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11

Durante todo el trabajo utilizo como sinónimos los conceptos de «fábula mitológica» y «epilio». Véanse al respecto M. T. Callejas, «El carmen LXIII de Catulo: la cuestión del género literario», Actes del Ixè Simposi de la Secció Catalana de la S. E. E. C., Barcelona, Universidad de Barcelona, 1991, págs. 159-166; y A. Perutelli, La poesia epica latina. Dalle origine all'età dei Flavi, Roma, Carocci Editore, 2000, págs. 49-82. J. Ponce Cárdenas revalida la aplicación del término «epilio» a la poesía barroca de orden gentílico en varios trabajos: «La Fábula de Polifemo y Galatea», Góngora y la poesía culta del siglo XVII, Madrid, Ediciones del Laberinto, 2001, págs. 63-73; Cinco ensayos polifémicos, Málaga, Universidad de Málaga, 2009; «Góngora y el conde de Niebla. Las sutiles gestiones del mecenazgo», Criticón, 106 (2009), págs. 99-146; El tapiz narrativo del Polifemo: eros y elipsis, Barcelona, Universitat Pompeu Fabra, 2010.

 

12

D. R. Reedy, The Poetic Art of Juan del Valle y Caviedes, Chapell Hill, The University of North Carolina Press, 1964, págs. 67 y 69. L. J. Cisneros, «Estudio crítico», en J. del Valle y Caviedes, Obra completa, págs. 91-210, sugiere que «Góngora es otra presencia viva: asoma más de una vez aquí y allá como oportuno pretexto para la burla, bien como una sutil reminiscencia de temas y lenguaje. [...] Lo que interesa es consignar solamente que también está Góngora presente: su aire, sus recursos, sus imágenes» (pág. 132).

 

13

D. Alonso, «El Polifemo de Góngora, como ejemplo de poema barroco. Gran influjo tradicional y deseo de expresión nueva. El contraste de lo bello y lo monstruoso», en Góngora y el Polifemo, en Obras completas. Góngora y el Gongorismo, Madrid, Gredos, 1984, VII, págs. 207-229 (pág. 229).

 

14

M. Blanco, «La estela del Polifemo», Actas del XII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas. Birmingham, 1995, ed. Jules Whicker, The University of Birmingham, 1998, II. Estudios áureos I, págs. 42-59. Véanse R. Osuna, «Una imitación de Lope de la Fábula de Polifemo ovidiana», Bulletin Hispanique, LXX, n.º 1-2, 1968, págs. 5-19, y A. Alonso, «La metamorfosis del cíclope», en Poéticas de la metamorfosis. Tradición clásica, Siglo de Oro y modernidad, coords. G. Cabello Porras y J. Campos Daroca, Grupo de Estudios Literarios del Siglo de Oro (GELSO), Málaga, Universidades de Málaga y Almería, 2002, págs. 273-282. Amplía ahora el arco de referencias Jesús Ponce Cárdenas en las páginas introductorias a su reciente edición del epilio gongorino: Fábula de Polifemo y Galatea, Madrid, Cátedra, 2010, págs. 33-61 («El complejo diálogo con la tradición: invención gongorina y materia polifémica»).

 

15

Sobre la imitación gongorina continúa siendo clave el libro de A. Vilanova, Las fuentes y los temas del Polifemo de Góngora, Barcelona, PPU, 1992, 2.ª edición, págs. 13-51, así como los estudios de D. H. Darst, Imitatio. Polémicas sobre la imitación en el Siglo de Oro, Madrid, Orígenes, 1985, y J. Lara Garrido, «La práctica de la imitatio. Modos y funciones en la integración creadora de modelos», Los mejores plectros. Teoría y práctica de la épica culta en el Siglo de Oro, Anejo XXIII de Analecta Malacitana, Málaga, Universidad de Málaga, 1999, págs. 169-207. El concepto de imitación y sus deudas respecto a Ovidio, primero, y la Fábula de Acis y Galatea, de Luis Carrillo y Sotomayor, después, sedimentan el debate que sostuvieron J. García Soriano, «D. Luis Carrillo y Sotomayor y los orígenes del culteranismo», Boletín de la Real Academia Española, XIII, cuaderno LXV, 1926, págs. 591-629, y D. Alonso, «La supuesta imitación por Góngora de la Fábula de Acis y Galatea», en Obras completas. Góngora y el Gongorismo, Madrid, Credos, 1978, V, págs. 529-569. Se trata de un debate reformulado por W. Pabst, La creación gongorina en los poemas Polifemo y Soledades, Anejo LXXX de la Revista de Filología Española, trad. Nicolás Marín, Madrid, 1966, págs. 12-13. Véase también M. E. Lehrer, «The Fábula de Acis y Galatea of Carrillo y Sotomayor; a comparison with Ovid and Góngora», Classical Myth and the Polifemo of Góngora, Potomac, Maryland, Scripta Humanistica, 1989, págs. 36-51, y, sobre todo, A. Costa Palacios, «La Fábula de Acis y Galatea», La obra poética de Luis Carrillo y Sotomayor, Córdoba, Excma. Diputación Provincial, 1984, págs. 335-366. Para la fusión de tradiciones estéticas, culturales, pictóricas, etc., es básico el libro de E. Cancelliere, Góngora. Percorsi della visione, Palermo, Flaccovio Editote, 1990, págs. 8-9, quien ratifica su teoría en «Stereotipe iconiche nelle Soledades di Góngora», Da Góngora a Góngora, a cura di G. Poggi, Pisa, Edizioni ETS, Collana di Memorie e Atti di Convegni, 1997, págs. 229-242, y «La imagen científica y el Polifemo de Góngora», Góngora hoy VII. El Polifemo. Actas del Foro de Debate celebrado en la Diputación de Córdoba del 22 al 23 de abril de 2004, coord. y ed. J. Roses, Córdoba, Diputación de Córdoba, Colección de Estudios Gongorinos, n.º 5, 2005, págs. 19-47 (pág. 20). También pueden verse las citadas monografías de Jesús Ponce Cárdenas sobre la obra magna de Góngora: Cinco ensayos polifémicos, Málaga, Universidad de Málaga, 2009 y El tapiz narrativo del Polifemo: eros y elipsis, Barcelona, Universitat Pompeu Fabra, 2010. Del mismo estudioso, puede consultarse la reciente edición de la Fábula de Polifemo y Galatea, Madrid, Cátedra, 2010.

