Escena I
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CONSTANCIO viejo,
emperador, con luto; ANDRONIO y otros. UN PAJE.
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ANDRONIO |
En este desierto fue |
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la tragedia, gran
señor, |
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que provocó su valor. |
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Aquí muerto le
dejé, |
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y huyendo los forajidos |
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cuando se certificaron |
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ser César el que
mataron, |
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temerosos, si atrevidos, |
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de tu enojo y su castigo. |
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Llegué a esta pequeña
aldea, |
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que en llantos su amor emplea; |
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llevé pastores conmigo, |
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tomé el cadáver
difunto, |
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y habiéndole
embalsamado, |
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le dejé depositado, |
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partiéndome al mismo
punto |
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a darte la nueva triste |
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que certifican tus ojos |
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en sus funestos despojos. |
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CONSTANCIO |
Muerte con ella me diste. |
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¡Ay parca fiera y
ingrata!, |
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¿por qué ofendes tu
decoro?, |
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¿juventud despojas, de
oro?, |
|
¿vejez reservas de
plata? |
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Vieran mis años
prolijos |
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tu rigor ejecutado |
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en este padre cansado; |
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conservárase en sus
hijos |
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mi memoria; y la grandeza, |
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que ya mi esperanza pierde, |
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floreciera en abril verde |
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su joven naturaleza, |
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y dieras final enero |
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de la vejez que ya lloro. |
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Cobraste el tributo en oro: |
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menospreciaste el acero. |
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Traedme el cuerpo y
veré, |
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mientras llanto le apercibo, |
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muerto el gusto, el dolor
vivo. |
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Segunda vez le daré |
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el ser, si el dolor informa, |
|
como el alma, al cuerpo
frío |
|
almas llora, el llanto
mío |
|
podrá dalle vida y
forma. |
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ANDRONIO |
Ya con fúnebre aparato |
|
le traen. |
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CONSTANCIO |
¡Ay cielo!, ¡ay
rigor!,
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cortaste un árbol en
flor, |
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de la belleza retrato; |
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dejaste un tronco con vida. |
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¡Elección
bárbara y ciega!, |
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huye a quien te llama, y ruega |
|
al que te huye apercibida. |
|
Muriera el César romano |
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entre armados escuadrones, |
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dando vida a sus blasones, |
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ya conquistando al britano, |
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o ya oponiéndose al
persa, |
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ganando con pompas reales, |
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ya cívicas, ya murales, |
|
glorias de fama diversa. |
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Ya cegando cavas hondas, |
|
ya muros altos midiendo, |
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porque imitara muriendo |
|
la fama de Epaminondas; |
|
pero ¡entre unos
bandoleros, |
|
porque de una misma suerte |
|
den a tu fama la muerte |
|
como a tu vida! ¡Qué
fieros |
|
te son los hados! ¡Qué
esquiva |
|
la fortuna, que envidió |
|
tu suerte, y no
permitió |
|
dejar tu memoria viva! |
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UN PAJE |
El príncipe Constantino |
|
viene ya. |
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CONSTANCIO |
Ya sé que viene,
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|
por mi mal; ya sé que
tiene |
|
determinado el camino. |
|
Sin vista a mis años
largos, |
|
infeliz, porque en mi espejo |
|
quebrado mire este viejo |
|
fines de un principio,
amargos. |
|
¿Por qué prolijo me
adviertes |
|
pena que yo llego a ver? |
|
Mi alma no ha menester |
|
que a pedradas la despiertes. |
|
(Tocan cajas destempladas y trompetas roncas. Sacan
enlutados un ataúd y banderas negras
arrastrando.)
|
Con otro recibimiento, |
|
hijo, os aguardaba yo; |
|
en túmulo se
trocó |
|
vuestra boda y mi contento. |
|
Con vos, el tiempo avariento |
|
pagó el censo
acostumbrado |
|
a la muerte, juez airado |
|
que, ya grave, ya ligera, |
|
dando a otros pleitos de
espera, |
|
de vos cobra adelantado. |
|
Descubrime el rostro triste, |
|
retrato de lo que fue; |
|
en él mi muerte
veré, |
|
si en él mi vida
consiste. |
|
Vaso que el licor tuviste |
|
de un alma que ya en su ocaso |
|
se puso y con leve paso |
|
voló a eterno
señorío, |
|
bien parece que vacío |
|
no tiene valor el vaso. |
|
¡Qué hermoso que te vi
yo! |
|
Pero eres vaso de tierra. |
|
Bañó la vida que
encierra |
|
el alma que te informó; |
|
como el baño se
acabó, |
|
la tierra te desengaña, |
|
pues de su color te
baña, |
|
y el alma de ti se aleja, |
|
como el pastor cuando deja |
|
despoblada la cabaña. |
|
(Suenan chirimías y atabales.)
|
Pero ¿qué muestras
son éstas |
|
de triunfos y glorias reales, |
|
mezclando vivas señales |
|
entre memorias funestas? |
|
¿Yo lágrimas y ellos
fiestas? |
|
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|
Escena II
|
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Dichos, CLORO, del
mismo modo que CONSTANTINO, MAXIMINO, IRENE, ISACIO, MINGO, CLODIO, PELORO y MELIPO.
