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Don Diego de noche

Francisco de Rojas Zorrilla



PERSONAS
 

 
EL PRÍNCIPE DE ARAGÓN.
EL CONDE DE URGEL.
LEONORA,   su hermana.
DON FERNANDO.
DON CARLOS,   su hijo.
LUCINDA,   su hermana.
DON BERNARDO.
DON DIEGO DE MENDOZA.
LOPE,   su criado.
FEBO,   criado.
RAMIRO,   criado.
CELIO,   criado.
LISEO,   criado.
LUCRECIO,   criado.
FLORA,   criada





ArribaAbajoJornada primera

 

Salen EL CONDE y DON BERNARDO.

 
DON BERNARDO.
Cuando hay segura amistad
Justamente se confía.
CONDE.
Con este engaño querría
Conquistar la voluntad.
DON BERNARDO.
Si sabes la que te tiene5
El príncipe de Aragón,
Vanos los engaños son.
CONDE.
Aumentarla me conviene,
Y si ambición te parece
Querer agora aumentalla,10
Por lo menos conservalla
Justa disculpa merece;
No da al capitán la gloria
Don Bernardo, el conquistar,
Sino es saber conservar15
La gloria de la victoria;
Quiéreme el Príncipe bien,
Pero con esta ocasión
Conservaré la opinión
Y la esperanza también;20
De la industria no te espantes,
Que el amor, donde hay poder,
Como el mal, suele tener
Sus crecientes y menguantes;
Él quiere perdidamente25
A Lucinda de Aragón;
No es casamiento, aunque son
Deudos; porque no es decente
Que dentro del reino case,
Que en lo demás le igualara;30
Ella, que en su honor repara,
De que se hiele o se abrase
Tiene muy poco cuidado,
Y así el Príncipe, celoso,
Ronda esta calle, animoso35
De que ha de hallar confiado
La causa por qué la deja.
DON BERNARDO.
¿Y hay causa?
CONDE.
De ajeno amor
Ninguna, sólo su honor
Este desdén le aconseja;40
Con esto, tengo pensado
Fingir que hay causa, por quien
Le deja, y hacer también
Que fueses tú disfrazado
Quien le salga a acuchillar45
Con dos criados leales,
Pues que tú los tendrás tales,
Que esto les puedas fiar;
Yo, que escondido estaré,
Saldré a ponerme a su lado;50
Huiréis todos, con cuidado
De que el Príncipe me dé
Por autor de aquella hazaña,
Y por cuya valentía
En la confianza mía,55
Pues en esto a nadie engaña,
Ponga su amor y secreto,
Y llegue yo a tal lugar,
Que venga Aragón a estar
A mis intentos sujeto;60
Que el que tuviere con él,
Ese tendrás tú conmigo.
DON BERNARDO.
Tú sabes que soy tu amigo,
Y que te he sido fiel;
De tu intento, Conde, estoy65
Advertido; dos criados
Tengo leales y honrados
De quien deudo y dueño soy,
A quien daré de esto parte.
CONDE.
Pues parte y diles mi intento,70
Y como es mi pensamiento,
Bernardo, alcanzar por arte
Lo que niega la fortuna.
DON BERNARDO.
¿A qué hora viene aquí?
CONDE.
Él suele decirme a mí75
Que entre las doce y la una.
DON BERNARDO.
Yo voy.
CONDE.
El cielo te guíe.
DON BERNARDO.
Tu dicha el cielo previene.
CONDE.
¡Dichoso el hombre que tiene
Un hombre de quien se fíe!80
 

Salen EL CONDE, EL PRÍNCIPE y CELIO.

 
PRÍNCIPE.
Vete, Celio, que se enoja
Lucinda de que a su puerta
Venga con gente.
CELIO.
Ella acierta;
Porque lo que más despoja
A una dama de su fama,85
Es publicar sus amores
El galán.
PRÍNCIPE.
Pocos favores
Publicaré de mi dama.
CELIO.
No estaré lejos de aquí,
Por si llama vuestra Alteza.90

 (Vase.) 

PRÍNCIPE.
Desdén con tanta belleza,
¿Qué quieres hacer de mí?
¡Ay ventanas! cuando os veis
Del sol puertas de zafiros,
Si de mil dulces suspiros95
Las rejas enternecéis,
¿Por qué no decís que veis
Mis ojos hechos aurora?
Pues ella por verle llora,
Y ellos, al contrario, al cielo100
Hasta que rompiendo el velo,
Los pies de la noche dora;
Huya de mi sol Lucinda
Esta noche artificial,
Que la noche natural105
No quiero que se le rinda
Que su luz hermosa y linda
No saldrá, si coronado
De luz sale el sol prestado
Al cielo desde sus ojos,110
Donde yace por despojos
La noche de mi cuidado.
¿De qué me sirve el poder,
Si no puedo lo que quiero,
Y en lo que quiero no espero115
Que pueda más de querer?
Mas si querer es hacer
Lo más que puede el valor,
Yo quiero que tu rigor
Pueda en mí lo que quisiere,120
Pues harto puede quien quiere
Sufrir cuanto puede amor.
CONDE.

 (Ap.) 

