Espejo teórico-práctico en que se
miran las enfermedades reinantes desde la niñez, hasta
la decrepitud
con recetas y aforismos, que suministra la
Moral
Escrita en metro joco-serio y prosa por el Dr. D.
Damián de Cosme
Dedícase a los Santos Médicos
San Cosme y San Damián
Félix María
de Samaniego
—2→
A los Santos Médicos San Cosme y San Damián
A vosotros mi memoria
se dirige solamente.
Aquí
matan a la gente:
por Médicos, a la Gloria.
Como quien cuenta una
historia,
5
de los de la tierra quiero
pintar las gracias
y esmero:
y así digo (verdad hablo),
que ellos
hacen, como el Diablo:
van a tentar, lo primero.
10
¡Qué bueno fuera invertir
los nombres de los Pulsantes!
Llámenles Agonizantes,
—3→
pues ayudan a morir.
Tal es el matar o herir
15
de los Doctores presentes,
lo ha sido de los ausentes,
y será de los futuros.
Sacadnos de estos apuros,
sino requiescant las gentes.
20
Los
Médicos de mil modos
nos suelen mortificar;
¿y les hemos de aguantar,
que nos jeringuen a todos?
Lo que alabo sin apodos
25
es, que no traten engaño;
pues para evitar el daño,
cause o no cause escozor,
es el remedio mejor
dar a tiempo un desengaño.
30
Los Doctores son los Barcos
de Aqueronte, horrible y fuerte,
Satélites de
la muerte,
y de su Cuadro los Marcos:
Del Leteo fieros
Arcos,
35
por donde, según discierno,
si Dios,
tan piadoso y tierno,
no usase de su bondad,
a toda
la humanidad
pasara aquél al Infierno.
40
A bien que ya lo veis vos:
el Doctor,
pesado yugo,
es el humano verdugo
en el Tribunal de
Dios.
Más crueles, que la tos,
45
su seriedad
les destina,
y su rigor les inclina
(sean hábiles
o zotes)
a que nos den los azotes
de la Justicia Divina.
50
Pero lo más singular
es, si se llega
a advertir,
que maten para vivir,
y que vivan de matar.
Es digno de celebrar,
55
—4→
cuando un Médico inhumano
en un récipe villano,
sacude una cuchillada:
verle tirar la pedrada,
y luego esconder la mano.
60
¡Válgame Dios! ¡Oh locuras!
¡Que a lo que quita de enmedio
hayan de llamar remedio!
¡Y a lo que ellos hacen, curas!
¿Quién vio tales
aventuras?
65
Mas dicen bien: no lo yerran:
muy grande
misterio encierran:
poco van a equivocar,
si lo que
hacen es matar,
y son Curas los que entierran.
70
En vez de darnos salud,
que es el
Médico apercibo;
o bien un Responso vivo,
o
racional Ataúd.
Al mirar la prontitud,
75
con
que sus recetas vanas
tantas muertes dan tempranas,
me parecen todos juntos:
Vísperas de los Difuntos
con clamores de Campanas.
80
El
Médico, que sin tino,
cobre, y nos quite la vida;
será no sólo homicida,
sino especie de
asesino.
Que fatal suerte previno,
85
¿que si yerra
su opinión,
ande matando a traición?
Tal es nuestra tontería,
que llega su alevosía
a matar con permisión.
90
¿Buscáis
la salud, Señores?
¿Y que la vejez os coma?
Haced, como antes en Roma:
destiérrense los Doctores.
¡Qué gordos! Con qué colores
95
¡Qué
robustos viviréis!
Navidades contaréis
(y no será cuento) a cientos;
y arrugados monumentos
de maduros caeréis.
100
Todo
esto va dirigido
sólo al Médico pedante;
y se da por ignorante
quien se dé por entendido.
De toda la vida ha sido,
105
no es mi queja singular.
El daño es fuerza evitar.
Cuenta, pues, que
la defensa,
que matemos nos dispensa,
a quien nos venga
a matar.
110
Proteged mi Medicina,
Santos míos, sin contienda;
que no es de campaña
tienda,
ni de Galeno oficina.
Ya que la Piedad Divina
115
os hizo nuestro consuelo;
admitiendo mi buen celo,
que humildemente os implora:
Valedme en la última
hora
para que me vaya al Cielo.
120
Prólogo
Entre dimes y diretes,
y entre dares y tomares,
si por dónde empiece
ignoro,
mal sabré por dónde acabe.
La
empresa es harto difícil,
5
y el vulgo muy ignorante:
ni yo sé lo que me digo,
ni él sabe lo
que se hace.
Pues ya la tenemos buena:
¡no echaríamos
mal lance,
10
si estando los dos a oscuras,
un ciego
a otro guiase!
Eso no, Lector amigo:
he querido ponderarte,
que mi talento es pequeño,
15
y que la empresa
es muy grande.
Confieso, que me he turbado:
en llegando
a desturbarme,
aunque todo turbio corra,
diré
dos mil claridades.
20
Si el vulgo cierra los ojos,
pondré la verdad delante:
del candado del error
el desengaño es la llave.
Le pintaré
tal el vicio,
25
que al querer abandonarse,
de temor
a la pintura,
huya de las realidades.
Será el
estilo agridulce,
y el dulce predominante;
30
no piense,
cuando lo lea,
que bebe hiel y vinagre.
Y si riendo
y cantando
se corrigen las maldades,
la virtud está
en el medio,
35
yo haré, que llore y que cante.
De todo mi Medicina
tendrá, y aun picará
en parte,
de manera que no irrite,
y que el espíritu
inflame.
