Jornada III
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Salen MARSILLA de
camino, y LAÍN.
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MARSILLA |
¿Despachaste, Laín,
esos caballos? |
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LAÍN |
Ya partió el
postillón, aunque fue tarde, |
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que bien pudiera un rato
paseallos, |
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y entrar luego corriendo. |
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MARSILLA |
Y hiciera alarde;
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¿dónde están
los cojines? |
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LAÍN |
Di a guardallos
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en el mesón, que está
a esa entrada puesto. |
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MARSILLA |
Un hora y dos después del
plazo llegó. |
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MARSILLA |
Mucho para luego.
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Déjame hacer la cuenta, el
mismo día |
|
de la Cruz a las cinco de la
tarde |
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marchó de Teruel mi
compañía, |
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haciendo de mi honor vistoso
alarde; |
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hoy son siete de mayo, y si a la
fría |
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noche de mi temor madre
cobarde, |
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dos horas más pasado el
plazo llego. |
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MARSILLA |
Mucho para luego.
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En dos horas juntó la
coronada |
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Sagunto con el suelo las
almenas, |
|
en dos horas Numancia
derribada, |
|
sus muros igualó con las
arenas, |
|
y Troya en otras dos se vio
abrasada |
|
de las llamas de amor propias, y
ajenas, |
|
¿y no estoy en temer dos
horas ciego? |
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MARSILLA |
Mucho para luego.
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En dos horas, Laín, puede
anegarse |
|
grande armada, que el
piélago importuna, |
|
y en dos horas vencida,
retirarse |
|
turquesca flota, puesta en media
luna; |
|
y en menos puede una mujer
mudarse, |
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—fol.
108r→ |
que son hijas del mar y la
fortuna; |
|
dos horas lloro, que pasadas
llego. |
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LAÍN |
¿Qué agüeros,
qué sospechas has tenido?, |
|
¿qué temes nada? |
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MARSILLA |
Con la posta, tres veces he
caído. |
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|
LAÍN |
Fue como a mí, que me
arrojó en el lodo. |
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MARSILLA |
Perdí el retrato, y no
perdí el sentido, |
|
llego de noche al fin, y sobre
todo |
|
más de dos horas ya pasadas
llego. |
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|
MARSILLA |
Mucho para luego.
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|
(Suenan atabales y tiran cohetes.)
|
Laín escucha,
estrañas alegrías |
|
hacen en Teruel. |
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LAÍN |
De luminarias
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corona su muralla, y las
vacías |
|
torres ocupa de invenciones
varias, |
|
de pólvora, y de fuego, bien
podrías |
|
tus tristezas vencer con las
contrarias. |
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MARSILLA |
Ay que dos horas más del
plazo llego. |
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MARSILLA |
Mucho para luego.
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|
Laín hazme un placer de irte
delante, |
|
y ver lo que hay en casa de
Rufino, |
|
y vuélveme a avisar. |
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|
LAÍN |
Si es importante
|
|
a tu gusto, servirte
determino. |
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|
MARSILLA |
Siempre es medroso un verdadero
amante. |
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MARSILLA |
Aquí te aguardo en el
camino,
|
|
por ver si tarde estás dos
horas llego. |
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|
MARSILLA |
Mucho para luego.
|
|
(Vase LAÍN.)
|
Noche temorosa y fría, |
|
si el bien que espero me das, |
|
desde hoy preciarte
podrás |
|
de más hermosa que el
día. |
|
Hacer puedes competencia |
|
con sus rojos arreboles, |
|
pues tendrás más
bellos soles |
|
de parte tuya en tu ausencia. |
|
Mas si al son de tus mudanzas |
|
con gloria ajena te alegras, |
|
servirán tus sombras
negras, |
|
de luto a mis esperanzas. |
|
Perderán sus luces
bellas |
|
conmigo sus hermosuras, |
|
siendo tus sombras obscuras |
|
capuces de las estrellas. |
|
No calmo de ningún
modo, |
|
mal reposa quien bien ama: |
|
¿quién animoso te
llama, |
|
amor, siendo miedo todo? |
|
Todo me asombra y espanta, |
|
y pienso en estado igual, |
|
|
—fol.
108v→ |
que sólo para mi mal |
|
el búho noturno canta. |
|
El viento que le entretiene, |
|
ya en el sauce, ya en el pino, |
|
que es mensajero imagino, |
|
que con malas nuevas viene. |
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|
CAMINANTE |
(Dice dentro.)