Notables quejas, suaves
Suspiros, lástima es ver
Que tenga amor tal poder125
Hasta en los hombres más graves;
Lucinda sale, yo quiero
Esconderme hasta que venga
Don Bernardo, porque tenga
Principio el favor que espero;130
Que al ingenio muchas veces
Se ha rendido la fortuna.
PRÍNCIPE.
Los marcos dan luz alguna.
¡Ay dulce sol, si amaneces!
 

Salen EL PRÍNCIPE y LUCINDA.

 
LUCINDA.
¿Es vuestra Alteza?
PRÍNCIPE.
Yo soy,
135
Y no me llames así,
Que ya no hay alteza en mí
Después que a tus pies estoy.
LUCINDA.
¿Quién viene con vos?
PRÍNCIPE.
Señora,
El elemento del fuego,140
Un niño, un gigante, un ciego,
Un Argos que vela agora;
Una salamandra ardiente,
Un áspid entre las flores,
Que es sobre varias colores145
Camaleón trasparente;
Un Fénix que muere y nace
De sí mismo, una sirena
Que canta y mata, una pena
Que atormenta y satisface,150
Un animoso temor;
Pero puesto que os asombre,
Si queréis saber su nombre,
Sabed que se llama amor.
LUCINDA.
Bien parecéis, gran Señor,155
Pues aunque os tengo avisado,
Venís tan acompañado.
PRÍNCIPE.
Pues con todo cuanto os digo,
Vengo tan solo, que sigo
La sombra de mi cuidado,160
Que de mi amor los efetos
Son interior compañía,
Aunque a tenerla de día
Los reyes están sujetos.
LUCINDA.
¿Pues es de día?
PRÍNCIPE.
En secretos
165
Rayos del sol para mí,
Que en vuestros ojos le vi.
LUCINDA.
¿En fin, estáis solo?
PRÍNCIPE.
Amor
Está conmigo.
LUCINDA.
Mi honor
Me obliga que os hable así.170
 

Salen DON DIEGO y LOPE, de camino.

 
DON DIEGO.
Las postas fue muy bien hecho
Que a la puerta se quedasen.
LOPE.
Sí, pero no que llegasen
A las horas que sospecho.
DON DIEGO.
¿En qué lo ves?
LOPE.
En no ver
175
Tienda abierta en Zaragoza,
Mesón de huésped ni moza.
DON DIEGO.
No sé qué habemos de hacer,
Que no me está bien llegar
Con alboroto.
LOPE.
No siento
180
Lo que es el alojamiento
Pero quisiera alojar
La panza si hubiera dónde.
DON DIEGO.
Eso es imposible ya.
LOPE.
La noche ¿qué no podrá?185
Todo lo encierra y lo esconde.
DON DIEGO.
Llaman ausencia del día
A la noche.
LOPE.
Bien dijeron,
Pues sus sombras se atrevieron
A la falta que él hacía.190
DON DIEGO.
El silencio y soledad
De la noche son efetos.
LOPE.
Pasteleros recoletos
Son los de aquesta ciudad;
Sustento tan socorrido195
No se había de esconder
Hasta el alba.
DON DIEGO.
Si comer
Quieres de lo que he traído,
Lope, aquí en la faltriquera,
Eso puedo darte.
LOPE.
¿Y es?
200
DON DIEGO.
Confites.
LOPE.
No me los des;
¡Pesar de un pie de ternera
Con un ajo castellano!
¿Yo confites? ¿Soy ardilla?
DON DIEGO.
Mira que son de Castilla.205
LOPE.
¡Oh confitero inhumano!
Cómalos un gran señor
Después de treinta capones
Por quitar imperfecciones
Al gusto con limpio olor.210
DON DIEGO.
Lo dulce es muy alabado.
LOPE.
Pues que lo coma el Sofí;
Un capitán conocí
Que no recibió soldado
Que supiese que en su vida215
Comió confites.
DON DIEGO.
¿Por qué?
LOPE.
Porque se sabe que fue
Siempre superflua comida,
Femenil y delicada,
Y un soldado ha de comer220
Sierpes, y a falta, morder
Las manzanas de la espada.
DON DIEGO.
Hartos veo y harto honrados
Que porque espadas no tienen
No las comen.
LOPE.
Esos vienen
225
Con servicios desdichados;
Pero cuando el tiempo es tal
Aunque en dichosos imperios,
Que coman de monasterios
Tenlo por mala señal;230
Algunos hombres dejaron
En testamentos que hicieron
Raciones con que vivieron
A perros con quien cazaron;
Soldado has sido no más,235
Durmamos, si hay dónde.
DON DIEGO.
Aquí
Hay un portal.
LOPE.
Yo por ti
Me pesa, que en fin estás
A buena cama enseñado;
Yo, medio galgo y medio hombre,240
Tengo diez de gentil hombre
Y en pie me duermo arrimado.
 

(Arrimados DON DIEGO y LOPE.)

 
 

Salen DON BERNARDO, RAMIRO y FEBO.

