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  —227→  

ArribaAbajoRodolfo Duarte Troche




ArribaAbajo Símbolos postergados


ArribaAbajo Lanza el pueblo sus fibras verticales
en hirvientes calderos de inquietudes
sus vapores escalan las alturas
con la fuerza corpórea de su empuje.

El obrero remacha sus heridas  5
con el mazo imponente del despojo
y en su rostro tiznado de pobreza
desarrolla el poder de sus caninos.

En el río voraz en que navega
batalla por graneros vigilados  10
sus naves de bodegas inmoladas
abordan los piratas de etiqueta.

A un mástil, como brazos distendidos,
cementa sus banderas y sus trompetas
y arrostra el huracán menesteroso  15
con la frente cocida y postergada.




ArribaAbajoRaíces conjugadas


ArribaAbajoRegímenes caducos curvados como juncos
estrechan todo cauce de conducción social
y en fangos de falacias zozobran sus imperios
al filo de las crestas curtidas de las masas.

Figuras de vanguardia pululan vertederos  5
restituyendo el grito perdido en el oprobio,
con pasos vencedores recorren sementales
al tiempo que el coraje constela sus ideas.

Como Dios cuando quiebra con luz el firmamento
las raíces conjugadas horadan territorios  10
y al macizar el llanto en pomos de su espiga
afirman sus banderas a imágenes triunfales.
—228→

Con trajes salitrosos los rudos soñadores
colgando de sus hombros racimos de miseria
cercenan tiranías con su hacha inapelable  15
y en cálidas arenas la sangre van tostando.

(De Hogueras crepitantes, Ediciones Tiempo de hoy)

RODOLFO DUARTE TROCHE (1917-1984). Obras poéticas publicadas: Acuarelas de un paisaje, Germinando las Rosas, Cúpulas Doradas, Ríos Desatados, Sudores Contagiosos y 1975 Hogueras crepitantes. Radicado en la provincia de La Pampa de R. Argentina.

Manifiesta que da a sus poemas de intención social «un lenguaje combativo, con el propósito de sacudir a una sociedad egoísta, indiferente y de estático neutralismo».



  —229→  

ArribaAbajoSilvio Laterza




ArribaAbajoCarne de cañón20


ArribaAbajoRetazo de historia, heroico soldado de la patria mía.
Rúbrica de gloria, página sagrada de una redención.
Estampada en sangre, trasunto de raza, triunfal agonía,
jalón del camino, hombre de la guerra, carne de cañón.

Víctima propicia por fatal destino de la cobardía.  5
Símbolo de afrenta, escarnio del mundo en exhibición.
Yo sentí la angustia suprema y estéril de tu valentía.
Recogí tu queja amarga de muerte. Te la hice canción.

No mitiga el llanto de seres queridos tu tragedia cruenta.
Tu estigma es la lucha aunque no quieras morir o matar.  10
Y cada victoria que forjas ciclópeo tu dolor aumenta.
El culpable oprobio de los que pretenden tu honor mancillar.
Mago de trincheras, fantasma nocturno, audaz patrullero.
Al truncar tu vida, tus gestas te aureolan de inmortalidad.
Y lo que te inmolan ignoran acaso tu perdón postrero.  15
Y qué habría en tu rancho: ¡silencio, vacío, luto y
orfandad!

SILVIO LATERZA. Poeta popular. Hace poco tiempo, se tuvo la información de que el mismo se encontraba internado en un Sanatorio en malas condiciones de salud.



  —230→  

ArribaAbajoÓscar Esculies




ArribaAbajoEl canillita


ArribaAbajoClava en la poca luz de la mañana
el estilete de su pregón agudo,
despierta a su mensaje el barrio mudo
y la ciudad revienta en la palabra
que despeña sus gritos en el alba...  5

Sube y corre por la cresta de la aurora
el bullicio de las voces familiares
en apretada procesión de titulares,
y se expanden los sucesos por la boca
del torrente infantil que se desborda.  10

Canta en las notas claras de su canto
el raudal febril de la noticia
en la angustiosa voz de la primicia,
en tanto el corazón es un extraño
atropellar de miseria y de quebranto.  15

Tú eres el hombre, pequeño canillita,
que puso Dios en el alba como un trino.
¡Tú eres más hombre en la fe de tu destino
porque llevas a cuestas por la vida
el hambre, el dolor y las fatigas!  20

1967

ÓSCAR ESCULIES (1913). Autor de Rumor de agua, con prólogo de Juana de Ibarbourou en 1936.



  —231→  

ArribaAbajoRolando Goiburu

imagen

Oriundo de Paraguarí y fallecido en esta ciudad en febrero de 1984, fue uno de nuestros poetas no tutelados por la publicidad. Mas, haciendo uso de su propia expresión con relación a un poeta amigo «su militancia de proa padecerá silencios, soportará fatigas, mas continuará su senda...».

  —232→  


ArribaAbajoJosé


(A José Asunción Flores)




ArribaAbajo Qué simple,
José,
tu nombre,
tu nombre de carpintero,
letras elementales, lacónico, telegráfico,  5
y por lo mismo,
sin relieve, apenas perceptible,
opaco, sencillo, tal vez amargo.

Qué breve y simple
tu nombre,  10
tu nombre de carpintero.
Diríase apócope
de todos los nombres juntos
con las viejas usutas de la raza
y la postura substancial del pensamiento.  15

Qué bueno,
José,
tu nombre,
tu nombre de carpintero.
Diríase resumen de todas las bondades  20
recorriendo caminos, sementeras, latitudes,
aprehendiendo con su atril el canto
del guyraú, suave.

Pero,
cuán hondo lo has sembrado  25
en esta patria de la madera y el naranjo,
de cuyas raíces
-verdadera dimensión de lo creado-
supiste extraer el cañamazo
que cubre  30
la solemne creación de la guarania.
—233→

Así y todo,
asido al mástil de tus sueños
renunciaste al ruido, al festival de la hojarasca,
hermanando tu música  35
-agreste melodía de torcazas-
a la brega de tu pueblo,
a los surcos, los arroyos,
y la nueva luz de la alborada.

Y en tu partida.  40
queda tu recuerdo:
tu simple,
tu sencillo nombre de carpintero
y ese aletear de avecillas en la retama
haciendo coro a la brega de tu pueblo:  45

¡¡LA GUARANIA!!




ArribaAbajoCorrea



- I -

ArribaAbajoAsí, de pie,
con sus «zapatos rotos» y su «sombrero raído»
calado hasta el ensueño,
penetró en el templo de su tierra guaraní
para oficiar el rito extraño y melodioso  5
de la oblación al arte, en tránsito final.


- II -

ArribaAbajoMadurez en ocaso,
arco tenso preñado de luceros matinales;
verdor amargo,
leño prendido en la fogata del tiempo;  10
miseria del suburbio,
engarce del arroyo y el rancho desdichado;
todo en ti era saeta que llegaba
en ancas de tus cantos populares.

