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El antecristo

Lope de Vega



PERSONAS
 

 
TITÁN.
LUNA,   dama.
BAULÍN,   labrador tosco.
EL PRÍNCIPE DE BABILONIA.
UN NIÑO O ÁNGEL.
EL PERSA.
EL ALEMÁN.
EL ROMANO.
EL ETÍOPE.
RUFINO.
LIDORO.
ELÍAS.
ENOC.
RISELO.
FABIO.
EL FRANCÉS.
EL ESPAÑOL.





ArribaAbajoJornada I

 

Sale TITÁN solo, vestido de pieles, haciendo admiración.

 
TITÁN
   ¿En qué interno lugar, en qué caverna
del centro obscuro he yo vivido oculto,
que ignoro el ser que me acompaña y rige?
¡Cielos! ¿Quién soy? ¿quién me gobierna y manda?
¿En qué regiones del abismo inmenso 5
he tenido lugar, o de qué suerte
he sido alimentado ¡oh etéreo solio!
que en cumbres; de zafir tienes asiento?
Declárame la duda de mi vida
para que deste laberinto salga: 10
yo conozco las causas más ocultas;
infiero el movimiento de los cielos,
los astros, los planetas; y en la tierra
hago parar los aires, y del fuego
mudar el natural; los elementos 15
admiran el principio de mi aliento;
el planeta mayor, que las celestes
cumbres esmalta con doradas lumbres,
hago que se suspenda en su carrera,
y en la primera esfera haré a la luna 20
su natural mudanza se detenga.
Yo, que tengo noticia de las ciencias,
con tantas experiencias lo sé todo.
mas no he sabido el modo cómo pueda
saber quién soy: excede mi tormento 25
el fabuloso cuento del que al cielo
lleva el peñasco loco en su desvelo:
que pues es la verdad lo que en mí veo,
en vano es mi deseo; que sin duda
yo soy el mismo Dios, pues una causa 30
reconocen las causas más remotas,
y esta causa he de ser, pues no hay alguna
que se iguale al valer de mi fortuna.
¡Oh mar, oh fuego, oh aire, oh madre tierra!
Si no soy su hacedor, ¿por qué me niega 35
que ignore el ser que su ser me ha dado,
porque pueda salir deste cuidado?
 

(Parece en tramoya la LUNA en un caballo, y desciende de lo alto a lo bajo.)

 
LUNA
   Escucha, bestia feroz,
opuesto del mismo cielo;
que movida de tus voces 40
a satisfacerte vengo.
Escuchen lo que te digo
todos los cuatro elementos,
porque no ignoren la causa
de aqueste nuevo portento. 45
Tú naciste en Babilonia
de tan bajo nacimiento,
pues que del tribu de Dan
desciende tu ser primero.
No del tribu de Judá 50
naciste, en que otro sujeto
superior a los humanos
tomó carne siendo Verbo.
Que como has de ser tirano,
contrario al Criador inmenso, 55
porque en todo lo parezcas
es tu sangre un contrapuesto.
Yo en mis más floridos años
cometí un infame incesto
con mi padre, porque entro 60
viste la luz de los cielos.
Por cuanto María, Madre
de Cristo fue raro ejemplo
de castidad, la que es tuya
será de amor deshonesto. 65
Fuiste por monstruo arrojado
al mundo, y en ti se vieron
unirse las ciencias todas
con el poder del infierno.
Tienes un ángel de guarda 70
que en saludables preceptos
te aconseja lo que es justo,
diputado para esto.
Mas ¡ay de ti en aquel día
que con loco atrevimiento 75
el ángel que te acompaña
le despreciarás soberbio!
Desde el día en que naciste,
un espíritu perverso,
de los expulsos de Dios, 80
se apodera de tu cuerpo.
Que ansí como en Dios habrá
dos naturalezas, siendo
hombre y Dios, en ti se han visto,
por ser contrario sujeto, 85
ser de hombre y ser de demonio
y de mil demonios lleno,
como lo afirman los santos
y en los profetas lo vemos.
Así lo escribe Daniel: 90
tú, monstruo del universo,
nacido para castigo
del mundo engañado y ciego;
te concede Dios de vida
solo tres años y medio; 95
que tus delitos atroces
tienen limitado tiempo,
han de seguir tus pisadas
grande infinidad de reinos,
desde el fiero troglodita 100
al partho, al scita al hebreo.
Tus delitos serán tantos,
que, conmovidos los cielos,
en el luto de la noche
se cubrirán por no verlos. 105
Temblará de ti la tierra,
y ella quisiera en su centro
recogerse y encubrirse
por no ver hombre tan fiero.
Viendo en ti disposición, 110
el concurso del infierno
apoyará tus engaños
para que parezcan ciertos.
Esto ha permitido Dios:
mas de tan grandes secretos, 115
¿cómo se sabrá la causa
si en su mente están dispuestos?
Así en el Apocalipsis
se halla escrito. Mas yo vengo
para que sepas quién eres 120
y a explicar tu nacimiento:
tu nombre es Titán; tu patria,
la que sabes que su suelo
desde el principio del mundo
quiso oponerse a los cielos; 125
y porque antes que venga
Cristo en el día postrero
al universal juïcio
que esperan vivos y muertos,
has de dar principio tú 130
a tus maldades y enredos,
te llamarán Antecristo,
hijo propio del Averno;
quédate, bestia espantosa;
apártate, monstruo horrendo; 135
y ¡ay de la tierra; que siembras
en ella mortal incendio!
 

