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Obras de Diego Hurtado de Mendoza

Diego Hurtado de Mendoza



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Al exmo. Sr, D. José Gutiérrez de la Vega, Caballero de varias órdenes nacionales y extranjeras, individuo de muchas sociedades científicas y literarias de Europa, ex-diputado a Cortes, ex-gobernador de la provincia de Granada, actual gobernador de la de Madrid, etc. etc. etc.

Excmo. Sr.:

V. E. con su poderosa iniciativa, con su inquebrantable fe, con su decidido amor por la literatura patria, de la que es uno de sus más dignos representantes, nos trajo el felicísimo pensamiento de publicar coleccionadas las obras de nuestros escritores, levantando así un monumento glorioso a la memoria de los mas ilustres hijos de Granada. Alentonos V. E. con el calor de su entusiasmo: nos ayudó con su experiencia, protección y consejos, y, gracias a una cooperación tan eficaz como ilustrada, el pensamiento de V. E se ve hoy realizado, sino con el merecido acierto, con el empeño y buen deseo de que es digno por su grandeza.

La gloria es de V. E.: así lo comprendió la Junta congregada para escuchar de labios de V. E. la explanación del pensamiento hoy convertido en hecho, al acordar que estas ediciones se dedicaran a su dignísimo promovedor, como una prueba de entusiasmo, de gratitud y de cariño: así lo ha comprendido esta Provincia y la Nación entera, y así lo reconoce y confiesa el que suscribe, al llevar a cabo en estos desaliñados renglones, como editor de la obra, el acuerdo tomado en la memorable noche del 21 de Marzo del presente año.

Dígnese, pues, V. E., aceptar la dedicatoria que de esta Biblioteca le ofrecemos, como una muestra de la gratitud de que son deudores los hijos de Granada al iniciador y protector de tan glorioso como patriótico pensamiento.

Excmo. SR.,

Eduardo de los Reyes.




ArribaAbajoEl Editor

El Sr. D. Nicolás del Paso y Delgado, colector del presente tomo, ha querido asociar su nombre a la publicación de la Biblioteca, de una manera conforme a su ilustración y generosidad. A pesar de su absoluta escasez de tiempo, que todo tiene que dedicarlo a las graves atenciones del foro y de la cátedra, ha llevado a cabo este trabajo rehusando toda retribución, y cediéndola en beneficio de los muchos sacrificios que he tenido que hacer para llevar a cabo la obra que con tanto empeño se trata de realizar.

Al consignarlo así, quiero dar al Sr. Paso y Delgado un público testimonio de aprecio y de gratitud, tanto más merecido, cuanto más raros son estos ejemplos de abnegación y de desinterés, para proteger y alentar las letras patrias, harto decaídas, por desgracia, en nuestros tiempos.

E. de los Reyes.

Expediente formado por orden del Excmo. Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, en la Secretaría del Gobierno Civil de esta Provincia, para realizar el pensamiento de publicar la Biblioteca de escritores granadinos, desde la civilización árabe hasta nuestros días.

Acta primera.

En la ciudad de Granada a veinte y uno de Marzo de mil ochocientos sesenta y cuatro, en el despacho del Señor D. José Gutiérrez de la Vega, Gobernador civil de la Provincia, previa su invitación, se reunieron los Señores D. Nicolás de Paso y Delgado, Doctor en Jurisprudencia, Catedrático de la Universidad literaria de esta ciudad y Presidente de la Academia de bellas artes; D. José Salvador de Salvador, D. Isidoro Lora y D. Antonio Afán de Rivera, Licenciados en Jurisprudencia, y Académicos profesores de la de ciencias y Literatura del Liceo de esta capital; D. José Ramos López, Doctor en Sagrada Teología y Canónigo de la Colegiata del Sacromonte; D. Rafael Contreras, restaurador del Real Palacio Árabe de la Alhambra; D. Leopoldo Eguílaz, Licenciado en Leyes y en Letras, y Catedrático de esta Universidad; D. Francisco Fernández González, Doctor en Letras y Catedrático de literatura; D. Pedro Gámez, Abogado y Síndico del Ayuntamiento de esta ciudad; D. Manuel de Góngora y Martínez, Doctor en Letras, Catedrático de la misma facultad e Inspector de antigüedades de esta provincia y de la de Jaén; D. Francisco Pagés Collantes, Doctor en Teología, Cura propio de San Justo y Pastor; D. José de Somoza y Llanos, Doctor en Letras y Catedrático en dicha facultad; D. Eduardo de los Reyes, Director del periódico «El Porvenir;» D. Francisco Javier Simonet, Doctor en Letras y Catedrático de lengua Árabe; D. Aureliano Ruiz, Director de la revista literaria «El Paraíso;» D. Francisco Rodríguez, Director del periódico «El Eco Granadino;» D. Francisco Bermúdez de Cañas, Doctor en Teología y Canónigo del Sacromonte; D. Francisco Javier Cobos, redactor del periódico «El Porvenir,» y el infrascrito Secretario, que lo es también de este Gobierno de provincia, Doctor en derecho civil y Canónico.

El Señor Gobernador usó de la palabra y manifestó: que desde su venida a esta Ciudad para ocupar el alto puesto con que S. M. se había dignado honrarle, ante el recuerdo de tantos esclarecidos ingenios granadinos que han florecido en el mundo literario dando timbres de gloria a las letras Españolas, de tantos insignes escritores en ciencias y letras que forman un brillante y numeroso catálogo desde la civilización árabe hasta nuestros días, concibió la idea de alzar un monumento de respeto a su memoria y de honra para las letras granadinas. Que los libros donde encierran tesoros las ciencias y la literatura no deben vivir en el olvido, ignorados de la generalidad y patrimonio exclusivo de algunas pocas personas dedicadas al estudio de las letras; que la propagación de esos libros es un poderoso germen de cultura para la Sociedad moderna, y que al propagarlas hoy, pagaríamos sagrada deuda de gratitud a los que ayer contribuyeron con su talento y sus trabajos a la magnífica obra de la civilización actual: que el mérito de nuestros poetas, historiadores, filósofos, teólogos, canonistas y gramáticos que desde la Edad Media cultivaron los ramos del saber humano, había conquistado a sus nombres la fama imperedera que perpetúa la memoria de los sabios y de los héroes, pero que diseminados sus escritos, incompleta la publicación de algunos, inéditos otros, e ignorados muchos, el respeto a la memoria de tantos distinguidos escritores, el amor al país que los ha visto nacer, y a las glorias granadinas que son glorias españolas, imponen el deber de difundirlos, publicando una Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días; que ha reunido algunas de las personas más ilustradas de esta Ciudad por sus trabajos literarios o su afición a ellos, en la imposibilidad de reunirlas a todas, pero con el propósito de que se entienda que se dirige a todos los escritores y a todos los amantes de las letras y de las glorias patrias; que les comunica su pensamiento; que les ruega lo acepten y espera lo harán suyo para llevarlo a cabo; que su realización será honrosa para todos; que a ella contribuirá con sus poderosos medios, y para conseguirlo hará un llamamiento a todas las eminencias políticas, literarias y científicas del país, como lo hace a las respetables personas a quienes ha invitado para que se encarguen de realizar el pensamiento, contando con su más decidida cooperación, mientras sea necesaria, para superar cuantos obstáculos se ofrezcan.

A seguida, para contestar, usó de la palabra el Señor D. Nicolás de Paso y Delgado y expuso que participando del entusiasmo que en todos había producido la iniciación de la idea altamente laudable y gloriosa, concebida por el Señor Gobernador, e interpretando los sentimientos de que todos se encontraban animados en aquel instante, empezaba reconociendo la inmensa importancia del pensamiento que se les acababa de revelar; manifestaba la más profunda gratitud al Señor Gobernador en nombre de la reunión y en nombre de Granada, por su conducta eminentemente patriótica, así como por la honra confiada a las personas reunidas, al encomendarles la ejecución de tan laudable idea, obra superior a sus fuerzas, pero que acometerían llenos de fe y de confianza contando con la eficacia y poderosa ayuda del mismo Señor Gobernador.

Los Señores concurrentes acordaron unánime y espontáneamente que se consignase en el acta de la reunión, un solemne voto de gracias al Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, por haber iniciado tan noble pensamiento, que ha de ser fecundo en brillantes resultados para las letras granadinas: que se dedique la Biblioteca a su iniciador y protector, en demostración de la gratitud de que le son deudores los hijos de Granada, y que conste en la portada de todos los volúmenes, que la Biblioteca se publica por la iniciativa y bajo la protección del mismo Sr. D. José Gutiérrez de la Vega; que se extendiese acta por el Secretario del Gobierno de la reunión celebrada, para que formándose expediente en las oficinas del Gobierno de la provincia se conserve en ella memoria de que el actual Señor Gobernador ha sido el autor o iniciador del pensamiento que se trata de realizar, y quede recomendada a sus sucesores la protección y ayuda a la Biblioteca de Escritores Granadinos.

También se acordó nombrar una comisión gestora para dar los primeros pasos en la realización de la idea concebida e iniciada, y al efecto fueron designados los Señores D. Nicolás de Paso y Delgado, D. Pedro Gámez, D. José Ramos López, D. José Salvador de Salvador, D. Isidoro Lora, D. Francisco Bermúdez de Cañas, Don Rafael Contreras, D. Francisco Rodríguez, D. Francisco Javier Cobos y D. Aureliano Ruiz, con el carácter éste de Vocal Secretario, cuya comisión se ocuparía asiduamente de los preliminares indispensables para la publicación de la Biblioteca, y propondría en las Sesiones inmediatas los medios convenientes al efecto.

A la una de la noche terminó la Sesión, y cumpliendo con lo acordado en ella se extendió acta de la misma de que certifico. -José Sánchez de Molina.

Acta segunda.

En la ciudad de Granada a diez de Julio de mil ochocientos sesenta y cuatro, se reunieron en el despacho del Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, Gobernador civil de esta provincia, los Sres. D. Nicolás de Paso y Delgado, D. Pedro Gámez, D. Francisco Pagés, D. Isidoro Lora, D. Eduardo de los Reyes, D. José Salvador de Salvador, D. Francisco Javier Cobos y el infrascripto como Secretario de la nueva comisión nombrada en la última reunión general para llevar a efecto la publicación de la Biblioteca de Escritores Granadinos.

Por la comisión se dio cuenta de las numerosas reuniones generales que se habían celebrado para ver de vencer las dificultades graves que se oponían a la realización del pensamiento, por la falta de Editor que se encargase de la empresa, llegándose hasta el punto de considerar ésta imposible e irrealizable y de abandonarla ya como muerta en manos del Señor Gobernador, quien volvió a dar vida al moribundo pensamiento, haciéndolo posible y realizable tan pronto como habló con el Sr. D. Eduardo de los Reyes, el cual ofreció el Establecimiento tipográfico de su propiedad, comprometiéndose a ser Editor de la Biblioteca y a realizar todo género de gastos que sean indispensables para su publicación, cuyos compromisos ratificó espontáneamente ante la Comisión.

Ésta, en vista de la noble y desinteresada conducta del Sr. D. Eduardo de los Reyes, acordó darle las más expresivas gracias.

El Vocal de la comisión Sr. D. José Salvador de Salvador que había recibido encargo de escribir el prospecto de la Biblioteca, dio lectura de este documento, y acordó la comisión se consignase en el acta la singular satisfacción con que había escuchado tan notable trabajo, que mereció por lo tanto la aprobación de los concurrentes.

Se nombró una comisión administrativa compuesta de los Sres. D. Francisco Pagés, D. Isidoro Lora y D. José Salvador de Salvador, para que asociados al Editor y al colector respectivo, velen e intervengan los intereses de la Empresa.

Se acordó, como bases de ésta, que cada colector tendrá derecho a que deducidos los gastos materiales de su colección, se le entregue la mitad del producto que exceda de aquéllos y que al efecto, en la Administración, además de la cuenta general, se lleve otra particular con cada colector: que también se reservará a estos la propiedad de mitad de los ejemplares de su colección que no se expendan.

