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ArribaAbajoJornada II

 

Sala en casa de DON VASCO.

 

Escena I

 

DON GIL, GOLONDRO, DOÑA VIOLANTE.

 
 

Dentro ruido.

 
DON GIL

 (Dentro.) 

Con la vida pagarás
el venirte sin dinero.
UNA VOZ

 (Dentro.) 

Por Dios, que tengáis piedad.
DON GIL

 (Dentro.) 

No tiene lugar tu ruego;
allá va este finiquito. 5
UNA VOZ

  (Dentro.) 

¡Muerto soy! ¡Válgame el cielo!
 

(Salen todos, de bandoleros.)

 
DON GIL
Si eres tahúr de pelota,
esa chaza te encomiendo.10
GOLONDRO
Muy lindo camino lleva;
pique, que de aquí al infierno 10
es llano como la palma.
DOÑA VIOLANTE
Con mucha razón le has muerto;
pesie al alma del bergante,
¡en letras nos trae el dinero!
GOLONDRO
¡Sin blanca se nos venía! 15
¿No sabía el muy jumento
que ya no sigues las letras
desde que eres bandolero?
Traigan moneda y muy fina,
sin y sin embeleco, 20
y muera aquel que trujere
un real de a dos perulero.
DON GIL
Delito es en mi codicia,
y en mi crueldad es exceso
el no hallar en qué cebar 25
este insaciable deseo
de robos y latrocinios,
de atrocidades y incendios.
Desde que por tu hermosura
perdiendo a Dios el respeto, 30
me aparté de la virtud,
que ya cruel aborrezco,
ciudadano de estos montes,
tanto a mis vicios me entrego
que solo el nombre de culpa 35
es el que balaga mi pecho.
DOÑA VIOLANTE
Seis años ha que en tus brazos
me dejó el cruel don Diego,
obligado a tus palabras;
y yo, celosa (¡qué necio!), 40
irritada y ofendida,
en esos montes descuento
a delitos las virtudes
que siguió mi amante necio.
Yo fui tuya, y tú eres solo11 45
de mi libertad el dueño;
que aunque es verdad que le amaba,
es mucho más lo que debo
a tu amor y a tu fineza;
pues él, cobarde en su afecto, 50
me dejó por Dios, y tú.
Determinado y resuelto,
a Dios dejaste por mí:
mira si aquí te prefiero
Con razón, pues por amarme 55
a Dios le hiciste un desprecio.
Y no solo le he olvidado,
pero tanto le aborrezco,
que hasta quitalle la vida
no ha de templarse mi fuego. 60

  (Aparte. 

Miento; que aun dura en el alma
aquel afecto primero
que le tuve, aunque el enojo
me llevó a tanto despeño,
y entre el amor y la ira 65
tengo equivocado el pecho.)
DON GIL
De Dios me aparté, y tomara
no haber perdido aquel tiempo
que empleé en necias virtudes,
y quisiera desde luego 70
haber seguido los vicios
contra las leyes del cielo.
GOLONDRO
¡Lindo acto de contrición!
Oyes, reza siempre aqueso
al ir a acostarte, y ganas 75
cuatro mil años de infierno.
DON GIL
Como yo viva entre vicios,
nada miro y nada temo.
GOLONDRO
Lleven de aquí los devotos
este tratadito nuevo. 80


Escena II

 

Dos bandoleros, un LABRADOR, una LABRADORA. Dichos.

 
BANDOLERO 1.º

 (Al salir.) 

Vayan donde el Capitán
los registre.
DON GIL
¿Qué es aqueso?
BANDOLERO 1.º
Señor, estos labradores
que, ignorantes de su riesgo,
los prendimos, a tu gusto, 85
como ves, los ofrecemos.
DON GIL

 (Aparte a DOÑA VIOLANTE.)  

