Maximiliano M. Monje
Escena I
|
|
MERI e
INOCENCIA
|
|
Ésta está canturreando y meciendo a una
muñeca.
|
INOCENCIA.- ¡Ea, ea, ea!
|
MERI.-
¿Quieres dejar tu canción?
¡Jesús, qué pesada!
|
INOCENCIA.- Bueno, hermana, no te enfades.
|
MERI.-
Oye, ¿qué hiciste hoy, que mamá
te ha reñido?
|
INOCENCIA.-
Nada.
|
MERI.-
Algo sería.
|
INOCENCIA.-
Me dio mamá dos huevos para que le dijese a la
cocinera que se los pusiera a papá estrellados.
|
MERI.-
Como si lo viera; los estrellaste contra la
pared.
|
INOCENCIA.-
No soy tan tonta. Le dije a la cocinera que
papá quería los huevos con estrellas.
|
—4→
|
MERI.- ¿Con estrellas?
|
INOCENCIA.- Sí, con sopas de
estrella.
|
MERI.-
¡Qué tonta!
|
INOCENCIA.-
Yo creí...
|
MERI.- Tú lo crees todo.
|
INOCENCIA.- ¿Es eso malo?
|
MERI.- No es muy conveniente. Ayer sin ir
más lejos, te dijo tía Antonia que le llevases las
tenacillas, y tú, ¡zas!, te presentaste con las de la
cocina.
|
INOCENCIA.- Como me dijo, tenazas...
|
MERI.-
El mejor día van a pedirte una horquilla y vas
a llevar la que sirve para colgar las uvas.
|
INOCENCIA.-
Bueno, Meri, no me riñas.
|
MERI.-
¡Jesús, qué sangre de
horchata!
|
INOCENCIA.-
Te enfadas conmigo ahora que quería
preguntarte una cosa.
|
MERI.- ¿Lo qué?
|
INOCENCIA.-
¿No me regañarás?
|
MERI.-
Acaba.
|
INOCENCIA.-
Dime, hermanita, ¿qué es el tren?
|
MERI.-
El ferrocarril.
|
INOCENCIA.- Tú me engañas.
|
MERI.-
No, mujer.
|
INOCENCIA.- Eso que anda sobre unos hierros, que
son muchos coches, ¿es el tren?
|
MERI.-
Sí.
|
INOCENCIA.-
¡Ay!, yo creí que era cosa de comer.
|
MERI.-
¡Atiza!
|
INOCENCIA.- Porque tía Antonia dijo que
había comprado un tren para la cocina.
|
MERI.-
Eso es otra clase de tren.
|
INOCENCIA.-
Ya.
|
Escena II
|
|
Dichas y EULALIA.
|
EULALIA.-
Meri, esta tarde viene a merendar la prima
Natalia.
|
MERI.-
¿De veras? ¡Cuánto me alegro!
|
EULALIA.-
Y yo. Es una chica muy divertida. No se parece a esta
gansa.
|
INOCENCIA.-
Yo no soy gansa.
|
EULALIA.-
Sí, hija, tienes muy poca sal. Natalia
sí que tiene.
|
INOCENCIA.-
Porque la cogerá de la cocina.
|
EULALIA.- ¡Qué boba!
|
MERI.-
Lo que quiere decir es que tiene gracia.
|
EULALIA.-
Eso es. Pero tú... Vamos a ver,
¿cuál es tu gracia?
|
INOCENCIA.-
Inocencia Jiménez.
|
EULALIA.-
Miren con lo que salta.
|
MERI.-
¿Dijiste a mamá que venía
Natalia?
|
EULALIA.- No.
|
MERI.-
Corro a decírselo.
(Vase.)
|
EULALIA.-
Adiós.
|
Escena III
|
|
EULALIA e
INOCENCIA.
|
INOCENCIA.- Oye, hermanita, yo quisiera
preguntarte...
|
EULALIA.-
Alguna, tontería.
|
INOCENCIA.-
No, no es tontería.
|
EULALIA.-
Habla.
|
INOCENCIA.-
Dime, ¿llueve agua siempre?
|
—6→
|
EULALIA.-
Sí.
|
INOCENCIA.-
Yo creo que no.
|
EULALIA.-
¿Por qué?
|
INOCENCIA.-
Porque anoche, al entrar papá en casa, dijo:
«Están lloviendo chuzos».
|
EULALIA.-
Tienes razón.
|
INOCENCIA.-
¿A que no sabes tú por qué
llueve?