Música de siglos,  15
antiguo arpegio de arpa comunera;
—234→
pentagrama agreste,
nota indiana con olor a cerro;
puños levantados,
apiñadas y hondas protestas del labriego;  20
todo en ti era bandera desplegada
como enfurecida entonación del viento.

Remanso de agua pura,
jirón de «Cuerpo y Alma» amanecido,
destellos de osamenta,  25
corteza de lapacho bajo el río,
guitarra paraguaya,
grito del terruño estremecido;
todo tú eras un tronco que la vida
arraigara en el mar de los caminos.  30


- III -

¿Por qué tus mieses brotaron en este suelo
y no en otras latitudes?

¿Por qué el árbol sonoro de tu estro
acuñó el metal humilde de tu arte
señalando la presencia de otros rumbos?  35
¿No bastó depositar en tu cayado
tu corazón cargado de penurias?
No fue suficiente a tu mirar de niño
-manso y dulce espejo de tu vida-
cabalgar en alas de tus ilusiones truncas?  40

Tuviste que inclinar tu torso calcinado
hasta el fondo del «yvú» de nuestra patria
para darnos en la cuenca de tus manos
el torrente azul de tu palabra
y la miel morena de tu canto.  45


- IV -

Julio:
Proclamo a «Karú poká» como estandarte
de tus penas, tu gloria y tu linaje,
y envuelvo con sus pliegues redentores
la esparcida cal de tu cadáver.  50

  —235→  

ROLANDO GOIBURU (1921-1984). Tiene decenas de poesías sociales de gran contenido. Su lenguaje lacónico pareciera oler a tierra o a elementos vegetales. Tiene un libro de cuentos inéditos: 48. Sus herederos se encuentran actualmente empeñados en editar los escritos que dejara el poeta y cuentista.



  —236→  

ArribaAbajoNayid Armele




ArribaAbajo ¡Alza tu bandera!


ArribaAbajoPatria, tú que en América
fuiste cuna, blasón y yunque
de un pueblo de valientes,
que amamantaste tempranera
un grito de rebelión,  5
de independencia o muerte
y que al verbo inflamado
de Antequera diste el ímpetu
bravío de tu raza indómita,
no dejes que el tirano  10
se harte en sangre generosa
de tantos mártires
y doblegue tu heroica resistencia.
¡Levántate, oh patria!
con la fuerza ancestral de tu pasado  15
y alza tu bandera altiva
al grito de «libres en la vida o la muerte».




ArribaAbajoGuarania


ArribaAbajoEn la guarania danza embrujada
mezcla de hispano-indo, oración
que en cada nota lleva engarzada
las emociones del corazón.

Fue de Guerrero la profecía,  5
de Asunción Flores, inspiración,
guarania triste con melodías
llenas de indiana suplicación.

Fuente perenne de la armonía
que brota suave de Ybaroty...  10
y va poblando de sinfonías
la agreste selva del guaraní.

Con sus cadencias muy emotivas
otra ninguna tan noble hay
—237→
y es mariposa nunca cautiva  15
en esta tierra del Paraguay.

NAYID ARMELE (1921). Ha colaborado en Correo del norte y en la revista Crónica de Clorinda (R. A.)



  —238→  

ArribaAbajoAntonio Bonzi




ArribaAbajoEste otro muro


ArribaAbajo Poeta:
tu musa floreció en anatemas
al paso de torres y muros
en tu raudo viaje allende los mares.

«Es muy difícil sonreír cuando hay un muro  5
y ése es el de Berlín» -dice tu queja y lo comprendo.

Bien ¿este otro muro permite sonreír?
Este muro más cercano.
Este muro que está presente.
Este inmenso muro,  10
pesada lápida que cubre y oprime
toda la dimensión del ser.
Este muro que cierra a cal y canto
el sepulcro de los mártires vivos.

Poeta: tú que cantas al lejano muro  15
el inequívoco signo de protesta,
dime, ¿cuándo entonarás para tu pueblo
el canto viril de la condena
contra el doméstico muro de opresión?

Apresúrate, Poeta, que aquí también  20
es difícil sonreír aunque no se llame
«el muro de Berlín».




ArribaAbajoPequeña elegía para un nombre


(Evocando a Antonio Alonso)





- I -

ArribaAbajoEs cosa sencilla modular un nombre.
¿Quién no llama, Juan, Pedro o María a un conocido?
Pero yo pregunto:
¿cómo nombrarlo a este hombre,
—239→
a este hombre en cuyo cuerpo  5
habitó las sumas esenciales?

Nombrarlo es acuciar a la memoria
para que aproxime al canto
la denominación exacta
de la oscura veta del basalto,  10
de la turbulencia genésica del áspero roquedal.

Aún más,
para buscarle un nombre a su gesta
hay que penetrar las tinieblas
de las amontonadas noches  15
que arroparon su tiempo de pólvora y yunque
más allá de los límites del miedo.


- II -

Hijo de los prados
traía en sus pupilas de candil azogado
las verdes saetas de feudos melosos,  20
donde uncida a la noria de ingénito ancestro
seres alienados en su condición,
hallaron en su pecho el puño latiente
y el lábaro enhiesto de su redención.


- III -

Remontaba el vuelo superior  25
en la cima de acantilados fragorosos
cuando el sino impío, ciego de furia
entregó a la escoria la cósmica luz.

¡Muerte única!
pero muerto de muerte resurrecta  30
porque el reguero de sustancia germinal
que creyeron abatir en sus venas rotas
prendió alas de primavera a los aires patrios
y volando va a los cuatro rumbos.
Hermano en perpetuo desvelo  35
clavel florecido cada día
lampo candente de ardimiento sin fin
tu nombre es anuncio de seguro alumbramiento.

1972.

  —240→  

ANTONIO BONZI (1921). Tiene cuentos y poesías inéditos. Un cuento suyo se halla en el libro Concepción en las artes de muy buena factura.



  —241→  

ArribaAbajoAmador García Acevo




ArribaAbajoCanto a la tierra paraguaya


ArribaAbajo ¡Yo sé de tu tristeza
oh tierra paraguaya!

Te sientes virgen fértil
en permanente celo,
reclamando a tu lecho  5
a tus hombres viriles
para engendrar los frutos.
(A tus hombres viriles,
que ansiosa los contemplas
perderse entre esperanzas).  10

¡Yo sé de tu tristeza
oh tierra paraguaya!

Eres mujer, y añoras
las caricias del hombre,
(los besos de los curcos  15
que estremezcan tu carne,
y el grano de semillas
que germine en tu vientre).

¡Qué triste verte sola!

No tienes quién te mime,  20
te proteja y te quiera.

¡Y eres hembra arrogante,
admirada y soñada
por hombres de otras tierras!

¡Me duele tu tristeza!  25

Por eso yo desgarro
mi voz, en este canto,
cual grito de tu selva.