Cubre el rostro, por si acaso
vienen de Coimbra estos.
¿Quién sois, decid, y de dónde
venís?
LABRADOR
Si nos deja el miedo,
90
sin que le falte una pizca,
lo que mandáis os diremos.
Los dos vivimos, Señor,
en ese vecino pueblo,
cuyo nombre es Valdefuentes 95
y por señor conocemos
a don Vasco de Noroña.
Lo que somos es aquesto,
y venimos de Coimbra
de ver aquel ángel bello 100
de Leonor, su hija menor,
que te sirve de consuelo,
después que esotra Violante
(¡oh, plegue a Dios que mal fuego,
la abrase, y malas avispas 105
la puncen todo aquel cuerpo!)
De su casa se escurrió
con el traidor de don Diego
de Meneses.
DOÑA VIOLANTE
¿Que a Violante
dicen y tienen por cierto 110
que don Diego la robó?
LABRADOR
Y hay quien diga que la ha muerto.
DON GIL
Y de don Gil ¿qué se cuenta?
LABRADOR
Ése es un ángel del cielo
faltó en Coimbra el consuelo 115
mas su imagen nos alienta.
Dicen que la noche propia
que a Violante se llevó
don Diego, él también faltó,
y como del cielo es copia, 120
con celo y con fe encendida,
huyendo de la ciudad,
habita la soledad
en estrecha y santa vida;
mas está en veneración, 125
y nunca jamás fue abierta
su casa, y tiene a la puerta
su retrato. Es gran varón.
GOLONDRO
¿Retrato le han hecho?
LABRADOR
Y pues:
a su puerta está pintado, 130
con su loba muy finchado;
en fin, santo portugués.
LABRADORA
Devotos tiene cien mil,
y el peor y el más travieso,
en cualquiera mal suceso 135
dice: «Válgame don Gil.»
LABRADOR
Luces le ponen en prenda
de sus muchas maravillas.
GOLONDRO
¡Oh! Si le ponen velillas,
santo es de Carnestolendas. 140
LABRADOR
Yo mis ruegos le consagro,
porque me salió en verdad
de una gran ventosidad.
GOLONDRO
Oye, cuélguele el milagro.
DON GIL

 (Aparte.) 

De una opinión asentada 145
estos los efectos son,
porque deja la aprehensión
a la evidencia engañada.
LABRADOR
Y si más no nos mandáis,
pues que tan pobres nos veis, 150
por don Gil, que nos dejéis.
DON GIL
Por buen santo me rogáis;
idos luego, antes que haceros
a horcar mande de una rama.
LABRADOR

 (Aparte.) 

Esto merece quien llama 155
un santo entre bandoleros.
DON GIL
Echadlos.
BANDOLERO 2.º
Vaya el villano.
LABRADOR

 (Aparte.) 

Harto es que vida nos deje.
LABRADORA

 (Aparte.) 

¡Qué talle tiene de hereje!
 

(Llévanse los dos bandoleros a los labradores.)

 


Escena III

 

DOÑA VIOLANTE, DON GIL, GOLONDRO; luego, DON VASCO y DOÑA LEONOR.

 
DON VASCO

 (Dentro.) 

Vaya el coche por lo llano 160
mientras que yo con Leonor
por la cuesta me encamino.
DOÑA VIOLANTE
Gente atraviesa el camino;
prueben todos tu rigor.
DON GIL
Mientras que acercarlos dejo, 165
te puedes aquí apartar.
GOLONDRO
Dejádmelos desnudar;
les quitaré hasta el pellejo.
 

(Salen DON VASCO y DOÑA LEONOR, de camino.)

 
DON VASCO
Con cada paso que doy,
Leonor, mi vida se acorta 170
y el llanto no se reporta,
viendo que a dejarte voy
en religión, sin poder
tu inclinación estorbar;
que la pude dilatar, 175
mas no la pude vencer.
GOLONDRO

 (A DON VASCO.)  

Yo salgo a cobrar mis fueros
hoy en la hacienda o la vida.
DON VASCO
¡Gran pena! Leonor querida,
dimos entre bandoleros. 180
DOÑA LEONOR
Reportad la indignación,
pues todo se os ha postrado.
GOLONDRO

 (Aparte a DOÑA VIOLANTE.)  

¡Buen lance habemos echado!
Tu hermana y tu padre son.
DOÑA VIOLANTE
La ira que el pecho gobierna 185
lo que puede hacer ignora.
GOLONDRO
Oyes; di que te dé ahora
tu legítima materna.
DOÑA LEONOR
Si la defensa es en vano,
líbrenos el interés. 190
DOÑA VIOLANTE
Aquesta mi hermana es.
DON GIL

 (Aparte.) 

Es un ángel soberano:
veneno en su vista he hallado,
y puesto en razón está,
porque en un hombre obstinado 195
siempre el deseo se va
dolido es mayor el pecado.
Cuando era bueno la vi
sin el ardor que repito;
pero ¿qué mucho ¡ay de mí! 200
si la están mirando aquí
los ojos de mi apetito?
DOÑA VIOLANTE

 (Aparte.) 

