161
El P. Juan Mir (Hispanismo, 2, p. 54) reprueba el He dicho al fin del discurso, prefiriendo el Dije. He aquí que Rojas prefiere el «He dicho quan brevemente pude», repuesta al ¿Has dicho? (N. del E.)
162
Animal imperfecto decían nuestros clásicos que era la mujer, lo cual, así como la que aquí se dice es consecuencia de la doctrina de Aristóteles acerca de la mujer comparada con el varón, según la cual el varón en la generación es acto, idea y forma; la mujer, potencia y materia, y al formarse el nuevo ser, sale hembra cuando no alcanza a la debida proporción para que se forme varón (Generac. d. l. animales, l. I, c. 2 y 14; l. 4, c. I y 2; Metafís., I, 6). (N. del E.)
163
Ojos de alinde, ojos de aumento. Decíase espejo de alinde el de aumento que usaban las damas para alindarse el rostro, del cual verbo es postverbal derivado. Corvacho, 2, 3: El espejo de alinde para apurar el rostro, la saliva ayuna con el paño para alindar. De aquí ojos alindados en Lisandro y Roselia, 14, por hermosos, y en J. PIN., Agr., 4, 15: Adonis tan alindado. LEÓN, Cant., 4, 15: Graciosa, amable y alindada. (N. del E.)
164
Traergela he, se la traeré; ge de lie, le (CEJADOR, Leng. Cerv., I, 157). (N. del E.)
165
Celestina
nombre sugerido acaso por el Libro del esforzado caballero
D. Tristán de Leonis, como notó BONILLA en
el t. I p. 410, de su Colección de Libros de caballerías.
En el c. 52 del Don Tristán: «Dize la historia que
quando Lançarote fue partido de la doncella, ella
se aparejó con mucha gente y fuese con ella su tía
Celestina.
» COVARRUBIAS (Tesor., 1674, p. 184) dice que se
dijo «quasi scelestina a scelere, por ser malvada, alcahueta
embustidora
». Lenas, como ella, se hallan en el teatro de
Plauto: Cleereta en la Asinaria, Seafa en la Mostellaria
y otra en la Cistellaria (I, 1). La Celestina es hija de
la Trotaconventos de Juan Ruiz. Probablemente Rojas no conoció
el Pamphilus. De Hita tomó también el de Talavera
su alcahueta (2, 13). El vocablo trotaconventos hállase
en las tres obras, y el de paviota, como calificativo suyo
en Hita, pasó al Corvacho, el cual se imprimió
en 1495 y se escribió en 1438. (N. del E.)
166
Virgos. CORR., 20: A virgo perdido nunca le falta marido. Ídem, 359: Como el virgo de Justilla, que se perdió entre las pajas. Con sirgo o seda solían coserlo cuando se deshacía. (N. del E.)
167
Venir en, alcanzar, del venir a parar. GUEV., Ep., 34: Ha venido la cosa en que las cecinas que para los reyes en otro tiempo se buscaban, con ella agora los rústicos se ahítan. (N. del E.)
168
Pídele albricias porque llega su amante. Habla eclíptica y viva, que pinta de una pincelada el carácter de la vieja. (N. del E.)
169
Ce, para llamar a otro ce-ceándole; pero hase de pronunciar con la c antigua, siseada (CEJADOR, Tesor. Silbant., 51). Aquí sirve para indicarle a Celestina que no grite, no la oiga Crito, y por eso manda ella a Elicia que le meta en la camarilla y le diga que el que viene es el primo de la moza, por que no se soliviante. El silbido lo mismo sirve para llamar como para hacer callar y para desechar, pues propiamente indica llamarle la atención a uno. (N. del E.)
170
Crito, nombre en el Andria, Heautontimorumenos y Phormio, de Terencio. (N. del E.)