Por eso yo les digo:
que nunca serán grandes,  30
—242→
hasta que unidos todos
busquen en tu regazo
recolección de siembras.

¡Y bendigo la hora
de futura alborada...!  35
En que manos callosas
de tus hombres viriles,
con arados y bueyes
fecunden tus entrañas.

¡Y bendigo la hora  40
en que al sentirte madre...!
Amamanten tus pechos
las espigas doradas.




ArribaAbajoPoema décimo


ArribaAbajo ¿Dónde se esconde el viento
que ha de formar la ola,
que ahogue con sus algas
las fauces dictadoras?

¿Dónde están las campanas,  5
fundidas en cañones,
para voltear sus bronces
con cantos libertarios?

¿Dónde estamos nosotros?
¿Qué papel desempeña  10
nuestra existencia absurda?

Si formamos la tierra
de eternos proletarios,
no es posible que el fruto
madure en nuestros campos.  15

Elevemos la frente
sudorosa de espigas,
y crispemos las manos
cansadas de promesas.
—243→

Arranquemos mordazas  20
que aprisionan los labios,
pastosos de blasfemias,
de palabras no dichas.

Rompamos los dogales
que oprimen las gargantas,  25
reventando sus venas
con gritos de ¡justicia!

No importa que nos cosan
con balas, nuestras bocas,
nuestras bocas hambrientas  30
de panes prometidos.

Ni importa que la tierra
nos pudra entre sus senos,
si el trigo que ha de darles
tendrá sabor a sangre.  35

Gritemos el cansancio
que encorva nuestros hombros.
Tiremos en el fango.
nuestro estúpido miedo.

Y elevemos el cáliz  40
de esperanzas futuras.
Consagrando en el ara
del altar, nuestro ejemplo.




ArribaAbajo¡Ay!


ArribaAbajoHay rostros esculpidos para que nunca rían
y manos que se han hecho para que nunca se abran.

Y manos que son puños y que sólo se extienden
para mojar sus yemas, tentáculos de pulpo,
en las húmedas sienes del hermano explotado.  5

Y hay rostros esculpidos con surcos insondables21
por arados de oro y anillos de brillantes.
—244→

Y cuerpos que son lomo de carga, de por vida.

Y pechos fatigados, oscuros por el asma
jadeante de mendrugos y de huesos de carne.  10

Y hay también otros pechos que brillan relucientes
de condecoraciones,
cual fugaces estrellas en un cielo de estiércol.

Y cabezas erguidas, sostenidas inmóviles
por el cemento armado de sus cuellos de cerdo;  15
y cabezas caídas, que no miran al cielo
por el peso sangrante del sudor de su frente.

Y hay pasos vacilantes.

Y hay pasos de los otros,
los que atropellan todo,  20
sin sentir en sus plantas...,
la palidez de un niño,
los pechos, ya sin leche,
de una madre extenuada;
la boca desdentada de un padre,  25
ya reseca, sin el pan de mañana.

Y oídos, que no escuchan los grillos y cadenas
de tantas injusticias.

Oídos taponados por la cera del oído,
sin que ningún perdón estremezca sus tímpanos.  30

Y hay en fin un ¡AY! grande, como toda la tierra,
de dolor y de llanto.
Un ¡AY! que por los siglos
llenará el universo y llegando hasta el cielo,
rebote,  35
y compasivo, vuelva,
y destruya todo.

AMADOR GARCÍA ACEVO (1922). Poeta de sensibilidad austera y fraterna, ha publicado dos colecciones de sus versos bajo los títulos de Olas sin playa y Preludios poéticos en 1980.



  —245→  

ArribaAbajoJosé Leopoldo Decamilli




ArribaAbajo Paraguay


ArribaAbajoAcariciando las curvas de tus bahías,
hinchando el blanco velamen
con la respiración exótica
del vello oscuro de tus costas,
de tu alma de tierra y linfa poderosas,  5
redimiote Castilla generosa
del olvido y perennizó tu nombre indio,
y con él, tu esencia,
en el curso humano del tiempo.

Surgiste grande, Paraguay,  10
de las sombras de las selvas,
a la historia universal.
Fuiste cabeza de gobierno
de fronteras tan anchas
que tenerlas no parecía;  15
tu cepa indomable,
tu casta libérrima,
lo testimonian los gritos de rebeldía
de los comuneros titanes,
tu amor de madre lo probaste  20
al dar forma a la noble Buenos Aires
tu voluntad de pueblo,
con fisonomía propia y libre,
lo subrayaste con la gesta
grandiosa del setenta...  25

La gran guerra fue grande
aunque crucificó nuestro destino histórico
y robó la sonrisa de cien generaciones;
fue grande aunque su sombra
es como un colosal espectro  30
que ordena, con su dedo informe,
loor eterno a las vidas que cayeron,
loor eterno a los héroes,
loor eterno al fragor épico
en el que se selló, en fuego,  35
nuestro dolor de pueblo sin futuro.
—246→
El viento desde entonces,
se llevó las hojas de muchos días...

Castilla, después de mirar, cara a cara,
al sol, araña hoy las piedras desperdigadas  40
en sus planicies secas,
buscando un grano de trigo,
los pueblos hermanos de América,
distienden sus ansias
en gestos terribles y sudorosos;  45
tú Paraguay, rosa negra y triste,
reclinada en el lamento de tus guaranias,
jirón de luz y polvo de estrellas trituradas,
tú vives tus años iguales,
aplastado por el sol ardiente,  50
a la tierra sedienta,
con los ojos nublados por el muro
del silencio,
amontonando los escombros del pasado,
intentando dar vida a lo muerto.  55

¡Así desaparecieron todos los imperios,
hurgando entre las sombras,
para encontrar el harapo
que mejor cubriese su desnudez!
Paraguay ¡despierta!  60
América se levanta,
penosamente, pero se alza.
Olvida, Guarán, tus dolores,
echa abajo las lianas del recuerdo,
quema los cardos que te martirizan,  65
da tierra y pan a los pobres,
junta tus arrugas en una pujanza
de liberación.
América te espera,
¡América te llama a la gran tarea,  70
de hacer de veintiún bajíos
un nuevo solar vivo
de gloriosas empresas humanas!

JOSÉ LEOPOLDO DECAMILLI. Editó en Madrid (España) un grueso volumen de sus obras poéticas de dispares temas con el título de Reflejos de sombras en 1964.



  —247→  

ArribaAbajoPedro Encina Ramos




ArribaAbajoCanción de paz


ArribaAbajoEn alas del viento sonoro y errante yo lanzo este canto
que lleva el mensaje de amor y esperanza a la humanidad,
y puedan los seres vivientes que pueblan la faz de la tierra
unidos y alegres cantar este himno a la dulce paz.

Que vuelve triunfante por todos los pueblos la blanca paloma  5
que es fiel mensajera de calma, de gozo y de Libertad;
que cruce los mares, montañas y valles y llegue hasta el
surco
de los campesinos que odian la guerra y abrazan la paz.