|
Vengo de la guerra |
|
niña por verte, |
|
hállote casadita, |
|
quiero volverme. |
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MARSILLA |
¡Oh caminante
crüel, |
|
malas nuevas te dé
Dios! |
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|
CAMINANTE |
Legua es que vale por dos |
|
desde la venta a Teruel. |
|
Desde que curso el camino, |
|
no la vi mayor jamás. |
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|
MARSILLA |
Nunca llegues donde vas, |
|
de mi mal fiero adivino. |
|
Nunca, caminante fiero, |
|
para tu sed halles río, |
|
sombra en el ardiente
estío, |
|
lumbre en el helado enero. |
|
Lleno de espanto y temor |
|
estando al lugar vecino, |
|
pierdas de noche el camino |
|
sin encontrar un pastor. |
|
Y en iguales ocasiones |
|
se te antojen mil quimeras, |
|
las peñas, monstruos y
fieras, |
|
y los árboles ladrones. |
|
Y al fin deste mal pasado, |
|
por hallarte sin dineros, |
|
ladrones o bandoleros |
|
te dejen a un roble atado, |
|
pues en aquesta ocasión |
|
a ser mi agüero veniste, |
|
¿dónde, villano,
aprendiste |
|
tan espantosa canción? |
|
Pero qué necio que
estoy, |
|
crédito con tanto
exceso, |
|
sin haber visto el suceso, |
|
a vanas quimeras doy. |
|
Doña Isabel de Segura, |
|
cuyo amor ha sido igual, |
|
que no le vio el tiempo tal, |
|
¿mi esperanza no
asegura? |
|
Con este seguro puedo |
|
asegurar mi esperanza; |
|
pensar de Isabel mudanza, |
|
ofensa fue sólo el
miedo. |
|
¿Que de tan firme
imposible |
|
pudiese tener temor? |
|
Por cierto, que andáis
amor |
|
muy medroso y muy terrible. |
|
Mucho habéis
desmerecido |
|
con la fe que habéis
guardado; |
|
el ser tan desconfiado |
|
¿de quién lo
habéis aprendido? |
|
No tenéis disculpa
alguna, |
|
que ha sido estraña
bajeza, |
|
conociendo su firmeza, |
|
temer a vuestra fortuna. |
|
Dos horas, ni dos mil
años, |
|
¿qué importan en
tanta fe? |
|
Muy grande flaqueza fue, |
|
que hoy veréis los
desengaños. |
|
Hoy veréis cómo
recibe |
|
mi cuello con dulces lazos |
|
Isabel, entre sus brazos, |
|
y que en ellos la fe vive. |
|
Hoy veréis qué
galán entro, |
|
haciendo plumas y galas |
|
de mis pensamientos alas, |
|
hasta parar en su centro. |
|
Desvelaos en ver si voy |
|
dueño, en bandas y en
colores, |
|
y no escudiriñéis
temores, |
|
que vencidos salen hoy. |
|
Hoy veréis vuestra
esperanza, |
|
|
—fol.
109r→ |
que le presenta al amor |
|
por cautivos, al temor, |
|
ausencia, olvido y mudanza. |
|
(Sale LAÍN
muy triste.)
|
¿Es Laín? |
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|
MARSILLA |
¿Parece
|
|
que vienes triste? |
|
|
|
MARSILLA |
Habla, ¡qué
estraño rigor! |
|
¿qué te turba, y
enmudece? |
|
|
|
LAÍN |
Partí, señor, de tu
vista |
|
para volverte con nuevas |
|
de tus bienes, o tus males, |
|
de tus glorias, o tus penas. |
|
Y desde entrar en la villa, |
|
hasta llegar a la puerta |
|
de Rufino, por las calles, |
|
por las plazas, por las
cercas, |
|
otra cosa no se oía, |
|
que dichosas norabuenas. |
|
Allí corren dando
voces, |
|
tropas de gentes diversas. |
|
Allí caballos y luces, |
|
allí atravesar libreas, |
|
allí fuegos, allí
coches, |
|
todo señales de
fiestas. |
|
No reparé en preguntar, |
|
por qué quien cuidado
lleva |
|
de causas propias jamás |
|
repara en fiestas ajenas. |
|
Llego a casa de Rufino, |
|
y hallo al entrar grande
priesa |
|
de coches, y de caballos, |
|
unos salen, y otros entran. |
|
Confuso rompo por todos, |
|
llego al patio, y la escalera |
|
subo en menos que lo digo, |
|
aunque de gente cubierta; |
|
por los corredores paso, |
|
entro en la sala primera. |
|
|
|
MARSILLA |
De un cabello estoy colgado, |
|
acaba, no te detengas. |
|
Llegaste a la sala en fin. |
|
|
|
LAÍN |
Llegué, y vi que estaba en
ella, |
|
de damas, y de galanes |
|
la hermosura, y la nobleza. |
|
Allí en gorras
tremolaban |
|
martinetes, sobre piezas |
|
de diamantes y esmeraldas, |
|
allí entre doradas
hebras |
|
de serafines humanos, |
|
brillaba el oro y las piedras, |
|
que parece que llovía |
|
el cielo en la sala estrellas. |
|
|
|
|
LAÍN |
En esto, de esotra pieza, |
|
don Gonzalo de Aragón |
|
al Sol dando envidia, llega |
|
con doña Isabel Sigura, |
|
más hermosa que ella
mesma, |
|
donde aguardaba el Vicario. |
|
|
|
MARSILLA |
Vete agora espacio. |
|
Impediste el casamiento |
|
¿Laín? |
|
|
LAÍN |
Yo entrando, y ella
|
|
daba a su esposo la mano, |
|
y él de la misma
manera, |
|
y el Vicario les echaba |
|
la bendición de la
Iglesia. |
|
|
|
MARSILLA |
Calla, no prosigas más, |
|
ciertas fueron mis sospechas: |
|
¿hay semejante
desdicha?, |
|
¿hay fortuna tan
deshecha? |
|
Ay cielos, un desdichado |
|
siempre es de su mal profeta. |
|
Ay enemiga mudable, |
|
¿esta es tu fe, tus
promesas? |
|
¿Hasta en las mujeres
nobles |
|
tiene poder el ausencia? |
|
Ven acá Laín. |
|
|
|
MARSILLA |
¿Es verdad lo que me
cuentas? |
|
Escucha, ¿es burla o
mentira? |
|
|
—fol.