(Vuelve el caballo y la tramoya y vuélvese a subir.)

 
TITÁN
   No te vayas de esa suerte;
espera, aguarda un momento;
satisface a mis preguntas 140
y no me dejes suspenso.
En las plantas de los aires
sube, regiones rompiendo,
y entre esferas cristalinas
oculta el hermoso cuerpo. 145
Fuese y dejóme confuso;
¡ay de mí! Pero ¿qué temo,
si soy quien gobierna y manda
todo el poder del infierno?
Yo soy Dios, esto es sin duda; 150
que este valor, este aliento,
si de Dios no fuera, ¿cómo
fuera de tan alto precio?
Y cuando no fuese Dios,
diré que lo soy, haciendo, 155
para ganar opinión,
prodigios al mundo nuevos.
Espíritu que en mí habitas,
legiones que desde el centro
del abismo a mi defensa 160
estáis agora dispuestos,
vuestro favor me prestad;
que apoyando en él mi intento,
daré a vuestro caos oscuro
más almas que desde el cielo 165
angélicas jerarquías
de pensamientos soberbios
arrojó desde las cumbres
aquella espada de fuego.
 

(Sale BAULÍN, labrador tosco, con dos cabestros.)

 
BAULÍN
   ¿A quién le habrá sucedido 170
desgracia como la mía,
que dos asnos que tenía
entrambos se me han morido?
   Que pierda un emperador
un ejército de gente, 175
llevarálo fácilmente
y no parece rigor;
   que con su grande poder
será muy fácil suplirse;
mas mis borricos morirse... 180
¡triste! ¿qué tengo de hacer?
   Para aliviar mi cuidado
y afligir más mi memoria,
solo de mi triste historia
los cabestros me han quedado. 185
   ¡Ay! ¡Borricos de mi alma!
¿Qué he de hacer yo sin vosotros?
Tan grandes como unos potros,
y aun destos llevan la palma.
   Si mi mujer se me ahorcara 190
del cabestro, bueno fuera,
que también por ella hiciera
lo que otra vez me mandara.
   Pero un hombre veo allí:
a hablarle quiero llegarme; 195
que por dicha podrá darme
lo que sin dicha perdí.
    ¡Ah! ¡Buen hombre!
TITÁN
¿Quién me llama?
BAULÍN
    Yo soy: ¿qué hacéis tan suspenso?
TITÁN
    En mi omnipotencia pienso, 200
en mi crédito, en mi fama;
   en mi ser, en mi sustancia,
en la gloria que poseo,
en las virtudes que veo.
BAULÍN
    ¡Qué grande es vuestra arrogancia! 205
   ¿Quién sois y cómo me habláis
de esa manera?
TITÁN
Yo soy
quien al mundo vida doy,
a quien la gente esperáis.
BAULÍN
    ¡Oh, qué blasfemia!
TITÁN
Acabad:
210
yo soy supremo hacedor
del universo; mi amor
obligó a mi majestad
   a que descienda del cielo
para ahuyentar los engaños 215
que padecéis tantos años.
BAULÍN
    Que seréis loco recelo.
   ¿Qué dios sois, el sol, la luna?
TITÁN
    El dios miércoles o martes,
el que asiste en todas partes 220
sin diferencia ninguna.
   De los ejércitos dios
me llaman en las alturas;
yo crié las criaturas.
BAULÍN
    No vi tal dios como vos. 225
TITÁN
   Principio pretendo dar
al engaño que fabrico;
¿cómo te llamas?
BAULÍN
Pasico.
A Baulín no es de engañar;
   si vos sois dios, como aquí 230
decís, ¿no es bien que me asombre
de que no sepáis mi nombre?
TITÁN
    Quíselo saber de ti.
BAULÍN
   Pues decid, ¿cómo se llama
María, que es mi mujer? 235
Si lo acertáis quiero ver,
y el crédito de su fama.
TITÁN
   Necio, María es su nombre.
BAULÍN
    ¡Voto al sol. que lo acertó!
TITÁN
    Sí: pero no quiero yo 240
que de ese nombre se nombre.
BAULÍN
    Pero Baulín me han llamado,
y mi nombre ha resurtido
de un caso que ha sucedido,
que es un suceso extremado. 245
   De mi madre, Inés de Huerta,
el barbero, enamorado,
estaba en casa acostado:
llamó mi padre a la puerta;
    temióle mi madre en fin, 250
y en un barril le metió;
nací a nueve meses yo,
y así me llaman Baulín.
TITÁN
   ¿Que es posible que esto veo?
BAULÍN
    Pues ¿qué os espanta?
TITÁN
¡Qué cosas
255
para un dios tan prodigiosas!
BAULÍN
    Y malogro mi deseo.
   Dígame, dios, o quien es,
del borrico que es perdido,
si reducirte han podido 260
estas lágrimas que ves.
   Las señas le quiero dar
de ellos, y sepa, señor,
que es un burro de valor
que le pueden envidiar. 265
   En toda la burrería
ninguno como él encuentro:
pues rebuznar hacia dentro
ninguno como él lo hacía.
   Es notable mi desgracia, 270
y tiene, pues lo publico,
un lunar en el hocico
que le da notable gracia.
   ¡Mire qué señas tan buenas!
TITÁN
    Porque pueda parecer, 275
grandes cosas has de ver;
suspende, necio, tus penas.
   Con tu dicha has encontrado;
feliz te puedes llamar,
pues has podido mirar 280
al mismo que te ha formado.
   Ya tu suerte se mejora:
solo a servirte me aplico.
BAULÍN
    Y vuélveme mi borrico,
que es lo que te pido ahora. 285
 

(Por una parte el PRÍNCIPE de Babilonia con gran acompañamiento, y por otra, LUNA, con dos damas.)