Viendo a mi padre, se advierte
el alma ciega y corrida.
DON VASCO
Si es que trazáis nuestra muerte, 205
para mi no os pido vida,
que en mí el morir será suerte;
que si en vuestras manos doy
la vida, me habréis sacado
de desdichas, porque soy 210
el hombre más desdichado
que Portugal tiene hoy.
Solo la piedad pretendo
para esta hija que es joya
con que he escapado, huyendo 215
de mi casa, que es la Troya
que está en desdichas ardiendo.
Hijas el cielo me dio:
ángeles han parecido;
porque la mayor cayó: 220
ya es demonio, y ésta ha sido
el buen ángel que quedó.
de virtudes está llena,
ninguna mujer la iguala
y pues mi desdicha ordena 225
que tenga vida la mala,
no le deis muerte a la buena.
DOÑA LEONOR
Si una vida queréis ya
pagaros quiero el tributo;
que menos daño será 230
cortar el temprano fruto
que no el árbol que le da;
aunque en ambos puso Dios
tan grande amor, que ninguno
le ha igualado; y así, vos, 235
solo con matar al uno,
quitáis la vida a los dos.
DON GIL

 (Aparte.) 

A aquellos ojos se deben
mil victorias y trofeos;
cielos son que perlas llueven, 240
y mis sedientos deseos
dentro del alma las beben.
por ti, divina Leonor,
haré otro grave delito;
que el pasado fue un error, 245
y este es un ciego furor,
con que el perdón me limito.
A don Vasco he de Matar;
mas esto que el alma pinta
podrá Violante estorbar. 250
Váyanse pues a la quinta;
que allá la pienso robar.
DOÑA VIOLANTE

 (Aparte a DON GIL.) 

Dime, don Gil, ¿qué haremos?
DON GIL
Que nuestra necesidad
con sus joyas remediemos, 255
y la amada libertad,
por ser tu sangre, les demos.

  (A DON VASCO.)  

Comprad las vidas.
GOLONDRO
Prestito,
venga el argen.
DON VASCO
Si el rigor
de aquesa suerte os limito, 260
aquí hay joyas de valor.

  (Dale una caja.)  

DOÑA VIOLANTE

 (Aparte.) 

Si son mías, nada os quito.
DON VASCO
Aquesas prendas guardé
de una hija que tenía.
DOÑA VIOLANTE
Y ¿adónde está?
DON VASCO
No lo sé
265
desde el infelice día
que perdida la lloré.
Harto en ellas os he dado;
mas, pues ella me ha dejado,
contra el mandato de Dios, 270
gozad de sus joyas vos,
pues que me habéis perdonado.
DOÑA VIOLANTE

 (Aparte. 

A su vista enternecí
el pecho airado y sangriento.)
Idos, pues la vida os di. 275
GOLONDRO
No le dejes ir de aquí
sin que haga testamento.
DON VASCO
Por ti la vida he logrado;
ojalá que me muriera.
DOÑA LEONOR
Ven, Señor, pues nos ha dado 280
libertad el cielo.
DOÑA VIOLANTE
Espera.
DON VASCO
¿Qué queréis?
DOÑA VIOLANTE
Pierde el cuidado.

  (Aparte. 

Pues que mudado mi ser,
tu maldición me alcanzó
agora pretendo ver 285
si la puede deshacer
la mano que la labró.)
Ruégote que me perdones
tus injurias y me digas
gratas y amables razones, 290
y porque tu pecho abones,
como padre me bendigas.
DON VASCO
Ya que con sano consejo
pides bendición a un viejo,
Dios desta vida te saque, 295
él te perdone y se aplaque;
que perdonada te dejo.
DOÑA VIOLANTE
Vida los cielos te den,
pues así mi vida apoyas.
DON VASCO
Todo te suceda bien. 300
 

(Vase con DOÑA LEONOR.)

 


Escena IV

 

DON GIL, DOÑA VIOLANTE, GOLONDRO.

 
GOLONDRO
Oye, padre, eche también
la bendición a las joyas.
DON GIL

 (Aparte.) 

Tras ti, Leonor, va mi vida.
DOÑA VIOLANTE

 (Aparte.) 