40
Fantástica la apellido,
por nacida
en los desvanes
o espacios imaginarios
de mi discurso
vagante.
Es del espíritu, dando
45
beneficios
singulares
aun al cuerpo, sus auxilios,
que al alma
son eficaces.
Y espejo, porque en lo clara
se parece
a los cristales,
50
viéndose en él las dolencias,
que padecen las edades.
Teórico-práctico
es,
por razones y ejemplares,
que expongo, como cimientos
55
de las Ciencias y las Artes.
De esos Practicones
sabios,
honor de las facultades,
no son las sofisterías,
la experiencia es su realce.
60
Los políticos
axiomas,
y las sentencias morales,
como de un jardín
las flores,
forman tejidos enlaces.
Las Recetas, bien
usadas,
65
harán curas admirables;
siendo la
salud la enmienda,
si fue el error el achaque.
Unos
asuntos admiten
chanzas, otros seriedades:
70
ni hemos
de reír de todo,
ni asustar con el semblante.
Los metros también alternan,
procurando, que
se adapten;
pues son el modo y substancia
75
hermanos
de padre y madre.
Esto de diferenciar
va tan lejos
de extrañarse,
que en las Damas y los gustos
es gracia ya ser variables.
80
La música de la
vida,
como en aire ha de fundarse,
los humanos instrumentos
se destemplan cada instante.
Desde la niñez
empiezo,
85
que el árbol más formidable,
cuando tierno se endereza,
duro no puede doblarse.
Paso hasta la juventud,
en cuyo mar insondable
90
contra el escollo del vicio
la virtud suele estrellarse.
Luego en la vejez acabo,
que es pantano irremediable,
de donde ningún mortal
95
puede pasar adelante.
No divido más que en tres
las edades: éstas
basten,
aunque se encuentre quien diga,
que me meto
en trinidades.
100
Todo en ellas se comprende:
¿pues
para qué las restantes?
Suele ser tan malo a veces
no llegar, como estirarse.
Si es leve la enfermedad,
105
no pongo receta grave;
porque han de ser los socorros
a proporción de los males.
Cuando es próximo
el peligro,
procuro luego evitarle:
110
el que quita
la ocasión,
que el daño estorba es constante.
Aquí los pobres y ricos
hacen papeles iguales;
siendo las virtudes Damas,
115
recato y honor Galanes.
Aquéllas, y éstos también
hallarán
para adornarse,
las galas de la modestia,
sin los profanos
disfraces.
120
Los Súbditos y Prelados,
Vasallos
y Majestades
verán que la razón triunfa,
y al que la tiene le vale.
Máximas encontrarán
125
el que ignora y el que sabe:
el uno para instruirse,
y el otro para acordarse.
Se explicarán por
su orden
todas las enfermedades,
130
con la admiración
de que
ya los Doctores no maten.
En la mano del paciente
siempre estará el aliviarse;
y cuenta, que no
son drogas
135
lo que voy a recetarle.
Sin embargo le
daré
algunos corroborantes,
para que le fortifiquen
de ciertas debilidades.
140
En el equilibrio propio
de cualidades distantes
la harmonía de las gentes
debe afianzar sus paces.
Sobre poco, más o menos
145
hay destemplanzas notables;
que el temperamento
humano
tiene sus menos y mases.
Tomen el pulso a las
cosas
los Políticos sagaces;
150
pero la dificultad
consiste en saber tomarle.
Para las fiebres ardientes
aplico refrigerantes,
y pronto; porque hay personas,
155
muy dispuestas a abrasarse.
Pero dejo aplicaciones,
que sería dilatarme;
y así para acabar
bien
me acuso de lo que falte.
160
Digo, pues, por despedida,
que sin jeringar a nadie,
suministro las ayudas:
quien se pique, que se rasque.
Y con esto, y lo demás,
165
que se dice en casos tales,
voy a recoger las velas
antes que sople mal aire.
—1→
Libro primero
De las enfermedades de la niñez
Capítulo primero
Enfermedad: La mala crianza
AFORISMO
Edificio mal fundado
se arruina.
Descripción de la enfermedad
Cría la madre al niño muy querido,
sin corregirle sus descomposturas:
tolera el padre las
desenvolturas;
y va creciendo así mal instruido.
Entre los vicios anda divertido,
5
llamando gracias
a las travesuras:
llega a ser grande: hace mil locuras:
sus padres lloran. ¡Oh qué tarde ha sido!
—2→
¿Destino
tiene? No se aplicó a nada.
¿Trabaja? No, señor:
no está enseñado.
10
¿Qué rentas hay?
Ninguna señalada.
¿Pues de qué ha de vivir
este malvado?
Roba: Mata. ¿Y al fin de la jornada?
Morirá en el lugar más encumbrado.
AFORISMO
La Política más fina, y Moral más acendrada,
es la virtud.
RECETA
La madre no ha de ser condescendiente:
haga el padre, que el hijo de contado
sepa rezar, y aprenda
anticipado
la Doctrina Cristiana grandemente.
Críenle
bueno, humilde y obediente,
5
dócil, limpio, cortés,
bien inclinado,
y a facultad u oficio dedicado:
el
Noble instrúyase en lo competente.
La educación
no más le hará dichoso,
y aun en su oficio
honrado sin segundo:
10
Tendrá la guerra un General
glorioso,
o la toga un Ministro el más profundo:
—3→
y llegando por fin a ser virtuoso,
será lo
que hay que ser en este mundo.
