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QUEVEDO ARJONA (DON JUAN DE). Concurrió al certamen poético, celebrado en el convento hospital de Antón Martín, de esta corte, el 10 de junio de 1691, para festejar la canonización de san Juan de Dios, con dos composiciones: Estancias (que fueron premiadas en segundo lugar), y Endechas endecasílabas. Escribió además en una Canción Real de diez y siete estrofas: La Descripción de la Iglesia de dicho convento, canción que va inserta al fin del libro de esta justa, seguida de un discurso místico-moral en prosa, del mismo autor, sobre la Vida y la Muerte. Quevedo Arjona, que se confiesa «el más reconocido» al santo fundador, parece de los menos infelices versificadores de aquella decadente época literaria.

Hacer gloria de la culpa, y Colocación de Nuestra Señora de Madrid. Inédita: señor Durán. -Su argumento gira sobre una anécdota de la vida del venerable Obregón.

El mejor Rey de Borgoña. Escrita en diciembre de 1691 para la compañía cómica de Damián Polop. Manuscrito. Biblioteca de Osuna.

El bueno entre los Guzmanes y el mejor entro los buenos: Santo Domingo de Guzmán. Se ha impreso con el segundo título. Se cita atribuida a un don Alonso de Quevedo.

QUEVEDO VILLEGAS (DON FRANCISCO GÓMEZ DE). No es en verdad para reducida a compendio breve la biografía del eminente varón, a quien de justicia corresponde el tercer lugar entre los grandes ingenios españoles. Escrita extensamente con todo género de ilustraciones, y a la brillante luz de la crítica y del análisis por el señor don Aureliano Fernández-Guerra, al frente de la colección completa de las obras del mismo insigne escritor en la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra, a tan exquisito y acabado trabajo debe de acudir el curioso que desee noticia de los sucesos y obras del autor que encabeza este artículo.

De padres hidalgos: Pedro Gómez de Quevedo, natural de Cerceda, en las montañas de Burgos, y doña María de Santibáñez, madrideña, que procedía del mismo origen, nació en Madrid don Francisco de Quevedo Villegas por el otorio de 1580, recibiendo el sagrado bautismo en la parroquial de San Ginés, a 26 de setiembre. En edad infantil perdió a su padre, que tuvo el cargo de secretario de la reina doña Ana de Austria, cuarta esposa de Felipe II, y ya mancebo a su madre, que servía en palacio a la Infanta doña Isabel Clara Eugenia, y había cuidado solícitamente de la educación de nuestro huérfano. Quedó bajo la tutela del protonotario de Aragón, Agustín de Villanueva, a la sazón que, admirablemente precoz en talento y codicioso de ciencia, se adornaba con extensas nociones de letras humanas, y de varios idiomas en la docta Universidad de Alcalá de Henares. Adquirió conocimientos en las principales facultades; al cumplir los veinte y tres años era ya contado entré los más ilustres poetas de España, y le honraban con su correspondencia y trato sabios humanistas españoles y extranjeros.

Halló desde luego entrada en palacio, y favor con el duque de Lerma; residió, en Valladolid con la corte; y vuelto a Madrid en 1606, escribió sus primeros ensayos críticos: La casa de los locos de amor, y el primero de los Sueños, dedicado al conde de Lemos, en 3 de abril de 1607. Hubo de trabar amistad, en 1609, con el famoso don Pedro Tellez Girón, duque de Osuna; amistad íntima que se estrechó más y más desde que el escritor, fugitivo de España un año después a consecuencia del célebre desafío en el atrio de la iglesia de San Martín, vino a refugiarse en Sicilia, donde se hallaba el Duque desempeñando aquel vireinato. Regresó a España, y pasó una temporada en la Torre de Juan Abad, hacia la primavera y verano de 1613, hasta que llamado por el de Osuna volvió a Italia. Desde esta época fue su mayor privado y confidente, interviniendo en todos los sucesos políticos de aquellos reinos y desempeñando comisiones de la mayor importancia; servicios que le valieron por recompensa el hábito de Santiago, y años después, en 1620, la prisión y el destierro, complicado que fue en el proceso del depuesto duque de Osuna y de los caídos ministros Lerma y Uceda. Diéronle por libre los jueces en diciembre de 1622, con prohibición de entrar en la corte, que fue alzada en marzo del año siguiente. Obtenía ya entonces Quevedo el señorío de la Torre de Juan Abad, y por la misma época entró nuevamente en palacio: ignórase con qué carácter o destino.

En medio de tan agitada vida, y entre las amarguras del destierro y de los padecimientos físicos, escribió muchas de las obras que han inmortalizado su nombre. Divertía sus penas el trato festivo de las Musas, de que fueron sazonado fruto multitud de composiciones, en gran parte ya desconocidas. Proseguía y terminaba sus verdaderos y satíricos Sueños; componía las Cartas del Caballero de la Tenaza; trasladaba a nuestro idioma los Libros filosóficos de Epicteto y Focílides, y las Poesías de Anacreonte; retocaba y concluía su admirable libro: Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás, y escribía los interesantes apuntes históricos: Mundo caduco y desvaríos de la edad, y los Grandes anales de quince días.

Deseoso de asegurarse la protección y benevolencia del nuevo privado del Rey, don Gaspar de Guzmán, conde de Olivares, le dedicó su Epístola satírica y censoria contra las costumbres presentes de los castellanos.

Logró con efecto, como va dicho, un puesto en palacio, que en gran parte debió sin duda al apasionado afecto que tenía Felipe IV a las Letras y a sus profesores; siguió la corte en los viajes de Andalucía y Aragón, y contribuyó con su ingenio a las fiestas líricas y dramáticas de los regios alcázares. En Aragón imprimió su Política de Dios, El Buscón, Los sueños y El cuento de cuentos. Después sacó a luz en Madrid el Memorial por el patronato de Santiago. Viendo el Conde-duque en el primero de estos libros la terrible censura de su depravado gobierno, desterró a Quevedo a la Torre de Juan Abad, desde abril hasta 29 de diciembre de 1628, en que le alzó este confinamiento, mostrando deseos de ganarse su voluntad, como lo supo llevar a cabo con destreza y arte. Quevedo no aceptó, sin embargo, los altos puestos que se le ofrecieron, y Continuando en palacio fue nombrado secretario de S. M., a 17 de marzo de 1632.

Durante los siete años que se siguieron hasta el de 1639, hubo de luchar con implacables enemigos y rabiosos émulos. Vióse hecho blanco de la censura inquisitorial que puso entredicho a sus obras, bien que las permitió luego con ligeras correcciones del autor mismo. Sus enemigos dispararon impugnaciones a la picante sátira de La Perinola, en que, justamente resentido del doctor Juan Pérez de Montalbán, ridiculizaba su Para todos; y por último, reunidos dieron furtivamente a luz contra él un insolente libelo denominado: Tribunal de la justa venganza. Hacia aquel mismo tiempo sufrió don Francisco la pérdida de su esposa, doña Esperanza de Aragón, señora de Cetina, a la cual solo estuvo enlazado un año, próximamente, sin lograr sucesión.

A fines de 1639, cuando subían de punto las justas quejas de la nación contra el vejatorio y corrompido gobierno del Conde-duque, y cuando ya, entre otros papeles que sentida y valientemente censuraban sus desmanes, habían circulado, algunos con verdad atribuidos a Quevedo, llegó a manos del Rey uno titulado: Memorial, en verso, papel atrevidamente escrito en solicitud de remedio a los graves males del Estado. Una astuta mujer cortesana, con quien acababa de romper Quevedo amorosas relaciones, fue su delatora. En la noche del 7 de diciembre, rodeó la justicia su posada en la casa del duque de Medinaceli, y sacándole de ella con escasas consideraciones, le condujo a buen recaudo al convento real de San Marcos, extramuros de la ciudad de León, dónde se le encerró con tres llaves. Cerca de cuatro años permaneció en aquella prisión, cada vez más estrecha y más insoportable, aquejado de padecimientos físicos, y, sin embargo, resignado siempre y ocupado constantemente en el estudio y tareas literarias.

Seis meses después de la caída del soberbio y siniestro valido, alcanzó por fin libertad, a principios de junio de 1643, debiéndola muy principalmente a los buenos oficios del presidente de Castilla don Juan de Chumacero y del duque del Infantado. Llegaba a los sesenta y tres años de edad; «presa del desaliento y del cansancio, agotadas las fuerzas del cuerpo y postrado el espíritu» (dice su moderno y elegante biógrafo) buscó alivio en la quieta y saludable vida del campo. En la Torre de Juan Abad dictó desde el lecho la segunda parte del Marco Bruto. Hízose conducir a Villanueva de los Infantes, donde testó, fundando mayorazgo en cabeza de su sobrino carnal don Pedro Aldrete Quevedo; y después de un pasajero alivio falleció, con ejemplar fin, el día 8 de setiembre de 1645. Yace en la capilla de los Bustos de aquella iglesia parroquial.

De los más completos catálogos bibliográficos que enriquecen nuestra historia literaria, es el de las obras de don Francisco de Quevedo, formado e ilustrado por el señor don Aureliano Fernández-Guerra y Orbe en la colección expresada. Hallándose este trabajo en gran parte inédito, puesto que son numerosísimas las adiciones a él, que para el postrer tomo reserva el mismo señor colector, no hubiera podido yo dar aquí noticia completa de las composiciones dramáticas del insigne autor de Los sueños, a no haber contado con la generosidad del referido señor Fernández-Guerra, mi afectuoso amigo. Le escribí; pues, en solicitud de las noticias que sobre este artículo poseía, adquiridas con posterioridad a la publicación de los dos primeros volúmenes, y ha tenido la bondad de ponerlas a mi disposición, acompañadas de la siguiente carta, de inapreciable valor literario, y precioso complemento de los materiales que para esta obra he debido a su amistad y a su ardiente anhelo por el brillo y explendor de las Letras:

Amigo y señor don Cayetano: Allá va el ÍNDICE DRAMÁTICO de Quevedo, tal cual hace ocho años debiera haber salido en mi primer tomo, si las cosas parecieran cuando se las busca, y no cuando ellas quieren parecer de su libre, espontánea y caprichosa voluntad. Y vea Vd. por qué hacen mal y proceden inconsiderados, los críticos en levantar un caramillo a los pobres colectores, cuando ellos topan con algún papel que estos no vieron, o cuando echan de menos, por injustificado antojo muchas veces, esta o la otra vulgar noticieja de poca utilidad y monta. Se imaginan sin duda, que un colector diligente y laborioso no ha hecho todavía lo bastante cuando a costa de su salud, sosiego y dinero so afana en realzar nuestras glorias más excelentes.

Hablo así, amigo mío, porque al propósito recuerdo la alharaca movida años ha por un escritor que echó de menos en mi Vida de Quevedo (¡como si aquel fuera su sitio!) la copia que en 1682, a los treinta y siete años después de la muerte de nuestro don Francisco, inventó el ingenioso don Pedro González de Godoy:


    Hoy hacen amistad nueva,
más por Baco que por Febo,
Don Francisco de Que... Beho
y el grande Lope de... Beba.

Y creerá Vd., señor don Cayetano, que quien imaginaba (así lo dio a entender con su reparo) que sin estos cuatro renglones no podía componerse una mediana biografía del inmortal satírico, incurriese en pecado más grave al ser después colector y biógrafo? Tocóle el turno de hacer con el insigne Góngora algo parecido a lo que yo estoy haciendo con mi autor favorito. Creímos todos que nos pondría por orden cronológico, una a una, las composiciones del ídolo de los cultos, sirviéndose para tal noticia, de la colección magnífica de los poemas de don Luis, escrita en vitela y regalada al conde-duque de Olivares; con lo cual habría tenido los estudiosos un cuadro el más exacto de la manera cómo se fue pervirtiendo el gusto de Góngora, hasta caer, desde el cielo de la más clara poesía, en el abismo de la mayor oscuridad. Nada de esto, sin embargo, ocupó a nuestro crítico; y si yo le perdono de buen talante, porque la tal colección no ha visto aun la pública luz, no puede hacer lo mismo respecto de cierta obrilla dramática de Góngora, impresa cabalmente en la misma ciudad, en la patria de nuestro colector, y en el mismo sitio donde tal vez haya tenido su morada. Si Vd., amigo, le ve alguna vez, dígale que también he hallado yo de menos en la Vida que escribió hace seis años, el «Entremés famoso de La Destruyción de Troya. De don Luis de Góngora. Hablan en él las personas siguientes: Menelao, Ulyses, Un paje, Axarte, Telamón, Pirro, París, Elena, doña Xeringa, dos soldados. -Año de 1647. -Impresso en Cádiz, por Francisco Iuan de Velazco, en la plaça entre los Escriuanos».

Si, en efecto, semejante desenfado salió de tan regocijada pluma, no debió haberlo omitido el biógrafo; pero si perteneciente a más humilde poeta se puso la máscara de un hombre ilustre, tampoco debió callarlo el colector. Bien que, a la verdad, en punto a bibliografía de Góngora, no sé qué podrá decir quien calla o desconoce la primera edición de sus Obras, recogidas por Juan López de Vicuña Carrasquilla, impresas en Madrid, año de 1627; y quien refiere al año de 1639 la hecha por don Gonzalo de Hoces y Córdoba, en 1633 y 1654.

Pero si merecen severa censura tales descuidos relativos a obras impresas hace dos siglos, ¿qué diremos de aquellos críticos, muy preciados de tales, que no se toman el trabajo de leer lo que se publicó ayer de mañana, y despreciando lo más estudiado, ni se dignan siquiera de dar a cada cual lo que es suyo?

Están años y años dándose de calabazadas por averiguar, v. g., la patria de Moreto; y en viendo que un modesto escritor la ha puesto en claro, cogen la noticia y se pavonean con ella, sin decir tus ni mus, ni por donde les vino. -Mucha gracia me hace también verlos encabezar una lista con el siguiente rótulo, en letras muy gordas: «Otros autores de aquel período, cuyas comedias se ignoran», y contar entre ellos a don Francisco de Quevedo Villegas. Si se ignoran o no las de este ilustre ingenio, dígalo mi Catálogo de 1852, páginas XC y XCI, y el que adjunto remito a la consideración de Vd. Bien es verdad que el que esto asegura, en el mismo índice donde incluye supuestos autores, forjados por el error más craso de anteriores bibliógrafos o fingidos por la burlesca sátira, no estima parte del tesoro de nuestro Teatro español el inagotable caudal de entremeses, bailes y sainetes, y excusa el formar de ellos registro, por juzgarlos «de corta importancia». No creía tal el muy insigne entre nuestros literatos, padre fray Martín Sarmiento, cuyo voto es de mayor peso para mí que el del moderno crítico. Y aquí, amigo mío, si Vd. empeña su palabra de guardarme el secreto, le confiaré para entre los dos, que es más fácil echar de sí con el desprecio la tarea de formar y ordenar ese tal registro, que tomarla sobre los hombros. Yo pongo sobre los míos esto que se arroja a la calle, remitiendo a Vd. también adjunto mi CATÁLOGO DE LOAS, ENTREMESES, BAILES, SAINETES, MOJIGANGAS Y SARAOS, con el cual Vd. desea completar su digna y merecidamente laureado libro. Quiero empeñar a ingenios desocupados en ampliar, corregir y perfeccionar ese embrión, hilvanado más de prisa y con menos comodidad y tiempo del que conviniera.

Sabe Vd., mi señor don Cayetano, cuán de veras es suyo apasionado amigo, Q. S. M. B. -Aureliano Fernández-Guerra y Orbe.



TEATRO DE DON FRANCISCO DE QUEVEDO VILLEGAS.

TERSÍCORE.

1. Loas.

Veces de tales debieron de hacer sin duda, en los tiempos de Felipe III, no pocos de los Romances de índole esencialmente dramática y teatral, que vieron la pública luz en El Parnaso español y en Las tres últimas Musas castellanas, por los años de 1648 y 1670. Véanse la mayor parte de los de la musa Talía, y en Euterpe los que comienzan


Contaba una labradora...



y


Tocóse a cuatro de enero...



2. Alma y pregón. (Soliloquio.)

3. Data el perdigón y toma la perdiz. (Soliloquio.)

4. Daca el pico, Marica. (Soliloquio.)

5. El cuerno y el cencerro. (Loa.)

6. Madrid revuelto. (Loa.)

Existen, como me asegura el señor don Basilio Sebastián Castellanos de Losada, en un antiguo códice que hoy posee don Luis María de Candamo y Kunb, residente en Londres, y que lleva por epígrafe: «Colección de obras de Quevedo y algunas cartas originales del mismo, recogidas por Arnedo». A don Martín de Arnedo estuvo, en 1640, confiado el examen de los papeles que se hallaron en el cuarto del preso de San Marcos de León; y de estos y de varios rasgos falsificados en el siglo anterior, parece se formó el códice. De la testamentaría de don Pedro Villalba le compró, en 1798, don Antonio de Candamo, tío del actual poseedor.