Yo misma ignoro mi estado;
mas bien es que el perdón pida 305
para tenelle alcanzado,
si llego a estar reducida.
DON GIL
¿Qué joyas son?
DOÑA VIOLANTE
No pequeñas;
y este retrato ha de ser
de mi hermana.
DON GIL

 (Aparte. 

¿El sol me enseñas?)
310
Déjame su copia ver.
DOÑA VIOLANTE
Voy a que oculten las peñas
todo este rico trofeo.

  (Vase, llevándose la caja.)  



Escena V

 

DON GIL, GOLONDRO.

 
DON GIL
No de esa gloria precisa
me prives; pero ya veo 315
que el perdella tan aprisa
enciende más mi deseo.
¿Qué llama es la que en mi ofensa
su hermoso rostro me pinta?
Mas robarela en la quinta, 320
donde estará sin defensa;
trofeo será esta noche
de mi amor, que al suyo aspira.
¿Golondro?
GOLONDRO
Señor.
DON GIL
Ve, y mira
qué camino tenía el coche, 325
y sabe de algún criado
si en la quinta han de tener
la noche, sin que entender
pueda nadie tu cuidado;
y avísame aquí al instante. 330
GOLONDRO
Pienso que amas a Leonor.
DON GIL
Por ella muero de amor.
GOLONDRO
¿Siendo hermana de Violante?
DON GIL
Eso no es dificultad
en mi ciega obstinación. 335
GOLONDRO
Tú eres el primer ladrón
que se inclina a la hermandad.

 (Vase.)  



Escena VI

 

DON GIL.

 
DON GIL
¡Que Violante me impidiera
que con Leonor me quedara,
y este gusto dilatara! 340
Pero esta noche la espera
lograr el alma en sus brazos,
donde se aplaque este ardor.
¡Oh, plegue a mi ciego amor
que se abrevien ya los plazos! 345
Y es de muy poca importancia
el que de Violante he sido;12
que en quien vive tan perdido.
¿Qué importa una circunstancia?
Nada mi pecho recela 350
como logre de Leonor
la hermosa vista.


Escena VII

 

GOLONDRO. DON GIL.

 
GOLONDRO
Señor,
el coche corre que vuela,
y con fines diferentes
porque me dijo un criado 355
(que se quedó rezagado)
que a Leonor a Valdefuentes
la lleva a ser religiosa
su padre, y hoy llegarán,
y al punto la zamparán. 360
DON GIL
Calle tu lengua engañosa;
por ti mi bien se perdió.
GOLONDRO
¿Por mí?
DON GIL
Y mi luz se deshizo.

  (Pégale.) 

GOLONDRO
¿Pesia al alma que te hizo!
Pues ¿hela dotado yo? 365
DON GIL
Ya toda mi dicha cesa
y en ti he de vengar mi ardor.
GOLONDRO
Tente por Cristo, Señor;
que yo no soy abadesa.
DON GIL
¡Oh, cómo en mi privación 370
crece el ardor de que muero!
GOLONDRO

 (Aparte.) 

¿Aquesto es ser bandolero?
¿Esto sucede a un ladrón?
Aquestas son aldabadas
que Dios conmigo reparte. 375
¿De las joyas no dan parte,
y la dan de las puñadas?
DON GIL
¡Que me estorbase amor tanto
Violante! ¡Pesia a los dos!
GOLONDRO

 (Aparte.) 

Golondro, ¿no tenéis vos 380
vuestros principios de santo,
y en el común parecer
don Gil está venerado
y vos fuisteis su criado?
Pues yo sé lo que he de hacer. 385
DON GIL
Vete de aquí. Mal resisto
aqueste amoroso estrago.
GOLONDRO

 (Aparte.) 

¿El mundo da aqueste pago?
Santo he de ser, juro a Cristo.

 (Vase.) 



Escena VIII

 

DON GIL; luego, el DEMONIO.

 
DON GIL
¡Que la divina beldad 390
de Leonor perdiese así!
¡Oh qué imperio tiene en mí
mi apetito y mi maldad!
Ciego estoy, pierdo el sentido,
y más siento en mi cuidado 395
el que Dios la haya ganado
que el haberla yo perdido.
Aqueste es preciso efeto
de algún infernal furor,
y por gozar de Leonor 400
diera el alma.

  (Aparte, al salir.)  

DEMONIO
Yo la aceto.
DON GIL

 (Aparte. 

