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Proyecto para un análisis hermenéutico de la teoría literaria española durante el siglo XIX

José Antonio Hernández Guerrero





La Retórica, una de las ciencias humanísticas más antiguas e influyentes a lo largo de la historia cultural de Occidente, ha sido también una de las disciplinas didácticas más censuradas y despreciadas durante los dos últimos siglos. Concebida como ciencia o como arte, como teoría o como práctica, los estudiosos le concedieron tradicionalmente singular importancia al considerarla un eficaz instrumento de conocimiento, una guía práctica de la creación literaria y un criterio seguro del análisis valorativo. La progresiva limitación de su objeto1 y, sobre todo, los cambios estéticos e ideológicos, determinaron su depreciación y su abandono. La transición del siglo XVIII al XIX, que también representa el paso del Neoclasicismo al Romanticismo, abre un período de actitudes decididamente antirretóricas. El desprecio de las reglas y la valoración de la libertad creadora sin trabas, explican, al menos parcialmente, esta postura despectiva.

Son muchos y prestigiosos los críticos actuales que afirman que el siglo XIX es el período de decadencia y agonía de las retóricas. Según ellos, el elevado número de manuales que aparecen, todos de escasa calidad y originalidad, se explica, en la mayoría de los casos, por razones administrativas y pedagógicas2. Una consecuencia de este juicio generalizado, que, por las razones anteriormente expuestas, no carece de fundamento, ha sido la escasa o nula atención prestada a las numerosas obras publicadas durante esa época sobre teoría y crítica literarias.

Nosotros pensamos que es necesario cubrir con urgencia y con rigor este vacío en la historia de las ideas literarias. Nos apoyamos en las siguientes razones:

  1. El número tan elevado de tratados editados a lo largo de esta centuria.
  2. Su extraordinaria diversidad de contenidos teóricos, significados estéticos y orientaciones didácticas.
  3. Su dependencia directa de doctrinas filosóficas coetáneas.
  4. Su estrecha conexión con teorías actuales estéticas y literarias.

Un análisis minucioso y concienzudo de ese caudal de tratados y de manuales de Literatura General, Retórica, Poética, Preceptivas, Estilísticas, etc., nos podrá descubrir las bases filosóficas en las que se apoyan, sobre todo, de índole estética y epistemológica. Debajo de las nociones más elementales está siempre, de manera más o menos explícita, una concepción de belleza y de arte, de conocimiento y de verdad, y, en definitiva, del mundo y del hombre.

Como advierte Barthes3, la Retórica debe ser leída siempre en el juego estructural de sus vecinas (Gramática, Lógica, Poética, Filosofía): es el juego del sistema y no cada una de sus partes en sí, lo históricamente significativo. No olvidemos que el fenómeno retórico, no sólo es un objeto prestigioso de inteligencia y de penetración, un instrumento de poder, centro de conflictos históricos, sino también y sobre todo una herramienta ideológica que obliga a un serio examen crítico4.

Por otro lado, debemos tener presente que, por escaso valor que, a primera vista y globalmente considerada, posea esta abundante producción, siempre podremos encontrar elementos interesantes y originales. Recordemos las palabras de García Berrio: «Hay que advertir que, aunque la Retórica como ciencia ha conocido momentos de auge y de decadencia, todas las edades, sin embargo, han aportado a sus correspondientes textos retóricos sus marcas características, nunca desdeñables»5. La aportación del siglo XIX en este ámbito disciplinario no es, no puede ser, exclusivamente negativa ya que «la negación de una retórica funda sólo una retórica del contrario, sin dar origen a una nueva retórica ni garantizar el abandono definitivo de cualquier otra»6.

De cara, incluso, a la concepción de una nueva retórica, será necesario e inevitable el conocimiento, lo más completo y detallado posible, de esos modelos que se pretenden superar. «La elaboración de una nueva retórica debe hacerse sabiendo a partir de qué o en contra de qué se construye»7.




Nuestra Propuesta

A partir de las consideraciones anteriores, nos proponemos efectuar un análisis en profundidad, no sólo historiográfico y hermenéutico, sino también exegético y comparativo, del mayor número posible de los tratados y manuales editados en España durante el siglo XIX8.

