Calderón de la Barca. Dramas de honor, II (Madrid: Espasa-Calpe); reimpresa con frecuencia a partir de la primera edición.

Las trece comedias son, según el orden en que aparecen en el volumen:

De una causa, dos efectos, de don Pedro Calderón.
La banda y la flor, de don Pedro Calderón.
La industria contra el poder, y el honor contra la fuerza, de don Pedro Calderón.
La desdicha de la voz, de don Pedro Calderón.
La cruz en la sepultura, de don Pedro Calderón.
Enseñar a ser buen rey, de don Pedro Calderón.
El alcayde de sí mismo, de don Pedro Calderón.
Los empeños de un acaso, de don Pedro Calderón.
Los cabellos de Absalón, de don Pedro Calderón.
El pintor de su deshonra, de don Pedro Calderón.
Las cadenas del demonio, de don Pedro Calderón.
La vida es sueño, de don Pedro Calderón.
Los trabajos de Tobías, de don Pedro Calderón.

Todas carecen de portadas. Las signaturas de El pintor de su deshonra: A-D4, E2; foliación 1-18.

Debo esta información sobre la historia del tomo al bibliotecario R. Graham, a quien doy mis gracias.

PARTE QVARENTA Y DOS / DE / COMEDIAS / DE DIFERENTES AVTORES./ DEDICADAS / A DON IOSEPH DE MONCAYO, ALTARRIBA, VRREA, Y ARAGON, / Marques de Coscojuela de la Fontoba & c., / 59. / [escudo] / CON LICENCIA / En Zaragoça, por Iuan de Ybar. Año M.DC.L / A costa de Pedro Escuer. Ejemplar consultado: British Library, 11725.d.10. Cada comedia lleva paginación y signaturas distintas; es decir que el lomo está compuesto de sueltas, todas de la misma imprenta. El pintor de su deshonra es la tercera; su serie de signaturas es: A-B8 C [C6r en blanco); paginación 1-43.

Si miramos la cara exterior de una hoja en cuarto puesta en el tímpano de una imprenta antigua, nos fijamos en que las páginas son: 8, 5, 1, 4; la cara interior consta de 6, 7, 3, 2. Está claro que la distribución por páginas del texto era imprescindible antes de que el cajista empezase a componerlo. Véase P. Gaskell, A New Introduction to Bibliography (Oxford: Clarendon Press, 1974), págs. 41-42. En España e Inglaterra la práctica de componer «por formas» persistió hasta fines del siglo diecisiete.

Agradezco a mi colega Gustavo San Román su ayuda en la preparación de este estudio.