mal, que en cuanto puede se jubila,  10
ni existen religiones ni esperanza.

   Ni hay que esperar que pase la tormenta
y que quede la tarde más tranquila
donde la fe del hombre mal alcanza.




ArribaAbajo- 177 -


A veces el poeta...


ArribaAbajo   A veces el poeta tiene el día
y arranca de su Musa tanta gloria,
que desde entonces sirve como guía
a los genios que escriben nuestra historia.

   Son recuerdos que están en la memoria  5
del que vive creando poesía,
la belleza que siempre es compañía
que produce un estado de victoria.

   No hay espacio más grande de nobleza,
que aquel del corazón que se da al llanto,  10
ni lágrima que no alcance en mi canto

   la rosa de tu amor: Naturaleza.
Déjame ser quien soy hasta que muera
mientras pueda cantar tu primavera.




ArribaAbajo- 178 -


Si pudiera explicar...


ArribaAbajo   Si pudiera explicar lo que yo siento
cuando miro la cara de mis nietos,
como he sido capaz de hacer sonetos
que después se los fue llevando el viento.

   Si pudiera dar forma al sentimiento  5
y crear al David de mis secretos,
sin tener que pasar estos aprietos
que me dejan sin luz y sin aliento.

   Yo sería un poeta tan famoso
como son esos ídolos creados,  10
para droga de pueblos soñadores.

   Y aunque a veces, parezca estar celoso,
de que no tengan luz mis pareados,
mi gloria está en sentir estos amores.




ArribaAbajo- 179 -


No de la vil palabra...


ArribaAbajo   No de la vil palabra que envilece
he de tomar prestado un juramento,
que cuando ofendo, digo lo que siento,
y la palabra siempre me obedece.

   Mas si el amigo gloria se merece  5
no ha de poner, la envidia, en mí su aliento,
ni me presto a dejar que lleve el viento
el recuerdo de lo que bien parece.

   Tengo mi corazón en la cabeza,
cuando tengo que dar algún consejo.  10
Y cuando miro, torno la belleza,

   en las galas que cubren mi pellejo.
Como veis, con la fiel Naturaleza,
me distraigo y me voy haciendo viejo.




ArribaAbajo- 180 -


Mientras existan fábricas...


ArribaAbajo   Mientras existan fábricas de muerte,
el Norte será siempre quien decida
lo que ha de ser el Sur. Así es la vida
del pobre miserable contra el fuerte.

   Mientras el Norte goza y se divierte  5
y entierra con sus sobras lo que olvida,
el Sur, tan lentamente se suicida,
que nadie se da cuenta de su suerte.

   Todo es tan natural para este mundo,
que hasta los sabios suben a este carro  10
y admiran más a un rico que a mil pobres.

   Yo, no sé en que basarme, ni en que fundo,
darle a mi corazón este guijarro
y a mi labio sabores tan salobres.




ArribaAbajo- 181 -


A Juan Gil-Albert (III)


ArribaAbajo   No pudo ser un libro quien quebrara,
-según dicen las crónicas del día-
tu cadera con tanta cobardía
que hasta el libro asombrado se callara.

   Quién lo escribió, sin duda, no repara  5
en el amor que fue tu compañía,
cuando quedó tu vida tan vacía
que se olvidó el silencio de tu cara.

   Y me otorgó le valor de la defensa,
del maestro vencido por la vida,  10
que siempre fue el rival sincero y franco.

   Mientras sea tu voz mi recompensa,
no existe ley alguna que me impida,
decir que en tu desgracia, no hay un manco.




ArribaAbajo- 182 -


Cuando mi corazón...


ArribaAbajo   Cuando mi corazón quede silente,
algún familiar mío, sin motivo,
abrirá estos cuadernos donde escribo
el amor que he sentido por mi gente.

   ¿Quién de los que son agua de mi fuente  5
pensará en qué, «se vende por derribo»,
y quién pondrá en el huerto que cultivo,
la frescura de un ser adolescente?

