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ArribaAbajoArquitectura de españoles en la «Biennale Internazionale» de Venecia

Carlos Alberto CACCIAVILLANI



Universidad «G. D'Annunzio» Italia

La idea de la Exposición Internacional de Arte de la ciudad de Venecia fue concebida por un grupo de artistas y cultores de arte en las salas del café Florian de la misma ciudad, gobernada por una junta democrática, entre ellos Ricardo Selvático, alcalde de la ciudad veneciana. La propuesta de tal acontecimiento lleva como fecha el año 1893.

La primera inauguración tuvo lugar dos años más tarde, en 1895, con el nombre de Biennale di Venezia, los grandes jardines del castillo fueron elegidos como sede para la realización del evento, actualmente denominado «giardini» que en aquella oportunidad estaban destinados a las exposiciones nacionales de arte.

Realmente el suceso alcanzado por la bienal se comprueba por el número de visitantes: el año 1895 el número fue de 200.000, la siguiente, del año 1897 fueron 250.000 y la del año 1899, más de 300.000. Todo esto llevó a la promoción de los pabellones extranjeros, que fueron financiados hasta el año 1912 por la alcaldía de Venecia. Con la primera guerra mundial la Bienal sufrió un compás de espera hasta el año 1920, a esta espera le corresponde una pausa en las construcciones de los pabellones nacionales.

La segunda exposición de arte posbélica, en 1922, ve agregarse al repertorio arquitectónico de los Jardines el pabellón de España, cuya realización fue promovida por Mariano Benlliure, escultor y comisario del Gobierno español para la manifestación veneciana. En 1920 análogamente a lo que había sucedido con el pabellón sueco, la secretaría de la Bienal sugiere inicialmente una reconversión del pabellón alemán, todavía de propiedad municipal ya que Alemania no pudo asistir a la manifestación de 1920. En todo esto se sucede una serie de vicisitudes, comprobadas a través de cartas y telegramas, acerca de la representación española y de la compra o construcción de una sede para la Exposición Internacional de Venecia de 1922. Estos documentos están depositados en el Archivo Storico delle Arti Contemporanee, en el palacio Ca' Corner della Regina de la ciudad de Venecia265.

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Una carta de Mariano Benlliure, Director General de Bellas Artes de España, con fecha 4 de octubre del año 1919, dirigida al Comendador Vittorio Pica, secretario de la Bienal dice:

Ho gia fissato, nelle mie proposte, la somma occorrente per l'acquisto del Padiglione, oltre alle 150.000 pesetas, permanenti, per lo scambio artistico spagnolo all'estero.


(ASAC, S. N. P. 15)                


En la misma carta expresa que si existe la ocasión de poder vender a otra nación el Pabellón alemán que ofrecen a España, pueden hacerlo sin ningún problema, pues España, dice, no desea causar ningún perjuicio y agrega:

[...] con nostro rammarico, tutto si ridurra a farne noi poi un altro di nuova costruzione.


(Ibíd.)                


Es justamente aquí, donde aparece por primera vez la idea de una nueva construcción del pabellón español.

En otra carta del Director de la Academia de España en Roma, Eduardo Chicharro, dirigida a Vittorio Pica, hace notar el gran interés para que España tenga en la Bienal de Venecia el propio pabellón. El mismo director Chicharro, envía dos cartas, con fecha 10 de enero de 1920, una dirigida a Vittorio Pica y la otra a Antonio Fradeletto, considerando en ambas el problema de la nueva construcción del pabellón. El parágrafo de la carta dice:

Tempo fa, il nostro ambasciatore, ebbe a consultarmi ufficialmente circa la costruzione del Padiglione Spagnolo nell'Esposizione di Venezia. Non avendone però sentito più parlare e sapendo altresi ciò che spesso sucede in Spagna, temo che il progetto rimanga insoluto e giunga così la primavera, senza che nulla si sia concluso in proposito.