Lo mismo alcance la casa de lodo de los proletarios,
Ejército, Industria, Iglesia, Colegio y Universidad,  10
y todos unidos los seres humanos, ignaros y sabios
salmodien triunfantes en toda la tierra el canto de paz.

Y así abrazados ancianos y niños; mujeres y hombres
condenen la guerra que porta miseria, dolor y orfandad,
y entonen en coro el canto glorioso de fe y esperanza  15
al alba radiante que trae consigo la dicha y la paz.




ArribaAbajoYuayjhu pora


ArribaAbajo«Pe yuayjhuke oñondivé»
-jhe’imi Tupa ra’y -
jha mba’érapa ñandé
yaicota ñande pochy.

Ñamombó mba’é vaí  5
yajhecá yecupyty,
jha pe mborayjhú potí...
ñandeve taipoty.

Maymaro oyosy memby
guaraní ñemoñaré  10
naiporai ñande pochy
mavaveva oñondivé.
—248→

Ñaña, ñemongaria’y,
tapé cace, py’aajhu,
ñamomboke mombyry,  15
jha taipoty mborayjhú.

Tové umí pytaguá
ouva ñane moyru
jhesárupi tojhechá
mba’eichapa yayuayjhú.  20

Tapé potí piro’y
rupi kena yaguatá
jha pe vy’á jha tory
ñane aga toñuva.

Ñambogueke yepoyjhú  25
guaraní ñemoñaré,
jha taipoty mborayjhú
tayavy’á oñondivé.

Catuetene pe riré
opavo ñeñopichai,  30
omimbine yvatevé
ñane reta Paraguay.

1953.

PEDRO ENCINA RAMOS (1924). Poeta popular. Gran animador de revistas folclóricas y director de algunas de ellas. «Raíz amarga de esta tierra amarga», ha dicho de él Félix de Guarania. Obra: Yvoty ñu.



  —249→  

ArribaAbajoJosé Domingo Portillo




ArribaAbajo Isa sovo Paraguay


ArribaAbajo ¿Icatúpa ña ñe’e?
¿icatúpa ya’emi pe ya’eséva,
yajhá ya-re yaisu’ú cu itoitéva
jhatiambáva «mboi caagué»?

«Mboi caagué» co jhá’e jhina  5
jhetaité coty po’i jhyacua tuyúva
ñaña cuara... iky’á jha ipyti’úva,
caria’y oñesu yn-vape guara.

Paraguay... ¡Jhah. che reta!
ne memby, nde rayjhu etéva oñe’eta,  10
jha jhuguy rapépe oíva omongu’éta,
jhi’aitégui oñandúva oicuaaucá.

Ipojhyi pe curusú
mocoivé nde ati’y ári rerajháva
tindy jhápe ne añoité rero guatáva  15
omanógui mborayjhú...
jha mba’éico reyapóta,
co «ysó tata» ñaróicha omumumbáva
umí oicóva mbaretépe opa ára
nde ruguy rejhe ocambú.  20

Jhi’aitéma co ajhechá
osopáro tucumbó ne apyti jhára
«poguasú corazo’yn» -me omo pyendáva
nderejhé oñemú jhagua;
jha upe cuévo catueté ára sunúicha  25
cocueré; ñu rovyu flia ca’aguyre
jhyapúne avavépe oñesu yn-re
nde guajhúri omyasaiva añeteguá.

Arai jhu-ke tojhasá,
jha yvytú ñane pyambú ogueroyáva  30
co’eyú, pora asygui otytyipáva
toguerú jhenondera...
¡tomombay ñane reta!
—250→
yajhechá jhagua opu’a jha oyepysóro
yvaté cuarajhy piári voí ojhóro  35
«mimbipá» pe oicó jhagua.

Jhembypáta mba’apó
jha maymá Paraguay memby teéva
tengue, tengue, ñopia’ame oicovéva
¡Oicaraita iyajhy’ó!  40

oicaraita jha jhe’i yvaga guype
iñe’e, ipurajhei jha isapucaipe
«pytaguá mongyrá jhára» rembiguiape
ojhoyá atema jhagua pe isacaro

Ñorairo jha yeyucá  45
cu py’yi me yaiporúva cuejhevémi
tesarai ndie ñañotyta
tajhendy ta icusugué;
yajhecháne opupúro jhendaguépe
cu yvú opupu jháicha ita cuápe  50
ñande yvy oñongatúva tory pápe
mborayjhú jha mbarete

Yvy ári co ndaipóri
pe yuajhúgui iporavéva
mba’ejhá pico ymavema  55
co pojhá nda yajhecái;
ñamboysyi rangué tie’yn-gui
te’ongue jha curusú teta ryepyre
jha’eve mante yac’ú Sy resayre
ñande Sy ramo añeté co Paraguay.  60

JOSÉ DOMINGO PORTILLO (1924-1984) «...Poeta auténtico -dice de él Pedro Encina Ramos- que canta con deleite al amor, a la vida, a Dios, a la patria, a los héroes, a los humildes trabajadores del campo y de la ciudad». Ha publicado generosamente en revista populares y ha sido editor de las revistas Lo Mita y Sol-La-Si.



  —251→  

ArribaAbajoLionel Enrique Lara




ArribaAbajoAsí canta mi patria22


ArribaAbajoCon voces tal como el eco de su sentir
profundo canto de su vida en cada emoción
vibrante canto de lucha de hondos amores
el alma pone la raza en cada canción.

Así canta mi patria, su himno de fe  5
trayendo el tesoro inmenso de su vigor
la fuerza que contenía renacerá
trayendo la paz, la dicha para vivir.

Recogiendo dulce suave frescura
del arroyuelo.  10
subiéndose tenue límpida grácil
de los trinares,
arrullándose por los mil perfumes
de la floresta,
milagro de amor  15
mi gran Paraguay se hace canción.

LIONEL ENRIQUE LARA. Trabajador de la radio ya fallecido.



  —252→  

ArribaAbajoCrispín Concepción Ortellado




ArribaAbajo Ao k’ya yojhei jhara


ArribaAbajoTapiá pe nde yujhuva co’eyú y rembe’ype
pe guapy carapamiro kyre’y, peipokyty,
yvytú ñane kytiro napeñeme’ei ro’ype
jha jhi’ari pepoiva cu oikevo cuarajhy.
Jhetaité peipokytygui pe nde pó oyepiró pava,  5
ñajhepume’e michíre jhetaité pemba’apó,
marové peñandu’y, va ate’y, oye’ejhara,
cu pucá, ñemomguatape pe mondyiva cane’o.

Jha, cuñá jha’eveieva, marové jhasajha’y, va
mba’aponte peicuaava, pytu’ú marové,  10
ta ro’y ta mbyry’aipa cuimba’eicha pejha’ava
aniangátei pe nde roga oñuva tecoteve.

