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ArribaAbajoCapítulo IV

¿Cómo resuelve el Beato Lulio la conciliación platónico-aristotélica?


1.- El problema de esa conciliación comprende, según lo dicho, cuatro aspectos: el cosmológico, el ideológico, el lógico y el criteriológico.

Nos ocuparemos en cada uno de ellos.

2.- Solución luliana del problema de la armonía entre la Academia y el Peripato en el orden cosmológico.

3.- La esencia de los disentimientos entre Platón y Aristóteles en el problema cosmológico, está contenida en las siguientes afirmaciones:

a) Según Platón, el principio del ser de todas las cosas está en la Idea.

Esta Idea está fuera de las cosas.

Está en Dios.

La Idea es transcendente.

La Idea es universal.

) Según Aristóteles, el principio del ser de las cosas materiales es doble: la forma y la materia.

Estos principios substanciales insiden en la cosa.

El primero es activo.

El segundo es pasivo.

La forma es inseparable de la materia; y ésta es inseparable de aquélla.

La fuerza resultante de estos principios: activo y pasivo, o sea, el principio del ser de las cosas materiales es inmanente.

Es, además, particular.

4.- En vista de estas afirmaciones, ¿qué debe proponerse la conciliación platónico-aristotélica?

-Debe explicarnos

1) cómo puede verificarse que el principio del ser de las cosas sea, a la vez, externo e interno a las cosas: externo, como dice Platón; interno, como dice Aristóteles; transcendente e inmanente, universal y particular;

2) cómo puede verificarse que la Idea platónica sea, a la vez, principio activo y principio pasivo del ser de las cosas, esto es, Forma y Materia (que son los dos principios substanciales que Aristóteles exige en la constitución de un ser material);

3) cómo explicar, por último (dado que llegue a probarse que la Idea platónica es, a la vez, transcendente e inmanente); cómo -digo- explicar la inseparabilidad de los principios activo y pasivo en la constitución de la substancia, inseparabilidad que es un dogma fundamental del Peripato.

5.- Parécenos que nadie será osado a decir que rehuimos las cuestiones, o que ocultamos la gravedad de las mismas.

El Beato Raimundo Lulio presenta una solución satisfactoria a cuantos puntos reclama la más exigente conciliación de la Academia con el Liceo.


ArribaAbajoArtículo 1.º

El principio del ser de las cosas es, a la vez, externo e interno; transcendente e inmanente; universal y particular.


1.- Dios saca de la nada criaturas materiales; pero, al sacar de la nada esas criaturas, no hace, ni otra cosa puede hacer, que participaciones finitas de Sí mismo.

La criatura, en tanto tiene ser, en cuanto participa del Ser de Dios.

¿Qué es Dios?

-Dios es una suma Bondad, Eternidad, Poder, Sabiduría, Voluntad, Virtud, Verdad, Gloria, Diferencia, Concordancia, Principio, Medio, Fin, Igualdad.

De consiguiente, la criatura es una participación finita de los divinos Atributos llamados Bondad, Grandeza, Eternidad, etc.

2.- Infiérese de esto que la criatura, en tanto tiene ser, substancia o esencia, en cuanto participa de la divina Bondad, Grandeza, Eternidad, etc.

-¿Cuál será, pues, la esencia de una criatura material?

-La esencia de una criatura será la fuerza resultante de las participaciones finitas de la divina Bondad, Grandeza, Eternidad, etc,

3.- Estas participaciones finitas son esencias: esto es obvio; son esencias parciales.

¿Qué nombre daremos a estas esencias parciales?

-No hay inconveniente alguno en darles el mismo nombre de los divinos atributos de los cuales ellas son finitas participaciones.

Luego existen unas esencias creadas que denominaremos bondad, grandeza, eternidad participada o duración, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad, gloria, diferencia, concordancia, principio, medio, fin, igualdad.

4.- Ahora bien, repitamos: ¿qué será la esencia de una criatura material?

-La esencia de todo ser material será la fuerza resultante de unas esencias parciales denominadas bondad, grandeza, duración, poder, sabiduría, voluntad, virtud, verdad, gloria, diferencia, concordancia, principio, medio, fin, igualdad.

5.- ¿Qué tenemos hasta aquí?

-Lo siguiente:

a) Dios es la Idea generadora del ser de las cosas dichas vulgarmente inorgánicas;

) los divinos Atributos son, a la vez, tipos, modelos y ejemplares primitivos de las cosas singulares y sensibles;

c) las cosas singulares y sensibles son en realidad de verdad, impresiones, imágenes, imitaciones, participaciones de los divinos Atributos, o sea, de unas Ideas universales, inmutables, inteligibles y eternas;

d) los divinos Atributos (o sea, las Ideas platónico-lulianas) gozan de verdadera existencia real; gozan de una existencia más real que la de los objetos sensibles, puesto que la realidad de éstos tiene su razón suficiente y trae su origen de la realidad de los divinos Atributos o Ideas platónico-lulianas);

e) el mundo visible y material debe considerarse como una mera imitación y figura, como una concreción parcial, como una imagen imperfecta del mundo inteligible, que es el mundo de los divinos Atributos (o Ideas platónico-lulianas);

f) los divinos Atributos (o Ideas platónico-lulianas) contienen y representan lo que hay de necesario, inmutable y absoluto en las cosas;

g) los divinos Atributos (o Ideas platónico-lulianas) son independientes, anteriores y superiores al espacio, al tiempo, a los individuos y al mundo visible; contienen y representan las esencias, es decir, la verdadera realidad de las cosas. (Cardenal González: Historia de la Filosofía, tomo I, pág. 232. -Madrid, 1886).

6.- Los espíritus exigentes (y todos debemos serlo en estas materias) nos pedirán algunos textos lulianos donde se vea claramente que la Idea platónica, tal como la interpreta el Cardenal Ceferino González, corresponde en verdad a la Idea luliana.

Para nosotros esa correspondencia es indudable, en vista del concepto que tenemos formado de la Cosmología, de la Ideología, de la Criteriología y de la Lógica del Beato Raimundo Lulio, con el estudio directo de las obras del Maestro; aunque no sea cosa harto fácil hallar textos lulianos que digan literalmente lo que dejó escrito el mentado Cardenal.

Como tampoco los hay en Platón que digan literalmente lo que el sabio Purpurado pone en boca del Filósofo de la Academia. Y, sin embargo, no por ello deja de ser fidelísima la interpretación de Su Eminencia.

Otro tanto debe decirse de la manera como nosotros interpretamos la Idea luliana, cuando afirmamos que ella corresponde, en lo substancial, al concepto que de la Idea platónica formara el Cardenal González.

Los textos confirmatorios, utilísimos siempre, a veces no son indispensables.

Con todo, a mayor abundamiento, ofreceremos algunas citas que teníamos en cartera.

¿A qué se reduce la teoría platónica de las Ideas?

-Nos lo dice el mismo Cardenal, y en el lugar citado:

«La Idea, con relación a Dios, es su inteligencia; con relación al hombre, es el objeto principal y real del entendimiento; con relación al mundo externo y sensible, es el arquetipo, el modelo ejemplar; con relación a sí misma, es la esencia de las cosas; con relación a la materia, es su medida, su sigilación, su principio, su impresión.»

Pues esto lo dice, a cada paso, si bien con distintas palabras, nuestro Doctor y Maestro.

a) ¿Cuál es la Idea luliana? Abrid cualquier obra del Beato, y la encontraréis en seguida: es la Bondad, Grandeza, Eternidad, Poder, Sabiduría, Voluntad, Virtud, Verdad, Gloria, Diferencia, Concordancia, Principio, Medio, Fin, Igualdad23.