   Que me venga la gloria que merezca
de los ojos que no verán mis ojos,  10
es la forma que más me satisface.

   Que quizás al mañana pertenezca,
tantos atardeceres, siempre rojos,
como la voz azul que de ti nace.




ArribaAbajo- 183 -


Yo la llevé de niño...


ArribaAbajo   Yo la llevé de niño entre mis manos
como se lleva un lirio o una paloma.
Fue mi primer amor y ese diploma
de los años de escuela más tempranos.

   Ella, pequeña Eva entre manzanos,  5
me regaló el perfume de su aroma
y entre miradas, rosas del idioma
que habla de amor en labios castellanos.

   Pero el primer amor, son dos rubores,
dos pétalos tan leves, que marchitan,  10
en el cáliz que guarda su belleza.

   Y al pretender, un día, de mayores,
volver a que los sueños se repitan,
nos despertamos llenos de tristeza.




ArribaAbajo- 184 -


Cuando veo marchitas...


ArribaAbajo   Cuando veo marchitas tantas flores
que me dieron la vida con su aroma,
al gavilán, vestirse de paloma
y el olvido de tantos soñadores.

   Cuando cierran los ojos los rectores  5
y la torre más alta se desploma
o se pierde la gloria del idioma
en los labios de tantos violadores.

   Me pregunto si todas estas cosas
han de tener remedio una mañana,  10
porque el viento renuncie a la veleta.

   O de nuevo las mentes caprichosas
abrirán cada día su ventana,
para imponerle a Dios su nueva dieta.




ArribaAbajo- 185 -


Me exiges aprender...


ArribaAbajo   Me exiges aprender Ortografía
y dedicarme en verso a ser vasallo
de todas las putadas que me callo
por no darte otro nombre: Poesía.

   Produces sólo al ser Melancolía  5
y estar de madrugada como el gallo;
tocando la diana, sin un fallo,
que ofenda la virtud de tu Armonía.

   Uno ha de ser perfecto, para nada.
Y si quieres pregunta a tus poetas:  10
¿Cuántas comodidades da esta ciencia?

   Que vivir una vida apasionada,
es vivir otras vidas más completas
y despertar de nuevo en la indigencia.




ArribaAbajo- 186 -


A Valencia...


ArribaAbajo   Di con mi cuerpo y alma en esta tierra,
de azahares y luces primerizas,
cuándo tú, a tu conciencia tranquilizas,
sabiendo que el que escoge es el que yerra.

   Mas si el destino quiere te destierra  5
sin importarle nada si utilizas,
para encontrar tu sino las cenizas
de una esperanza y puerta que se cierra.

   Algo de caracol, tiene mi vida.
De ciudad en ciudad, de cielo en cielo,  10
siempre buscando aquello que es mi meta.

   Hoy, con el ancla echada, está servida,
esta búsqueda errante, de un buen suelo,
donde poder vivir y ser poeta.




ArribaAbajo- 187 -


Nuestro paraíso...


ArribaAbajo   No me pidas, Señor, más procesiones,
más rosarios en nombre de María,
ni que tenga mi alma cada día
que purgarse con nuevas confesiones.

   Se acabaron tus largas vacaciones  5
con la excusa de tanta Eucaristía;
que mañana comienzo a ser tu guía
y hay que darle a este mundo soluciones.

   Con tu Voz hay que dar fin a la guerra
y con tu Amor dar pan a los hambrientos...  10
¡y tienes que ser duro si es preciso!

   Que se enteren los hombres que en la Tierra,
van a soplar mañana nuevos vientos
y que la Vida es nuestro Paraíso.




ArribaAbajo- 188 -


A mis libros...


ArribaAbajo   ¿Qué será de vosotros cuando muera?
¿Cuál será vuestro fin o vuestra gloria?
El juguete de un niño sin memoria
puede acabar flotando en la Albufera.