109v→ |
|
|
LAÍN |
Pluguiera a Dios que lo fuera. |
|
|
|
MARSILLA |
¿Luego en efeto es
verdad? |
|
|
|
|
MARSILLA |
¿Que hay otro dueño
Laín, |
|
que a doña Isabel
merezca? |
|
¿Por otro dueño me
olvida? |
|
¿Por otro dueño me
deja? |
|
¿Dos horas pudieron
tanto |
|
en veinte años de
firmeza? |
|
Laín tú te has
engañado. |
|
|
|
LAÍN |
Pues no tengo la cabeza |
|
con los vagidos pasados. |
|
|
|
MARSILLA |
¿Miraste bien si ellos
eran? |
|
|
|
|
MARSILLA |
Antes de llegar sois penas |
|
del miedo de amor crecidas, |
|
llegadas, no hay quien os
crea. |
|
Engaño mudable,
ingratas |
|
me parecen las ofensas, |
|
que contra mi amor sin culpa |
|
ejecuta tu inclemencia. |
|
¿A otro dueño
tú la mano? |
|
Fuego del cielo decienda, |
|
que asidas se las abrase, |
|
para que escarmiento sea. |
|
Loco estoy, de celos rabio, |
|
rayos mis palabras sean, |
|
montes ceñidos de
plantas, |
|
valles cubiertos de yerba, |
|
fuentes, que para ayudarme |
|
sois lágrimas de las
peñas, |
|
arroyos que dais tributo |
|
al mar, que es la muerte
vuestra. |
|
Celoso estoy, y agraviado, |
|
guardaos de mi vista fiera, |
|
que os ha de abrasar mirando, |
|
sin que el tiempo os
favorezca. |
|
Ay celos, ay ausencia, ay muerte,
ay ira, |
|
mal haya el hombre que en mujeres
fía. |
|
|
|
LAÍN |
Mal he hecho en no encubrille |
|
su mal, que temo que pierda |
|
el seso. |
|
|
MARSILLA |
Galas de amor,
|
|
colores de mi vergüenza, |
|
vuélvaos negras el
pesar, |
|
pues mi ventura es tan negra. |
|
Y vosotras blancas plumas, |
|
que imitáis su
ligereza, |
|
ya que no su casto amor, |
|
volad al viento ligeras, |
|
iréis donde sus
palabras, |
|
que al aire esparcidas vuelan, |
|
y vos verde banda suya, |
|
de mi esperanza librea, |
|
el río os dé
sepoltura, |
|
pues sois esperanza muerta, |
|
que en elementos mudables |
|
es bien hacer las obsequias |
|
a sus prendas, pues han sido |
|
de su mudanza herederas. |
|
Pluguiera a Dios que su imagen |
|
sacar del pecho pudiera, |
|
que para mirar sus llamas |
|
del pecho el alma saliera. |
|
Pero es empresa imposible, |
|
que fue desde la edad tierna |
|
de cera para imprimirse, |
|
para borrarse de piedra. |
|
|
|
LAÍN |
Señor imposibles
lloras, |
|
que te acabas considera, |
|
y las mujeres hermosas |
|
no se acabaron en esta. |
|
|
|
MARSILLA |
¿Eso has de decir
villano? |
|
¿Puede haber mujer que
pueda |
|
ser sombra de su hermosura? |
|
Por sacarte estoy la lengua. |
|
Quítateme de delante, |
|
que merece esa blasfemia, |
|
que de mis celos la llama |
|
en cenizas te resuelva. |
|
|
|
—fol.
110r→ |
|
MARSILLA |
¿Qué replicas?
|
|
Vete, y si pudieres vuela, |
|
no te alcance mi rigor. |
|
|
|
LAÍN |
Espérete una escopeta. |
|
(Vase LAÍN.)
|
|
|
MARSILLA |
Yo entiendo que no soy yo, |
|
porque mudanza tan nueva |
|
en mujer tan invencible |
|
desdice a naturaleza. |
|
Que a otro dueño dio la
mano |
|
Isabel, máquina
excelsa, |
|
que en pavimientos azules |
|
tachonado estás de
estrellas, |
|
que de tus ejes es el orden |
|
has prevertido a la tierra, |
|
con mudanza tan
estraña. |
|
Hoy permitís que
perezca |
|
con este monstruo imposible |
|
del fin terrible que espera; |
|
todas las fieras
señales, |
|
por mi mal sólo le
encierra. |
|
Ay celos, ay ausencia, ay mudanza,
ay ira, |
|
mal haya el hombre que en mujeres
fía. |
|
|
|
|
(Vanse, y tocan atabales, y salgan de boda todos los que
pudieren, hombres y mujeres, DON
JUAN de padrino, con la MADRINA, RUFINO, y DON GONZALO, y DOÑA ISABEL de las manos, y
siéntanse y salen músicos.)