(ASAC, S. N. P. 15)                


En ambas cartas propone la construcción del pabellón, considerándola como de sumo interés para el arte español del pabellón, al mismo tiempo agrega que después de dicho pedido, él mismo podría ocuparse de la gestión ante su gobierno.

En otra carta enviada a Pica, que lleva fecha 23 de enero de 1920 el Director de la Academia de España en Roma, Eduardo Chicharro solicita que se envíe un informe al embajador español en Roma Marqués de Villa Urrutia, o a él mismo, sobre los acuerdos fijados para la Exposición.

En otra carta fechada Roma 20 de febrero de 1920, el Director de la Academia de España refiere a Vittorio Pica:

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In seguito al suo telegrama e alla sua lettera non desidero assumere responsabilità alcuna nell'affare dell'acquisto del padiglione spagnolo e nella progettata mostra d'arte nella prossima esposizione di Venezia.


(ASAC, S. N. P. 15)                


Agrega más adelante el Director de la Academia, que el amor que siempre ha profesado por su arte lo habría empujado para hacer todo lo imposible a fin de obtener tal propósito, añadiendo que la burocracia y la intervención oficial exigen dilaciones y trámites que paralizan o destruyen todas las energías y actividades personales.

En otra carta el Director de la Academia de España en Roma, dirigida al Secretario de la Bienal, fechada el 2 de marzo de 1920 expresa que ha tenido hasta ese momento sólo un coloquio con el embajador Marqués de Villa Urrutia, quien había enviado un telegrama al Director General de Bellas Artes de España en donde le solicitaba que se ocupara de la participación española en la exposición de Venecia. En otra carta del mismo director fechada 20 de marzo de 1920, comunica al Secretario de la Bienal que el Embajador de España en Roma, marqués de Villa Urrutia, había recibido un telegrama del Director General de Bellas Artes de España conde Peña Ramiro, quien le comunicaba en forma satisfactoria lo referido a la adquisición del pabellón ofrecido para la representación española en la Exposición de Venecia. El texto del telegrama es el siguiente:

Me dice Ministro consultara Consejo sobre representación España en la Exposición Venecia. En el próximo presupuesto figura cantidad para adquisición pabellón. Comunicaré más detalle en cuanto pueda.


(ASAC, S. N. P. 15)                


En otra carta el Director de la Academia de España en Roma, dirigida al Secretario de la Exposición de Venecia Vittorio Pica, le dice:

La Spagna ha stanziato in bilancio, 60.000 lire per l'acquisto del Padiglione della Germania, ofertogli da loro in detta somma.


(ASAC, S. N. P. 15)                


Se comprende de la carta que dicha cifra no era la que establecía la venta. Un telegrama de Mariano Benlliure a Vittorio Pica, con fecha 7 de junio de 1921, comunica que España puede pagar por el pabellón alemán ofrecido en venta sólo 60.000 liras por propiedad perenne. Aclara, además, que España no puede afrontar los elevados gastos de una nueva construcción. También en otra carta del mismo Benlliure fechada 21 de junio de 1921 y dirigida a Vittorio Pica le dice:

[...] se Venezia ci cede al prezzo di lire italiane 60.000 il padiglione offertoci per tuo mezzo e che appartenne alla Germania, siamo pronto ad acquistarlo, ma sempre che sia a titolo perenne.


(ASAC, S. N. P. 15)                


En otro párrafo de la carta Benlliure refiere:

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Per una nuova costruzione potremo disporre, pero ora, di sole pesetas 50.000 all'incirca, ma sempre, ben s'intende, colla proprietá perenne.


(Ibíd.)                


En la misma carta y al finalizar, Mariano Benlliure, se lamenta de no poder ver realizado su sueño, por el cual ha trabajado tanto, para que España pueda tener su sede propia en la Exposición y agrega que sobre todo le duele que la burocracia oficial haya impedido en su tiempo, una solución que en ese momento era posible.