El Señor Gobernador manifestó que tenía una satisfacción en haber vencido cuantas dificultades se presentaban para la realización de su pensamiento; que anunciada por el prospecto la publicación de la Biblioteca y próxima a tener principio; organizada la Empresa con un Editor cuyo compromiso era garantía y seguridad de fecundos resultados; constituida la comisión administrativa que había de representar los intereses de todos los colectores y concertadas con el Editor las principales bases de la publicación para garantir aquellos intereses, consideraba que su acción directa y hasta ahora tan necesaria debía cesar; que el pensamiento era ya realizable, y los colectores, la comisión nombrada y el Editor, eran los llamados a completar y continuar su ejecución, siguiendo por su parte dispensando toda la protección de que es digna la Biblioteca, recomendando la suscrición a todas las Corporaciones de la provincia y a todas las personas y Corporaciones distinguidas de fuera de ella; que la idea le había pertenecido hasta entonces y en su ejecución había intervenido directamente; pero en el momento en que se constituía una comisión para la parte material en relación directa con la parte literaria; en el momento en que la Biblioteca iba a ser un hecho entre los colectores y el Editor y objeto de recíprocos derechos y obligaciones, el mismo elevado carácter oficial de que se encuentra investido y su propio decoro le alejan de una intervención tan directa como hasta aquí, pero que moralmente permanecerá siempre unido a ella para protegerla, e impulsarla con todos los medios posibles y todo género de sacrificios.

La comisión gestora, significó de nuevo al Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, que sólo a su decidida y eficaz iniciativa se debía la realización de la honrosa idea concebida por él, y el reconocimiento y la gratitud de que le son desde hoy deudores las letras y las glorias Granadinas; y que contando siempre con su decidida y eficaz ayuda, le ofrecía continuar realizando su digno y elevado pensamiento.

El Señor Gobernador ofreció también invitar próximamente a las primeras Autoridades de la provincia y Jefes de Corporaciones científicas y literarias, a una reunión en la cual excitaría su patriotismo para la propagación de la Biblioteca, y terminó la Sesión, de que certifico. -José Sánchez de Molina.

(Prospecto citado en el acta anterior.)

Biblioteca de escritores granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días. Monumento elevado a las glorias de las letras patrias por la iniciativa y bajo la protección del Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, Gobernador de Granada.

Prospecto.

Derecho y privilegio tienen los genios superiores que sobresalen entre los demás hombres de cada siglo por su sabiduría o su valor, de vivir en la memoria de las edades futuras y de recibir de ellas vehemente y duradero tributo de admiración respetuosa. Por su ciencia los unos, y los otros por su hazañas, son fuertes eslabones de la cadena intelectual y heroica de los pueblos, que, al recoger su alta enseñanza como provechosa herencia, o el fruto de sus animosos sacrificios como social legado, contraen sagrados deberes de gratitud que rara vez dejan de cumplir con entusiasmo generoso y soberana justicia.

Pero entre las obras de unos y otros genios existe, en nuestro sentir, una esencial diferencia. Las de los primeros son al espíritu de los pueblos, lo que la savia a la vida vegetal; mientras que las de los segundos se dirigen a impulsar y modificar las condiciones y desenvolvimiento de la existencia de los mismos pueblos, como el cultivo de los arbustos aumenta su fuerza productora y altera sus formas y el sabor originario de sus frutos. Los unos son la luz y el movimiento los otros: aquéllos la inteligencia, el alma de las generaciones, y éstos su sentimiento y su corazón; los héroes de la ciencia reciben del cielo, por favor divino, la idea fecunda, y son, por decirlo así, la voluntad de la especie humana: los héroes del valor reciben de la naturaleza la fuerza y la sangre que prodigan por la gloria de las Naciones de que son brazo y espada.

Hay también otros genios (los mas augustos y conspicuos), a quienes el mundo llama santos, héroes de la virtud inmaculada.

Para éstos tienen la ciencia, el valor y el juicio universal de las gentes, veneración y altares; para aquéllos, aplausos y coronas, himnos y estatuas. Todos los pueblos rinden el debido culto a esas tres clases de genios extraordinarios, en la justa medida de su mérito, y los que no lo hagan darán triste prueba de culpable abandono y mortal desidia.

El nuestro favorecido por Dios con cuanto constituye la grandeza de los más célebres de la tierra, ha sido abundante venero de aquellas tres clases de espíritus predilectos. Consagrada está en sus magníficos templos la memoria de sus santos: grabada en su historia y en sus monumentos la fama de sus guerreros. ¡A sus insignes sabios no ha levantado todavía un pedestal, ni dedicado una ofrenda, ni tejido una corona con las rosas fragantes de sus perpetuos jardines!...

Remediar esta falta es nuestro propósito.

Principiamos por acusarnos de ella aunque nos disculpen muchas de las causas que de igual responsabilidad a nuestros antecesores. Ni ellos tuvieron ni nosotros hemos tenido, hasta hoy, medios suficientes para realizar la noble empresa, y por eso ni la intentábamos, ni siquiera la concebíamos.

La oblación mas significativa y gloriosa, la mas útil y elocuente será, sin duda alguna, la que mas directamente simbolice la gloria de los eminentes escritores hijos de nuestro suelo y padres de nuestra inteligencia; cuya pequeñez no les es imputable, y procede solo de nuestra propia inercia, o de que nuestro entendimiento no basta a comprenderles e imitarles.

Tal consideramos el pensamiento de reunir y de publicar con escrupulosa corrección y ordenadas en forma de Biblioteca, las numerosas obras selectas que los escritores granadinos han producido desde la época de la civilización árabe hasta nuestros días, precedidas de apuntes biográficos y bibliográficos de sus autores, y de estudios comparativos de las ediciones conocidas, prefiriendo los textos más genuinos y estimados por mejores, e incluyendo en esta novísima edición los muchos manuscritos inéditos que yacen en el polvo de los archivos particulares, o, cuando más, se guardan, patrimonio exclusivo de las bibliotecas del Estado, como joyas de inestimable precio.

Concebido e iniciado y desenvuelto resueltamente este pensamiento por el SR. D. José Gutiérrez de la Vega, Gobernador civil de esta Provincia, ha sido aceptado por nosotros con gratitud y entusiasmo; nos hemos encargado de realizarle, y, más que de nuestros esfuerzos, de su valía y del apoyo que su autor nos ha ofrecido, esperamos el éxito de empresa tan ardua, que pocas en su género la igualarán y ninguna la aventajará en dificultades e importancia. Todo el honor de ella corresponde a su iniciador, y harto lo merece: a nosotros, por realizarla (si somos tan afortunados que lo conseguimos), nos contenta y satisface el reflejo de ese mismo honor, astro que después nos bañará con sus lisonjeros rayos.

La patria de historiadores tan sagaces y eruditos como Hurtado de Mendoza, Mármol y Pedraza; de teólogos tan profundos como Fray Luis de Granada, Suárez y Loaysa; y de poetas tan clásicos e inspirados como Fray Luis de León, Mir de Amezcua y Martínez de la Rosa; la patria cuna de varones tan renombrados en ciencias y bellas letras, doctos escriturarios, humanistas profundos, severos jurisconsultos, naturalistas aventajados, cronistas prolijos, maestros del buen decir y bardos sublimes, no podrá menos de regocijarse y de coadyuvar con todas sus facultades al logro del noble propósito que abrigamos, y que es, por sí mismo, el elogio más completo y el homenaje más distinguido que podemos tributar a las magníficas creaciones que han ido depositando con fecundidad prodigiosa en el templo de las letras, aquellos hombres ilustres, émulos de los más celebrados en todas las edades.

Varios objetos de utilidad práctica (circunstancia que pesa mucho en la balanza de nuestra época) llenará la publicación de la Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días. Lo son la claridad y la igualdad de la edición; la integridad del texto; la comodidad y baratura en la adquisición de las obras; y la base, en fin, legítima y sólida que se echa para la formación inmediata y urgente de bibliotecas municipales en todos los pueblos de la provincia; asunto de interés sumo para su ilustración y verdadero progreso en los órdenes moral y material, ahora que tanto se trabaja por perturbar hasta sus más sencillas y arraigadas nociones del bien y del mal, de la verdad y del error, de la virtud y del vicio, del pecado y de la gracia.

Todas las clases sociales hallarán en esta Biblioteca saludable pasto intelectual, y recreo lícito y sabroso; porque los escritores granadinos han producido sazonada lectura en todos los ramos del saber humano y empleado las más bellas formas de expresión que el habla castellana conoce. No rebaja el precio de sus obras la pasión adversa o propicia que suele ofuscar la razón de los mas sesudos; ni la licencia maleante y peligrosa con que muchos autores festivos, a costa del pudor, arrancan sonrisas; ni el fanatismo servil e intolerante que condena sin dar tiempo al ánimo y partes proporcionadas a la razón y al sentimiento para que juzguen; ni la ligereza superficial y vana que degrada lo serio y elevado, sin entrañar lo profundo; ni la intención laxa y transigente que todo lo otorga y nada recaba para la verdad, por el miedo hipócrita de aventurarla en la contienda. Nada, nada absolutamente de esto (muy común por desgracia en otros famosos ingenios) encontrarán los lectores en la Biblioteca que anunciamos. El autor ascético de las Postrimerías del hombre y de la Guía de pecadores: el venerable profesor de filosofía en Segovia y de teología en Valladolid, Alcalá, Salamanca y Coimbra, cuyas obras sobre la materia forman autoridad, y entre todas su Defensio catholicae fidei contra anglicanae sectae autores: el inspirado expositor del libro de Job, parafraseador de Virgilio, intérprete de Salomón, de David y de los Profetas y cantor de Dios en la Contemplación del Universo: el historiador imparcial de la guerra granadina contra los moriscos, y de la conquista de Túnez, filósofo, traductor de Aristóteles, hábil diplomático, comentador político, esclarecido poeta y novelista: el concienzudo geógrafo del África y cronista de nuestras guerras con los infieles y de la rebelión del pueblo morisco quedado en este reino: el famosísimo Prelado, fundador de la antigua casa de Doctrina dotada con sus rentas o instituida en el Albaicín para enseñanza de los moros conversos; Padre del concilio Tridentino, en el cual resplandeció como sol brillante de la Iglesia Católica; apóstol evangélico en Estridonia, patria del gran Gerónimo, y autor de las Constituciones Sinodales del Arzobispado de Granada, vigentes todavía, a pesar de sus tres siglos de existencia: el monje austero cuyo sentimiento religioso le inspira La subida del monte Carmelo, la Noche obscura del alma y la Llama de amor viva: la sierva de Dios, ilustre por su cuna y mucho más aún por sus virtudes, que desde el fondo del claustro silencioso vuela en éxtasis poético a la confluencia de nuestros dos ríos a llorar la muerte de su Padre y aumenta sus corrientes con el caudal de sus lágrimas; su ruido, con los gemidos de su corazón atribulado, y nuestro parnaso con sus églogas y canciones melancólicas, El amor sencillo, Los Pastores y La Paloma del Altar; y, en fin, todos los demás escritores selectos granadinos, brillan y descuellan por sus notorias condiciones de recto juicio, sana doctrina y dicción culta y castiza. No hay, pues, peligro alguno en extender y facilitar su estudio a todas las personas que en él busquen la ilustración y deleite del entendimiento. Seguramente que los hallarán en las fuentes que a su sed abrimos: no se agotarán por muchos que sean los que beban de sus aguas; por que sus manantiales se surten de ideas, que en vez de extinguirse al ser bebidas, se engrandecen y multiplican. Y ¿qué más honesto solaz puede codiciar el hombre con que dulcificar los desabrimientos y dolores de la vida? Fuera de los consuelos que la religión le ofrece en este valle de lágrimas, ¿cuáles otros encontrará mas dulces y eficaces?