 
DON BERNARDO.
Cuando os hiciere señal,
Los dos acometeréis;
Y mirar que le apretéis,245
Pero con destreza tal,
Que jamás le toque espada.
RAMIRO.
Deja el cuidado a los dos.
LOPE.
Moscones andan por Dios.
DON DIEGO.
Duerme, y no pienses en nada.250
LOPE.
Matele.
DON DIEGO.
No hagas ruido.
LOPE.
Es con el diablo.
DON DIEGO.
Callar.
LOPE.
Moscones, ir a picar
Un hombre que haya comido.
FEBO.
¿Qué aguardas?
DON BERNARDO.
A que se vea
255
El Conde, que ha de llegar
A defenderle.
LOPE.
Picar
Con el diablo. ¿Soy jalea?
¿Soy pastel? ¿Soy manjar blanco?
¿Soy pierna de pobre?
DON DIEGO.
Advierte
260
Que anda gente.
LOPE.
De esa suerte
La de me fecit arranco.
LUCINDA.
Gente suena, y no es razón
Que sepan con quién habláis.
PRÍNCIPE.
¿Celos del temor me dais?265
LUCINDA.
No hay burlas con la opinión.

 (Vase.) 

FEBO.
Gente he sentido, sin duda
Es el Conde.
DON BERNARDO.
Meter mano.

 (Pónense máscaras.) 

PRÍNCIPE.
No me recelaba en vano;
Si aquí el valor no me ayuda,270
Traidores me han de acabar,
Que son traidores los celos.
DON BERNARDO.
Matarle, llegad.
DON DIEGO.
¡Ay cielos!
PRÍNCIPE.
Nadie se dejó matar.
DON DIEGO.
Y más teniendo a su lado275
Un hombre de bien.
LOPE.
Y aun dos.
FEBO.
De veras riñen, por Dios.
DON BERNARDO.
El Conde nos ha engañado.
 

(Huyen los tres del PRÍNCIPE y de DON DIEGO.)

 
 

Salen EL PRÍNCIPE, DON DIEGO, LOPE y EL CONDE.

 
CONDE.
¿Qué es esto? ¡Sin que yo venido hubiere
Al Príncipe acomete don Bernardo!280
PRÍNCIPE.
Dejadlos, caballero, que me importa
No ser en esta calle conocido.
CONDE.

 (Ap.) 