|
EULALIA.-
¿Por qué?
|
INOCENCIA.-
Verás. Los ángeles cogen unos pucheros
y vierten el agua. Otras veces cogen cántaros y los
vacían. Por eso se llama llover a cántaros.
|
EULALIA.-
Sí, pero no se dice llover a pucheros.
|
INOCENCIA.-
Es verdad...
|
EULALIA.-
Qué, ¿no tienes otra preguntita
reservada?
|
INOCENCIA.-
Sí, Meri dice que el tren es el ferrocarril, y
yo digo, que es cosa de comer. ¿Quién tiene
razón?
|
EULALIA.-
Tú.
|
INOCENCIA.-
¿Es cosa de comer?
|
EULALIA.-
Y un manjar delicioso. Pero si tú lo has
comido muchas veces, sólo que con otro nombre. Un flan es un
tren.
|
INOCENCIA.-
Bien decía yo.
|
EULALIA.-
Igual que los adoquines. Vienen en latas y parecen
pan dulce. Meri, que no sabe como se llaman, los nombra galletas;
pero son adoquines.
|
INOCENCIA.-
¡Digo, y poco ricos que están!
¿Los merendaremos?
|
EULALIA.-
Sí, y un flan entero.
|
INOCENCIA.-
¿Un tren? ¡Viva, viva! A mí me
gusta mucho.
|
—7→
|
EULALIA.-
Y después tomaremos pan y rayo
|
INOCENCIA.-
¿Rayo?
|
EULALIA.-
Sí, queso le dice Meri, que no sabe nada.
|
INOCENCIA.-
¿Es tonta?
|
EULALIA.-
De remate.
|
Escena IV
|
|
Dichas y NATALIA.
|
NATALIA.-
Buenas tardes.
|
EULALIA.-
¡Natalia!
|
INOCENCIA.-
¡Hola!
|
NATALIA.-
Vengo para toda la tarde.
|
EULALIA.-
¡Cuánto me alegro!
|
NATALIA.-
Hola, Inocencia, ¿qué haces?
|
INOCENCIA.-
Nada.
|
NATALIA.-
Oye, me ha dicho mi mamá que la tuya te ha
comprado una muñeca preciosa.
|
EULALIA.-
Sí.
|
INOCENCIA.-
No es muñeca, es un loro.
|
NATALIA.-
¿Estás loca?
|
INOCENCIA.-
No, Natalia.
|
EULALIA.-
Deja a esa tonta.
|
INOCENCIA.-
Pues es verdad. Es un loro que no se parece a los
otros loros, pero habla como aquéllos.
|
EULALIA.-
¡Cuidado que eres simple!
|
NATALIA.-
Qué, ¿me la enseñas?
|
EULALIA.-
Sí; voy por ella. (Vase
izquierda.)
|
Escena V
|
|
NATALIA e
INOCENCIA.
|
INOCENCIA.-
Ya verás, ya verás.
|
NATALIA.-
¿Y qué he de ver?
|
INOCENCIA.-
Lo que vamos a merendar.
|
NATALIA.-
¿Tan buenas cosas son?
|
INOCENCIA.-
Ya lo creo.
|
NATALIA.-
Dilas.
|
INOCENCIA.-
No, no.
|
NATALIA.-
¿Por qué?
|
INOCENCIA.-
Porque te vas a relamer de gusto, y es muy feo sacar
la lengua.
|
NATALIA.-
Acaba. Se me están poniendo los dientes
largos.
|
INOCENCIA.-
¿A ver?
|
NATALIA.-
¿Lo qué?
|
INOCENCIA.-
Los dientes. ¿No dices que se te están
poniendo largos? Debe de ser una cosa curiosa verlos crecer.
|
NATALIA.-
Pero, oye, ¿es que te burlas?
|
INOCENCIA.-
¿Yo?
|
NATALIA.-
Te advierto que no lo consiento.
|
INOCENCIA.-
¡Si no me burlo!
|
NATALIA.-
Pues lo parece.
|
INOCENCIA.-
Te enfadas enseguida.
|
NATALIA.-
Bueno. ¿Quieres terminar de decirme qué
merienda tenemos?
|
INOCENCIA.-
Verás.
|
NATALIA.-
Di.
|
INOCENCIA.-
Primero te comerás un pedazo grande de un
tren.
|
NATALIA.-
¿Sigue la burla?
|
—9→
|
INOCENCIA.-
Después, cinco o seis docenas de
adoquines.
