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Noticias del Cuaderno VI del Boletín de la Real Academia de la Historia (junio 1890)



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El autor de la Reseña histórica sobre Italia, desde la batalla de Pavía hasta el saco de Roma, justamente alabado por el Sr. Cotillo1, ha escrito é impreso otro volumen, tercero de su colección2, en cuya portada se lee: «El coronel Francisco Verdugo (1537-1595). Nuevos datos biográficos y Relación de la campaña de Flandes de 1641 por Vincart, publicados con notas é ilustraciones por Antonio Rodríguez Villa. Madrid, 1890.»

Faltaban á la biografía del muy noble caballero Talaverano3 Francisco Verdugo, que tuvo (como escribe Coloma) todas las partes que para ser gran soldado y gran gobernador convenían, datos y documentos, que llana y llenamente justificasen un elogio tan merecido; y esto lo deberá la Historia á la infatigable diligencia del Sr. Rodríguez Villa. El cual, no contento de haber puesto en limpio el borrador autógrafo de un escritor coetáneo de Verdugo, que fué su compañero de armas en Flandes, y manejó todas las cartas, despachos y demás papeles del egregio coronel, ha reunido, por vía de complemento á tan interesante Memoria biográfica, 13 documentos inéditos de suma valía.

Y no menos importa para los adelantos de nuestra Historia la Relación de la campaña de Flandes de 1641, escrita por Juan Antonio Vincart, que ha descubierto el Sr. Rodríguez Villa entre los manuscritos de que es poseedora nuestra Academia. Vincart, secretario de los avisos secretos de Guerra en los Países Bajos durante el reinado de Felipe IV, dirigía anualmente á este monarca una relación de los sucesos militares verificados en dichas   —576→   provincias. No se conocen las 10 primeras (1624-1633); y de las restantes solo habían parecido hasta el presente las de los años 1634, 1636, 1637, 1642, 1643, 1644, 1645, 1646, 1647, 1649 y 1650. La del año 1641, que ha dado al público con gran copia de documentos y observaciones el Sr. Rodríguez Villa, fué dirigida por Vincart al ínclito D. Francisco de Melo, Gobernador, Lugarteniente y Capitán general de los Estados de Flandes y de Borgoña. Da remate al volumen la biografía completa de D. Francisco de Melo, que había llevado el Sr. Cánovas del Castillo hasta la batalla de Rocroy (1643).


Presentó el Sr. Fita los calcos y dió razón de cuatro lápidas romanas inéditas.


Alcalá de Henares

Me fueron indicadas por D. Ignacio Esperanza, y las reconocí en 11 de Mayo último. Los calcos y dibujos débense á D. Rafael Santa María.

  1. Piedra caliza (0,38 x 0,89), empotrada en el torreón llamado de Tenorio4, en el antiguo palacio arzobispal frente al convento de monjas Bernardas. Letras del primer siglo.

    Inscripción votiva

    Mart[i A]ug(usto) sa[c(rum)]. P(ublius) Vit(ellius?) [P]olyde[u]ces v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito).

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    Consagrado á Marte Augusto. Publio Vitelio Polideuces cumplió gustosa y justamente el voto que le había ofrecido.

    Dos aras votivas á Marte, halladas en Alcalá5, callan el nombre de Augusto, que le da la presente, y hacían presentir otras tres6.

    Polydeuces se muestra por vez primera en la colección de lápidas españolas. Corresponde al griego Palabra en griego (suavísimo), ó Nombre propio en griego (Póllux, hermano gemelo de Cástor).

  2. Fragmento de piedra caliza en dicho torreón, mirando á la plaza de Palacio. Ancho, 0,39; alto, 0,42.

    Fragmento de inscripción sepulcral

    [D(is) M(anibus)... Muci[ae?] Mamili[us] Priscus [mat]ri pissim[ae] f(aciendum) c(uravit).

    Á los divinos Manes de su madre piadosísima Mucia erigió este sepulcro Mamilio Prisco.

    En Torrejón de Ardoz ocurre el epitafio de Mucio Olimpo7; de Mucia Varilla en Alcalá8; y en Tarragona9 el que dedicó Mamilia Prisca á la memoria de su esposo, el centurión Lucio Numerio Félix.

  3. Lápida caliza, que mide 0,29 de base por 0,35 de altura. Se halla incrustada desde el siglo pasado en el esquinazo de un muro, que se interna en el patio del parador de la Paz, á pocos   —578→   pasos de la puerta occidental de la ciudad, que llaman de Madrid, como se sale á mano izquierda. El parador de la Paz es propiedad de D. Ignacio Esperanza.

    Inscripción dedicada a los dioses manes

    D(is) M(anibus) s(acrum). Licinio Fessto an(norum) L. Licinia Quieta d(e) s(ua) p(ecunia) f(aciendum) c(uravit).

    Consagrado á los dioses Manes. Á Licinio Festo de edad 50 años, Licinia Quieta cuidó se hiciese este monumento.