Es necesario, por lo mismo, que Granada y su extensa provincia acojan benevolentes y ayuden generosas nuestra empresa, para que podamos darla cima; en lo cual recibirán debido homenaje las pasadas generaciones, honra la presente y tesoros literarios las futuras, y sin lo cual todos los obligados, escritores y patricios, seguiremos en deuda con nuestros ilustres maestros, y responsables, ante ellos y la posteridad, de tamaña incuria y tan ingrato desapego.

Encarecer más las importantes consecuencias de la publicación de la Biblioteca de Escritores Granadinos sería redundante e inútil. Su mero anuncio ha sido saludado como un gran acontecimiento por la prensa de toda la península y por los mas caracterizados representantes de las letras españolas. Su aparición (que del público favor depende), síntoma será de que los pueblos primeramente interesados acuden a enaltecer su propia gloria.

Por el contrario, la nulidad de nuestros esfuerzos, la negación de ese público favor, el fracaso de nuestras esperanzas, significarán el menosprecio a nuestros mayores y a nuestra grandeza de ellos heredada, y que cerramos ojos y oídos a la voz del deber, o que la indiferencia mas reprensible nos ensordece y ciega, apartándonos de las vías llanas y amenas del verdadero progreso, tan decantado como apetecido, con tal de que sin nuestra cooperación se verifique.

Doloroso será el desengaño, y no esperamos recibirlo. Confianza plena tenemos en que la provincia de Granada y todas las de España responderán a nuestro llamamiento, según sus respectivas fuerzas y el interés que deba inspirarles la realización de nuestra difícil empresa. Si tal sucede: si la provincia de Granada contesta a nuestros trabajos con su auxilio, comprendiendo bien que a su propia gloria contribuye: si la culta nación española, entiende, como nosotros, que el esplendor literario y artístico de uno solo de sus hijos, diadema honorífica es que ella se ciñe: si todas y cada una de las fuerzas que necesitamos y pedimos, concurren al triunfo de nuestro propósito; nosotros, llenos de inquebrantable fe, persistiremos en él hasta conseguir las nobles aspiraciones de nuestro corazón y dar cima a la obra, con tan lisonjeros auspicios emprendida.

Prevenidos y prontos estamos para ella: el tiempo dirá (y no ha de menester largo plazo) si fundamos en sólida base nuestra esperanza.

Daremos principio a la Biblioteca con las obras del insigne historiador, novelista y poeta D. Diego Hurtado de Mendoza: seguiremos publicando las del R. P. Fray Luis de Granada; las de D. Francisco Bermúdez de Pedraza; del cisne religioso y doctísimo maestro Fray Luis de León y demás escritores hijos de nuestra ciudad querida y de su antiguo reino, o que, tales puedan considerarse, porque aquí se formaron o lucieron con destello vivo su talento, su genio y su inteligencia. No se nos oculta la conveniencia y perfección que tendría nuestro trabajo si guardásemos en él rigoroso orden cronológico; mas para así proceder habríamos de tardar todavía en comenzar a darle a luz más tiempo del que su oportunidad y nuestro vehemente deseo reclaman, porque sería preciso inaugurarle con las obras de autores árabes y rabínicos, cuya versión y publicación imponen labor más larga y dificultades de ardua solución en los primeros días de nuestro dificilísimo trabajo. Alternarán, sin embargo, con los escritores cristianos, y no se harán esperar mucho tiempo, la historia de los reyes nazaritas de Granada, que ha por título El esplendor de la luna llena y fue escrita por Mohammed ebn Aljathib, eminente poeta, historiador político y filósofo granadino; el Regalo de las almas y clámide de los habitantes del Andaluz, obra histórico-militar por Ebn Hodzail, y otras muchas de igual mérito, buscadas y no halladas, y deleite exclusivo hasta ahora de contados y distinguidos orientalistas.

Al propio tiempo se irán preparando los escritos más notables de los arabistas, historiadores y geógrafos del reino granadino en los primeros años de su conquista por los Sres. Reyes Católicos, para que formen en su día debido y necesario eslabón entre el período árabe y la edad moderna; y como la numeración de los tomos de la Biblioteca se referirá a los de cada obra que conste de más de uno, la colocación ordenada de todos ellos quedará al cuidado de los suscritores, que hallarán datos para hacerla discretamente, antes en su ilustración y después en la portada de cada libro.

Parécenos ya terminada la agradable misión de exponer nuestro pensamiento, y como la justicia no degenera ni se envilece por la abundancia de sus homenajes, reiteramos el mas cumplido de nuestra gratitud al SR. D. José Gutiérrez de la Vega que concibió aquél, nos le inspiró, hízole nuestro, nos ha guiado, animado y fortalecido hasta plantearle, y nos promete su eficaz cooperación para desenvolverle y llevarle a cabo con tino y ventura. Excitamos a cuantos puedan ayudarnos con su ilustración, para que se unan a nosotros, que a todos los que en tal caso se hallen recurrimos y a nadie rechazaremos que acuda a nuestra invitación movido de buen espíritu y recta mira: damos las gracias a la bondadosa prensa española que ha otorgado sus simpatías al pensamiento, apenas traspiró vagamente formulado, y la rogamos que lo acoja y extienda hoy con su recomendación respetable, si continúa estimando que la merece: confiamos en la culta mayoría de nuestros compatriotas que nos prestará su reclamado auxilio, sin el cual todo nuestro plan quedará reducido a sueño honroso y anhelo honrado; y, por último, nos damos el parabién por la parte que nos toca en la literaria tarea, aun cuando no se realizara por completo, pues, si así fuese, no habría de qué culparnos, y siempre hay gloria para los corazones entusiastas que, respondiendo al grito de la conciencia y llamamiento del deber, se conciertan y preparan para obedecerlo y cumplirlo.

Ahora bien, y como ligera reseña de la asombrosa fecundidad de nuestro suelo, jardín de ingenios admirables, casi olvidados por flores exóticas quizás de más pálidos matices y de menor fragancia, vamos a apuntar los nombres de los escritores granadinos, o que tal calificación merecen porque a Granada cabe la dicha de que en ella floreciesen y brillasen. A la vez anotaremos el catálogo de los escritos de algunos de ellos, y ambos apuntes servirán de luz clara que ilumino el cuadro de nuestra pasada grandeza literaria, que nosotros nos proponemos solamente sacar de los rincones del abandono, sacudiéndole el polvo de los años y colgar en el rico museo de las letras españolas, del cual han venido a copiar y aprender las primeras inteligencias del mundo.

Escritores árabes,

Ebn Abdelhalim: historiador de África y España; autor de la historia Alcarthás, Granada, Siglo XIV. -Ebn Hodzail: historiador: escribió la notable obra histórico-militar titulada Regalo de las almas y clámide de los habitantes del Andaluz, íd., Siglo íd. -Mohammed Ebn Aljathib: poeta, historiador, político, orador, filósofo: cultivó todos los géneros literarios, y entre sus innumerables obras, son dignas de mención especial las siguientes: Gran Diccionario biográfico de los musulmanes ilustres que habitaron en Granada .-Historia de los Reyes Nazaritas de Granada. -Historia de los Califas y Emires de Oriente y Occidente. -Viajes literarios.-Descripción del reino de Granada y de la Mauritania. -Cartas y opúsculos políticos, íd., Siglo íd. -Ahmed Annuxarsi: escribió la Vida y hechos del Rey de Granada, Yusuf Abulhachág, íd., Siglo íd. -Mohamed Abu Abdallah Allajmi: autor de la obra titulada Reino de las Abejas, acerca del origen y progreso de las ciencias y de las artes, Granada, Siglo XIV. -Ben Said Salemi Lizan el Alkalib: escribió el Vergel de Reyes; las Memorias biográficas y el Plenilunio de la dinastía Nazarita, ídem, Siglo íd. -Muhamad Ben Harb el Kalebita: historiador, teógono, jurisconsulto y poeta, íd., Siglo íd. -Ebn Albeithar: famoso botánico, médico y filósofo, Málaga, Siglo XIII. -Alí Ben Mohammed Alchodzami: historiador de los Reyes Nazaritas de Granada, Málaga, Siglo XIV. -Abdallah Ismael Ben Jusuf: escribió la Historia de los Benimerines, en prosa y verso, íd., Siglo íd. -Ebn Jatima: médico ilustre, Almería, Siglo íd.

Escritores arabistas y rabínicos.

Fray Pedro de Alcalá: autor del Arte y vocabulista arábigo en letra castellana, Granada, Siglo XV. -Al-Hazan, llamado después Juan León el Africano: escribió en árabe una Descripción general de África, y la tradujo después al italiano. -Historia Mahometana. -Colección de epitafios. -Gramática árabe. -Biografías de filósofos árabes, íd., Siglo íd. -Luis del Mármol y Carvajal: autor de las obras siguientes: Descripción general del África, e historia de las guerras entre los cristianos y los infieles. -Historia del rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada. -Traducción de las revelaciones de Santa Brígida. -Ídem de las rúbricas del Breviario romano, Granada, Siglo XVI. -Alonso del Castillo: intérprete de Felipe II y colector de Inscripciones arábigas de Granada y otros importantes documentos en árabe y castellano, íd., Siglo íd. -Abraham Bar Izchag Marmon: escritor judío. -Sepher Habberith, libro del testamento, íd., Siglo íd. -Abu Harom Rabi Ben Hezra: escritor judío. -Poema hebreo de filosofía moral: oratoria, poesía y poetas árabes, hebreos y españoles, íd., Siglo XVII -Miguel de Luna: escritor morisco, íd., Siglo íd.

Escritores cristianos. -Teólogos.

Fray Luis de Granada: son sus principales obras: Sermones de Tempore et sanctis. -Sermón predicado a los portugueses, persuadiéndoles que les convenía la unión con Castilla. -Dogmáticas -Catecismo o introducción al símbolo de la fe, distribuido en cinco partes. -Morales -Tratado de la oración y de la meditación. -Memorial de la vida cristiana. -Adiciones al Memorial de la vida cristiana. -Guía de pecadores. -Vida del P. Maestro Juan de Ávila, de sus virtudes y grandes predicaciones. -Vida de Doña Elvira de Mendoza. -Vida de Milicia Fernández, portuguesa, gran sierva de Dios. -Diálogo de la Encarnación de Nuestro Señor. -Traducción de la Escala espiritual de S. Juan Clímaco. -Retórica eclesiástica sive de rationi concionandi. -Institución y regla de bien vivir, para los que empiezan a servir a Dios, mayormente religiosos. -Carta al Ilmo. Patriarca de Antioquía con la vida de Sor María de la Visitación, de la Orden de Santo Domingo, en el Convento de la Anunciata de Lisboa. -Reforma y corrección del libro Contemptus Mundi, de Tomás Kempi, Granada Siglo XVI. -Fray Leandro Manrique, íd., Siglo ídem. -Diego Álvarez, íd., Siglo íd. -Diego Avellaneda, íd., Siglo íd. -Fray Alonso Herrera Salcedo, íd., Siglo íd. -D. Juan Hurtado de Mendoza, íd., Siglo íd. -Fray Esteban de Salazar, íd., Siglo íd. -Juan, Viguera, íd., Siglo íd. -Miguel Palacios de Salazar, íd., Siglo íd. -Pedro Palacios de Salazar, íd., Siglo XVII -El Doctor eximio, Jesuita, Francisco Suárez, íd., Siglo íd. -D. Francisco Barahona Miranda, íd., Siglo íd. -Pedro Simancas, íd., Siglo ídem. -Fray Rodrigo de, Loaysa, ídem, Siglo XVII. -Fray Andrés Lucas de Arcones, íd., Siglo íd. -Fray José de Madre de Dios, íd., Siglo íd. -D. Diego Matute de Peñafiel, íd., Siglo íd. -Fray Pablo de Granada, íd., Siglo íd. -Gregorio Peñuela Méndez, íd., Siglo íd. -Fray Basilio Ponce de León, íd., Siglo íd. -El Padre Juan Echevarría, íd., Siglo XVIII -Luis de Teva, Guadix, Siglo XVI. -Fernando Ayala, Baza. -Juan Zapata, Guadahortuna. -Alfonso de Torres, Málaga, Siglo XVI. -Antonio del Castillo, íd. Siglo íd. -Jorge Hemelman, íd. -Miguel de Rivera, íd. -Pedro de Santamaría, íd. -Bartolomé Loaysa, Antequera, Siglo XVI.