   Fuisteis mi religión de cabecera.  5
Una paz sin derrota ni victoria.
Fue teneros la cosa más notoria
que me pudo dejar la Primavera.

   ¿Qué será de vosotros? ¡Ya qué importa!
Si dormís en cajones precintados  10
o entre llamas dejáis de ser leídos.

   Nuestra vida fue grande, pero corta,
y quizás en el cielo son primados
los que al Amor le dan nuevos sonidos.




ArribaAbajo- 189 -


El Cabo San Antonio (Jávea)


ArribaAbajo   Como un león dormido en la marea
que llega desde Argel adormecida,
el Cabo San Antonio, es la guarida,
del alto mediodía en que sestea.

   En sus fauces el viento gimotea  5
el golpe de la luz sobrecogida,
cuando el alba, alborea con la vida
y la vida en su lomo serpentea.

   Quiero en tu piel eterna de coloso,
con mis propias cenizas, ser vigía,  10
que comparta contigo tus secretos.

   Que no hay Dios que haya sido más hermoso,
como aquel que te dio la luz del día
y a mí la oscuridad de mis sonetos.




ArribaAbajo- 190 -


La hoja de papel


ArribaAbajo   Le faltaba a su albura la palabra
y a su espacio los signos de ternura,
y, al que escribe subir la calentura
de la idea más dulce o más macabra.

   Para vivir, no quiere que le abra,  5
las puertas de la fama la fortuna.
Ni que le den las penas, una a una,
y sentir el dolor que muerde y labra.

   Su blancura denota la sorpresa
y el combate con la acerada pluma,  10
que rasga sus entrañas, implacable.

   Ni es la idea del mal quien atraviesa,
tu levedad ingrávida de espuma.
Sino la voz del hombre miserable.




ArribaAbajo- 191 -


Del silencio del mar...


ArribaAbajo   Del silencio del mar y ecos del viento,
quiero inventarte en verso, cada día,
y en cada verso darte la ambrosía
de que de ti estaré siempre sediento.

   Dibujarte con luz del sentimiento  5
la que oscurece el fiel del mediodía.
La que te rinde, siempre, pleitesía
sin esperar la hora ni el momento.

   Quiero en cada segundo aprisionarte
y envolverte en la piel de mi secreto  10
y volver a sentirte y a mirarte

   y endulzarte con un nuevo alfabeto.
Que con rimas del alma, pienso darte:
Cada catorce días un soneto.




ArribaAbajo- 192 -


No sé en qué redes tuyas...


ArribaAbajo   No sé en qué redes tuyas de ternura
me dejé capturar tan tontamente.
Quizás pensé que fueras diferente
hechizado en tu mágica clausura.

   Pero poquito a poco, con dulzura,  5
fui ganando tus labios suavemente,
hasta lograr que un día, de repente,
me ofrecieras el «sí» de tu hermosura.

   Orgulloso pensé que mi conquista
era digna de ser bien bendecida,  10
y te llevé a mi casa, en mala hora...

   Porque puede que yo solo resista,
este vivir partiéndome la vida:
Enfrentando a mis prisas tu demora.




ArribaAbajo- 193 -


Las cenizas...


ArribaAbajo   Las cenizas no tienen cervicales,
ni padecen las úlceras dichosas
ni contienen alergias fastidiosas,
ni los golpes las hacen cardenales.

   Las cenizas son leves celestiales,  5
con la forma de alegres mariposas,
que ni quieren saber ni son curiosas
porque dejen de ser como animales.

   Unas veces posadas en el suelo,
atrás dándole a un pétalo consuelo  10
o las más de las veces fluctuando.

   De este modo ya pienso y no me asusto,
que si reparo en todo, es lo más justo,
que es bueno ser ceniza y lo demando.




