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21

Un primer testamento había sido redactado el 21 de mayo anterior. Véase J. González Moreno, ob. cit., especialmente pp. 266 y 268.

 

22

Del esplendor de la Cartuja de Sevilla a fines del siglo XV se hizo eco Jerónimo de Münzer, que viajó por España y Portugal en 1494-1495; véase «Viaje por España y Portugal en los años 1494 y 1495, versión del latín por Julio Puyol», Boletín de la Real Academia de la Historia, 84 (1924), pp. 32-119 y 197-279, especialmente pp. 200-201. Poseemos también el inestimable estudio de B. Cuartera y Huerta, Historia de la Cartuja de Santa María de las Cuevas de Sevilla y de su filial de Cazalla de la Sierra, Madrid, Real Academia de la Historia, 1950, con datos abundantes sobre los Ribera.

 

23

Véase su relato en el capítulo correspondiente del estudio de Cuartero y Huerta, arriba citado.

 

24

P. Roca, ob. cit., n.º 55. Este mismo autor escribió una «Noticia de la vida y obras de D. Pascual de Gayangos», Revista de Archivos Bibliotecas y Museos, 1 (1897), pp. 544-565, 2 (1898), pp. 13-32, 70-82, 110-130 y 562-568 y 3 (1899), pp. 101-106, donde recoge algunas noticias sobre sus gestiones para la adquisición de libros, y, entre otros, los de la cartuja burgalense de Miraflores (1987, p. 563 y nota).

 

25

J. Salvá, La orden de Malta y las acciones navales españolas contra turcos y berberiscos en los siglos XVI y XVII, Madrid, Instituto Histórico de la Marina, 1944, pp. 38-49.

 

26

Pero Mexía, en la Historia del Emperador Carlos V cuenta cómo la noticia del sitio de Rodas, cuyo comienzo tuvo lugar «en fin del mes de junio pasado», llegó a Valladolid, donde a la sazón estaba la Corte imperial, después del veintiséis de agosto, fecha de la entrada del Emperador en dicha ciudad (ed. J. de Mata Carriazo, Colección de Crónicas Españolas, VII, Madrid, Espasa-Calpe, 1945, pp. 316). Aunque no nos consta la fecha en que los embajadores salieron de la isla (probablemente muy pronto, dado que buscaban refuerzos), y a pesar de la irregularidad de la navegación, la coincidencia entre el hecho histórico y la velocidad con que llegó la noticia es sorprendente. Ha de tenerse en cuenta la condición portuaria de Sevilla, pues la vía marítima era la más rápida. Por otra parte, sabemos también que en esta ciudad estaban concentrados los sanjuanistas españoles esperando tiempo propicio para llevar refuerzos a Rodas, lo que no consiguieron «por el invierno» (P. de Sandoval, Historia de la vida y hechos del Emperador Carlos V, edición y estudio preliminar de C. Seco Serrano, vol. I, Biblioteca de Autores Españoles, vol. 80, Madrid, Atlas, 1955, p. 509); el interés por los problemas de esta orden en la relación del Viaje y la posición social del Marqués en Sevilla nos garantizan que debió gozar en todo momento de información rápida y privilegiada sobre el desarrollo de los acontecimientos.

 

27

Creo que la única edición moderna, aparte de las citadas más arriba, es la de A. M. Rambaldo, pp. 271-79; la autora no indica de dónde toma el texto, aunque es de suponer que lo hace de la edición de Jones, usada en la anotación.

 

28

Ms. 17510, f. 143 r., correspondiente a los vv. 45-47.

 

29

Ibidem, f. 142 r. vv. 9-10.

 

30

Ibidem, f. 143 r. vv. 41-43.