|
NATALIA.-
¡Inocencia!
|
INOCENCIA.-
¿Qué?
|
NATALIA.-
¡Vaya merienda que me ofreces!
|
INOCENCIA.-
¡Digo! ¡Pues están poco ricos los
adoquines!
|
NATALIA.-
¿De veras?
|
INOCENCIA.-
Ayer me comí doce.
|
NATALIA.-
¡Ay, pues no quedará calle sana!
|
INOCENCIA.-
Pero lo que viene después sí que es
rico, rico, rico.
|
NATALIA.-
Veamos.
|
INOCENCIA.-
¿Te gustan los rayos?
|
NATALIA.-
¿De qué? ¿De sol?
|
INOCENCIA.-
No, mujer, de bola; un rayo de bola.
¡Están excelentes!
|
NATALIA.-
¡Basta de guasa!
|
INOCENCIA.-
¿Pero os que no te gustan?
|
NATALIA.-
Mira, Inocencia; si eres tonta, vete con tu
tontería a otra parte a comer rayos.
|
INOCENCIA.-
Ojalá me cayese uno en la boca.
|
NATALIA.-
¡Gansa!
|
INOCENCIA.-
¡No insultes!
|
NATALIA.-
¡Imbécil!
|
INOCENCIA.-
¡Mira que me enfado!
|
NATALIA.-
¡Idiota!
|
INOCENCIA.-
¿Sí? Pues ya verás. Ahora voy a
Meri y le digo que no te dé a comer del tren.
|
NATALIA.-
Vete con Dios.
|
INOCENCIA.-
¡Ni adoquines!
|
NATALIA.-
Mejor.
|
INOCENCIA.-
Ni rayos. (Vase.)
|
Escena VI
|
|
NATALIA; luego,
EULALIA.
|
NATALIA.-
¡Vaya la niña! Por supuesto que se ha
querido burlar. ¡No es tan inocente!
|
EULALIA.-
(Con una muñeca.)
Aquí la tienes.
|
NATALIA.-
Preciosa, preciosa.
|
EULALIA.-
¿Te gusta?
|
NATALIA.-
Mucho.
|
EULALIA.-
Está a tu disposición.
|
NATALIA.-
Gracias.
|
EULALIA.-
¿Y mi hermana?
|
NATALIA.-
¿Tu hermana? Me he enfadado con ella.
|
EULALIA.-
¿Por qué?
|
NATALIA.-
Figúrate que quería darme de merendar
un tren con adoquines y un rayo para postre.
|
EULALIA.-
¡Ja, ja, ja!
|
NATALIA.-
No te rías, que la cosa no es de risa.
|
EULALIA.-
Todo cuanto le dije te ha dicho.
|
NATALIA.-
¿Pero tú...?
|
EULALIA.-
Sí, yo le dije que un flan era un tren, que
las galletas se llamaban adoquines y que el queso tenía por
nombre rayo.
|
NATALIA.-
Ahora comprendo. ¡Ja, ja, ja!
|
EULALIA.-
¡Ja, ja, ja!
|
NATALIA.-
Pero, ¿Inocencia es tonta?
|
EULALIA.-
Completamente.
|
NATALIA.-
¡Pobre muchacha!
|
EULALIA.-
¡Y con unas tragaderas! Figúrate
—11→
que le he hecho creer que los elefantes vuelan y las
ballenas hablan.
|
NATALIA.-
Chica, dispensa; pero tanta simplicidad no es
posible.
|
EULALIA.-
¿Crees que no le he hecho creer eso?
|
NATALIA.-
Dudo, por lo menos.
|
EULALIA.-
¡Ah, pues te vas a convencer!
|
NATALIA.-
¿Cómo?
|
EULALIA.-
Pues inventando un embuste mayúsculo. Ya
verás como lo cree.
|
NATALIA.-
¿Y cuál?
|
EULALIA.-
Déjame, que yo lo haré.
|
NATALIA.-
Mira, aquí viene.
|
EULALIA.-
Finge estar asustada.
|
Escena VII
|
|
Dichas e INOCENCIA.
|
INOCENCIA.-
¡Nadie me quiere en esta casa!
|
EULALIA.-
¡Jesús! ¡Ave María!
|
NATALIA.-
¡Qué miedo!
|
INOCENCIA.-
¿Qué sucede?
|
NATALIA.-
¡Estoy temblando!
|
EULALIA.-
¡Qué horror!