Hay Idea platónica; hay asimismo Idea luliana.

) La Idea luliana, con relación a Dios, ¿es su inteligencia? -Sin duda alguna.

Las palabras bondad, grandeza, eternidad, etc., tomólas el Beato primariamente por los atributos de la Divinidad.

Las llama Emperatrices divinas; a continuación de cada palabra, o antes de ella, pone el calificativo de divina,: dice que ellas representan los Principios de la Teología; y, finalmente, que por ellas, es Dios el sujeto de la ciencia teológica24.

Además, en el Libro de las Cuestiones solucionadas por el Arte demostrativo, y en otros, afirma a menudo, como todo buen católico, que los Atributos divinos se identifican con la Inteligencia del mismo Dios.

c) La Idea luliana, con relación al hombre, ¿es el objeto primero y real del entendimiento? -A nosotros no nos cabe duda.

Acabamos de ver, en el texto latino citado últimamente, que, según el Doctor, el humano entendimiento adquiere la ciencia, causat scientiam, mediante los consabidos atributos de la Divinidad.

En el capítulo X de la obra Duodecim Principia Philosophiae, pone en boca del humano Entendimiento las palabras siguientes: Yo entiendo y levanto el palacio de la Ciencia mediante la idea de Dios y de sus Atributos25.

¿Qué más? Poco antes había dicho el mismo Entendimiento: «Mi esencia no es otra cosa que la fuerza resultante de unas participaciones finitas de los Atributos de Dios; por la bondad divina, soy bueno; por la divina grandeza, soy grande; por la eternidad de Dios, soy durable, o sea, permanezco en el ser; etc.

Ahora bien; en virtud de esa mi esencia, yo formo las ideas universales, por ejemplo, la idea de género, la idea de especie; pues mi esencia total viene constituida por unas esencias parciales llamadas unidad, bondad, grandeza, etc.

Por último (continúa diciendo el Entendimiento); yo leo mi objeto primero, que es mi fin, en esos Atributos divinos, y en él leo todas las cosas, pues con dichos Atributos yo llego a obtener una ciencia profunda de la bondad, de la grandeza, de la duración, etc., es decir, de las esencias parciales de todos los seres creados26.

Cuarta razón. Lean nuestros amigos, entre otras varias, las obras Ars Inventiva Veritatis y Tabula Generalis, y verán constantemente que el Beato Lulio demuestra las verdades filosóficas y teológicas mediante los principios o ideas Bondad, Grandeza, Eternidad o Duración, etc. Nuestro Doctor y Maestro dice ser verdad todo lo que estas ideas dicen o importan necesariamente. De la idea infiere la realidad.

En consecuencia, según la Escuela luliana, la Idea, con relación al hombre, es el objeto primero y real del entendimiento.

d) La Idea luliana, con relación al mundo externo y sensible, ¿es el arquetipo, el modelo ejemplar? -Ciertamente.

En todas las obras del Beato, así traten del Arte combinatoria, como del Sistema Científico Luliano, nos es dado ver que los divinos Atributos son el arquetipo, el modelo ejemplar, de los seres de la creación.

Todos los seres son buenos, grandes, durables, poderosos, etc., a imitación de la divina Bondad, de la divina Grandeza, de la divina Eternidad, del divino Poder, etc. Véanse los libros Lectura Artis Inventivae Veritatis y Lectura Tabulae Generalis.

-¿Cómo define la bondad creada?. -Con la misma definición -mutatis mutandis- de la bondad divina. Y así dice ser «la razón por la que lo bueno obra lo bueno.»

¿Por qué da esta definición, hablando de la bondad creada? -Porque (dice el Beato) ésta es la definición de la bondad divina; y, como la bondad creada es una proporcionada semejanza de la bondad divina, hay que definir lo creado por lo increado. (No copiamos el pasaje luliano, por ser un poco extenso).

Y así de las definiciones de las otras ideas lulianas: grandeza, duración, poder, etc.

¿Cómo no? Los divinos Atributos, no solamente son el arquetipo, el modelo ejemplar, de todos los seres de la creación, sino que, además, en sentir del mismo Lulio, la esencia de los seres creados viene constituida por una participación finita de aquellos Atributos; lo cual, evidentemente, no podría ser verdad, si los divinos Atributos no fueran el arquetipo de la creación.

e) La Idea luliana, con relación a sí misma, ¿es la esencia de las cosas? -Sí, señor.

Primeramente, la esencia total de los seres minerales es la fuerza resultante de unas esencias parciales llamadas: bondad, grandeza, duración, etc27.

En segundo lugar, la esencia total del alma vegetativa, en sentir de nuestra Escuela, es la fuerza resultante de unas esencias parciales llamadas: bondad, grandeza, duración, poder, sabiduría o instinto, voluntad o apetito, virtud, etc28.

De igual modo, la esencia total del alma sensitiva viene constituida por la Idea luliana, es decir, por las consabidas esencias parciales, las cuales no son sino participaciones finitas de los divinos Atributos29. En cuarto lugar, como el Beato enseña que existe un alma imaginativa distinta de la sensitiva, establece, en legítima consecuencia, que la esencia total del alma imaginativa es la que resulta de las esencias parciales ya conocidas. El Doctor Arcangélico es constante en sus afirmaciones y lógico en sus deducciones: la Idea es la esencia de todos los seres de la creación30.

Finalmente, la esencia del alma intelectiva resulta de unas participaciones de losAtributos de la Divinidad, las cuales reciben el mismo nombre de esos Atributos31.

Otro tanto podríamos decir de la esencia de los Ángeles. Pero, basta; que los filósofos modernos no gustan hablar de la naturaleza angélica.

f) La Idea luliana, con relación a la materia, ¿es su medida, su sigilación, su principio, su impresión? -No lo dudéis, queridos lectores, pues el Beato lo afirma constantemente.

He aquí sus conclusiones:

La Materia que vemos, no es otra cosa que una manifestación o irradiación extrínseca de la Idea, que no vemos;

Cada una de las consabidas esencias parciales tiene sus manifestaciones o irradiaciones extrínsecas, propias o peculiares;

Esas esencias son invisibles en sí mismas, pero son visibles, o perceptibles de un modo u otro, en sus efectos, es decir, en aquellas manifestaciones o irradiaciones;

La bondad que percibimos de una manera u otra en todo ser creado (y así decimos todo ser es bueno), es una manifestación o irradiación de la esencia parcial llamada bondad;

La magnitud o mole de los cuerpos es una manifestación o irradiación de la esencia parcial denominada Grandeza;

El espacio es también la irradiación de la esencia parcial grandeza;

El tiempo es, de igual modo, la manifestación o irradiación de la esencia parcial duración;

La capilaridad, la atracción y repulsión que observamos en los cuerpos, no son sino irradiaciones de la esencia parcial llamada voluntad o apetito natural.

En una palabra, todos los fenómenos físicos y químicos de la materia -dice el Maestro son- determinaciones de la Idea luliana, es decir, de las consabidas esencias parciales: bondad, grandeza, duración, etc. Son propiedades que, sin pertenecer esencialmente a la Idea luliana, proceden, sin embargo, por necesidad, de la misma, y no pueden, por tanto, separarse de ella.

En la Filosofía Luliana, las esencias parciales son realizaciones participadas de unas ideas divinas, esto es, de los Atributos de Dios; y la materia y todos sus fenómenos físicos y químicos son irradiaciones o sigilaciones de aquellas esencias parciales.

A las esencias parciales, consideradas exclusivamente en sí mismas, las llama el Beato Lulio bondad substancial, grandeza substancial, duración substancial, etc.

A las manifestaciones o irradiaciones de esas esencias, las denomina el mismo Doctor bondad accidental, grandeza accidental, duración accidental, etc.