¿Quién será este hombre, que al verle
turbada el alma, se hiela?
Quien al cielo no temió,
¿de un objeto humano tiembla?) 405
¿Quién eres, que el corazón
inquieto está en tu presencia?
DEMONIO
Tu amigo soy, no te turbes,
el pecho inquieto sosiega;
que antes yo vengo a ayudarte, 410
y a hacer por ti una fineza.
DON GIL
Pues ¿qué te mueve a ese intento?
DEMONIO
Ver que a un deseo te entregas
de una belleza, y que yo
puedo hacer que la poseas. 415
DON GIL
¿Qué es lo que dices? Pues ¿tú
mi amante pecho penetras?
DEMONIO
Yo penetro tus intentos,
porque al poder de mi ciencia
todo es fácil, y a mi voz 420
toda esa estrellada esfera,
o corre precipitada,
o retrocede violenta:
todos los cuatro elementos
me obedecen y respetan. 425
¿Quieres que al imperio mío
los montes se desvanezcan,
y que los humildes llanos
fácilmente los excedan?
¿Quieres que el aire se turbe? 430
¿Quieres que esa luz primera,
equivocada en su curso,
vague por extrañas sendas?
¿Quieres que el mar enojado
rompa con la boca inquieta 435
el freno, que ha tantos siglos
que le tasca y no le quiebra?
Que todo cuanto te he dicho,
si es que el crédito me niegas,
verás aquí ejecutado 440
hoy de mi poder a fuerza;13
pues unidos y conformes,
sin hacerme resistencia,
se rinden a mi poder
agua, viento, fuego y tierra. 445
DON GIL
Lo de tu ciencia no dudo;
que penetrar la violencia
de mi deseo es señal
que lo que alcanzas me enseña.
DEMONIO
Pues que no lo dudas, ya 450
te he dicho que Leonor bella
será tuya; mira ahora
que me dará tu fineza
porque en tus brazos la ponga.
DON GIL
Cuanto soy, cuanta riqueza, 455
me han dado en aquesos montes
robos, muertes y violencias.
DEMONIO
No es eso lo que te pido.
DON GIL
Pide; que nada te niega
mi amor.
DEMONIO
Tú mismo dijiste,
460
cuando, movido a tus quejas,
vine a hablarte (no te turbes),
que el alma darías por ella.
Tú lo dijiste; y ¿qué viene
a ser, si lo consideras 465
dar el alma, cuando tú
ni la estimas ni la aprecias?
Un alma que ya no aguarda
de Dios la justa clemencia,
¿Qué importa dalla o no dalla, 470
si es que al fin has de perdella?
DON GIL
Tus palabras me han quitado
el horror, y a lo que intentas
estoy llano; mira tú
cómo pretendes que sea. 475
DEMONIO
Una cédula has de hacerme,
que tenga inviolables fuerzas,
de ser mi esclavo, y de darme
el alma que a Dios le niegas.
DON GIL
Yo lo haré; que como dices, 480
si ella está de vicios llena,
¿Qué importa dártela yo?
Mas dudo por qué la quieras.
DEMONIO
Este es triunfo de la magia,
y para que obrar se pueda 485
lo que pienso hacer por ti
es precisa diligencia;
no tienes que hacer reparo,
que larga vida te queda.
Y no solo de Leonor 490
gozarás, mas si deseas
los más imposibles vicios
y las mayores bellezas,
Angello, que este es mi nombre,
te las servirá a tu idea. 495
DON GIL
Bien dices: viva con gusto,
y lo que viniere venga.
DEMONIO
Y si me sirvieres bien,
aunque agora no lo piensas
te daré la libertad; 500
porque no es la vez primera
que un dueño la da a un esclavo,
si es que a dalle gusto acierta.
DON GIL
En todo he de obedecerte.
DEMONIO
Pues en esa cueva te entra. 505
Adonde el contrato firmes,
y la esclavitud impresa
en tu rostro dé a entender
que nada a mi imperio niegas.
DON GIL
Vamos, y viva con gusto. 510
DEMONIO
¡Oh qué de vicios te esperan!
DON GIL
Y dime, ¿podrás ponerme
adonde a don Diego vea
de Meneses, y le mate?
Que por ser causa primera 515
de mi perdición, deseo
dalle la muerte sangrienta.
DEMONIO
Yo haré que a don Diego mates.

 (Aparte. 