|
CLODIO |
Muestra, Cloro, tu valor |
|
aquí; no como pastor, |
|
como el César verdadero |
|
te trata, porque así
espero |
|
verte presto emperador. |
|
|
|
CLORO |
Clodio, vuestro desatino |
|
hasta ahora os ha
engañado; |
|
que soy Cloro habéis
pensado, |
|
siendo el César
Constantino. |
|
|
|
|
CLORO |
Por Jove divino,
|
|
si injurias el noble ser |
|
que me vino a engrandecer, |
|
que a costa de vuestras vidas |
|
experimente perdidas |
|
las fuerzas de mi poder. |
|
Si más Cloro me
llamáis, |
|
lloraréis vuestro fin
hoy. |
|
Constantino el César
soy, |
|
y mi padre el que
miráis. |
|
|
|
PELORO |
Melipo, Clodio,
¿escucháis |
|
la arrogancia del villano? |
|
Como le dimos la mano, |
|
por eso nos da del pie. |
|
|
|
MINGO |
Con más miedo vengo, a
fe, |
|
que vergüenza. |
|
|
|
CLORO |
Vuestra Sacra Majestad |
|
me dé los pies. |
|
|
CONSTANCIO |
¡Cielo santo!,
|
|
¿qué es esto? |
|
|
CLORO |
Y al bello encanto
|
|
de esta divina beldad, |
|
los brazos. |
|
|
CONSTANCIO |
¡Alma, dejad
|
|
sueños, si es que
estáis durmiendo! |
|
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|
MAXIMINO |
Mi fortuna engrandeciendo |
|
ampara el cielo divino, |
|
pues a Irene y Constantino |
|
ha enlazado. |
|
|
|
MAXIMINO |
Dad a Maximino ahora |
|
los brazos, que alegre viene |
|
a ofreceros con Irene |
|
el ave en quien Arabia adora. |
|
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CONSTANCIO |
Si la desdicha que llora |
|
este trágico suceso, |
|
y tiene el sentido preso |
|
en la cárcel del pesar, |
|
no me ha venido a
engañar, |
|
yo estoy soñando sin
seso. |
|
Andronio, si estoy despierto, |
|
libra mi imaginación |
|
de esta extraña
confusión. |
|
¿Qué es esto? |
|
|
ANDRONIO |
Señor, lo cierto
|
|
es que Constantino muerto |
|
en este bosque quedó. |
|
|
|
CONSTANCIO |
Pitágoras afirmó |
|
que las almas que dejaban |
|
un cuerpo, se trasladaban |
|
a otros, y no mintió. |
|
Si, a creer me determino |
|
lo que alegra mi esperanza, |
|
que el amor, que es semejanza, |
|
apoya este desatino. |
|
El alma de Constantino |
|
buscó un cuerpo
semejante |
|
al primero, en que, constante, |
|
sus espíritus reciba, |
|
dándome la imagen viva |
|
del muerto que está
delante. |
|
El corazón dividido |
|
en dos mitades agora, |
|
cuando un hijo muerto llora, |
|
vivo un hijo ha recibido. |
|
Luto por el que ha perdido |
|
fuerza el dolor a traer; |
|
fiestas hacen suspender |
|
el pesar que en velle calma; |
|
dos contrarios en un alma |
|
me obligan a suspender. |
|
Pésames tristes recibo |
|
del hijo que muerto veo, |
|
plácemes dan al deseo |
|
contento del mismo vivo. |
|
Lágrimas aquí
apercibo, |
|
brazos aquí dar
consiento, |
|
y en los extremos que siento, |
|
cuando la verdad ignoro, |
|
en un mismo tiempo lloro |
|
de pesar y de contento. |
|
Si al efeto natural |
|
hago juez en esta prueba |
|
y la sangre siempre lleva |
|
el alma a su original, |
|
con amor y gusto igual |
|
por entrambos dos suspira; |
|
este fuerza, estotro tira |
|
el corazón a sus
brazos, |
|
y hecha entre los dos pedazos |
|
dividiéndose me admira. |
|
¿Viose jamás tal
portento, |
|
juntos los bienes y males, |
|
y por una causa iguales |
|
la tristeza y el contento, |
|
perplejo el entendimiento, |
|
la voluntad sin saber |
|
lo que en tal caso ha de
hacer, |
|
y que en un mismo lugar |
|
den lágrimas de pesar |
|
las lágrimas del
placer? |
|
Ahora bien: la semejanza |
|
que tal vez naturaleza |
|
en fe de su sutileza |
|
forma para su alabanza, |
|
de tan extraña mudanza |
|
pudo ser sutil autora. |
|
Averigüemos agora |
|
en mi provecho o mi
daño |
|
si es ésta verdad o
engaño, |
|
mientras el alma lo ignora. |
|
¿Quién es aqueste
pastor? |
|
|
|
MINGO |
Yo, señor, soy un
salvaje, |
|
testigo, persona y traje, |
|
que en fe de mi buen humor |
|
me trae el emperador |
|
Constantino en su servicio, |
|
y aunque serville codicio, |
|
nunca de traje he mudado, |
|
que aunque tosco, siempre he
dado |
|
en que es liviandad o vicio. |
|
|
|
CONSTANCIO |
¿Sabes tú
quién es ese hombre |
|
que afirma que mi hijo es? |
|
|
|
MINGO |
No le he dejado después |
|
que le pusieron el nombre. |
|
|
|
CONSTANCIO |
Aunque este encanto me
asombre, |
|
la simple rusticidad |
|
deste dará claridad |
|
a esta extraña
maravilla, |
|
que siempre en alma sencilla |
|
se aposenta la verdad. |
|
|
|
IRENE |
¿No sabremos, gran
señor, |
|
que confusión te
divierte, |
|
que en luto el gozo convierte |
|
de nuestra vista el dolor? |
|
|
|
MAXIMINO |
Nuestro único sucesor |
|
es este, César romano. |
|
Dejad el pesar tirano. |
|
|
|
|
CONSTANCIO |
Estoy sin acuerdo,
|
|
llorando el hijo que pierdo, |
|
gozando el hijo que gano. |
|
(A MINGO.)
|
Ven acá, pastor. |
|
|
MINGO |
Aquí
|
|
el miedo el alma embaraza. |
|
|
|
CONSTANCIO |
¿Quién es el que se
disfraza, |
|
sin serlo, en mi hijo
así? |
|
|
|
MINGO |
Yo, señor, ni lo
comí, |
|
ni lo bebí. De un
pastor |
|
viene todo mi valor. |
|
Verdad es que en la cocina |
|
di a la mula la gallina, |
|
y la cebada al doctor. |
|
|
|
CLODIO |
Éste nos ha de causar |
|
la muerte por descubrirnos. |
|
|
|
MINGO |
A no venir a decirnos |
|
que habíamos de reinar |
|
estos... Yo de mi lugar |
|
alcalde he sido... No fui, |
|
sino porque rico... Y
así... |
|
diz que éste se
pareció... |
|
Diga: ¿parézcome
yo |
|
a ningún hombre de
aquí? |
|
|
|
CONSTANCIO |
Villano, ¡viven los
cielos!, |
|
si no dices la verdad, |
|
que han de ahorcarte. |
|
|
MINGO |
¿Hay crueldad
|
|
como ésta?