    Aunque de antiguo conocida, no ha sido exactamente copiada10 la piedra funeral que se enlaza con la precedente y acaba de trasladarse al Museo arqueológico de Alcalá desde el monasterio de monjas de Santa Úrsula.

    Inscripción funeral

    Licinius Julianus Uxsamensis an(norum) XX h(ic) s(itus) est. Julia mater f(aciendum) c(uravit). S(it) t(ibi) t(erra) l(evis).

    Licinio Juliano natural de Osma, de edad de 20 años, aquí yace. Julia, su madre, le hizo este monumento.

    Las letras, de trazado fino y elegante, se asemejan á las del templete de Diana en Cabeza del Griego11. La piedra es un prisma rectangular, que mide 0,60 de alto por 0,47 de ancho. En el costado izquierdo presenta una concavidad de 0,41 x 0,30 con 0,22 de profundidad, de donde arranca un orificio de 0,02 que sale al costado derecho.

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    Al Museo se ha trasladado también el ara funeral de Nonio Apuleyo, cuyo renglón postrero se ha leido E Símbolo epigráfico X (Hübner, 3.042). Lo he visto con atención. Dice indudablemente F Símbolo epigráfico C (faciendum curaverunt).




Uclés

El ilustrado presbítero de Uclés, D. Mateo García, descubrió, no há muchos días, un fragmento de interesante lápida del primer siglo, empotrado en la muralla, que circunda la torre principal del castillo. Esta lápida es la tercera de las piedras, ó sillares, contados por el Oriente, en la tercera hilera á partir de la viva roca sobre la que se asienta dicha muralla. Es de mármol blanco, de 75 cm. de largo por 50 de ancho, midiendo las letras Augusteas, bellísimas y hondamente grabadas, 7 cm. de altura. Los puntos son triangulares.

Fragmento de inscripción lapidaria

....[Faus?]to, Matur[o] et Firmo l(ibertus?) h(eres) [e]xs testamen[to].

Probablemente se trajo desde Cabeza del Griego para la construcción ó reparación de la muralla. El giro gramatical de la inscripción es análogo al de otras halladas en Alcalá de Henares (3.038), Toledo (3.077), Malagón (3.224) y Cabeza del Griego (BOLETÍN, tomo XV, pág. 126).


En todo el orbe literario se están haciendo estudios biográficos de San Luís Gonzaga (Símbolo funerario 20 Junio, 1591). El Santo, viniendo á España con la emperatriz María, navegó desde Marsella á Colibre el día 12 de Diciembre de 158112. En 6 de Enero llegó á Barcelona, donde estuvo un mes. Sobre su estancia en Madrid, son muy de notar dos extractos inéditos de un códice escrito durante   —580→   los primeros años del siglo XVII13, que refiere la fundación del Noviciado de la Compañía, allí donde hoy se eleva el edificio de la Universidad central. Dió noticia de ellos el Sr. Fita.

«Por Março del año 1602 fué nombrado Provinçial desta provinçia de Toledo segunda vez el P. Luís de Guzmán; el qual, haviendo de acudir al govierno de la Provinçia, dexó por orden de Nuestro P.e14 el cargo del Noviçiado al P.e fran.co de Robledillo.... Llegado el P.e (Robledillo) á Madrid puso luego los ojos en un sitio, que le pareçió muy á propósito. Este era en lo más alto del lugar, en unas casas que fueron posada de los embaxadores de Génova; y donde en años atrás fué hospedado el Marqués de Castellón, viniendo acompañando á la emperatriz María infante de España; y el Marqués traía en su Compañía á luís Gonzaga su hijo Mayor, Heredero de su Casa, que después entró en la Comp.ª de Jesús, renunciando sus estados en su Hermano menor; y vibió y murió en el Colegio Romano con grande nombre y fama de S.d; y como tal está Beatificado15; y en el aposento que oy se muestra en el noviciado de Madrid el Beato luís Gonzaga vivió el tiempo que su P.e se detuvo en aquella Corte illustrando y santificando aquella casa con su presencia.»

(Ánua de 1608.)- «Aviéndose acomodado un aposento, que es donde se entiende vivió el B. Luís Gonçaga, y está debajo de la torreçilla, por enjugalle con brevedad pusieron en él un gran brasero sobre una mesa. El aposento es de çaquiçamí de tablas, y estaba recién esterado. La brasa era mucha, y la çeniça era poca ó nada; y así, fué ençendiendo el brasero y abrasándole; y él, después de ençendido, començó á abrasar la mesa y á levantar ya humo. Avían tocado á acostar; y estándose desnudando el H(ermano) que le avía puesto, dióle como un golpe al coraçón, y sintió que le deçían: Anda, mira el brasero. Fué; y si un poco más se detubiera, pudiera ser que todo el quarto se quemara sin rremedio por ser el techo de tablas.»







 
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