En principio, por razones de estrategia metodológica y de economía de esfuerzo, de tiempo y de espacio, hemos excluido intencionadamente de este estudio panorámico, obras tan importantes y extensas como las de Milá y Fontanals, Menéndez Pelayo y Menéndez Pidal, pues consideramos que deben ser objeto de proyectos aparte.

Aventuramos la hipótesis de que el siglo XIX ha sido más rico y fecundo de lo que generalmente se dice, no sólo por los variados frutos que en él se produjeron sino también y sobre todo, por los gérmenes que en él se sembraron.

Tras un primer examen del corpus bibliográfico al que hemos aludido anteriormente, hemos efectuado una primera clasificación hipotética, apoyados en los principios y propósitos que se formulan en las introducciones respectivas y en las definiciones de los conceptos fundamentales: belleza, arte, literatura, género... Insistimos en que dicha distribución posee un carácter provisional ya que la definición y sistematización definitivas constituirán las conclusiones de nuestro trabajo.

Hemos identificado las siguientes líneas de pensamiento filosófico, determinantes de modelos de teorías literarias diferentes y de concepciones estéticas distintas y, como consecuencia, de diversas normativas retóricas:

  • SENSISMO: Locke, Condillac, Cabanis, Destutt de Tracy.
  • SENSISMO MITIGADO O SENTIMENTALISMO: Laromiguière.
  • ESPIRITUALISMO ECLÉCTICO: Cousin.
  • ECLECTICISMO (de la Escuela de Escocia): Hamilton.
  • TRADICIONALISMO: De Bonald...
  • NEOESCOLASTICISMO: Kleutgen.
  • KRAUSISMO: Krause.
  • Otras corrientes: Utilitarismo, Romanticismo...

No debemos olvidar que también sigue vigente una línea clasicista sostenida por textos del siglo XVIII que se siguieron reeditando y que sirvieron de modelo a muchos manuales elaborados durante esta centuria9.




Presupuestos y objetivos

El trabajo, tal como se puede desprender del mismo título, posee un contenido histórico y un enfoque hermenéutico. Pretendemos tener en cuenta la renovación que se ha efectuado en los métodos de investigación de los estudios historiográficos.

Situamos este proyecto, por lo tanto, dentro del ámbito de la historia de las mentalidades, surgida en Francia en torno a 1970 y desarrollada posteriormente en el resto de Europa. Se trata de profundizar en un «tercer nivel» teórico como clave del edificio historiográfico.

El Arte Poética de Boileau, que había sido traducido y anotado por Juan Bautista Madramany y Carbonell en 1787, influye en muchos tratados de poética del siglo XIX, por ejemplo en el de Martínez de la Rosa, que tanta difusión alcanzó durante varias décadas. Otro tanto ocurre con las Lecciones sobre la Retórica y las Bellas Letras de H. Blair cuya traducción al español realizó en 1816 José Luis Munárriz. Según indica Menéndez Pelayo, es patente su huella en el Arte de Hablar... (1826) de Gómez Hermosilla, sobre todo en la parte que dedica al estudio de los géneros literarios. Hay, igualmente, reediciones de los Principios Filosóficos de la literatura o Curso razonado de Bellas Letras y de Bellas Artes, obra escrita por el francés Batteux y traducida al castellano por Agustín García de Arrieta ente 1798 y 1810. De autores españoles, citemos el Tratado de la elocución... de Mariano Madramany y Calatayud (Valencia, 1795). Incluso siguen teniendo cierta difusión los Seis libros de la Rhetorica Eclesiástica o de la manera de predicar, escritos en latín por Fray Luis de Granada, «vertidos en español y dados a la luz de orden del Illtmo. Sr. Obispo de Barcelona, para instrucción de sus feligreses». La quinta impresión se hace en Barcelona el año 1788. Y, por supuesto, continúa editándose la Poética de Luzán. En ocasiones, se sigue usando la Rhetorica de don Gregorio Mayans y Sisear (1757), la Rhetorica Castellana (1764) de don Alonso Pabón y Guerrero y los Elementos de Retórica... (1977) del P. Calixto Hornero.

