51
J. González Cuenca, Las Etimologías de San Isidoro romanceadas, Salamanca-León, Universidad de Salamanca-CSIC-Institución Fray Bernardino de Sahagún (Excma. Diputación Provincial de León), 1983, vol. I, p. 186. Puede verse la versión latina y la traducción moderna en San Isidoro de Sevilla, Etimologías, edición bilingüe preparada por J. Oroz Reta, vol. I, Biblioteca de Autores Cristianos, n.º 433, Madrid, Editorial Católica, 1982, pp. 380.
52
buen en el impreso, f. 163 v.
53
Sic, Nola en el impreso, loc. cit. De todos modos, he de advertir que a lo largo de todo el manuscrito, en sus diversas manos, no siempre se guarda el cómputo de los trazos verticales en las consonantes nasales y en sus combinaciones con i y u.
54
El copista había escrito primero xpanos, luego el corrector tachó la abreviatura inicial y superpuso las sílabas correctas.
55
Y ciertamente lo era ya en tiempos de Encina, pues queda anticuado en el siglo XIV al decir de J. Corominas y J. A. Pascual, Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, vol. V, Madrid, Gredos, 1986, s. v. seis.
56
Así aparece, por supuesto, en la edición de A. M. Rambaldo, que toma el texto del impreso.
57
Aunque no desusada: véase Ireze, f. Ixxxviij r. línea 9, mano E.
58
La que aquí describo es del tipo de la que tiene el número 26 en el peritaje correspondiente a los ff. xxix r.-xcix v., el número 76 en el de los ff. el r.-cxciij v. (letra C) y el número 27 en el peritaje de la letra D. En el Tratado de Paleografía española de A. Millares Cario, con la colaboración de J. M. Ruiz Asencio, Madrid, Espasa-Calpe, 1983, vol. III, lámina 283, puede verse esta p con los números 33 y 35.
59
Concretamente, su presencia y actuación está documentada el 20 de noviembre de 1523, el 15 de abril de 1524, se ausentó en 1525, pero estaba de vuelta el 28 de septiembre y el 2 de octubre de 1526, hay otra gestión de 1527 y murió a fines de 1529 o principios de 1530 (R. Espinosa Maeso, ob. cit., pp. 654-655).
60
Véase el estudio de los autógrafos petrarquescos de A. Petrucci y el trabajo de G. Fink-Errera, pp. 142-143 y notas, citados más arriba.