Historiadores.

D. Diego Hurtado de Mendoza: historiador, novelista, poeta: sus obras principales son: Guerra de Granada contra los moriscos. -Poesías. -El Lazarillo de Tormes. -Paraphrasis in totum Aristotelem. -Traducción de la mecánica de Aristóteles. -Comentarios políticos. -Conquista de la ciudad de Túnez. -Batalla naval. -Representaciones. -Carta burlesca al Capitán Pedro de Salazar, bajo el nombre de Bachiller Arcadia. Cartas al Rey y otras personas. -Notas a un Sermón portugués, publicado después de la batalla de Aljubarrota. -Diálogo entre Caronte y el alma de Pedro Luis Farnesio, Granada, Siglo XVI. -Fray Fernando del Castillo, íd., Siglo íd. -D. Pedro Salazar, íd., Siglo íd. -Andrés Bernaldes, cura de los Palacios, íd., Siglo íd.

-Ginés Pérez de Hita, íd., Siglo íd. -Fray Pedro del Campo, íd., Siglo XVII. -Fray Juan Chirinos, íd., Siglo XVII. -D. Luis de la Cueva, íd., Siglo íd. -D. Pedro de Cáceres, íd., Siglo íd. -D. Francisco Bermúdez de Pedraza: historiador y jurisconsulto, íd., Siglo íd. -El Padre La-Chica, íd., Siglo XVIII. -D. Simón de Argote , íd., Siglo íd. -D. José Ruiz Pérez, íd., Siglo XIX. -D. Mariano Álvarez de Castro, íd., Siglo íd. -D. José Nicolás García, íd.,Siglo íd. -D. Miguel Lafuente Alcántara, Archidona Siglo íd. -D. Bernardo Alderete, Málaga, Siglo XVI. -D. Francisco Vezmar, Vélez Málaga, Siglo XVII. -D. Lorenzo Padilla, Antequera, Siglo XVI. -D. Francisco Cabrera, íd., Siglo XVII -D. Agustín de Tejada, íd.

Jurisconsultos.

D. Pedro Enríquez, Granada, Siglo XVI. -Fray Luis Guerrero, íd., Siglo íd. -D. Juan Sempere y Guarinos, íd., Siglo XIX. - D. Juan Elizondo, íd., Siglo íd. -D. Lucas Gómez Negro, íd., Siglo íd. -D. Antonio de Torrespardo, íd., Siglo íd -D. Francisco de Paula Castro y Orozco, primer Marqués de Gerona,: íd., Siglo íd. -D. José Jiménez Serrano: jurisconsulto, historiador, novelista y poeta, ídem, Siglo íd. -D. Francisco Javier de Burgos: jurisconsulto, historiador, filósofo y poeta, Motril, Siglo XIX. -Hermenegildo Rojas de Almansa, Baza. -D. Gutierre, Marqués de Careaga, Almería. -Francisco de Amaya, Antequera, Siglo XVII. -Diego Rima, Ronda, Siglo íd. -Bartolomé Humada, íd.

Médicos.

Pedro Mercado, Granada, Siglo XVI. -D. Fernando Bustos, íd., Siglo íd. -D. Andrés de León, íd., Siglo XVII. -D. José María Zamora, íd., Siglo XIX. -D. Agustín José García, íd., Siglo íd. -Don Juan de la Rada y Henares, íd., Siglo íd. -D. Mariano López Mateos, íd., Siglo íd. -Tomás Del Castillo de Ochoa, La Calahorra. -Juan Gallegos de la Serna, Málaga, Siglo XVII. -Juan Giménez, Ronda. -Francisco Solano de Luque, autor de la famosa obra Lapis

Lydius Apollinis, Antequera, Siglo XVII. -Nicolás Gutiérrez de Angulo, íd.

Poetas.

Fray Luis de León: teólogo, escriturario, humanista y poeta: filólogo: sus principales obras son: Traducción en verso castellano de las Bucólicas y Geórgicas de Virgilio. -Íd. íd. de treinta Odas de Horacio. -Íd. íd. de las Odas de Píndaro, de varias Elegías de Tíbulo, y de muchos fragmentos de poetas griegos e italianos. -Íd. de cuarenta Salmos. -Íd. del Cantar de los Cantares. -Un volumen de Poesías castellanas. -Los nombres de Cristo. -La perfecta casada. -El perfecto predicador. -De triplici codjunt. fidel. cum. Xpto. -Questiones quod libet. -De agno Typico. -Exposición del libro de Job, Granada, Siglo XVI. -San Juan de la Cruz: teólogo y poeta místico: autor de las Obras espirituales que encaminan una alma a la perfecta unión con Dios, y del Cántico espiritual entre el alma y Cristo su esposo, íd., Siglo íd. -Pedro Soto de Rojas: autor de un Poema bucólico y de otro titulado Los Rayos de Faeton, íd., Siglo íd. -El Maestro Juan Latino, íd., Siglo íd. -Doña Mariana Carvajal, íd., Siglo XVII. -Don Álvaro Cuvillo de Aragón, íd., Siglo íd. -D. Francisco Faria, íd., Siglo íd. -Sor Ana de San Jerónimo, íd., Siglo XVIII. -D. José Fernández Guerra, íd., Siglo XIX. -D. Baltasar Lirola, íd.,Siglo íd. -D. José Vicente Alonso, íd.,Siglo íd. -D. Francisco Martínez de la Rosa, íd., Siglo íd. -D. José Mendoza Jordán, íd., Siglo íd. - D. Miguel González Aurioles íd., Siglo íd. -D. Lino Talavera, íd. Siglo íd. -Doña Josefa Moreno Nartos íd., Siglo íd. -D. Antonio María Gómez Matute, íd., Siglo íd. -D. Antonio Mir de Amezcua, Guadix, Siglo XVII. -D. Andrés Barrionuevo Loja. -D. Luis Bararona de Soto, Archidona, Siglo XVI. -D. Vicente Espinel, Ronda, Siglo íd. -D. Luis de Linares, íd., Siglo íd. -D. Cristóbal de Salazar, íd. -Luis Gálvez de Montalvo, Antequera, Siglo XVI. -Luis Martínez de la Plaza, íd. -Pedro Jerónimo Gattero, íd. -D. Rodrigo de Carvajal, íd. -Jerónimo de Porras, íd. -Juan de Vílchez, ídem.

Escritores de materias diversas.

D. Bartolomé Barrientos, Granada, Siglo XVI. -Fray Francisco de Castro, íd., Siglo íd. -D. Francisco de Castro, íd., Siglo íd. -D. Alfonso Ceron, íd., Siglo íd., -D. Pedro Guerra de Lorca, íd., Siglo íd. -Francisco López Tamarit, íd., Siglo íd. -Fray Juan López, íd., Siglo íd.-D. Juan-Núñez, íd. Siglo íd. -D. Melchor Peláez de Mieres, íd., -D. Alfonso Rodríguez de Guevara, íd., Siglo íd. -Fray Gaspar Sánchez íd., Siglo íd. -Fray Pedro de San Raimundo, íd., Siglo íd. -Antonio San Román, íd, Siglo íd. -Fray Salvador de Mallea, íd., Siglo XVII. -Fray Francisco Santa María, íd., Siglo íd. -D. Andrés de León, íd., Siglo íd. -Don Alfonso Pérez, íd., Siglo íd. -Fray Antonio Panes, íd., Siglo íd.

Acta tercera.

En la ciudad de Granada a veinte y cinco de Julio de mil ochocientos sesenta y cuatro, en el despacho del Sr. D. José Gutiérrez de la Vega. Gobernador civil de esta provincia, se reunieron previa atenta invitación, el Excmo. E Ilmo. Sr. Arzobispo, le Excmo. Sr. Capitán General, el Sr. Regente de la Excma. Audiencia, el Sr. Alcalde presidente del Excmo. Ayuntamiento, un Sr. Diputado provincial y los Sres. Presidente del Consejo provincial, Rector de la Universidad literaria, Director de la Sociedad económica de Amigos del país, Decano del Ilustre Colegio de Abogados, Presidente de las Academias de Ciencias y Literatura, de la de Medicina y de la de Bellas artes, Directores de la prensa local y otras muchas personas que habían asistido a las anteriores reuniones.

El Sr. D. José Gutiérrez de la Vega usó de la palabra manifestando la idea que había concebido de hacer que se reproduzcan por medio de una Biblioteca de Escritores Granadinos las obras científicas y literarias de la brillante pléyade de escritores hijos de Granada que desde la civilización árabe hasta nosotros honraron a su patria con los trabajos de su ingenio en las ciencias y en las letras; que éste era el testimonio más distinguido de respeto que se podía ofrecer a la memoria de tantos hombres insignes en todos los ramos del saber, el más glorioso para las letras granadinas y las letras patrias, y el más fecundo en resultados para la grande obra de la civilización actual; que desde el honroso puesto que S. M. se dignó confiarle encargándole la administración y Gobierno de esta provincia comprendía que al lado de los intereses materiales y sobre ellos había otros muy respetables cuales son los intereses morales de la sociedad; que es indispensable favorecer e impulsar sus elementos propagadores, contribuyendo a la grande obra de la ilustración y cultura de los pueblos; que ante la armonía necesaria entre esos grandes intereses sociales, había reconocido el deber que le imponía su elevada posición oficial de contribuir a la realización de aquella idea; que los infinitos obstáculos que se oponían a ella estaban ya vencidos, y que cuando se iba a dar principio a su ejecución, reclamaba el concurso y la poderosa ayuda de las respetables autoridades y corporaciones a quiénes había convocado; que hacía un llamamiento solemne a su patriotismo, a su amor a Granada y a las glorias del país, para que prestaran eficaz apoyo a la realización del pensamiento iniciado; que para todas las clases y carreras del Estado representadas dignamente en las personas que le escuchaban, habría honra en la empresa que se iba a acometer y un gran deber que cumplir, por que lo mismo en las letras sagradas que profanas y en las armas que en las ciencias y en las artes, Granada ha sido gloriosa cuna de sabios y de héroes, y concluyó repitiendo que esperaba todo el decidido apoyo que había reclamado para la publicación de la Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días.

Todas las Autoridades, Jefes e individuos de corporaciones oficiales, científicas y literarias, contestaron aceptando con efusión el pensamiento del Sr. Gobernador y ofreciendo toda su cooperación más decidida para difundir y propagar la Biblioteca.

El Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, dio expresivamente las gracias a las Autoridades y demás Sres. concurrentes y se dio por terminada la sesión, de que certifico. -José Sánchez de Molina.

Julio 26. -Recomiéndese a los Señores Gobernadores de todas las Provincias la propagación de la Biblioteca de Escritores Granadinos por circular impresa según minuta adjunta. -Gutiérrez de la Vega. -Cumplido en 29 por medio de la siguiente circular.

Sr. Gobernador... -Muy Sr. mío y mi apreciable compañero: El adjunto prospecto basta para dar a una persona tan ilustrada como V. completa idea del grandioso proyecto que van a realizar los hombres más distinguidos de esta capital en las carreras de las letras.

Al iniciar y al ofrecer mi apoyo y protección al pensamiento de publicar una Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días, conté siempre con la generosa protección y el galante apoyo de V. y de nuestros ilustrados compañeros de las de más provincias.

Grande es el favor que te pido, y no muy costoso ni mucho menos difícil el sacrificio: la adquisición siquiera de media docena de suscritores en esa ciudad, que puede hacerse entre la Secretaría de ese Gobierno, la Diputación, el Consejo y el Ayuntamiento, para sus correspondientes archivos.