|
RUFINO |
Hasta llegar a gastarse |
|
la cena un poco, no es cosa |
|
a la salud provechosa, |
|
en ningún modo, a
costarse, |
|
y ansí aquí fuera
podremos |
|
entretenernos un poco. |
|
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Son amorosos estremos. |
|
Luego esa ardiente
afición |
|
que abrasa la fantasía, |
|
con la esperanza
tardía, |
|
¿calmará en la
posesión? |
|
Es propio en los que
aborrecen, |
|
que está en la prenda
segura, |
|
no idolatrar la hermosura. |
|
|
|
|
(Sale MARSILLA
arrebozado.)
|
MARSILLA |
Esto mis glorias merecen, |
|
de amor vengo loco, y ciego |
|
a ver mi pena crüel, |
|
que se ha mudado Isabel |
|
de su fe, y amor reniego. |
|
Ninguno me ha conocido, |
|
quiero envidiar desde
aquí |
|
el bien que ausente
perdí, |
|
como tahúr que ha
perdido. |
|
Mirando estará sin
seso, |
|
pues nada me le asegura, |
|
las cartas de mi ventura, |
|
pasado el triste suceso. |
|
Seré Tántalo
sediento |
|
con que le dé celos
loca, |
|
miraré el agua a la
boca, |
|
y beberé sombra, y
viento. |
|
Este es Letargo, ¿es
locura? |
|
¿es engaño del
deseo? |
|
Posible es que lo que veo |
|
¿es doña Isabel
Segura? |
|
|
|
DON GONZALO |
Triste parece que
estáis, |
|
pienso que la causa os doy. |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Siempre desta suerte estoy, |
|
no porque vos me la dais. |
|
Ya sois mi esposo, y es justo |
|
que el veros me dé
consuelo, |
|
y pues es gusto del cielo, |
|
que procure daros gusto. |
|
|
|
MARSILLA |
Tu esposo dijo: ¡ay de
mí! |
|
|
|
DON GONZALO |
Por favor tan soberano, |
|
dadme a besar una mano. |
|
|
—fol.
110v→ |
|
|
|
MARSILLA |
La mano le dio a besar, |
|
de celos y rabia muero, |
|
que más desengaño
espero. |
|
|
|
DON GONZALO |
Salid don Juan a danzar |
|
una gallarda, y por ser |
|
el más galán, y el
padrino. |
|
|
|
DON JUAN |
Por el favor peregrino, |
|
que fue de vuestro placer |
|
barato, os beso las manos; |
|
don Gonzalo, yo quisiera |
|
saber danzar, que os sirviera, |
|
no soy de los cortesanos |
|
que en eso ponen su mira, |
|
sabemos pocos soldados |
|
danzar. |
|
|
RUFINO |
Los de los estados,
|
|
cuando de la marcial lira |
|
se recogen a invernar |
|
de Flandes, en los festines |
|
son famosos danzarines. |
|
|
|
DON JUAN |
Yo soy de África y del
mar. |
|
|
|
RUFINO |
No se me ha olvidado a
mí |
|
de Flandes, que es el escuela |
|
de danzar la Plantarela, |
|
cuando allá soldado
fui. |
|
Y a no parecelle a un viejo |
|
tan mal, diera que
reír. |
|
|
|
MADRINA |
Los novios pueden salir, |
|
que son de la fiesta espejo. |
|
Vuesamerced se lo mande, |
|
que se querrán escusar. |
|
|
|
|
|
MADRINA |
Tristeza grande
|
|
Es la de doña Isabel. |
|
|
|
MARSILLA |
No quiero estar más
aquí |
|
viendo mudanzas, pues vi |
|
ya tu mudanza crüel. |
|
Muerte me dio el
desengaño. |
|
|
|
|
MARSILLA |
Muerte me dio.
|
|
(Vase MARSILLA.)
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Aquel hombre que salió |
|
me dio un sobresalto
estraño. |
|
Pareció sombra de aquel |
|
que aun difunto el alma adora. |
|
|
|
DON GONZALO |
¿Qué es lo que
tenéis señora? |
|
|
|
|
|
DOÑA ISABEL |
No sé qué en el
corazón |
|
entra al salir a danzar. |
|
|
|
RUFINO |
Pues éntrate a desnudar |
|
pasarase esa pasión, |
|
que es de estar tan apretada |
|
del vestido, y de la cena. |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Más del alma fue la
pena. |
|
|
|
RUFINO |
Acuéstate que no es
nada. |
|
|
|
|
(Vanse todos entretanto, y salga GARCERÁN, y detenga a
DON GONZALO.)
|
|
|
GARCERÁN |
Más de un hora ha que
llegó. |
|
|
|
|
GARCERÁN |
No;
|
|
pero que estarán
aquí |
|
mañana, dice este
pliego, |
|
que es de don Pedro tu primo. |
|
|
|
DON GONZALO |
Mucho la memoria estimo; |
|
también me escribe don
Diego. |
|
Seguros pienso que
están |
|
los caballos, esta vez |
|
podré dar algún
jaez, |
|
y algún caballo a don
Juan. |
|
|
|
GARCERÁN |
Serán las fiestas
famosas, |
|
y habrá que servir, y
ver. |
|
|
|
DON GONZALO |
No podrán dejar de ser, |
|
como mi gloria, dichosas. |
|
|
|
|
(Vanse, y sale DOÑA ISABEL con la MADRINA con ropa de
levantar.)
|
—fol.