Capítulo II
Enfermedad: La mala inclinación
AFORISMO
Los
dañados estímulos de nuestra naturaleza, pervertida
por las sugestiones de la culpa, nos hacen incurrir en los
vicios, que fomentan las pasiones, y nos precipitan.
Descripción
de la enfermedad
La mala inclinación de un hijo llena
a sus padres de sustos y aflicciones.
¡Qué pesares
les da! ¡Qué desazones!
Les turba, les confunde
y enajena.
Cuanto más crece, más se desenfrena:
5
avisos, escarmientos, correcciones
no bastan al furor
de sus pasiones:
—4→
los vicios ama, la virtud condena.
De aquí nacieron todos en un día
los insultos,
traiciones y maldades,
10
el despecho, el rigor, la tiranía,
los homicidios, las atrocidades.
¡Ay de ellos! ¡Pues
el Cielo les envía
para trágico ejemplo
a las edades!
AFORISMO
Los Astros inclinan, pero no
fuerzan; y el Sabio domina en sus influjos.
RECETA
¿Contra la mala inclinación no hay medio?
¿A quién se le negó libre albedrío?
¿Delito, que me fuerza ha de ser mío?
¿Da Dios
la enfermedad, sin el remedio?
Para obligar no basta todo
el tedio,
5
que originó nuestro pecado impío:
vence a su horror de la razón el brío,
postrando las violencias de su asedio.
Del natural la
propensión valiente,
apetito y pasión más
dominante,
10
pagan tributo al juicio, por prudente,
—5→
y a la sabia virtud, como su Atlante;
que sobre las
estrellas eminente,
hasta en el mismo Cielo está
triunfante.
Capítulo III
Enfermedad: La falta de respeto desde niños a los
padres
AFORISMO
La poca veneración a la Superioridad,
aun entre los Gentiles fue causa de profanar sus Templos
y Deidades.
Descripción de la enfermedad
Criaturas, que nacen orgullosas,
sin guardar obediencia, como deben:
conforme van creciendo,
más se atreven,
a pesar de caricias amorosas.
5
Sus altiveces, siempre victoriosas,
a salirse con todo,
hacen, que prueben,
—6→
y que adelante sus excesos lleven,
despreciando las canas respetuosas.
El padre les requiere
con gemidos,
10
interpone la madre su terneza;
pero a
entrambos les cierran los oídos.
¿Adónde
llega ya tanta vileza?
No contentos con verles abatidos,
a ponerles las manos su fiereza.
15
AFORISMO
Llama que
si llega a tomar cuerpo, sin poder atajarla convierte los
edificios en ceniza: cuando nace se apaga con un soplo.
RECETA
La bestia más voraz, que el monte tiene,
de pequeña
se va domesticando.
El castigo y alago interpolando,
la planta besa de quien
la mantiene.
Se irrita como bruto; y se contiene,
5
humilde al dueño la cerviz bajando.
Sagaz el padre,
así, severo o blando
—7→
en reprimir al hijo se previene.
Sin darle timidez, desde su infancia
modere los arrojos
con prudencia:
10
a su tiempo rebata la arrogancia:
y de grande será, con complacencia,
otro nuevo
Moisés en la observancia,
y un segundo Abraham
en la obediencia.
Capítulo IV
Enfermedad: Aprender lo malo, antes que lo bueno
AFORISMO
La virtud nos alaga con su fragrancia, pero tiene espinas
al modo que la rosa; y el vicio nos atrae como por simpatía,
con semejanza del imán al hierro.
Descripción
de la enfermedad
Los niños por su edad son juguetones
—8→
se divierten no más con tonterías:
los
vicios pasan plaza de bufones,
ejecutando mil bellaquerías:
al instante que ven sus invenciones,
5
se van tras ellas,
llenos de alegrías:
introdúcese el vicio,
y aun se alaba:
comienza en poco, pero en mucho acaba.
De la virtud, que es dama muy hermosa,
causan veneración
las seriedades:
10
hace a veces llorar, y es cariñosa,
lejos de entretener con necedades.
Los niños,
que la ven tan majestuosa,
huyen, sin conocer sus propiedades.
¿Qué resulta de aquí? Cosa es sabida:
15
Que la virtud fue siempre perseguida.
AFORISMO
La
virtud es doncella linda y casta, vestida de asperezas; pero
tiene suavísimo genio: el vicio es un árbol
con la corteza dulce, y por adentro lleno de amarguras.
—9→
RECETA
Dirijan bien al niño, y con agrado,
de las virtudes por la angosta senda:
cuestas y estorbos
déjenlos a un lado:
que es llano lo demás,
hagan, que entienda.
Pruebe el néctar de un proceder
honrado:
5
que es la verdad una ambrosía aprenda:
y en tomándola el gusto ya sin miedos,
apuesto
yo, se ha de chupar los dedos.
—10→
Libro segundo
De las enfermedades de la juventud
Capítulo primero
Enfermedad: El amor profano
AFORISMO
El amor es efecto
natural: la belleza y adornos, causas muy poderosas: nuestra
naturaleza, materia dispuestísima: ¡Ah!
Descripción
de la enfermedad
¿Qué tragedias el rigor
habrá sangriento inventado,
que en el teatro de
amor
—11→
no se hayan representado,
y sea él mismo
su Autor?
5
Más que sus transformaciones,
fábulas y variedades,
se lleva las atenciones,
el ver que son realidades,
tan extrañas mutaciones.
10
¡Qué victorias, qué despojos
logran su aljaba y arpón!
Lo que admira en sus
arrojos
es, que acierte al corazón
con una venda
en los ojos.