En un telegrama posterior Benlliure expresa a la Secretaría de la Exposición que se ocupará del problema de la representación española y del lugar físico de la misma. Y es así que con fecha 11 de setiembre de 1921 desde Villalba envía una carta a Vittorio Pica, dando los nombres de las personas que conforman dicha Comisión: encabeza la lista como presidente, el conde Romanones, ex-presidente del Consejo de Ministros y en ese momento presidente de Bellas Artes de San Fernando; como consejeros Javier García de Leanis, Director General de Bellas Artes, Eduardo Chicharro, Director de la Academia Española en Roma, arquitecto Antonio Flórez266, profesor de la Escuela de Arquitectura y becario de dicha Academia y el propio Mariano Benlliure, Director del Museo de Arte Moderno, autor de la primeras tratativas.

Existe una copia de una carta fechada el 1 de julio de 1921, dirigida al Administrador de la Exposición Internacional de Arte de Venecia, enviada por la firma Pasqualin y Vienna en donde se confirma la suma para la construcción de un pabellón, cercano al pabellón de Bélgica y con la capacidad del pabellón alemán; el mismo llevaría construido una fachada de modestas dimensiones y decoraciones, la cifra que figura en la carta, sería entre 140.000 y 160.000 liras.

Una carta fechada Villalba, España, 23 de octubre de 1921, de Mariano Benlliure y dirigida a Vittorio Pica hace saber que la Comisión aprobó la cifra indicada por la firma Pasqualin y Vienna. Aclara también la carta que se debería enviar un proyecto a la misma firma veneciana concretizando la construcción, los materiales, tiempo de realización, fecha de pagos y en el mismo presupuesto la adaptación al estilo español, haciendo lo posible para que las líneas exteriores tengan el máximo carácter español.

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Solicitan en la misma el envío de fotografías y planimetría de la zona. Con una carta del Administrador de la Exposición, Romulo Bazzoni, con fecha 21 de noviembre de 1921, Mariano Benlliure recibe la planimetría del recinto de la exposición.

El 6 de diciembre del mismo año, Benlliure recibe el presupuesto de parte de la empresa de construcciones veneciana, Pasqualin y Vienna, para la realización del pabellón español en Venecia. Con fecha 10 de enero de 1922, Benlliure contesta al administrador Bazzoni, en respuesta a las anteriores. En ésta, explica que el motivo de su retraso han sido las fiestas de año nuevo por la cual la Comisión no pudo reunirse, comunica además la renuncia de uno de sus miembros, el arquitecto Antonio Flórez y la sustitución del mismo por el arquitecto Javier Francisco de Luque López267, como dice la misma:

[...] molto inteligente e lavoratore e grande ammiratore della bell'Italia.


(ASAC, S. N. P. 15)                


En la carta Benlliure comunica que el nuevo miembro de la Comisión, el arquitecto Javier de Luque López ha estudiado la planta del proyecto y el presupuesto que envió la empresa Pasqualin y Vienna y ha decidido, para comenzar inmediatamente los trabajos, la necesidad de suspender la construcción de la parte posterior del edificio, al mismo tiempo ampliar la longitud de las dos salas laterales a 9,50 metros. Expresa que de esa manera se economizaría y así, la suma ahorrada, agregada a la cifra que se posee - dice la carta- podríamos construir la fachada. En la misma se lee:

[...] tanto per risparmio di tempo come per attivare tutto, fra pochi giorni, partirá per Venezia il nostro architetto sig. Luque, prego ai Signori Pasqualin e Vienna   —116→   abbiano tutto pronto per che il Sig. Luque possa decidere e portare con sé el contrato per essere firmato dal nostro Presidente.


(Ibíd.)                


Con fecha 2 de febrero de 1922 la empresa de construcciones Pasqualin e Vienna entrega al arquitecto Luque el presupuesto de acuerdo a las modificaciones efectuadas. Dicho presupuesto no comprende los trabajos decorativos de las fachadas; con respecto al interior comprende sólo los trabajos de terminación enumerados en el presupuesto. Se aclara en el mismo, que los trabajos de decoración externa de las fachadas serán encargados a la misma empresa a precios a convenir. El pabellón, come se lee en la planta, comprende una sala de forma cuadrada, de 12 por 12 metros; dos salas laterales, rectangulares de 6 por 13,76 metros; un ingreso de 6,50 por 2,50 metros con dos pequeños ambientes laterales de 2,50 por 3,00 metros (ASAC, S. N. P. app. 2, 15).