Gente sin duda el Príncipe ha traído.
DON DIEGO.
Haré lo que mandáis, pues ya sospecho
Que de alguna persona el honor causa285
Que no acabéis la comenzada empresa.
CONDE.
Erré el suceso. ¡Oh industria, cuántas veces
Resultas en más daño de tu dueño!
Volverme quiero, que será mi muerte
Si me reconociesen en la calle.290
PRÍNCIPE.
A lo que muestra el hábito y el talle,
Parecéis forastero, caballero.
DON DIEGO.
En este punto llego a Zaragoza,
Y fue dicha llegar en este punto,
Porque sin duda os matan si no llego.295
PRÍNCIPE.
Téngolo por sin duda, que soy hombre
Que sin resolución tan atrevida
No vinieran con máscaras de celos;
Yo sirvo en esta calle a cierta dama
Que su desdén encubre con su fama;300
No corresponde a mis obligaciones
Que dice que no quiere en opiniones
Su honor; y para mí miente, pues veo
Que el dueño, como veis, de su deseo
Viene a matarme, siendo yo; ¿qué dudo305
De hablar con vos, a quién la vida debo?
Siendo el Príncipe yo.
DON DIEGO.
Dábame el alma
Mil señas del valor de vuestra Alteza
Que las tinieblas de la oscura noche
Querían encubrir a mi ignorancia;310
Dadme esos pies mil veces.
PRÍNCIPE.
Con los brazos
Honrar es justo los valientes vuestros;
Ya que sabéis quién soy, y que os prometo
No ser ingrato a beneficio tanto,
Decidme vos quién sois.
DON DIEGO.
Si vuestra Alteza
315
La palabra me da de no decirlo
Hasta que estén mis cosas en estado
Que puedan dar la cara descubierta,
Sabrá quién soy y mis desdichas.
PRÍNCIPE.
Digo
Que con la obligación de vuestro amigo320
Si la de ser quien soy no basta, juro
Detener en secreto vuestro nombre.
DON DIEGO.
Pues en tan justa confianza, oídme.
PRÍNCIPE.
Imitaré la noche en el silencio.
LOPE.
Y yo entre tanto en este umbral tendido325
Quiero probar que un hombre que ha corrido
La posta, y llega el parche desollado
Puede dormirse sin haber cenado.
DON DIEGO.
Heroico Príncipe, en quien
El alto cielo atesora330
Las grandezas y virtudes
Que un real sugeto adornan;
Vos, que habéis de dar más nombre
Y excelencia más famosa
A la casa de Aragón335
Que sus insignes victorias;
Sabed, que para serviros
Soy don Diego de Mendoza,
Deudo de familia ilustre,
De la banda verde y roja;340
De la montaña a Castilla
Vine con edad tan poca,
Que fui menino del Rey
Que hoy con su llave me honra;
Fue mi ejercicio la caza345
Gran tiempo, y en las frondosas
Selvas mi vida más libre
Que el viento, rey de las ondas;
Allí las aves andaban
De mis tiros temerosas,350
Y las fieras de mis armas
Trepando las altas rocas;
En la orilla del Pisuerga
Pasaba las tristes horas
De los juveniles días355
Que la mejor sangre gozan;
Otras veces a la espada
Negra, acompañada o sola,
Enseñaba el fuerte brazo,
Que tanto al que es noble importa;360
Víneme a hacer tan robusto,
Que no volviera pelota
Que yo sacara Roldán:
Así volaba furiosa;
Pues en las cañas la mía365
De manera el aire azota,
Que la tuvieran por ave
Las celestes claraboyas;
En la arrugada cerviz
De los toros de Zamora370
Vio Valladolid mil veces
Cuchilladas tan airosas
Que las arenas sangrientas
Alcanzaron con la boca
Como otras veces la yerba375
Del Duero en la verde alfombra;
No sabía en este tiempo
Si amor era pena o gloria,
Si era alegría o tristeza,
Si era descanso o congoja,380
Si era voluntad o fuerza,
Si era antídoto o ponzoña,
Si era enemigo o amigo,
Si era fábula o historia;
Pero por tomar venganza,385
Si de los libres la toma,
Previno el arco, imitando
La que a ninguno perdona:
Nació un Príncipe en Castilla,
En cuyas fiestas dichosas390
Una sortija mantuvo
El claro marqués de Astorga;
Salí galán de encarnado,
Con mil armiños por orla,
Toldo el campo del vestido395
Narcisos de plata bordan;
Blanco un hermoso caballo
Que de la clin a la cola
Pienso que estuvo del arte
Naturaleza envidiosa;400
Llamábase Pensamiento,
Nombre que su intento abona,
Porque en la color y el vuelo
Pensó que era garza hermosa.
Dábanle mayor belleza,405
Aunque era extremo de todas,
Guarniciones encarnadas
Llenas de perlas y aljófar.
Llevé en un dorado carro
Con una palma y corona410
A la libertad triunfando
Del amor, las flechas rotas.
Atados iban los celos
Con la ausencia peligrosa,
El desprecio y el desdén415
Con grillos y con esposas.
Ganele al mantenedor
Por mejor lanza una joya;
Dila a una dama del Rey
De la casa de Cardona;420
Agradeciome otro día
El servicio, y de una y otra
Palabra fue amor trazando
Su venganza rigorosa.
Tracé escribirla un papel,425
No porque el amor le nota,
Mas por parecer discreto,
Que hay arrogancias en prosa.
Respondiome y fue creciendo
La amistad, hasta que toda430
El alma, hasta allí cobarde,
En el mar de amor se engolfa.
Apenas vine a quererla,
Cuando de ella se enamora
Nuño de Zúñiga, un hombre435
De grande y gentil persona,
Trece del Orden ilustre
De la insigne espada roja,
Hombre estudioso en la guerra,
Pirro en Grecia, Héctor en Troya.440
Los celos que llevé a todos,
El amor desaprisionan
Tanto, que estuve a sus pies.
Así se truecan las cosas.
Cayósele del marfil445
De la mano a esta señora
En un jardín cierto día
Un guante cogiendo rosas.
Corrimos juntos yo y Nuño
A alzarle; su furia loca450
Fue tal, que me derribó
Sobre una fuente, que agora
No mormurará de mí,
Como a ver el campo corra,
Adonde sus vidrios puros455
Trocó por sangrientas olas.
El Rey volvió la cabeza,
La risa le fue forzosa,
Los deudos se alborotaron,
Sólo amor no se alborota.460
Fuime, y escribile a Nuño,
Que le espero a las diez horas
En el prado de la Santa,
Que a serlo a tantas provoca.
Vino Nuño y vino solo,465
Y apenas miró mi sombra,
Cuando sacando la espada
La capa en el brazo dobla.
Contarte aquesta pendencia,
Era aguardar que la aurora470
Se hallase donde te cubres
De la noche perezosa.
Basta saber que a los brazos
Llegamos, porque socorra
Mi honor, derribando a Nuño,475
Caída tan afrentosa.
Maté a Nuño con la daga,
Por donde faltó una cota
Que traía, y con mis celos
Murió también mi deshonra.480
Por tomar mi capa entonces,
Tomé la suya; responda
Por mi turbación el caso,
Donde más ánimo sobra.
Fuime a la cena del Rey,485
Por disimular; mas viola
Con la cruz dos o tres veces:
Yo, por ver que mira y nota,
Bajo los ojos, y veo
La capa de Nuño, y gotas490
De sangre por muchas partes;
Y allí la cruz, de la forma
Que en las esquinas la ponen
Para trágica memoria
En letras que de ella informan:495
«Aquí mataron a un hombre»,
Que era probanza notoria.
Viendo la inquietud del Rey,
Con turbación vergonzosa
Cubrí la cruz a las hachas500
Que ya alumbraban todas:
Y antes que el Rey se acostase,
Camino de Zaragoza
Tomé la posta, que salva
Mejor que el ruego la posta.505
Llegué donde tengo a dicha
Que a un mismo tiempo conozcas,
Mi historia de mis palabras.
Y mi valor de mis obras.
PRÍNCIPE.
Don Diego, no pudiera encarecerle,510
Si no pensara ser agradecido,
El gusto que me ha dado conocerte
Y el ver que a nuestro reino hayas venido;
Mi obligación de esta verdad te advierte,
Y el ser quien soy; y así, te ruego y pido515
Vengas conmigo, que es gastar razones
Principios de negar obligaciones.
Dos hijos tendrá el Rey, y yo un hermano
DON DIEGO.
Señor, perdonaréis mi atrevimiento,
Que aquí no he de ser visto de hombre humano,520
Porque me importa cierto pensamiento.
PRÍNCIPE.
¿Qué dices?
DON DIEGO.
Que me deis, Señor, la mano;
Porque en amaneciendo, daré al viento
Velas en postas por el mar airado
De mi temor, que corre más sagrado;525
Que aunque es verdad de vos seguro fuera,
No quiero que los deudos, grandes todos,
De Nuño, busquen la ocasión primera
Para matarme con injustos modos.
Es la venganza bárbara tan fiera,530
Que los ejemplos griegos, persas, godos,
Romanos y españoles, con mil voces
Muestran al que agravió casos atroces.
Yo me quiero partir a Barcelona,
Y de allí a Italia, con licencia vuestra.535
PRÍNCIPE.
Pues para estar secreto, ¿no me abona
Sino el poder la diligencia nuestra?
Para sólo esconderse tu persona
De la venganza en invenciones diestra.
¿No tendrá Zaragoza mil sagrados?540
¿No hay guardas, no hay defensas, no hay soldados?
DON DIEGO.
No niego que pudieras defenderme;
Pero para mejor asegurarme
Me importa de las lenguas esconderme,
Que pueden con las plumas declararme:545
Si me has de hacer merced, si quieres verme,
Déjame a mí de mi temor guardarme,
Que en Zaragoza viviré escondido
Sin ser de ningún hombre conocido.
PRÍNCIPE.
¿Pues cómo te veré, si ya obligado,550
Tu amigo soy?
DON DIEGO.
En este mismo puesto
Todas las noches.
PRÍNCIPE.
Quedo confiado
Que tu palabra cumplirás en esto.
DON DIEGO.
Seguro puedes ir.
PRÍNCIPE.
Llama al criado.
DON DIEGO.
¿Lope? ¿Ha Lope?
LOPE.
¿Qué necio tan molesto
555
Despierta a los cristianos a esta hora?
DON DIEGO.
Mira que sale ya la blanca aurora.
LOPE.
¡Oh pesia a los poetas que inventaron
Aurora o calabaza! ¿No pudieran
Pasarse sin su aljófar?
DON DIEGO.
Mira, loco,
560
Que está su Alteza aquí.
LOPE.
Perdona al sueño
Que suele ser de los sentidos dueño.
PRÍNCIPE.
Venga conmigo Lope, porque quiero
Que no le falte en Aragón dinero.
DON DIEGO.
Los dos hasta la puerta de palacio565
Iremos siempre que a este calle vengas;
Pero pasar de allí, no lo permitas.
PRÍNCIPE.
No sé qué pensamientos solicitas.
LOPE.
Déjame a mí tomar, si tú no quieres.
DON DIEGO.
Deja, Lope, el tomar a las mujeres.570
LOPE.
Bien dices, tomaré por tu consejo,
Pues la necesidad está excusada,
Con ser mujer buscona y pedigüeña,
Que expuso en escribir y en pedir dueña.
 

