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21

Véase la descripción del carro de Venus, dispuesto para el recibimiento de Isabel de Valois en Toledo el año 1560, en C. A. Marsden: «Entrées et fêtes espagnoles au XVI.e siècle», «Fêtes el cérémonies au temps de Charles Quint» (Les Fêtes de la Renaissance, vol. II). Ed. de Jean JACQUOT (Paris: CNRS 1960), pp. 389-411 (En particular pp. 399-400).

La alusión mitológica es un recurso perfectamente integrado en el estilo del romance morisco. Véase Amelia GARCÍA VALDECASAS JIMÉNEZ, «Formas alegóricas y simbólicas en el romancero morisco», en Boletín de la Real Academia Española 66 (1986), 21-61.

 

22

Traté brevemente este aspecto en «Les Fêtes équestres dans Les Guerres civiles de Grenade de Pérez de Hita», en Les Fêtes de la Renaissance, vol. III, pp. 299-312.

 

23

Sobre estos círculos literarios informa Francisco RODRÍGUEZ MARÍN, Luis Barahona de Soto (Madrid: Real Academia Española, 1903).

 

24

Véase supra, nota 3.

 

25

«Vituperio y parodia del romance morisco en el romancero nuevo», en Culturas Populares... Actas del Coloquio celebrado en la Casa de Velázquez..., dic. (1983) (Madrid: Universidad Complutense/Casa de Velázquez, 1986), pp. 115-138. En la nota 41 se exponen algunas de las razones que harían aconsejable un replanteamiento biográfico.

 

26

Cf. CARRASCO URGOITI, «En torno a La Luna africana, comedia de nueve ingenios», Papeles de Son Armadans, n.º XCVI (marzo 1964), pp. 255-298.

 

27

Obra citada en la nota 2, pp. 138-142. Sobre la fortuna de la materia de Granada en las literaturas de Europa y América, véase CARRASCO URGOITI, El moro de Granada en la literatura (Del siglo XV al XX) (Madrid: Revista de Occidente, 1956).

 

28

Del Romancero historiado hay que citar «Qvando el ruuicundo Phebo / sus rayos communicaua», y del Thesoro de Padilla «Con Fátima está Xarifa / a una ventana parlando» y «Cuando salió de cautivo / el Rey Chico de Granada». En su ulterior Romancero (1583), Padilla trató ampliamente la materia de El Abencerraje, presente en el romancero nuevo desde la aparición de las Rosas de Timoneda en 1573.

La génesis y significación de estos textos y otros comparables han sido magistralmente tratadas por Francisco López Estrada en los estudios citados en la nota 1.