¿Dónde estudia nuestro Filósofo esas manifestaciones o irradiaciones o sigilaciones? -En las obras siguientes, entre otras:

Ars Inventiva Veritatis;

Lectura Artis Inventivae Veritatis;

Tabula Generalis;

Lectura Tabulae Generalis.

En atención a la brevedad, no copiamos textos lulianos.

En el estudio de las manifestaciones o irradiaciones extrínsecas de las conocidas esencias parciales no enseña otra cosa el Beato, aunque no lo diga textualmente (pues el lenguaje de los siglos medios es muy otro del que empleamos modernamente), sino que la Idea luliana, es decir, la bondad, grandeza, duración, etc., es la medida de la materia, su sigilación, su principio, su impresión.

Basta. Creemos haber demostrado que la Idea platónica, tal como la interpreta el Cardenal González, equivale substancialmente a la Idea luliana.

7.- Llegados aquí, aun a trueque de repetirnos, bueno será decir que, dada la teoría del Beato acerca del origen y el valor de las esencias parciales de donde resulta la esencia total de los seres corporales, no puede caber duda alguna de que la Idea platónica, generadora de las criaturas materiales, se identifica con los Atributos divinos, o sea, con la Idea que, según Lulio, produce asimismo el reino de la materia.

8.- El cuerpo, lo mismo según el Beato que según Platón, no es más que la realización de una Idea divina; las esencias parciales de la materia son manifestaciones o irradiaciones de los atributos de la Divinidad.

La doctrina cosmológica de Lulio es una especie de platonismo cristianizado.

9.- Inferimos nosotros de los siete puntos indicados por el Cardenal filósofo, que el principio del ser de las cosas es, según la Filosofía Luliana,

1) externo a las cosas

2) transcendente

3) y universal.

10.- Debemos evidenciar ahora que (dada nuestra explicación luliana del origen divino de los seres corporales) ese principio del ser de las cosas, que decimos ser externo a las cosas, transcendente y universal, es a la vez interno, inmanente y particular.

¿Cómo no?

11.- Dios, al crear, produce una esencia distinta substancialmente de Sí. El Monismo o Panteísmo repugna a toda filosofía sensata.

Esa esencia distinta substancialmente de Dios, esa participación finita de la misma Divinidad, está fuera de Dios.

12.- ¿Dónde está?

-Está en los pliegues más recónditos del ser de las cosas.

Constituye el ser de las cosas.

Esa esencia participada de Dios inside en las cosas.

Como inside en las cosas, es interna a las cosas.

Como inside en las cosas (de suerte que, si se separa de ellas, éstas ipso facto ya no existen), es inmanente.

Como inside en las cosas singulares, es particular.

Es evidente ser ésta y no otra la doctrina del Beato, pues enseña, según hemos visto, que la esencia de las cosas es una participación finita de la misma Divinidad; que es una semejanza creada de los divinos Atributos.

Ahora bien; si el principio del ser de las cosas es algo finito y creado, no puede estar en Dios, porque en Dios no cabe lo finito y creado.

Luego, el principio del ser de las cosas debe estar forzosamente fuera de Dios.

-¿Dónde estará? -En las mismas cosas.

O en Dios, o en las mismas cosas: no cabe medio.

Por último, estando en las cosas, es evidente que el principio del ser de las cosas debe ser, con respecto a éstas, interno, inmanente y particular.

13.- Tenemos, pues, que, en sentir del Beato Lulio, el llamado principio del ser de las cosas no es único, sino doble:

a) imparticipado.

) y participado.

El principio imparticipado del ser de las cosas es Dios, y, por tanto, es un principio externo a las cosas, transcendente y universal.

El principio participado del ser de las cosas es una semejanza creada de Dios; es una esencia distinta substancialmente de Dios, la cual constituye real y verdaderamente el ser de las cosas; y, por tanto, es un principio interno a las cosas, inmanente y particular.

14.- Puede ser que, al decir que el principio del ser de las cosas es doble, nos hayamos producido con poca exactitud y propiedad.

Ese principio es único, con la particularidad de que desde un aspecto es externo a las cosas, transcendente y universal, y desde otro aspecto es interno a las cosas inmanente y particular.

-¿Es esto claro?

-Creemos que sí.

14.- Luego, en este punto, nuestro Doctor y Maestro concilia satisfactoriamente a Platón con Aristóteles, pues el principio del ser de las cosas, que Lulio señala, es, a la vez, externo e interno a las cosas, transcendente e inmanente, universal y particular; externo, transcendente y universal, como decía Platón; interno, inmanente y particular, como decía Aristóteles.




ArribaAbajoArtículo 2.º

La Idea platónico-luliana es, a la vez, principio activo y principio pasivo del ser de las cosas, esto es, Forma y Materia; o, lo que es lo mismo, la Idea platónico-luliana contiene los dos principios substanciales que Aristóteles requiere en la constitución de un ser material.


I

1.- El principio del ser de las cosas, inmanente en las cosas, es una semejanza creada del principio del ser de las cosas transcendente, o sea, de Dios. Lo acabamos de probar.

Pero tengamos bien entendido que el principio del ser de las cosas, inmanente en las cosas, en tanto tiene ser y operación en cuanto participa del ser y de la operación del principio del ser de las cosas transcendente, o sea, de Dios.

Adelante.

2.- En Dios hay una operación ad intra.

Y toda operación importa necesariamente los tres correlativos siguientes: activo, pasivo y conectivo.

Pruebas:

a) La divina Esencia es fecunda o activa.

«Pater igitur est qui generat; Filius qui generatur; fecunda ergo semper Natura divina est.» (Cyrillus Alexandrinus; Thesaur., lib. I, cap. 5.)

) En la operación divina hay un principio activo y un principio pasivo.

«Quia haec (Doctrina Catholica) docet Deum Patrem producere Deum Filium in essentia seu deitate, bonitate, aeternitate et caeteris perfectionibus, quatenus ipsum producit Deum, bonum, aeternum, etc.

Ac proinde Pater, utpote productivus et producens per omnes dignitates, est activus in ipsis; et Filius, utpote producibilis et productus sub omnibus ipsis, est passivus in eisdem.» (Pascual: Vindiciae Lullianae, tomo II, pág. 75.)

c) En toda operación, hay los correlativos activo, pasivo y conectivo, o sea, el principio activo, el principio pasivo y el acto.

«Unde, cum non possit esse actus quin detur activum et agibile seu passivum in eodem genere quo est actus, necessarium est in unoquoque genere sibi correspondere activum, passivum et actum; seu unicuique essentiae, virtuti ac perfectioni competere, tamquam, ad invicem correlata in sua linea, activum, passivum et actum, v. g. intellectui, intellectivum, intelligibile et intelligere, et sic de caeteris.» (Obra y lugar citados, pág. 68.)

d) De consiguiente, hay en Dios los tres correlativos consabidos.

«Unde, cum per relatos correlativos, obvio sensu seu ex vi significationis, nihil aliud intelligi possit quam activus et passivus in ratione vel perfectione aliqua, nullus dubitare potest esse in Deo praefatos correlativos.» (Obra y lugar citados, pág. 75.)

3.- Demos un paso más.

Lo que hemos dicho de Dios, podemos decirlo asimismo de cada uno de los divinos Atributos Bondad, Grandeza, Eternidad, etc., esto es, que cada uno de estos atributos tiene su acto propio y cada acto tiene sus tres correlativos activo, pasivo y conectivo, no distintos, sino coesenciales.