No le diré que le encierra
esta soledad, y que es 520
asombro de penitencia,
y le tiene tan mudado
de su vida la aspereza
que el mismo se desconoce
entre sus borradas señas.) 525
Tú lograrás tu venganza.
DON GIL
Tuya es el alma que anhelas;
mas mira que es condición
que has de darme a Leonor bella.
DEMONIO
De su beldad serás dueño 530
yo cumpliré mi promesa.
DON GIL
Pues goce yo de Leonor
Y mas que todo se pierda,
entra; que allá lo verás
al ajustar de la cuenta. 535
DON GIL
¿Qué dices?
DEMONIO
Que soy tu amigo,
y haré por ti más fuerzas.
 

(Vanse.)

 


Escena IX

 

DOÑA VIOLANTE.

 
Desde que benignamente,
ignorante de quién era,
mi padre me perdonó, 540
mal hallada en tan inmensas
culpas, me cansa esta vida,
sin que acierte a salir della;
mas, templada mi malicia
en una interior pelea, 545
si yo me ayudara más,
sospecho que la venciera.
Y esto no es que a la virtud
abrirle quiero la puerta,
sino que la misma carga 550
de los delitos y ofensas
me están oprimiendo el alma;
y así, aliviarse desea,
porque también de los vicios
aflige lo que deleita. 555
¡Ah si la piedad de Dios
aplicara en mí su fuerza
tanto, que él solo sin mí,
pues conoce mi flaqueza,
me sacara deste estado! 560
Mas ¡oh divina clemencia!
¡Que le deis al pecador
con vuestra piedad inmensa
ocasión de que esto os pida,
y cuando a seguiros llega, 565
os cargue todo el remedio,
siendo a vos toda la ofensa!
Yo quiero ayudarme en algo
para ver si en mí se esfuerza
aqueste interior impulso, 570
que yo le conozco apenas.
En aquesta soledad,
entre estas incultas breñas
habitan muchos varones
que el vano siglo desprecian: 575
quiero ver si alguno veo,
y informalle las miserias
en que vivo, por si acaso
su voz este auxilio alienta.
 

(Retírase hacia los bastidores, y sale el DEMONIO por el lado opuesto.)

 


Escena X

 

El DEMONIO. DOÑA VIOLANTE.

 
DEMONIO

 (Para sí. 

Apenas dejé vencido 580
a don Gil, cuando otra guerra
me aflige y me da cuidado.
Violante, ya de la enmienda
deseosa, busca medios
para que lograrla pueda. 585
A una pobre labradora
dio las joyas: bien comienza
la que a Dios busca, tomando
de la caridad la senda;
más yo la divertiré, 590
o haré a lo menos que vea
a don Diego de Meneses,
donde el odio o la fineza
la turbarán la memoria;
y sacaré desta empresa 595
que alguno se prevarique.
Ea, que el vencer es fuerza.)

  (Llega a DOÑA VIOLANTE.)  

Violante, si acaso buscas
entre estas ásperas peñas
algún hombre que te guíe 600
en las dudas que te inquietan,
cerca de aquí un varón justo
vive, cuya penitencia
es asombro destos montes.
DOÑA VIOLANTE
Y tú, que juntos penetras 605
mi nombre con mis intentos,
¿quién eres?
DEMONIO
Soy quién desea
que acabes ya de seguir
la virtud, y a Dios te vuelvas.
DOÑA VIOLANTE
Razón será que yo siga 610
tus consejos; que quien llega
a conocer mis motivos.
Superior brazo le alienta.
DEMONIO
Pues mira: en aquese valle,
que altivos montes le cercan, 615
verás una cueva inculta,
que se forma de una peña,
en cuyo centro hallarás,
si es que a su piedad te entregas,
el penitente varón 620
que ha de ser norte a tus penas.
Dile la causa de estar
en tantos vicios envuelta
quién eres y a lo que aspiras.

  (Aparte. 

Porque llegue a conocerla 625
don Diego, esto la aconsejo.)
DOÑA VIOLANTE
Haré lo que me aconsejas,
y al valle descenderé
por esta intrincada senda.
DEMONIO
Yo sé que en él has de hallar 630
quien de tan oscuras nieblas
te saque.
DOÑA VIOLANTE
De Dios lo fío.

  (Vase.)  



Escena XI

 

El DEMONIO; después, GOLONDRO, de ermitaño.

 
DEMONIO
¡Oh qué fuerte lid le llevas
en tu vista y en la suya!
Tú puede ser que le venzas. 635
GOLONDRO

 (Dentro.) 