En el presupuesto se aclara que el nivel del piso es de 0,45 metros sobre el nivel del terreno externo, la altura de la sala central será de 7,00 metros y la de las laterales de 5,50 metros. Luego, determina los trabajos a realizar y los materiales a emplear, entre los cuales: fundaciones, muros, anillo de enlace, techos, de los que dice que el de las dos salas laterales serán a cabreadas mixtas con tirantes de hierro y listones de madera con una lucerna o lumbrera con vidrios colocados sobre soportes de madera, mientras que el techo del salón central se construirá con una trabe compuesta, transversal a la sala, la misma que soportará una serie de listones principales que formarán el armazón del techo del ingreso. Con respecto a los dos ambientes laterales del ingreso no tendrán techo, estos forman parte de los trabajos arquitectónicos de la fachada para la cual se hará a su tiempo un capítulo convencional. También el presupuesto dice de los materiales a utilizar en los pavimentos, de las terminaciones interiores y exteriores, de la carpintería, del portón de ingreso, el que se construirá en madera de alerce, con dos puertas con espejos a cuadros y con gruesos clavos. Establece el presupuesto el tiempo para la terminación de los trabajos, fijando el 10 de abril, si la aceptación se efectúa dentro del término de una semana. Fija además el precio en 175.000 liras y la forma de pago.

Otra carta de la empresa dirigida a Luque, fechada 3 de febrero reduce los costos de la realización a 165.000 liras.

Con fecha 9 de febrero la firma Pasqualin y Vienna envía una carta al administrador de la Exposición, en ella ruega enviar copia del proyecto definitivo del pabellón y las copias de las cartas del arquitecto Luque, quien se había reservado a precisar sobre la pavimentación, la que, como se lee en la carta:

[...] dovrá essere a parchetti od a semplice tavolato in larice.


(ASAC, S. N. P. 15)                


La empresa solicita, además, el proyecto definitivo de la fachada, hasta el momento no conocida.

En una carta fechada en Madrid, 21 de febrero de 1922, escrita en francés y dirigida a Vittorio Pica, el arquitecto Luque aclara que ha tenido que esperar la reunión de la Comisión e informa que han sido dadas las órdenes para enviar el dinero necesario para pagar el primer «placement» que las condiciones del contrato establecían con la empresa Pasqualin e Vienna. Además en la carta comenta que su proyecto ha sido aprobado   —117→   con aplausos por parte de los miembros de la Comisión, los cuales han subrayado la imposibilidad de la presentación de las obras artísticas españolas, a causa del trabajo que se debe realizar de muratura y pintura. Por otra parte aclara que así como la Comisión tiene sólo como objetivo exclusivo la construcción del pabellón, ella no puede hacerse cargo de las invitaciones de los artistas que participarían en la exposición. Lo único que podría hacer es relacionar al secretario de la Exposición Vittorio Pica con la Dirección General de Bellas Artes de España. Finalmente la carta dice:

On espère obtenir une argumentation d'argent dans les prochains budjets de l'Etat pour terminer le pavillon dans les conditions que mon projet déterminait.


(ASAC, S. N. P. 15)                


En un telegrama del arquitecto Luque, con fecha 11 de marzo de 1922, enviado desde Madrid a Pica, le ruega que continúe la construcción comenzada e informa que cuanto antes comunicará la resolución de la Comisión española. En el mismo se lee que envía a vuelta de correo los planos del proyecto al ingeniero Vienna.

En otro telegrama del 24 de marzo, Benlliure dice que en caso de que el pabellón no se termine en el tiempo establecido, desea saber si las obras de los artistas españoles se expondrán en otro local de la Bienal.