111r→ |
MADRINA |
Esta es la obligación de la
madrina, |
|
guárdeos Dios muchos
años, y veamos |
|
de los dos venturosos
herederos. |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Serán para que os sirvan,
doña Juana, |
|
como los padres lo han de
hacer. |
|
|
MADRINA |
Amiga
|
|
a visitaros enviaré
mañana. |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Hareisme la merced que me
habéis hecho. |
|
|
|
MADRINA |
Hagaos la noche, amén, muy
buen provecho. |
|
|
|
|
(Vase la MADRINA,
y sale MARSILLA
detrás de una cortina.)
|
DOÑA ISABEL |
Al sacrificio de mi muerte
llego, |
|
bien sé que he de vivir muy
pocos días. |
|
|
|
|
DOÑA ISABEL |
¡Qué es esto santos
cielos!
|
|
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Tente sombra fría,
|
|
ya te conozco; ¿a qué
has venido agora? |
|
|
|
|
DOÑA ISABEL |
No te llegues tanto,
|
|
si alguna cosa quieres en
descargo |
|
de tu conciencia, déjamelo
dicho, |
|
que yo te prometo de cumplirlo
luego. |
|
|
|
MARSILLA |
Sin duda que le han dicho que era
muerto. |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Vete con eso sombra, y no me
sigas. |
|
|
|
MARSILLA |
Doña Isabel
sosiégate, y advierte, |
|
que sólo estoy difunto en tu
memoria, |
|
y que envidiosos de la dicha
mía |
|
te han contado que soy muerto;
llega |
|
y verás si es verdad |
|
|
|
MARSILLA |
Hoy llego de buscar hacienda y
honra |
|
con que llegar a merecer tus
partes, |
|
y por dos horas más de
plazo, he sido |
|
amante desdichado; por tu
causa |
|
he arado el mar, y el África
me tiembla, |
|
mira este pecho lleno de
heridas. |
|
Pluguiera a Dios que abiertas
estuvieran, |
|
porque vieras por ellas tu
retrato. |
|
Todo en la pretensión de ser
tu esposo, |
|
y volver rico, ha sido como
vuelvo; |
|
ya no tiene remedio por ahora |
|
el bien que deseé con tantos
daños, |
|
que menos que con muerte no he
cumplido |
|
con las desdichas de mi amarga
vida, |
|
|
—fol.
111v→ |
y con el sentimiento de mi
muerte, |
|
tiranizada de otro ajeno
dueño, |
|
para darte a entender, que por la
causa |
|
muero también con loco
atrevimiento. |
|
Aquí quise esconderme y
esperarte, |
|
dame por premio y fin de mi
esperanza, |
|
y de lo que te quise, Isabel
mía, |
|
un abrazo no más. |
|
|
DOÑA ISABEL |
¡Ha visto el suelo
|
|
más estraño
suceso! |
|
|
MARSILLA |
Acaba, acaba,
|
|
hazme este bien por
último. |
|
|
DOÑA ISABEL |
Marsilla,
|
|
los cielos saben bien, que te he
querido |
|
con el mayor amor que ha visto el
mundo, |
|
las nuevas de tu muerte, me la
dieron |
|
en el gusto, en el bien y en la
esperanza, |
|
y teniendo por ciertas estas
nuevas |
|
mi padre me apretó con
llanto y ruegos, |
|
a que diese la mano a don
Gonzalo, |
|
o que sino su muerte
lloraría. |
|
Y viendo el imposible de
gozarte |
|
el sí le di, por no llorar
su muerte; |
|
pero fue condición, que
hasta que el plazo |
|
se cumpliese, y dos horas, no le
había |
|
de dar la mano a don Gonzalo;
quiso |
|
la suerte, que tardases las dos
horas, |
|
ya que el plazo pasaba di la
mano, |
|
que fue, sin duda, fuerza del
Planeta; |
|
ya es mi esposo Marsilla, don
Gonzalo |
|
perdóname, si el gusto que
me pides |
|
no te le puedo dar como
quisiera, |
|
que no le he de ofender por
ningún modo. |
|
|
|
MARSILLA |
Pues con la muerte no me falta
todo. |
|
(Cae muerto MARSILLA.)
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Muerto sin duda ha
caído |
|
con la celosa pasión. |
|
¡Qué notable
confusión! |
|
Sin mí estoy, perdió
el sentido. |
|
Ningunas señales tiene |
|
de vida, perdió el
aliento, |
|
aun no solicita el viento: |
|
¿qué haré? Don
Gonzalo viene. |
|
|
|
|
(Sale DON
GONZALO.)
|
DON GONZALO |
Dueño de mi bien,
¿qué hacéis? |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Hame sucedido, esposo, |
|
el caso más espantoso |
|
que vio el mundo. |
|
|
DON GONZALO |
No os espantéis.
|
|
Contadme el suceso amor. |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Ese que tienes delante |
|
|
—fol.
112r→ |
es Marsilla, no te espante |
|
verle muerto aquí,
señor, |
|
que honor tuyo ha sido todo, |
|
y todo en tu honor ha sido. |
|
|
|
DON GONZALO |
¿De qué modo ha
sucedido? |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Después sabrás de
qué modo. |
|
Ahora importa sacalle |
|
de aquí. |
|
|
DON GONZALO |
¡Presagio mortal!
|
|
De su padre al mismo umbral, |
|
en hombros quiero llevalle, |
|
para que ninguno sienta |
|
su muerte. |
|
|
DOÑA ISABEL |
Eso importa al punto
|
|
cargarte el cuerpo difunto, |
|
que tu honor está a mi
cuenta. |
|
|
|
DON GONZALO |
Mi bien las sospechas todas, |
|
viendo tu rostro, ha vencido. |
|
(Cargose el cuerpo DON GONZALO, y
vase.)