Dice el Abad del Císter, Reverendísimo P. Pascual: «Itaque certum videtur, omnes divinas Perfectiones esse activas (praescinde nunc a termino respectu cujus dicuntur et sunt activae), easque omnes proprium de suo genere habere actum, aliter essent otiosae et inertes, et in ipsis parvitas et malitia esset; nam bonum et magnum est agere, sicut malum et parvum non agere sive otiosum esse.

Aliquae etiam indubitanter sunt activae, non enim alia creaturae agnosci potest origo, nisi a divinis Perfectionibus vel a Deo per suas Perfectiones producente; et cum omnes sint infinite aequales, necessarium est omnes aequaliter esse activas et per proprium actum concurrere ad productionem creaturae.» (Obra y lugar citados, pág. 66.)

4.- Siendo esto así, como realmente es, sentamos las siguientes proposiciones:

1) El principio del ser de las cosas, inmanente en las cosas, tiene su acto propio, el cual acto es una semejanza creada del acto propio que hemos estudiado en Dios, principio del ser de las cosas transcendente; y este acto del principio del ser de las cosas, inmanente en las cosas, tiene los tres consabidos correlativos: activo, pasivo y conectivo, en forzosa correspondencia a los correlativos que hemos visto en Dios;

2) Cada una de las esencias parciales del ser creado, bondad, grandeza, duración, etc., tiene su acto propio, en forzosa correspondencia al acto propio que hemos visto en cada uno de los divinos Atributos del mismo nombre; y este acto de las esencias parciales tiene los tres correlativos: activo, pasivo y conectivo, porque los tiene asimismo el acto propio de aquellos Atributos;

3) La esencia total, pues, de una criatura, por ejemplo, la material, constará de los tres correlativos: activo, pasivo y conectivo.

5.- Pero, ¿es verdad que, teniendo su acto propio cada uno de los divinos Atributos, y este acto sus necesarios correlativos, deben tenerlos igualmente (acto y correlativos) las esencias parciales de cuya fuerza resultante consta la esencia total de una criatura corporal?

-Indudablemente.

Léase el siguiente argumento del Padre Pascual:

«Proinde, cum omnis creata perfectio, forma vel essentia, sit similitudo et imitatio alicujus divinae Perfectionis, quae abs dubio est activa, etiam omnis creata perfectio actum correspondentem habet, aliter non esset similitudo nec imitatio, sed dissimilitudo et deviatio suae prototypae Perfectionis.

Sane magnitudo divinae perfectionis stat quoad esse et agere; nam, nisi praeter esse suum, haberet actum competentem, parva esset et non magna, deficeret enim ipsi agere, quod sub perfectione continetur.

Et cum magna, pro suo genere, sit unaquaeque creata perfectio, ad instar videlicet et imitationem divinae, necesse est habere actum proprium, ut magnitudine correspondente gaudeat; aliter non esset in suo ordine magna, sed parva; et ita non esset perfectio, sed defectus; quia, sicut magnitudo est perfectio, ita parvitas est defectus.

Unde, si ex propria ratione careret actu, quod est parvitas, ex propria natura esset defectus et non perfectio; et defectus ex propio genere esset major quam perfectio, quod est impossibile; quia defectus esset perfectio, et perfectio defectus, cum majoritas conveniat cum perfectione, et minoritas cum defectu.» (Obra y lugar citados, pág. 67.)

6.- Continuemos sentando afirmaciones que, como las anteriores, se deducen de cuanto llevamos dicho:

a) Las esencias parciales son varias.

Cada una tiene su correlativo activo.

La fuerza resultante de todos los correlativos activos formará un total correlativo activo.

) Las esencias parciales son varias.

Cada una tiene su correlativo pasivo.

La fuerza resultante de todos los correlativos pasivos formará un total correlativo pasivo.

c) Las esencias son varias.

Cada una tiene su correlativo conectivo, esto es, el correlativo que une al correlativo activo con el correlativo pasivo.

La fuerza resultante de todos los correlativos conectivos formará un total correlativo conectivo.

d) De consiguiente, la esencia de todo ser corporal, por ejemplo, la piedra, constará de

1) un total correlativo activo,

2) un total correlativo pasivo,

3) y un total correlativo conectivo, es a saber, de la unión de los dos correlativos precedentes.

7.- ¿Qué nombre damos al total correlativo activo? -Forma.

¿Qué nombre daremos al total correlativo pasivo? -Materia.

-¿Qué significa el total correlativo conectivo? -Significa la inseparabilidad de la Forma y la Materia.

8.- ¿Cómo hemos llegado a esta conclusión que es evidentemente aristotélica?

-Partiendo de la Idea platónica.

Es decir, partimos de la siguiente tesis del Platonismo cristianizado por Lulio:

La Idea o principio imparticipado del ser de las criaturas, transcendente y universal, produce, a su imagen y semejanza, un principio (que es participado) del ser de las cosas, inmanente en éstas y particular.

9.- Infiero yo de aquí, que la Idea platónica, generadora de las cosas sensibles, explicada por el Beato Raimundo Lulio, contiene en sí misma los dos principios substanciales que Aristóteles requiere en la constitución de un ser material.

Infiero yo de aquí, que la Idea platónico-luliana es, a la vez, principio activo y principio pasivo del ser de las cosas.

Infiero yo de aquí, que la Idea platónico-luliana es, a la vez, Forma y Materia aristotélicas.

Que es lo que queríamos demostrar.

Resultan, pues, conciliados, en este segundo punto del problema cosmológico, la Academia y el Peripato.

II

1.- Pero esa Forma substancial y esa Materia prima, contenidas en la Idea platónico-luliana, tienen a su vez, cada una de ellas, sus constitutivos esenciales.

-¿Cuáles son?

Escuchad.

2-La esencia total de los seres materiales es la fuerza resultante de las esencias parciales denominadas bondad, grandeza, duración, etc.

3.- Cada una de estas esencias parciales tiene su principio activo o Forma y su principio pasivo o Materia.

La Forma o principio activo de la bondad se llama el bonificativo.

La Forma o principio activo de la grandeza se llama el magnificativo.

La Forma o principio activo de la duración se llama el durificativo. Y así de las otras esencias parciales.

4.- La Materia o principio pasivo de la bondad se llama el bonificable.

La Materia o principio pasivo de la grandeza se llama el magnificable.

La Materia o principio pasivo de la duración se llama el durificable. Y así de las otras esencias parciales.

5.- Ahora bien, ¿qué será la Forma substancial de los seres materiales, según esa teoría platónico-aristotélico-luliana?

-La Forma substancial de los seres materiales será la fuerza resultante del bonificativo, magnificativo, durificativo, etc., o sea, la fuerza resultante de todas las formas parciales o principios activos parciales.

6.- ¿Qué será la Materia prima, o sea, el otro de los constitutivos esenciales del ser material?

-La Materia prima, o sea, el otro de los constitutivos esenciales del ser material, será la fuerza resultante del bonificable, magnificable, durificable, etc., esto es, la fuerza resultante de todas las materias primas parciales o principios pasivos parciales.

III

1.- Esta Forma substancial, que el Beato Lulio teoriza, concordando a Platón con Aristóteles, ¿desempeña el mismo papel que la Forma substancial excogitada por Aristóteles?

Esta Materia prima substancial que establece el Beato Lulio, en su conciliación platónico-aristotélica, ¿reúne las mismas condiciones que la Materia prima substancial de los Peripatéticos?

-Respondemos afirmativamente a las dos preguntas.

Veámoslo, aunque sea cinematográficamente, porque, de lo contrario, Lulio no habría resuelto la conciliación que anhelamos.




ArribaAbajoArtículo 3.º

Del papel que la Materia prima representa en la constitución de los seres corporales, según la Filosofía Luliana.


Vamos a demostrar, con textos en la mano, que la concepción luliana de la Materia prima es la misma que la de Aristóteles.