Salen DOÑA LEONORA y DON BERNARDO.

 
LEONORA.
Esta noche no ha venido575
El Conde, mi hermano.
DON BERNARDO.
Ha dado
En celoso y desvelado
De cierto desdén perdido.
LEONORA.
No me puedo persuadir
Que mi hermano quiera bien.580
DON BERNARDO.
Yo lo pensaba también;
Mas no puedo atribuir
Su inquietud si no es a amor.
LEONORA.
El del Príncipe será.
DON BERNARDO.
Ese bien pagado está585
De su privanza y favor.
LEONORA.
¿Y vos soisle muy fiel?
DON BERNARDO.
No sé, Leonora; por Dios,
Querría privar con vos,
Ya que no privo con él.590
LEONORA.
Yo estimo, como es razón,
Los amigos de mi hermano.
DON BERNARDO.
No lo diré yo, que en vano
Tuve un tiempo esa opinión.
LEONORA.
Él viene.
 

Sale EL CONDE.

 
CONDE.
Agora diré
595
Que amanece, pues aquí
Hallo a Leonora.
DON BERNARDO.
¿Y de mí
Qué es lo que diré?
CONDE.
No sé,
Mientras que no os hablo aparte;
Pues ya debéis de saber600
Que para echarme a perder
Vos solo fuérades parte.
DON BERNARDO.
¿Si vi por la esquina gente,
Qué había de imaginar?
CONDE.
¿Si yo no os llegaba a hablar,605
No fue cosa impertinente
Arrojaros de aquel modo?
DON BERNARDO.
Ya es hecho, ¿qué se perdió?
Demás, que imagino yo
Que fue prevenido todo,610
Y que el Príncipe tenía
Criados, y tan honrados,
Que han herido a mis criados;
Pues uno entre ellos venía,
Que desde que yo nací615
No he visto mejor espada.
CONDE.
En la ocasión más honrada
Crédito y honor perdí.
Volvamos a hablar, Bernardo,
A Leonora, que no es bien620
Que nos entienda; pues quien
Anoche fue tan gallardo
Supo gozar la ocasión.
Pues, Leonora, ¿qué has pensado
De verme tan desvelado?625
LEONORA.
Qué ajenos cuidados son;
Y si ya a decir verdad,
Menos dentro te querría,
Que el descanso no se fía
Tal vez de la majestad.630
CONDE.
Yo sirvo, y debo servir
Con lealtad.
 