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Desdichado agüero ha sido |
|
en la noche de mis bodas. |
|
|
|
|
(Vase, y sale LAÍN con una hacha encendida, y
HIPÓLITO viejo
padre de MARSILLA.)
|
HIPÓLITO |
No hay descubrille, sin duda |
|
que la celosa pasión, |
|
que el fuego del
corazón |
|
para algún daño le
ayuda. |
|
No hay en todo Teruel, |
|
y calle no hemos dejado, |
|
que no hayamos caminado, |
|
quien nos pueda decir
dél. |
|
Y en casa Rufino están |
|
en el colmo de su boda, |
|
que ha sido la causa toda |
|
de sus desdichas, y van |
|
del cielo las luces bellas |
|
diciendo, que viene el alba |
|
retirando a las estrellas. |
|
|
|
LAÍN |
Ya están muy bajas las
siete |
|
cabrillas, bocina, y carro, |
|
y sueño, cena, ni
jarro, |
|
fin de que lo me promete. |
|
Durmiéndome voy, por
Dios, |
|
en pie. |
|
|
HIPÓLITO |
A casa, ser podrá
|
|
que Diego haya vuelto ya. |
|
|
|
LAÍN |
Desdichados sois los dos. |
|
|
|
HIPÓLITO |
Entra; quien hijos engendra |
|
a esos cuidados se obliga. |
|
|
|
LAÍN |
No pienso quitarme liga |
|
ni botón, que como
almendra |
|
en cáscara he de
dormir. |
|
(Van a entrar, y tropiezan en el cuerpo de MARSILLA.)
|
Mas, ¿qué es esto
santos cielos, |
|
que está tendido en el
suelo, |
|
y no vimos al salir? |
|
Hombre difunto parece. |
|
|
|
HIPÓLITO |
¿Hombre a mi puerta
difunto? |
|
|
|
LAÍN |
Es verdadero trasunto |
|
de mi señor, que te
ofrece |
|
a su mismo original |
|
la fortuna. |
|
|
HIPÓLITO |
Este es Laín,
|
|
que a tan desdichado fin |
|
le trujo el celoso mal, |
|
Sin duda. |
|
|
LAÍN |
En ninguna parte
|
|
parece que herida tiene. |
|
|
|
|
LAÍN |
No des en desconsolarte, |
|
que quizá desmayo ha
sido |
|
de la pasión que le
abrasa, |
|
y al querer entrar en casa |
|
vino a faltalle el sentido, |
|
y ansí en el umbral
cayó. |
|
|
|
HIPÓLITO |
Laín desmayo mortal |
|
debe de ser por mi mal, |
|
que para siempre le dio. |
|
|
|
LAÍN |
Llevarle quiero a la cama |
|
|
—fol.
112v→ |
en brazos, y allá
quizá |
|
con remedios volverá. |
|
|
|
HIPÓLITO |
Esta dicha de la fama. |
|
¿De tus hechos
esperé? |
|
Ay hijo del alma mía, |
|
llorando al alba del
día |
|
desde hoy
acompañaré. |
|
Aunque ya esta misma suerte |
|
lloré con ansía
mortal, |
|
que como fiesta del mal |
|
tuvo víspera su muerte. |
|
|
|
|
(Vanse, y sale RUFINO y DRUSILA.)
|
RUFINO |
Drusila, ¿cómo han
dormido |
|
los novios? |
|
|
|
RUFINO |
Engendra la cama amor, |
|
aunque es madre del olvido. |
|
¿Qué han
almorzado? |
|
|
DRUSILA |
Muy bien
|
|
de almorzar les envió |
|
la madrina, en que
mostró |
|
su voluntad, y también |
|
la largueza en el amor, |
|
puesto que obligada estaba. |
|
|
|
|
DRUSILA |
Ya se levantaba
|
|
don Gonzalo mi señor. |
|
Ruego a Dios que presto veas, |
|
señor, un nieto con
bien. |
|
|
|
RUFINO |
Para ti será
también, |
|
Drusila, el bien que deseas. |
|
Don Gonzalo sale ya. |
|
|
|
|
(Sale DON
GONZALO.)
|
DON GONZALO |
Aquí me aguarda mi
suegro. |
|
|
|
RUFINO |
Oh hijo, con quien alegro |
|
mi edad, que a la muerte va. |
|
Dios os dé muy buenos
días. |
|
|
|
DON GONZALO |
Muy buenos se los dé
Dios |
|
a vuesa merced. |
|
|
|
|
DRUSILA |
Qué alegrías |
|
hace el gusto en la vejez; |
|
desdichado del que pierde |
|
vida y dueño, y vio
más verde |
|
su esperanza alguna vez. |
|
Oh infeliz y triste amante, |
|
por dos horas solamente |
|
el bien perdiste, y ausente |
|
fuiste a un muerto semejante, |
|
pues que llorando tu muerte, |
|
aunque el ausencia es lo
mismo. |
|
|
|
DON GONZALO |
Es mi amor profundo abismo, |
|
no hay medirle. |
|
|
RUFINO |
Feliz suerte
|
|
mi hija ha tenido ahora. |
|
|
|
DON GONZALO |
Sólo yo el dichoso soy |
|
que la merece. |
|
|
DRUSILA |
Yo voy
|
|
a vestir a mi señora. |
|
|
|
|
(Vase DRUSILA, y
sale LAÍN con una
loba de luto, amortajado, cubierto el rostro.)