7. Jácaras.

8. Letrillas satíricas y burlescas.

9. Bailes.

De todo hállase lo más célebre incluido en la musa Tersícore, por diligencia del discreto don Jusepe Antonio González de Salas.

10. ¡Qué villano es el amor! Pieza satírica e inédita, en un acto, que posee mi amigo el señor don Agustín Durán.

11. Diálogo entre Mor... y su..., que había sido honrada cuando moza, y vieja dio en mala mujer. Diez redondillas al folio 162, vuelto, de un precioso códice que, habiendo pertenecido al difunto don Bartolomé José Gallardo, está en poder de su sobrino don Juan Antonio. Rotúlase: «Fragmentos no impresos hasta oy, de don Francisco de Quevedo Villegas, Cauallero en el Orden de Santiago y señor de la Torre de Juan Abad. Recogidos por un aficionado, para los discretos. -Es de la librería del Dr. D. Ambrosio de la Cuesta y Saauedra».

12. Sainetes: Los enjuagues de Lavapiés.

13.Los Gongorinos ermitaños.

(Ambos en el códice descrito al número 6.)

14. El premio de la hermosura. Inédito: pero el señor Durán no le estima de Quevedo. Tiene por asunto burlesco El juicio de París.

15. Caraquí me voy, cara aquí me iré. Se ha perdido; citáronle como friísimo cuanto bien silbado los sañudos autores del Tribunal de la justa venganza, páginas 18 y 38.

16. Entremés famoso de la Endemoniada fingida, y chistes de Bacallao. Compuesto por don Francisco de Quevedo. (Se incluyó en el libro de «Comedias portuguezas feytas pelo excellente poeta Sima Machado. Nesta terceira impressa emendadas... -Lisboa, 1706».) Con idéntico epígrafe apareció de molde en 19 páginas, 8.º, y signaturas A-A5, sin año ni lugar, a fines del siglo anterior o principios del presente. Es indudable para mí que en el siglo XVII fue impreso este y otros muchos rasgos dramáticos de Quevedo, por más que no se encuentren hoy ni de ellos nos den noticia los bibliógrafos.

17. Famoso entremés del Hospital de los mal casados. Inédito y autógrafo, que poseo.

18. Entremés famoso de la Infanta Palancona. Son figuras... -(Aquí la lista de las personas; y debajo tres figuras toscas en madera.) Colofón final. -«Con licencia, impresso en Madrid por Bernardino de Guzmán, año de 1625». -Cuatro hojas, en 4.º, buena edición.

Con el título siguiente y envuelto en un seudónimo el autor, fue coleccionado algunos años adelante:

La infanta Palancona. Entremés gracioso escrito en disparates ridículos. Por Félix Persio Bertiso. (Véanse los Entremeses nuevos de diferentes autores. -Zaragoza, por Pedro de Lanaja. -A costa de Pedro Esquer, mercader de libros, 1640; 8.º)

Entremés famoso de la infanta Palancona, en forma de comedia, con primera, segunda y tercera parte. (Va inserto al fin de las comedias del portugués Machado, que se citan al número 16.)

Entremés famoso de la infanta Palaticona, en forma de comedia, con primera, segunda y tercera parte. (Impreso a continuación del último ejemplar referido en el mismo número 16.)

19. Entremés del marido pantasma. De letra de un amanuense del satírico existe antigua copia en la biblioteca del duque de Osuna. Sacó a luz este sazonadísimo sainete el sobrino de nuestro poeta en «Las tres Musas vltimas castellanas. Segvnda cvmbre del Parnaso Español de don Francisco de Quevedo y Villegas, Cavallero de la Orden de Santiago, Señor de la villa de la Torre de Ivan Abad, sacadas de la librería de don Pedro Aldrete Quevedo y Villegas, colegial del mayor del Arçobispo de la Vniuersidad de Salamanca, Señor de la Villa de la Torre de Iuan Abad. Con privilegio. -En Madrid, en la Imprenta Real. Año de 1670. A costa de Mateo de la Bastida, mercader de libros, enfrente de las gradas de San Felipe». 4.º

Dedicatoria de Aldrete al Cardenal Aragón, Arzobispo de Toledo, en Madrid, 13 de enero de 1670. -«Censores de este libro». -Suma del privilegio. -Fe de erratas, Madrid, 15 de enero de 1670. -Suma de la tasa, 17 de enero. -«Al lector»: prólogo de Aldrete. -Texto.

El libro contiene cuatro entremeses.

20 y 21. Entremés famoso El Marión, de don Francisco de Qvevedo, primera y segunda parte. Impreso en Cádiz, por Francisco Juan de Velazco en la plaza entre los escriuanos. Año de mil y seyscientos y quarenta y seis. Ocho fojas, en 8.º -Al final hay una letra entre un galán y una dama que comienza:


Si queréis alma, Leonor,
daros el alma confío.



Un memorilla detestable hubo por desgracia de dictar estos dos entremeses, y diéronse a la estampa de tan lastimosa manera, que no hay medio de reproducirlos mientras no parezcan los originales. Durante los años de 1646 y 1647 el impresor Velasco, generalmente con esmero, sacaba de molde sueltas, y con sus portadas, varias piececillas de autores famosos, fáciles de encuadernar juntas. La colección que tengo a la mano forma un curiosísimo libro y comprende además de aquel estos doce entremeses: La Villana de Getafe y Carreteros de Madrid anónimo; Los Corcovados, de un hijo de Sevilla; Cornelio, de don Guillén de Castro; El Juez de los cocheros, anónimo; El Dolor Zarabullaque, por Francisco Ossorio; La destruyción de Troya, de don Luis de Góngora; Los Murmuradoresparece que tendría por título una piececita a que falta la portada y con ella la noticia del autor, el cual me figuro, sin gran riesgo de equivocarme, que ha de ser Luis Quiñones de Benavente; El Dolor Dieta, de don Antonio de Mendoza; Los Habladores, de Miguel de Cervantes; Miser Palomo, de Mendoza; El Hospital de los podridos, de Lope de Vega. El Toreador don Babilés, de Francisco Bernardo de Quirés, es el último, pero le falta la portada. Cada cual de ellos tiene al final una letrilla, sátira o romance para cantar a la guitarra, aderezo de las antiguas funciones dramáticas.

22. El Médico. Entremés famoso de don Francisco de Quevedo. (Está inserto en los Entremeses nuevos de diversos autores, para honesta recreación. Con licencia. -En Alcalá de Henares, por Francisco Ropero. Año de 1643. -Un tomo en 8.º)

23. El Muerto. Entremés famoso de Don Francisco de Quevedo. (Inclúyese en la misma floresta, y se ha reimpreso después muchas veces, ya suelto, ya coleccionado, con los títulos de El Muerto fingido, de Pandurico, o Poyalos y Pandurico.)

24. Entremés del Niño y Peralvillo de Madrid. (Salió a luz juntamente con el número 19.)

25. Entremés de los Refranes del biexo celoso. Inédito y autógrafo. Le poseo. Compuesto en 1623, cien años después el farandulero Francisco de Castro plagió a su sabor pasajes enteros para su entremés de El cesto y el Sacristán.

26. Entremés de la Ropavejera. (Unido a los números 19 y 24.)

27. Las sombras. Entremés famoso de don Francisco de Quevedo. -(En el libro citado al número 22.) Para esta pieza y para los Refranes del Viejo celoso echó mano el poeta de uno de sus más sazonados sueños: La visita de las chistes.

28. El Zvrdo alanceador. Entremés famoso de don Francisco de Quevedo. Representóle Amarilis en Sevilla. -Segovia, por Diego Flamenco. -1628. En 8.º, ocho hojas, con la signatura A.

29. Entremés de la Venta. Es de Tirso de Molina; pero como de Quevedo lo colocó ligeramente su sobrino entre los poemas del tío, en la edición de 1670, con los números 19, 24 y 26.

TALÍA.

30. Cómo ha de ser el privado. Comedia famossa de Don Francisco de Quevedo y Villegas. Manuscrito del segundo tercio del siglo XVII, en el códice que se cita al número 11.

La comedia fue escrita poco antes del año 1628; es toda ella esencialmente política y encaminada a ponderar las esperanzas que engendraron en los españoles los primeros actos de Felipe IV. Los personajes del poema representan los más notables de aquella corte, disfrazados con nombres de la de Nápoles, que por lo común son anagramas. El Rey don Fernando de Nápoles figura al monarca de España. Véase cómo desde el principio procura el dramático que el público entienda la alusión:


    Cuando el pueblo te miró
debajo del palio entrar
entre tu pueblo a reinar,
tantas veces te aclamó
que como son F y E
el principio de tu nombre
no se ola en ningún hombre
sino Fe: todo era Fe.



En el marqués de Valisero se representa el conde de Olivares, de que es anagrama aquella palabra; así como en el duque de Sartabal está retratado don Baltasar de Zúñiga, tío del conde.

Los sucesos de la infanta Margarita y del príncipe de Gales, la muerte de don Rodrigo Calderón, el hecho de mandar cubrir Felipe IV a su favorito excitado por un sermón del padre Florencia, la erección de la estatua de Felipe III en la Casa del Campo, la muerte de la hija del Conde-duque, las sequedades de Simón su portero, etc. etc., son otros tantos puntos que ya sirven de argumento a la comedia, ya la aderezan y sazonan.

Escrita con menos artificio del que usó generalmente Quevedo, tiene visos de improvisación, aunque deja entrever sus genialidades:


Si no hoy pan tiene el valido
la culpa; abrásele un rayo
porque no llovió por Mayo,
porque por Mayo ha llovido.
[...]
Aquí yace Federico,
o Ludovico, o Eurico;
no me acuerdo el nombre que
tuvo el difunto, mas sé
que acababa el nombre en ico.



31. Pero Bázquez de Escamilla. Representación Española, por Don Francisco de Quevedo Villegas, señor de la villa de Juan Abad. -Jornada primera. Ocupa del mismo tomo once hojas, desde el folio: 138 al 148, en el cual se lee lo siguiente:

«Este fragmento de comedia dejó empezado el autor, de cuyo original borrador se sacó esta copia. Algunas razones que no van bien colocadas es la culpa la mala letra que hacía, mas para ser adivinada que leída. Su original tiene don Diego de Arroyo y Figueroa, mi amigo».

El genio e ingenio de Quevedo se retratan a maravilla en tan picarescos rasgos, siendo lástima quedara sin concluir este cuadro de costumbres populares cuando parecía que iba a hombrear con Rinconete y Cortadillo.

32. Fragmento que de letra del autor estaba escripto en el reverso de una carta. Salen don Juan y don Rodrigo. Compone once preciosísimas redondillas, ricas en sal ática y rebosando en conocimiento del corazón humano. Al folio 148 vuelto del propio libro.

33. Quien más miente medra más. Escribieron don Antonio de Mendoza y Quevedo esta comedia en un día, por encargo del Conde-duque, para la magnífica fiesta que éste dio a los Reyes, la noche de San Juan de 1631, en los jardines del conde de Monte-Rey y del duque de Maqueda próximos al Prado. «Estaba (dice la Relación contemporánea de dicha fiesta, reimpresa por don Casiano Pellicer en su Origen de la comedia... en España) poblada de las agudezas y galanterías cortesanas de don Francisco... En muchas comedias de las ordinarias no se vieron tantos sazonados chistes juntos como en esta sola».

Ticknor ha conjeturado, en su Historia de la literatura española, que esta comedia, reputada por inédita y perdida, tal vez pudiera ser la que, atribuida solamente a Mendoza y con el título de Los empeños del mentir, se publicó en la colección denominaría: Flor de las mejores doce comedias de los mayores ingenios de España sacadas de sus verdaderos originales: Madrid, 1652; y fue después, bajo el mismo nombre y título, inserta en las obras de Mendoza.

34. Según Avisos manuscritos, existentes en la Biblioteca Nacional de Madrid, compusieron don Antonio de Mendoza, don Francisco de Quevedo y Mateo Montero, a solicitud del marqués de Eliche y de Toral, yerno del Conde-duque, para festejar los días de la reina doña Isabel de Borbón una comedia, cuyo título no expresan, llena de muy donosos chistes, que fue representada en el Real palacio, el día 9 de julio de 1625, por los ayudas de cámara, con su correspondiente aderezo de bailes y entremeses.

35.La privanza desleal, y voluntad por la fama. Citada anónima ni el índice de Fajardo. Con referencia al de la colección que fue del conde de Saceda, se atribuye a Quevedo en el Catálogo del señor Durán, quien añade por nota: «Es parte de un libro que no conozco» refiriéndose al ejemplar impreso que posee.

36. Bien haya quien a los suyos parece. Comedia de don Luis Cernúsculo de Guzmán. Manuscrito del segundo tercio del siglo XVII. Comienza al folio 71 del códice de que se da noticia al número 11, y termina al 137 con estas palabras: «Acabóse en Toledo, a 24 días del mes de abrill de mill seiscientos y veinte y dos años. -Don Luis Cernúsculo de Guzmán».

Grande contradicción ofrece esta fecha, y el verse incluida la comedia en el libro como de Quevedo. Si es aquella exacta, hay que adicionar el catálogo de los autores dramáticos con el nombre de un nuevo poeta, desconocido hasta ahora, a no suponer que este autor sea don Luis de Guzmán, a quien se atribuye El feudo de las cien Doncellas. El día 24 de abril de 1622 hallábase en Villanueva de los Infantes Quevedo, teniendo la población por cárcel; y tan falto de salud, que se temía por su vida. Mal pudo concluir, pues, en Toledo ninguna obra. Además, el estilo de la presente corresponde a la escuela de Lope de Vega, y desdice de los varios que tuvo nuestro don Francisco. Hay rasgos, sin embargo, y caracteres en la comedia muy recomendables. Sirvan de muestra los propósitos del criado Merlín para hacer figura en la corte:


Estudiar he menester
la cautela del vivir:
No hacer lo que he de decir
ni decir lo que he de hacer;
usar con semblante igual
las dos caras del engaño,
en sencilleces extraño
y en malicias natural;
lisonjear en presencia
por siempre afectados modos,
y buscar faltas de todos
que murmurar en ausencia;
prometer, pero no dar,
ni cumplir palabra dada;
hacer gala declarada
del mentir y el trampear;
hablar a un hombre de modo
qué en las entrañas parezca
meterle, y cuando se ofrezca
la prueba, ser aire todo;
dar muestras de confiado,
apariencias de animoso,
y con punta de enfadoso
ser crítico declarado;
y, en fin, proceder con tanta
solicitud por oficio,
que sea lodo artificio,
desde el cabello a la planta:
Que si en esto no me ven
diestro; despejado y pronto,
me arrimarán para tonto
por siempre jamás amén.



No obstante lo que va manifestado acerca de esta pieza dramática, debemos recordar que el códice donde se baila, se compone todo de obras inéditas de Quevedo, y advertir al mismo tiempo que el biógrafo Tarsia indicó haber sido representadas con grande aplauso dos de sus comedias en vida del eminente escritor.

37. Hacer gloria de la culpa, y colocación de Nuestra Señora de Madrid. De don Juan de Quevedo. No es ciertamente de nuestro don Francisco, por más que le haya sido atribuida. Tiene por sugeto una anécdota del venerable Obregón. Se halla inédita en la preciosa librería del señor Durán.

El castigo de la culpa. Juntamente con la anterior, y cual si fuese distinta, la cita el señor don Basilio Sebastián Castellanos de Losada a la página 355 de su tomo VI de Quevedo, impreso en 1851. Sin embargo, mientras no se den más pormenores de ella, me inclino a creer que es la misma anterior.

38. El mejor Rey de Borgoña. Comedia nueva que escribía en Madrid año de 91, Juan de Quevedo Arjona, para Damián Polop y su compañía.

El manuscrito original existe en la Biblioteca de Osuna, mostrando borrado en todos los tres actos, desde la palabra Arjona en adelante, y la superchería de haberse raspado el Juan, sustituyendo esta palabra con la de Francisco, pero con tal rudeza, que no es difícil descubrir el primitivo y verdadero nombre.

Debe, pues, contarse esta obra entre la espúreas respecto del señor de Juan Abad, y recordarse que fue escrita cuarenta y seis años después de muerto el insigne satírico.

39. El Retraído. Comedia famosa de don Claudo. Representóla Villegas. Entran en ella las personas que ha habido en el mundo y las que no ha habido.

En el libro y página antes citados, se atribuye a Quevedo; pero no es así. De puño y letra del poeta don Juan de Jáuregui existe inédita en la Biblioteca Nacional esta sátira y libelo sangriento contra Quevedo y su filosófico tratado de La cuna y la sepultura.