Ysyrynte ojhechava, jha eñe’ero omombe’une
iky’ava aó cuera yojheijhara rembiapó,
che reindy cuera retere cane’o ndo pocoi chene  15
yepevero cuarajhype ipiré oyejhyviró.

CRISPÍN CONCEPCIÓN ORTELLADO (1926). «Poeta -dice de él P. Encina Ramos-, glosista, periodista y estudioso del idioma guaraní». Revistas folclóricas han recogido su producción.



  —253→  

ArribaAbajoCarmelo Castiglioni Pérez

imagen

Carmelo Castiglioni Pérez, quien dijera que «abundan los valores en agraz ávidos de abrirse paso hacia las alturas», falleció el 26 de agosto de 1969. Sus restos reposan en las inmediaciones del Panteón Militar (acceso por el Portón N.º 5) del Cementerio de La Recoleta, en cuya lápida nos cupo inscribir que: «Quiso ser sólo un hombre, hoy su recuerdo es llama». Y esto, porque aspiró más en su realización como tal antes que en acrecentar sus cualidades artísticas.

  —254→  


ArribaAbajo Balada de Noche Buena


ArribaAbajo Noche navideña
de luna estival
un pesebre luce
bajo el naranjal.

Un niño de barro  5
ríe sin parar
queriendo un lucero
su mano atrapar.

Pueblo de mi tierra
canta tu cantar  10
en la Noche Buena de esta Navidad.

El labriego sueñe
con fe sin igual
en campos henchidos
de rubio trigal.  15

El obrero sueñe
con su bienestar
que tal vez muy pronto
habrá de alcanzar.

Sueñe el estudiante  20
patria y libertad
en rebeldes cimas
de idealidad.

Y la niña novia
en su barandal  25
teja su quimera
de felicidad.

Cante el pueblo cante
en esta Navidad
sus cantos mejores  30
de amor y de paz.

23-XII-68

  —255→  

CARMELO CASTIGLIONI PÉREZ (1926-1969). No escribió mucho. Poco después de muerto, me correspondió señalar que «le faltaba la fuerza y la decisión y esa tenacidad firme para llegar a ser alguien en el terreno de las letras. Inconstante como las musas, deseaba vivir la poesía a todas horas, pero no a escribirla. Quiso no entender aquello que bien lo dijo Jules Renard: «el talento es una cuestión de cantidad. El talento no es escribir una página, es escribir 300».



  —256→  

ArribaAbajoIluminado Quintana




ArribaAbajoContribución para un canto universal de la paz


(Fragmento)


ArribaAbajoCantemos a la paz, todos los hombres
con metálico son de muestras voces
en el inmenso diapasón terrestre.
Cantemos a la paz, nunca a la guerra.
No al tableteo infernal de las metrallas
ni al vómito feroz de los cañones.
No al funesto silbido de las balas
ni a la explosión horrororísima del átomo
sembrando la muerte por doquier.

Cantemos a la paz, sencillamente
en todos los lenguajes y dialectos,
en todos los sonidos y los signos.
Resuene en los ignotos archipiélagos
y en los recodos de todos los caminos.
Resuene en los jardines florecidos
y en la rosa de los vientos.
Resuene en los desiertos del Sahara
y en las nevadas latitudes árticas.
Resuene en el polo y el ecuador
en los bosques y en las estepas.
Resuene en los almendros floridos,
y en la infinita gama musical.
Resuene emocional, humano y puro
mi canto de paz universal para los hombres.

Cantemos a la paz todos los hombres
sin distinción de razas ni de credos.
Negros, blancos y amarillos.
Ateos, cristianos y mahometanos.
Unidos todos por el ritual de la paz
que es amor, que es de esperanza,
que es de vida, que es de suprema felicidad.

Que de paz sean las rojas alboradas,
que de paz sean los crepúsculos azules,
—257→
que de paz canten las olas danzarinas
en las marinas aguas musicales.
¡Paz! como rezan los milenarios ríos
el Ganges, el Volga, y el Missisipi.
¡Paz! como cantan las montañas grandiosas
el Himalaya y los Pirineos,
el Caúcaso y los Andes del Sud.
Y sin medir fronteras regionales
por idénticos cielo constelado
blanca paloma de alas siderales
símbolo sea de paz universal.




ArribaAbajoPoema


(A Mariano Roque Alonso, en el aniversario de su asesinato)




ArribaAbajoA ti clavel de mediodías,
limpio sitial de reciedumbre
por donde brilla la esclarecida luz
de tu martirizada adolescencia.

En ti lo agónico no cuenta  5
sino la plenitud radiante de la vida,
la exaltada magnitud de tus ansias,
tu sangre de pueblo y de patria combatiente,
tu monolítica estructura revolucionaria.

Ante tus despojos de pétalo marchito,  10
ante los jirones sangrientos de tu carne arrasada,
cómo temblada la canalla fascista,
cómo quemaban las manos homicidas
tu pura estrella de tu frente pura,
el luminoso polen de tu corazón intacto, camarada.  15

13-X-1954.

ILUMINADO QUINTANA. (1926?-1984). Sus pocos versos conocidos se destacan por la riqueza de su contenido. Vivió en el exilio desde hace varias décadas. Sus herederos editaron en 1985 y en Buenos Aires su libro Astral cabalgata con el seudónimo de Luis Derval.



  —258→  

ArribaAbajoCancio Giménez

imagen

Acto de presentación de Gotas de Cancio Giménez, el primero de la izquierda, seguido del compilador L. M. Martínez, Rubén Lisboa, Presidente de la Cámara del Libro y Arsenio Urbieta de Z. P. 11 Radio Cháritas, estos últimos grandes propulsores del libro nacional, a igual que los señores Ricardo Rolón, Marcial Benítez, Pablo Burián, Carlos Villagra Marsal, Carlos Schaumann, Hugo Duarte Rodi, Juan Bautista Rivarola Matto, Jorge Gómez Rodas, Alfredo Seiferheld y otros.

  —259→  


ArribaAbajoCantar bien alto



«Si es posible empezad
por cantar alto, bien alto!»

Luis María Martínez                



ArribaAbajoHace tiempo que quiero
«cantar bien alto»
quebrar con mi voz  5
la fuerza del viento
«cantar bien alto»
con renovado espíritu.

Desperezar la cima
que se ha acostumbrado  10
a dormir esta larga siesta
demasiado larga
que debe despertar.

Con la melodía de mi canto
ya no habrá nubarrones  15
ni nieblas que impidan
para que un límpido cielo
nos cobije con su manto.

Es un acariciado anhelo
aunque la marcha sea cuesta arriba  20
aunque vibran los sentidos
y crueles látigos
nos laceren el cuerpo.

La cima está cerca
al alcance de las manos  25
y debo hacer un breve alto
para renovar las fuerzas
para luego exhalar con más brío.

El grito nuevo, fuerte, altivo,
que resuene en las alturas  30
que abran los ojos dormidos
porque una aurora nueva
ya cercana se vislumbra.