En otro telegrama expedido por el arquitecto Luque a la empresa de construcción, con fecha 26 de marzo, pregunta si la construcción del pabellón se finalizaría para la época de la inauguración.

En una carta, fechada en Madrid el 9 de marzo de 1923 el arquitecto Luque comunica a Vittorio Pica que el motivo principal de la tardanza era la imposibilidad de reunir a los miembros de la comisión. Luque adjunta a esta carta el contrato con la Empresa Pasqualin y Vienna para que se pueda cambiar la fecha de finalización de los trabajos fijada para el 20 de marzo de 1922. En la carta escrita en italiano, el arquitecto Luque da instrucciones siguiendo la costumbre que existe en España:

La casa Pasqualin deve mandarmi una ricevuta con la data 30 marzo 1922, per un totale de lire 175.000 como prezzo di tutto il contratto; e una fattura dettagliata delle migliorie fatte, in lire 10.650, con la data 31 marzo 1922, una ed altra devono essere vissate per il signore console di Spagna, assicurando la costruzione del padiglione.


(ASAC, S. N. P. 15)                


En dicha carta, agrega el arquitecto Luque, que en breve tiempo enviará a Venecia una caja con la maqueta del proyecto y adjunta un cheque de 10.650 liras para pagar las mejoras realizadas.

Una breve nota del presidente de la Exposición Internacional de Arte de la ciudad de Venecia comunica al embajador de España la realización de la XIV Exposición. En ella hace mención al artículo 7 del reglamento, el cual se refiere al nombramiento de la Comisión representativa y solicita para dicho evento la terminación de la fachada del pabellón.

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En otra carta, dirigida a la secretaría con fecha 14 de noviembre, Luque solicita que interceda para que la empresa Pasqualin y Vienna le envíe recibo de la maqueta enviada en el mes de agosto, al mismo tiempo le pide que le envíe el precio de los gastos de la fachada del pabellón como también el precio de la finalización de los trabajos.

En 1934, o sea el año de la XIX exposición, el edificio del pabellón español de la Bienal Internacional de Venecia tuvo necesidad de restauración. Una nota del director administrativo de la exposición, con fecha 20 de marzo del mismo año, dirigida al arquitecto Jaime Blay, solicita la autorización del gobierno español para la realización de los trabajos de restauración, los cuales deben ser «eseguitti bene e in tempo».

Los trabajos fueron realizados por la empresa de Giovanni Pulliero, el presupuesto de los trabajos efectuados lleva fecha 22 de diciembre de 1935 y está dirigido al arquitecto Jaime Blay. Dicho presupuesto se refiere a la sustitución de las rejillas que protegen la lumbrera y la disminución de su altura; cepillado, lijado y pintura de las paredes de la sala central y de las laterales; lavado de vidrios y puesta en obra de los nuevos; trabajos de albañilería; sustitución de las tejas rotas del techo, cepillado y puesta en obra de las nuevas; sustitución de las descargas pluviales y de algunas partes de la pavimentación.

Un telegrama con fecha 11 de febrero de 1950, enviado por el embajador español en Roma, Marqués de Sangronis a la Bienal Internacional de Venecia, comunica que el Agregado cultural español viajará a Venecia para tratar directamente asuntos que se refieren a la Bienal. El telegrama finaliza así:

[...] gradirebbe fosse preparato preventivo iniziale costo lavori restaurazione padiglione.


(ASAC, S. N. P. 15)                


En respuesta a este telegrama, con fecha 14 de febrero, el presidente de la Bienal, Ponti, responde con otro telegrama en donde expresa que el presupuesto para la reparación del pabellón español está preparado y que por dicho motivo el Agregado cultural español puede dirigirse a Venecia.

