Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

11

Compárense, por ejemplo, Corti, Fuentes Mares, Ratz, Reinach-Foussemagne y Valadés.

 

12

Compárese al respecto el ensayo de Inge Nickel en el presente tomo.

 

13

La siguiente sinopsis está basada en Igler y Trifilo, que en cuanto a las fechas de publicación difieren a veces entre sí.

 

14

Incluso después de la pieza de Aridjis la tragedia de la pareja imperial continuó a inspirar los dramaturgos mexicanos; así en 1998 la Compañía Nacional de Teatro representó una pieza de Vicente Leñero titulada Don Juan en Chapultepec (Igler: 75; el título a primera vista sorprendente se explica por los supuestos amores entre la emperatriz Carlota y el poeta José Zorrilla, autor del Don Juan Tenorio). Véase también el artículo de Susanne Igler en el presente volumen.

 

15

Doy las gracias por esta precisión a Susanne Igler.

 

16

Esto vale por ejemplo para Juárez und Maximilian de Franz Werfel, representado por primera vez en 1925 en Viena. Una Carlota demasiado ambiciosa encontramos también en Miramar (1932) de Julio Jiménez Rueda: «Excesiva ambición tiene [Carlota] de ser la soberana de no importa qué y no importa dónde» (Trifilo: 12). La retrata igualmente Rodolfo Usigli en Corona de sombra (1943), donde es ella que desde el castillo de Miramar incita su esposo a aceptar el trono mexicano: «Yo no soy feliz, Max. No soy feliz aquí encerrada. [...] ¿Qué nos detiene, Max? No tenemos nada que nos encadene a Europa. Allá seriamos emperadores» (Trifilo: 19).

 

17

Palabras auténticas de Carlota, pronunciadas poco antes de morir.

 

18

Cito todas las piezas del Gran teatro del fin del mundo con la excepción de Cristóbal Colón desembarca en el otro mundo según la edición de 1994; la pieza sobre Colón, interpretada más abajo, será citada según la edición de 1989, porque fue excluida de la edición de 1994. De aquí en adelante indico siempre sólo los números de las páginas.

 

19

Aquí en Adiós, mamá Carlota es la emperatriz que establece la conexión a la Biblia: «Quizás me consideres exagerada, pero esto me recuerda la Apocalipsis [...]. Más de un descreído llegaría a creer en Dios viendo al diablo tan cerca. En todas partes donde corre la sangre se siente su presencia. [...] El Cordero ha quitado cuatro sellos al libro del destino y la peste, los cuatro jinetes del fin, como en un grabado de Durero, se lanzan sobre los cuerpos de los hombres para destruirlos y dejar tras de sí desolación» (184). Aquí Aridjis podía basarse en frases auténticas que Carlota pronunció durante sus años de enfermedad mental (precisión de Susanne Igler). Sin embargo, en el contexto de la obra de Aridjis, esta evocación de la Apocalipsis bíblica es sólo una referencia cultural, una imagen; ni Adiós, mamá Carlota ni las otras piezas del Gran teatro del fin del mundo pueden ser interpretadas en un sentido verdaderamente religioso.

 

20

La popularidad de Alice in Wonderland entre los jóvenes no debe distraer de la profundidad intelectual de la obra; numerosos críticos literarios han suficientemente demostrado la importancia de Lewis Carroll como escritor también para adultos.