¿Qué papel representa la Materia prima en la formación de los cuerpos, según el Filósofo de Estagira?

-Nos lo dirá sabiamente la Cosmología del Profesor del Instituto Superior de Filosofía, de Lovaina, D. Nys:

a) la Materia prima es un ser indeterminado o confuso y, por ende, imperfecto: no tiene forma substancial alguna;

) la Materia prima es algo verdaderamente real;

c) la Materia prima es pasiva;

d) la Materia prima depende de la Forma substancial;

e) la Materia prima tiene una tendencia inmanente;

f) la Materia prima es un sujeto susceptible de recibir todas las formas esenciales de los seres corpóreos;

g) cada cuerpo posee cierta cantidad de materia: contra el panteísmo;

h) el principio de individuación es la materia afectada por la cantidad.

Pues bien; todas estas afirmaciones aristotélico-tomistas hállanse también en las obras del Beato Lulio, cuyos textos, confirmatorios de nuestras palabras, van a leer nuestros lectores enseguida.

Y hecho esto, haremos otro tanto con la Forma substancial: es a saber, probaremos, con textos lulianos en la mano, que el papel asignado a la Forma, en la constitución de los cuerpos, por la Escuela de Lovaina, es el mismo que a la Forma señala también nuestro Doctor y Maestro.

Para demostrar que la Forma y la Materia, contenidas en la Idea platónico-luliana, desempeñan el mismo papel que la Forma y la Materia de Aristóteles, ¿qué mejor medio que repetir los caracteres y las funciones, que a la Materia y a la Forma asigna la autorizadísima Escuela aristotélica de Lovaina, y poner debajo de cada una de dichas funciones y caracteres los textos correspondientes del Beato Lulio, que confirman nuestra tesis?

Como no se ocultará a nuestros avisados lectores, ese trabajo es absolutamente necesario para toda concordia platónico-aristotélica que pretenda ser satisfactoria y decisiva.

a).

1.- Escribe D. Nys: la Materia prima es vierge de toute détermination substantielle32.

Lo mismo escribió nuestro Beato, «Ait Materia: Sum ergo ens existens in potentia ad omnes substantias particulares.» (Cap. II.)

«Rursus ait Materia: In mea natura non invenitur Forma quae sit ex me atque propter me.» (Cap. II)

2.- Dice Nys hablando de la Materia prima: «exprime un état particulier de l'être corporel, une indétermination, ou mieux, une imperfection relative.» (Pág. 176.)

Los conceptos de indeterminación o confusión y de imperfección aplícalos igualmente Lulio a la Materia prima: según él, la determinación y la perfección corresponden a la Forma.

«Ait Forma: Ego sum ens determinatum... Materia autem est ens confusum.» (Cap. I)

«Ait Forma: Ego sum ens perfectum... Materia per me est perfecta, et non per se33

b).

1.- Dice D. Nys: La Materia prima es algo real, porque «elle a sa place marquée dans le monde des existences, puisqu' elle concourt avec la forme, à, titre de principe physique consubstantiel, à la constitution da corps réel.» (Pág. 178.)

Lo mismo enseña el Beato. «Ait Forma: Ego et Materia intrinsece constituimus substantiam individuatam.» (Cap. I.)

«Iterum ait Materia: ... de me et per me sum pars substantiae; et sine me substantia esse non potest.» (Cap. II.)

«Ait Materia: Ego sum ens ex quo fit aliquid passionando, et hoc substantialiter.» (Cap. II.)

«Materia... est substantialis: ut puta, materia rosae, equi et hujusmodi.» (Cap. II.)

2.- Dice D. Nys, hablando de la Materia prima, que no es privación de ser; que sería un error enumerarla entre las entidades lógicas: «ce serait une erreur de la reléguer parmi les entités logiques.» (Pág. 177.)

El Beato escribe lo mismo.

«Ait Materia: Non sum privatio.» (Cap. II.)

Y la palabra privación, en boca del Beato y de los demás escolásticos, equivale a no-ente.

Léanse, si no, estas palabras de nuestro Maestro y Doctor:

«Nulla res est tam propinqua ipsi non-esse, sicut privatio.»34.

¿Cómo relegar a la Materia prima entre las entidades lógicas o puramente ideales, si ella es aquel ente del cual se hace algo?

«Ait Materia: Ego sum ens ex quo aliquid fit.»35.

Y aquí, sí que resultan aplicables las consabidas palabras: de la nada, nada se hace.

Luego, según la Filosofía Luliana, la Materia prima es algo verdaderamente real.

c).

1.- Repetidamente escribe D. Nys: «La Matière première est une puissance passive.» (Pág. 178.)

El Beato Lulio: «La Materia es principio esencial al cual compete propiamente la pasión; y por cuya razón es pasiva la substancia compuesta.»36.

2.- Dice D. Nys: «On comprend que la première détermination dont elle (la Materia prima) est susceptible ne peut être qu'une forme substantielle.» (Pág. 178.)

El Beato Lulio: «Materia est passivum subjectum quod possidetur per Formam37.

3.- D. Nys: «La compléte potentialité qui la caractérise n'est donc pas une propriété adventice...: par son essence aussi, elle est une puissance passive.» (Pág. 178.)

El Beato Lulio: «Materia est ens propriè et maximè sub passione consistens; eò quod inter materiam et passionem nihil mediat.»38.

d).

1.- Dice D. Nys: la materia depende intrínsecamente de la forma: «Aussi dépend-elle intrinsèquement de la forme.» (Pág. 179.)

Escribe el Beato Lulio: «Forma est domina materiae.»

«Nulla Materia vivit sine Forma.»39.

«Ait Materia: ... et nisi essem cum... Forma conjuncta... non haberem cum quo essem... passio, et sic non essem... Materia.» (Duodecim... cap. II).

2.- Dice D. Nys, que, en sentir de Santo Tomás, Dios no podía crear la materia prima despojada de la forma.

Escribe el Beato Lulio: «Utrum materia possit esse sine forma.»

Da sus razones, y concluye que no: «stat negatio vera in conclusione.»

Y añade, que ni ello era posible a la omnipotencia de Dios. «Item, posito quod Materia possit esse sine Forma, posset Deus aliquid facere absque aliqua utilitate; quoniam si materia esset sine forma, ex ipsa aliqua utilitas sequi non posset.»40.

3.- Dice D. Nys, que es una ficción poética la hipótesis según la cual el Cosmos, salido inmediatamente de la Creación, era una materia despojada de forma.

Afirma después que, desde el primer instante de la creación, todas las materias primas hallábanse directamente unidas a las formas esenciales de los cuerpos minerales.

Lo mismo enseña el Beato Lulio.

El Cosmos poético de que habla D. Nys no es el Cosmos de la hipótesis luliana.

Dice Lulio: Dios creó el Cosmos; en el mismo instante de la creación del Cosmos, fueron creadas las semillas causales de todos los seres, exceptuada el alma racional; los seres nada añaden a la esencia del Cosmos; aquellas semillas constituían el Cosmos; todos los seres fueron creados en el Cosmos; y los seres proceden del Cosmos en virtud de diversas transformaciones de dicho Cosmos41.

Y añade: El Cosmos era la fuerza resultante de una Materia primera y de una Forma primera.

En esta Materia y Forma (que califica de universales) estaban contenidas todas las materias y formas substanciales de los cuerpos minerales A, B, C... y, además, las materias y formas accidentales de los mismos cuerpos42.

3.- Quien conozca la teoría cosmológica del Beato, no puede atribuir a nuestra Escuela la hipótesis de una materia cósmica despojada de forma.

-¿Qué es el Cosmos de la hipótesis luliana?

