41
Como navío de mercader que de lejos trae sus víveres. (N. del E.)
42
Del que come salió comida, y del fuerte salió dulzura. (N. del E.)
43
Subiré a la palma y cogeré sus frutos. (N. del E.)
44
Basta, Señor. (N. del E.)
45
Antes de este romance trae Jacinto de Evia en su Ramillete otro al mismo arroyo, en metáfora de un potro, entre las poesías que atribuye al doctor don Hernando Domínguez Camargo, y da este romance por remedo del padre Bastidas. (N. del E.)
46
En la crónica «Tutelares de la urbe», del tomo segundo de Crónicas del Guayaquil antiguo (2.ª edición) de Modesto Chávez Franco, se encuentra en la lista de cabildantes de Guayaquil desde 1634, los nombres del abuelo y del padre del maestro Jacinto de Evia: don Blas de Vera en 1640 (pág. 38), y don Toribio de Evia en 1676 (pág. 39). (N. del E.)
47
Págs. 209, 210. (N. del E.)
48
Pág. 172. (N. del E.)
49
Pág. 57. (N. del E.)
50
Pág. 17. Dato repetido en las ediciones de Riobamba, 1927 y de Quito, 1939. (N. del E.)