 
PRÍNCIPE
   A tus pies humillado,
glorioso de la dicha merecida,
dueño de mi cuidado,
¡oh Luna hermosa, autora de mi vida,
vuelvo de nuevo a verte, 290
ufano porque llego a merecerte!
LUNA
   Príncipe generoso,
cuyo valor y cuyo esfuerzo es tanto,
que ha dejado envidioso
el mundo, y a los orbes con espanto: 295
no me niegues tus brazos.
PRÍNCIPE
    ¡Dichoso quien merece tus abrazos!
   Cuando en el mar tirreno
el Neptuno valor tomó el tridente,
de espanto y perlas lleno, 300
al nuevo imperio serenó la frente,
y sus inquietas olas
huyeron las riberas españolas.
   Las aguas y los vientos
treguas hicieron, y en la paz serena 305
de acordes elementos,
en perlas transformó Doris la arena
del Calpe al Lilibeo:
presagio de marítimo trofeo.
   Los mares del Oriente 310
a tal serenidad no concurrieron,
y el cristal transparente
turbaron con asombro, cuando oyeron,
que al mal que me importuna
se opone la hermosura de mi Luna. 315
   Y aquellos que preñados
de soberbia, que al límite profundo
aquí viven atados,
romper osaban y anegar el mundo,
cobardes y sin bríos, 320
el manso curso envidian de los ríos:
   fugitivos desean
con alas de cristal correr violentos,
primero que se vean
en sendas divididos, y sangrientos, 325
cubrir a Asia de espanto,
como otra vez se, vio el mar de Lepanto.
   Todo, bella señora,
efecto ha sido de tu bella mano,
que te envidia la aurora 330
los matices del rostro soberano;
ya me han rendido lauro
desde mi patria al monte de Antitauro.
   Esta ciudad famosa
y habitada primero del gran Nino, 335
Semíramis hermosa,
hace morada de tu ser divino;
triunfa del que delante
si es vencedor, será rendido amante.
LUNA
    ¡Oh tú, que en verdes días, 340
como es la caza imagen de la guerra,
en las espaldas frías
de la difícil y nevada sierra
las fieras fatigaste,
y Adonis de las almas te llamaste! 345
    Si a las selvas amenas,
que del Ganges por montes despreciadas
de flores mira llenas,
ni de este ocio su paz, antes ha dado
tu diestra soberana 350
envidia a Apolo, amores a su hermana.
   Pues ya en selvas desnudas
de flores, y de lienzos coronadas,
el ejercicio mudas,
y rústicas victorias y ensayadas 355
acciones militares
te llevan de los montes a los mares:
   Las montañas hermosas
mira de Babilonia citerea;
fragancia da a las flores: 360
reino de Adonis fue: Adonis te vea
reinar entre las rosas;
como vio coronadas tus mayores.
   El que gozo felice
en los mares del Asia, imperio breve, 365
a quien el mundo dice
que las nubes dan oro en vez de nieve
y al sol ha dedicado
la estatua que los orbes ha admirado.
   de navales trofeos 370