Todo lo demás que se digne hacer extendiendo el anuncio de la Biblioteca por medio del Boletín oficial y de los otros periódicos de esa Capital, y propagando la suscrición entre las personas ilustradas de esa provincia, multiplicará el factor y superará a mis esperanzas.

En el segundo caso, y aun en el primero, le agradecería a V. mucho que designase a uno de los oficiales más ilustrados de su Secretaría, para que secunde los deseos de V., anote las suscriciones que adquiera y se entienda con la «Administración de la Biblioteca, establecida en la calle Alta del Campillo, núm. 22 Granada.»

Dispenseme V. la libertad que me he tomado, disponga de mí en casos análogos y de todas clases a su arbitrio, reciba el homenaje anticipado de mi agradecimiento, y acepte V. la protesta de la distinguida consideración y alto aprecio con que se ofrece a V. como amigo su atento servidor y compañero Q. S. M. B., José Gutiérrez de la Vega.

-Granada 29 de Julio de 1864.

Julio 29. -Recomiéndese a todos los Señores alcaldes de esta Provincia la suscrición y propagación de la Biblioteca de Escritores Granadinos conforme a la adjunta minuta. -Gutiérrez de la Vega. -Cumplido en ídem por medio de la siguiente circular.

Sr. Alcalde de... -Muy señor mío: La ley de gobierno de provincias impone a los gobernadores la obligación de mover todos los resortes que puedan contribuir al desarrollo y adelantamiento intelectual y moral de los pueblos. En este concepto he iniciado el pensamiento de publicar una Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días, empresa de que se han encargado muchos hombres de letras, de los que figuran en esta capital en las carreras del periodismo, del profesorado y otras varias facultades científicas. El objeto de ese pensamiento es el de restaurar las glorias de los grandes hombres que han honrado a Granada y su antiguo reino con su sabiduría y sus obras inmortales, que han sido y son la admiración del mundo ilustrado.

Los libros de los sabios, de los humanistas, de los moralistas, etc. son los que deben propagarse entre todas las clases sociales, como la más ricas y preciosas fuentes para que fecunden en los pueblos la buena semilla, la que a la vez instruye y moraliza.

El prospecto que recibirá adjunto lo dará a V. una idea completa de tan vasto pensamiento.

Ninguna colección de libros es mas apropósito que ésta para servir de bases a bibliotecas municipales, que deben formar todos los ayuntamientos para que puedan ser consultadas por los niños como por los ancianos en sus ratos de estudio o de recreo.

A este fin tan civilizador, moralizador y humanitario, y a este objeto tan glorioso y patriótico, se dirige la muy eficaz recomendación que hago a V. en varios conceptos:

1.º Los prospectos que V. reciba los circulará entre las personas más ilustradas, los padres de familia mejor acomodados, y cuantos puedan hacer el pequeño sacrificio de suscribirse a esta publicación, encareciéndoles mucho la importancia de la empresa, la utilidad de las obras y el hecho patriótico de apoyarla.

2.º Excitará V. al Secretario de ese Ayuntamiento a que por sí mismo invite también y forme la lista de los suscritores, enviándola a la empresa y ayudándola en cuanto sea menester para la propagación y aumento de suscriciones a la Biblioteca.

3.º Espero que suscribirá V. a ese Ayuntamiento, lo menos por un ejemplar para su archivo, y vería con mucho gusto que se suscribiesen personalmente los señores concejales, y aun que tomara más suscriciones ese Ayuntamiento, para premiar con tan preciosos libros a los niños pobres más instruidos y aplicados de ese pueblo. El importe de los ejemplares que adquieran los Ayuntamientos lo satisfarán con cargo al capítulo de suscriciones, y lo que falte, de la partida de imprevistos. En uno y otro caso les será de abono en sus cuentas municipales.

4.º El mayor número de suscritores que V. pueda proporcionar, me probará su mayor celo, por las glorias literarias del país y por la ilustración y moralización de sus administrados.

Queda de V. atento y seguro servidor Q. S. M. B.-El Gobernador, José Gutiérrez de la Vega. -Granada 29 de Julio de 1864.

Julio 29. -«Se recomendará a los Secretarios de todos los Ayuntamientos de esta Provincia que de acuerdo con los Señores Alcaldes gestionen la suscrición y propagación de la Biblioteca de Escritores Granadinos en todos los pueblos de la misma, según minuta que es adjunta. -Gutiérrez de la Vega. -Cumplido en ídem por medio de la circular que sigue.

Sr. Secretario del Ayuntamiento de... -Muy Sr. mío: El prospecto de la Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días, que recibirá V. adjunto, le dará una idea completa del vasto pensamiento que he iniciado y que va a desarrollarse bajo mi protección, a fin de reproducir las obras y restaurar las glorias científicas y literarias de los grandes hombres que han producido en todos tiempos esta hermosa provincia y su antiguo reino, mucho más extenso todavía.

A fin de que esta civilizadora empresa tenga la popular acogida que por su importancia merece, espero que auxiliará V. al Sr. Alcalde de ese Ayuntamiento con todo el patriótico celo que de V. reclame, según las instrucciones que yo lo he dado, y con cuanto además lo sugiera a V. su amor a las letras.

Me prometo que distribuirá V. por sí mismo los prospectos que se lo envíen, entre las personas que por su clase y facultades puedan suscribirse, y que las invitará y excitará V. con ese objeto, sin perdonar diligencia ni esfuerzo alguno; para lo cual irá V. formando la lista de los suscritores que adquiera, poniéndose de acuerdo con la empresa.

El servicio que preste V. a las letras patrias, será tanto más grande cuanto mayor sea el número de suscriciones que proporcione a la Biblioteca.

En las listas impresas de los suscritores de cada pueblo que se publicarán, podré yo apreciar el celo de cada Alcalde y cada Secretario por propagar la Biblioteca en su respectivo distrito.

Queda de V. atento servidor Q. S. B. M. El Gobernador, José Gutiérrez de la Vega. -Granada y Julio 29 de 1864.

Julio 29. -Sírvase el Sr. Secretario de este Gobierno recomendar la Biblioteca de Escritores Granadinos a los otros Señores Secretarios de todas las demás provincias. -Gutiérrez de la Vega. -Cumplido en 30 por medio de la carta siguiente.

Sr. Secretario del Gobierno Civil de. -Muy Señor mío y distinguido compañero: El Sr. Gobernador de esa provincia, digno Jefe nuestro, habrá recibido carta del que también dignamente se halla al frente de ésta, recomendándole la suscrición a la Biblioteca de Escritores Granadinos y rogándole se digne emplear los medios que su elevada posición lo facilita para promover la suscrición a dicha obra, que tiene por objeto reproducir las glorias granadinas, que son las glorias españolas; empresa ardua; pero noble, por la que todo español debe sentir legítimo orgullo y cuyo éxito depende de la cooperación que le presten las corporaciones y personas ilustradas del país.

Para que cuantas encierra en su seno esa provincia ayuden a la realización de una empresa eminentemente gloriosa y esencialmente nacional, basta el eficaz apoyo de nuestro jefe en esa provincia, el de V. secundando los deseos de éste, a cuya iniciativa se debe la idea empezada a realizar, de levantar un monumento imperecedero a las letras granadinas, rindiendo homenaje de gratitud y de justicia a tantos insignes y esclarecidos escritores que honraron a la patria con las obras de su ingenio y de su ciencia.

Yo me permito rogar a V., y espero de su ilustración, que recomiende a nuestros apreciables compañeros en esa Secretaría y a las dependencias de ese Gobierno la suscrición a la Biblioteca, y ofreciéndose a V. mi recíproca ayuda, siempre que lo considere conveniente, queda de V. con la más alta consideración atento S.S. Q. S. M. B. -José Sánchez de Molina. =Granada 30 de Julio de 1864.

Agosto 9. -Se une a continuación la carta particular impresa circulada por la comisión gestora a todos los directores de los periódicos de Madrid, Málaga, Jaén, Almería y Granada, invitándoles para que asistan a la solemne inauguración de la Biblioteca de Escritores Granadinos, en la que el Sr. Gobernador de esta provincia, tirará el primer pliego de dicha colección. Sánchez de Molina.

(Carta que se cita en la nota anterior.)

Sr. Director de. -Muy señor nuestro y de toda nuestra consideración: El día 14 del corriente se tirará el primer pliego de la Biblioteca de Escritores Granadinos, por el Sr. Gobernador de Granada, con presencia de los señores Arzobispo, Capitán general, Regente de la Audiencia, Senadores del Reino, Diputados a Cortes de la provincia, Comisiones del Ayuntamiento, de la Diputación y del Consejo provinciales, de la Universidad, de todas las demás Corporaciones oficiales, de todas las Academias científicas, artísticas y literarias, escritores públicos y muchas más personas de distinción de esta ciudad.

Al inaugurarse con toda la solemnidad correspondiente el glorioso pensamiento que tanto ha celebrado la prensa española, quisiera verse esta empresa favorecida con la asistencia, al menos, de representantes de los periódicos de Madrid, y de Málaga, Jaén y Almería, que formaron parte del antiguo reino granadino, cuyos escritores vamos a honrar reproduciendo sus obras inmortales.

En este concepto rogamos a V. se digne concurrir, avisándonos caso afirmativo por despacho telegráfico, a fin de preparar todo lo conveniente.

Con este motivo tenemos la honra de ofrecernos a V. con la más distinguida consideración de aprecio, como sus atentos y seguros servidores Q. S. M. B. -Granada 9 de Agosto de 1864. -José Salvador de Salvador. -Eduardo de los Reyes. -Isidoro Lora. -José Sánchez de Molina. -Francisco Javier Cobos.

AGOSTO 12. -Se una a continuación la carta circular, en que la comisión gestora, invita a las personas más notables de esta ciudad para que asistan a la solemne inauguración de la Biblioteca de Escritores Granadinos. -Sánchez de Molina.

SR. D... -Muy señor mío: El día 14 del corriente a las 8 en punto de su tarde, en el salón de descanso del teatro Principal de esta Ciudad, tendrá lugar un solemne acto, en el cual, el Sr. Gobernador Civil de la provincia, imprimirá el primer pliego de las obras de Hurtado de Mendoza, que son las que van a formar el volumen con que ha de inaugurarse la Biblioteca de Escritores Granadinos. La comisión encargada de realizar este pensamiento, deseando darle el brillo y solemnidad que por su importancia reclama, suplica a V. se digne honrar con su presencia el acto memorable, en que se va a levantar tan grandioso monumento a las glorias literarias del país granadino.

Somos de V. con toda consideración afectísimos seguros, servidores Q B. S. M. -Granada 12 de Agosto de 1864. -José Salvador de Salvador. -Eduardo de los Reyes. -Isidoro Lora. -José Sánchez de Molina. -Francisco Javier Cobos.

Agosto 14. -Se unen a continuación, el discurso leído por el Sr. D. Eduardo de los Reyes en el acto solemne de la inauguración de la Biblioteca de Escritores Granadinos, el pliego primero de las Guerras civiles de Granada por D. Diego Hurtado de Mendoza, estampado por el Sr. Gobernador de la provincia y el acta original de dicha inauguración. -Sánchez de Molina.

Discurso leído por el sr. D. Eduardo de los Reyes, en la solemne inauguración de los trabajos de la Biblioteca de Escritores Granadinos.

Señores. -Gratísimo espectáculo es para los verdaderos amantes de la gloria de su país, y singular complacencia siente su alma; cuando se tiene la honra de asistir a estos actos, cuya grandeza y majestad contrastan con la modestia de su aparato y con la franca cordialidad que en ellos reina. Es que las letras siempre fueron exacta representación de lo grande y de lo bello, e imprimen su mismo carácter a todo cuanto con ellas tiene relación; a todo aquello con que se ponen en contacto. Por eso al considerar el objeto de esta reunión, y ver en ella tan celosas como ilustradas autoridades, entendidas academias, respetables corporaciones, sabios profesores, entusiastas representantes de la prensa de Madrid, Almería, Jaén, Málaga y local y personas entendidas y reputadas en distintas profesiones e industrias, unidas en un solo pensamiento, conformes en una sola idea, la de rendir un tributo de admiración y de respeto a la gloriosa memoria de nuestros prosistas y poetas, bendigo la inspiración que nos reúne, el sentimiento que nos mueve, los lazos que nos estrellan, y me hace creer que este entusiasmo ha de ser fecundo y provechoso para la vida futura de la Biblioteca.