15
¿Si le salen a auxiliar
las
armas de la hermosura,
quién ha de contrarrestar?
¿A qué humana criatura
dejará de conquistar?
20
¿Hay no vencido baluarte,
ni muro, adonde
se atreva,
—12→
sin que humille el estandarte:
si de retaguardia
lleva
juntos a Venus y a Marte?
25
Se ha visto
fiero homicida:
se halla bárbaro asesino:
pero
es cosa nunca oída,
pagar un hombre sin tino,
porque le quite la vida.
30
Son dulces tan
sin compás,
sus flechas, según advierto,
que hay hombre de Barrabás,
que se está
cayendo muerto,
y dice: Tírame más.
35
Tan bellas, tan engañosas
son las luces
de sus llamas,
que rondándolas ansiosas,
en
ellas tal vez las Damas
mueren finas Mariposas.
40
¡Qué batallas! Qué combates
—13→
han causado
sus mentiras!
¡Qué pleitos! ¡Chismes! ¡Debates!
¡Asombros! ¡Despechos! ¡Iras!
¡Qué sarta de
disparates!
45
Este Trasgo sobrepuja
a cuanto
ha podido verse:
pellizca más que una bruja;
y es capaz de entremeterse
por el ojo de una aguja.
50
Hiere a veces de rechazo;
y al que vive distraído,
de la belleza un retazo
al lugar más escondido
suele ir a darle flechazo.
55
Es jugador,
es fullero:
si te envida has de andar listo:
reflexiona
bien primero;
y aunque sea a naipe visto,
en tu vida
digas, quiero.
60
—14→
Es un parlero burlón,
vago, atrevido, truhán,
de voluntades ladrón:
parece, que es un buen Juan,
y es un grande picarón.
65
Es (y concluyo con esto)
un recelo, una
fatiga,
volcán, furor, miedo, arresto:
es...
(no sé lo que me diga)
todo; para acabar presto.
70
AFORISMO
En las batallas de amor el que tiene ánimo
para huir, es el más valiente, y triunfa.
RECETA
Contra poder superior,
que ha de vencer su porfía:
para no darle ese
honor,
—15→
lejos de ser cobardía,
no lidiar es
más valor.
5
Si la hermosura irritada
lleva al campo su querella:
¿fuera hazaña celebrada,
que sacase contra ella
un hombre de bien la espada?
10
Huye; que aquel eminente
Poeta nuestro
hace alarde
de que en un Héroe se cuente:
Si
hay quien huya de cobarde,
que hay quien huye de valiente.
15
(Calderón: Jornada tercera de la Comedia: Afectos
de odio y amor).
—16→
Capítulo II
Enfermedad, que padecen los hijos, es la violencia de los
padres para que se casen contra su gusto
AFORISMO
Con
voluntad y gusto se vencen las dificultades: la fuerza tiene
malas resultas.
Descripción de la enfermedad
¿Que me case tal por cual,
sin ver quién engaña a quién?
¿Habrá
lance más fatal?
se yerra de bien a bien;
¿qué
será de mal a mal?
5
¿Pues qué,
no hay más que casarse
contra razón, Señor
mío?
—17→
Mejor es acá abrasarse;
aunque
diga tener frío;
que el ir allá a calentarse.
10
Con que por cuenta he sacado,
que estamos
en una era,
según mi padre ha pensado,
que es
el casarse galera:
¿y tengo de ser forzado?
15
Sin duda, que el matrimonio
debe de estar muy revuelto,
a manera de telonio:
pues si el diablillo anda suelto,
¿cómo casar? Un demonio.
20
—18→
Capítulo III
Enfermedad, que padecen los hijos, es la violencia de los
padres para que entren en Religión
AFORISMO
Lo
que no tiene remedio después, mirarlo bien antes.
Descripción de la enfermedad
¿Convento yo? ¡Qué entruchadas!
Padre, salgamos al cabo.
¿Queréis meterme a estocadas?
¿O soy por ventura clavo,
que he de entrar a martilladas?
5
Me tiraré desde un cerro,
y harán
de mí cochifrito,
—19→
antes que en vos quepa el yerro,
sin ser Juez, ni haber delito,
de ponerme en un encierro.
10
Cuando me encuentre metida,
si es mi voluntad
forzada,
sin que parezca atrevida;
pues por vos hice
la entrada,
yo haré por mí la salida.
15
Ni he nacido para eso,
ni me hallo con vocación;
y así digo sin exceso:
profeso en mi Religión,
en Convento no profeso.
20
AFORISMO
En materias pecaminosas
no deben obedecer los hijos a los padres.
No sólo es desgraciada la hermosura, sino causa de
las mayores desgracias.
Descripción de la enfermedad
¡Es posible, que las hermosuras
tengan tal desgracia!
¿Si será, que enamorada
ésta,
tras ellas se anda?
A lo blanco, solo
por ser bello
5
muchos no le aman;
motejando a las blancas
de frías
de sosas, dejadas;
y aun a todas las
bonitas juntas,
de bobas las tratan.
10
—22→
Como tienen
a elegir cortejos,
infinitos rabian,
que quizá
descartándose de oros,
se quedan a espadas.
Aunque cuenten a miles réndidos,
15
tampoco las
faltan
a millones quejosos, que buscan
lo que en ellas
no hallan.
A las otras, que son algo feas,
fastidian
y enfadan;
20
de manera, que a su luz parecen
sombras
o pantallas.
La venganza, que por detrás toman,
es sacarlas faltas;
mas no pueden echarlas ninguna
25
jamás en la cara.