me prometió tres leños coronados,
y de dulces trofeos
himnos escucho ya en tu honor cantados
del mundo, para darte
intrépido valor al son de Marte. 375
   Los aplausos romanos
renazcan a esta ciudad muerta, y laureles
en tus sienes y manos,
coronen la ruina de infieles,
y rindan a tu pompa 380
miel Asia, África trigo, armas Europa.
PRÍNCIPE
   ¡Oh mudable fortuna!
Suspende ahora tu voltario curso
porque goce a mi Luna;
que tal favor me priva de discurso. 385
LUNA
    ¡Dichosa yo que puedo
gozar mi bien y suspender el miedo!
 

(Digan dentro, y ellos se suspendan como por los aires.)

 
    Humanos, oíd, oíd:
ya vino el Dios verdadero.
PRÍNCIPE
   ¿Qué voces son las que escucho, 390
que el silencio de los ecos
rompen, y en voz concertada,
suenan dulces instrumentos,
por los aires divididos?
¿O me ha engañado el deseo? 395
LUNA
   Miro luces luminosas,
y que en aplausos divinos
están sus cursos suspensos
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
sacro en los aires. 400
RUFINO
   Se oyen dulces acentos;
que un Dios ha venido, dicen,
no fingido, sino cierto,
restaurador de los hombres.
PRÍNCIPE
   ¿Qué Dios puede ser? No creo 405
sino en Júpiter y Marte:
estos mis padres creyeron.
Solo lo que ellos me dicen
es lo que adoro y confieso.
LUNA
   Yo no, porque siendo hebrea, 410
que ha de venir Dios espero,
a quien llamamos Mesías,
y él será remedio nuestro.
 

(Dentro.)

 
    Hermanos, oíd, oíd,
ya vino el Dios verdadero. 415
 

(En diciendo esto, se descubre una cortina, adonde estará TITÁN sentado en una silla, muy galán, con corona y cetro; al lado derecho un niño vestido de ÁNGEL, y al otro, BAULÍN de rodillas.)

 
TITÁN
   Hombres, sabed que ha venido
el que es autor supremo
de las célicas moradas
de los ángeles eternos.
Alegraos, pues ha llegado 420
el tiempo en que podáis veros
libres de tantos engaños
en que habéis vivido ciegos.
Dejad la idolatría:
ya viene Dios verdadero: 425
no soy Dios de crueldad,
no de tremendos preceptos:
el Dios de piedad me llamo,
que perdonando los yerros
cometidos, a mis brazos 430
con misericordia llego.
ÁNGEL
   ¿Qué dices, monstruo espantable?
¿Dios te llamas, Dios te has hecho?
TITÁN
   ¿Qué mucho, si yo lo soy?
ÁNGEL
   ¿Qué dices, hombre blasfemo? 435
¡Tú Dios, siendo un hombre bajo,
de tan bajo nacimiento,
que es el pecado tu padre
y la envidia tus abuelos!
Mira qué dices, y advierte 440
que solo licencia tengo
de acompañarte hasta tanto
que con loco devaneo,
digas que eres Dios, ingrato.
TITÁN
   ¿Pues yo para qué te quiero? 445
Vete.
ÁNGEL
¡Ay de ti, pues dejas
de tu guarda el ángel bueno!
 