Pensamos que el estudio de los tratados de Retórica y Poética y, de manera particular, aquellos que sirvieron de textos de enseñanza, contribuirá no sólo a enriquecer nuestra visión del pasado y a ensanchar nuestro horizonte teórico literario, sino que ayudará también al progreso de la comprensión del hombre actual.

Partimos de la convicción -hoy comúnmente aceptada- de que las nociones, las reglas y, a veces, los principios, sobre teoría y práctica literarias, afectan y son afectados, no sólo por sus propios contenidos sino también por las doctrinas filosóficas que configuran el ambiente intelectual de cada época. El pensamiento es, en otras palabras, expresión de inquietudes personales y de situaciones sociales y, además, constituyente fundamental de la definición de cada momento histórico.

Cuando rastreamos la genealogía de conceptos críticos modernos y tratamos de conocer, en lo posible, la filiación exacta de muchos términos empleados en la actualidad; cuando nos preocupamos por encontrar sus fuentes originales y por identificar la línea de intermediarios que siguen hasta nosotros no lo hacemos empujados por un propósito meramente documentalista. No pretendemos reconstruir y recuperar monumentos antiguos ni reproducir sus condiciones de vida para que conserven las mismas funciones que cumplieron en su tiempo.

Nuestra intención nace de la situación actual y se orienta a la localización de bases firmes sobre las que apoyar una edificación moderna que responda a las necesidades de hoy. Nuestras excavaciones tienen que ver más con el proyecto de un nuevo edificio que con la restauración arqueológica. Queremos participar modestamente en la empresa ambiciosa e imprescindible de integración actual entre las modernas disciplinas del discurso. Querríamos aportar algunos datos del pensamiento histórico, un proyecto científicamente fundado, de reimplantación de la Retórica en el centro de las disciplinas del discurso10.

Por estas razones, el trabajo posee también una dimensión hermenéutica que podrá conducirnos a un mejor conocimiento de la auténtica dimensión científica de la Retórica. Queremos profundizar en el fundamento filosófico que sostiene a las diferentes formulaciones retóricas y que, en algunos casos, explica la razón de divergencias y polémicas entre tratadistas. Nuestra aportación inicial consistirá en identificar las vinculaciones que existen entre los tratados de retórica y poética del siglo XIX y los sistemas filosóficos que más influyeron en España durante este período. Algunos trabajos realizados hasta ahora se limitan a señalar la influencia del racionalismo cartesiano, del empirismo de Locke y el idealismo de Leibnitz (identificándolos en algunos casos con las teorías francesas, inglesas y alemanas). Nosotros pensamos que la cuestión es más compleja y exige un mayor esfuerzo de análisis que sitúe a cada obra en su marco teórico adecuado.




Consideraciones previas

En el esquema que aquí presentamos se podrá advertir la diferencia de información y de desarrollo entre los distintos capítulos. Este desequilibrio se debe a que el trabajo ya está iniciado e incluso hemos publicado artículos sobre las teorías de Mudarra, Lista y Albarez Espino-Góngora Fernández. La labor de búsqueda y acopio de material bibliográfico, que ya ha alcanzado un considerable volumen, ha obtenido resultados dispares, como se refleja en los respectivos apartados.

Hemos fijado nuestra atención en el siglo XIX que, a pesar de su proximidad -o quizás precisamente por ella- no ha sido suficientemente estudiado. Conocemos los trabajos parciales de Mourelle de Lema, Gómez Asensio, Llorens... pero no tenemos noticias de trabajos de síntesis como los que existen, por ejemplo, sobre el siglo XVIII. Por otra parte, nos ha parecido excesivamente simplificadora la idea expuesta en muchos manuales, según la cual el siglo XIX -especialmente a partir del Romanticismo- rompe la tradición clasicista, también en el ámbito de la teoría y la crítica literaria, ya que, aunque esto ocurre a veces en la creación poética, las retóricas, preceptivas, etc., siguen reproduciendo la normativa anterior. No olvidemos, sin embargo, que -al igual que en otros países, numerosos escritores románticos españoles plasmaron en manifiestos, introducciones y anotaciones a sus propias obras y a las de escritores de su tiempo, sus ideas «románticas» sobre la creación poética, la esencia de la poesía, etc. Este panorama pluriforme que nos ofreció la lectura de muchos textos del siglo XIX nos ha servido en primera instancia: a) para replantear esa teoría inicial, y, como proyecto más inmediato pero también de más largo alcance; b) intentar descubrir a qué líneas gnoseológicas responde ese número elevado de retóricas, poéticas, preceptivas y manuales de literatura general que se publican en España durante el siglo XIX. Nuestro proyecto investigador tiene, también, una finalidad didáctica: ofrecer al alumno una visión, a ser posible más concreta y exacta, del panorama de ideas críticas que, a partir del siglo XIX, encontramos en España.