Descubrirelos. |
|
¿Para mí han de ser
los duelos |
|
y para otros la ventura? |
|
|
|
CONSTANCIO |
¿Quién es este que
procura |
|
usurpar ajena fama? |
|
|
|
|
|
MINGO |
La verdad pura.
|
|
Dijeron aquestos tres |
|
que en el talle y el semblante |
|
parecía a un imperante, |
|
príncipe, o diablo, o lo que
es; |
|
vistiéronle así
después, |
|
llamáronle jamestad, |
|
lleváronle a una
ciudad, |
|
casose con esta moza, |
|
como marido la goza, |
|
y ésta es la pura
verdad. |
|
|
|
MAXIMINO |
¿Qué es esto, traidor
fingido? |
|
¿Tú a Irene has
engañado? |
|
|
|
PELORO |
Buen fin la fortuna ha dado |
|
al ardid que hemos fingido. |
|
|
|
|
CLORO |
No me dejo matar yo. |
|
Lo que la suerte me dio, |
|
eso pienso defender: |
|
el César tengo que ser, |
|
que el cielo me lo
llamó. |
|
|
|
IRENE |
Y yo, que te llamo
dueño |
|
y como esposo te adoro, |
|
ya seas príncipe, ya
Cloro, |
|
ya hombre ilustre, ya
pequeño, |
|
puesto que parezca
sueño |
|
lo que miro, y me divierte |
|
tu adversa y próspera
suerte, |
|
seguiré siempre a tu
lado. |
|
|
|
CONSTANCIO |
¿Qué es aquesto,
cielo airado? |
|
Matalde, dalde la muerte. |
|
|
|
|
(Empuñan las espadas unos contra
otros.)
|
Escena III
|
|
ELENA.
|
ELENA |
Invicto César augusto, |
|
a quien todo el mundo llama |
|
Constancio, en fe de que el
nombre |
|
conforma con tu constancia: |
|
suspende el justo rigor |
|
que da filos a tu espada, |
|
ocasiones a tu enojo |
|
y a nuevos misterios causa. |
|
Yo soy Elena, que un tiempo |
|
llamaste dueño del
alma, |
|
blanco de tu ciego amor |
|
y objeto de mi esperanza. |
|
No te acordarás de
mí, |
|
que el olvido y la mudanza |
|
andan con la posesión, |
|
de la ingratitud hermana. |
|
Amásteme siendo
César, |
|
y puesto que no te iguala |
|
mi valor en la nobleza, |
|
reyes tuvo mi prosapia. |
|
Persuasiones amorosas |
|
derribaron la muralla |
|
de mi noble resistencia; |
|
dísteme mano y palabra |
|
de esposo, y en pago della |
|
te deje dentro del alma |
|
el absoluto dominio |
|
que funda su imperio en
llamas. |
|
Un hijo, que es el que ves, |
|
hizo nudo las lazadas |
|
de mi amor y tu firmeza; |
|
mas como el tiempo desata |
|
obligaciones de bronce, |
|
milagros de su mudanza |
|
pervirtieron tu memoria, |
|
dieron principio a mis ansias. |
|
Tu padre, el emperador, |
|
te casó en Roma,
quebrada |
|
la palabra que me diste, |
|
mas ¿qué
príncipe la guarda? |
|
Temí el valor de mi
padre, |
|
que, intentando la venganza |
|
de mi injuria y de su afrenta, |
|
quiso hacer de mis
entrañas |
|
túmulo al hijo que
dellas |
|
salir a luz deseaba, |
|
para enseñar con tu
olvido |
|
mi agravio y tu semejanza. |
|
Víneme huyendo a estos
montes |
|
su rigor y mis desgracias, |
|
depositando el secreto |
|
en sus peñas
intrincadas. |
|
En aquesta aldea al fin, |
|
vuelta pastora de infanta, |
|
vio el sol el triunfo amoroso |
|
en quien tu valor retratas. |
|
Constantino le llamé, |
|
el Magno, aumentando el agua |
|
mis lágrimas de sus
fuentes, |
|
que murmuran tu mudanza. |
|
Supe después que
tenías |
|
otro Constantino, causa |
|
de nuevas penas en mí |
|
y nuevas desconfianzas. |
|
Jurarle hiciste por
César, |
|
y con distinta crianza |
|
los dos, de un principio
efectos, |
|
y de un mismo tronco ramas, |
|
él entre palacios
ricos, |
|
éste entre humildes
cabañas, |
|
púrpuras aquél
vistiendo, |
|
y éste humildes
antiparas, |
|
juego del tiempo y fortuna |
|
fueron, que montes abaja |
|
y valles, tal vez, sublima, |
|
ciega, en fin, mudable y
varia. |
|
Treinta veces pobló
enero |
|
aquestos prados de escarcha |
|
y de acanto y madreselva |
|
los vistió el mayo otras
tantas, |
|
que crecieron igualmente |
|
tus hijos y mis desgracias; |
|
ése, César, pastor,
éste; |
|
tú, mudable; yo,
olvidada; |
|
cuando, muriendo tu esposa |
|
(si puedo con razón
darla |
|
este nombre, siendo yo |
|
en tu amor legitimada) |
|
a casarse con Irene, |
|
princesa hermosa del Asia, |
|
e hija de Maximino, |
|
a Constantino enviabas; |
|
y en fin, para dar lugar |
|
a mi perdida esperanza, |
|
recuerdos a tu memoria |
|
y castigo a tus mudanzas, |
|
quiso el cielo y la Fortuna |
|
que en estos montes quedara |
|
muerto el César, porque
puedas |
|
cumplir leyes y palabras. |
|
Constantino el Magno, que es |
|
el que tus brazos aguarda, |
|
y tu mayor heredero, |
|
puesto que le decía el
alma |
|
quién era, y yo lo
encubría, |
|