-Es la fuerza resultante de unas participaciones finitas de los Atributos de la Divinidad. y esas participaciones son esencias parciales.

-¿Qué son cada una de tales esencias parciales?

-Es la fuerza resultante de una acción y de una pasión, es decir, de una forma y de una materia.

En consecuencia, el Cosmos de la hipótesis luliana se compone esencialmente de materia y forma.

e).

1.- Escribe D. Nys: la Materia prima tiene una tendencia inmanente. «Les scolastiques reconnaissent à la Matiére une tendance innée, appetitus innatus, naturalis, une appétence naturelle pour les formes essentielles.» (Pág. 179).

Lo mismo había escrito antes el Arcangélico Doctor: «Quia Materia potest esse sub multis formis, habet magnum appetitum43.

Además, es indudable que, según el Beato Lulio, hay en la Materia prima una tendencia inmanente, puesto que enseña que la esencia de los cuerpos vulgarmente dichos inorgánicos, viene constituida por una alma.

¿Cuál es el contenido de esa alma?

-Es la fuerza resultante de unas esencias parciales, entre las cuales se cuenta, como es sabido, la llamada voluntad o apetito natural.

Otra razón. ¿Qué es la Materia prima de que hablamos al examinar las corrupciones y consiguientes generaciones de los cuerpos?

-Es la manifestación o irradiación extrínseca de la llamada, en la Escuela luliana, Materia esencial.

-¿Qué es la Materia esencial?

-Es la fuerza resultante de los correlativos pasivos de unas esencias parciales, entre las cuales se cuenta la denominada voluntad o apetito natural.

De consiguiente, traducimos el Lulismo al lenguaje moderno, y con muchísima razón, al establecer que, en sentir del Maestro, hay en la Materia prima una tendencia inmanente.

2.- Continúa D. Nys: «En lui attribuant cette sorte de désir instinctif, l'École voulait simplement mettre en relief la destination naturelle de la matière aux formes spécifiques.» (Pág. 180).

Lo mismo escribía nuestro Doctor y Maestro: «Ait Materia: Sum ergo ens existens in potentia ad omnes substantias particulares sub Formis particularibus existentes.»44.

f).

1.- El último texto luliano que acabamos de citar, donde el Maestro pone en boca de la Materia prima las siguientes palabras: «Yo soy un ente que está en potencia para constituir la substancia que se quiera revestida de la forma correspondiente», no enseña otra cosa sino que la Materia prima evoluciona, es decir, que es un sujeto susceptible de recibir todas las formas esenciales de los seres corpóreos.

Y ésta es la doctrina tomista interpretada por Nys, quien dice: «Évolution de la Matière première. -D'aprés un adage communément reçu chez les scholastiques, la matière première se prête a l'information de toutes les formes essentielles de la nature.» (Pág. 180).

2.- Más todavía. Escribe D. Nys: «Grâce surtout a l'analyse spectrale, l'identité de nature des corps célestes et des corps sublunaires est devenue aujourd'hui un fait hors de toute conteste.» (Pág. 182).

En esta cuestión habíanse equivocado Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, quienes establecieron una distinción de naturaleza entre la materia celeste y la materia terrestre.

Ahora bien; ¿qué pensaba acerca de este particular el Beato Raimundo Lulio? ¿Equivocóse también, como los Escolásticos? ¿o adelantóse, por lo contrario, a los cánones de la ciencia moderna?

Podemos responder que, tocante a este punto y a otros muchos, la Física Luliana era superior a la de Aristóteles y de los escolásticos de la Edad Media: en la cuestión que nos ocupa, el Beato Lulio está de acuerdo con las ciencias naturales de nuestra época.

Eacute;l pone en boca de la Materia prima las siguientes palabras: Yo constituyo la materia de las estrellas del cielo, y la de los elementos de la tierra e igualmente la de todas las cosas nacidas de los elementos. «Ait Materia: Et ex omnibus passionibus... sum composita, et per totum coelum et etiam per omnia elementa et elementata sum extensa atque mota.»

«Rursus dixit Materia: Situata sum in circulo in coelis, in elementis, in elementatis.» (Lugar citado). Luego, según Lulio, la materia celeste tiene la misma naturaleza que la materia terrestre.

g).

Tocante a la unidad de la Materia prima establece Nys, contra el panteísmo, que cada uno de los cuerpos de la naturaleza posee cierta cantidad de materia. «En fait, tous les corps de la nature possedent en propre une certaine quantité de matière. Il existe donc autant de substrats matériels ou de portions distinctes de matière première qu'il y a d'individus corporels.» (Pág. 183).

No dice menos nuestro Doctor y Maestro cuando pone en boca de la Materia prima del Cosmos, o Nebulosa que salió inmediatamente de la Creación divina, las palabras que siguen: «A la manera que del mar salen, y a él vuelven, todas las aguas de los ríos, así también de mí salen, y a mí vuelven, todas las materias de los seres particulares o concretos A, B, C.» «Ait Materia: Sum absoluta passio sub absoluta forma cum qua sum conjuncta; et sicut ex mari derivantur omnes aquae fluviales et ad istud revertuntur, sic a me derivantur omnes materiae particulares et ad me revertuntur, quia absoluta sum.» (Lugar citado).

Si la materia prima de los seres particulares A, B, C, se deriva de la Materia prima del Cosmos, evidente cosa es que cada ser particular contiene una porción distinta de materia prima. Según Lulio, la materia prima es una, pero no con unidad numérica.




ArribaAbajoArtículo 4.º

Del papel que representa la Forma substancial en la constitución de los seres corporales, según la Filosofía Luliana.


A tenor de lo prometido, vamos a demostrar, con textos en la mano, que la Forma substancial, excogitada por el Beato Lulio para conciliar a Platón con Aristóteles, es la misma de la Escuela peripatética.

¿Qué papel representa la Forma, en la constitución de los cuerpos, en sentir del Estagirita?

-Nos lo dirá también el profesor de Lovaina D. Nys.

La Forma substancial

a) es una entidad determinada, activa o actual y perfecta;

) es principio del ser;

c) es principio de la conservación del ser;

d) es principio radical de acción;

e) y, finalmente, es principio de finalidad.

a).

1.- Sobre la naturaleza de la forma substancial escribe D. Nys, que la forma es una entidad determinada, activa, perfecta; que la forma es el primer acto de la materia. «Tandis que la matière première ne nous offre que du non déterminé, du potentiel, la forme au contraire ne contient, dans la totalité de son être, que du déterminé et de l'actuel. La matière est une puissance, la forme en est l'acte premier, le perfectionnement substantiel dont elle a besoin pour devenir un corps naturel.»45.

Oigamos ahora al Beato Lulio: «Ait Forma; Ego sum ens determinatum, cum sic activa...

«Ait Forma: Ego sum ens perfectum; et ideo sum appetibilis a materia, ratione cujus appetibilitatis in communi appeto agere in materiam et materia pati.»46.

2.- A pesar de esa perfección que el Beato atribuye a la forma, dice claramente él mismo, que la forma no goza de subsistencia individual, separadamente de la materia; en conformidad con Aristóteles y Santo Tomás.

Pues dice Nys: «Aunque (la forma) sea la fuente primordial de todas las perfecciones del ser, depende, no obstante, de la materia prima, hasta el punto de no poder nacer, ni existir, fuera de este sujeto connatural.»47.

Y en el Beato Raimundo leemos lo siguiente: «Ait Forma: Sum substantia in potentia, hoc est, quod cum materia constituo unam substantiam.»48.

«Forma activa vivit per passivam.»49.

