21
P. Mendoza, «Gabriel García Márquez. Un caso perdido», en La llama y el yelo, ob. cit., p. 68.
22
Ibid., p. 82. Cfr. también las pp. 56-58.
23
Ibid., pp. 57-58. El mismo P. A. Mendoza escribe
en El olor de la guayaba, ob.
cit., p. 136: «Amigo de Castro, pero no de los gobernantes
rusos ni de los sombríos burócratas que dirigen el
mundo comunista: mirado con el rigor de muchos intelectuales
europeos, García Márquez no es fácil de
entender políticamente»
.
24
O. Collazos, ob. cit., p. 213.
25
P. Mendoza, Años de fuga, ob. cit., p. 24.
26
Ibid., p. 294.
27
P. Mendoza, «Gabriel García Márquez. Un caso perdido», en La llama y el yelo, ob. cit., p. 134.
28
P. Mendoza, Años de fuga, ob. cit., p. 94.
29
Ibídem. La misma desgarradora denuncia hace por lo que se refiere a su país el poeta salvadoreño David Escobar Galindo en sus Sonetos penitenciales.
30
P. Mendoza, «Gabriel García Márquez. Un caso perdido», en La llama y el yelo, ob. cit., pp. 51-54.