Sale LISEO.

 
LISEO.
Aquí ha llegado
Un hombre harto bien tratado,
Y que acaba de venir
De Castilla.
CONDE.
¿Qué me quiere?
635
LISEO.
Darte una carta.
CONDE.
Entre, pues.
 

Salen DON DIEGO y LOPE.

 
DON DIEGO.
Dadme, Señor, vuestros pies.
LOPE.
Aquí será bien que espere.
DON DIEGO.
Del Almirante, Señor,
Es esta carta.
CONDE.
Mostrad.
640
DON DIEGO.
Yo he venido a esta ciudad
En fe de vuestro favor:
Deme vuestra señoría
Los pies.
CONDE.
No estéis de ese modo.
LOPE.

 (Ap.) 

¡Oh qué bien que se hace todo645
Lo que la fortuna guía!
CONDE.

 (Lee.)  

«A don Juan de Guzmán, mi camarero, por no casarse desigualmente, le fue forzoso dejar a Castilla. Pidiome esta carta con deseos de servir a vueseñoría, a quien suplico honre en su casa con el oficio que fuere servido, pagándole a él esta voluntad, y a mí la confianza con que se lo suplico.»

¿Sois vos don Juan de Guzmán?
DON DIEGO.
Sí, Señor.
CONDE.
Aquí tendréis
Mi casa, que merecéis
Mayores cosas, don Juan,650
Por vuestra misma persona,
Sin otro ajeno favor.
DON DIEGO.
No en balde, invicto Señor,
Por luz de aquesta corona
Allá os publica la fama.655
Ni quiero yo más honor
Que servir tan gran Señor.
CONDE.
¡Hola! al mayordomo llama,
Y haz que le den aposento
Conforme a su calidad.660
DON DIEGO.
Señor, a tanta humildad
Vos le dais merecimiento.
CONDE.
Hermana, yo voy a ver
Si el Príncipe se levanta.
DON DIEGO.
No podré yo merced tanta665
En mi vida agradecer,
Ni a mi fortuna ni a vos.
 

(Vanse EL CONDE y DON BERNARDO.)

 
LOPE.
¿Hizo la carta fingida
Efecto?
DON DIEGO.
De nuestra vida
Está el remedio en los dos.670
LEONORA.
¿Don Juan?
DON DIEGO.
¿Señora?
LEONORA.
Escuchad.
¿En la corte habéis vivido?
DON DIEGO.
Allí, Señora, he servido
La flor de mi verde edad,
Aunque sirviendo se goza675
Lo poco que ya sabéis.
LEONORA.
¿Quién duda que conocéis
A don Diego de Mendoza,
Un caballero, sobrino
Del duque del infantado?680
DON DIEGO.

 (Ap.) 

Confieso que me he turbado.
LEONORA.
¿Qué estáis pensando?
DON DIEGO.
Imagino
La causa por qué queréis
Saber de ese caballero.
LEONORA.
Hay aquí cierto escudero,685
Que vos no le conocéis,
Que en Castilla le servía;
Este en cualquiera ocasión
Habla con tanta pasión
De su talle y valentía,690
Que al principio me cansaba
Y después me aficionó.
DON DIEGO.
¿Y está aquí?
LEONORA.
Ya se partió
A una aldea, donde estaba
Por dueño de una heredad695
Que mi hermano tiene allí.
DON DIEGO.
¿Oyes esto?
LOPE.
Señor, sí.
LEONORA.
Quiero saber si es verdad
Lo que cuenta de don Diego
Este escudero.
DON DIEGO.
Señora,
700
A quien preguntáis ahora,
Está de su amor tan ciego,
Que os dirá cosas extrañas;
Pero para que creáis
Que a todos cuantos habláis705
Os alaban sus hazañas,
Llamad ese criado mío,
Hombre del vulgo, y veréis
Las cosas que dél sabéis.
LEONORA.
Aunque de vos las confío,710
Holgaré de hablar con él
Para tener más testigos.
DON DIEGO.
¿Nuño?
LOPE.
¿Señor?
DON DIEGO.
Mi Señora
Te quiere hablar.
LOPE.
Ya subimos
Desde el caballo al estrado.715
LEONORA.
¿Nuño?
LOPE.
¿Señora?

 (Ap. 