En respuesta a otro telegrama del 18 de marzo del mismo año, o sea 1950, el secretario de la Bienal Rodolfo Pallucchini, en una carta dirigida al Agregado cultural de España en Roma, Mario Ponce de León, expresa un gran placer por la decisión favorable del gobierno español, de poder participar en la Bienal Internacional de Arte de Venecia y por lo tanto la aceptación de los trabajos de restauración del pabellón español:

E già ottima cosa che il suo governo abbia acordato, in linea di massima, il consenso per il restauro del padiglione; ma poiche, data l'importanza dei lavori da eseguire, e la necessità che essi siano eseguiti a perfetta regola d'arte, bisogna concedere alle imprese un adeguato periodi de tempo, urge che la conferma definitiva giunga quanto prima.


(ASAC, S. N. P. 15)                


El secretario general en la carta responde a varios puntos que fueron solicitados por el destinatario y referidos a cuestiones técnicas, como gastos de transporte, seguro, vigilancia, etc., de las obras de arte destinadas a la exposición.

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En otra carta del secretario general de la Bienal de Venecia, fechada el 27 de marzo, solicita al Agregado cultural español, Mario Ponce de León, la urgente respuesta por parte de su gobierno sobre el pabellón y la participación en la exposición:

[...] il tempo stringe ed è quindi indispensabile procedere decisamente e con ritmo accelerato. [...] in attesa del benestare da parte degli organi governativi spagnoli competenti per disporre l'inizio dei lavori al padiglione della Spagna alle Biennali veneziane.


(ASAC, S. N. P. 15)                


Sintetizando para aclarar estas vicisitudes del pabellón español, puede decirse que abandonada la hipótesis de la compra, entre noviembre de 1921 y enero de 1922 se dan los pasos necesarios para la construcción de un nuevo pabellón. La empresa Pasqualin e Vienna prepara un presupuesto268.

La Bienal establece el lugar del nuevo edificio. El proyecto, inicialmente asignado al arquitecto Antonio Flórez, académico de la Escuela de Arquitectura de Madrid, es realizado finalmente por el arquitecto Javier de Luque y López «grande ammiratore della bell'Italia», según escribe Benlliure.

En abril de 1922, el pabellón se inaugura curiosamente privado no sólo de las salas posteriores (tal como lo refería en una carta de enero de 1922 Benlliure dirigida a Bazzoni), sino también de la decoración de la fachada, realizada sólo en el año 1924.

La planta del pabellón hace referencia a la distribución del edificio de Donghi, autor de otros pabellones internacionales, al ingreso con ambientes laterales, a la sala central y pequeñas salas a los costados, con modificaciones de naturaleza dimensional, lo que confirma la general homogeneidad tipológica del primer grupo de edificios construido en los jardines de la exposición.

El proyecto elaborado por Luque no escapa a la vocación nacional, ofreciendo una imagen inspirada en el barroco castellano tardío del 1600 (ASAC, S. N. P. app. 2, 15).

El pabellón, efectivamente, alterna momentos de agitada tensión decorativa tanto en el portal central, así como también de momentos de descanso, como por ejemplo en el basamento de los cuerpos rectangulares a los lados del ingreso, hasta las superficies casi desnudas de las dos extremidades de la fachada, con sobrios recuadros de las paredes y sobresalientes esquinas del edificio.

La riqueza churrigueresca se concentra en el portal, encuadrado lateralmente por columnas, rodeado por una cornisa redonda y sagomada de modo que pueda recibir una conchilla en el vértice del ingreso. Debajo de la cornisa sobresaliente de la fachada, el tema decorativo continúa con dos angelitos que sostienen el fregio central de la gran cornisa y se cierra, en fin, en la majestuosa coronación, donde están colocados los escudos nacionales. Más discretos son los pequeños techos laterales de la típica conformación a cúspide, revestidos con tejas a lastre. Superados los años de la República y de la Guerra Civil, el pintoresco pabellón mantiene la propia imagen intacta hasta la década del cincuenta.

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En 1952 Joaquín Vaquero269 provee a la reestructuración de la fachada que -por más digna que sea-, revela la mayor familiaridad del artista con la técnica de la pintura y del bajorrelieve.

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