Si se casan es con malos
mozos:
después de casadas,
al instante el amor
celosías
pone en sus ventanas.
30
De solteras
también las atisban
vecinas taimadas,
y aunque
recen, y hagan obras buenas,
—23→
dicen, que son malas.
Mucho siento, queridas hermosas,
35
suerte tan contraria;
sin embargo, por ella las feas
la suya trocaran.
AFORISMO
La modestia, honestidad y virtud hacen a la
hermosura feliz.
RECETA
La hermosura es piedra preciosa,
que según se engasta,
puede ser su precio inestimable,
o no valer nada.
Lo modesto, lo casto y virtuoso
5
su valor realzan;
siendo junta con ellos dichosa,
si no desgraciada.
Tenga, pues, estos nobles quilates
la hermosura humana,
10
—24→
logrará la más
grande ventura,
que nunca se acaba.
Capítulo V
Enfermedad de las mujeres, ser feas
AFORISMO
La fealdad
y la envidia nacieron de un parto; y quieren hacer brillar
su escasa luz, apagando las otras.
Descripción de
la enfermedad
Tres cosas en el mundo
dan golpe en la mujer;
rica, fea o bonita:
lo demás
es después.
Fortuna de las feas,
5
—25→
yo no te envidiaré;
antes bien la fortuna
es,
dejarlo de ser.
Si al espejo se miran,
las
está diciendo él:
10
¡Válgame Dios,
señora,
qué fea, que es usted!
Y por más que se pinten,
tal su desgracia es,
que vivas, ni pintadas,
15
nadie las puede ver.
Son el mismo pecado;
¿y que pensando estén,
que por descuento, gracia
Dios las ha dado? ¿En qué?
20
¡Pues cuando discretean;
mixturando muy
bien
los textos de Escritura
con versos de Entremés!
—26→
Por Consejeras, pasen;
25
mas por Letradas,
¿quién,
es posible, que busque
un tan mal parecer?
Gracias a las mantillas:
y no faltan tal
vez
30
hombres, que por instinto
adoran, o por fe.
A puro Padre nuestro,
yo las conjuraré,
repitiendo mil veces:
35
No nos dejéis caer.
Lo peor es, que ruegan;
pero entonces diré:
Mas líbranos de mal.
Amén, Amén,
Amén.
40
—27→
AFORISMO
El que dice, que las feas se
parecen al Diablo, miente, porque a nadie tientan; y en las
perfecciones del alma son iguales a las hermosas.
RECETA
La belleza en el alma
se debe contemplar:
la del cuerpo perece,
aquélla
es inmortal.
Las hermosas son feas,
5
si al
Infierno se van:
las feas muy hermosas,
si se saben
salvar.
—28→
Capítulo VI
Enfermedad de los petimetres, ser presumidos y afectados
AFORISMO
Parezca, aunque perezca; y como luzca, más
que todo se abrase.
Descripción de la enfermedad
Señor petimetre,
sea bien venido.
¡Oh, qué bien peinado!
¡Y
qué bravo chico!
Callen los Adonis,
5
Perdone
Narciso.
Un dulce parece.
¡Qué terso! ¡Qué
limpio!
¡Qué rizos! ¡Qué olores!
¡Qué
gusto en vestidos!
10
—29→
¡Qué puesto en las modas!
¡Qué arte! ¡Qué brío!
Las Damas
le aclaman
por Parisién fino.
Los gestos estudia,
15
sabe los cumplidos,
se postra hasta el suelo,
saluda expresivo:
lisonjea, adula:
anda muy pulido
20
de minué con pasos,
haciendo pinitos.
Ninguno
le gana
de cuantos se han visto,
a coger pañuelos,
25
alzar abanicos,
saber dar el brazo,
dulces exquisitos,
llevando dos cajas,
de rapé y palillos:
30
a doblar mantillas,
componer un rizo,
mondar una pera,
—30→
trinchar de lo lindo.
Él dibuja, borda;
35
y para decirlo
en una palabra,
es estuche vivo.
Habla con remilgues,
busca terminillos,
40
hace cuatro
versos,
aunque robe cinco:
dice dos refranes,
textos
infinitos;
y al ver las Madamas
45
tan raro prodigio,
dándole la borla
de Doctor eximio,
pasa entre
ellas plaza
de más erudito,
50
discreto, elocuente,
sabio y entendido,
que los Cicerones,
que los Tito
Livios,
que los Diccionarios
55
y los Calepinos.
—31→
AFORISMO
Sáqueles la razón del hospital
de su locura, y pasen a la convalecencia del entendimiento,
donde se restablezcan.
RECETA
Vaya a la Botica
y tome allí mismo,
que el Doctor lo manda,
jarabe de juicio.
—32→
Capítulo VII
Enfermedad de los Mayorazgos, pasar plaza de tontos
AFORISMO
La sabiduría junta con el poder, ¿qué no emprendiera?
Descripción de la enfermedad
Tonto y rico pudiera
disimularse;
pero pobres y tontos,
no tiene aguante.
Yo a defenderles,
5
¡y a fiscalizar
tantos!
Mal pleito es este.
—33→
¿Aunque
se apliquen, pasan
plaza de tontos?
Tener talento
es uno,
10
y aplicarse otro.
¿Serán
discretos
los que sin mayorazgos
truecan los frenos?
Murmuran, que no aprenden:
15
¡Qué
linda gracia!
¡Como si el saber fuera
de gente baja!
¿Ignoran ellos,
que no se compra
ciencia
20
con el dinero?
El
Noble siempre es noble,
y en lo que emprende,
como
Noble es preciso
proceda siempre.
