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1

Cf. J. CARO BAROJA, Los moriscos del reino de Granada, 2.ª ed. Madrid, Istmo, 1976, págs. 173, 261 et passim, y A. DOMÍNGUEZ ORTIZ y B. VINCENT, Historia de los moriscos, Madrid, Revista de Occidente, 1978, págs. 35-37.

 

2

Entre ellos M. Menéndez Pelayo en el cap. VII de Orígenes de la novela, ed. E. Sánchez Reyes, vol. II, 1962, págs. 147-49; la editora de Pérez de Hita, Paula Blanchard-Demouge en su Introducción a Guerras civiles de Granada. Segunda parte, Madrid, Bailly-Baillière, 1915, y en fechas más próximas Luis MORALES OLIVER, La novela morisca de tema granadino, Madrid, Universidad Complutense, 1972; y Juan MARTÍNEZ RUIZ, «La indumentaria de los moriscos según Pérez de Hita y los documentos de la Alhambra», Cuadernos de la Alhambra, III, 1967, págs. 55-124.

En una colección preparada por mí de estudios sobre los moriscos por especialistas diversos, cuya publicación se ha demorado a causa de vicisitudes editoriales, figura un importante estudio de Francisco MÁRQUEZ VILLANUEVA y el texto de una comunicación mía (presentada en el IV Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Salamanca, 1971, cuyas actas no han visto la luz) que convergen en el enfoque de la Segunda parte de las guerras civiles de Granada. He expuesto lo sustancial de mi punto de vista en The Moorish Novel: «El Abencerraje» and Pérez de Hita, New York, Twayne, 1976.

No incluyo en el presente artículo referencias a estudios sobre el autor y su obra más famosa Historia de los vandos de los Zegries y Abencerrajes Caballeros Moros de Granada, de los ciuiles guerras que huuo en ella, y batallas particulares que huuo en la Vega entre Moros y Christianos, Zaragoza, 1595. A ese efecto refiero a mi libro previamente citado y mi contribución al Homenaje a don Vicente García de Diego «La cultura popular de Ginés Pérez de Hita», RDTP XXXIII, 1977, págs. 1-21.

La diferencia, en cuanto al género literario, de los dos libros agrupados bajo el título Guerras civiles de Granada fue recalcada por E. MORENO BÁEZ, «El manierismo de Pérez de Hita» en Homenaje al profesor Alarcos García, Valladolid, 1965-67, vol. II, págs. 353-367.

 

3

En época muy posterior éste fue también el destino de las primeras novelas de Fernán Caballero. Véanse los comentarios de José F. MONTESINOS, Fernán Caballero, México, Colegio de México, 1961, pág. 141.

 

4

Al fin del texto en prosa y antes del último romance inserto en el libro se lee: «Sacólas en limpio y acabólas Ginés Pérez de Hita, vezino de Murcia, año de 1507, a gloria y honra de Dios todo poderoso, nuestro Señor, en 22 de Noviembre del dicho año» (Guerras civiles de Granada... Segunda parte. Ed. Blanchard-Demouge, pág. 353).

 

5

La edición de Cuenca, por Domingo de la Iglesia, 1619, es la reproducida por Blanchard-Demouge. El mismo año el libro fue editado en Barcelona. Difieren el pie de imprenta y los preliminares del ejemplar de la Biblioteca Nacional R/10462 (por Estevan Liberos a costa de Miguel Manescal) y el de la Hispanic Society of America (Sebastián de Cormellas), pero ambos incluyen una carta-dedicatoria al Duque del Infantado firmada por el «Archero de Corps de su Magestad» Christiano Bernabé, nombre que figura como solicitante en la tasa de 1619 que aparece también en la edición de Cuenca. Se habla de una edición que nadie ha visto, impresa en Alcalá por Juan Gracián en 1604 y 1612, pero seguramente se trata de una confusión con las ediciones conocidas de Historia de los bandos a que esos datos corresponden. En cuanto a la mención, sin descripción bibliográfica, de una edición de Madrid, 1610 en el tomo III (núm. 3448) del Ensayo de GALLARDO, que acoge papeletas suministradas por M. R. Zarco del Valle y J. Sancho Rayon, es probable que no tenga más base que la fecha y lugar de aprobación de 1610 que figura en las ediciones de 1619.