Y en verdad que bien necesita de protección y amparo, una empresa superior a los recursos con que espontáneamente puede contarse en esta localidad; una empresa gloriosa, sí; pero emprendida con más entusiasmo y buena voluntad que medios de realización, y desarrollada al calor del fuego que ha sabido encender en nosotros una Autoridad entusiasta por las glorias literarias. Efectivamente, la necesidad de una Biblioteca que reprodujera a precios cómodos y en volúmenes manuables las obras inmortales de nuestros prosistas y de nuestros poetas, de modo que pudieran andar en manos del mayor número como texto de saludable doctrina y provechosa enseñanza, era una cosa que estaba en la conciencia de todos pero que nadie se había atrevido a formular. Fue necesario que viniera en buen hora como delegado del poder supremo a administrar esta provincia el Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, el cual, en su entusiasmo por las glorias literarias y por la regeneración moral o intelectual de los pueblos, pensado traía realizar una obra tan patriótica como reparadora, y que además de servir perfectamente para los antedichos fines, reúne la circunstancia no menos meritoria y digna de la generación actual de levantar un grandioso monumento literario que engrandezca más y más la gloria de los escritores que hoy la gozan por sus renombradas producciones, y se la dé a otros cuyos nombres andan perdidos entre el polvo de archivos y bibliotecas. Tan ilustrada autoridad comunicó su pensamiento a un reducido número de personas, entre las cuales se encontraban distinguidos profesores de esta Universidad, sabios teólogos, periodistas y poetas que lo acogieron con el entusiasmo propio de las almas capaces de comprender y rendir culto a las glorias del país, sea cualquiera la forma bajo que se presenten; y desde entonces no se dieron tregua ni descanso para trabajar en la realización del pensamiento, cada uno en la esfera de actividad que se le había señalado.

Con graves obstáculos lucharon desde el principio: dificultades de no escasa monta se oponían diariamente a sus esfuerzos, y al mismo tiempo que de todos los ángulos de la península la prensa periódica nos traía entusiastas aclamaciones, plácemes y enhorabuenas al solo anuncio de la Biblioteca, inconvenientes gravísimos dificultaban su marcha y entorpecían los buenos deseos de la dignísima persona que había iniciado el pensamiento con dolor de las que tomaron a su cargo el realizarla.

Entre todos los inconvenientes de que venimos hablando, ocupaba el primer lugar la falta de un editor que hiciera por amor a su país y brillo de las letras, los sacrificios materiales propios de esta clase de empresas, sin mira alguna interesada ni esperanza inmediata de lucro ni ganancia; muchos hubieran deseado hacerlo, yo lo reconozco y lo aplaudo; pero no contando con recursos bastantes, estrelláronse ante la impotencia su voluntad y sus deseos. En este grave apuro, señores, yo, no más inteligente ni en posición más desahogada, pero quizá mas emprendedor, me comprometí a editar la Biblioteca de Escritores Granadinos, cooperando de este modo a la realización de tan patriótico pensamiento, sin garantía ni seguridad alguna por los sacrificios que había de llevar a cabo, comprendiendo que, la mejor garantía de los intereses de la Biblioteca, que son los míos, está en la bondad de sus obras y en el nunca desmentido amor que a sus glorias históricas y tradicionales profesan el pueblo granadino y la nación española. Por otra parte, yo aspiro, señores, a asociar también mi nombre oscuro a el del iniciador del pensamiento y a los de los escritores que han de llevarlo a cabo coleccionando las obras, para que participe un poco de las glorias de todos, a semejanza de otros editores que con mayor celo y más acierto del que yo pueda desplegar están haciendo tan importantes servicios a las letras españolas. Desde que solemnemente contraje el compromiso de imprimir las obras que han de componer la Biblioteca de Escritores Granadinos, se ha trabajado incesantemente para preparar los materiales necesarios, a fin de que una vez empezada la publicación no sufra retraso ni interrupciones, sino en el caso poco probable de que el público se mostrase con ella harto indiferente, o en el nunca esperado de faltarle, la protección que tendrá por parte de las dignísimas autoridades e ilustradas personas a quienes en este momento tengo la honra de dirigirles la palabra. Por los esfuerzos de todos, la Biblioteca será lo que está llamada a ser, y lo que por su importancia literaria, moral y social reclama; por los esfuerzos de todos pagaremos la deuda que contraída tenemos con nuestros esclarecidos ingenios, demostrando al mismo tiempo que somos dignos de llamarnos sus descendientes, confesando, respetando y admirando su gloria. Van pues a volver a aparecer entre nosotros, no sólo los escritores cristianos posteriores a la reconquista, sino también los arabistas y rabínicos y 1os árabes que desde los siglos XIII y XIV, fueron la joya de más precio que adornó brillante la espléndida corona de los Alhamares. Así es que al lado de escritores tan ortodoxos como Fray Luis de Granada, Suárez y Loaisa, irán Mahomet Ebn Aljathib, Ebn Hodzail o Albeithár, cantores de las victorias musulmanas y las excelencias de aquella doctrina; al lado de Fray Luis de León, Burgos o Martínez de la Rosa; al lado de Solano de Luque, el maestro Juan Latino; al lado de San Juan de la Cruz, Vicente Espinel o Mira de Amezcua; en una palabra, tendrán cómoda y completa reproducción, contando siempre con el concurso de todas las personas eruditas y amantes de las letras granadinas, la mayor parte de los escritores árabes que florecieron antes de la reconquista, y todos los que brillaron después en Teología, Historia, Ciencias, Moral y Poesía.

Como historiador, novelista, crítico y poeta, correspondía el primer lugar al insigne D. Diego Hurtado de Mendoza, y sus obras van a publicarse tan completas como nos hace esperar el reconocido talento de su colector el Sr. D. Nicolás de Paso y Delgado. Para imprimir el primer pliego de las obras de aquel ingenio militar, literario y político, estamos aquí reunidos, señores; justo es que el iniciador del pensamiento S. D. José Gutiérrez de la Vega, digno Gobernador civil de esta provincia, inicie también los primeros trabajos cuando ya está en vías de realización, uniendo su nombre ya ilustre en las letras a los nombres ilustres que vamos a restaurar. En nombre, pues, de la Biblioteca, en nombre de la comisión que la representa, yo invito al Sr. Gutiérrez de la Vega, Gobernador de esta provincia, para que se digne imprimir el primer pliego de las obras del insigne historiador Hurtado de Mendoza, saludando todos su aparición con una frase ferviente y entusiasta, dirigida a la augusta persona que por ocupar el trono de Alfonso X, Isabel la Católica y Carlos III, simboliza todas nuestras glorias.

Así pues, al dirigirnos al salón donde se halla colocada la prensa que ha de estampar el primer pliego de la Biblioteca, hagámoslo al grito de ¡Viva la Reina!

Acta.

«En la ciudad de Granada, a 14 días del mes de Agosto del año de mil ochocientos sesenta y cuatro del nacimiento de N. S. Jesucristo, en los salones del Teatro principal, y en presencia del Excmo. e Ilmo. Sr. Arzobispo de esta diócesi, del Ilmo. Sr. Regente de la Audiencia, del Señor Alcalde constitucional y Síndico del Ayuntamiento, del Sr. Rector de la Universidad literaria, Diputación y Consejo provinciales, Academias, Escuelas, Corporaciones, representantes de la prensa periódica, escritores, poetas y otras muchas personas de distinción que firmarán, se imprimió con toda solemnidad el primer pliego de la Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días, por el Señor Don José Gutiérrez de la Vega, Gobernador Civil de la provincia, iniciador y protector de tan glorioso como patriótico pensamiento.

Y para que pueda constar en todo tiempo, se levanta la presente acta que firmarán los Señores concurrentes a tan solemne acto, en los salones del Teatro principal de Granada, fecha ut supra.» -Salvador Josef Arzobispo de Granada. =José Gutiérrez de la Vega. =Francisco Amorós y López. =José Sánchez Villanueva. =José María Palomo Mateos. =Rafael Barea. =José María Moreno González. =José Salvador de Salvador. =Joaquín Marín Ángel Bazo. =Emilio Zayas. =Anastasio Mojares. =Nicolás Cordón. =Valentín Agrela y Moreno. =Rogelia León. =Dolores Arráez de Lledó. =Ramón Carsi. =Fernando de la Cuadra. =José María Oloriz. =Mariano Pina. =Mariano Cordón. =Luis Ortiz de Lanzagorta. =Eduardo Moreno. =Victoriano Caro.=José Francisco de Luque. =José Sánchez de Molina. =José Aguilera. =Gabriel Lorenzo Pérez de los Cobos. =Pedro Abades. = Francisco Ventura y Sabatel. =José Marín. =Leopoldo Eguílaz. =Tomás Astudillo. =Francisco de Paula Lozano y Ramos. =Emilio Castelar. =Pedro Antonio de Alarcón. =Jose María F. Calvo y Teruel. =Francisco Gómez. =Isidoro Lora. =Antonio Joaquín Afán de Ribera. =Manuel Gutiérrez de la Vega. =Francisco Rodríguez Herrera. =Aureliano Ruiz. =Francisco Bermúdez de Cañas. =Francisco de P. Díaz. =Francisco J. Cobos.

Agosto 15. -Sírvase el Señor Secretario de la Junta de Instrucción pública de esta provincia, recomendar la Biblioteca de Escritores Granadinos a todos los Señores Secretarios de las Juntas de las demás Provincias. -Gutiérrez de la Vega. -Cumplido en 16 por medio de la siguiente carta.

Sr. Secretario de la Junta de instrucción pública de la provincia de... -Muy Señor mío y compañero de mi mayor aprecio: El Sr. Gobernador de esta provincia, entusiasta y decidido protector de las ciencias y bellas letras, ha iniciado el pensamiento de publicar una Biblioteca de Escritores Granadinos, de cuyo proyecto enterará a V. con más extensión el prospecto que tengo el honor de acompañarle. Esta empresa eminentemente gloriosa para Granada, y para la nación toda, no puede menos de encontrar acogida en los españoles amantes de su patria, y muy particularmente en aquellas personas ilustradas que se deleitan con las creaciones del genio, cifrando en ellas sus principales goces. Y como V., sin duda, pertenece a esta clase, me tomo la libertad de dirigirle la presente carta por indicación de la referida superior autoridad, a fin de que se sirva prestar su apoyo a tan interesante publicación, poniendo en juego sus influencias y relaciones para que en esa capital y provincia se reúna el número posible de suscritores.

Esta ocasión me presenta la muy grata de ofrecerme de V. con la mayor consideración atento S. S. Q. B. S. M. -José Aguilera.

Granada 16 de Agosto de 1864.

Agosto 16. -Sírvase el Señor Secretario de la Junta de Instrucción pública provincial recomendar la Biblioteca de Escritores Granadinos a todos los profesores de Instrucción primaria de los pueblos de esta provincia. -Gutiérrez de la Vega. -Cumplido en íd. por medio de la carta que sigue.

Señor Don... -Muy Sr. mío, de toda mi consideración y aprecio: Con el presupuesto de gastos del material de esa escuela habrá V. recibido el prospecto de la Biblioteca de Escritores Granadinos, desde la civilización árabe hasta nuestros días. Además de recomendarse por sí misma tan útil publicación, monumento glorioso que se levanta a la memoria de aquellos distinguidos varones que con sus admirables creaciones en las Ciencias y Bellas letras supieron inmortalizar sus nombres y dar lustre al país que los vio nacer, el Sr. Gobernador de esta provincia, D. José Gutiérrez de la Vega, que concibió el pensamiento y bajo cuyos auspicios va a realizarse, tiene particular empeño en que la suscrición se difunda cuanto posible sea. En tal concepto, y pudiendo V. por su posición social contribuir eficazmente a ello, me encarga dicha superior autoridad dirija a V. la presente con objeto de que se sirva desplegar sus relaciones en esa localidad, a fin de que se suscriban cuantas personas puedan hacerlo en la Secretaría de ese Ayuntamiento, a cuyo Secretario está confiada la suscrición, remitiéndose una nota de las que lo hayan verificado para ponerlo en conocimiento de dicho Sr. Gobernador, quien mirará con el mayor aprecio la importante cooperación de V. para el buen éxito de esta empresa.