(Desaparece el ÁNGEL por tramoya.)

 
TITÁN
   Humanos, el mismo Dios
que al mundo represento
tengo para dar la vida 450
a los afligidos pechos.
Pedid, pedidme riquezas;
mirad lo que el pensamiento
apetece, y lo que el gusto;
que a satisfacerle vengo. 455
Dios me ha enviado a la tierra;
hijo soy del Padre Eterno;
que tanto puede su amor,
que le obliga a estos extremos.
Yo doy hermosura a todos, 460
yo comunico el ingenio,
a los viejos hago mozos,
satisfago los deseos.
La juventud os daré,
a la vejez la suspendo, 465
porque todo de mi mano
está rendido y sujeto.
BAULÍN
   ¿Hermosura dais, señor?
Mucho me huelgo en extremo
de haber sabido estas cosas, 470
por ser de ellas mensajero.
No habrá viejo que no quiera
desde este punto creeros,
pues renováis su vejez
y lográis sus pensamientos. 475
¡Oh cuerpo de tal, conmigo
y qué milagro tan nuevo!
¡Lo que ahorras de cabelleras
y pantorrillas a necios!
No habrá moños en el mundo 480
aunque se diesen por ellos
un ojo, pesar de mí;
aqueste sí que es Dios bueno.
TITÁN
   Ofrecedme sacrificios,
y en holocaustos incienso, 485
como al dueño universal,
como artífice supremo.
BAULÍN
   Tenedle todos por Dios;
que yo afirmo, por lo menos,
que me ha traído estos días 490
por los desvanes del cielo;
llevándome a aquella sierra,
poniéndome en este cerro,
temiendo ¡pardiez! de dar
en el suelo de cerebro. 495
Dos borricos que tenía,
uno perdí y otro muerto;
medio vivos ahora están
comiendo que es un contento.
TITÁN
   Yo bajo, humanos, al mundo 500
a satisfacer deseos;
prevenid fiestas, pues vino
quien es el Dios verdadero.
 

(Cúbrese el apariencia.)

 
PRÍNCIPE
   ¿Qué extrañas cosas son estas?
¿Qué prodigiosos sucesos? 505
LUNA
   Sin duda que es el Mesías,
¡o felices estos tiempos
que tanta dicha alcanzasen!
 

(Cristianos LIDORO y RUFINO.)

 
LIDORO
   Rufino, ¿qué dices desto?
RUFINO
   ¿No sabes que los cristianos 510
que ha de venir entendemos
el Antecristo? Pues este,
con mágicos embelecos
se hace Dios, sin duda que es
el Antecristo.
LIDORO
Y es cierto;
515
yo en Cristo adoro, Rufino.
RUFINO
   Lidoro, su ley profeso.
 

(Viene MÚSICA cantando y salen TITÁN y BAULÍN.)

 
MÚSICA
   Hoy, mortales, que ha venido
el gran Dios de las alturas,
hagan fiestas las criaturas 520
a tanto bien recibido.
TITÁN
    Pueblos que juntos estáis,
a vuestro Dios recibid,
y mis razones oíd
para que quien soy sepáis. 525
   Yo soy Dios, que pïadoso
de los engaños pasados,
para aliviar los cuidados
vengo a la tierra amoroso.
   De las cumbres superiores 530
desciendo para aumentar
vuestro bien, para estorbar
del mundo tantos errores.
   Y a los dioses que hasta aquí
adorasteis, los dejad; 535
que solo a mi majestad
habéis de adorar así.
   De circuncidarme vengo
de la gran Jerusalén;
tengo apóstoles también, 540
con que solo me entretengo.
   Amó Cristo la pobreza:
opuesto a Dios es el pobre;
riqueza os daré que os sobre,
yo soy la misma riqueza. 545
   No ha de saber ya senetud:
todo deleite ha de ser;
público haré mi poder,
conocida mi virtud.
   Cese el pesar, la tristeza: 550
solo se aumente el contento:
lógrese cualquiera intento,
gócese toda belleza.
   Yo que los cielos crié,
yo que la tierra he formado, 555
no he de estar más limitado;
que para los hombres fue.
   El oro en su vena rica,
la plata, perlas, corales,
la esmeralda, los cristales, 560
todo a mi gusto se aplica.
   Comunicar quiero, humanos,
mis bienes nada avariento;
pedid cualquiera elemento:
reducirse ha a vuestras manos. 565
   Tan grandes mis fuerzas son,
tanto mi poder alcanza;
porque en mí no hay esperanza,
que es todo ya posesión.
   No limitaré a ninguno 570
su gusto, su voluntad;
no hay en mí severidad,
ni a nadie seré importuno.
   Mas ¡miserable de aquel
que, rebelde a lo que digo, 575
pretende ser mi enemigo!
Que no hay tormento cruel
   que no le esté aparejado
en pago de su malicia,
porque al rigor de justicia 580
me verá siempre inclinado.
PRÍNCIPE