humillando acciones altas |
|
con memorias mentirosas, |
|
tan humildes, cuanto falsas, |
|
llamándose Cloro
entonces, |
|
y afrentado que
montañas |
|
ocultasen su valor, |
|
que aspira a cosas más
altas, |
|
dio crédito a
persuasiones |
|
de aquestos que le
acompañan, |
|
resucitando del muerto |
|
la dicha y la semejanza. |
|
Si lo que por ti he pasado, |
|
si el darte, invicto monarca, |
|
vivo un hijo por un muerto, |
|
en quien tu dicha restauras; |
|
si el ser yo tu esposa, en
fin, |
|
merece que satisfagas |
|
deudas que el tiempo atestigua |
|
y el cielo piadoso ampara, |
|
cumple, noble y generoso: |
|
si no en oro, paga en plata, |
|
dando los brazos a Elena |
|
y a Constantino las plantas. |
|
|
|
CONSTANCIO |
¡Oh restauración
querida |
|
de mi fe y de mi contento! |
|
Fénix, de quien nacer
siento |
|
a nuevas glorias mi vida, |
|
agraviada y perseguida, |
|
lloro tu olvido y mi pena; |
|
mas, pues la fortuna ordena |
|
la ventura que en ti fundo, |
|
hoy ha de adorar el mundo |
|
por su emperatriz a Elena. |
|
Dame esos brazos constantes |
|
y Constantino entre ellos |
|
poseerá, con poseellos, |
|
lauros de Roma triunfantes. |
|
Cesen lágrimas amantes |
|
de un hijo muerto, pues vino |
|
por caso tan peregrino |
|
otro vivo a ver mi amor; |
|
de un Constantino el dolor |
|
remedio otro Constantino. |
|
Dadme vos también,
Irene, |
|
brazos de padre, y de hermano |
|
Vuestra Alteza. |
|
|
MAXIMINO |
En ellos gano
|
|
dichas que callar conviene. |
|
|
|
IRENE |
Si tan buen suceso tiene |
|
tu desgracia, esposo
mío, |
|
ya de tus venturas fío |
|
triunfos con que al mundo
asombres |
|
para que todos los hombres |
|
dilaten tu
señorío. |
|
|
|
CLORO |
Para coronar tu frente |
|
la esfera del sol quisiera |
|
heredar, porque en tu esfera |
|
te adore todo el Oriente. |
|
|
|
CONSTANCIO |
Magencio intenta al presente |
|
arrogante y rebelado |
|
contra el imperio sagrado, |
|
gozar el lauro de Roma. |
|
César eres, monstruos
doma |
|
que la ambición ha
sacado. |
|
Lleva todas mis legiones; |
|
por su señor te
obedezcan. |
|
Cerca a Roma, y permanezcan |
|
en sus muros tus pendones. |
|
Empieza a ganar blasones |
|
que te den nombre divino. |
|
|
|
CLORO |
A eso, señor, me
inclino. |
|
|
|
CONSTANCIO |
Diga el aplauso feliz: |
|
viva Elena, emperatriz. |
|
|
|
|
CONSTANCIO |
¡Viva el César
Constantino! |
|
|
|
TODOS |
¡Viva el César
Constantino! |
|
|
|
|
(Vanse con música.)
|
Escena IV
|
|
LISINIO, de
capitán, con jineta. Soldados.
|
LISINIO |
A Constancio, de la patria
amigo, |
|
defiendo contra el bárbaro
Magencio; |
|
el hijo de Constancio, mi
enemigo, |
|
por legítimo César
reverencio. |
|
Siga al tirano Roma, que yo
sigo |
|
a quien gobierna al mundo, y al
silencio |
|
de la lengua remito en noble
alarde |
|
las obras, no palabras de
cobarde. |
|
|
|
SOLDADO 1.º |
Valeroso Lisinio, tus
hazañas |
|
te han dado justamente la
jineta |
|
que en la tirana sangre honras y
bañas, |
|
digna que nuevas honras te
prometa. |
|
Pastor fuiste, entre
rústicas montañas |
|
criado; si un laurel fue tu
profeta |
|
y el imperio te ofrece, como
dices, |
|
tiempo es de que te ilustres y
eternices. |
|
Constancio, Emperador, a Roma
viene |
|
contra Magencio, y el amor
divino, |
|
que acreditadas sus victorias
tiene, |
|
al heroico renombre abre
camino. |
|
Casado con la griega y bella
Irene |
|
le sigue el invencible
Constantino. |
|
Si tu pecho y hazañas
reconoce, |
|
tu fama hará que su privanza
goce. |
|
|
|
SOLDADO 2.º |
Vámosle a dar, Lisinio
valeroso, |
|
la obediencia debida que le
ofreces; |
|
como sea de tu pecho belicoso |
|
el premio que en su ejército
mereces. |
|
|
|
SOLDADO 1.º |
Constantino, agradecido y
generoso, |
|
si en las victorias como en dicha
creces, |
|
de tu lealtad ofrecerá a tu
fama |
|
coronas de laurel, de roble y
grama. |
|
|
|
SOLDADO 2.º |
¡Muera Magencio,
capitán romano! |
|
¡Constantino y Constancio,
eternos vivan! |
|
|
|
LISINIO |
Vámosle a ver, y
sellaré en su mano |
|
labios leales, que su amor
reciban. |
|
Ampárese entre muros el
tirano, |
|
que célebres hazañas
los derriban. |
|
Sólo es Augusto el
célebre y romano |
|
Constantino, y en él honras
estriban. |
|
A Constantino mi valor
inclino. |
|
|
|
TODOS |
¡Viva Constancio! ¡Viva
Constantino! |
|
|
|
|
(Vanse.)
|
Escena V
|
|
ELENA,
IRENE, CONSTANTINO, ISACIO y Soldados. CONSTANTINO aparece sentado en medio
de ELENA e IRENE.
