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111

Véanse en Remesal, lib. X, cap. 2.

 

112

Remesal, ubi supra.

 

113

Lib. VII, cap. 4.

 

114

Apéndice a la Vida de Fray B. de las Casas, nº 11.

 

115

Asienta en términos explícitos que ese territorio fue conquistado y poblado por los españoles, que voluntariamente lo abandonaron por correr tras las riquezas del Perú; mas Herrera (Déc, IV, lib. 10, cap. 13), Juarros (Trat. I, cap. 3) y los otros historiadores lo contradicen, conservando la uniforme tradición de que en la época «se le llamó tierra de guerra, porque nunca la entraron con armas». El primero se extiende en la etimología del nombre de Vera-Paz.

 

116

Yo no dudo que el P. Motolinía se refería a esta misma expedición y sucesos en el pasaje de su carta (pág. 259) que se me permitirá trasladar aquí por su perfecta congruencia: «entonces, decía, fue (el Sr. Casas) al reina que llaman de la Verapaz, del cual allá ha dicho que es grandísima cosa y de gente infinita: esta tierra es cerca de Guatemala, é yo he andado visitando y enseñando por allí, llegué muy cerca, porque estaba dos jornadas della, y no es de diez partes la una de los que allá han dicho y sinificado. Monesterio hay en México que dotrina i vesita diez tanta gente de la que hay en el reino de la Verapaz, y desto es buen testigo el obispo de Guatemala; yo vi la gente, ques de pocos quilates y menos que otra». -Las noticias de Fray Toribio quizá nos revelan otro motivo de graves desavenencias de esa época: el de entrarse en el territorio de las doctrinas de los dominicos.

 

117

Remesal, lib. VII, cap. 4.

 

118

Pág. LXX.

 

119

Remesal, lib. VII, cap. 5, que copia el Memorial del obispo.

 

120

Remesal, lib. VII, cap. 6.