 (De rodillas.) 

   Señor, yo he vivido ciego
ignorando tu valor,
mas ya conozco mi error
y que me perdones ruego. 585
   Si en Babilonia has nacido,
yo soy el Príncipe della,
y en su nombre, a mí y a ella,
que nos disculpes te pido.
TITÁN
   Alza, Príncipe, del suelo, 590
que hasta aquesa humildad
para que tu voluntad
admita.
PRÍNCIPE
Justo es mi celo;
la infanta Luna es aquesta.
LUNA
   Humilde llego a tus pies; 595
justo es, señor, los des
a quien ya se manifiesta
por tu esclava.
TITÁN
Alzad, señora,
y no estéis de aquesa suerte;
la vida me da y la muerte 600
su vista: el alma la adora.
    ¡Baulín!
BAULÍN
¡Señor!
TITÁN
¿No es hermosa
la Infanta?
BAULÍN
¡Qué bueno es eso!
Pues un Dios hace ese exceso,
llama tienes amorosa. 605
TITÁN
   ¿Pues quién como yo, Baulín,
puede amar con más razón?
Que pasiones de Dios son
amar, y ama Dios, en fin;
    abrasado amor es Dios, 610
y amo así a la infanta Luna.
BAULÍN
   ¿Pues qué pasión importuna
os dará cuidado a vos?
   Pero vos queréis hacer
como hacen los señores, 615
que, hartos de platos mayores,
pasteles suelen comer;
   dejad cualquiera recelo,
y sin tantos ademanes,
enviad dos ganapanes 620
de los ángeles del cielo,
   y subid a Luna arriba
y así la podéis gozar.
TITÁN
   No es este tiempo y lugar;
cuando mi ley se reciba 625
   y esté por dios adorado,
entonces habrá mujeres,
juegos, deleites, placeres
y el apetito logrado;
   pero aún no ha llegado el día: 630
todo el tiempo lo dispuso.
BAULÍN
   A fe que sois dios al uso,
que entráis por hipocresía.
TITÁN
   Amigos, agora es tiempo
de que cumpla mis promesas. 635
Pedid porque los deseos
satisfacción justa tengan;
el crédito de mis obras
ya remito a la experiencia.
PRÍNCIPE
    Señor, sucesión pretendo: 640
dame sucesión que pueda
heredarme.
TITÁN
Hijos tendrás.
LUNA
   ¿Podré hacer que mi belleza
se conserve y que de un modo
todas las gentes se vean? 645
TITÁN
   Sí podrás, yo lo concedo.

 (Aparte. 

Y podrás darme mil penas,
que las niñas de tus ojos
son de mi vida centellas.)
UNO
   Yo fui casado, señor, 650
con mujer discreta y bella;
dala vida porque goce
de sus adoradas prendas.
BAULÍN
    ¡Pues lo que has pedido, necio!
Mujer pides, ¡linda flema! 655
Tantos deseos perder
por una locura es esa;
¿qué pretendes? muda intento.
UNO
   No puedo, que adoro en ella.
BAULÍN
   Pues no la podrás sufrir 660
si sabes que cuando quiera
resucitará.
TITÁN
A tu casa
te parte; que con inmensa
riqueza y adornos ricos,
hallarás tu amada prenda. 665
UNO
   Yo parto luego a buscarla.

 (Vase.) 

BAULÍN
    Aténgome a la riqueza.
OTRO
   Yo, señor, soy jugador;
dicha quiero con que pueda
ganar.
TITÁN
Siempre ganarás;
670
seguro en tu dicha juega.

 (Vase.) 