De consiguiente, la forma substancial, conciliadora de Platón y Aristóteles, que nos enseña la Filosofía Luliana, es una verdadera determinación y entidad perfecta, y, como tal, fuente de todas las perfecciones del ser especificado, ni más ni menos que la forma substancial enseñada por el Liceo.

b).

Escribe D. Nys: la forma substancial es principio del ser. «C'est sous ce titre que très souvent le philosophe médiéval se plaît à désigner la forme substantielle.»50.

Lo mismo había enseñado el Arcangélico Doctor: la forma es lo que da el ser a las cosas, como el alma lo da a los cuerpos. «Ait Forma: Ego sum ens quod do esse rei.»51.

«Forma est id quod dat esse rei, sicut anima quae dat esse corpori.»52.

c).

De la doctrina anterior infiérese, en buena lógica, la proposición siguiente: la forma de que hablamos, es principio de la conservación del ser.

Así lo entiende D. Nys: «La philosophie... comprend, sous le nom de forme, tout ce qui donne aux êtres, d'une manière quelconque, un cachet d'actualité53.

Y lo mismo enseñaba nuestro Doctor y Maestro.

«Ait Forma: Ego sum conservans substantiam activando; et hoc, propter quod sum finis: et Materia, passionando, cum se habeat ad me.

Et ideo in ipsa conservatione sum primitiva; Materia autem, consecutiva...

Iterum ait Forma: Sicut dictum est de conservatione substantiali, ita suo modo intelligi potest de conservatione accidentali...

Et ideo, cum sim Forma substantialis, mihi competit conservatio formae accidentalis, non autem Materiae.»54.

La conservación de los seres, sea substancial, sea accidental, es debida a la forma.

En esa conservación, claro está, interviene asimismo la materia, ya que ésta es, igualmente que la forma, un principio esencial. Empero, el papel primitivo y principal lo representa la forma.

Toda actualidad de los seres, substancial o accidental, se debe a la Forma, no a la Materia.

La conservación de las formas accidentales de los cuerpos ¿a quién es debida? ¿A la materia prima? -No: a la forma substancial. Ya hemos leído el texto luliano. Pues lo mismo dice D. Nys. Después de haber hablado de las formas accidentales, escribe: «Mais sous ces caractères secondaires se trouve une réalité d'elle-même subsistante. Or, ce fond unique, cette sorce d'ou jaillissent toutes les propriétés distinctives de l'être est aussi quelque chose de déterminé, de spécifié...

Cette empreinte profonde... porte le nom de forme substantielle...»55.

d).

Dice D. Nys, que la forma es un principio radical de acción. «La forme cependant s'appelle, à juste titre, un principe radical d'action.»56.

La forma substancial, que armoniza a la Academia con el Peripato, es igualmente principio de acción. Pues dice el Beato Lulio: «Forma est ens propter quod actio maxime consistit. Cum extra formam nulla actio posset substineri.»57.

«La Forma es principio esencial por el cual consiste particular y principalmente la acción.»58.

La forma actúa sobre la materia; y de la forma nacen la acción substancial y la verdadera acción predicamental. «Ait Forma: Quia sum in Materia prima... activando oritur ex me substantialis actio et vera actio praedicamentalis cum qua ego in Materiam primam, operatus sum.»59.

«Ait Forma: Ego sum actio. Formae sunt activae existendo et agendo. Alio modo materia haberet actionem et ego passionem sub ipsa, quod est impossibile.»60.

«Actio est instrumentum formae; et passio est instrumentum materiae.»61.

e).

1.- Según el aristotelismo-tomista, interpretado por D. Nys, reina en el universo un sistema completo de leyes armónicas. Cada ser, siguiendo los impulsos de su propia naturaleza, concurre a la realización del fin del universo.

«Tout être porte donc en son sein une sorte de ressort intime, de force plastique qui l'oriente vers sa fin individuelle.»62.

Ahora bien; la afirmación de que lleva cada ser, en el pliegue más recóndito de sus entrañas, esa especie de resorte íntimo, de fuerza plástica, que le orienta hacia su fin individual, es igualmente una de las doctrinas capitales del Lulismo.

Y en tanto es así, que, según la Escuela, una de las esencias parciales de todo ser creado es la llamada fin.

En Dios, el fin es una perfección simplemente simple; es un atributo relativo ad intra.

Dios es fin, como Dios es bondad, grandeza, eternidad.

Dios es «principio de finalidad.»

Pues bien; en sentir del Arcangélico Doctor, una participación del atributo divino ad intra llamado fin, forma y constituye una de las esencias parciales de todo ser creado, a la cual damos también el nombre de fin.

La armonía que reina en el universo no es más que la semejanza de la armonía que reina en la Divinidad.

Y cuando todo ser creado, siguiendo las vías que le trace de antemano su propia naturaleza, concurre a la realización del fin armónico del universo, no hace otra cosa que obrar en conformidad con una de sus esencias parciales, llamada fin, la cual no es sino la participación del atributo divino fin, al que podríamos en cierta manera apropiar (como el poder lo apropiamos al Padre, la sabiduría al Hijo y el amor al Espíritu Santo) la armonía que reina en la Divinidad.

2.- Continúa diciendo D. Nys: «Ainsi les corps simples de la chimie tendent a former des composés d'une complexité croissante, non au hasard, mais d'après un ordre stable, fixé par les lois de l'affinité chimique. Ces synthèses sont autant de buts imposés à leurs activités naturelles.»63.

Esto mismo es lo que enseña el Beato Raimundo Lulio cuando dice: Las esencias parciales, invisibles en sí mismas, son perceptibles de un modo u otro al hombre por sus efectos o manifestaciones;

Cada esencia parcial tiene sus manifestaciones o irradiaciones extrínsecas;

Pues bien; es de saber que «la tendencia de los cuerpos simples de la Química a formar ciertos compuestos de una complejidad creciente, no al azar, sino en virtud de un orden estable, fijado por las leyes de la afinidad química, es una manifestación o irradiación extrínseca de la esencia parcial llamada fin, que entra a formar parte de la esencia total de un cuerpo simple cualquiera.»

Es doctrina luliana que todos los hechos químicos y todos los hechos físicos no son sino manifestaciones o irradiaciones extrínsecas de las consabidas esencias parciales de los cuerpos.

3.- Todavía habla D. Nys: «Le principe de cette finalité interne est la forme essentielle.»64.

Lo mismo encontramos en nuestro Beato. Dice la Forma: Yo soy el principio de la conservación del ser en virtud de mi actividad. ¿Por qué? -Porque yo soy el principio de la finalidad interna de las substancias; yo soy verdadera y propiamente fin.

«Ait Forma: Ego sum conservans substantiam activando; et hoc, propter quod sum finis.»

La forma substancial es el principio de finalidad de la materia prima. La materia es para la forma; no la forma para la materia.

«Dixit Forma: ... quia finis ejus (de la materia prima) sum, cum sim propter me, et ipsa (la materia) non propter se, sed propter me.»65.

Según hemos dicho al principio, todo ser tiende al fin armónico del universo: toda criatura tiene su finalidad. Y como esa finalidad es algo objetivo, es lo último de una cosa. Por esto dice nuestro Doctor y Maestro, que la finalidad o el fin de una sustancia es su última forma.

«Finis est ultima forma.»66.

Basta. Parece ser que lo dicho es suficiente para poder afirmar que la forma substancial, armonizadora de los dos filósofos griegos, que Lulio preconiza, es principio de la finalidad, ni más ni menos que la forma substancial de los aristotélicos.




ArribaAbajoArtículo 5.º

De la unión de la materia y forma, o de la constitución del ser especificado.


La materia prima y la forma substancial son los constitutivos intrínsecos de las substancias individuadas.