|
NATALIA.-
¡Qué susto!
|
INOCENCIA.-
Pero...
|
NATALIA.-
¡No sé qué me pasa!
|
EULALIA.-
¡Yo estoy medio muerta!
|
INOCENCIA.-
Y yo también estoy muerta..., muerta de
curiosidad.
|
EULALIA.-
Se ha presentado el Diablo.
|
INOCENCIA.-
¡Ave María Purísima!
|
—12→
|
NATALIA.-
¿No lo crees?
|
INOCENCIA.-
Sí; sí lo creo. ¿Y cómo
era?
|
EULALIA.-
Alto, erguido, con un sombrero de copa que le tapaba
la cabeza...
|
NATALIA.-
Vestido de negro.
|
EULALIA.-
Muy flaco y con unas piernas muy cortas.
|
NATALIA.-
Y el cuerpo muy largo.
|
INOCENCIA.-
¡Jesús, María!
|
EULALIA.-
¿No lo crees?
|
INOCENCIA.-
Sí, mujer, sí. ¿Y qué
dijo?
|
EULALIA.-
Que volvería.
|
INOCENCIA.-
¡Ave María!
|
EULALIA.-
Yo me voy con mamá.
|
NATALIA.-
Y yo...
|
INOCENCIA.-
Y yo.
|
EULALIA.-
No, tú no vengas.
|
INOCENCIA.-
¿Por qué?
|
EULALIA.-
Porque... porque dijo el Diablo que sólo
esperaba vernos juntas para matar tres pájaros de un
tiro.
|
INOCENCIA.-
Bueno. ¿Y a nosotras qué nos importa
que mate tres pájaros?
|
NATALIA.-
Es que los pájaros somos nosotras...
|
INOCENCIA.-
Entonces, no diría pájaros.
|
EULALIA.-
Es claro; dijo pájaras.
|
INOCENCIA.-
¿Y qué hago?
|
NATALIA.-
Rezar el rosario. Es lo más seguro.
|
INOCENCIA.-
Pero debiera ir con mamá.
|
EULALIA.-
¿No has oído?
|
INOCENCIA.-
Bueno, me quedaré; pero voy a morirme de
miedo.
|
EULALIA.-
Reza, reza; es lo mejor.
|
Escena XI
|
|
Dicha, EULALIA;
luego, NATALIA.
|
|
EULALIA saca una
capa de hombre puesta con un palo, y embozada con ella simula ser
un gigante muy alto. Un sombrero corona el palo.
|
EULALIA.- ¡Uuuu! (Esto lo
dice voz hueca.)
|
INOCENCIA.- ¡Santa María!
|
EULALIA.-
¡Ooooo!
|
INOCENCIA.- ¡Me lleva!
|
EULALIA.-
(Natural.) No
está.
|
INOCENCIA.-
¡Ya me veo en la caldera!
|
EULALIA.-
(Desembozándose, bajando el
palo.) Se escondió de miedo.
|
INOCENCIA.-
¿Qué veo? ¡Mi hermana!
|
EULALIA.-
(Desde el foro.)
¡Natalia!
|
NATALIA.-
(Saliendo.)
¿Qué?
|
EULALIA.-
Se ha escondido.
|
NATALIA.-
¡Qué lástima!
|
EULALIA.-
¡Tanto como nos hubiéramos
reído!
|
NATALIA.-
¿Vamos a merendar?
|
EULALIA.-
Bueno: Pero luego volveremos a darle el susto. A ver
si se le acaba la tontería.
|
|
(Vanse derecha.)
|
Escena XIII
|
|
INOCENCIA,
EULALIA y NATALIA.
|
NATALIA.-
(Saliendo.) Está
en aquel cuarto. Y lo tiene abierto. Ahora es la ocasión.
(Llamando.) Anda, Eulalia.
|
|
(Sale EULALIA como
antes, y al mismo tiempo INOCENCIA con el mismo disfraz, pero
más alto.)
|
EULALIA.- ¡Uuuu!
|
INOCENCIA.-
¡Oooo!
|
NATALIA.-
¡María Santísima!
|
EULALIA.-
¡Jesús!
|
INOCENCIA.-
¡Oooo!
|
EULALIA.-
¡El Diablo! (Tira el palo y la
capa.)
|
NATALIA.-
¡Dios me auxilie!
|
INOCENCIA.-
Vengo por vosotras.
|
NATALIA.-
¡Ay!
|
EULALIA.-
¡Ay!
|