25
Es
la Nobleza
el Sol, y los Luceros
las demás prendas.
—34→
Sin Nobleza riqueza
parece Luna,
30
que arroja resplandores,
y ella no alumbra;
Pero no deja,
aunque esté
la más baja,
de ser Planeta.
35
Lo
que vale el dinero
quizá no saben,
ni tampoco
que cuesta
mucho ganarle.
Y lo
malgastan
40
como que es una cosa
que se la hallan.
Hasta de divertirse
les satirizan.
¿A quién que sobrepuja
45
todos no miran?
Lo que es delito
en el pobre, parece
gracia en el rico.
—35→
A
veces les sucede,
50
si van a caza,
que buscando Perdices,
encuentran Grajas.
¿Qué culpa
tienen?
Y no pocos se llevan
55
Gato por Liebre.
Al hombre de bien fácil
es engañarle;
porque nunca bajezas
piensa
de nadie.
60
Y será oprobio,
no ser el engañado,
sino engañoso.
En el baile del mundo
todos sabemos,
65
si se sale a lucirlo,
de contratiempos.
La
suerte varia
siempre será Maestra
de hacer
mudanzas.
70
—36→
Varios sin dar
motivo
son calumniados:
en ser uno inocente,
a degollarlo.
¿Tantos Herodes?
75
No hay duda, que
los necios
son Faraones.
Bien se ve que no
falta
Cruz a los Grandes;
y que no es muy ligera,
80
como se casen.
Todos tenemos
nuestra
cruz, y los pobres
con candeleros.
En
aquellos que triunfan
85
reparan mucho,
por si pillarles
pueden
algún renuncio.
Así
los Nobles,
si a descuidarse llegan,
90
la pagan doble.
—37→
Perdonad finalmente,
que
Dios es Grande,
y con todo perdona
aunque le agravien.
95
Sólo pretendo
vituperar los
vicios,
no los sujetos.
AFORISMO
Ser virtuosos, aplicarse
e instruirse como pobres; en lo demás tratarse como
ricos.
RECETA
Con las buenas costumbres,
y la enseñanza,
se logra allá la Gloria,
y aquí la fama.
Mas lo encarezco:
5
si son buenos los ricos,
tienen dos Cielos.
—38→
Capítulo VIII
Enfermedad de los jóvenes, ser poco devotos
AFORISMO
Quien sabe el plazo de su deuda, aunque no esté prevenido,
no incurre en falta hasta que se cumpla. Al contrario; el
joven pecador, que lo ignora, debe siempre tener el alma
dispuesta para la paga, por si Dios se la pide en aquel instante.
Descripción de la enfermedad
¡Oh tú joven! Que vives descuidado,
¿eres deudor con plazo señalado?
¡Qué pesar!
¡Qué rigor! ¡Pena crecida!
¡Sin tiempo están
los vales de la vida!
El ignorar la hora, si se advierte,
5
—39→
¿sabes, que es mayor daño, que la muerte?
Quien su mal ve, le evita, aunque más grave
¿cómo
lo ha de estorbar quien no lo sabe?
El furor de la Parca
denodado
no aguarda, que esté el fruto sazonado.
10
Del vital huerto su guadaña dura
corta la
pera verde y la madura.
Sin grande prevención,
grande jornada,
es, al partir, tomar la senda errada.
Pues viaje cierto y sitio indiferente:
15
¿adónde
irás, si marchas de repente?
Al bien caminas siempre
perezoso:
¿cómo, di, vas al mal tan presuroso?
El tiempo corre sin que a nadie aguarde.
Le pierdes:
¡Ay de ti, si llegas tarde!
20
Reflexione la Dama hermosa
y tierna,
que un momento de gusto es pena eterna.
Piense
el galán que peca, que en el mismo
minuto puede
hallarse en el Abismo.
Y crean que serán sin más
respetos,
25
entrambos dos humanos esqueletos.
Para
mirarte tú, joven o viejo,
la misma eternidad es
el espejo.
¡Oh prodigios de Dios! ¡No es cosa rara,
que según el obrar haga la cara!
30
—40→
Todo lo allanan
locas juventudes;
pues la cuesta allanad de las virtudes.
Con ellas un esclavo es más dichoso
que sin
ellas un Príncipe ostentoso.
¿De qué le
sirve a quien de Rey blasona,
35
serlo aquí, si
allá pierde la Corona?
Como el camino de la gloria
erraras,
¿qué aprovechan las Mitras ni Tiaras?
Aunque más poderoso y más bizarro,
¿no
ha de ser polvo, quien nació del barro?
40
Arrastran
Sol y Luna los capuces:
eclipses hay también para
sus luces.
¿Por esa robustez no te desvelas?
¿Y por
joven, ni temes ni recelas?
Como te mueras antes sin zozobras:
45
¿podrás hacer después las buenas obras?
Corriendo aquí tanta borrasca el alma,
¿tendrá
allá paz, tranquilidad y calma?
El que en arrepentirse
tarde espera,
tan bárbaro es, como quien desespera.
50
¡Buscas la Misa breve! ¡Vas con prisas!
¡Y aún
dices, que es de viejos oír Misas!
¡Para ellos
son las pláticas! ¡Sermones!
¡Los ayunos! ¡Rosarios!
¡Devociones!
De viejo morir bien, pensar es yerro,
55
sin disponer de joven el entierro.
—41→
Al contemplarme
a mí, digo: ¿Qué valgo?
¿Qué fui
ayer? Nada. ¿Hoy qué soy ya! Algo.