Hablando del compuesto substancial, escribe D. Nys: «Nous avons étudié isolément chacune des parties constitutives de l'être corporel; mais, en fait, ces deux parties sont unies l'une à l'autre par un lien d'interdépendance si intime qu'elles forment un seul être au double point de vue de la substance et de l'activité.»67.

La mismísima doctrina profesaba el Doctor Arcangélico cuando escribía lo siguiente:

a) «Ait Forma: Ego et Materia intrinsecè constituimus substantiam individuatam.»

La forma y la materia son los constitutivos intrínsecos de la substancia individuada o concreta.

) «Dixit Forma: Ego et Materia unam analogiam constituimus tamen ego primitivè, et ipsa Materia ex consequenti.

Et ratio hujus est quia, in motu, ego sum inceptiva ratione actionis, et Materia est consecutiva ratione passionis.»68.

En la constitución del ser corporal, la forma tiene cierta prioridad sobre la materia, porque ésta es pasiva y aquélla es activa.

c) «Substantia est ex forma et materia.»69.

El compuesto substancial es la fuerza resultante de la unión de la forma y la materia.

d) «Omnis substantia prius est principiata per Formam, quam per Materiam.»70.

Aunque la forma y materia no pueden subsistir separadamente, la forma es lógicamente anterior a la materia por la razón ya dicha, es decir, porque toda acción es lógicamente anterior a la pasión.

Conclusión

En los artículos anteriores hemos podido ver:

1) Que la idea platónico-luliana es, a la vez, principio activo y principio pasivo del ser de las cosas corporales, esto es, Forma y Materia.

(NOTA.- El Beato Lulio aplica esta misma teoría o doctrina al constitutivo del alma de los brutos, del alma racional y aun del ángel.)

De consiguiente, la Idea platónico-luliana explica satisfactoriamente la constitución de los seres materiales dentro del Sistema aristotélico, pues aquella Idea equivale, ella sola, a la Forma substancial y Materia prima del Peripato.

2) Hemos explicado luego cuáles son los principios intrínsecos y esenciales que constituyen la Forma substancial y la Materia prima contenidas en la Idea platónico-luliana. Y hemos visto también que esta Forma y esta Materia platónico-lulianas equivalen a la Forma y Materia de los aristotélicos.

Pero ¿nos han explicado jamás los aristotélicos cuáles sean los principios intrínsecos y esenciales constitutivos de la Forma y de la Materia que ellos preconizan?

3) Por último, hemos visto que la Forma substancial y la Materia prima substancial, que el Beato Lulio teoriza y enseña para concordar la Academia y el Liceo, desempeñan el mismo papel, o sea, las mismísimas funciones, que la Forma y la Materia de Aristóteles.




ArribaAbajoArtículo 6.º

El principio activo y el principio pasivo de la Idea platónico-luliana son inseparables necesariamente; o, lo que es lo mismo, la Forma substancial y la Materia prima que concilian, en este punto, a Platón con Aristóteles, y que Lulio excogitada, no pueden subsistir aisladas una de otra, ni más ni menos que la Forma y la Materia de los Peripatéticos.


1.- Algo hemos dicho de esto poco ha; pero, es tanta su importancia, que no holgarán ciertamente algunas líneas más.

La Forma y la Materia de la Escuela peripatética son inseparables.

Dice D. Nys: «Les deux principes constitutifs de l'essence corporelle sont incapables de subsister isolément.»71.

Poco antes había dicho:

«Es tal la dependencia de la Materia con respecto a la Forma determinante, que si el Creador despojara de toda determinación o Forma específica a la Materia prima, ésta volvería a la nada. Ni es posible a la omnipotencia de Dios, si hemos de creer a Santo Tomás y a otros, el conservar la Materia prima despojada de toda Forma substancial.»

2.- Pregúntase ahora: la Forma y la Materia, contenidas en la Idea platónico-luliana, que Lulio excogitara para la concordia consabida, ¿son tan inseparables como la Forma y la Materia del Peripato?

-Ni más ni menos.

Pruebas.

Hemos dicho que la Bondad es una esencia creada.

Hemos dicho también que esta esencia consta de su acto propio, esto es, de Forma, de Materia y de la unión de Forma y Materia.

Es a saber, que la Forma y la Materia son inseparables en la constitución de la esencia llamada Bondad. Que no pueden existir aisladas una de otra.

Separo la Forma de la Materia. ¿Existe la esencia Bondad?

-No.

-¿Puede Dios crear la esencia Bondad, pero de manera que, en esta esencia, la Forma subsista separada de la Materia?

-Dios, que todo lo puede, no puede esto.

3.- Examinada la Bondad bajo otro aspecto podemos todavía preguntar: ¿puede Dios hacer que la Forma subsista sin Materia, o que la Materia subsista sin la forma?

-Dios, que todo lo puede, tampoco puede esto.

-¿Por qué?

-Porque según el Beato Raimundo Lulio, las esencias Bondad, Grandeza, Duración, etc., son verdaderas, reales y substanciales actividades.

Pero una actividad no es tal, si no tiene un principio activo o Forma.

Una actividad no es tal, si su principio activo está ocioso, esto es, si no obra sobre algo, sobre el principio pasivo o Materia.

Ahora bien; ¿puede acaso el principio activo obrar sobre el principio pasivo, sin estar unido con él?

-Es evidente que no.

Luego toda actividad o esencia tiene unidos su principio activo y su principio pasivo.

O, lo que es lo mismo, la Forma no puede subsistir separada de la Materia.

4.- ¿Puede Dios hacer que una actividad esté ociosa?

-No, porque, entonces, ya no habría actividad.

De consiguiente, tampoco es posible a la Omnipotencia divina, según el Beato Lulio, el que la Forma y la Materia subsistan aisladamente.

5.- Hable el Doctor Arcangélico.

«Bonitas est ens ratione cujus bonum agit bonum.

Quae quidem Bonitas non posset esse ratio bono ut bonum produceret vel ageret absque tribus correlativis, quae sunt bonificans (Forma), bonificabile (Materia) et bonificare (Unión de forma y materia) sine quibus bonum non potest esse agens bonificans ipsum bonificatum neque bonificare ab utroque.

Quae quidem tria correlativa distincta esse debent et ab omni confusione remota, ita quod unumquodque ipsorum in suo numero et voce remaneat, videlicet, quod bonificans (Forma) non sit bonificabile (Materia) vel bonificare (Unión o inseparabilidad de la forma y materia), neque e converso.»

6.- Habla después de la esencia llamada Grandeza:

«Magnitudo est ens ratione cujus Bonitas, Duratio et caetera Principia sunt magna.

Quod esse non posset si non haberet tria correlativa ad invicem distincta, videlicet magnificativum (Forma), magnificabile (Materia) et magnificare (Unión de la forma y materia.)

........................................................

Hoc autem fieri non potest absque tribus correlativis supradictis, realibus, substantialibus, voce et propria ratione distinctis.

Unde tota magnitudinis essentia naturam habet activam, passivam et connexivam individuam, et ab omni vacuitate et ociositate remotam.» (Liber Correlativorum; pág. 22 y siguientes. -Opera parva, tom. I. -Palma de Mallorca, 1744.)

7.- Lo mismo puede decirse de las demás esencias Duración, Poder, Sabiduría, etc., constitutivas del ser corporal; y, por lo tanto, lo mismo puede decirse de la esencia total, esto es, de la Forma total y de la Materia total que son las que, en último resultado, constituyen substancialmente el ser corporal.

8.- ¿Qué hemos visto en este Capítulo?

-Lo siguiente:

LA ESENCIA DE LA COSMOLOGÍA LULIANA; y, en ella, la conciliación de Platón con Aristóteles en el orden cosmológico.