|
RUFINO |
¿Qué es esto que
viene aquí? |
|
¿Quién en Teruel ha
muerto, |
|
que de luto tan cubierto |
|
se entra en mi casa
ansí? |
|
|
|
DON GONZALO |
Tu tristeza maravilla; |
|
¿quién sois? |
|
|
|
LAÍN |
Un criado llorón soy |
|
de Hipólito de
Marsilla. |
|
|
|
|
|
RUFINO |
¿No ha muchos
días
|
|
que murió en las
baterías |
|
de la Goleta? |
|
|
LAÍN |
¿Trajo
|
|
Eso en Teruel, señor, |
|
algún villano enemigo |
|
|
—fol.
113r→ |
suyo? |
|
|
|
LAÍN |
Él vino conmigo;
|
|
digo, yo con él, y amor |
|
de repente le dio muerte |
|
viendo su dicha mudada |
|
por dos horas, y trocada, |
|
ya su afición
diferente. |
|
|
|
RUFINO |
Suspenso y sin seso estoy. |
|
|
|
|
LAÍN |
Mi triste persona viene |
|
ahora a deciros, que hoy |
|
se entierra, y suplicaros |
|
de parte de mi señor |
|
el viejo, le hagáis
favor |
|
de honrar su entierro, y
hallaros |
|
en sus obsequias, los
días |
|
que duren. |
|
|
|
LAÍN |
En piedras harán
señal |
|
las tristes lágrimas
mías. |
|
|
|
RUFINO |
De nuestra parte diréis |
|
lo que su desdicha a todos |
|
nos pesa, y por cuantos modos |
|
con seguridad podéis |
|
tenernos para serville, |
|
que eso que le ha sucedido, |
|
otra vez lo hemos sentido |
|
como era razón
sentille. |
|
Y lo sentimos, decid, |
|
de nuevo. |
|
|
LAÍN |
Adiós, quién
pensara
|
|
de mi altivez que parara |
|
en plañidera del Cid. |
|
(Vase LAÍN.)
|
|
|
RUFINO |
Confuso estoy, y admirado |
|
de la novedad. |
|
|
|
|
DON GONZALO |
Yo alabo el bien de mi estado. |
|
|
|
|
(Vanse, y salgan DRUSILA con un espejo, y DOÑA ISABEL mirándose en
él.)
|
DRUSILA |
De amante, y de desdichado |
|
ejemplo del mundo fue. |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Alza ese espejo, y veré |
|
cómo me asienta el
tocado. |
|
|
|
DRUSILA |
¡Qué mozo, en
desdichas viejo, |
|
qué fe jamás
conocida! |
|
¡Qué muerte enmedio su
vida, |
|
qué amor! |
|
|
|
DRUSILA |
¡Qué tragedia tan
mortal, |
|
qué temprana muerte
fiera! |
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Buena estoy desta manera. |
|
|
|
DRUSILA |
La gala y fe faltó en
él. |
|
Parece que no te agrada, |
|
de alabar sus partes dejo. |
|
(Caésele el
espejo.)
|
válate Dios por espejo. |
|
|
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Nada decís, y el
cristal |
|
está mil pedazos hecho, |
|
que ninguno es de provecho, |
|
todo me sucede mal, |
|
desde que me levanté, |
|
que el espectáculo
fiero, |
|
que fue el presagio primero, |
|
destos amenazas fue. |
|
(Tocan una caja dentro ronca.)
|
Drusila ¿qué caja es
esta |
|
que se escucha destemplada? |
|
¿Quién marcha, que al
alma helada |
|
con tan triste son molesta? |
|
Asómate a ese
balcón, |
|
porque parece que pasa |
|
|
—fol.
113v→ |
por el umbral de mi casa; |
|
¡qué triste y medroso
son! |
|
|
|
|
DOÑA ISABEL |
Mira qué suceso
|
|
pregona de aquesta suerte |
|
aquesta voz de la muerte; |
|
que no estoy en mí
confieso. |
|
|
|
|
(Vuelve DRUSILA.)