Con este motivo tiene la satisfacción de ofrecer a V. la seguridad de su aprecio su atento S. S. Q. B. S. M., José Aguilera. -Granada 16 de Agosto de 1864.

Agosto 17. -A continuación se une el número 1.130 del periódico El Porvenir, en el cual se describe el acto solemne de la inauguración de la Biblioteca de Escritores Granadinos. -Sánchez de Molina.

(Artículo que se cita.)

En el acta levantada de la muy solemne inauguración de la Biblioteca de Escritores Granadinos verán nuestros lectores hasta qué punto ha llegado el Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, gobernador de esta provincia, en honra de los célebres escritores granadinos, en apoyo de su nobilísimo pensamiento y en auxilio de los ilustrados jóvenes a quienes lo ha inspirado, ofreciéndoles ese auxilio, sin el cual no hubiera podido dar el primer paso en las vías de la realización de la empresa comenzada. Reciba en nombre de Granada el parabién, y no dude de qué ha estampado de una sola vez el pliego primero de las obras de nuestros clásicos maestros; en el corazón de los hijos de esta ciudad encantadora, la más profunda huella de gratitud, justa cuanto merecida, y en su escudo literario el timbre más envidiable que la heráldica reconoce: el de la restauración de grandes glorias sin razón y dolorosamente olvidadas.

También debe Granada alta estima a las demás dignas autoridades que con su presencia han dado mayor realce y esplendidez a este acto y otros anteriores, y con su concurso y eficaz ayuda han aumentado los medios necesarios para que pueda llevarse a cabo la edición apetecida.

Cumplido este deber que el reconocimiento nos impone, vamos a hacer una ligera reseña del acto de la inauguración, cuyas gratas impresiones jamás se borrarán de nuestra memoria.

A las ocho de la noche principiaron a reunirse en los salones del teatro principal, decorados con exquisito gusto, sencillez severa y notoria elegancia, las Autoridades, Corporaciones y demás personas invitadas al efecto, que no mencionamos por su extraordinario número.

Diose principio a la sesión con la lectura de las actas de las tres sesiones precedentes a la que se celebraba, perfectamente redactadas por el Sr. D. José Sánchez de Molina, Secretario de Gobierno civil de esta provincia y de la Comisión nombrada para la organización de los trabajos y planteamiento de la Biblioteca: desempeñó esta parte de su cometido con el acierto y delicada manera que de su talento y notorias dotes literarias esperábamos.

El Sr. D. Eduardo de los Reyes, Editor generoso y entusiasta de la publicación, que tanto honor hace a su elevado iniciador, a nuestros doctísimos antepasados y a la famosa ciudad en que vivimos, leyó en seguida un bello y sentido discurso, enlazando hábil e imparcialmente la historia grata del plausible suceso que nos congregaba, con las dificultades que su desarrollo ha ofrecido, y que fueron causa de que se resolviese a aceptar tamaño compromiso. Verdaderamente enaltece al Sr. Reyes su patriótica resolución, y si no fuese Director del periódico en que escribimos (circunstancia que ata nuestra lengua y detiene nuestra pluma) encomiaríamos su conducta hasta donde es de encomio merecedora.

Llegó, pues, el momento anhelado, y todas las Autoridades y concurrentes se trasladaron al salón bajo del edificio: colocáronse al frente de la prensa situada en el testero del local, bronceada, dorada y coronada de siemprevivas, y el Sr. Gobernador, en actitud grave y con acento solemne, pronunció un discurso tan elocuente como agradable, conmovedor y correcto; manifestando que como soldado de las letras, como obrero de la idea se había acercado muchas veces a la máquina poderosa de Gutemberg con los trabajos de su inteligencia, a ganar el sustento de su vida, o a esgrimir el arma difundidora de la luz en las luchas suscitadas por el error contra la verdad, como paladín incansable de ésta; pero que nunca se había sentido afectado de tan íntimo respeto y tan religioso entusiasmo como en aquel momento, que representaba juntamente la suma de sus muchos desvelos por la realización de su idea y de la constancia de la Comisión en llevarla al término presente, lisonjero límite de que arrancará la restauración de las glorias literarias granadinas, perdidas, o casi ignoradas en nuestro tiempo, cuando Hurtado de Mendoza, los Luises de León y de Granada, Suárez el doctor eximio, Loaysa, Bermúdez de Pedraza, Hita, Espinel, Sor Ana de San Gerónimo y todos los insignes hijos de Granada y de su antiguo reino, que cultivaron las ciencias y las letras, llenaron el mundo civilizado con la grandeza de sus nombres, y la sana doctrina, y la fama de sus clásicos escritos en todos los ramos del saber humano: añadió que su pensamiento esencialmente moralizador, por que abre anchos veneros de enseñanza provechosa al pueblo, en cuyas manos urge poner libros realmente buenos y exentos de cizaña, es también un culto debido al mérito sublime de aquellos hombres eminentes que tan alto levantaron el nombre de las letras españolas; y, en un momento de poético arrebato, exclamó produciendo en el auditorio una sensación profunda: -«Señores: yo que he atravesado las serenas aguas del azulado golfo de Nápoles, las del mar Tirreno y las del Adriático, que bañan las pintorescas costas de la Italia, al compás de los remos y de las armoniosas cadencias con que los gondoleros recitan las admirables octavas de la Jerusalén libertada, porque el divino Tasso, el poeta de Sorrento vive en el alma de aquel pueblo, como el sentimiento inextinguible del amor a la patria; yo que he subido las agrias pendientes del Possilipo oyendo de boca de sus pastores, en las soledades del campo, los armoniosos versos de Virgilio, del dulcísimo Cisne de Ardés, honor de Mantua, entonados con ritmo maravilloso como melodías del cielo, y repetidos por los ecos de las montañas: yo que he sido conducido, en fin, por esos pastores y esos gondoleros a las tumbas veneradas de sus idolatrados poetas, y los he visto arrodillarse junto a ellas y con las lágrimas en los ojos y el dolor y el entusiasmo rebosando juntos de su corazón mostrármelas diciéndome: -¡Aquí están! Las Sicilias y la Lombardía plantaron ese sauce y ese laurel que dan melancólica sombra a sus restos regados por el llanto de todos los pobladores del mundo! -Yo quiero, señores, yo anhelo con toda la vehemencia de mi alma que el pueblo conozca y aprenda, recito y canto los sublimes libros de los genios granadinos, las brillantes epopeyas de nuestras guerras y de nuestra grandeza, las dulcísimas estancias de nuestros poetas, orgullo y prez de las musas españolas. Yo creo corresponder así debidamente a la misión que de Su Majestad y del Gobierno Supremo del Estado tengo recibida, y que la magnánima Reina de España D.ª Isabel II, la primera siempre en alentar y favorecer todos los pensamientos útiles y honrosos, aprobará que, en su augusto y amado nombre, inauguro esta colosal obra con que aspiramos a enaltecer la gloria de la gran Nación cuyos destinos tan sabiamente rige!» -Y terminó victoreando a la Reina y poniendo en movimiento la máquina cuyo giro y presión produjo estampado el primer pliego de la Guerra de Granada contra los moriscos por don Diego Hurtado de Mendoza.

Al presentarlo el Sr. Gobernador a todos los asistentes, la música del regimiento de Segorbe, colocada en el pórtico del edificio, y cien palmas reales, disparadas oportunamente, llenaron el espacio de armonías y de luz, y trascendió, se comunicó, por decirlo así, al numeroso. concurso que rodeaba a aquél llenando las plazas del Campillo, la alegría, que experimentaban las personas que tomaban parte en la patriótica fiesta literaria. Firmaron estas el acta de la misma y pasaron a disfrutar las delicias de una ostentosa mesa que para todos tenía la comisión dispuesta, engalanada de gigantescos ramilletes de flores y cubierta de dulces y almíbares delicados, de bizcochos y pastas granadinas, de pasteles suizos, de sandwich, de biscuit, de cremas gelatinas y flanes, de ponches fríos, sorbetes y quesos helados, y de excelentes licores y vinos de Oporto, del Rhin, de Madera, y de Champagne. Ocuparon los centros de ambos lados el Sr. Gobernador civil y el Excmo e Ilmo. Sr. Arzobispo de esta Santa Iglesia Metropolitana, que, cuando ya había dispensado este honor a todos los convidados, se retiró a su palacio por lo avanzado de la hora, dando una prueba de su adhesión a la idea que se solemnizaba con permanecer entre ellos hasta entonces, y después de las brindis del Sr. Gobernador y del Ilmo. Sr. Regente de esta Excma. Audiencia Territorial, y de manifestar la primera Autoridad citada que acababa de recibir una muy lisonjera Real orden en favor de la ardua empresa acometida, la Srta. D.ª Rogelia León, el Sr. D. Aureliano Ruiz por encargo de la Sra. D.ª Dolores Arráez de Lledó, y el Sr. D. José Salvador de Salvador leyeron las poesías que con el discurso del Sr. D. Eduardo de los Reyes insertamos a continuación. Un aplauso general contestó a ellas: repartiéronse impresas otras dos de los Sres. D. Miguel Luciano Domínguez y D. Manuel de Torres y Montes, y disolviose la reunión con el más vivo deseo de ver concluida la obra que les había congregado y el placer extraordinario de saber que ya van respondiendo satisfactoriamente al llamamiento hecho la provincia de Granada y todas las de la extensa península española.

Reiteramos nuestros plácemes y la expresión de nuestra gratitud al Sr. Gutiérrez de la Vega, a las demás Autoridades eclesiásticas, civiles y militares, Corporaciones administrativas, Academias científicas que asistieron, y a cuantos de alguna manera contribuyan al logro de la publicación inaugurada, y ofrecemos nuestra modesta cooperación en pro de la misma, sin más mira, ni propósito, que la alegría que el corazón recibe siempre que ha cumplido un deber sagrado.

Agosto 16. -Insértese en el Boletín Oficial la Real, orden por la cual S M. se ha dignado recomendar a los Ayuntamientos de todos los pueblos de esta provincia la suscrición a la Biblioteca de Escritores Granadinos, con la nota que lleva al pie según minuta. -Gutiérrez de la Vega. -Cumplido en ídem.

Boletín oficial de la Provincia de Granada, del Miércoles 17 de Agosto de 1.814. -Gobierno de la Provincia. -El Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación me comunica la Real orden siguiente:

«Ministerio de la Gobernación del Reino. -Administración local. -Negociado 2.º -Persuadida la Reina (q. D. g.) de la utilidad y conocimientos que ha de esparcir en todas las clases sociales de esa provincia la propagación de la Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días, que ha de publicarse en esa Ciudad, por la iniciativa y decidida protección de V. S., y considerando S. M. el precio que tiene la elevación de un monumento a las glorias de la literatura patria ha tenido a bien recomendar a los Ayuntamientos de esa provincia su suscrición voluntaria, en la inteligencia, que se declara de abono su coste en las cuentas municipales.

De Real orden lo digo a V. S. para su conocimiento y efectos, correspondientes. -Dios guarde a V. S. muchos años. Madrid 6 de Julio de 1.864. -Cánovas. -Sr. Gobernador de la provincia de Granada.»