¿Algo no más?
¿Y pienso de este modo?
¡Loco estoy; pues creí
que lo era todo!
60
¡Ah! Necia vanidad, queda enterada
de que no pasas de algo más que nada.
Jóvenes,
no olvidéis (y finalizo)
para que el alto Criador
os hizo.
Premeditad en Dios, luego en vosotros:
65
cuanto
hay se encierra dentro de nosotros.
¡Qué fábrica
es el cuerpo, aunque mentira!
¿Pues el alma inmortal,
a quién no admira?
Principio tiene, fin no reconoce:
Para sí Dios la cría y que le goce;
70
y de su unión, tan digna de alabanza,
premio ha
de ser la Bienaventuranza.
AFORISMO
Joven, aun el más
docto, menos sabe tu vanidad, que una hormiga; pues haciendo
su provisión en el Verano, lo pasa sin temer, que
le falte comida en el Invierno: y tú desproveído
—42→
de buenas obras en la juventud, no quieres saber, que acabado
el tiempo del acopio, te ha de costar muy claro el descuido,
cuando no te suceda un escarmiento.
RECETA
Aun el adagio, para vivir sano,
dice, que te has de hacer viejo temprano.
Como prójimo
te amo y te aconsejo:
haz de joven, lo que has de hacer
de viejo.
—43→
Libro tercero
De las enfermedades de la vejez
Capítulo primero
Enfermedad de los viejos, ser codiciosos
AFORISMO
Para
coger en la vejez, sembrar en la juventud: de otra manera,
la codicia rompe el saco.
Descripción de la enfermedad
Malvado viejo, diga ¿qué manía
así le afana por juntar millones?
Cien veces cuenta
al día
reales, pesetas, duros y doblones,
—44→
que
va con gran cuidado separando.
5
Allí cifra su gloria,
su contento,
y sin apartar nunca el pensamiento,
se
está con los montones recreando.
¡Reflexiona, perverso
sin segundo,
que los has de dejar en este mundo!
10
No hay puerta sin candado:
de entrantes
y salientes,
aun de sus mismas gentes
se atreve a recelar
desconfiado.
Enfrente de la cama,
15
con malicia y con
treta
asegurada pone su gaveta:
se encierra, y no responde
al que le llama.
Velando como un Argos
vigilante,
siente ruido una noche, y al instante
20
sobresaltado, ciego, temeroso
alborota la casa,
vecindad,
calle, barrio, y al que pasa,
¡que me roban! diciendo
presuroso.
Sobrecogido así, (¡terrible suerte!)
25
al punto del espanto se accidenta.
Al Doctor llaman,
que su mal aumenta,
y la sentencia firma de su muerte.
¡Ah! ¡Quién creyera, que se olvida fiero
del
alma, y que se acuerda del dinero!
30
—45→
Dios
le da tiempo: logra mejorarse:
la gaveta a la cama hace
llevarse:
la moneda revuelve,
uno y otro talego desenvuelve;
mas como tiene débil la cabeza,
35
le parece
que falta alguna pieza,
sea de plata u oro;
y llorando
hilo a hilo su tesoro,
entonces sí que enferma
ya de veras.
Quiere dar voces, todas son quimeras,
40
se aflige, se acongoja,
de la cama se arroja:
repite
el accidente,
espira fatalmente,
y con expectación
de los Avernos,
45
el Diablo se lo lleva a los Infiernos.
AFORISMO
Todo compuesto de materia, que ha tenido principio,
tiene fin; y de viejos no se puede pasar.
RECETA
Abra ya la codicia sus armarios:
conozca el vicio, que se muere aprisa:
—46→
a su olla: a
su Misa;
piense en la eternidad: rece Rosarios;
que
asusta más la muerte horrible y terca,
5
al contemplarla
lejos, si está cerca.
Capítulo II
Enfermedad también de los viejos, ser cortejantes
AFORISMO
¿Hay espectáculo más raro, que
un viejo con el pie en la sepultura requebrando a una moza?
Descripción de la enfermedad
¿Con que, Quijotes a oscuras,
a la vejez aventuras?
Sean lindas, sean feas,
¿andan
tras las Dulcineas?
¿Quién vio delirio mayor,
5
que un viejo, haciendo el amor?
—47→
¿Viejo y
moza? ¡Por San Pablo,
que son un lindo retablo!
¿Un
mi vida, si se advierte,
han de decir? Un mi muerte.
10
¿Ignoran, si amor les llama,
que han de soplarles la
Dama?
Gato, que va a caducar,
¿qué
ratas ha de cazar?
Más cerrados, que las piñas,
15
¿y todo es buscar las niñas?
Las dicen: ¿Prenda?
Y con ceño
responden: ¡Qué desempeño!
¿Habrá viejo más morlaco?
Váyase
a tomar tabaco.
20
Según le pesa la giba,
parece
una tumba viva.
¡Miren al cabo qué alhaja!
¿Por
qué no compra mortaja?
Para enmendarse
el mal viejo,
25
mírese en su mismo espejo.
—48→
¡De su figura mal hecha
ya es antigüilla la fecha!
¿Diga, estantigua mortal,
fue el pecado original?
30
Ni falta alguna malvada,
que les dice muy
taimada:
¿Se verá tal espantajo?
¿Con canas,
y haciendo el majo?
Cúbrase usted, caballero:
35
tápelas con el sombrero.
No obstante
escupen en corro
cortejos de capa y gorro:
otros, que
a nadie hacen salva
para no enseñar la calva:
40
y se encuentra mamaluca,
que les tiene de peluca.