  —260→  


ArribaAbajoCanción al pobre


A un hombre que vive a orillas del río.




ArribaAbajoLlaman rancho
a cuatro horcones clavados
en el duro suelo
y por techo, el azul del cielo
vives ahí hermano  5
con tu esposa e hijos
al aire, al sol, al frío, la lluvia.

Tu mirada se pierde en el vacío
un vacío de alma
pues tienes hambre, frío y soledad  10
soledad de día, de noche
qué importa, no tiene noción para ti
la has perdido en la vorágine
del intenso trajinar en lograr,
un mendrugo de pan con que saciar  15
tu inmensa necesidad de existir.

Conmueve tu mísera existencia
porque eres carne de las injusticias
eres carne de los marginados
de una sociedad cruel.  20
Y seguirás así
el tiempo, una eternidad
tu pecado, nacer pobre
tu desdicha, no tienes lugar en este mundo
tu misión, peregrinar, eres un despojo.  25

Y así vivirás mi hermano
con los tuyos, con los míos
al aire, al sol, al frío, la lluvia.

Julio de 1975




ArribaAbajoSangre


ArribaAbajo Gritos, voces,
disparos y gemidos,
rasgan la oscuridad.
—261→
Y luego
todo es silencio  5
temor y terror.

Y al alba
hay rastros de sangre
cuajada de dolor.
Y a la esposa que llora  10
y a los niños, que gritan
le dirán que él, ha muerto
por un ideal.

Junio 1947

CANCIO GIMÉNEZ (1927). De verbo sencillo y extático lirismo. El tema del amor ha alimentado sus libros publicados: Gotas y Brotes dispersos.



  —262→  

ArribaAbajoPedro Abelardo Gómez Centurión




ArribaAbajoMba ’eiko pee peyé


ArribaAbajoMba’eiko pee peyé
ko tiempo ko’aga guápe:
ko’eguive kundahápe
yaiko yakaru jhagua.
Jha i completove jhagua  5
ko ára jhaku oguajhévo
-upe octubre oikévo-
hora yepe oyupipa.

Mba’eiko pee peye
ko ñane tiempo pyajhúpe:  10
Cero’i cero guasúpe
jho’upa ipyraite.
Represión de modaite,
jha osegui la contrabando,
yepe ku de contramano  15
oguajhe tuicha kuete.

Jhe’ijhaicha Martin Fierro:
«La ley es como el cuchillo».
Jhesa’iro nde bolsillo
ne kyti vai paite.  20
Jhe’i avei jha’e:
«La ley es como la lluvia».
Nderejhe oky guasúro,
pe anrove ndokyiete.

Ñandeyára jhe i vaekue:  25
esta frase tan vigente
«Con el sudor de su frente
el hombre oviví vaera».
Nde opa ne resasemba
reikose como la gente  30
jha upéi ku michieténte
«miro» itenondepa.

Nape ñandúipa pee
chokokue temityjhara,
—263→
pe kóga ñamopu’ava  35
otroitépe guarajha.
Jhoky, ipoti, jhi’a:
Ku rasaite yavy’áva.
Jha umi ipira jhetáva
reinungánte oipota.  40

Kokuejhe ajhendu oiko
«blanqueo de capitales»:
con cierre jha sin ojales
kaso kuera oye’usa.
Doble filope guara  45
péva oguereko importancia:
toguereko yepe estancia,
kuñakuera oiko reípa.

Che upévare ako kuejhe
apensa ayedivorsiávo,  50
soltero yey apytávo
che piro’ymi jhagua.
Tres semanas upe vaera
añemoi en remojo,
yajhechapa un poco flojo  55
nda che agarrai los kuña.

PEDRO ABELARDO GÓMEZ CENTURIÓN. Nació l.º de agosto de 1927, en Villeta. Agricultor.



  —264→  

ArribaAbajoMario Halley Mora




ArribaAbajo Ser


ArribaAbajoLuchar por ser,
y el intento vital que suena
a un masticar de piedras.
Y una brújula rota
que miente vientos nuevos.  5
Y un rumbo entrecortado por el miedo,
y un miedo amamantado por la angustia
de no ser,
o ser sin plenitudes,
en un ser de media muerte,  10
o en un ser de media vida.




ArribaAbajoEsbozo


ArribaAbajoDos puños apretados.
Sobre un fondo de ocasos esfumados,
un tumulto de dientes que se muerden a sí mismos,
y de músculos henchidos
tratando de izar un sol para la aurora.  5

Un látigo, una flor;
una roca reseca junto al agua viviente.
Un vaivén pendular:
alumbramiento y muerte.
Un vientre fecundado  10
y una tumba cavada.

Eso, es el hombre:
una costra de piel que se renueva y muere,
que muere y se renueva
sobre la boca antigua de una herida.  15

MARIO HALLEY MORA (1928). Dramaturgo, novelista y poeta, Halley Mora transmite sus preocupaciones sociales en la envoltura de una filosofía descarnada e iridisada de   —265→   un leve pesimismo, como expresión de una cotidianeidad no del todo satisfactoria. Obra: Piel adentro en verso y una innumerable cantidad de obras de teatro. En narrativa: Cuentos y anticuentos y Los hombres de Cetina, una novela de muy actual y positivos ingredientes.



  —266→  

ArribaAbajoRogelio Silvero




ArribaAbajoEl porvenir late en el surco


ArribaAbajo He abierto este surco como se abre un libro
y hondamente espero...
y cavilo a la sombra del verano
mientras en torno mío se desliza el drama
de las primaveras sometidas.  5
A ellas
les acerco mi aliento,
hasta el sudor de mi cuerpo de labriego
para que digan lo bello,
para que canten la copla en boga.  10

He abierto este surco como se abre un libro
y hondamente espero...
aquí me hundo
como se hunden las ideas en el cauce tibio
de la esperanza;  15
aquí vivo y percibo en el ocaso el temblor
de las sombras desatinadas bajo el vértigo
de una lid desbocada.

Aquí. Aquí
dentro de este surco por donde corre  20
la frescura latente de lo inmortal,
quisiera hacer de mis manos
dos enormes símbolos de rebeldía
para llamar a los hijos del pueblo
y enseñarles lo que encierra un surco abierto  25
donde los músculos recitan
el sublime poema del porvenir.




ArribaAbajoNo será así, labrador


ArribaAbajoLa lumbre que en tu hogar se enciende
es nuestra enseña, labrador.

Nuestra lucha no acabará así.
Recuperarás tu nombre.
Recuperarás tu tierra.  5
—267→
Recuperarás la ley
que otrora coronó tu frente
y alzó la majestad de tu figura
en el horizonte de la patria.

Tus detractores se fueron ya lejos  10
con sus manos tintas en sangre de pueblo
aquellas manos sucias,
aquellas garras impías
están ardiendo a fuego lento,
y si surgen otras  15
caerán como ramas secas
de árbol que se va talando,
porque ellas sobre tu corazón
marcaron con punzón de acero
la cifra maldita  20
que te llenó de sangre los ojos,
¡que te alzó contra el hermano...!