¿Qué obispo
Me confirmó? ¿No era yo
Lope no ha un hora?)
LEONORA.
He querido
Preguntarte, si es verdad,
Por mil cosas que me han dicho,720
Si don Diego de Mendoza...
LOPE.
¿Qué es esto?
LEONORA.
Advierte: ¿el sobrino
Del duque del Infantado
Es el más galán que ha visto
Castilla, y el más valiente725
Caballero que ha tenido
Granada, y el más amado
De las damas?
LOPE.
En mil siglos
No ha visto el tiempo algún hombre
De más partes: si Narciso,730
Como las fábulas dicen,
Se enamoró de sí mismo,
Y en el cristal de tus ojos
Se viera don Diego, digo,
Que fuera verdad y historia,735
No porque don Diego es lindo;
Mas porque del pie al cabello
Naturaleza le hizo
Hombre sin defecto alguno;
Sólo dicen que era tibio,740
Mujeres que despreciaba.
Esto no puedo decillo,
Porque casos semejantes
No son como otros delitos,
Que aquí verán las preñadas...745
LEONORA.
No eres necio.
LOPE.
Ha días que sirvo
Con hambre y necesidad.
LEONORA.
¿Don Juan, tu amo, no es rico
Conforme a su calidad,
Y a las prendas de su oficio?750
LOPE.
No, Señora.
LEONORA.
¿Pues por qué
Siendo tú ingenioso y vivo,
No le buscas?
LOPE.
Ya se ofrecen
Algunos mancebos ricos,
Pero más quiero a don Juan755
Pobre con tan buen juicio,
Que sufrir un ignorante.
Oye un cuento... Mas ¿qué digo?
Ya se acabaron los cuentos,
Que como algunos divinos760
De oír estudios ajenos
Están cansados y ahítos,
No quieren cuentos; ya dicen
Que les den concetos vivos,
Y pásensele por alto765
Tantos sutilmente escritos;
Que he visto yo cierta pluma
Borrar lo que está bien dicho,
Temiendo que no ha de ser
De estos sabios entendido.770
Verdad es que lo son muchos
Que escuchan agradecidos:
Que como sabios entienden,
Perdonan como benignos,
Defienden como hombres nobles,775
Favorecen como amigos,
Disculpan como quien pueden
Errar; que todos nacimos
Hombres, y no siempre el hombre
Es tan fénix en su oficio,780
Que no pueda errar en algo;
Pues en el cielo empíreo
Hubo yerros en criaturas,
Que Dios tan hermosas hizo,
Hasta que los confirmó785
En gracia que no tuvimos
Confirmada, los que andamos
En el cielo peregrinos.
Volviendo, en fin, a don Diego
De Mendoza, de él te afirmo790
Que no ha nacido en Castilla
Caballero tan bien quisto.
Don Diego no es de los hombres
Que hablando con artificio,
A quien los escuchan matan795
Con vocablos exquisitos.
Tiene un claro entendimiento,
Fundado, libre, distinto
Del vulgo, con que a quien habla
Agrada en términos lisos.800
Las galas se aprenden de él,
No impropias, porque vestido
Con igualdad, deja al cuerpo
Lugar al honor y al brío.
Tiene en la guerra y la paz,805
Señora, tal ejercicio,
Que con las armas es Marte
Y con las galas Narciso.
Puesto a caballo, parece
De los que un tiempo los indios810
Pensaron que eran un cuerpo,
Así van los dos unidos.
Dirás que el caballo tiene
Brazos de hombre, y, por lo mismo,
Que el hombre pies de caballo,815
Que no son cuerpos distintos.
Y así entiende el animal
Quien va en él, que piensa altivo
Que ya es hombre y no caballo
Y ser de un parto nacidos.820
¿No has oído que en el cielo
Hay una figura o signo
Que se llama Sagitario?
Pues es su retrato al vivo.
¡Ay del toro que probar825
Su espada atrevida quiso!
La cerviz con cuera de ante
Es como armarse de vidrio.
Pero ¿para qué te canso
Con rudo ingenio atrevido830
A las partes de don Diego?
Forme tu ingenio divino
Un hombre en su entendimiento
A prueba de los sentidos,
Que ese es don Diego, y quien es835
De tales pinceles digno.
LEONORA.
Más ciegos estáis los dos
De la afición de don Diego,
Que quien yo dije.  (Ap.  Amor ciego,
¿Cómo sois monstruo y sois Dios?840
¿Que pueda tanto la fama
De un hombre, y la inclinación
De las estrellas, que son
La mayor fuerza en quien ama?
¿Que quiera lo que no vi,845
Y que le pinte de modo
Que le mire el alma todo
Y esté retratado en mí?
¿A quién habrá sucedido
Cosa más noble y extraña?850
La imaginación engaña
Al amor, y él al sentido.
Con esto tengo a ventura
Que sirva al conde don Juan,
Que él y Nuño me dirán855
Esto que el alma procura.
Con ellos descansaré
De este pensamiento loco.)
DON DIEGO.
¿Lope?
LOPE.
¿Señor?
DON DIEGO.

 (Ap.) 

Yo sé poco,
O aquí hay amor.
LOPE.
Y yo sé
860
Que la fama bachillera,
Que es como los habladores
Que hacen las cosas mayores,
Te ha pintado de manera
Que aquesta mujer te adora.865
DON DIEGO.
¡Por cuán extraño camino
Trae a un hombre su destino,
Como a mí me trajo ahora!
LOPE.
¿Qué piensas hacer en esto?
DON DIEGO.
Lo que quisieren los hados,870
Que no quieren ser osados
En lo que tienen dispuesto.
Ya que vivo en Aragón
Y con el conde de Urgel,
Haré sagrado con él875
A tanta persecución;
Y con Leonora, su hermana,
De doña Ana a la belleza.
LOPE.
¿No hizo naturaleza
Más belleza que en doña Ana?880
¿Qué falta a doña Leonor?
DON DIEGO.
Tienes razón; mas si aquí
Soy su criado, ¿de mí
Cómo ha de entender mi amor?
LOPE.
El tiempo te ha de enseñar885
El modo que has de entender.
DON DIEGO.
Pues si el tiempo lo ha de hacer,
Demos al tiempo lugar.
LEONORA.
¿Don Juan?
DON DIEGO.
¿Señora?
LEONORA.
Si acaso
Puede tu conocimiento,890
Buscando alguna ocasión,
Escribir a este don Diego,
¿No vería yo siquiera
Carta y letra suya?
DON DIEGO.
Tengo
Con él tan grande amistad895
Que voy a escribirle luego;
Porque al despedirme de él
Me dijo: «En llegando, os ruego
Que me escribáis a Castilla
Vuestra salud y sucesos.»900
LEONORA.
Para más seguridad,
Haz que lleve Nuño el pliego,
Que yo le daré en que vaya
Con regalo y con dineros.
LOPE.