QUIÑONES DE BENAVENTE (LICENCIADO LUIS).

(Véase BENAVENTE.)

QUIROGA...

La justicia vencida y triunfo de misericordia.

Las astucias de Luzbel contra las divinas profecías. Auto al Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.

El cascabel del Demonio. Auto al Nacimiento, en una jornada.

QUIRÓS (DON FRANCISCO BERNARDO DE). Alguacil perpetuo de corte. Fue premiado en el certamen poético de la Soledad; celebrado en Madrid, el año de 1660, e impreso el de 1664. Dice el Vejamen:

Don Francisco de Quirós, con ropón de frisa azul, cuajado de corchetes, pero desabrochado, alguacil de tan mala liga que aun con corchetes no prende... ofrece a los novicios del convento quinientos entremeses si le dan su premio. Todos, con una risa de Judas, le arrojaron la esportilla «(de ciento dos reales en vellón gordo)», con esta tarjeta:


Quirós gran poeta es
cuando no es diablo en el peso,
y el mes que no entra el repeso,
dice Quirós: Entre-mes.



La Inquisición prohibió sus Obras... y Aventaras de don Fruela, Madrid, 1656, que habían salido a luz con las aprobaciones de fray Diego Niseno y del padre Agustín de Castro, dedicadas al duque de San Lúcar y de Medina de las Torres, príncipe de Stillano, etc., y honradas con elogios poéticos de muchos ingenios de la corte. Contienen, además de la novela expresada, una comedia burlesca y diez entremeses, «ya celebrados en el teatro, y libres de silbo original».

Obras de don Francisco Bernardo de Qvirós. Algvazil propietario de la Casa y Corte de sv Magestad. Y Aventvras de don Fruela. Debaxo de la proteccion del Excellentísimo señor don Nicolás María de Guzmán y Garrafa, príncipe de Stillano, etc. Con privilegio. -En Madrid, por Melchor Sanchez, año de 1656. A costa de Mateo de la Bastida, mercader de libros...; 4.º

Privilegio y aprobaciones, de 1655. Versos de Bartolomé de Salazar y Luna, Avellaneda, Martínez de Meneses, Juan Mártir Hizo, don Pedro Bernardo de Quirós, don Rodrigo de Herrera, Manuel López de Quirós, licenciado Juan Bautista Diamante, Álvaro Cubillo, José de Haro, Cáncer, y de un ingenio tan grande en erudición como de sangre ilustre. -Prólogo jocoso del autor. -Dedicatoria del mismo.

Contiene:

Entremés: Del Toreador don Babilés.

E.: Del Poeta remendón.

E.: De mentiras de Cazadores y Toreadores.

E.: De los Viudos al uso.

E.: Del Marido hasta el infierno.

F.: De la burla del pozo.

E.: De don Estanislao.

E.: De ir por lana y volver trasquilado.

E.: De las fiestas del aldea.

E.: De los Sacristanes burlados.

Al fin la

Comedia famosa del Hermano de su hermana (o el cerco de Zamora.) (Burlesca.)

Esta comedia de disparates, en tres jornadas, es una de las más sazonadas de este género que tiene nuestro teatro.

Comedias y entremeses en Colecciones de Varios:

La luna de la Sagra, Santa Juana de la Cruz. (P. 22.)

Olvidar amando218.

El cerco de Tagarete (burlesca), con el

Entremés del Mal contento. (P. 38.)

Entremés famoso de la Manta.

Entremés famoso del Quero.

Entremés famoso del Como. (Ociosidad entretenida, en varios entremeses bailes, loas y jácaras, escogidos de los mejores ingenios de España. Dedicado a don Pedro Calderón de la Barca... -En Madrid, por Andrés García de la Iglesia, 1668; 8.º)

Entremés de Los Embusteros.

Entremés de El Muerto, Eufrasia y Tronera.

Baile: De Periquillo, non durmas. (Fragmento de un libro de entremeses de varios autores, impreso, al parecer, de 1670 a 1675, que poseen, falto de preliminares, los señores Durán y don A. Fernández-Guerra.)

QUIRÓS (JUAN DE). (El Jurado.) Natural de Toledo; jurado (regidor comisionado de abastos) de la misma ciudad. El doctor Antonio Navarro le incluye en su Catálogo de poetas dramáticos precedentes y contemporáneos a Lope. Rojas Villandrando le alaba encarecidamente en su célebre Loa:


El Jurado de Toledo,
digno de memoria eterna,
con callar está alabado,
porque yo no sé aunque quiera.



Menciónale además en el texto, como a ingenioso y fácil escritor dramático.

Su Comedia Toledana, o sea La famosa Toledana, que fue por él compuesta en el año de 1591, debió lograr grande aplauso representada; pero no se sabe de su publicación por medio de la imprenta. He visto citado un pasaje de esta pieza en dos libros de aquel tiempo: uno de ellos el Tratado de Elocuencia española, de Jiménez Patón (Merc. Trim., 1621).

Nada más sabemos del jurado Juan de Quirós.

Anterior a éste fue otro Juan de Quirós, toledano también, cura de la santa iglesia de Sevilla, autor del poema intitulado: Christopatía, o Pasión de Christo Nuestro Señor, en siete cantos. -Toledo, Juan Ferrer, 1555; 8.º

La impresión de este poema, según los anotadores del Ticknor, es dé 1552; su licencia, de 1549.

La Comedia toledana del jurado Quirós, se conserva manuscrita en la Biblioteca del señor duque de Osuna.

La famosa Toledana, hecha por el jurado Juan Quirós, vecino de la ciudad de Toledo, 1591. Manuscrito: en la biblioteca del señor duque de Osuna. Interlocutores: Garzarán, galán; Longino, criado; Lucrecia, criada; Velarde, tío de Garzarán; Guirardo, amigo; Manuela, dama; Francelino, padre de Garzarán; cuatro muchachos, dos villanos, una villana, seis locos, un maestro de locos, cuatro galanes: uno llamado Rugerio, otro Jeronio otro Andronio.




ArribaAbajo- R -

RAMÍREZ...

Madrid agradecida. Cítase esta comedia manuscrita en la biblioteca del señor duque de Osuna; buscada allí a solicitud mía, no ha parecido.

RAMÍREZ DE LA CRUZ...

Cuanto destruye un capricho. Apuntes del señor don José Fernández-Guerra.

RAMÓN O REMÓN (DOCTOR FRAY ALONSO).

Bosquejando el famoso Agustín de Rojas Villandrando en su Loa de la comedia (Viaje entretenido, 1603) la historia del Teatro español, mencionó, entre los autores dramáticos del tiempo de Lope de Vega Carpio, al licenciado Ramón:


El gran Lupercio Leonardo
Aguilar, el de Valencia
el licenciado Ramón,
Justiniano, Ochoa, Cepeda.



El doctor Antonio Navarro en su Discurso apologético de las comedias, entre el escogido número de poetas dramáticos de que dio, si breve, peregrina noticia, citó a «el maestro Ramón, sacerdote».

Cervantes en su Viaje del Parnaso, publicado a fines de 1614, hizo mención muy honrosa del licenciado Ramón, pero con circunstancias muy notables. Finge que divisó en el Parnaso, ocultas y emboradas seis personas religiosas; poetas que por decoro y consideración a su estado, se encubrían cuidadosamente y no querían parecerlo. Por fin, logra que Apolo, con toda reserva, le diga los nombres de cinco de ellos, y de Ramón lo siguiente:


    Un licenciado de un ingenio inmenso
Es aquel, y aunque en traje mercenario,
Como a señor le dan las Musas censo.
    Ramón se llama; auxilio necesario
Con que bello se esfuerza y ve rendidas
Las obstinadas fuerzas del contrario.



A vuelta de este y los otros cinco elogios, deja Cervantes escapar una picante censura de los hipócritas melindres de aquellos seis escribía reverendos. Un año después (1615), escribía en el prólogo de sus Comedias los siguientes párrafos:

Entró luego el monstruo de la naturaleza, el gran Lope de Vega... llenó el mundo de comedias propias... y si algunos... han querido entrará la parte y gloria de sus trabajos, todos juntos no llegan con lo que han escrito a la mitad de lo que él solo; pero no por esto (pues no lo concede Dios todo a todos), dejan de tenerse en precio los trabajos del doctor Ramón, que fueron los más, después de los del gran Lope.



Componía éste, desde el año de 1628, su Laurel de Apolo, impreso el de 1650, en cuya Silva 1.ª se lee el siguiente elogio:


Fray Alonso Ramón, puesto que olvida
Las Musas por la Historia,
Cuenca le ofrezca duplicada gloria
a sus letras debida;
pues le ha dado más frutos, más tesoro,
(si los libros son más que plata y oro,)
entrando más por ti, dichoso Júcar,
que a España por la barra de Sanlúcar.



Poco tiempo antes (en 1626), había citado al poeta Ramón el insigne Quevedo, en su Historia de la vida del Buscón, por boca del héroe picaresco. (Cap. IX del Lib. II.)

...Y está ya de manera esto, que no hay autor que no escriba comedias, ni representante que no haga su farsa de moros y cristianos; que me acuerdo yo antes que si no eran comedias del buen Lope de Vega y Ramón, no habla otra cosa.



Fundados los eruditos en algunos de los datos que se infieren de esos diversos elogios y citas, han creído que el tan famoso doctor Ramón, poeta dramático, no fue otro que el padre fray Alonso Ramón o Remón, natural de Vara de Rey, territorio de Cuenca, que, siendo ya doctor en teología, tomó el hábito en los Mercenarios, de cuya Orden fue predicador y coronista general, y que así en la Historia que de ella escribió, como en muchas otras obras, demostró su grande erudición y fácil ingenio.

El padre Remón debió de entrar en la religión Mercenaria poco antes del año de 1611. Desde el de 1616 empezó a publicar sus obras místico-históricas y morales, continuando hasta el de 1630. En 1633 había ya muerto; así consta de la reimpresión que de su Historia general de la Orden de la Merced, publicó en dicho año este instituto religioso, con notables adiciones y correcciones.

Es de creer, pues, que las obras dramáticas del doctor Remón, fuesen casi todas anteriores al año de 1615. Pero lo que no se comprende, a la verdad, es cómo de tan fecundo autor, cuyas producciones se representaban con su nombre, no se han conservado más que cinco que le lleven expreso.

La aprobación por parte del eclesiástico del poema: España defendida, de don Cristóbal Suárez de Figueroa (Madrid, 1612), está dada por «fray Alonso Remón», en el «Convento de Nuestra Señora de la Merced, de Madrid, a 18 de febrero de 1612». Es muy notable coincidencia la de haber sido compañeros de hábito y convento, y acaso de noviciado, el padre Remón y fray Gabriel Tellez. A mi juicio, entre las comedias de la titulada: Según la parte de este último, ha de haber alguna de su coreligioso Remón.

Fabio Franchi en su Ragguaglio di Parnasso (Essequie Poetiche... del Sign. Lope de Vega, 1636), incluye a Ramón entre los poetas que finge introducidos en la audiencia del numen Délfico, acompañando a Lope de Rueda, que a nombre de todos habla y presenta entre otras la siguiente súplica de nuestro autor:

Ramón dimanda un bagno di nettare per li suoi versi, e che con qualche artificio si tirino tutti le suoi concetti un poco piu verso la Corte, gia che non e possibile (in tutto) verso Lope.



Montalbán hace mérito en el texto del Para todos del «padre maestro fray Alonso Remón, predicador (dice), y coronista general de la sagrada Orden de Nuestra Señora de la Merced; perpetuo estudiante, y varón tan grande, que tiene hasta hoy estampados con su nombre cuarenta y seis libros de diferentes materias».

Las obras del padre Remón, que Antonio y Tamayo de Vargas citan en sus respectivas Bibliotecas, son:

La espada sagrada, y arte para los nuevos Predicadores. -Madrid, 1616; 8.º

Marial de la Virgen, Discursos predicables de la Concepción. -Madrid, 1616; 4.º

Vida de San Pedro Nolasco. -Madrid, 1617.

Vida de don Fernando de Córdoba y Bocanegra. -Madrid, 1617.

Vida del Siervo de Dios, Gregorio López. -Madrid, 1617 y 1630.

Vida de fray Juan de Vallejo. -Madrid, 1617.

Historia y milagros de Nuestra Señora de los Remedios de Madrid. -Ib., 1617.

Interpretatio nominum Virorum, Mulierum, Populorum, etc., qui in Biblis Hebraice et Groece leguntur. -Madrid, 1617; 4.º

Historia general de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, Redención de cautivos. -Madrid, Luis Sánchez, 1618; dos tomos; 4.º

La misma, añadida. -Madrid, 1633.

Psalterio Virginal, traducido del latín, de san Buenaventura. -Madrid, 1618; 16.º

Vida del Caballero de Gracia. -Madrid, 1620.

Entretenimiento y juegos honestos, y recreaciones cristianas. -Madrid, 1623.

Gobierno humano ajustado al divino. -Madrid, 1824.

Casa de la razón y el desengaño. -Madrid, 1625; 4.º

Proverbios de Salomón. Los doce capítulos, desde el diez al veinte y dos, traducidos con dos comentos... -Madrid, 1625; 8.º

Fiestas de san Pedro Nolasco. -Madrid, 1630.

Geroglíficos de la vida de san Pedro Nolasco...

Instrucción de Príncipes en su juventud...

Declaración apologética del condestable de Castilla.

Epítome Theologiœ moralis...

Epítome Theologiœ Sacrœ Scripturœ...

Resolutiones conciliorum.

En la biblioteca del conde-duque de Olivares existía, dice Antonio, un opúsculo de Remón intitulado:

Fabulœ Aureœ Politicarum intelligentiarum.

Antonio menciona además otros quince opúsculos del mismo, sin expresar su fecha, ascéticos todos. Añade que dejó imperfectas otras cuarenta y tantas obras que con admirable facilidad escribía. ¿Cómo no hace la menor mención de sus producciones dramáticas?... ¿Cómo tampoco don Tomás Tamayo de Vargas?...

Fray Alonso Remón prestó a las Letras y a su patria un distinguido servicio dando a luz la Historia de la conquista de la Nueva-España, compuesta por Bernal Díaz del Castillo, cuyo manuscrito existía en la Biblioteca de don Lorenzo Ramírez de Prado.

Halladas al fin de un ejemplar de las Relaciones verdaderas de la China, Cochinchina, etc., del licenciado don Pedro Ordóñez de Ceballos (Jaén, 1628), perteneciente al señor don Pascual de Gayangos (que me le ha franqueado entre otros preciosos libros con su acostumbrada y galante generosidad) las comedias de El Español entre todas las naciones, y Clérigo agradecido, primera y segunda parte, compuestas por el padre maestro fray Alonso Remón: ediciones príncipes, impresas en la misma ciudad de Jaén, año de 1629; no debe ya tenerse por dudosa la identidad entre el doctor Ramón, escritor dramático, y el padre maestro Remón, religioso mercenario, fecundo autor de obras místicas, doctrinales e históricas. Se hallan asimismo copias de estas dos piezas impresas en la colección de manuscritos de la biblioteca de Osuna.

No es de extrañar la inserción de estas dos comedias en el tomo expresado, puesto que cifran la peregrina historia del autor del libro, el famoso licenciado don Pedro Ordóñez de Ceballos, el cual (segundo Fernán Méndez Pinto) dio la vuelta al mundo y escribió sus aventuras.

Nació Ordóñez de Ceballos en Jaén, hacia 1560; educóse en Sevilla; viajó por espacio de treinta y nueve años, recorriendo la América, China, gran parte del África y el norte de Europa. Fue presbítero, chantre de Guamanga, en el Perú, y canónigo de Astorga. Vuelto a España, publicó su Viaje del mundo (Madrid, 1614); otro libro que intituló: Triunfos de la Santísima Cruz, el de los Varones ilustres de Jaén, que perfeccionó y sacó a luz su grande amigo, el maestro Jiménez Patón; y por último, el de las Relaciones de China y Cochinchina, que va referido. Intentó volver a aquellos países y parece que obtuvo nombramiento de provisor y vicario general de ellos; pero no pudo verificarlo por haberse quedado tullido y casi ciego; en cuya situación se hallaba por los años de 1627, después de diez de penosa enfermedad.

La comedia: Español entre todas las naciones, tiene además una Tercera parteque menciona el Catálogo de Huerta, en el cual se atribuyen las tres equivocadamente al protagonista don Pedro Ordóñez de Ceballos. En una nota de varias comedias, autógrafa, del señor Durán, veo mencionada todavía otra Cuarta parte del mismo drama. Habiendo escrito el padre Remón las dos primeras, otros pudieron completar la entretenida historia.

