Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

  —31→  

ArribaAbajoFotodocumentales I: Objetivo Sanabria

Fotodocumentales

Texto: Eduardo DUCAY

Fotografías: J[UAN]. J[ULIO]. BAENA

QUIERE nuestra revista inaugurar aquí una sección que hasta donde nos sea posible mantendremos regularmente. El propósito de estos «Fotodocumentales» es aliar la fotografía y el texto escrito de forma inseparable, revelando por la imagen aspectos de nuestro país casi absolutamente desconocidos y que podrían ser una cantera inagotable de temas para el cine español. La realidad nacional es mucho más rica, variada y emotiva de lo que las chatas perspectivas de los estudios madrileños pueden suponer. Pretendemos colaborar en la medida de nuestras fuerzas a que los dormidos ojos de nuestro cinema comiencen a abrirse sobre esa realidad.

Nuestro primer «fotodocumental» lo constituyen las fotografías impresionadas hace poco por Juan Julio Baena durante un viaje efectuado con Eduardo Ducay por la zona de Sanabria. Corresponden estas fotos a una localización que ambos efectuaron allí como trabajo preparatorio de un film documental que rodarán en esa región la primavera próxima.

  —32→  

Cuando tomamos el tren en Madrid para dirigirnos a Sanabria, ni Juan Julio Baena ni yo sabíamos gran cosa sobre esta región. Sólo el reciente affaire de su famoso lago nos hacía pensarnos mucho más enterados de lo que luego íbamos a resultar. El viaje puede hacerse en tren hasta Zamora, y allí trasbordar a otro que va a Puebla. Llegados a este punto, cada cual se las compone como puede (hay un desvencijado coche correo que va a Ribadelago; en general, los turistas y aficionados a la pesca disponen de vehículo propio).

Foto 2

2

Zamora es una de esas viejas ciudades españolas sobre las que parece que el tiempo ha quedado parado. Cuando llegamos (13 de Diciembre) hacía un día gris, invernal y ventoso. Zamora tiene una maravillosa catedral, las calles son en general antiguas (foto 3), no se puede decir que Zamora sea una ciudad cómoda. La carretera pasa junto al Duero y cerca del río hay un barrio pobre, triste, por el que siempre pasan mujeres vestidas de negro (foto 5). Este barrio está al lado de una zona monumental cargada de historia, en la que hay algunos rincones maravillosos. La ciudad da una tremenda sensación de vacío, de soledad. Lo poco nuevo pugna por salir entre lo mucho viejo (foto 2).

Foto 3

3

Para empezar a decir cualquier cosa sobre Sanabria parece obligado mencionar su famoso lago. Por mucha que sea la tan ponderada belleza de aquel lugar, J. J. y yo tenemos que reconocer no habernos preocupado demasiado de él, prueba de lo cual es que, entre una copiosísima documentación fotográfica, apenas conservamos del lago algún vago recuerdo (foto 4). Se debe esto sin duda a que nos han interesado más los pueblos, la gente y la forma de vida, que el paisaje. El lago, desde luego, es hermoso, y en el fondo de él situó Unamuno la acción de San Manuel Bueno, mártir, en el pueblo de Valverde   —33→   de Lucerna, que, según una leyenda fue sumergido por maldición divina.

Foto 4

4

Hay en Sanabria cincuenta y siete pueblos de los cuales, claro, no pudimos ver más que una parte. En general, con excepción de Puebla, son todos muy pequeños, de 200 a 300 habitantes, y a veces menos. De esos pueblos, sólo seis tienen luz eléctrica, dos telégrafo y uno teléfono. Las casas son aquí en general muy pobres (foto 6) y casi nunca tienen chimenea, de modo que el humo del hogar sale por las puertas, ventanas o grietas del tejado. Comúnmente las casas tienen una planta baja y un piso encima. En la planta baja, que es lo mejor de la casa, se aloja el ganado, casi siempre muy escaso, y encima, en una sola habitación, hace vida toda la familia. Esto puede tener consecuencias terribles. En Ribadelago (foto 7) hay muchos casos de matrimonios de consanguinidad, a veces entre hermanos, con la natural consecuencia de una descendencia anormal. El clima es húmedo, y las calles están casi siempre en estos pueblos llenas de fango.

Los recursos de la región son sumamente escasos. La propiedad de la tierra está muy dividida pero las «fincas» no tienen a veces más de diez o doce metros cuadrados. En casi todos los pueblos suele haber un usurero o un cacique que ha especulado a costa de la pobreza ajena hasta llegar a apoderarse de casi todo lo que pertenecía a los demás. Se cultiva centeno, nunca trigo. Hay algo de ganado, cabras y corderos, alguna vaca y cerdo para la matanza. La alimentación es por lo general a base de féculas y cerdo porque el otro ganado suele venderse y nunca destinarlo al consumo propio. Se cosecha también en algunos   —34→   pueblos un lino de mediana clase que ellos mismos hilan (foto 17).

Fotos 5, 6, 7

5, 6, 7

La gente es al principio desconfiada y tímida, pero pronto superan esta timidez y resultan simpáticos, con gran inteligencia natural, ingeniosos. La joven de la fotografía 17 se obstinó en posar para «una foto típica». Se puso el pañuelo a la cabeza y se sentó a hilar, lo que no hacía cuando la vimos, portándose como una modelo o una actriz consumada. Cualquier persona puede ser una revelación, sorprender con un vigor, una fuerza humana, una sinceridad que no se encuentra nunca en la «jungla de asfalto». Dominga López Corral (foto 18) a quien conocimos en San Martín de Castañeda, nos dejó entrar muy amablemente en su casa sin que nuestra visita le intimidara lo más mínimo. Es viuda y vive sola. Le preguntamos si tenía hijos y nos contestó que cuatro hijas, sirviendo en Barcelona, y un hijo que también vive fuera del pueblo. Al hablar de sus hijos se pasa la mano por los ojos, llora y sigue arreglando las cosas en el hogar.

  —35→  

Fotos 8, 9, 10

8, 9, 10