 (Ap.) 

¿Qué te dice?
DON DIEGO.
¿Quieres tú
905
Que vaya a escribir?
LEONORA.
Deseo...
Si te digo la verdad...
Que los dos...
DON DIEGO.
Prosigue.
LEONORA.
Temo...
DON DIEGO.
Caballero honrado soy.
LEONORA.
Pues porque eres caballero910
Te digo, que si por ti
Comunicarnos podemos
Don Diego y yo, serás tú
Mi secretario, y mi pecho
Y el dueño de cuanto soy.915
DON DIEGO.
Tú, Señora, eres mi dueño.
LEONORA.
Ve a escribir.
DON DIEGO.
Voy.

 (Vase.) 

LEONORA.
Nuño, escucha.
¿No irás, por servirme en esto,
Con diligencia a Castilla?
LOPE.
Señora, iré tan ligero,920
Que parezca que es pesado,
Si corre a mi lado el viento.
Demás, de que ir a Castilla
Es de mi gusto, el provecho
De servirte estimo en tanto,925
Que a ser cometa me atrevo
Que encendida en Aragón
Llegue a Castilla tan presto
Que apenas los que caminen
Vean por el aire el fuego.930
LEONORA.
¡Ay, qué olvido!
LOPE.
¿Cómo olvido?
LEONORA.
¿No fuera bien que primero
Le preguntara a don Juan
Si está casado don Diego?
LOPE.
¿Pues eso no lo sé yo?935
LEONORA.
¿Cómo?
LOPE.
En cierto casamiento
Ha tenido diferencias
Con algunos caballeros,
Y aun creo que a uno hirió.
LEONORA.
¿Luego no se hizo?
LOPE.
Pienso
940
Que por celos lo ha dejado.
LEONORA.
¡Ay, Nuño, amigo, si hay celos
No puede ser sino amor!
LOPE.
Yo pienso que eran conciertos;
Porque nunca oí decir945
Que amase a nadie don Diego.
LEONORA.
¿Por qué?
LOPE.
Porque fue de todas
Tan amado, que sospecho
Que traía en la elección
Confuso el entendimiento.950
LEONORA.
¿Engáñasme?
LOPE.
No por Dios.
 

Sale DON DIEGO.

 
DON DIEGO.
Ya escribí.
LEONORA.
Lee.
DON DIEGO.
Ya leo.
«Hoy he llegado a Aragón,
Y hoy, señor don Diego, escribo,
Que para serviros vivo955
En tanta persecución.
La carta del Almirante
Ha sido tan efectiva,
Que me holgaré que le escriba
Otra al Conde, semejante,960
En justo agradecimiento,
Porque ya en su casa estoy,
Donde por extremo estoy
Honrado, alegre y contento.
Háceme merced su hermana,965
La más hermosa señora
Que ve el sol en cuanto dora
Y más divina que humana.
Por fama, os hace favor,
Que tiene de vuestros hechos,970
Que vos, en remotos pechos
Alcanzáis prendas de amor.
Escribilda, que me importa
Que me ayude y favorezca,
Porque con ella merezca975
Favor mi ventura corta.
Que por dicha me darán
Mas bien los reinos extraños.
Dios os guarde muchos años.
De Zaragoza, don Juan.»980
LEONORA.
Ella está á mi gusto; y tanto,
Que como discreto has hecho
Un traslado de mi pecho.
Nuño, ya te he dicho cuanto
Me importa la brevedad;985
Cierra tú, y él se aperciba.
DON DIEGO.
Yo haré que don Diego escriba.
LEONORA.
Si es ciega la voluntad,
Bien se ha probado en mi amor,
Pues quiero lo que no veo.990

 (Vase.) 

DON DIEGO.
¿Qué te parece?
LOPE.
Que creo,
Que es tu remedio, Señor.
DON DIEGO.
Tú estarás en mi aposento,
Sólo de noche saldrás.
LOPE.
En fin, ¿tú responderás?995
DON DIEGO.
Responder también intento,
Hasta ver en lo que para.
LOPE.
¿Y si te obliga a escribir
Que vengas aquí?
DON DIEGO.
Venir.
LOPE.
En lo que dices repara.1000
DON DIEGO.
¿No hay noche?
LOPE.
A su negro coche
Nombre de capa le dan.
DON DIEGO.
Seré de día, don Juan;
Seré don Diego, de noche.

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