Finalmente, el mismo señor Durán, en su Catálogo general de comedias, expresa que estas dos del padre Remón y la del padre Guadarrama, al propio asunto, ya citada, se insertaron también al fin del Tratado de los Reinos de las Indias Orientales: Jaén, 1629; en 4.º; que es una reimpresión de las Relaciones, con preliminares, en los cuales se declara que el padre Remón, autor de las comedias del Español, y de más de otras doscientas, escribió aquellas por mandato de su prelado.

Primera parte de la famosa comedia del Español entre todas naciones, y clérigo agradecido; compuesto por el padre fray Alonso Remón, de la Orden de Nuestra Señora de la Merced.

Segunda parte.

Manuscritos. Biblioteca de Osuna. Son copias de las impresas.

Las tres mujeres en una. Manuscrito del siglo XVII; sin nombre de autor; en el códice M-180 de la Biblioteca Nacional.

Primera parte de la famosa comedia del Español entre todas las naciones, y clérigo agradecido. Compuesta por el padre, maestro fray Alonso Remón, de la orden de Nuestra Señora de las Mercedes. Dirigida a don Andrés de Godoy Ponce de León, Cavallero del Hábito de Santiago, Corregidor y Iusticia mayor de la ciudad de Iaén, con la de Andújar y sus tierras. Con licencia. -Impressa en Jaén, por Pedro de la Cuesta. Año de 1629; 4.º

Esta comedia va ofrecida al expresado caballero por el licenciado don Pedro Ordóñez de Cevallos, sin alusión alguna al autor que se declara en la portada.

Segunda parte de la famosa comedia del Español entre todas las naciones, y clérigo agradecido. Compvesta por el padre maestro fray Alonso Remón; de la Orden de Nuestra Señora de las Mercedes. Dirigida a la Excelentísima Señora doña Catalina Fernández de Córdova, duquesa de Sogorve y Cardona. Con licencia. -En Iaén, por Pedro de la Cuesta. Año de 1629; 4.º

Dedica esta comedia el licenciado don Pedro Ordóñez de Ceballos, sin aludir en manera alguna al autor fray Alonso Remón.

El Santo sin nacer, y mártir sin morir, que es San Ramón Nonat. (Doce comedias de varios autores... Empresso en Tortosa, en la emprenta de Francisco Martorell, año de 1638.)

Tres Mujeres en una.

El Santo sin nacer, y mártir sin morir219. (Parte treinta y dos, con doce comedias de diferentes autores; Zaragoza, 1640.)

El sitio de Mons por el duque de Alba.

RAMOS (PEDRO). Representación hecha en la santa yglesia de Sevilla por p.º rramos notario. Entran santidad, hypocresía, soberbia, gula, templanza, humildad. Manuscrito de hacia fines del segundo tercio del siglo XVI. La pieza está en prosa; al fin se expresan los trajes que han de sacar los interlocutores, a saber: «La Santidad, de blanco; la Hipocresía, en hábito de clérigo; la Soberbia, muy profana; la Gula, de colorado, y una barriga y dos faltiqueras con cosas de comer; la Templanza y Humildad, en hábito de romero, y debajo en hábito de soldado». Existe en la Colección del señor Sancho Rayón, que así mismo posee las dos de que hablamos seguidamente, escritas con idéntica letra y tinta y en papel de la propia marca, si bien cosidas por separado; ambas anónimas. Sus epígrafes son:

Representación del nascimiento de Xpo Jesu salbador nro. es el argumento que el hombre siego por el pecado fue guiado por la inocencia hasta la ley, y conoscido el pecado, guió la malicia hasta la gracia, en la qual cobró la vista muerto el pecado, y concluye con la demostración del santo nascimiento en alabanza de Jesu.

En prosa, con algunos villancicos, precedido de un Introito, en verso, y dividido en seis partes.

Representación del nascimienlo del hijo de dios humanado, en que se introducen el pueblo de los hebreos y el pueblo de los gentiles en contienda ante la justicia, sobre quién es más excelente... etc. En prosa, con algunos villancicos intercalados, y la última parte, de las seis de que consta, en verso.

RAMOS DEL CASTILLO (DON DIEGO).

Auto sacramental.

Auto sacramental.

Auto sacramental. (Autos sacramentales y Al Nacimiento de Christo, con sus loas y entremeses. -Madrid, 1675.)

RAMOS DEL MANZANO (DOCTOR DON FRANCISCO). (Don Román Sforcia Cusani.) Primer conde de Francos. Jurisconsulto y publicista eminente; nació en Vitigudino, provincia de Salamanca, a principios del siglo XVII.

Hizo sus estudios en la escuela salmanticense con tal lucimiento, que mereció, a la edad de diez y ocho años, una lisonjera comunicación del Consejo de Castilla, que le fue dirigida por expreso mandato del Rey. Desempeñó por espacio de veinte y dos años la cátedra de prima de leyes en aquella Universidad. Nombrado presidente del magistrado extraordinario de Milán, pasó luego a regente del Consejo de Italia, y sucesivamente fue consejero de Castilla y obtuvo otros cargos importantes.

En 1659 fue nombrado plenipotenciario, en compañía de don Luis Méndez de Haro, para las famosas conferencias de la isla de los Faisanes, que dieron por resultado la paz de los Pirineos y el casamiento de Luis XIV con la infanta doña María Teresa. Comisionado para escribir la historia del reinado de Felipe IV, no cumplió con tan difícil encargo: escribió sí con el título de Reinados de menor edad, una obra histórica, dedicada al Rey don Carlos II, cuya enseñanza tuvo a su cargo desde 1667. En 1672 y 78 publicó la referida producción histórica y dos jurídicas sobre las leyes Julia et Papia y Rhodia de jactu. En 1659 había redactado y dado a luz su informe oficial contra la provisión de los obispados de Portugal por el nuevo Rey don Juan IV. Bajo el seudónimo anagramático de don Román Sforcia Cusani, compuso en castellano una pastoral, imitación de las del Tasso y Guarino, que se conserva inédita y menciona don Nicolás Antonio, alzando a su autor el antifaz.

Obtuvo merced de título de Castilla, con la denominación de conde de Francos, inscribiendo en su escudo la divisa: Ramo paciferi, con alusión a sus negociaciones diplomáticas.

Abrazó el estado eclesiástico en los últimos años de su vida; falleció el de 1683; se halla enterrado en la iglesia parroquial de San Julián, de Salamanca.

Hemos seguido, al compendiar esta noticia, la escrita por el señor don Álvaro Gil Sanz en 1849. (Semán. Pintor. Español.)

Titúlase la composición de Ramos del Manzano, que le da lugar en esta obra:

Abides, o el Pastor regio. Manuscrito inédito. Biblioteca del señor Durán. Pastoral en varios metros, a imitación de las del Tasso y Guarino, escrita por el autor en sus últimos años. Según el señor Durán, abunda en trozos de buena poesía.

RAVASCO CAVALCANTE (GONZALO). Natural de Bahía de Todos-los-Santos, en el Brasil, hijo del secretario de aquel Estado, Bernardo Vieira Ravasco, y sobrino del famoso padre Vieira. Nació en 1659. Fue comendador de la Orden de Cristo, secretario de Estado y Guerra del Brasil, etc. Murió en 1725. Dejó escritas algunas obras poéticas, y entre ellas tres autos sacramentales.

REBOLLEDO (CONDE DE). (Don Bernardino de Rebolledo, señor de Irían.) Nació en la ciudad de León, año de 1597; hijo de don Jerónimo, señor de Irían, y de doña Ana de Villamizar y Lorenzana. Abrazó la cartera militar a los catorce años; sirvió en Italia y en las galeras de Nápoles y Sicilia; pasó a Flandes de gentil hombre del infante don Fernando; en 1636 fue nombrado teniente de maestre de campo, general de aquellos ejércitos; continuó sus servicios militares por muchos años, desempeñando cargos diplomáticos de grande importancia, y principalmente el de embajador en Dinamarca, donde residió más de veinte años, asistiendo con su consejo y persona a aquel monarca en la guerra con Suecia y sitio de Copenhague.

Vuelto a España, obtuvo plaza en el Consejo Supremo de Guerra, año de 1662, con otras honoríficas e importantes comisiones. Falleció en esta capital, a los ochenta años, de su edad, el 27 de marzo de 1676. Las distinciones y honras que recibió de nuestros Reyes, de Federico III de Dinamarca y de la Reina Cristina de Suecia, fueron en gran número; llegó a reunir cincuenta mil ducados de renta anual; fundó varias memorias piadosas: no dejó sucesión alguna.

Sus obras poéticas: Los Ocios, La Selva militar y política, La Selva sagrada con La Constancia victoriosa, Los Tronos de Jeremías y El Idilio sacro y el tomo de Las Selvas Dánicas, son muy conocidas por la completa edición que hizo de ellas el diligente Sancha, y aún abundan las antiguas impresiones de Amberes y Copenhague.

Ocios poéticos. (Por segunda vez impresos en la completa colección de sus Obras, que se dio a la estampa en Amberes, 1660.). En la primera edición de los Ocios (Amberes, 1656), vio se incluyeron las piezas de teatro que la segunda contiene, y son:

Amar despreciando riesgos. (Tragicomedia.)

Entremés de Los Maridos conformes.

Proemio (Loa) para una comedia de otro autor.

REI DE ARTIEDA (MICER ANDRÉS).

(Véase REY DE ARTIEDA.)

REINOSO (DON ALONSO DE).

(Véase REYNOSO.)

REINOSO Y QUIÑONES (DON BERNARDINO JOSÉ DE).

(Véase REYNOSO Y QUIÑONES.)

REJAULE Y TOLEDO (DON PEDRO JUAN DE). (Ricardo de Turia.)

Los eruditos alemanes Schack y Münch Bellinghausen (cuyos escritos honran e ilustran en tan alto grado la literatura española), han sostenido con empeño la noticia que anunció, pero no probó, el padre Rodríguez en un Apéndice a su Biblioteca Valenciana, suponiendo que el escritor encubierto con el seudónimo de Ricardo de Turia, fue don Luis Ferrer y Cardona, poeta insigne valenciano, caballero de Santiago, coadjutor de su padre don Jaime en el destino de vicegeneral gobernador de la ciudad y reino de Valencia, y señor de la baronía de Sot. -Con no menor empeño tomo yo a mi cargo el defender la de que este disfrazado autor no fue sino el ilustre jurista, cuyo nombre en cabeza este artículo.

Onofre Esquerdo, natural de Valencia, que fue jurado de la misma ciudad y obtuvo otros destinos de ella, y en 1671 se hizo familiar de la Inquisición, sugeto aficionadísimo a la historia, y especialmente a la de su patria, se dedicó a recoger con asiduo afán cuantos materiales impresos y manuscritos pudo hallar para ilustrarla, registrando aquellos archivos a favor de sus destinos y relaciones. Poseedor de una rica y selecta librería, era frecuentemente consultado, no solo por los curiosos, sino de oficio por las autoridades, sobre puntos relativos a su estudio favorito. Escribió Onofre Esquerdo, entre otras obras, un Catálogo de los hijos de Valencia que han impreso libros y tratados de todas ciencias y facultades, en lengua materna, latina y castellana, intitulado: Ingenios Valencianos; manuscrito, en 4.º -De este manuscrito procede, pues, la especie de que el embozado Ricardo fue don Pedro Rejaule y Toledo, y proceden asimismo las noticias bio-bibliográficas que del propio escritor vamos a estampar, insertas por don Vicente Jimeno en su Biblioteca de Escritores del reino de Valencia, tomo II, página 2, y que los referidos literatos alemanes sin duda no han conocido. -A ellas agregaré algún dato debido a mi propia observación.

Don Pedro Juan de Rejaule y Toledo, natural de la ciudad de Valencia, pudo ser, en efecto, según conjetura Jimeno, hijo del doctor Mateo Rejaule, insigne jurisconsulto que nació en la misma ciudad, año de 1582220. Esta conjetura, sin embargo, con arreglo a la cual necesitaríamos fijar el nacimiento de nuestro autor por lo menos en el año de 1597, contraría uno de los datos biográficos, que de él refiere Esquerdo. Más creíble parece que fuese hermano del expresado doctor Mateo.

Siguió don Pedro la carrera de leyes, y «fue (dice Esquerdo) jurisperito de mucha nombradía. Tuvo plaza de juez criminal y civil en la Real Audiencia, y por su extremada política era tan bien acepto de los vireyes, que siempre que pasaban por Valencia algunos príncipes españoles o extranjeros le mandaban salir a cortejarlos. El airoso desempeño que tuvo en estas comisiones le granjeó mucha estimación con los dichos señores y príncipes. No faltaron envidiosos que por esto le persiguieron con tales acusaciones, que mandó el rey residenciarle. De todo salió libre por sentencia del juez de comisión, que era el arzobispo de Valencia, don fray Isidoro Aliaga221, el cual le reintegró en sus oficios y empleos con todos sus honores. Pero él, acrisolada la verdad, pidió al Rey jubilación, en gracia de sus servicios, y habiéndola logrado sin diminución de sus salarios, se retiró a la quietud deseada de sus estudios». -«El padre Rodríguez (añade Jimeno) pone entre los anónimos valencianos uno que quiso llamarse Ricardo de Turia, autor de cuatro comedias impresas; y en un Apéndice, que después añade, cree que fue don Luis Ferrer de Cardona, poeta, una y otra vez celebrador por Lope de Vega; pero Onofre Esquerdo, cuyas son las noticias sobredichas (en su manuscrito de Ingenios valencianos), afirma que este Ricardo fue don Pedro Rejaule, que por hallarse juez criminal cuando las compuso ocultó su nombre».

Sigue Jimeno con la sección bibliográfica: cita las cuatro comedias de nuestro poeta insertas en la Segunda Parte de las de autores valencianos (año 1616), y el Discurso que las acompaña, y añade a ellas, con relación al mismo Esquerdo: «Soledades de Ricardo de Turia. Las compuso después de su jubilación. Refería en ellas, según el testimonio de Esquerdo, las pasiones enconadas de sus émulos y la tolerancia de su ánimo, imitando en el metro y estilo a don Luis de Góngora, cordobés. A estas Soledades añadió varios Sonetos y Rimas a diferentes asuntos, y todo quedó manuscrito en un libro que quería dar a la estampa un hijo suyo llamado don Manuel, como afirma el mismo Esquerdo». -Al margen de este artículo estampa Jimeno la fecha de 1651.

Un precioso dato para la biografía de este oscurecido ingenio dejó consignado Cervantes, elogiándole en el Viaje del Parnaso; capítulo V, en un pasaje que dice de este modo:


    Pero en aquel instante un gran ruido
se oyó, con que la turba se alboroza,
y pone vista alerta y presto oído.
    Y era quien le formaba una carroza
rica, sobre la cual venia sentado
el gravedon Lorenzo de Mendoza.
    De su felice ingenio acompañado,
de su mucho valer y cortesía,
joyas inestimables, adornado.
    Pedro Juan de Rejaule le seguía
en otro coche: insigne Valenciano,
y grande defensor de la poesía.
    Sentado viene a su derecha mano
Juan de Solís, mancebo generoso
de raro ingenio, en verdes años cano.
    Y Juan de carvajal, dotor famoso,
les hace tercio, y no por ser pesado
dejan de hacer su curso presuroso.
    Porque al divino, ingenio, el levantado
valor de aquestos tres que el coche encierra
no hay impedirle monte ni collado.



Esto escribía Cervantes por los años de 1613 a 1614. Habiendo publicado nuestro Rejaule sus comedias y discurso en el de 1616, bajo nombre supuesto por razón de hallarse desempeñando un cargo judicial, es evidente que debía de contar ya por lo menos de veinte y seis a treinta años; y así debe calcularse que nacería por los de 1586 a 90. Su juicio de residencia, hubo de verificarse hacia el año de 1640, cuando ya tenía de cincuenta a cincuenta y cuatro, y por esto pidió y obtuvo su jubilación.

Salieron, pues, a luz las cuatro comedias de don Pedro Rejaule en la Parte segunda de las de poetas valencianos, cuyo título es:

Norte de la Poesía española, ilustrado del Sol de doce comedias (que forman Segunda parte de laureados poetas valencianos) y de doce escogidas Loas y otras Rimas a varios sugetos; sacado a luz ajustado con sus originales por Aurelio Mey. -Valencia, 1616, en la imprenta de Felipe Mey, a costa de Filipo Pincinali. -(De Jusepe Ferrer en otros ejemplares.)

Van de nuestro autor en el mismo libro el interesante Discurso apologético sobre el juicio de las comedias222, que el señor Schack ha reimpreso en su obra, y algunas poesías sueltas: Epitafio a un gran músico, soneto; y octavas, A un desdén. El discurso se halla al principio del libro, y a él se refirió tal vez Cervantes, que pudo conocerle manuscrito, al elogiar a Rejaule como a grande defensor de la Poesía.