La lumbre que en tu hogar se enciende
es nuestra enseña, labrador.

ROGELIO SILVERO (1928). Oriundo de Caazapá, poeta inconstante ha hecho más bien periodismo y teatro, donde exhibió su mejor cualidad como en sus obras Mercado cuatro, Jaguá Rekové, Pychai y Karaí Francia. Algunos de sus cuentos también fueron galardonados por instituciones culturales del país.



  —268→  

ArribaAbajoBasilides Brítez Fariña




ArribaAbajoMita’i pinandi mí23


ArribaAbajo Mita’i pinandi mi co’e ire repu’ava
reké mi pora ague ire nerenói va mba’apó
reririi va to’isagui ne caso jhesá veráva
jha jhu’úpe umí tapére vae’ápe nga rejhó.

Diario cuéra jhupitivo vevé jhápe nga rejhó va  5
rejheyávo ne marchante aní re yé tapujhá
«aca’e» «atria» «chiuna» nde ajhi’ípe nga osoró va
jha upéi cane’o nguepe reguapi re rambosá.

Reyeití va upé riré cu ne cajón mi nde apere
sapatú ki’á recávo tera changa michimí  10
jha revista rerajháro rejhechava en tapére
jha umí «rubio» rebirere «re pitáva ñemimí».

Cu ne crema opá potaro rendivúva sapatúre
remoná jhesé sinesia tera en lima suti
reyopiva chupé paño jha ochi’a pe ivitúre  15
overá jhendí asiva rejheyáva vacapí.

Peicha jhagui nde recáva reyujhúro nde rapépe
tapichá i tie’iseva ojhecáva ñorairo
retakíva pe jhováre ambué cuéra apitépe
sapucái yepopeté pe lo mita ne pitivo  20

Mita’i pinandí me che jhata roipopijhi va
nde rejhé ayeruréva o ma’e jhagua TUPA
mita mi guivé tori pe mba’apope re yeiti va
opu’a ivaté jhaguaicha Paraguay ña ne reta.




ArribaAbajoEl verde maizal


ArribaAbajoAl canto del gallo que anuncia la aurora cargada de brisa,
despierta el labriego que salta del lecho sin más dilación
y tras de los mates sabrosos y amargos que toma deprisa,
prepara el arado, recoge los bueyes, les da su ración.
—269→
Al yugo los unce portando la reja voraz del arado  5
que hiere con tajo profundo la tierra sedienta de mies,
y siembra en sus huellas el grano bendito con tierra tapado
que cuida con alma, lo limpia de abrojos que surjan tal vez.
Ya brotan lozanas las vírgenes plantas por Dios bendecidas
que riega con lluvias, con pájaros limpia de plaga animal,  10
y el buen campesino se afana en la tierra con toda su vida
por ver con orgullo cargado de frutos el verde maizal.
Oh manos callosas por soles curtidas allá en las capueras,
de venas salientes, teñidas de tierra color de azafrán,
te abrazo y estrecho las manos sagradas que traen de veras,  15
consigo la dicha, la prez del trabajo y un poco de pan.

15-IX-1965.




ArribaAbajoObrerita


Muchachita proletaria de mi tierra guaraní,
que con llantos y plegarias vas en pos de un frenesí,
cuando miro de tus manos esos callos de dolor,
yo derramo como hermano
unas lágrimas de amor.  5

Muchachita que te afanas
y te bañas en sudor,
porque sólo así te ganas
el puchero con honor,
nadie sabe que eres madre  10
con criaturas que comer,
por las dejó su padre
yendo en pos de otra mujer.

Obrerita paraguaya
de la estirpe guaraní,  15
la que nunca se desmaya,
la que siempre dice sí,
la que brinda su cariño
con ternura maternal
—270→
a sus hijos, a sus niños,  20
que son todo su ideal.
ArribaAbajoObrerita laboriosa
abnegada y servicial,
que no sabes de otra cosa
que tus niños y el hogar,  25
Dios bendiga tu trabajo,
sea tu máquina un altar,
que no caigas nunca abajo
y... haya un cielo en tu mirar.

13-II-1965.




ArribaAbajoAguatero de mi patria


(Al amigo y hermano don Negrito López, intérprete sutil del corazón nativo)




ArribaAbajoDesplazado de la Urbe por las aguas sanitarias te refugias
en la orilla,
pregonando tu elemento con el látigo implacable por las
calles de Asunción,
tu carrito moribundo se sacude en la hondonada goteando
su canilla, con los ojos angustiosos avizoras las cabañas por
hallar colocación.
Eres sombra del pasado que rebelde te sacudes por salvar
la subsistencia,
 5
tú no quieres el progreso que desplace tu trabajo y te
arroje en el rincón,
porque encarnas la indolencia de una raza caprichosa que
no cambia de vivencia,
vas por eso maldiciendo con la frente sudorosa y sangrando
el corazón.

Aguatero de mi tierra,
ya cumpliste tu misión,  10
toda lucha en sí encierra
alegría y desazón.

Con tu líquido elemento
abrevaste a la Asunción,
y ganaste tu sustento  15
al cumplir con tu misión.
—271→

Aguatero de mi patria, cabizbajo te desplazas con tu
clásico24 carrito,
rechinando fuertemente cual si fuese los lamentos de la
vieja tradición,
es inútil que compitas con las máquinas veloces, con la
fábrica y su pito,
eres gloria del pasado que en las páginas de historia hallará
consagración.
 20
Tu misión no fue perenne, sólo fuiste un instrumento de
la patria del pasado
al cumplir con su mandato de servir a la comuna te labraste
estimación,
es por eso que la historia de Asunción en su memoria te
dará sitio sagrado,
y los hijos de la patria te dirán en sus escritos: ¡Salve,
orgullo de Asunción!

Aguatero de mi suelo  25
contará la tradición
tu penuria y tu desvelo
por las calles de Asunción.

Con tu líquido elemento
te ganaste el corazón,  30
y quizás un monumento
te consagre la Nación.

19-VIII-1959.

BASILIDES BRÍTEZ FARIÑA (1929). Poeta y ensayista, gran estudioso de la lengua guaraní. Sus versos en español y guaraní han tenido cabida en incontables revistas folclóricas. Obras: Apuntes de gramática guaraní, Ocara Poty cue mí, su vida, su trayectoria y en su entronque en el alma nacional.



  —272→  

ArribaAbajoCarlos Bonzi Giménez




ArribaAbajoDivagación Patriótica


ArribaAbajo¡Patria! Tu nombre no es tan sólo un grito
que vibra en los espacios siderales
desvanecido en ámbito infinito;
no son sólo tus valles, tus colinas
o tus enormes bosques seculares;  5
no es tan sólo el verdor de tus campiñas
con la altivez viril de tus palmares;
no es tan sólo el murmullo del torrente
que se arrastra lamiendo tus paisajes;
ni es tan sólo el destello refulgente  10
del oro hecho sol, en tus celajes.