|
CLORO |
Este es el Babel del mundo, |
|
que encerrando siete riscos |
|
entre agujas y obeliscos, |
|
no se conoce segundo. |
|
Roma es ésta, en fin;
extremo |
|
de la real ostentación; |
|
lastimosa emulación |
|
de los dos, Rómulo y
Remo. |
|
Y siendo imperial cabeza |
|
de cuanto mira el aurora, |
|
si os tiene a vos por autora, |
|
honrando en vuestra cabeza |
|
el laurel que ya os previene |
|
¿quién duda que en
más estime |
|
desde hoy su Imperio sublime, |
|
pues le honran los pies de
Irene? |
|
|
|
IRENE |
Véaos yo su emperador, |
|
vencido el loco Magencio, |
|
que yo sólo reverencio, |
|
Constantino, vuestro amor, |
|
sin que del laurel los lazos |
|
deseo a mi gusto den, |
|
mientras en mi cuello
estén |
|
coronándole esos
brazos. |
|
|
|
ELENA |
Ocasión hay en que
puedas |
|
mostrar que heredas, romano, |
|
las hazañas de tu
hermano, |
|
como el Imperio le heredas. |
|
Constantino el Magno, el
Grande, |
|
todo el imperio te llama; |
|
grandes hazañas la fama |
|
te pide para que ande |
|
el valor con el blasón |
|
igual; la ocasión te
obliga |
|
a que el nombre no desdiga |
|
de tus hechos y
opinión; |
|
Magencio, en Roma seguro |
|
se ampara, y triunfa ya
dél, |
|
que no corona el laurel |
|
a quien no corona el muro |
|
de victoriosas banderas |
|
que planten manos gallardas. |
|
A su vista estás,
¿qué aguardas?; |
|
Roma es aquesta, ¿qué
esperas? |
|
Conquístela tu valor, |
|
que en Roma tu imperio fundo: |
|
no serás señor del
mundo, |
|
si en Roma no eres
señor. |
|
Mientras con triunfo solene |
|
en Roma tu nombre afames, |
|
ni de Elena hijo te llames, |
|
ni ilustre esposo de Irene. |
|
|
|
CLORO |
Que eres mi madre negara |
|
y la sangre que te debo, |
|
si con ánimo tan nuevo |
|
tu valor no me obligara. |
|
Hoy, madre, verás que
dél |
|
soy legítimo heredero; |
|
morirá el tirano fiero, |
|
que si es cobarde, es cruel, |
|
que ensangrentando sus manos |
|
en inocentes se infama, |
|
la que Magencio derrama |
|
de los humildes cristianos |
|
anima mi corazón |
|
a que vengallos intente. |
|
No sé qué tiene esta
gente, |
|
que me roba el corazón. |
|
Cosas en ellas he visto |
|
de más que humano
poder. |
|
A Magencio he de vencer |
|
con la ayuda de su Cristo. |
|
|
|
IRENE |
¿Qué dices? ¿A
un hombre alabas |
|
muerto en cruz, y en él
esperas? |
|
¿A los dioses vituperas |
|
cuando de imperar acabas? |
|
¿A un ajusticiado
estimas, |
|
que en un pesebre
nació, |
|
a Egipto de un rey
huyó, |
|
y con su favor te animas, |
|
cuando en un tosco madero |
|
no se pudo a sí librar? |
|
Dioses en quien esperar |
|
tiene tu imperial acero; |
|
Júpiter rayos fulmina, |
|
que cíclopes sicilianos |
|
forjados dan a sus manos |
|
llenos de furia divina; |
|
Marte, en sangre humana tinto, |
|
contra tu elección se
enoja, |
|
y lanzas de fuego arroja |
|
reinando en el cielo quinto. |
|
¿No hay una Palas que
invoques, |
|
un Apolo, cuyas flechas, |
|
pitones, sierpes deshechas, |
|
a darte favor provoques? |
|
¿A un hombre muerto y
desnudo |
|
pides que te ayude? |
|
|
|
IRENE |
Quien habla desa manera |
|
mal tener esfuerzo pudo. |
|
Haz con él en Roma
alarde |
|
del triunfo que darte intenta, |
|
y quien los dioses afrenta |
|
nunca, ser mi esposo aguarde. |
|
(Vase.)
|
|
|
Escena VI
|
|
Dichos, menos IRENE; después,
Cristianos.
|
CLORO |
¿Hay caso más
peregrino? |
|
Escucha, espera, mi bien, |
|
que me abrasa tu
desdén, |
|
bella Irene. |
|
|
|
CLORO |
¡Cielo! ¿Quién
me llama ansí? |
|
|
|
|
CLORO |
Dulce voz,
|
|
que con discurso veloz |
|
triunfas amorosa en mí; |
|
¿qué me quieres? |
|
|
|
CLORO |
Ya te escucho y reverencio. |
|
|
|
VOZ |
Hoy vencerás a Magencio |
|
si el estandarte divino |
|
llevas, que a Apolo da luz, |
|
y es símbolo de la fe. |
|
|
|
CLORO |
¿Con qué señal
venceré? |
|
(Cantan dentro.)
|
(Con la señal de la
cruz.) |
|
|
|
|
CLORO |
¿Hay cosa más
celestial? |
|
Pues me das esta señal, |
|
el mismo cielo te alabe. |
|
A mis tinieblas des luz, |
|
pues en ti he de merecer |
|
triunfar en Roma y vencer. |
|
(Cantan dentro.)
|
(Por la señal de la
cruz.) |
|
(Pasa por el aire una cruz; suena música y dice
CLORO
arrodillándose.)
|
Si por esa señal venzo, |
|
¿qué es lo que temo,
cobarde? |
|
Haga aquí mi esfuerzo
alarde: |
|
hoy a adorarte comienzo. |
|
|
|
ELENA |
Hijo, el cielo es en tu ayuda. |
|
Por la señal
vencerás |
|
de la cruz: no esperes
más. |
|
|
|
CLORO |
Al arma, confusa duda. |
|
(Entran algunos Cristianos en escena.)
|
¿Qué es esto? |
|
|
|
CLORO |
¿Quién sois?
