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De hecho, si no la sección sí el título es, sin lugar a dudas, obra de Capdevila, pues diez años atrás, en 1938, nuestro escritor había visto galardonada en el concurso de obras dramáticas de urgencia llamado «Teatre de Xoc» una pieza intitulada precisamente Les trinxeres de París, en la cual se denunciaba y satirizaba la huida a París en medio del horror de la guerra de personajes relevantes de la política y de la intelectualidad catalana. Lamentablemente, la obra teatral se ha perdido. (N. del A.)

 

562

«Heraldo de España», en Heraldo de España, 3 (21 de septiembre, 1946), p. 4. (N. del A.)

 

563

«El éxito de nuestros propósitos», en Heraldo de España, 4 (28 de septiembre, 1946), p. 3. En otro momento y lugar del periódico leemos: «Heraldo de España no lo inspiran más que sus redactores, cuyos nombres, como garantía, aparecen bien destacados en un recuadro de nuestro periódico, por eso, porque sólo tiene la inspiración profesional honrada de los que lo hacen.» («Las Trincheras de París», en Heraldo de España, 11 (23 de noviembre, 1946), p. 3). (N. del A.)

 

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Un Ciego de Buenavista, «Coplas del Heraldo. ¡Ay, Cipriano, Cipriano Rivas!...», en Heraldo de España, 7 (19 de octubre, 1946), p. 3. También Mario Aguilar, en otro momento, se muestra indignado del interés del franquismo -y, en concreto, de los redactores de Destino- de hacerse suyo a García Lorca cuando estos mismos personajes fueron los que lanzaron el bulo que a Lorca lo habían asesinado los rojos. Véase, al respecto, AGUILAR, M., «Ecos», en Heraldo de España, 12 (7 de diciembre, 1946), pp. 4-2. (N. del A.)

 

565

FERNÁNDEZ ESCOBÉS, A., «Alejandro Casona es nuestro. Las fuerzas irritadas del espíritu», en Heraldo de España, 9 (9 de noviembre, 1946), p. 4. (N. del A.)

 

566

CAPDEVILA, L., «Cronicario. Cipriano Rivas Cherif estrena una comedia en España», en Heraldo de España, 11 (23 de noviembre, 1946), p. 2. (N. del A.)

 

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Este interés por personajes de la cultura se extiende, siguiendo el ejemplo señero de Capdevila, a otras secciones fijas como la de Eduardo Rubio, «Hombres vistos por mí...», generalmente ocupada por profesionales de la política y que introduce puntualmente retratos de Manuel de Falla y de Herman Hesse. También algunos colaboradores como Francisco de Troya y Fernando Pintado escriben artículos sobre, respectivamente, Goya y Lope de Vega. (N. del A.)

 

568

Se trata, respectivamente, de VIDAL y PLANAS, A., «La mona rabiosa», en Heraldo de España, 5 (5 de octubre, 1946), p. 2, y de POUEY, F., «Un hombre peligroso». Croquis de audiencia, en Heraldo de España, 9 (9 de noviembre, 1946), p. 2. En el primero de los casos, asistimos a la manía persecutoria de un personaje que, en su alucinación, nos cuenta cómo acabó asesinando a su esposa; en el segundo, más que de un cuento debemos hablar de una prosa con voluntad literaria extraída de lo que parece un caso real y que presenta la historia inverosímil de un sátiro reincidente, el abogado defensor del cual consigue que no sea internado en un centro psiquiátrico sino que cumpla un año de prisión. (N. del A.)

 

569

GUILLÉN, N., «Tú y yo», en Heraldo de España, 8 (26 de octubre, 1946), p. 2. (N. del A.)

 

570

VIDAS y PLANAS, A., «Desterrado de España», en Heraldo de España, 7 (19 de octubre, 1946), p. 2. (N. del A.)