Entre las varias rimas que comprende el tomo se lee, compuesto por don Carlos Boyl, autor de la comedia: El Marido asegurado, en él impresa, cierto Romance «A un licenciado que desseava hacer comedias», donde encontramos el siguiente pasaje:


[...]
    Letras, loas y entremeses
buscará de mano ajena,
porque la propia de todos
como propia se condena.
    De don Gaspar Mercader,
Conde de Buñol, las letras
serán, porque siendo suyas
tendrán gracia y serán buenas.
    Las loas del gran Ferrer,
que ha de gobernar Valencia,
el divino don Luis,
doctísimo en todas sciencias.
    El verso conceptuoso
y las quintillas perfetas
del culto Ricardo busque
Pero no afecte su estrella.
    Y al fin de espada y capa
dará a las salas comedias,
y al teatro para el vulgo
de divinas apariencias.



No puede darse prueba más evidente y palpable de ser personas diversas el divino don Luis Ferrer y el culto Ricardo de Turia. Sin embargo, el señor Schack copia este pasaje como demostración irrecusable de lo contrario. -Decida el lector, y el mismo erudito alemán, con presencia de las noticias que dejamos apuntadas.

Don Justo Pastor Fuster dedica en su Biblioteca Valenciana... con adiciones y enmiendas a la de don Vicente Ximeno... Valencia... 1827, un artículo a don Luis Ferrer y Cardona; artículo de cuyos términos, vagos y en parte evidentemente inexactos, parece inferirse que Aurelio Mey en los preliminares del Norte de la Poesía española declara ser don Luis Ferrer y Cardona el autor disfrazado con el nombre de Ricardo de Turia. En el artículo nuestro relativo al mismo Ferrer hemos expuesto detenidamente la suma de razones que inducen a creer equivocada esa implícita aserción. A él nos remitimos, deseando ocasión de desvanecerla por completo con presencia del libro.

La Burladora burlada.

La belígera Española.

La fe pagada.

Vida, martirio y muerte de San Vicente, mártir, patrón de Valencia. (Norte de la Poesía española, ilustrado del Sol de doce comedias (que forman Segunda parte de laureados poetas valencianos)... -Valencia, 1616, en la impresión de Felipe Mey...)

Se ha reimpreso La Burladora burlada en la colección de Dramáticos de la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra.

REJÓN (DON SEBASTIÁN).

Ipodamia y Pelope. Representada en el Buen Retiro a SS. MM. en 30 de julio de 1698. -Probablemente inédita.

RESENDE (FRAY BLAS DE). Natural de Évora, hijo de Jorge, hermano del poeta Andrés y sobrino de García de Resende, cronista de don Juan II de Portugal. Fue religioso dominico. Compuso algunas poesías y autos.

Auto do Pranto da Magdalena.

Auto do Pranto de San Pedro.

REY DE ARTIEDA (MICER ANDRÉS). Fue cuna de este eminente ingenio la ciudad de Valencia; consta de un privilegio otorgado a favor del mismo, por el rey Felipe III, en Fuentidueña, a 8 de noviembre de 1611. Este documento destruye la aserción de don N. Antonio, que le supone de Zaragoza y las equivocas alusiones de Lope. No obstante, Latassa insiste en hacerle aragonés.

Su padre, Juan Rey de Artieda, infanzón, natural de Tauste, casó en Valencia con Ángela de Alfona, y de este matrimonio nació nuestro Andrés en 1549. A los catorce años, el 22 de octubre de 1563, se graduó de Artes en la Universidad de Valencia. Cursó después en las de Lérida y Tolosa jurisprudencia civil y canónica, doctorándose por la última de dichas escuelas a los veinte años de edad, «con aplauso y pronósticos extraños», como él mismo dice en su Epístola al marqués de Cuellar. Por aquel tiempo eran ya muy aplaudidas las producciones de su talento poético, y así mereció que Gaspar Gil Polo le incluyese entre los ingenios valencianos, que tan elegantemente celebró en su Canto del Turia. Gil Polo debió de componer este canto lo más tarde a principios de 1564, pues que a 9 de febrero escribió la dedicatoria de su Diana enamorada, de la cual forma parte, obra que fue impresa en aquel mismo año. Vemos, pues, honrado a nuestro Artieda a la par de los más insignes poetas de su patria y época, fecundas en ingenios, cuando aún no llegaba a los catorce años.

Comenzó a ejercitarse en la abogacía; pero descontento con esta profesión, abrazó la militar. Obtuvo desde la primera campaña plaza de capitán de infantería, y con este grado sirvió por más de treinta años; hallóse en Lepanto (1571), donde recibió tres heridas, en Novarin, socorro de Chipre, vota de Finden y otras muchas acciones de guerra, en que se acreditó de valiente y esforzado. Las armas no le impidieron el cultivo de las Letras; siguió ejercitándose en la poesía y granjeándose cada vez mayor fama y renombre. Durante sus temporadas de licencia o reposo de las fatigas militares, residió principalmente en Valencia, Zaragoza y Barcelona. En la primera, su ciudad patria, dio al teatro y a la estampa, año de 1581, su tragedia: Los Amantes (de Teruel), y cinco años después un poemita en

Octavas a la venida de la Magestad del Rey don Phelipe nuestro señor a la insigne ciudad de Valencia. -Valencia, oficina de la viuda de Pedro de Huete, 1586; 8.º

Perteneció allí a la famosa Academia de los Nocturnos, desde su instalación, año de 1591; en ella adoptó el nombre de Centinela, y leyó varias poesías y un curioso y docto Discurso de Armas y Timbres.

Concurrió asimismo a diferentes certámenes de los que se celebraban en aquella ciudad privilegiada de las Musas.

Por aquel tiempo compuso sin duda su comedia: Los encantos de Merlín, citada en la famosa loa de Agustín de Rojas; y de la cual, así como de otras dos que se le atribuyen, no se conocen más que los títulos.

Casó en Valencia con Catalina de Monave, de ella tuvo dos hijos y dos hijas. El mayor, Andrés, militó con su padre, y luego pasó al servicio del duque de Alburquerque, virey de Aragón, y murió en Zaragoza, año 1605. El menor, Marcos, tomó el hábito de Santo Domingo con nombre de Jacinto; fue predicador y escribió en varios certámenes. De las hijas, Teodora y Andrea, se sabe únicamente que esta última heredó a su padre.

Contando ya éste cincuenta y seis años de edad, y, según es de creer, retirado del servicio militar, publicó en Zaragoza, donde tal vez residía con su hijo Andrés, una escogida colección de sus poesías líricas bajo el nombre de Artemidoro. De este libro proceden las que se han reimpreso, de nuestro autor en las modernas antologías. Titúlase:

Discvrsos, epístolas y epigramas de Artemidoro. -Çaragoça, por Angelo Tauanno, 1605; 4.º

Va dedicado al poeta aragonés don Martín Abarca de Bolea y Castro, autor del Libro de Orlando determinado, y lleva entre los preliminares un Soneto de Lupercio Leonardo de Argensola, panegírico de la obra. De las poesías que contiene son muy estimables los Sonetos y la conocida Epístola al marqués de Cuellar sobre la Comedia. En la dedicatoria que Artieda firma con su nombre, expone ciertas opiniones poéticas y gramaticales que la hacen muy interesante. Ha sido reimpresa en gran parte esta dedicatoria por el señor don Adolfo de Castro en su colección de Poetas líricos de la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra.

En la referida epístola da el autor algunas noticias de sus estudios, y entre ellas la siguiente:


    Saturno, que en la octava presidía,
tanto me hizo privar con Tolomeo
que leí en Barcelona Astrología.



Enseñanza que pudo muy bien ser privada, y no en la Universidad, como han escrito algunos biógrafos.

Ignoramos qué especie de merced se le otorgó por el real privilegio dado en 8 de noviembre de 1611, de que hablan Jimeno y Latassa. Cualquiera que fuese, no la disfrutó largo tiempo. Murió en Valencia el 16 de noviembre de 1613. Fue sepultado en la parroquia de San Esteban, delante del altar de nuestra señora del Rosario.

Afirma el padre Rodríguez haber sido impresas, además de las citadas en la antecedente relación, varias otras obras de Artieda. Acaso se refiere a las poesías que hizo para justas y certámenes, y a las que don Gaspar Mercader insertó en su Prado de Valencia, 1601. Los bibliógrafos mencionan como inéditas las siguientes:

Obra espiritual, en quintillas.

Libro de Sonetos a diferentes asuntos.

Libro de La vanidad del mundo, en octavas.

Tratado de cartas misivas.

El Discurso de armas y timbres, y las

Comedias.

Discurrió Artieda en su Epístola repetidamente citada e impresa, acerca de las representaciones escénicas españolas con juicio y criterio muy justamente apreciados. Las defendió contra el parecer de los que en ellas condenaban las obscenidades de los bailes y otras piezas accesorias, y la vida relajado y escandalosa de algunos comediantes. Censuró las que se componían por menguados ingenios, en breve tiempo, sin estudio ni cuidado, llenas de risibles absurdos topográficos. Sin duda alguna la escuela libre del gran Lope y la admirable facilidad de este ingenio, dieron alas y atrevimiento a muchos «postillas»; más de esto no se deduce que Artieda se refiriese directamente a él ni a los insignes dramáticos de su época. Así es que termina la carta don estos versos:


    Por no cansarte al fin, señor, concluyo
que como el argumento sea ten bueno
que corresponda al claro ingenio tuyo,
    el verso grave, en su lugar y ameno,
examinado quien lo tiene a cargo
lo mal sonante, bárbaro y obsceno;
    puedes oír comedia a mi cargo,
y más al una pasión al alma llega,
y el día sobra o te parece largo;
    que Tárrega, Aguilar, Lope de Vega,
aligerar con sus escritos pueden
la ansia y pasión que te desasosiega.



Véase, pues, cuán distante anduvo de censurar a Lope, a quien debió de conocer y tratar en Valencia, y del cual recibió justas alabanzas en el Laurel de Apolo.

Tributóselas asimismo Cervantes en el Canto de Calíope (1584); y muchos años después en el Viaje del Parnaso, donde a la par encarece su ingenio, bravura y escasa fortuna:

Más rico de valor que de moneda.


Cervantes, su compañero de armas en Lepanto, tuvo acaso, no solo esta, sino otras ocasiones de apreciar su animoso arrojo.

La tragedia de Los Amantes (única producción dramática de Artieda, conocida hasta la presente fecha) merced a su peregrina rareza, pudo librarse de la crítica de Montiano y de la ceñuda y austera de Moratín. Recientemente, en 1848, el señor don V. Salvá comunicó extensa noticia de ella, extractada del ejemplar que tenía en su rica biblioteca particular, al señor don J. E. Hartzenbusch, que a la sazón formaba para la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra, su colección de Comedias escogidas de fray Gabriel Tellez, en la cual debía incluir el drama del mismo asunto y nombre contenido en la titulada: Segunda parte de comedias de este último ingenio. Imprimió el señor Hartzenbusch la expresada noticia bibliográfica y crítica entre las ilustraciones al volumen, y de ella nos servimos en este Catálogo. La primera noticia biográfica de Artieda fue escrita a fines del siglo XVII por don frey Hipólito de Samper, autor de la Monfesa ilustrada, quien la comunicó al padre Rodríguez para su Bibliotheca Valentina.

Los Amantes, tragedia compuesta por Micer Andrés Rey de Artieda. -Valencia, en casa de la viuda de Pedro de Huete 1581; -8.º, (de cuarenta hojas, sin foliación, a saber: cuatro de preliminares, y las demás con las signaturas A -E; la última es solo de cuatro hojas.)

Al dorso de la portada, soneto de don Miguel Ribella y de Vilanova al autor. -Dedicatoria de éste, en tercetos, al ilustre señor don Tomás de Vilanova, mayorazgo y legítimo sucesor en las baronías de Bicorp y Quesa, etc. Explica allí por qué dividió esta tragedia en cuatro actos, y después expone algo del plan, más no indica de dónde tomó el asunto. Siguen a la pieza cuatro octavas del mismo Ribellas al lector: la aprobación de fray Juan Baptista Burgos, consultor del Santo Oficio; y un soneto de Pere Juan Stornell en alabanza del autor.

El desenlace se da mucho la mano con el de la atribuida a Tirso. La trama está mal urdida, y la versificación es generalmente floja. Octavas endecasílabas en tres escenas. En las demás, quintillas octosílabas, menos en una escena que son de siete y once, alternativamente.

El Príncipe vicioso.

Amadís de Gaula.

Comedias no conocidas que atribuyen a nuestro autor el padre Rodríguez, Jimeno y Latassa.

Los Encantos de Merlín. Comedia desconocida que te atribuye Rojas Villandrando (Viaje entretenido, 1603).


    Pasó este tiempo, vino otro,
subieron a más alteza223;
las cosas ya iban mejor,
hizo entonces Artieda
sus Encantos de Merlín,
y Lupercio sus tragedias, etc.



REYES (MATÍAS DE LOS). Nació en Madrid en el último tercio del siglo XVI; estudió en la Universidad de Alcalá; fue docto en letras humanas y de felicísimo ingenio. Las noticias más puntuales que tenemos de su vida y escritos hállanse en su libro titulado: Para algunos, por él publicado en Madrid, año de 1640. Escribe a su frente el licenciado Gregorio Cid de Cariazo, alcalde y justicia mayor del partido de Villanueva de la Serena (Extremadura), un discurso apologético de la obra y del autor, de quien refiere que, escaso de bienes de fortuna, y

...habiendo gozado en la corte y fuera de ella favores de algunos señores, le dejó la suerte volver segunda vez a la administración de las reales alcabalas de las yerbas de la Orden de Alcántara; en esta ocupación, no habiendo aún cumplido cuatro lustros, le aclamaron las riberas de los dos Ríos, Reyes de Extremadura, por el Adonis de sus Ninfas y Apolo de sus Musas...; honrada porfía de pocos años, que advertidos de mayores esperanzas (sin infinitas obras sueltas), en seis comedias aplaudidas en públicos teatros, pudo gloriarse con más razón que Ovidio cuando dijo:


Carmina cum primum populo juvenalia legi,
Barba resecata mihi bis, es semel fuit.



A tan poca edad pudo suplir su mucha suficiencia, pues en ningún tiempo se vieron las rentas reales, que administraba, con tanto aumento.

...Menos festivo ya, sin perder la gracia de las Musas, se abstuvo de la dulzura de sus versos, al paso que, puesta en pie la razón, fue premiando sus desvelos con mayores logros, dando por testimonio de ellos El Curial del Parnaso, la Ulixea, el Menandro y el Embrión, que está para darse a la estampa, El Sabio del Guijo, y este (el Para algunos), último de sus trabajos; en él verás... etc.



En la portada y la Introducción del mismo, libro declara el autor su patria; habla en la misma introducción de sus estudios en Alcalá; no expresa cuáles fueron, pero sí que de facultad diversa de la eclesiástica o teológica. Firma la dedicatoria (a don Pedro de Carvajal y Ulloa, gobernador de Alcántara), en Villanueva de la Serena, a 1.º de enero de 1639, y expresa en ella terminantemente que aquel era «el quinto libro» o por él escrito, y publicado; siendo «los otros cuatro, hijos de sus verdes años». Para aclarar en lo posible este punto bibliográfico, daremos idea, y trasladaremos un pasaje de la Introducción del Para algunos.

Caminando el autor desde Madrid a cumplir una promesa que tenía hecho de visitar el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, traba amistad en Casarrubios con un religioso italiano llamado Acrisio, compañero de posada: conviénense en hacer la romería juntos, y, siguiendo el camino, pasan a un lugarejo próximo a Talavera; hospédalos el cura, amigo y condiscípulo de Reyes, prometiéndoles también su concurrencia a la devota expedición. Prolongándose este regalado hospedaje, da lugar y ocasión al padre Acrisio, para referir, a instancia de sus compañeros, una entretenida y alegórica historia, que dividida en discursos o tardes, y precedida de la comedia de Reyes: El agravio agradecido, y de otro discurso acerca de la magia, constituye el Para algunos. El héroe de la fábula, en que se describen con interés y sana moral y doctrina las pasiones que agitan la vida, es el mismo Acrisio que la cuenta; la amenizan episodios novelescos, tal como la Historia de la Peña de los Enamorados.