¿Qué queréis de mí? |
|
|
|
CRISTIANO 1.º |
Cristianos, que sólo en
ti |
|
esperan, señor,
después |
|
que Magencio, vil tirano |
|
de Roma, donde se encierra, |
|
conjurado nos destierra, |
|
porque con nombre cristiano |
|
ilustrados nos ha visto. |
|
|
|
CLORO |
Basta ese divino nombre |
|
para que el mundo se asombre. |
|
Yo también adoro a
Cristo. |
|
Seguid en su nombre santo |
|
mis banderas: suyo soy; |
|
por él he de vencer hoy |
|
y dar a Magencio espanto. |
|
|
|
CRISTIANO 1.º |
Todos los que aquí
venimos, |
|
en su nombre te ofrecemos |
|
que al tirano venceremos, |
|
y en este papel pusimos |
|
nuestras firmas de ofrecerte |
|
diez cabezas cada uno |
|
de los contrarios. |
|
|
CRISTIANO 2.º |
Ninguno
|
|
teme, gran señor, la
muerte. |
|
|
|
CLORO |
¡Oh valor, sólo
cristiano! |
|
De quien sois, dais
testimonio. |
|
General eres, Andronio; |
|
mi estandarte honre tu mano; |
|
deja águilas
imperiales, |
|
que idólatras prendas
son, |
|
la cruz en su lugar pon, |
|
pues vencen estas
señales. |
|
|
|
ANDRONIO |
Yo no puedo derogar |
|
la antigüedad del
Imperio, |
|
ni con ese vituperio |
|
a Júpiter provocar. |
|
Suyas las águilas son |
|
que Roma ilustre enarbola. |
|
Con esta bandera sola |
|
daré nombre a mi
opinión |
|
volando hasta las estrellas: |
|
otro a honrar su cruz
comience, |
|
y veremos hoy quién
vence, |
|
ella, o mis águilas
bellas. |
|
(Vase.)
|
|
|
CRISTIANO 1.º |
¡Oh bárbaro!, yo me
encargo |
|
de alcanzar del mismo Marte |
|
victoria, si el estandarte |
|
de la cruz está a mi
cargo. |
|
|
|
CLORO |
Llévala, pues; saca a
luz |
|
de Dios en ella el poder, |
|
que a Magencio he de vencer |
|
por la señal de la
cruz. |
|
|
|
|
(Vanse los Cristianos.)
|
Escena VII
|
|
CLORO,
LISINIO, ELENA, ISACIO y Soldados.
|
LISINIO |
(Aparte.)
|
Gran señor.
¡Válgame el cielo! |
|
¿No tengo a Cloro
delante? |
|
|
|
CLORO |
(Aparte.)
|
¡Cielo!, si no es que me
espante |
|
lo que mirando recelo. |
|
¿No es este Lisinio? |
|
|
LISINIO |
Él es;
|
|
¿pero tan presto un
pastor |
|
puede ser emperador? |
|
|
|
|
LISINIO |
Dame esos pies,
|
|
y en tus banderas recibe |
|
un capitán que se
inclina |
|
a tu fama peregrina, |
|
y animoso te apercibe |
|
a Roma, donde has de entrar, |
|
a pesar de su tirano, |
|
hoy con triunfo soberano. |
|
|
|
CLORO |
(Aparte.)
|
Lisinio es: ¿qué hay
que dudar? |
|
|
|
LISINIO |
Cloro es éste, o estoy
loco. |
|
|
|
CLORO |
La verdad he de saber. |
|
No sabe Lisinio leer; |
|
así su esfuerzo
provoco. |
|
(A LISINIO.)
|
Yo estimo vuestro valor; |
|
por mi capitán os
nombro. |
|
|
|
LISINIO |
¡Cielos! ¿Quién
vio tal asombro? |
|
|
|
CLORO |
Y porque podáis mejor |
|
con hechos extraordinarios |
|
vencer la envidia y olvido, |
|
ahora me han prometido |
|
de los bárbaros
contrarios |
|
darme cuarenta cabezas |
|
cuatro soldados valientes. |
|
Si a sus hechos excelentes |
|
comparáis vuestras
grandezas, |
|
en este papel firmados |
|
sus nobles nombres
están: |
|
imitaldos, capitán, |
|
pues lo sois, y ellos
soldados. |
|
Firmad aquí. |
|
|
LISINIO |
¡Vive el cielo!
|
|
Que es Cloro, y me ha
conocido. |
|
Nunca a leer he aprendido: |
|
mi afrenta noble recelo. |
|
Decir que leer no sé, |
|
es decir que no soy hombre: |
|
pues ¿de qué suerte
mi nombre |
|
aquí cielos,
firmaré? |
|
|
|
|
LISINIO |
De firmar dudo,
|
|
porque no es bien que presuma |
|
que firme hazañas la
pluma, |
|
sino el acero desnudo. |
|
Cien cabezas de enemigos |
|
ofreceré a tu laurel: |
|
las piezas deste papel |
|
(Rómpele.)
|
sean de aquesto testigos, |
|
y la que tengo en la cinta |
|
cumplirán aquesa suma, |
|
siendo mi espada la pluma |
|
y siendo sangre la tinta. |
|
Por eso rompo las firmas |
|
de todos, porque yo solo |
|
he de cumplir por Apolo |
|
su promesa. |
(Vase.)
|
|
|
CLORO |
Bien confirmas
|
|
tu valor y atrevimiento |
|
digno de Lisinio fiel. |
|
Él es; no mintió el
laurel: |
|
yo cumpliré el
juramento. |
|
César ha de ser
conmigo; |
|
que así cumple mi valor |
|
palabras de emperador |
|
y premia un heroico amigo. |
|
¡Al arma, nobles
romanos! |
|
¡Triunfad de Roma,
valientes! |
|
Coronas ciñan las
frentes |
|
que os rindan estos tiranos. |
|
Salga vuestro esfuerzo a luz. |
|
|
|
|
CLORO |
Roma ha de ver
|
|
que sabe la fe vencer |
|
por la señal de la
cruz. |
|
|
|
|
(Vanse todos.)
|
Escena VIII
|
|
Dase la batalla. Durante ella aparece MINGO, con casco y rodela, a lo
gracioso. Van saliendo sucesivamente Soldados durante la
escena.
|
MINGO |
¡Ea!, aquí, Mingo es
soldado |
|
sin haber tenido potra; |
|
ni estar quebrado quillotra |
|
el miedo con que vo armado. |
|
¿Mas que tiene de
llover |
|
esta fiesta sobre mí? |
|
Del escuadrón me
escurrí: |
|
¿dónde me
podré esconder? |
|
(Dentro.)
|
¡Al arma!, ¡al
arma! |
|
|
MINGO |
La grita
|
|
que anima a otros y alborota, |
|
me va helando cada gota |
|
de sangre, ¡oh, mi paz
bendita! |
|
¡Cuánto mejor me
estuviera |
|
yo agora junto al hogar, |
|
viendo la sartén
chillar! |
|
|
|
|
(Salen los Soldados con espadas desnudas.)
|
|
|
MINGO |
Si estos encuentran conmigo, |
|
y preguntan de quién
soy, |
|
¿qué diré?