Parece ser que la Segunda parte no se reeditó hasta 1696, en que la imprime en Madrid, Juan García Infanzón, quien en 1590 había dado a la estampa la Historia de tos bandos. Durante los siglos XVIII y XIX los dos libros aparecen unidos en un número considerable de ediciones, incluyendo la de Novelistas anteriores a Cervantes, BAE, 3. Con notable bagaje erudito editó ambas «partes» de las Guerras civiles de Granada, Paula BLANCHARD-DEMOUGE, Madrid, Centro de Estudios Históricos, 2 vols., 1913-1915. Sus introducciones y estudios bibliográficos siguen siendo de imprescindible consulta.

 

6

La edición de Cuenca lleva una dedicatoria del impresor Andrés Miguel al canónigo Alonso del Pozo Palomino. Sólo a estas dos personas se dirigen los poemas laudatorios, advirtiéndose con evidente exageración en uno de ellos (soneto de Pedro de Solera) que el libro estuvo «un siglo» sepultado en el olvido. Ninguno de estos textos aparece en Barcelona, Estevan Liberos, ni Barcelona, Sebastián de Cormellas, que en cambio incluyen la dedicatoria al Duque del Infantado por Christiano Bernabé).

A la vista de lo expuesto, el hecho de que en el Imprimatur de la edición barcelonesa de 1619 por Estevan Liberos se lea que al autor «se le pueden permitir varias impressiones de su libro», no es, a mi ver, indicio de que aún viviese, puesto que la dedicatoria de Christiano Bernabé declara: «En días pasados vino a mi poder una historia...» (Preliminares reproducidos por Blanchard-Demouge).

No creo se deba a una casualidad que el libio se dedique al Duque del Infantado, don Juan Hurtado de Mendoza, que había abogado en 1612 a favor de los moriscos de Murcia (Henri LAPEYRE, Géographie de l'Espagne morisque, Paris, SEVPEN, 1959, pág. 195).

 

7

No hay, al menos, motivos concretos para negarlo. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que se desconoce la fecha del fallecimiento de Pérez de Hita. Un documento «de 1602 por él firmado ha sido publicado por Manuel MUÑOZ BARBERÁN y Juan GUIRAO GARCÍA, Aportaciones documentales para una biografía de Ginés Pérez de Hita, Lorca, Ayuntamiento, 1975, pág. 209.

El proyecto de edición de 1610 y el hecho de que no prosperase debieron de tener relación con la expulsión de los moriscos decretada el año anterior, y con las campañas que a continuación se llevaron a cabo, de un lado por eximir a los grupos más asimiladas -notoriamente los de la región murciana-, y de otro por evitar que se hicieran excepciones.

La aprobación que firma el 10 de abril de 1610 «El Doctor Molina Capellán del Rey Nuestro Señor», indica que se han realizado enmiendas donde «huvo necessidad de corrección». También especifica el censor que se le entregaron los originales en tres partes, de las cuales sólo la segunda estaba impresa. Los datos que da -Alcalá de Henares, Juan Gracián, 1604- corresponden a una impresión de la Historia de los bandos. Esto permite suponer que la tercera parte era la que en 1619 aparecería como segunda, habiéndose perdido una primera parte de las Guerras civiles de Granada, que trataría de una época anterior al ocaso de la monarquía nazarí, período en que se centra la Historia de los bandos Queda en pie la duda de si los textos sometidos a aprobación en 1609 ó 1610 eran los mismos que fueron objeto de una transacción entre impresores y libreros de Madrid y Murcia, en agosto de 1604, con motivo de una solicitud de licencia de impresión que se gestionó previamente y fue denegada en Madrid. Cf. la bibliografía de BLANCHARD-DEMOUGE en su edición de Guerras civiles, vol. I, pág. LXXXIX.

 

8

Se ha pensado que Mármol escribe para contrarrestar el efecto de la obra de Hurtado de Mendoza. El primero expresa, según esta hipótesis, lo que pudiera llamarse el punto de vista oficial. Cf. B. SÁNCHEZ ALONSO, «La literatura histórica en el siglo XVI» en Historia general de las literaturas Hispánicas, Barcelona, Barna, 1953, vol. III, págs. 310-11.

 

9

Diego HURTADO DE MENDOZA, Guerra de Granada. Ed. B. Blanco-González, Madrid, Castalia, 1970, pág. 118.

 

10

Las referencias de paginación que se indican entre paréntesis refieren a la ya citada edición de las Guerras civiles de Granada por P. BLANCHARD-DEMOUGE, vol. II.