|
DRUSILA |
Ponte a la ventana, |
|
y desde sus rejas |
|
mirarás, señora, |
|
la villa revuelta. |
|
Mujeres, y niños |
|
con lágrimas tiernas |
|
esta calle ocupan, |
|
y esotras despueblan. |
|
Desde las ventanas |
|
arrancan de pena |
|
sus cabellos rubios |
|
dueñas y doncellas. |
|
Los viejos ancianos |
|
van con la terneza, |
|
en hebras de plata, |
|
ensartando perlas. |
|
Óyense suspiros, |
|
que al aire penetran, |
|
hasta el eco mismo |
|
suspira en respuesta. |
|
Destempladas cajas |
|
desto el compás llevan, |
|
que son en las muertes |
|
llanto de la guerra. |
|
Alrededor viene |
|
gente de la Iglesia, |
|
con capas de coro, |
|
y amarilla cera. |
|
Y haciendo sus voces |
|
con las cajas mezcla, |
|
los responsos mueven |
|
estraña tristeza. |
|
Luego más abajo |
|
se ve por la tierra |
|
de Moros vencidos |
|
rendidas banderas. |
|
Y en hombros de nobles, |
|
con armas y espuelas, |
|
un difunto armado |
|
a usanza de guerra. |
|
Alaridos tristes |
|
del pueblo le cercan, |
|
de que era bien quisto |
|
muestras verdaderas. |
|
Ya dicen las cajas, |
|
que el entierro llega, |
|
y el alma te dice |
|
quien es el que entierran. |
|
|
|
|
(Tocan las cajas como a entierro.)
|
DOÑA ISABEL |
¿No es este Drusila, |
|
que desta manera |
|
pasa por mis ojos |
|
el que fue su estrella? |
|
¿No es este aquel
hombre, |
|
que desde la escuela |
|
me quiso veinte años |
|
con tanta firmeza? |
|
¿Y el que por mi causa |
|
se partió a la guerra |
|
a perder la vida, |
|
y a ganar riqueza? |
|
¿No es este aquel mismo |
|
que quise en ausencia, |
|
y murió en mis manos |
|
de celosa pena? |
|
¿Cómo estoy yo
viva, |
|
que mi vida es fuerza, |
|
|
—fol.
114r→ |
viendo muerto el dueño |
|
que era causa della? |
|
Sígueme Drusila, |
|
o sola me deja, |
|
que el muerto que pasa |
|
el alma me lleva. |
|
|
|
DRUSILA |
En tu honor señora, |
|
advierte. |
|
|
DOÑA ISABEL |
No vengas,
|
|
que no tendré vida |
|
hasta verme muerta. |
|
|
|
|
(Vanse, y tocan cajas destempladas, y salgan todos los que
pudieren de luto, RUFINO,
DON GONZALO, HIPÓLITO MARSILLA, y
siéntense en unos bancos a los lados y córrase un
tafetán, y parezca MARSILLA armado sobre un túmulo
negro, o con la celada en las manos, y hachas a los lados, y
DON JUAN.)
|
RUFINO |
Comiencen de los oficios |
|
las obsequias funerales, |
|
de la Cristiana fue indicios. |
|
|
|
|
(Sale DOÑA
ISABEL con manto cubierta.)
|
DOÑA ISABEL |
No respeta en casos tales |
|
amor, vidas ni juicios. |
|
(Dice echada sobre el
difunto.)
|
Espérame dueño
amado, |
|
tanto de mi fe esperado, |
|
que no es razón que el
amor |
|
tanto respete el honor, |
|
pues me le han tiranizado. |
|
(Abrázale.)
|
Ceñiré con brazo
fuerte, |
|
de firmeza no rompida, |
|
tu pecho de aquesta suerte, |
|
que lo que no quise en vida |
|
te vengo a pagar en muerte. |
|
También en la muerte
dura |
|
acompañando te voy, |
|
y sepan todos que soy |
|
doña Isabel de Sigura. |
|
(Quédase muerta sobre
MARSILLA.)
|
|
|
DON GONZALO |
¿Qué es esto, fortuna
airada?, |
|
¿qué es esto, infame
mujer? |
|
Pero castigue mi espada |
|
tu error, pues te vengo a ver, |
|
de quien me afrenta abrazada. |
|
|
|
|
DON GONZALO |
No te opongas a mi furia, |
|
que a un toro celoso igualo. |
|
|
|
RUFINO |
No hay en los muertos injuria. |
|
|
|
DON GONZALO |
Ni en mi furor intervalo, |
|
que está viva quien me
ofende. |
|
|
|
DON JUAN |
Señora doña
Isabel, |
|
no me escucha, mire, entiende, |
|
no hay apartalla; con
él |
|
sin duda morir pretende. |
|
No se ha movido, ni da |
|
señal de vida ninguna, |
|
muerta como el muerto
está, |
|
son una helada coluna |
|
su frente y sus manos ya. |
|
Don Gonzalo, vuestra esposa |
|
es muerta. |
|
|
|
RUFINO |
¡Grande muestra de
afición! |
|
|
|
|
|
RUFINO |
Don Gonzalo, no tenéis |
|
que quejaros con furor, |
|
que esta tragedia que veis, |
|
y yo lloro, causa amor, |
|
y aunque vos decir
podéis, |
|
|
—fol.
114v→ |
que sois su esposo, en
razón |
|
de la amorosa pasión |
|
los dos estaban prendados, |
|
y en esperanza casados, |
|
ya que no en la
posesión. |
|
Y así en un sepulcro, es
bien |
|
que sepultados estén, |
|
y en mármol, que eterno
viva |
|
contra los tiempos, se escriba |
|
este epitafio también. |
|
Aquí yacen dos amantes |
|
muertos juntos, al rigor |
|
de los hados inconstantes, |
|
semejantes en amor, |
|
y en la muerte semejantes. |
|
Porque del amor fïel |
|
de Marsilla y de Isabel |
|
digan lo que tantos vieron. |
|
|
|
DON JUAN |
Y este es el fin que tuvieron |
|
los amantes de Teruel. |
|
|
|