¡Al infierno doy |
|
la guerra! |
|
|
|
|
|
MINGO |
Magencio viva
|
|
por siempre jamás,
amén. |
|
|
|
|
MINGO |
¿No dije bien?
|
|
Aquí me han de volver
criba |
|
¡que no pueda acertar yo |
|
en cosa alguna! |
|
|
SOLDADO 1.º |
Villano,
|
|
viva el César soberano |
|
Constantino. |
|
|
MINGO |
¿Por qué no?
|
|
Viva más que una
madrastra: |
|
siempre su campo seguí. |
|
|
|
|
|
(Vanse.)
|
MINGO |
Mi muerte el cordel arrastra. |
|
¡Ay, cuál tengo las
costillas! |
|
(Salen otros dos Soldados.)
|
Otros vienen; ¿de qué
parte |
|
serán? |
|
|
SOLDADO 3.º |
Hoy ayuda Marte
|
|
con divinas maravillas |
|
a Magencio. |
|
|
SOLDADO 4.º |
El cielo ordena
|
|
dalle el laurel que apercibe. |
|
|
|
|
|
|
MINGO |
¡Dios me la depare
buena! |
|
Estos son de Constantino. |
|
(Aparte.)
|
Constantino, Emperador, |
|
viva más que un
tundidor. |
|
|
|
|
MINGO |
Nunca adivino.
|
|
Téngase, señor
soldado, |
|
la espada, que reverencio... |
|
|
|
|
MINGO |
¿Quién?
Magencio,
|
|
que es el hombre más
honrado |
|
que el licor de Baco bebe. |
|
|
|
SOLDADO 3.º |
¿De Constantino sois
vos? |
|
|
|
|
|
MINGO |
Mas que plegue a Dios,
|
|
señor, que el diablo le
lleve. |
|
|
|
SOLDADO 2.º |
El combate anda encendido, |
|
a la batalla acudamos. |
|
|
|
|
(Vanse.)
|
MINGO |
Buenos, costillas, andamos. |
|
¡Gentil adivino he sido! |
|
(Salen otros dos Soldados.)
|
Otros salen: ¿qué
diré? |
|
|
|
SOLDADO 1.º |
Los caballos nos han muerto. |
|
|
|
|
MINGO |
Si esta vez no acierto,
|
|
volaréis, alma, a la
fe. |
|
|
|
|
MINGO |
Todo viviente.
|
|
Vive un perro, un elefante; |
|
vive un cuñado, un
amante; |
|
vive... |
|
|
|
|
SOLDADO 2.º |
¿Quién vive de
aquestos dos, |
|
o Magencio o Constantino? |
|
|
|
MINGO |
Viven ambos, si convino |
|
con la bendición de
Dios. |
|
|
|
SOLDADO 1.º |
(Danle.)
|
Dale, que aqueste es neutral. |
|
|
|
|
|
|
(Vanse los Soldados.)
|
MINGO |
Malo soy para gitano, |
|
¿vio el mundo desdicha
igual? |
|
Si vuelvo por Constantino, |
|
con los de Magencio doy; |
|
si digo que él viva,
estoy |
|
con estotro; si me inclino |
|
a entrambos, también me
pegan. |
|
Amparadme, cueva, vos, |
|
que ya vienen otros dos, |
|
y han de acabarme si llegan. |
|
Si de aquí vengo a
escapar |
|
con vida, y pasa la guerra, |
|
he de poner en mi tierra |
|
escuela de adivinar. |
|
(Éntrase en la
cueva.)
|
|
|
Escena IX
|
|
MINGO, en la
cueva, y LISINIO, con dos
o tres cabezas, un estandarte y una espada.
|
LISINIO |
Con estas cabezas tengo |
|
cincuenta, y le prometí |
|
ciento a Constantino.
Aquí, |
|
mientras a cumplillas vengo, |
|
guardádmelas, cueva,
vos; |
|
por las demás
volveré. |
|
(Échalas dentro y da con
ellas a MINGO.)
|
|
|
|
LISINIO |
¿No fue
|
|
voz humana aquesta? |
|
|
MINGO |
¡Ay Dios!
|
|
¡que aunque me esconda y
encueve |
|
no ha de faltar quien me
asombre! |
|
¡ay de mí! |
|
|
|
MINGO |
Soy el demonio que os lleve. |
|
|
|
|
MINGO |
¡Qué malas
trazas
|
|
hoy me persiguen! |
|
|
|
MINGO |
Un hombre solo, ¿qué
quieres?, |
|
que hoy has muerto a
cabezadas. |
|
|
|
|
MINGO |
¿Quién diablo os
dijo
|
|
mi nombre? |
|
|
|
MINGO |
Mas... no... Nada... Tal estoy |
|
que no os conozco. Colijo |
|
que sois Lisinio el pastor. |
|
|
|
|
MINGO |
¿Vestido de
tafetán? |
|
Mas, si es Cloro, emperador, |
|
¿de qué me admiro y
espanto? |
|
|
|
|
MINGO |
Estó confuso,
|
|
y al fin soy valiente al uso: |
|
todo aquesto es por encanto. |
|
|
|
LISINIO |
No temas; vente conmigo, |
|
que Constantino venció. |
|
|
|
|
LISINIO |
Ya quedó
|
|
muerto el tirano enemigo. |
|
|
|
|
LISINIO |
¡Buen valor en ti se
emplea! |
|
|
|
MINGO |
Pondré, si llego a mi
aldea, |
|
escuela de adivinar. |
|
|
|
|
(Vanse los dos.)
|
Escena X
|
|
Salen CONSTANCIO,
CLORO, ELENA, IRENE y Soldados.