¡Ah hermanica! ¿Dónde va?
Si busca quien la convierta,
aquí estoy yo. En este valle
no hay más que una oscura cueva
de un varón; que aunque es muy santo, 640
no me llega a media pierna.

  (Sale en hábito de ermitaño.)  

DEMONIO

 (Para sí.) 

Este hipócrita insolente
mis pesares lisonjea.
¡Que teniendo tantos malos,
me haga un bueno tanta guerra! 645
GOLONDRO
Deo gracias, hermano mío,
¿cómo el hábito no besa?
No parece muy devoto.
DEMONIO
¡Mi devoción fuera buena
con él, que es muy insolente! 650
GOLONDRO
¡Jesús! ¡Qué maldita lengua
de hombre! Mas perseguir
la virtud no es cosa nueva.
DEMONIO
Venga acá. ¿Él me quiere hacer
creer que es santo? ¿No sé yo 655
del modo que aquí llegó?
¿No es él el que estaba ayer
con una mujer, que errante
por estos montes se va,
abrazándola?
GOLONDRO
Ahí verá
660
como estoy muy adelante.
DEMONIO
¿Él no es glotón?
GOLONDRO

 (Aparte.) 

Esto es malo.
El hombre me conoció.
DEMONIO
Y este traje se vistió
por vivir con más regalo, 665
y cualquiera que le encuentre
le verá glotoneando.
GOLONDRO
Es que estoy entapizando
el cuarto bajo del vientre.
DEMONIO
Si dice que es santo, miente; 670
que yo su registro soy.
GOLONDRO
Y ¡cómo que santo soy!
Y no es porque estoy presente.
DEMONIO
¿Él de ladrón no vivía?
GOLONDRO

 (Aparte. 

Aquí ya no hay que esperar.) 675
Hermano, voyme a rezar;
que es largo el rezo del día.
DEMONIO
Y hoy ¿a quién reza?
GOLONDRO

 (Aparte.) 

El hermano
aprieta.
DEMONIO
Hable sin recelo.
GOLONDRO
A un santo que está en el cielo, 680
como entrarnos, a esta mano.
DEMONIO
Váyase el hipocriton.
GOLONDRO
Que me place.

  (Vase.)  



Escena XII

 

El DEMONIO.

 
Vaya, digo.
Pero ya Violante llega
a la parte que le han dicho 685
mis furias. ¡Ah! Logre yo
uno de dos precipicios.

  (Entrase por un lado y sale por el otro.)  



Escena XIII

 

Valle. Vese la entrada de una gruta.

 
 

DOÑA VIOLANTE; luego, DON DIEGO, de ermitaño. El DEMONIO.

 
DOÑA VIOLANTE
Aquesta es, según las señas,
la cueva o sepulcro vivo
de aquel hombre penitente 690
que es destos montes prodigio,
llamarele. Varón justo,
padre apacible y benigno,
sal a mi voz, pues te busco
por norte, senda y camino. 695
 

(Sale DON DIEGO, de ermitaño.)

 
DON DIEGO
Ya, de tu voz obligado,
a justa piedad movido,
salgo ahora, aunque, apartado
del mundo, ignorado vivo;
que sin duda a tu consuelo 700
me lleva impulso divino.
Porque ha mucho tiempo que
nadie penetra este sitio.
¿Qué es lo que pretendes?
DOÑA VIOLANTE
Padre,
yo busco en vos el alivio 705
de mis males; que son tantas
mis culpas, que aunque me animo,
no hay en mí bastantes fuerzas
para tan fuerte enemigo.
Son mis fortunas tan grandes, 710
y tantos son mis delitos14
que temo que han de cansaros.
DON DIEGO
No hará, porque me lastimo
de sus males. Siéntese,
y descanse aquí conmigo. 715
DEMONIO

 (Aparte.) 

Esta piedad amorosa
muy presto será incentivo.
DOÑA VIOLANTE
De esa piedad animada,
mis desdichas os repito.
Seis años ha que dejando 720
de mi padre el fiel cariño,
obstinada en mis errores,
esos montes he vivido,
siendo pasmo, siendo asombro
de robos y de homicidios. 725
No ha habido crueldad ninguna,
venganza, error ni delito,
que yo no le haya intentado;
y pues el efecto os digo,
os referiré la causa 730
de mis injustos delirios.
Yo quería un caballero
con un afecto tan fino,
que aún hoy dura en mi memoria.
DEMONIO

 (Aparte.) 