 

16

La procedencia bibliográfica de las fábulas de Castillo, Quirós y Miguel de Barrios es la que sigue: R. Bonilla Cerezo, Lacayo de risa ajena. El Gongorismo en la Fábula de Polifemo de Alonso de Castillo Solórzano, Córdoba, Diputación Provincial, Colección de Estudios Gongorinos, n.º 9, 2006; F. Bernardo de Quirós, Obras completas. Aventuras de don Fruela, ed. C. C. García Valdés, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1984, págs. 312-322. Véase también el artículo de C. C. García Valdés, «Una parodia de dos fábulas gongorinas», Hommage à Robert Jammes, édité par Francis Cerdan, Anejos de Criticón, 1, Toulouse, Presses Universitaries du Mirail, 1994, II, págs. 449-459; M. de Barrios, Flor de Apolo, ed. F. J. Sedeño García, Málaga, Universidad de Málaga, Colección de Autores Recuperados, 1996, págs. 70-77.

 

17

Véase R. Jammes, La obra poética de don Luis de Góngora, Madrid, Castalia, 1987, pág. 451, nota 6. Véase también A. Cruz Casado, «Secuelas de la Fábula de Polifemo y Galatea: versiones barrocas a lo burlesco y a lo divino», Criticón, 49, 1990, págs. 51-59, y «El Polifemo a lo divino (Salamanca, 1666), de Martín de Páramo y Pardo: deudas gongorinas», Góngora hoy VII. El Polifemo. Actas del Foro de Debate celebrado en la Diputación de Córdoba del 22 al 23 de abril de 2004, coord. y ed. J. Roses, Córdoba, Diputación de Córdoba, Colección de Estudios Gongorinos, n.º 5, 2005, págs. 89-106. A propósito de los sonetos de Marino sobre el mito, véase ahora R. Bonilla Cerezo y L. Garosi, «Con arguta sambuca il fier semblante: la Polifemeida de Giovan Battista Marino», en La hidra barroca: varia lección de Góngora, ed. R. Bonilla Cerezo y G. Mazzocchi, Sevilla, Junta de Andalucía, 2008, págs. 181-218.

 

18

M. Herrero-García, «Góngora», Estimaciones literarias del Siglo de Oro, Madrid, Editorial Voluntad, 1930, págs. 139-352. Véase especialmente «Segunda gloria de Góngora» (págs. 222-278). Son valiosas las páginas de C. Samoná en «Poesia, teatro: un incontro di forme. L'esperienza cultista nell'età di Lope» (1964), reimpreso en Ippogrifo violento. Studi su Calderón, Lope e Tirso, Milano, Garzanti Editore, 1990, págs. 109-187. Sobre la influencia en la novela corta del Seiscientos véase mi edición Novelas cortas del siglo XVII, Madrid, Cátedra, 2010 (en prensa).

 

19

E. Orozco Díaz, «El Barroco, lucha de contrarios», Temas del Barroco. De poesía y pintura, ed. facsímil, introducción por A. Sánchez Trigueros, Granada, Universidad de Granada, 1989, págs. XXXVI-XXXVIII.

 

20

J. M. Cossío, «Juan del Valle y Caviedes», Fábulas mitológicas en España, Madrid, Istmo, 1998, II, págs. 321-326, opina que «en el género de romances mitológico burlescos pocos habrá entre los poetas en castellano que le aventajen, ya que algunos puedan igualarle» (pág. 326).