|
CLORO |
Yo, cruz divina, os prometo |
|
buscar en vos nuestro bien, |
|
y dentro en Jerusalén, |
|
aunque os encubra el secreto |
|
del idólatra o hebreo, |
|
no descansar hasta hallaros, |
|
y desde hoy eternizaros |
|
por el más noble trofeo |
|
que conserva la memoria. |
|
Sólo al soberano Dios, |
|
que fue sacrificio en vos, |
|
atribuyo esta victoria. |
|
|
|
IRENE |
¡Ingrato a los dioses
pagas |
|
la ventura que hoy te han
dado! |
|
Un hombre crucificado, |
|
por más que te
satisfagas, |
|
no pudo victoria darte; |
|
Júpiter sí, que es
dios solo, |
|
con sus rayos de oro, Apolo, |
|
y con sus rigores, Marte. |
|
No busques prendas infames |
|
de un patíbulo
afrentoso, |
|
o deja de ser mi esposo, |
|
y tuya más no me
llames. |
|
|
|
ELENA |
Hijo, Cristo es el Eterno; |
|
quien no le adora se ofusca; |
|
la cruz soberana busca, |
|
noble asombro del infierno: |
|
vamos a Jerusalén. |
|
|
|
IRENE |
Si niegas la adoración |
|
de los dioses, la
afición |
|
mientes; no me quieres bien. |
|
|
|
ELENA |
Por Dios se ha de dejar todo. |
|
|
|
IRENE |
No imagines que he de amarte, |
|
si a Apolo dejas y a Marte. |
|
|
|
ELENA |
Paga con heroico modo |
|
aquesta vitoria a Cristo. |
|
Busca su cruz soberana. |
|
|
|
IRENE |
No sigas la ley cristiana, |
|
que firme ves que resisto. |
|
|
|
ELENA |
Ingrato eres si la dejas. |
|
|
|
IRENE |
A mi amor eres ingrato |
|
si la sigues. Poblar trato |
|
el aire de justas quejas, |
|
si menosprecias mi amor |
|
por un madero insensible. |
|
|
|
CLORO |
¿Viose aprieto más
terrible? |
|
¿Viose confusión
mayor? |
|
|
|
IRENE |
Yo sé que me
antepondrás |
|
a Cristo, si bien me quieres. |
|
|
|
ELENA |
Augusto por la cruz eres; |
|
¿por qué a buscarla
no vas? |
|
|
|
CLORO |
¿Qué haré en
duda tan esquiva, |
|
que tan perplejo me tiene? |
|
Amo a Cristo; estimo a Irene: |
|
mas ¿qué importa?
Cristo viva. |
|
Su cruz vamos a buscar. |
|
|
|
IRENE |
Oprobio de emperadores, |
|
que la ley de tus mayores |
|
quieres, bárbaro,
dejar. |
|
No esperes que el vituperio |
|
de tu vil intención
siga; |
|
ya es Irene tu enemiga; |
|
yo te quitaré el
imperio; |
|
en odio mi amor trocado; |
|
que yo no he de ser mujer |
|
de un hombre que da poder |
|
de Dios a un crucificado. |
|
(Vase.)
|
|
|
CLORO |
Espera, el paso reporta; |
|
muda el bárbaro
consejo: |
|
mas, si por la cruz te dejo |
|
en que murió Dios,
¿qué importa? |
|
|
|
Escena XIII
|
|
Dichos. Sale LISINIO, con el estandarte y cabezas;
MINGO.
|
LISINIO |
Cien cabezas prometí |
|
de los enemigos darte. |
|
Cincuenta aqueste estandarte |
|
vale, que te ofrezco
aquí; |
|
otras cincuenta te doy, |
|
con que cumplo mi promesa. |
|
|
|
MINGO |
Y la mía en esta
empresa |
|
te presento, que a fe que hoy, |
|
según son las cabezadas |
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que la han dado, si las
cuentas, |
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que vale más de
trescientas. |
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No más guerra y
cuchilladas; |
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a mi aldea he de tornarme. |
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CLORO |
Lisinio, de tu valor |
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has dado muestra mejor |
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que imaginé. A
presentarme |
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vienes hazañas, que
intento |
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premiar. Pues que las
trujiste, |
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tu juramento cumpliste: |
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cumpliré mi juramento. |
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La mitad juré de darte |
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del Imperio, si mi suerte |
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me le daba. Hoy has de verte |
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Augusto: goza la parte |
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que justamente te toca. |
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Vasallos, Lisinio es |
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César. |
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LISINIO |
Deja que en tus pies
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selle, gran señor, la
boca. |
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CLORO |
Pero has de jurar primero |
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dos cosas. |
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LISINIO |
Si dellas gustas,
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claro está que serán
justas. |
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Proponlas. |
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CLORO |
Que jures, quiero
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no perseguir los cristianos, |
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sino honrallos y querellos, |
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pues fundo mi dicha en ellos. |
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LISINIO |
Yo lo prometo en tus manos. |
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CLORO |
Has de jurar, lo segundo, |
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no levantarte jamás |
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contra mí. |
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LISINIO |
No me verás
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aunque se alborote el mundo, |
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con falso y villano trato |
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y torpe conjuración, |
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hacerte jamás
traición, |
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que eso fuera serte ingrato. |
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Yo lo juro, gran señor, |
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en tus imperiales manos. |
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CLORO |
Alza: y vos, madre y
señora, |
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venid conmigo a buscar |
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la Cruz que he de entronizar |
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en cuanto ciñe el
aurora. |
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Prevenga Jerusalén |
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triunfos a la cruz divina. |
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ELENA |
Dios tu corazón
inclina. |
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Monarca cristiano, ven. |
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MINGO |
Yo y todo tus pasos sigo. |
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Cristiano, aunque aporreado, |
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soy desde hoy, y no soldado. |
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La guerra y golpes maldigo. |
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CLORO |
Bautizará a Constantino |
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de Roma el sacro pastor. |
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MINGO |
Y a mí y todo, aunque
mejor |
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me bautizara con vino. |
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CLORO |
El madero soberano |
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busquemos, que a amar me
obliga |
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su señal, y el campo
diga: |
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Lisinio, César romano. |
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