Como objetivos prioritarios, nos proponemos:

  1. Identificar los rasgos que definen los modelos utilizados y descubrir sus procesos de evolución y sus gérmenes, sus causas.
  2. Situarnos en una perspectiva analítica que revele los procedimientos cognoscitivos que determinan dichos modelos de belleza, literatura, retórica y poética.

Aunque el guión de cada estudio dependerá de los contenidos concretos de cada una de las obras que vamos a analizar, hemos trazado un esquema general que nos puede servir de orientación para conseguir, al menos, cierta unidad en la organización de nuestro trabajo.

En primer lugar, estudiaremos las nociones expuestas en la parte teórica, casi siempre titulada «Literatura General», «Elementos de Literatura», «Teoría de la Literatura», «Literatura». En muchas ocasiones, esta teoría constituye la primera parte de un tratado completo pero otras veces están incluidas en compendios de filosofía -lógica, psicología, ética o estética-, en Manuales de Gramática General y, en otros muchos casos, se encuentran más o menos diluidas en medio de las normas y descripciones retóricas. Aunque no se trata de conceptos estrictamente literarios deben ser considerados detenidamente ya que -insistimos- van a determinar las definiciones más fundamentales y, sobre todo, las valoraciones críticas de las diferentes composiciones. En esta primera parte, por lo tanto, incluimos el análisis de ideas que estrictamente pertenecen al ámbito de la lógica, de la psicología, de la estética, de la gramática general y, a veces, hasta de la teología. Algunos tratados comienzan definiendo las nociones de alma, sentido, sentimiento, facultad, etc., y distinguiendo el carácter específico de las actividades lógicas, estéticas y morales, la mutua relación y, a veces, subordinación, entre las mismas.

Especial importancia suelen conceder, lógicamente, a todos los temas relacionados con la Estética y a sus conexiones con la Filosofía y la Teología. En este ámbito se incluyen las diferentes concepciones de la belleza y las divisiones más acordes con los objetivos últimos de sus respectivos trabajos. También suelen prestar especial atención a los conceptos de arte y a sus diferentes manifestaciones.

La segunda parte está dedicada a las retóricas y poéticas propiamente dichas. Analizaremos con especial atención las nociones de literatura, poesía y las definiciones de los distintos géneros literarios. Nos interesa descubrir el fondo ideológico que encierran.

La tercera parte de muchos tratados, en la que se ofrece un resumen histórico y una selección de textos literarios, nos puede servir de ilustración práctica de la doctrina que profesan los autores estudiados y, en algunos casos, nos ayudará a comprobar hasta qué punto dichas formulaciones teóricas les sirven de criterios operativos para seleccionar los textos considerados como modelos.

Querríamos comprobar hasta qué punto es metodológicamente posible y científicamente productivo elaborar un plan convergente que integre las categorías válidas de la retórica tradicional y los nuevos planteamientos de las disciplinas modernas del discurso: Gramática Textual, Pragmática, Teoría de la Comunicación, etc.

Como orientación práctica vamos a usar el siguiente esquema:

ÁMBITOSSignificativo - decir - lógica expresivo - sugerir -
literatura pragmático - hacer - propaganda
RETÓRICA GENERAL
LENGUAJEseñal ....................................................... obra
signo .................................................. realidad
síntoma ................................................ emisor
símbolo ............................................. receptor
RETÓRICA LITERARIA
ARTEcreación .............................................. Poiesis
recepción .......................................... Aisthesis
comunicación ................................... Katharsis
LENGUASemántica ........................................... inventio
Sintaxis ............................................ dispositio
Morfología .......................................... elocutio





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