Eso sí, rigores míos. 735
DOÑA VIOLANTE
Mi padre le aborrecía,
y a otro caballero quiso
darme en casamiento; y yo,
determinada al peligro,
a don Diego de Meneses 740
(que aqueste era el apellido
de mi amante) le avisé
que viniese prevenido
a mi calle, y me sacase
de mi casa: y convertido 745
a las voces de don Gil,
perdió la ocasión remiso;
pero gozándola él,
a aqueste monte consigo
me trajo, donde mis culpas... 750
 

(Llora DON DIEGO.)

 
Parece que enternecido
estáis
DEMONIO

 (Aparte.) 

Ya siente los celos,
pues llora. Furor, vencimos.
DOÑA VIOLANTE
¿Que, en fin, a llanto os provocan
mis desdichas?
DON DIEGO
Es preciso
755
que llore; mas no me obliga
lo que aquí habéis presumido,
sino ver que cuando quise
seguir el mejor camino,
tenía el alma tan hecha 760
a errores tan excesivos,
que, sin saber lo que hacía.
de la costumbre movido
el enmendar yo mi vida
os costó tantos delitos. 765
DEMONIO

 (Aparte.) 

Para Dios viene este llanto,
que yo pensé que era mío.
DOÑA VIOLANTE
Luego ¿vos don Diego sois
de Meneses? Ya os imito
en el llanto y la terneza. 770

 (Llora.)  

DEMONIO
Ya estos llorosos indicios
me tocan a mí, no al cielo.
DON DIEGO
Pues ¿por qué a llanto os obligo?
DOÑA VIOLANTE
Porque habiéndonos labrado
con un instrumento mismo 775
pues don Gil en nuestras vidas
equivocó los principios,
siendo una misma la causa,
con dos efectos distintos,
a vos os hizo tan bueno 780
y a mí tan mala me hizo.
DEMONIO

 (Aparte.) 

¡Ah humanas lágrimas, cómo
me enviáis siempre vencido!
DON DIEGO
Fíe en Dios, que ha de ayudarla,
y con su brazo divino 785
ha de salir vencedora.
DOÑA VIOLANTE
De su clemencia lo fío,
y con vuestra vista, el alma
deshecha en corrientes ríos,
ya es de Dios cuanto desea, 790
ya es de Dios cuanto imagino.
DEMONIO

 (Aparte. 

¡Ah, pesia a mí! ¡Que esto sufro!
Ya me importa dividirlos,
pues donde jamás pensé
tantas penas he adquirido.) 795
Cercad el monte, aquí está

  (A voces.)  

la salteadora que ha sido
escándalo de estos montes.
Prendedla o matadla, amigos;
cercad la montaña, muera. 800
DOÑA VIOLANTE
Padre, en mi busca han venido
esos, e intentan prenderme.
DON DIEGO
Pues, hija, excuse el peligro,
ocúltese entre estas peñas;
que Dios, que es padre benigno, 805
la librará.
DOÑA VIOLANTE
En él espero.
DON DIEGO
Con él no tema el peligro.
DOÑA VIOLANTE
¿Volveré a veros y a hallar
la vuestra virtud alivio?
DON DIEGO
No haga tal porque es error; 810
que aquel nuevo afecto antiguo,
de vernos y de escucharnos
a entrarse en el pecho vino,
y si en ocasión ponemos
los ojos y los oídos, 815
se podrá entrar otra vez,
como ya sabe el camino.
DOÑA VIOLANTE
Pues, padre, a seguir a Dios.
DON DIEGO
Él la dará sus auxilios.
DOÑA VIOLANTE
Vencer pienso con su ayuda. 820
DEMONIO

 (Aparte.) 

Y yo penar, de corrido.
DOÑA VIOLANTE
En vuestra piedad espero.
DON DIEGO
Dios es de todo principio.15
DOÑA VIOLANTE
Pues a la lid.
DON DIEGO
A vencer
nuestro común enemigo. 825
DOÑA VIOLANTE
El cielo, padre, os lo pague.
DON DIEGO
Hija, acompáñela él mismo.
 

(Vanse cada uno por su lado.)

 
DEMONIO
Y a mí me valga mi furia
hasta que fiero y altivo
ponga los airados pies 830
en vuestros cuellos indignos.

 (Vase.)  




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