Intercala Reyes en la expresada Introducción curiosa noticia de algunos de sus libros. Va refiriendo la llegada a casa del cura, y la obsequiosa acogida que allí tuvieron, y dice:

«Yo entre tanto, siguiendo mi inclinación, me fui a la librería de mi amigo... y reparé en un libro que tenía entre los de humanidad, y leyendo su título, vi que eran mis comedias: y sonriéndome, dije: -Jesús, señor doctor, ¿pues esto tenéis aquí? -Y él preguntó: ¿qué, son vuestras comedias? y con mucho gusto por serlo; ¿no habéis hallado ahí el Curial de Parnaso y El Menandro? -Y mirando dije: Sí, aquí están; mucha honra es esta... -(El cura le responde que era merecida, y obligación de amigo, y continúa): -¿No habéis acabado de despachar La Ulixia? -Ya tengo privilegio para imprimirla, y creo será presto, si el tiempo y ventura me ayudan... -A este tiempo Acrisio me había tomado de las manos el libro, y iba registrando los títulos de las seis comedias que contiene, y llegando a la que le tiene del Agravio agradecido, reparó en la Dedicatoria, y de ella infirió su argumento». (De aquí toma pie para insertar la comedia, que es imitación de los Anfitriones de Plauto, bien poco feliz en cuanto al recurso dramático, la magia, pero más decorosa y moral en su enredo y desenlace.)



No resultan, pues, de esta relación224 sino tres libros de nuestro autor, impresos hasta aquella fecha; el de sus Comedias, tan raro y desconocido ya, que ningún bibliógrafo lo menciona: solo se conservan, que sepamos, sueltas o desglosadas las seis piezas que contenía: El Curial del Parnaso, primer parte, Madrid, 1624; 8.º (son doce avisos del Parnaso para los doce meses del año 1623), y El Menandro (Jaén, 1636; 8.º), que cita don N. Antonio, dudando si pertenece a Reyes. Declaró éste, en 1639, ser cuatro sus publicaciones anteriores al Para algunos. ¿Acaso fue la cuarta El Sabio del Guijo, a cuya obra alude, como a libro ya impreso, el referido Cid de Cariazo?

Nada se sabe de Matías de los Reyes, con posterioridad al año de 1640.

Hállanse encuadernadas con el, ejemplar de las Relaciones de China y Cochinchina, por el licenciado Ordóñez de Ceballos (Jaén, 1628). que, perteneciente al señor don Pascual Gayangos, tengo a la vista y he mencionado en otro lugar, tres de las comedias de Matías de los Reyes, impresas, con bastante esmero en Jaén, por Pedro de la Cuesta, año de 1629, con portadas, paginación y signaturas separadas, y cada una dirigida por el autor a diverso Mecenas; dedicatorias que llevan respectivamente las fechas de Villanueva de la Serena, 8 de agosto, 8 y 20 de setiembre de 1622. Como en esta última, dice Reyes, que las seis comedias salían entonces a luz, hay motivo para sospechar una primitiva impresión hecha en 1622, puesto que no parece probable un intervalo de siete años entre la expresa afirmativa del autor «que agora salen», y la efectiva publicación.

El señor don F. J. de Burgos, en un artículo del periódico La Alhambra, año de 1840, aseguró que las comedias de Reyes se habían impreso en Jaén, 1636, y no debe extrañarse que lograran esta repetición. Son ingeniosas y bien versificadas; el mismo señor Burgos estima la de «El agravio agradecido por la mejor escrita del teatro antiguo».

Seis comedias, impresas, con privilegio, en Iaén, por Pedro de la Cuesta, año de 1629, 4.º Con portadas y paginación separadas (a juzgar por las tres que tenemos a la vista) y cada una con su especial dedicatoria del autor. Debieron de imprimirse en esta forma, para facilitar su adquisición. Daremos la lista de estas piezas, y separadamente noticia bibliográfica de las tres referidas.

Enredos del Diablo.

Di mentira, sacarás verdad.

Dar al tiempo lo que es suyo.

Donaires de Pedro Corchuelo, y el qué dirán.

Elías, su vida y rapto.

El agravio agradecido.

Enredos del Diablo. Por Matías de los Reyes, natvral de Madrid. Dirigida al Reverendíssimo S. D. F. Nicolás Barrantes Arias, del Consejo de su Magestad, del hábito de Alcántara, prior de Magacela, provincia de La Serena, con las villas de Heliche y Castilleja de la misma Orden. (Escudo del Mecenas.) Con privilegio. -Impressa en Iaén, por Pedro de la Cuesta, año de MDCXXIX. Dedicatoria del autor, en lo cual es notable este párrafo: «La comedia de los Enredos del Diablo, escrita a los veinte años de mi edad, pide esta defensa, que presume alcanzar parte de los favores que vuesa merced ha hecho a otras hermanas suyas...». -Fechada en Villanueva de la Serena, 8 de agosto 1622.

Di mentira, y sacarás verdad. Por Matías de los Reyes, natvral de Madrid. Dirigida a Pedro María Passano, contador de la messa magistral del partido de la Serena por los señores Fúcares, tesoreros de los maestrazgos. (Emblema: dentro de un tarjetón se levanta una mano con la pluma en actitud de escribir. Lema: Aut prodesse omnibus, aut nocere nemini; y alrededor, formando un cuadro, su traducción en esta copia:


De dos efectos el uno
deseo por varios modos,
o ser útil para todos,
o no ofender a ninguno.)



Con privilegio. -Impressa en Iaén, por Pedro de la Cuesta, año de 1620. Dedicatoria del autor. Dice en ella que esta comedia fue representado, para festejar la misa nueva de don Juan Passano, hermano del Mecenas, por varios amigos. Firma la dedicatoria en Villanueva, 8 setiembre 1622. Representóle Ramírez.

Dar al tiempo lo qve es svyo. Por Matías de los Reyes, natural de Madrid. Dirigida a don Diego de Agreda y Vargas, hijo del doctor don Alonso de Agreda, del Consejo de su Majestad. (El mismo emblema.) Con privilegio. -Impressa en leen, por Pedro de la Cuesta, año de 1629.

En esta dedicatoria del autor al novelista Agreda, es de notar el siguiente pasaje: «Del favor que de vuesa merced han recibido mis escritos, les nacieron alas... A ellos se ha juntado la comedia: Dar al tiempo lo que es suyo, cuya primera jornada vuesa merced oyó en esa corte, cuando estuve en ella el año pasado. Tan presumida quedó de sus alabanzas, que me apresuró a su remate y fin, para meterse (no en docena, que no pasan de media los que agora salen, por dar del mal el menos) sino con presunción de agradar, en fe del voto que vuesa merced le dio. Esta, digo, se acabó en nombre suyo... etc.».

Va fechada la dedicatoria en Villanueva, 20 de setiembre de 1622.

En la comedia: Los enredos del Diablo, se expresa que la representaron Ríos y Villalba.

Posteriormente he debido al Catálogo del señor Durán nuevas y curiosas noticias sobre el tomo de Comedias de Reyes. Imprimióse efectivamente en Jaén, por Pedro de la Cuesta, año de 1620. Cada pieza lleva su dedicatoria; hemos dado noticia de tres de estos documentos, y ahora la damos de los correspondientes a las tres restantes comedias.

El agravio agradecido. Por Matías de los Reyes, natural de Madrid. Dirigida al padre Presentado fray Gabriel Tellez, religioso de la Merced.

Representóla Francisco de Mudarra.

De la dedicatoria, firmada en Villanueva de la Serena a 21 de setiembre de 1622, consta que el autor estudió con el insigne Tellez desde las primeras letras; que leyó el mismo es ta comedia, en su celda, y que deseaba volver a Madrid.

Qué dirán, y donaires de Pedro Corchuelo. Por Matías de los Reyes, natural de Madrid. Dirigida a Lope Félix de Vega Carpio.

Representóla Ramírez.

Firma el autor la dedicatoria en Villanueva de la Serena, a 11 de agosto de 1622.

Representación de la vida y rapto de Elías. Por Matías de los Reyes, natural de Madrid. Dirigida a Domingo Alonso Blanco, familiar del Santo Oficio de Llerena.

Representóla Ramírez.

La dedicatoria firmada en Villanueva de la Serena, 26 de setiembre de 1622.

Para algvnos, de Matías de los Reyes, natvral de Madrid. Dedicado al señor don Pedro de Caruajal y Uloa, cauallero de la Orden y cauallería de Alcántara, gouernador de su villa y partido, por el Rey nuestro Señor, etc. Año (Esc. del Mecenas) 1640. Con priuilegio. -En Madrid, por la viuda de Iuan Sánchez. 57. A costa de Lorenço Sánchez y Gabriel de León, mercaderes de libros; 4.º

Advertencia del autor sobre el primer discurso del libro. -Tasa, 30 enero 1640. -Suma del privilegio, 18 noviembre de 1637. -Licencia del Ordinario, 24 octubre 1637. -Erratas, enero 1640. -Aprobación de Valdivielso, 4 de noviembre 1637. -Dedicatoria del autor al expresado. -«A los que leyeren». (Prólogo apologético escrito por el licenciado Cid de Cariazo.) -Prólogo del autor.

Contiene al principio la «Comedia famosa: El agravio agradecido, por Matías de los Reyes, natural de Madrid. Representóla Francisco de Mudarra».

Comedias de Reyes, insertas en Colecciones de Varios:

Di mentira, sacarás verdad. (Parte veinte y dos de las comedias de Lope de Vega Carpio, y la mejores que hasta ahora han salido. -A Zaragoza, 1630.) (Va como de Lope. Es probablemente la de Reyes; no puedo afirmarlo.)

El qué dirán, y donaires de Pedro Corchuelo. (Parte veinte y cuatro de las comedias del Fénix de España Lope de Vega Carpio, y las mejores que hasta ahora han salido. -Zaragoza, Dormer, 1632-1633; 4.º) (Va con el nombre de Lope.)

El qué dirán (y donaires de Pedro Corchuelo). (Comedias de Lope de Vega Carpio... [y otros autores.] Parte veinte y seis. -Zaragoza, 1645; una de las llamadas extravagantes.) (Va con el nombre de Lope, a quien la dedicó su autor.)

REYNOSO (DON ALONSO DE). Mencionado por Montalbán en la Memoria de los que escriben comedias en Castilla:

Célebre predicador y poeta; hizo comedias cuando tuvo más ocio y menos ocupaciones de estudios graves.



REYNOSO Y QUIÑONES (DON BERNARDINO JOSÉ DE).

Quitar el cordel del cuello es la más justa venganza, o El pobre Fundador del hospital más famoso, el Venerable Antón Martín, primera y segunda parte.

La sacra Esposa de Cristo y Doctora de su Iglesia, Santa Catalina.

El Sol de la fe en Marsella y conversión de la Francia, Santa María Magdalena, primera y segunda parte.

RIBEIRO (LUIS). Natural de Coimbra; floreció a principios del siglo XVII. Escribió y publicó la

Famosa tragicomedia da Conversa penitente e morte de Santa María Egipciaca. -Lisboa, 1619; 4.º Escrita en diversidad de metros.

RIBEIRO CHIADO (ANTONIO). Nació en Évora: tomó el hábito de San Francisco; pero no siendo válida su profesión, dejó el claustro y vistió de clérigo todo el resto de su vida. Aunque no muy docto, dice Barbosa, tuvo, sin embargo, noticia de las Bellas Letras, versificando, más a impulsos de su natural que del arte, con genio tan festivo y tal facilidad en la improvisación, que se captaba el aplauso de todos sus oyentes, siendo al mismo tiempo muy diestro en remedar voces y gesticulaciones. Murió en Lisboa, año de 1591. Hacen de él memoria don Nicolás Antonio y otros bibliógrafos. Se conservaban manuscritas, en 1738, varias de sus cartas y composiciones jocosas. Se imprimieron de su pluma:

Philomena dos louvores dos Santos com outros cantos devotos. -Lisboa, 1585; en 12.º,

y

Letreiros sentenciosos os quaes se ochara em certas sepulturas de Espanha feitos em trovas. -Lisboa, 1602; 4.º

Asimismo las dos piezas dramáticas:

Auto de Gonzalo Chamba. Lisboa, 1613, 1615 y 1650; 4.º

Auto da Natural invençao. Fue representado al rey don Juan III, y se imprimió.

RIBEIRO SUÁREZ (JERÓNIMO). Natural de Torres-Novas, patriarcado de Lisboa, de noble familia. Floreció en el último tercio del siglo XVI.

Auto do Físico. (Primeira parte dos autos e comedias portuguezas. -Lisboa, Andrés Lobato, 1587.)

RIBERA (ANASTASIO PANTALEÓN DE).

(Véase PANTALEÓN.)

RIBERA (MAESTRO FRAY DIEGO DE).

La traición en propia sangre. (P. 31.)

RIBERA (DON JOSÉ DE).

Jornada de Merecer de la fortuna ensalzamientos dichosos. (P. 22.) (Con don Diego de Vera y Ordóñez de Villaquirán.)

RIBERO (MIGUEL). Citado vagamente como autor dramático. No tengo noticia de él ni de sus obras.

RÍOS (LORENZO DE LOS).

La nueva victoria.

RÍOS (NICOLÁS DE LOS). Natural de Toledo, célebre farsante y autor de compañía. Es uno de los interlocutores del Viaje entretenido, de Agustín de Rojas (1603), quien pone en boca del mismo la noticia que tenemos de haber sido uno de los que después de Lope de Rueda, Navarro, etc., perfeccionaron las comedias y empezaron a hacerlas costosas de trajes y galas225.

Murió en el año de 1610.

Fue su compañía una de las ocho autorizadas por el real decreto de 26 de abril de 1603, que dice así:

Por muy justas causas y consideraciones ha mandado S. M. que en todos estos reinos no pueda haber sino ocho compañías de representantes de comedias y otros tantos autores de ellas, que son Gaspar de Porras, Nicolás de los Ríos, Baltasar de Pinedo, Melchor de León, Antonio Granados, Diego López de Alcaraz, Antonio de Villegas y Juan de Morales, y que ninguna otra compañía represente en ellos, de lo cual se advierte a vuesa merced para que ansí lo haga cumplir y ejecutar inviolablemente en todo su distrito y jurisdicción, y si otra cualquiera compañía representase, procederá contra el autor de ella y representantes, y los castigará con el rigor necesario, y en ninguna manera permita que en ningún tiempo del año se representen comedias en monasterios de frailes ni monjas, ni que en el de la Cuaresma haya representación dellas, aunque sea a lo divino; todo lo cual hará guardar y cumplir. Porque de lo contrario, se tendrá S. M. por desservido. De Valladolid 26 de abril de 1603 años.



La compañía de Ríos, en Valladolid, cuando a ella perteneció Agustín de Rojas, se componía, según cierta Loa de este ingenioso escritor, de los siguientes actores: Juana Vázquez.,Quiteria, María (niña), Torres, Callenueva, Arce, Ramírez, Rosales, Antonio, Solano, Bartolomé (niño), Rojas, Ríos, autor.

Lope de Vega hace mención repetida del famoso Ríos. Al fin del Peregrino, al referir los títulos de diez comedias que pensaba publicar y los actores que las habían representado, dice: «La quinta hizo Ríos, mar de donaire y natural gracia; llamábase: La Bella mal maridada».

Cascales cita en sus Tablas poéticas a Ríos entre los famosos comediantes que a la sazón representaban. Aunque las Tablas no salieron a luz hasta el año 1617, estaban escritas desde mucho tiempo antes, como lo indica su autor en la dedicatoria, y se infiere del privilegio real, cuya fecha es de octubre de 1614.

RÍOS (TOMÁS).

Baile, que empieza: De Serranos en la Alcántara. Índice del señor Fernández-Guerra.

RIPALDA (DON JOSÉ FERMÍN DE). Era secretario de S. M., y residía en Nápoles a fines de 1696. Concurrió a la academia poética celebrada en aquella, ciudad el 4 de noviembre de dicho año, en el palacio del virey, duque de Medinaceli, para festejar el restablecimiento del rey don Carlos II de una grave dolencia que padeció por aquel tiempo. Recitó Ripalda veinte octavas y un soneto, en castellano. Compréndelas el curioso y raro libro de esta academia:

Componimenti recitali nell'Academia... ragunata nel Real palagio in Nápoli per la ricuperata salute di Carlo II... In Nápoli. MDCXCVII; 4.º

Conócese de Ripalda la siguiente piececilla:

Baile de Portugueses. (Vergel de entremeses y conceptos del donaire. -Zaragoza, 1675.)

RIPOLL FERNÁNDEZ DE URUEÑA (DON FRANCISCO ANTONIO DE).

Comedia nueva: Cegar al rigor del hierro, y cobrar vista en la sangre. Su autor don Francisco Antonio Ripoll Fernández de Urueña. Quien la dedica a la M. J. Sra. Doña María Teresa Andriani, hija del señor don Jácome Francisco Andriani, Cavallero del Orden de Santiago, y Embaxador de los Cantones Cathólicos; y digníssima esposa del señor don César. Rubini. Con licencia. -En Madrid, en la imprenta de don Pedro Joseph Alonso y Padilla, librero de cámara del Rey N. S. Se hallará en la librería de Manuel de Pinto, calle de Atocha, junto a la Aduana; 4.º Dedicatoria firmada en Madrid, 11 de diciembre de 1734. Las aprobaciones son de fray Juan Marín y de don Antonio Tellez de Acevedo, noviembre de 1734. Las licencias del mismo mes. -Fe de erratas y tasa, de diciembre.