Después de leída la antecedente Real Orden, en que S. M. en su alta sabiduría se ha dignado honrar con sus elogios el pensamiento iniciado por mí, diciendo. que está persuadida de la utilidad y conocimientos que ha de esparcir en todas las clases sociales de esta Provincia la propagación de la Biblioteca, y cuando ha llevado su soberana dignación hasta el punto de apreciar la empresa como la elevación de un monumento a las glorias de la literatura patria, nada puedo yo añadir para recomendarla a la ilustración de los Ayuntamientos, encargados muy principalmente de fomentar la moralización y cultura de los pueblos.

La generosidad y munificencia soberanas hacia mi pensamiento de publicar una Biblioteca de Escritores Granadinos, han ido hasta el extremo de recomendar su suscrición a las Corporaciones Municipales, mandando que los gastos empleados en ella, les sean aprobados en las cuentas respectivas.

Al cumplir los. Sres. Alcaldes con la soberana resolución, darán una prueba clara y evidente de que han sabido estimar toda la importancia y trascendencia de tan glorioso proyecto, lo cual será, debida y detenidamente apreciado por mí, para recomendar a S. M. la Reina los esfuerzos que hagan en pro de las ciencias y de las letras granadinas, y en beneficio de la instrucción y moralización de sus administrados.

Por consiguiente, espero que los señores Alcaldes, no solamente recomendarán la suscrición a los Ayuntamientos, si no que también la propagarán entre todas las clases sociales de esta provincia. -Granada 16 de Agosto de 1864. -El Gobernador, J. Gutiérrez de la Vega.

Agosto 19. -Únanse a este expediente las adjuntas cartas del Excmo. Sr. D. Alejandro Mon, presidente del Consejo de Ministros; Excmo. Sr. D Joaquín Francisco Pacheco, Ministro de Estado; Excmo. Sr. Don Pedro Salaverría, Ministro de Hacienda; Excmo. Sr. Don José María Marchesi, Ministro de la Guerra; Excmo. Sr. D. Augusto Ulloa, Ministro de Fomento; Excmo. Sr. D. Antonio Ros de Olano, Director general de Infantería, e Ilmo. Sr. D. Tomás Rodríguez Rubí, Director general de Beneficencia,- Gutiérrez de la Vega. -Cumplido.

Sr. D. José, Gutiérrez de la Vega. -Muy Sr. mío y amigo: he visto con el mayor gusto por su estimada del 29 de Julio anterior, que ha sido coronado de un éxito feliz el laudable pensamiento de V. de publicar una Biblioteca de Escritores Granadinos, y que al efecto cuenta con la cooperación de las autoridades y Corporaciones de esa provincia y con muchas de las personas ilustradas que encierra esa Capital.

Nada ciertamente más útil que dar a conocer y popularizar si es posible las antiguas glorias de esa bella Comarca, tan rica en monumentos de la civilización árabe y de los que atestiguan la viva fe de ilustres monarcas, como célebre por ser la cuna de varones insignes, así en las artes y en las letras, como en las ciencias.

Yo felicito a V. por el buen resultado de su pensamiento, pues en ello veo una prueba de que en el ejercicio de su mando, sin desatender las mejoras materiales, los intereses morales deben a V. decidida protección y apoyo.

Con este motivo se repite de V. atento S. S. Q. B. S. M. -Alejandro Mon. -San Ildefonso 10 de Agosto de 1.864.

Ilmo. Sr. D. José Gutiérrez de la Vega, Gobernador de la provincia de Granada. -San Ildefonso 4 de Agosto de 1864. -Muy Sr. mío: He recibido la atenta carta de 29 del próximo pasado en que me participa V. haber intentado con feliz éxito la publicación de una Biblioteca de todos los Escritores Granadinos desde la dominación árabe hasta nuestros días.

Digna es, por todos conceptos, la empresa de difundir los conocimientos literarios, estimulando al efecto el legítimo orgullo que debe infundir en todo pueblo la memoria de sus hijos ilustres, y salvando acaso, al propio tiempo, de un olvido imperdonable, algunos nombres y obras dignas de veneración y aun de gloria.

Felicito a V. pues, por su oportuna iniciativa, y deseo que el mejor resultado corone sus laudables esfuerzos.

Queda de V. atento seguro servidor Q. B. S. M. -J. F. Pacheco.

SR. D. José Gutiérrez de la Vega. -Granada. -Madrid 5 de Agosto de 1864 -Muy Sr. mío y de mi estimación: tuve el gusto de recibir en los baños de Viesgo la favorecida de V. de 29 del pasado, con el prospecto de la obra que con el título de Biblioteca de Escritores Granadinos y bajo la iniciativa y protección de V., va a publicarse en esa Capital.

Semejante pensamiento es altamente laudable, por que al pagar a los genios privilegiados que honraron en lo antiguo nuestras ciencias, un justo tributo de respeto, se despierta en los tiempos modernos una noble emulación precursora del adelanto moral que es el principal fundamento de la civilización.

Ojalá que los esfuerzos de V. y de las demás distinguidas personas que han concurrido a la realización de aquella idea, sean justamente recompensados. Yo así lo espero, y me complazco en manifestárselo a V. al mismo tiempo que tengo el gusto de repetirme suyo atento S. S. Q. B. S. M. -P. Salaverría.

Excmo. SR. D. José Gutiérrez de la Vega. -Madrid 15 de Agosto de 1.864. -Muy Sr. mío: con su atenta carta fecha 29 del mes último, recibí varios ejemplares del prospecto de la obra titulada Biblioteca de Escritores Granadinos, cuya producción se debe a los constantes esfuerzos y cooperación de V. E. Tal pensamiento le honra mucho, así como a los demás colaboradores, y deseo que el resultado corresponda a sus esfuerzos.

El Ministerio de mi cargo se suscribe por un ejemplar, que es lo que necesita para su Biblioteca, pudiendo V. E. si gusta, dirigirse a los Directores de las armas, por si estiman procedente hacer alguna suscrición a su nombre.

Aprovecha la oportunidad para ofrecerse de V. E. con la más distinguida consideración atento y seguro servidor Q. B. S. M. -José María Marchesi.

Sr. D. José Gutiérrez de la Vega. -San Ildefonso 7 de Agosto de 1.861. -Muy Sr. mío y estimado amigo. He recibido con mucho gusto la atenta carta que se ha servido V. dirigirme, y los prospectos de la Biblioteca de Escritores Granadinos desde la civilización árabe hasta nuestros días.

Excelente me parece el pensamiento de dar a conocer obras raras o inéditas de insignes ingenios nacidos en esa afortunada región, y no menos útil reproducir por medio de la estampa aquéllas que han adquirido justamente celebridad universal.

Felicito a V., pues, por la iniciativa que ha tomado en tan oportuna idea, y celebraré mucho verla realizada como requiere y es de esperar de la ilustración de las personas encargadas de llevarla a cabo.

Queda de V. afectísimo amigo S. S. Q. B. S. M. -Augusto Ulloa.

Sr. D. José Gutiérrez de la Vega. -Madrid 3 de Agosto de 1.864. -Muy Sr. mío y de mi aprecio y consideración: Con su muy atenta carta de 30 del pasado, he tenido el gusto de recibir el prospecto de la Biblioteca de Escritores Granadinos que se va a publicar en esa Capital, y cuyo pensamiento se debe a la ilustración de V. y a su deseo de honrar la buena memoria de los grandes escritores que han nacido en ese País.

Al dar a V. mi enhorabuena por haber concebido y realizado tan feliz pensamiento, ruego a V. tenga la bondad de decir a quien corresponda que se me considere como uno de los suscritores a dicha Biblio

teca, y que se me remitan con la oportunidad debida los tomos, que vayan publicando.

Aprovecho esta ocasión para ofrecerme de V. con la mayor consideración atento y S. S. B. S. M. -Antonio Ros de Olano.

Sr. D. José Gutiérrez de la Vega. -Mi querido amigo: con particular estimación he recibido con su apreciable carta de 30 de Julio último, el prospecto de la Biblioteca de Escritores Granadinos, que la posteridad deberá a la ilustrada iniciativa de V. y por cuyo magnífico pensamiento le felicito cordialmente.

De nada puede servir mi modesta aprobación para el mayor brillo de tan grandioso monumento a las letras andaluzas, cuando ya ha conseguido la de todos los hombres inteligentes y amantes de las glorias nacionales: solo me es dado expresar mi aplauso declarándome suscritor de publicación tan notable, rogando a Dios que a V. y a mí nos conceda la suficiente vida para ver terminada honrosa y felizmente tan alentada empresa.

Es de V. con el afecto de siempre su verdadero amigo y servidor Q. B. S. M. -Tomás Rodríguez Rubí. -3 de Agosto 1.864. Madrid.

Setiembre 1.º -Sírvase el Sr. Jefe de Fomento recomendar la Biblioteca de escritores Granadinos a todos los demás jefes de las otras provincias. -Gutiérrez de la Vega. -Cumplido en 9 por medio de la siguiente carta.

Sr. Jefe de Fomento de la Provincia de... -Muy señor mío y compañero de mi mayor consideración y aprecio: Granada, fecunda siempre en escritores eminentes, reclamaba ya una colección metódica y con esmero e inteligencia anotada, que reprodujese en nuestros días las obras de sus inmortales hijos. Empresa tan importante y ardua, que además de llevar en pos de sí una brillante aureola de gloria para esta Capital, proporciona a la Nación inmensas ventajas, pues facilita la lectura de preciosas producciones, difíciles de adquirir hasta aquí por la escasez de ejemplares, reservada estaba a nuestro celoso Gobernador y distinguido literato el Sr. Don José Gutiérrez de la Vega, quien habiendo concebido el pensamiento, lo ha desarrollado con la creíble actividad y llevádolo a cabo, contribuyendo eficazmente a que se publique la Biblioteca, cuyo prospecto tengo el honor de remitir a V.

La idea, bajo este concepto, es a todas luces de interés general, y digna por lo mismo de encontrar apoyo en los españoles amantes de las letras y de su progreso en nuestro suelo. Y atendido que, al más acendrado patriotismo, reúne V. una completa ilustración, cualidades que no podrán menos de asociarle al proyecto, no he dudado un momento dirigirle esta carta, siguiendo las inspiraciones del referido Sr. Gobernador, para que tenga la bondad de acoger bajo su protección la Biblioteca de Escritores Granadinos, recomendándola por medio de sus relaciones, a fin de que logre una suscrición tan numerosa en esa provincia, como desde luego augura la ilustración de sus habitantes, y más que todo, la importante influencia de V.

Tiene la honra de ofrecer a V. con este motivo la seguridad de la más alta consideración y afecto, su atento S. S. Q. B. S. M., Gabriel Lorenzo Pérez de los Cobos. -Granada 9 de Setiembre de 1.864.

Setiembre 19.

Al dejar el Gobierno de esta provincia para ir a tomar el de la de Madrid, con que S. M. la Reina se ha dignado honrarme, voy a poner mi última firma en el expediente del primer pensamiento que traje al venir a Granada.

Si fuéramos a despertar el sentimiento de la grandeza humana en un pueblo virgen, empezaríamos por narrarle la historia de los pueblos civilizados.

Pero si fuéramos a revivir aquel mismo sentimiento en un pueblo culto, heredero de un gran pueblo, no tendríamos que hacer otra cosa sino asomarlo al espejo en que todavía se reflejan con los más vivos y magníficos resplandores sus grandes hombres y sus grandes obras.

Esto he querido yo hacer con Granada al asomarla al espejo en que se refleja con toda su espléndida grandeza el antiguo reino granadino.

He iniciado el pensamiento, lo he desenvuelto y desarrollado con la cooperación más entusiasta de los hombres de letras de esta Ciudad, y las máquinas gimen arrojando los últimos pliegos del primer tomo de la Biblioteca de Escritores Granadinos.

Aún queda mucha gloria que recoger consolidando y perpetuando el pensamiento que con salvas universales de generoso aplauso ha recibido toda la prensa española.

Regalo toda esa gloria a mis dignos sucesores en el mando de esta hermosa Provincia, que es la mayor recomendación que puedo hacerles, y la más rica herencia que puedo dejarles. -José Gutiérrez de la Vega.



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