¿Qué ha de ser? ¡Desdichas mías!
Y porque absorto y suspenso
informarme de qué tierra
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es esta, cómo el desierto
y quién es quien vive en ellos,
te he de salir al encuentro,
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el campo a mis sentimientos.
Ya sabes que el Rey, mi padre,
prudente, advertido y
cuerdo,
trató casarme en Egnido
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de Deydamia, infanta suya;
mas, ¿para qué
lo refiero,
quien
vino a traer los
2 medios?
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Escribiste pues, que estaban
de la beldad de Deydamia,
Yo atento, no sé si diga
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que es gran príncipe
de amor,
estar uno a amar dispuesto.
Pedí licencia
a mi padre,
para venir a su reino,
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liberal me la dio, haciendo
En un bajel pues,
que pudo
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ser mejor que el de Argos mesmo,
de estrellas y de luceros,
ufano, alegre y contento,
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triste, confuso y suspenso;
de la fortuna, aunque veo
sus sañas; de mí me quejo,
de quien imprudente y necio,
sin mandar al viento, fía
sus esperanzas del
viento.
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me favoreció
algún tiempo,
mas, ¿qué bien fundado en
aire,
Al lobreguecer la noche
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de ayer, algo más violento,
empezó
a inquietar las ondas,
contra mí, mas contra el cielo,
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pues
en odio de sus luces,
gigante de agua soberbio,
se
rozó con las estrellas,
montes sobre montes puestos.
Tal vez puede mis desdichas
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las dos distancias midiendo
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Ya el rumbo pierde
el piloto,
y el timonel pierde el tiento,
y en no entendidas
faenas,
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por mandar más obran menos.
era el bajel, cuyo estruendo
más que aliviaba, ¡oh qué
cierto
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es, que donde todos mandan,
nadie obedece,
y que el riesgo
la necesidad
los puestos!
Cruje el pino atormentado
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de uno y
otro embate; el lienzo,
de una ráfraga y de otra,
que hasta un cáñamo y un leño
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parece que sienten, cuando
mal confundido el consejo,
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no es de ninguno el acuerdo.
En este horror, esta grima,
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de la náutica el precepto,
hasta que el primer reflejo
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los de la tierra; supuesto,
que a penas la lealtad quiso
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que a mí el
esquife pequeño
bruto
el bajel en aquellos
peñascos, vuelta la quilla,
fue lóbrego monumento
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que Libio gozó del puerto.
Dime, pues,
¿dónde he llegado?,
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¿quién es el prodigio
bello
que aquí habita y cómo aquí
se
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mis desdichas,
se alivien mis sentimientos,
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se cobren
mis esperanzas,
y se restauren mis riesgos?