¡No es sólo el nácar de tu bello ocaso
ni el azul transparente de tu cielo,
que encienden en el alma a cada paso,
de santas redenciones el anhelo!  15

¡No es tan sólo el tanino del quebracho,
o la cosecha de la yerba mate,
o la frescura de tus naranjales
con tus noches de luna y azahares!

¡Ni es tan sólo el acorde de guitarras,  20
que desgranan en polcas y guaranias
al fragor de un rugido y una zarpa,
o el requiebro de amor, de una torcaza!

¡Ni son sólo tus nuevas carreteras
y algunos imponentes edificios,  25
con los cuales se encubre la miseria
que implacable carcome tus entrañas
con injusticias ya estratificadas!

Yo, más te veo en el alma de tus hijos
de pechos oprimidos, en que laten  30
rebeldías profundas, ancestrales,
como la savia en la raíz de un árbol
en su ambición de pan y libertad, talado,
¡y siempre resurrecto en floración tronchada!
—273→
Esos hijos estoicos, marginados,  35
que roturan el vientre de tu tierra,
eternos productores explotados
que siguen transitando en sus carretas
cargadas de robustas tradiciones
en huellas polvorientas del camino,  40
viajando al compás de sus canciones,
¡vencedores del tiempo y del destino
arrastrados por bueyes jadeantes
bajo el fuego de soles tropicales!

Es esa vestidura centenaria  45
la que muestras al mundo indiferente,
que no conoce tu alma legendaria,
y no mira la estrella refulgente
que iluminó tu senda solitaria,
cuando ya henchida en majestad humana  50
proclamaste en la «Gesta Comunera»
principios de belleza ciudadana,
que si mal, en la muerte de Antequera
se ahogaron en sangre y opresión,
no fue sangre vertida sin razón;  55
fue el bello lampo que alumbró la historia,
se anticipó a la gesta libertaria
que la Francia inmortal proclamó altiva
con la pujanza de una gran victoria,
y nos dio en su lección pura y nativa  60
de bastillas caídas, conquistadas,
una sublime escala de valores
asentada en principios más humanos,
¡cuyos bellos derechos proclamados
fue ejemplo de otros pueblos soberanos!  65

¡Por eso es que tus hijos, hoy, luchamos
tratando de ser digno del ayer,
y con mil desventuras tropezamos
por depararte lo que habrá de ser!

Patria querida, de historial sublime,  70
y de presente amargo y vergonzoso,
tus hijos contemplamos con tristeza,
tus virtudes más bellas, apagadas;
tus otroras viriles ciudadanos,
—274→
se ofuscan temerosos en la sombra,  75
son pocos los valientes que se yerguen
fustigando a la inicua dictadura,
denunciando injusticias con bravura,
esgrimiendo verdades dolorosas,
¡pugnando por romper tus ataduras!  80

Y el rebaño, prosigue mansamente
lamiendo el sabor acre de la tierra
que profanan crueles opresores.
Esos mismos que basan su dominio
en la fuerza implacable de las armas  85
que recibieron bajo el juramento
de defender al pueblo soberano,
al cual traicionan, vejan y maltratan,
¡explotando las múltiples riquezas
de un común patrimonio, ya diezmado  90
por su voracidad nunca saciada!

¡Hoy, jóvenes precozmente seniles,
subastan sus conciencias por un precio
y orgullosos reciben las prebendas
con que tasan serviles, su obsecuencia!  95

Pero ¡ay! de los déspotas que ríen
de sus pueblos hambrientos y desnudos,
que se creen divinos enviados
al pueblo, de cual son los traidores,
que pregonan absurdas teorías  100
de supuestos gobiernos patriarcales,
¡y se autoerigen en detentadores
del poder de sus pueblos explotados!

¡Ay, si despierta el alma de la raza
con iras redentoras y arrogantes!  105
¡Ay, si se yerguen nuevos Antequeras,
modernos Francias, bravos Rivarolas,
contemporáneos Taboadas, Rivarolas,
o un legendario Juan José Rotela
que reinscriban con sangre la sentencia  110
de su fervor valiente y libertario!
—275→
¡Cuídense entonces todos los tiranos
y sus viles esbirros genuflexos
de aquellas justas iras desatadas,
cual ígnea lava de volcán tremendo!  115

¡Del volcán pectoral de todo un pueblo
que erupciona sus ansias redentoras
en torrente de sangre libertaria!
Sangre y sudor, y llanto y sufrimientos
que por fin rompan viejas ataduras  120
y sacudan el yugo y la mordaza!
¡Allí estaremos todos los varones
desafiantes, recios, indomables
jugándonos la vida en la aventura
de liberar la patria esclavizada!  125

Mayo de 1970




ArribaAbajoA Manuel Ortiz Guerrero


En el cincuentenario de su tránsito a la inmortalidad.





- I -

ArribaAbajo Para cantar tu verso, Ortiz Guerrero,
habría que mezclar néctar y albores
y en el ritmo inmortal, de Asunción Flores
¡de guaranias crear rico venero!

Glorificar al Mariscal de acero  5
que ya en la muerte, de los estertores,
con «Diana de Gloria» y sones de tambores,
¡se inmoló, no cediendo al extranjero!

Y además, extasiarse en la simiente
que hundida en los estratos de la historia,  10
pletórica emergió con savia ardiente
y su arte en floración pasó a la gloria,
¡para brillar cual astro refulgente
del cenit de su pueblo, en la memoria!


- II -

¡El aleteo azul haber sentido  15
del «Panambí verá» de la espesura,
—276→
de «India», haber amado la hermosura
y un «Kerasy» de amor haber sufrido!

En paraguayo pecho estremecido
por lirio que del barro, su tersura  20
levanta en su corola la ternura
¡transmutando su polvo desvalido!

Y al que gusta del verbo irresistible:
la daga y la mujer, no caben dudas,
son bellezas iguales y terribles,  25
a condición las dos, de estar desnudas,
en «La cita», hallarán la indefinible
efusión del amor, ¡intensa y pura!


- III -

¡Y mostrar que fue síntesis señera
del sentir de la raza rediviva,  30
la onda desbordante y expansiva
de un humanismo en rica sementera!

Que no se doblegó, ni ante la artera
traición doliente de su suerte esquiva
y fraterna, solidaria, sensitiva,  35
¡su voz estremeció América eterna!

Amalgamándose en la contextura
de su canto de selvas seculares,
la autóctona expresión de la cultura
telúrica ignición de patrios lares,  40
¡en erupción lanzando a las alturas
el fervor de las causas populares!

8 de mayo de 1983.

CARLOS BONZI GIMÉNEZ (1930-1985). No se ha reunido aún en volumen sus interesantes poemas indudablemente ricos en lo conceptual. Se dedicó también a las actividades políticas.