FABIO
   Señor, un hombre me enfada
que es ignorante, y quisiera
verle en asno convertido.
BAULÍN
   Si es ignorante, ¿qué espera? 675
FABIO
    Deseo verle...
BAULÍN
Ya entiendo;
que tenga cola y orejas.
TITÁN
   Desde luego le verás;
que está hecho un asno a tu puerta.

 (Vase.) 

 

(Sale una MUJER.)

 
MUJER
    Señor, yo en cosas de amor 680
trato mi gusto, desea
que me amen, y así pido
que todos por mí se mueran.
TITÁN
   Desde hoy todos te querrán.
 

(Sale otra MUJER.)

 
MUJER
   Señor, porque mi belleza 685
y mi cara se conserve,
deseo tener hacienda;
dame, con que viva honrada,
diez mil ducados de renta.
TITÁN
    Yo concedo lo que pides; 690
ve a tu casa, y en la cueva
cuatrocientos tejos de oro,
cada uno de arroba y media,
hallarás para que vivas
gustosa. alegre y contenta. 695

 (Vase.) 

BAULÍN
   ¡Cuerpo de tal! con los tejos
allegarán a las tejas.
¡Bien haya un Dios por arrobas!
LIDORO
   Rufino, estas quimeras
son las de aqueste tirano. 700
RUFINO
   Asombro ponen en verlas
engañar pretende al mundo
con industriosas cautelas.
 

(Aparte los dos.)

 
TITÁN
    ¿Qué estáis los dos murmurando?
¿En qué aquestos necios piensan? 705
¿Cómo no me habéis pedido
mercedes, pues se dispensan
para todos?
LIDORO
Los cristianos,
a solo Cristo confiesan.
TITÁN
   ¡Que esto sufro, santo cielo, 710
y que aquestos que blasfeman
no sepulto en el abismo,
ignorante gente ciega!
¿Cómo rebelde a mi amor,
me habláis de aquesa manera? 715
Entrad luego donde todos
los que me sirven se llegan;
en la mano y en el rostro
sé que me dejan en prendas
de que han de seguir mis pasos; 720
mas si contumaces niegan
lo que pido, ¡tristes de ellos!
Que están dispuestas mil penas,
mil martirios y tormentos
que a los de Nerón excedan. 725
Mirad bien lo que decís
y no probéis mi paciencia,
que en castigo convertido
no hay quien remediaros pueda.
 

(Vanse.)

 
 

(Quedan RUFINO y LIDORO.)

 
RUFINO
   ¿Qué te parece, Lidoro? 730
Extraña desdicha es esta:
¿qué habemos de hacer?
LIDORO
¿No ves
que nadie al martirio llega
menos que por estos pasos?
En tu intento persevera; 735
que Dios, piadoso señor,
no querrá que aquesta bestia
así devore su pueblo,
así haga guerra a su Iglesia.
RUFINO
    Piedad, Señor, y advertid 740
nuestra mísera flaqueza;
pero los cielos se rasgan.
LIDORO
    ¿Qué dulce música es esta?
 

(Descúbrense en dos tramoyas ELÍAS y ENOC.)

 
ELÍAS
   Mortales, oíd mis voces:
oiga el mundo su defensa; 745
no quede el mundo engañado;
que este que por Dios venera
el hombre; cuyas maldades
ya la tierra amedrentan,
tiene por antigua estirpe 750
a la envidia y la soberbia,
y los efectos que hará
explica su descendencia.
Aquella bestia feroz
que el Apocalipsis enseña, 755
es este hombre que viene
contra la divina Iglesia.
A mí me llaman Elías
o el celador; no os suspenda
el verme, pues he venido 760
a la defensa que espera.
Yo soy aquel que a Eliseo
dejé el manto, y en esferas
de volcanes fulminantes
me arrebaté a las estrellas. 765
Ya se dispone el castigo
del que los orbes inquieta,
porque el justiciero Dios
satisface sus ofensas.
Valor cobrad, y advertid 770
que el hacedor de la tierra
no se olvida de la culpa
por dilatarse la pena.
Años ha pasé esta vida,
que la voluntad inmensa 775
dispuso que yo viviese
guardado para esta empresa.
No temáis, que ya he venido
contra esta serpiente horrenda
que nos muestra Danïel, 780
y Juan en Patmos enseña.
Perseverad en la fe
de Cristo, que es verdadera;
que ya viene el desengaño.
RUFINO
    Cristo vive.
LIDORO
Cristo reina.
785
 

(Vuélvese la tramoya y dase fin a la primera jornada.)

 

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