Lleva un prólogo del autor donde expresa que se habla representado en Madrid el 29 de octubre.

Comedia nueva: Ingenio y representante, San Ginés y San Claudio. Escrita por don Francisco Antonio Ripoll Fernández de Urueña, quien la dedica a la milagrosa imagen del Santísimo Christo de la Humildad, que se venera en la Casa de la Cabeza, calle de la Cruz. Se representó por la compañía de Joseph Parra, en el coliseo de la Cruz, el día 20 de mayo de 1741. Con licencia. -En Madrid. Por Gabriel Ramírez. Año 1741. Se hallará en la librería de Manuel Ignacio de Pinto, calle de Atocha, como se entra a la Aduana; 4.º

Dedicatoria del autor en un romance endecasílabo. Aprobaciones del padre fray Matías Celorio Pintado, dominico, y de don Bernardo José de Reinoso y Quiñones, censor de teatros. -Prólogo del autor. Dice: «Lector amigo o contrario: La presente obra te espere desnuda de los adornos teatrales... para que así la puedas mejor censurar como debes, en conciencia, y yo logre por medio de tu corrección enmendarme de los defectos de esta para otras que llegue a escribir en adelante...» etc. -Al fin: Suma de las licencias. -Fe de erratas. -Tasa.

Antídotos de la gracia contra infernales venenos. María Santísima de la Novena. -Madrid, 1748, 4.º El nombre del autor consta de las licencias para la impresión.

El bárbaro Ascalonita, y tirano de Judea. (Herodes.) Inédita.

Marta aparente.

El asombro de Francia, Marta la Romantina, tercera parte. Impresa a nombre de un ingenio.

RISER BARBA DE LA CUEVA (DON NICOLÁS).

Competencias de amor. Coloquio alegórico en celebridad de la profesión de una monja en Sevilla. Año 1669. Manuscrito original que guarda el señor Sancho Rayón.

RIVADENEYRA (FRAY JUAN).

San Franco de Sena, segunda parte.

ROA (LICENCIADO Y MAESTRO GABRIEL DE).

Hállase dos veces citado por Montalbán este escritor en el Para todos (1632). «El licenciado Gabriel de Roa (dice en la Memoria de los que escriben comedias en Castilla solamente) hace comedias con tanta facilidad, como cordura, erudición y buena noticia»; después de haberse referido en el cuerpo de la obra a un pasaje o dicho de «el licenciado Gabriel de Roa en el Elogio al marqués de Velada en Orán». -Satirizando Quevedo el Para todos en La Perinola, hace alusión a esta última cita, y nombra con poco aprecio a Roa; pero Quevedo estuvo muy distante al escribir La Perinola de ser exacto, justo y desapasionado.

Una «Canción lírica en la muerte de frey Lope Félix de Vega Carpio, del maestro Gabriel de Roa», figura entre los elogios fúnebres que Montalbán colectó en la Fama póstuma de aquel grande ingenio, año de 1636. Pero a la muerte de Montalbán no se encuentra, publicada, composición alguna de Roa.

La colección grande de Comedias escogidas, impresa en Madrid, contiene dos «del maestro Roa» en las Partes treinta y una y treinta y seis (años 1669 y 1671). Otra poseo, suelta, de impresión hecha a fines del siglo pasado, bajo el nombre de don Gabriel de Roa.

Perteneció éste, por los años de 1623 a 26, a la Academia de Madrid. -Dice Anastasio Pantaleón en su segundo Vejamen, carta de Sirene:

¿Es ley que Gabriel de Roa mofe de mí, hombre que si le hacen trisílaba la voz luciente, pone pies en don Luis de Góngora como en pared, y lleva al que porfía con él por esos matorrales, despeñaderos y barrancos hasta las mismas Soledades y yermos donde no tiene un hombre a quien volver su cabeza?

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¿Quién sufrirá el escarnio de Flaquicel de Prada, (Don Nicolás de Prada) si estando malo Roa de una dureza de versos, se proveyó al instante con solo echarle un don Nicolás de jabón, untado con aceite, porque escurriese mejor?



El Esclavo del más impropio dueño, y arriesgarse por amar.(P. 31.)

La Fénix de Thesalia. (P. 56.)

La batalla del Amor. (Auto.)

El premiar al liberal por rescatar su fortuna. Anónima en el catálogo de Huerta.

Jornada de El Villano gran señor, y gran Tamorlan de Persia. (Con Rojas Zorrilla y... Villanueva.) Manuscrito antiguo: señor Durán. Con el título de La nueva ira de Dios se ba atribuido a un don Jerónimo de Villanueva.

ROCA (CONDE DE LA). (Don Juan Antonio de Vera, Zúñiga y Figueroa.) Señor y comendador de Sierrabrava, etc. Nació en Mérida por los años de 1583 a 1585, hijo de don Fernando de Vera, Vargas y Figueroa, señor de Sierrabrava y de doña María de Zúñiga y Ávila. Recibió una esmerada educación, cultivó las Letras desde muy joven. Sus talentos y conexiones de familia le granjearon el afecto y protección del conde-duque de Olivares, a cuyo influjo poderoso debió grandes honras y mercedes. Sucesor en la casa paterna, ya en 1621 obtuvo sucesivamente la Encomienda de la Barra en la orden de Santiago; plaza de gentil hombre de S. M.; las embajadas de Venecia, Roma y Saboya; título de conde de la Roca, y destinos de consejero de Guerra, Indias y Hacienda. Casó muy mozo con doña Isabel de Mendoza, de quien tuvo dos hijos que fueron religiosos en Sevilla; y después con doña María de Vera, su prima hermana, que le dio otro varón, sucesor en la casa. Murió nuestro autor en Madrid, el día 6 de febrero de 1658. Escribió poesías líricas y dramáticas; un poema intitulado: El Fernando, o Sevilla restaurada (impreso en Milán, 1632); centón hecho con versos de La Jerusalén, del Tasso; el libro titulado: El Embaxador; y otras obras de historia, biografía y genealogía, publicando estas últimas (dirigidas a ensalzar su linaje) con nombres supuestos.

No tenemos, acerca de las composiciones dramáticas del conde, otra noticia que la siguiente, dada por Montalbán en el Para todos:

El conde de la Roca, cuyo ingenio profundo, lección grande y muchas letras, encarecen tantas obras impresas y manuscritas, cuando quiere hace comedias con magisterio.



(Véase el artículo de don Fernando Luis de Vera y Mendoza.)

ROCED DE LA FUENTE (DON JOSÉ).

Vengar celos por no poder confesarlos. Catálogos de Medel y del señor Durán.

ROCHA (PADRE JUAN DE LA). Natural de Lisboa; hijo de Gaspar de la Rocha y de Isabel Fernández Rocha. Entró en la Compañía de Jesús el 25 de enero de 1603, y en sus Colegios de Lisboa, Évora y Coimbra enseñó humanidades con grande aplauso. Electo obispo de Herápolis partió, en marzo de 1623, para la India y fue consagrado en Goa, donde murió. Compuso en Coimbra una

Tragicomedia de Nabucodonosor.

RODRIGO ALONSO (JUAN DE). «Por otro nombre llamado de Pedrosa». Vecino de Segovia. Compuso y publicó, en 1551, la excelente Comedia de Santa Susana, que vio y alaba Moratín.

Es muy posible que sea este mismo el Juan de Pedraza, tundidor de Segovia», que en el propio año de 1551 escribió para la fiesta del Corpus de aquella ciudad la Farsa llamada Danza de la Muerte, pieza de mérito, que se imprimió con la propia fecha.

Comedia hecha por Juan de Rodrigo Alonso (que por otro nombre es llamado de Pedrosa), vecino de la ciudad de Segovia, en la qual por interlocución de diversas personas en metro se declara la historia de Santa Susana, a la letra, qual en la prosecución claramente parescerá, hecha a loor de Dios nuestro señor, año de 1551. -Son interlocutores de la presente obra los de suso contenidos: Santa Susana, sus doncellas Orisia y Patricia, su padre Elquías, su madre, Joaquín su marido, dos criados suyos, voz popular, los dos inicuos viejos, sus dos ministros, los substitutos Elifaz y Manasés, Daniel, carcelero pregonero. Escrita en redondillas. «Tiene (dice Moratín) interés dramático, situaciones y afectos, enredo, solución y moralidad».

Comedia hecha por Juan de Rodrigo Alonso, que por otro nombre es llamado de Pedraza, vecino de la ciudad de Segovia, en la qual... se declara la historia de Sancta Susana... Hecha... año de 1558. (?)-Alcalá de Henares, por Juan Salcedo, 1558; 4.º Esta edición cita el señor Durán con referencia a copia manuscrita. Por ella se evidencia que son uno mismo Pedraza y Rodrigo Alonso.

RODRÍGUEZ (PADRE ANDRÉS).

Diálogo: De método studendi. Interlocutores: Solercio; Fantástico; Iocundo; Falacio; Fidelio; Decurio; Delator; Didascalo; Infausto; y un aldeanillo. -Tres actos: «hecho en Granada». Tiene un prólogo y un entremés o entreacto. (Códice de piezas dramáticas representadas en los Colegios de la Compañía de Jesús.)

Compuso con el padre Juan de Pineda, en Granada:

Diálogo: De prœstantissima scientiarum elligenda.

En tres actos, con un

Entremés, al fin.

(Códice de piezas representadas en los Colegios de la Compañía de Jesús.) (Véase padre Juan de Pineda.)

RODRÍGUEZ (LICENCIADO BERNARDINO). Vicario de la villa de Santibáñez, diócesis del obispado de Coria, se le titula en el epígrafe de una comedia suya impresa en 1638.

Contemporáneo suyo fue otro poeta del mismo nombre: el maestro fray Bernardino Rodríguez, agustiniano, catedrático de vísperas de Scoto, en la Universidad de Salamanca, por los años de 1620. Celébrale don Fernando de Vera en el Panegírico por la poesía.

El Renegado Zenaga (y segundo Job de Argel). (Doce comedias de varios autores... Con licencia. -Empresso en Tortosa, en la emprenta de Francisco Martorell, año de 1638.)

RODRÍGUEZ (DON FERNANDO).

Vida y muerte de San Pedro Alcántara. Catálogos de Medel y del señor Durán.

RODRÍGUEZ (BACHILLER JUAN). Autor de la comedia Florinea, impresa en Medina del Campo, 1554: del género de las Celestinas. A lo que se infiere, la escribió siendo estudiante.

Se ha dado por algunos a este autor el segundo apellido de Florián, sin que sepamos el fundamento de tal denominación.

Comedia llamada: Florinea, que tracta de los amores del buen duque Floriano, con la linda y muy casta y generosa Belisea; nuevamente hecha: muy graciosa y sentida, y muy provechosa para aviso de muchos necios. Vista y examinada, y con licencia impressa. Véndense en Medina del Campo, en casa de Adrián Themart, 1554.

En 4.º; de 161 hojas, inclusa la portada y cuatro de preliminares no folladas. El título tiene alrededor uno orla en madera. Sobre el renglón del lugar de la impresión y venta, se ve la enseña siguiente: una mano que tiene un halcón; leyenda alrededor: Post tenebras spero lucem. Letra gótica.

Carta dedicatoria con este epígrafe: El bachiller Joan Rodríguez endereçando la comedia llamada Florinea a un espezial amigo suyo, y confamiliar en el estudio, absente.

Esta comedia, en prosa, intermediada de algunos versos y dividida en cuarenta y tres escenas, es imitación de la Celestina. «Su estilo (dice Ticknor), es terso y puro; más en cuanto a vigor y animación, se alta muy lejos de su modelo. La alcahueta Marcelia es juntamente hipócrita y mojigata: hay escenas tan indecentes como en la Celestina; y concluye la fábula con promesa de casamiento de los amantes, y de una continuación que no se publicó».

Colofón final: -«Acaba la comedia no menos vtil que graciosa y compendiosa, llamado Florinea: nuevamente compuesta. Impressa en Medina del Campo, en cassa de Guillermo de Millis, tras la iglesia mayor. Año de 1554».

(Tomo de antiguas farsas españolas. Biblioteca Real de Munich.)

RODRÍGUEZ (FRAY MANUEL). Natural de Amberes, hijo de padres portugueses; nació a fines del siglo XVI. Residió en Flandes; tomó el hábito de San Agustín y fue en su instituto, regente de los estudios. Insigne humanista y poeta latino; compuso y publicó en este idioma un curioso arte de Criptografía, versos líricos, y los dos dramas:

Herodes sœviens. (Drama tragicum.) -Antuerpiæ, 1626; 8.º

Rodericus fatalis. (Tragedia.) -Lovanii, 1631; 4.º

RODRÍGUEZ CORNEJO (LICENCIADO JOSÉ).

Los mejores Peregrinos, y Jerusalén sitiada.

RODRÍGUEZ ESQUIVEL (DON FULGENCIO).

Galantear a todas y amar a ninguna.

RODRÍGUEZ DE LEDESMA (DON PELIPE). No ha bastado mi diligencia a conseguir noticias circunstanciadas de este autor, que había ya muerto en el año de 1758, víctima de la venganza de cierta persona a quien satirizó en una zarzuela. A este desgraciado caso alude don Agustín de Montiano y Luyando en sus Notas para el uso de la sátira (1758), publicadas en el tomo II de las Memorias de la Real Academia sevillana de Buenas Letras.

Dice Montiano:

«No son estas solas las fatales resultas de la sátira... (Menciona las que por esta causa experimentaron don Melchor de Fonseca y Almeida, Candamo, Villamediana y Quevedo, y continúa):

»Ledesma tuvo peor fin, por la zarzuela de que se vengó aquel a quien ofendía. No explico más estos desgraciados sucesos: bien sabidos son de los curiosos, y sobra su noticia para el escarmiento, aun reducida a menos palabras».



El Monarca más prudente.

El cuchillo de sí mismo.

RODRÍGUEZ LOBO (FRANCISCO). Natural de Leiria, en Portugal, hijo de Andrés Lázaro Lobo y de doña Juana de Brito Gaviaon, ricos y de noble alcurnia. Fue uno de los más distinguidos ingenios lusitanos del siglo XVII, sobresaliendo en las églogas y rimas pastoriles: celebrado de Lope y de sus más ilustres contemporáneos.

Vivió retirado de la corte, y murió desgraciadamente, ahogado en el Tajo, navegando en un pequeño barco de Santarem a Lisboa.

Publicó sus obras desde 1596 a 1630. En la primera fecha los Romances (dos partes); y sucesivamente la Primavera, primeira parte, que tradujo al castellano Juan Bauista Morales (Montilla, 1629); el Pastor peregrino, segunda, y el Desenganhado, tercera parte de la Primavera; las Églogas pastoriles; el poema: O Condestabre de Portugal; La Jornada de Felipe III a Portugal, en verso castellano; La Corte na Aldeya, que tradujo el mismo Morales (Montilla, 1632), y un Canto elegiáco, sagrado. Estas obras, a excepción de la última, se reimprimieron juntas en Lisboa, año 1723. Como ya va dicho, Lobo retocó y cercenó a su arbitrio la comedia: Eufrosina, de Ferreira de Vasconcelos.

Cítanse póstumas dos producciones suyas: la Historia da Arbore triste, en octavas, y el

Auto del Nacimiento de Christo, y edicto del emperador Augusto César. -Lisboa; por Domingo Carneiro, 1676:4.º

RODRÍGUEZ MONTESINOS (DON DIEGO).

El avance de Ceitan, y trabajos de Alarache. Manuscrito: en la biblioteca de Osuna.

RODRÍGUEZ OSORIO (DON PABLO).

Lo que va de cetro a cetro, y crueldad de Inglaterra. Ha sido atribuida a don José de Cañizares. (Catálogo del señor Durán.)

ROEL (SALVADOR FRANCISCO).

Entremés sin título, que comienza:


Ben venido, meu compadre.



ROJAS (BACHILLER FERNANDO DE).

Como la tragedia griega se compuso de los relieves de Romero (dice don L. F. de Moratín, Origines del Teatro español, nota treinta y tres al Discurso preliminar), la comedia española debió sus formas a la Celestina. Esta novela dramática, escrita en excelente prosa castellana, con una fábula regular variada por medio de situaciones verosímiles e interesantes, animada con la expresión de caracteres y afectos, la fiel pintura de costumbres nacionales y un diálogo abundante de donaires cómicos, fue objeto del estudio de cuantos en el siglo XVI compusieron para el teatro.