¡Que esto pase! Me confundo.
¿Qué no
pasará en el mundo?
Pues sepan, si en tantos años
45
no les bastan desengaños:
—49→
no hay moza, que
les quiera:
quien lo dice, es embustera.
Que del viejo marrullero
el querido es su dinero.
50
Que el más ciego y más sencillo
ha de tener
lazarillo.
Y con esto, en conclusión,
se acabó
la procesión.
AFORISMO
Los viejos han de cortejar
a la muerte con buenas obras, y llevar el retrato de un esqueleto
para contemplar con frecuencia lo que son.
RECETA
Póngase el viejo maulón
a menudo en oración.
Con alguna disciplina
mortifique su cecina.
—50→
Y si le aprietan los vicios,
5
silicios y más silicios.
Capítulo III
Enfermedad de las viejas, querer parecer jóvenes
AFORISMO
¡Quién dijera, que todo el imperio de
la hermosura, vanidad y arrogancia de sus armas paran en
lastimoso y abominable trofeo de la edad!
Descripción
de la enfermedad
Vieja ridícula,
caduca, trémula,
déjate inválida
de amores ya:
estás frenética:
5
cuenta
por fábulas,
esos estímulos
para agradar.
Las Damas jóvenes
de mayor mérito,
10
ricas, bellísimas,
—51→
que brillan más:
son breves cláusulas,
menudos átomos
de la fatídica
15
voracidad,
Tus
ojos húmedos,
entre los párpados,
lágrimas
líquidas
deben brotar:
20
al ver, fantástica,
loca, estrambótica,
que eres un símbolo
de fealdad.
Si fuistes Tórtola,
25
si fuistes Águila,
hoy por Tarántula
te has de juzgar:
que seas crítica,
seas enfática
30
seas irónica,
no pegarás.
Son gracias fétidas,
son negras flámulas,
de horribles góndolas,
35
que al Lago van
de Aquerón mísero,
Barquero exótico,
que infaustas ánimas
pasando está.
40
Toda magnífica,
suntuosa fábrica,
que es jeroglífico
de vanidad:
despojo trágico
45
de la edad rígida,
viene, aunque sólida,
a caducar.
Ayer coléricos,
hoy
ardéis frágiles,
50
funestos pábilos
de humanidad:
sus llamas lúgubres
van consumiéndoles,
y sin más rémoras
55
finalizáis.
Ya las harmónicas,
sonoras músicas,
se han vuelto fúnebre
sonoridad,
60
roncos
estrépitos,
sordinas lóbregas,
que anuncian
tétricas
la eterna paz.
—52→
Los años
rápidos
65
son muy lacónicos,
nunca sus
términos
vuelven atrás:
triste metáfora,
piensa en el túmulo;
70
pues luego el féretro
ocuparás.
Entre cadáveres
y sombras tímidas,
fantasmas áridas
75
reflexionad:
que llega el tránsito,
y que
el fin único
es el buen éxito
del Tribunal.
80
AFORISMO
¡Gracias a Dios, que se encontró el
remedio universal para que rejuvenezcan las Damas, causando,
que la vejez sea toda autoridad y veneración, hasta
perpetuarlas en el templo de la inmortalidad! ¿Y cuál
es? ¿Pudiera haber otro, que la verdadera mística?
RECETA
Curen los síntomas
y el mal verídico,
con los balsámicos
—53→
de la Moral:
sigan la mística:
5
tal vez aplíquense
una cantárida
de austeridad.
Capítulo IV
Enfermedad de la decrepitud, las cenizas o sombras del
amor y codicia
AFORISMO
¡Aquí fue Troya! decía
un epitafio de su soberbia, después de arruinada:
¡Y hay delirio tan rematado en las humanas pasiones, que
publique entre sombras y cenizas: ¡Aquí fuimos!
Descripción
de la enfermedad
¿La decrepitud anhela
—54→
en sombra al amor? ¡Oh, Cielo!
¡La cabeza sin un pelo!
¡La boca sin una muela!
¡En el Verano se hiela!
5
¡Todo
el año tiene tos!
¡Sobre una muleta o dos
su
esqueleto se afianza!
¡Y de sorda a oír no alcanza,
que la está llamando Dios!
10
Fue a
verla cierto truhán,
y no sé qué
embuste fragua,
que la ofreció un poco de agua
del mismo río Jordán.
Ella, a gritos,
el refrán
15
entendió: ¡Cuál se alegraba!
Pensándose, que bailaba,
al moverse, se cayó:
en polvo se convirtió:
Y él dijo: ¡Qué
seca estaba!
20
En un capacito al Sol
un decrépito
sentado:
—55→
a mi talego no han dado
las luces de ese
farol:
decía entre col y col.
25
Un quidam llegó
a pasar,
y oyó, queriendo escuchar:
El dinero
escondo dentro
del corazón, y en el centro:
¡que lo vayan a encontrar!
30
AFORISMO
En este mundo
se delira desde nacer hasta morir.
RECETA
Un niño es delirio puro:
cuando empieza a hablar, delira.
El caduco va a la pira,
y es un delirio maduro.
Téngase como seguro,
5
por nuestra miseria y suerte,
que es el delirio más
fuerte,
—56→
olvidando el ataúd,
nuestra ciega juventud.
¿Y no hay remedio? La muerte.
10
FIN
Se hallará en la Librería
de Castillo, enfrente de las Gradas de S. Felipe; y en el
Puesto de Manuel del Cerro, calle de Alcalá, esquina
de la de los Peligros Angosta. Su precio 3 reales.