ArribaAbajo- 194 -


Soneto a Lourdes en el día de su boda con Juanjo


ArribaAbajo   Darle la luz del sol, es ofenderla.
Darle luz de la luna, minorarla.
Basta con presentirla, sin mirarla,
para saber que es cielo de una perla.

   Es una ardiente llama, y encenderla,  5
es cegado quedarse al provocarla;
y darle al tacto, todo, con tocarla,
y toda la armonía concederla.

   ¿En qué florida aurora está pensando
que el alba se demora y se retrasa?  10
¿A qué húmedo relente, enamorado,

   esperas en tus pétalos soñando?
Que está mi corazón, como una brasa,
y un soneto de amor le has provocado.




ArribaAbajo- 195 -


Me estaba pareciendo...


ArribaAbajo   Me estaba pareciendo un desatino
este escribir en verso casi todo,
y me hartaba la rima; de algún modo,
fue comulgar con ruedas de molino.

   ¿Acaso me obligaba mi destino  5
a dar todo rimado; y sobre todo
a estar de luz a luz, codo con codo,
buscando al ruiseñor un nuevo trino?

   En estas santas dudas me encontraba,
buscando una razón, una salida,  10
hacia la libertad del ser humano.

   Y la Musa que dice que es mi esclava,
me recordó, que nada es quien olvida,
la gloria de escribir en castellano.




ArribaAbajo- 196 -


Monumento a la morcilla


ArribaAbajo   Pedían los rebeldes de Castilla
bajo el mejor balcón de autoridades
-para ensalzar el don de sus ciudades-
el monumento en bronce a la Morcilla.

   ¿De arroz o de cebolla? Preguntaron  5
desde el levante azul los arroceros.
¿De cebolla o de arroz? Los cebolleros,
el dilema al gran síndico llevaron.

   Y como siempre todo lo arreglamos,
con propuestas, con pactos y convenios;  10
llegó la petición hasta el Senado,

   en tales condiciones, que los genios,
clamaron al olerla: ¡la cagamos!
y fuese la Morcilla al escusado.




ArribaAbajo- 197 -


A mi hermana Cheles


ArribaAbajo   Estaba en el jardín deshabitado
como una rosa más que en él florece
y al verla entre las flores, bien merece,
ser más alta que el sol que inunda el prado.

   De pronto, algún recuerdo, se ha enredado,  5
en un poco de luz cuando anochece,
y todo lo que piensa se enriquece
estando cada estrella a su cuidado.

   Recuerdas lo que fuiste, vagamente,
y que el amor de un Ángel te acompaña:  10
Por dulce compañera y por bonita.

   Aunque a veces soñando en el relente
de la mágica música de España,
te despiertas con Doña Francisquita.




ArribaAbajo- 198 -


Homenaje a Cela


ArribaAbajo   Porque, Cela, quizás no conocía,
la historia del cipote de Torrente,
proclamó al de Archidona, el más potente,
que soporta la humana anatomía.

   Ni medida ni peso es garantía  5
que se pueda aceptar como patente.
Pues, tiene, el torrentino, casualmente,
el doble del que va en su compañía.

   Ante tal amenaza, el de Archidona,
no comulga con tales competencias,  10
pues, competir, proclama, no es su estilo.

   Y el de Torrente, va, de mona en mona,
por no haber figurado en las sentencias,
que en verso puso un día, el buen Camilo.




ArribaAbajo- 199 -


Voy con mi corazón...


ArribaAbajo   Voy con mi corazón, por la ribera,
del sueño de una ninfa adolescente.
Nos invita a gustar en la corriente
su mirada de dulce primavera.

   Mi corazón, por mí, se desespera,  5
viendo llegar la sangre tan ardiente
y mi razón le ignora, de repente,
para ser lo que soy en mi quimera.

   Sube por mi garganta la frescura,
de las gotas que por su piel resbalan  10
como perlas de luna alabastrina.

   Y aunque siento un latir que me apresura,
mando a mi corazón, donde señalan,
los límites del sol la luz divina.

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