El trabajo literario (escribe Ticknor), que echó en seguida los cimientos del Teatro español, es la Celestina, historia o novela dramática...; y aunque por su extensión y estructura no es creíble se haya representado nunca, su espíritu y movimiento dramático, han dejado huellas inequívocas de su influencia en el drama nacional.



Conformes con estas opiniones la mayoría de los críticos e historiadores de nuestra literatura, justo será que en el Catálogo de dramáticos españoles demos lugar al autor o autores de la Celestina y a sus imitadores.

El bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calysto y Melyvea e fve nascydo en la Pvevla de Montalvan. Tal es el letrero acróstico que nos presentan las once octavas de arte mayor puestas al frente de la obra: secreto descubierto a los lectores por Alonso de Proaza, corrector de la edición que de ella se imprimió en Sevilla, año de 1502.

Inútilmente se buscarán en la patria de Fernando de Rojas, villa de consideración, y que lo fue mucho más, situada a catorce leguas de esta corte, y cinco de Toledo, noticias, tradiciones, ni aun siquiera noticia de tan peregrino ingenio. He residido en ella largas temporadas, y por fruto de mis indagaciones solo puedo indicar que cuenta entre sus más antiguas familias a una rama de los Rojas, de reconocida hidalguía, y cuyo último vástago vivía en estos últimos años.

La edición más antigua que a la presente fecha se conoce de la Celestina, comedia de Calisto y Melibea, se imprimió con este título en Medina del Campo, año de 1499, según afirma el señor don B. C. Aribau (Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra, tomo III); y en Burgos, por Fadrique, alemán de Basilea, 1499, según se infiere del ejemplar que, procedente de la biblioteca Heberiana, tuvo a la vista y describe Brunet. Acaso la imprimieron las prensas de una y otra población en el mismo año expresado. Como quiera, es lo cierto que esta, o estas dos primeras ediciones van divididas en solos diez y seis actos. Encabezada por una carta, anónima, la misma que va en todas las ediciones posteriores, de El Autor a un su amigo; leemos en este documento, que hallándose aquel ausente de su tierra y deseando pagar con algún obsequio las muchas mercedes que de la liberalidad del tal amigo tenía recibidas, como hubiese llegado a sus manos un escrito de estilo elegante, jamás en nuestra lengua castellana visto ni oído, que dentro de una ingeniosa ficción, y a vuelta de agradables donaires encerraba saludables avisos y consejos contra lisonjeros y malos sirvientes y falsas mujeres hechiceras, escrito que no tenia firma, pero que algunos atribuían a Juan de Mona y otros a Rodrigo Cota, le creyó de gran necesidad, no solo para su amigo, cuya juventud, de amor ser presa y lastimada se le representaba haber visto, sino para la común patria de ambos, abudante en galanes y enamorados mancebos, y se determinó a remitírsela como precioso regalo. Pero aunque de los párrafos que acabamos de extractar no resulta que la obra estuviese solamente EMPEZADA, de los últimos aparece que el autor de la carta jurista, por recreación de su principal estudio (del cual él más se preciaba), en quince días de vacaciones, mientras sus socios se hallaban en sus tierras, se entretuvoy detuvo EN ACABARLA. Pide no se le culpe, si, a ejemplo del primitivo autor que temeroso de detractores y nocibles lenguas quiso celar y encobrir su nombre, él no expresaba tampoco el suyo, mayormente siendo la obra, aunque discreta, ajena de su facultad. Y añade que para disculpa de todo, ofrecía los metros que a continuación iban estampados, y son las octavas acrósticas. En ellas, encareciendo la utilidad y belleza de la obra, declara que la vio en Salamanca:


Yo vi en Salamanca la obra presente:
Movime a acabarla por estas razones:
es la primera que está en vacaciones;
la otra imitar a persona prudente;
y es la final ver ya la más gente
vuelta y mezclada en vicios de amor.



De esta carta o dedicatoria, y del prólogo que en ediciones posteriores la sigue, del cual hablaremos luego, se ha deducido, a falta de otros documentos, que Fernando de Rojas era a la sazón estudiante de Leyes en la Universidad salmanticense. Escribía, sin duda, su obra antes del año 1492 (pues que en el acto tercero alude, como a novedad grande, no sucedida, y de aquellas cuyo anuncio sorprende, a la conquista de Granada) y con posterioridad a 1480, fecha del establecimiento de la Inquisición, si es que se refieren a castigos de este tribunal ciertos pasajes de los actos cuarto y sétimo.

Aunque Fernando, por los años 1490, aún no pasase de los veinte y cinco, todavía pudo ser muy bien el Fernando Rojas, de quien existe una composición poética en el precioso Cancionero manuscrito del último tercio del siglo XV, existente en la biblioteca de S. M., que describen el señor marqués de Pidal en el Cancionero de Baena, y los señores Gayangos y Vedia al anotar el tomo I de la Historia, de Ticknor. Pero de ningún modo creemos que sea el Rojas a quien hace referencia la siguiente nota que al fin de un Tractado de la fascinación o aojamiento se lee en cierto códice mencionado por dichos señores traductores y anotadores del Ticknor:

Acabó describir este libro Fernando de Rojas, en el mes de octubre del nascimiento del nuestro salvador Jbu. xpo., año de MCCCCLVI años.



Del prólogo puesto a continuación de la carta dedicatoria y los versos acrósticos en todas las ediciones de la Celestina, desde la impresa en Salamanca por Martín Polono, año de 1500, aparece claramente, y así se infirió por Moratín, Amarita y otros, de quienes fue desconocida la de 1499, que la obra se había ya publicado anteriormente con el nombre de COMEDIA, y con rúbricas o sumarios al principio de cada acto, puestos por los impresores; que había sido objeto de varios y encontrados pareceres, y que muchos, litigando sobre el nombre, opinaban que no debía de llamarse comedia, pues acaba en tristeza, sino que se llamase tragedia.

El primer auctor, dice seguidamente Rojas, quiso dar denominación del principio, que fue placer, e llamóla comedia; yo... partí agora por medio la porfía e llaméla tragicomedia. Así que (prosigue), viendo estas contiendas, estos disonos y varios juicios, miré adonde la mayor parte acostaba, y hallé que querían que se alargase en el proceso de su deleyte destos amantes, sobre lo cual fui muy importunado; de manera que acordé, aunque contra mi voluntad, meter segunda vez la pluma en tan extraña labor y tan ajena de mi facultad, hurtando algunos ratos a mi principal estudio, con otras horas destinadas para recreación, puesto que no han de faltar nuevos detractores a la nueva adición.



He aquí perfectamente explicado lo que indicamos arriba con relación a Brunet y a Wolf; la comedia tiene únicamente diez y seis actos en la edición de Medina del Campo o de Burgos, 1499 (o sea en las dos); los otros cinco fueron por Fernando de Rojas adicionados para la impresión de Salamanca del año de 1500. Así, pues, habiéndose hecho por esta, directa o indirectamente, las sucesivas, no es conocida la primitiva obra del ingenioso bachiller, sino por los que han logrado ver la rarísima edición o ediciones de 1499.

Vuelve a referirse Fernando de Rojas en el prólogo a su principal estudio, y habla de horas destinadas para recreación. Según el cálculo formado, debía llegar en aquella fecha por lo menos a la edad de treinta años. Parécenos que sus estudios se prolongaban ya demasiado. Como el cálculo estriba meramente sobre la alusión, de sentido algo equívoco, a la toma de Granada, tal vez es erróneo, y nuestro bachiller escribía su obra cinco o seis años después de aquel suceso.

¿Qué fue de tan clarísimo y señalado ingenio? ¿Acaso murió joven? ¿O le ocuparon luego exclusivamente los deberes y tareas de su profesión?

En 1520 Castilla y Valencia eran teatro de la más lamentable y desgraciada lucha civil. En Toledo resonó el primer grito de insurrección que produjo las Comunidades: Toledo les dio su mejor caudillo, y fue su último baluarte. Vencida la revolución, el emperador y rey don Carlos otorgó en Valladolid, a 28 de octubre de 1522, un perdón general, bien distante de serlo, puesto que de él quedaban exceptuadas 291 personas, inclusos 21 justiciados y 2 difuntos, para proceder contra ellos y contra sus bienes conforme a justicia. La extensa lista de los excluidos nos presenta, en su cuarta decena y a continuación de Francisco de Rojas, vecino de Toledo (diputado que fue en la Junta Santa por aquella ciudad), a Fernando de Rojas, vecino de la misma. Llamamos la atención sobre este dato no indicado, que sepamos, hasta el día, a pesar de lo público del documento que le contiene.

Moratín, Gallardo, Blanco White y Germond de Lavigne, se han inclinado a la opinión de Lorenzo Palmireno, que juzgó ser la Celestina obra toda de una misma pluma. Fue de contrario sentir el autor del Diálogo de las lenguas, y le han seguido Lampillas y otros autores. Existe un testimonio muy respetable en favor de esta última opinión. Alonso de Villegas Selvago, natural de Toledo, en los versos que anteceden a su comedia: Selvagia, impresa allí en el año 1854, y una de las primeras imitaciones de la Celestina, había de Rodrigo Cota, diciendo que aun quando fue pobre y de bajo lugar, su ciencia le hizo capaz de comenzar la gran Celestina, que después acabó Rojas con felicísimo ingenio, que nunca podrá ser bastante alabado. Atestiguó lo mismo el editor impresor del Diálogo entre el amor y un viejo, de Cota, en la portada de su edición de Medina del Campo, 1569226.

Catálogo de ediciones de la Celestina.

El señor don Buenaventura Carlos Aribau al reimprimir esta célebre novela dramática, ilustrándola eruditamente en la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra, tomo III, año de 1846, Indicó, sin dar pormenores ni explicación alguna sobre este punto, que la Celestina había salido a luz por primera vez en Medina del Campo, año de 1499. Ignoramos si está noticia, que también a por primera vez (!!) se estampaba en España, fue acaso tomada del artículo que, en 1845 había publicado el erudito hispanista don F. J. Wolf acerca de este curioso particular bibliográfico en el Diccionario alemán de la conversación; porque no hemos logrado ver esta obra, ni saber del tal artículo más que por la indicación ligerísima de Ticknor; pero sí podemos decir y es cosa bien notoria, que no fue sacada del que Brunet tenía escrito y estampado en su Manuel du libraire, tomo I, desde el año de 1842.

A este artículo, pues, del bibliógrafo francés, habremos de acudir aquí, trasladándole integro en su parte más esencial.

Celestina. Tragi-comedia de Calixto y Melibes. -Burgos, 1499. Edición extremadamente rara y desconocida de los bibliógrafos españoles. Según todas las apariencias es la más antigua. Volumen en 4.º gótico, sin foliatura, con láminas grabadas en madera: signaturas ai-m. El primer cuaderno solo tiene siete hojas; tal vez falta en este ejemplar la portada. (Sin duda falta, y con ella la carta de El autor a un su amigo.) El folio ai presenta una viñeta en madera y este epígrafe: Argumento del primer auto desta comedia: Melibea. Calisto.

«El último cuaderno signado m consta de cuatro hojas, y en la postrera hállase estampado el sello del impresor, a saber: un león, que sostiene con sus garras un escudo con la inscripción: F. A. Basilea. (Fadrique alemán de Basilea). Alrededor de la cabeza del animal se leo en una cinta el lema: Nihil sine causa, y la data 1499. Compárese y véase la identidad de este sello con el de la edición del Dante traducido, por Villegas, hecha por Fadrique en Burgos, 1515». (En efecto, es igual con ligera diferencia al aquí descrito: en el centro del escudo tiene el monograma del impresor: su nombre y patria en otra cinta debajo: en la de arriba no se ve fecha alguna, pero está el hueco en blanco donde debió de hallarse estampada. ¿Acaso Fadrique imprimiría primeramente en Medina del Campo?)



«El texto en esta edición (continua Brunet) se divide en diez y seis actos, pero debe observarse que el argumento del décimosexto es enteramente idéntico al del vigésimoprimero y último en la de Sevilla, 1502, la cual contiene además en todo su contexto numerosas adiciones y variantes respecto de la primera, que describimos, y cuyo ejemplar, habiendo pertenecido a la Biblioteca Heberiana, fue adquirido para la de Mr. de Soleinne en precio de 2 libras esterlinas y 2 schel».



La división del primitivo texto en diez y seis actos, y el originario título de Comedia, son los dos únicos datos que Ticknor nos comunica del artículo de Wolf.

Celestina. Tragicomedia de Calista y Melibea. -Salamanca, Martín Polono, 1500.

Sevilla, Estanislao Polono, 1501; 4.º

Sevilla, 1502; 4.º

Salamanca, 1502; 4.º

Zaragoza, 1507.

Milán, por Zennoti da Castrone, 1514.

Valencia, por Juan Joffré, 1514; 4.º

Venecia, 1515.

Sevilla, 1523; 8.º

Sevilla, por Jacobo y Juan Cromberger, 1525; 4.º

Venecia, 1525.

Toledo, 1526; 4.º

Valencia, por Juan Viñao, 1529.

Venecia, 1531; 8.º

Sevilla, 1534. (Con la Segunda Celestina, de Feliciano de Silva.)

Venecia, por Stephano da Sabbio, 1534; 8.º (Con la de Silva.)

Venecia, 1535.

Sevilla, por Domenico de Robertis, 1536; 4.º

Génova, 1538.

Toledo, por Juan de Ayala, 1538.

Sevilla, 1539.

Amberes, por Guillome Montano, 1539; 8.º, letra redonda.

Medina del Campo, sin año. (1530 a 1540); 8.º, gótico. -Brunet.

Zaragoza, por Diego Hernández, 1545; 8.º

Amberes, por Martín Nucio, 1545; 12.º

Venecia, por Gabriel Giolito, 1553; 8.º

Venecia, 1556.

Salamanca, por los herederos de Juan de Junta, 1558.

Cuenca, Juan de Cánova, 1561.

Alcalá, por Francisco de Cormellas, 1563; 8.º, letra redonda.

Barcelona, 1566.

Alcalá, por Pedro de Robles, 1569; 8.º

Salamanca, por Martín Marés, 1569.

Salamanca, por Mathías Gast, 1570.

Toledo, por Francisco de Guzmán, 1573; 12.º

Salamanca, Gaspar Portonariis, 1574; 12.º

Valencia, 1575.

Salamanca, Andrés Restaut, 1590; 12.º

Amberes, Plantino, 1590; 12.º

Alcalá, por Fernando Ramírez, 1591.

Amberes: Plantino, 1595; 8.º

Sevilla, 1599; 12.º

Amberes, Plantino, 1599; 16.º

Amberes, Plantino, 1601.

Madrid, por Andrés Sánchez, 1601.

Zaragoza, 1607; 12.º

Madrid, por Juan de la Cuesta, 1619.

Pamplona, por Carlos Labayen, 1633. (Con traducción francesa.)

Rúan, 1633. (Con traducción francesa.)

Rúan, 1634 o 1644. (Id. Id.)

Madrid, por don León Amarita, 1822; 8.º

Madrid, por don León Amarita, 1835; 8.º, más corregida, y el prólogo del editor con nuevas notas y rectificaciones.

Barcelona, Tomás Gorchs, 1841; 8.º marquilla. Edición hecha por la de Zaragoza, 1507; y con un excelente prólogo crítico y notas por...

Barcelona; con estampas.

Madrid, tomo III de la Biblioteca de Autores españoles, de M. Rivadeneyra, 1846, ilustrada por el señor Aribau.

Puede verse en Brunet una extensa noticia de las traducciones de esta célebre novela dramática.

ROJAS (DON FRANCISCO DE). Procurador del número de Toledo.

Las bodas en el suplicio, y pinares de Cuenca. Manuscrito, biblioteca de Osuna.

ROJAS (LICENCIADO FRANCISCO DE).

Comedia nueva intitulada de Nuestra Señora de la Novena que está en San Sebastián de Madrid. Compuesta por el licenciado Francisco de Rojas, natural de la misma villa, y capellán menor del Hospital General de ella, en 6 de marzo de 1641. Manuscrito de letra del siglo XVIII, en el códice M-177 de la Biblioteca Nacional. En los Catálogos solo se halla citada una comedia de Nuestra Señora de la Novena, de Lanini.

ROJAS ALARCÓN (ANDRÉS DE).

(Véase ANDRÉS DE ALARCÓN Y ROJAS.)

ROJAS Y PRIETO.

Palas y Mercurio. (Catálogo manuscrito de Gámez.)

ROJAS Y SANDOVAL (DON FRANCISCO DE).

El Manchego más honrado, y bandido por su honra, el valiente Pedro Ponce. Declárase el nombre del autor en el Catálogo del señor Durán.