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  —220→     —221→     -[fol. 59v]-     -[fol. 60r]-     -[fol. 60v]-     -[fol. 61r]-     -[fol. 61v]-     -[fol. 62r]-     -[fol. 62v]-     -[fol. 63r]-     -[fol. 63v]-     -[fol. 64r]-     -[fol. 64v]-     -[fol. 65r]-  

ArribaAbajoParte II

  -[fol. 65v]-     -[fol. 66r]-  

ArribaAbajoActo I

La sombra de doña Inés


  —222→     -[fol. 66v]-    

DON JUAN, el Capitán CENTELLAS, don Rafael de AVELLANEDA, un ESCULTOR, la SOMBRA de doña Inés.

    -[fol. 67r]-    

Panteón de la familia Tenorio. El teatro representa un magnífico cementerio, hermoseado a manera de jardín. En primer término, aislados y de bulto, los sepulcros de DON GONZALO de Ulloa, de DOÑA INÉS y de DON LUIS Mejía, sobre los cuales se ven sus estatuas de piedra. El sepulcro de DON GONZALO a la derecha, y su estatua de rodillas; el de DON LUIS a la izquierda, y su estatua también de rodillas; el de DOÑA INÉS en el centro, y su estatua al pie. En segundo término otros dos sepulcros en la forma que convenga; y en tercer término y en puesto elevado el sepulcro y la estatua del fundador, DON DIEGO Tenorio, en cuya figura remata la perspectiva de los sepulcros. Una pared llena de nichos y lápidas circuye el cuadro hasta el horizonte. Dos llorones a cada lado de la tumba de doña Inés, dispuestos a servir de la manera que a su tiempo exige el juego escénico. Cipreses y flores de todas clases embellecen la decoración, que no debe tener nada horrible. La acción se supone en una tranquila noche de verano, y alumbrada por una clarísima luna.

    —223→  

imagen


Escena I

 

El ESCULTOR, disponiéndose a marchar.

 
ESCULTOR
   Pues señor, es cosa hecha;
el alma del buen don Diego
puede, a mi ver, con sosiego
reposar muy satisfecha.
   La obra está ya rematada5
con cuanta suntuosidad
su postrera voluntad
—224→
dejó al mundo encomendada.
   Y ya quisieran, ¡pardiez!,
todos los ricos que mueren10
que su voluntad cumplieren
los vivos, como esta vez.
   Mas ya de marcharme es hora;
todo corriente lo dejo,
y de Sevilla me alejo15
al despuntar de la aurora.
-[fol. 67v]-
   ¡Ah, mármoles que mis manos
pulieron con tanto afán!
Mañana os contemplarán
los absortos sevillanos;20
   y al mirar de este panteón
las gigantes proporciones,
tendrán las generaciones
la nuestra en veneración.
   Mas yendo y viniendo días,25
se hundirán unas tras otras,
mientra en pie estaréis vosotras,
póstumas memorias mías.
   ¡Oh, frutos de mis desvelos,
peñas a quien yo animé,30
y por quienes arrostré
la intemperie de los cielos!
   El que forma y ser os dio
va ya a perderos de vista;
velad mi gloria de artista,35
pues viviréis más que yo.
   Mas... ¿quién llega?

  —225→  

Escena II

 

El ESCULTOR y DON JUAN, que entra embozado.

 
ESCULTOR
Caballero...
DON JUAN
Dios le guarde.
ESCULTOR
Perdonad,
mas ya es tarde, y...
DON JUAN
Aguardad
un instante, porque quiero40
   que me expliquéis...
ESCULTOR
¿Por acaso
sois forastero?
DON JUAN
Años ha
que falto de España ya,
y me chocó el ver al paso,
-[fol. 68r]-
-[fol. 68v]-
-[fol. 69r]-
   cuando a esas verjas llegué,45
que encontraba este recinto
—226→
enteramente distinto
de cuando yo lo dejé.
ESCULTOR
   ¡Ya lo creo! Como que esto
era entonces un palacio,50
y hoy es panteón el espacio
donde aquél estuvo puesto.
DON JUAN
   ¡El palacio hecho panteón!
ESCULTOR
Tal fue de su antiguo dueño
la voluntad, y fue empeño55
que dio al mundo admiración.
DON JUAN
   ¡Y, por Dios, que es de admirar!
ESCULTOR
Es una famosa historia,
a la cual debo mi gloria.
DON JUAN
¿Me la podéis relatar?60
ESCULTOR
   Sí; aunque muy sucintamente,
pues me aguardan.
DON JUAN
Sea.
ESCULTOR
Oíd
la verdad pura.
DON JUAN
Decid,
—227→
que me tenéis impaciente.
ESCULTOR
   Pues habitó esta ciudad65
y este palacio, heredado,
un varón muy estimado
por su noble calidad.
DON JUAN
   Don Diego Tenorio.
ESCULTOR
El mismo.
Tuvo un hijo este don Diego70
peor mil veces que el fuego,
un aborto del abismo.
   Un mozo sangriento y cruel,
que con tierra y cielo en guerra,
dicen que nada en la tierra75
fue respetado por él.
   Quimerista, seductor
y jugador con ventura,
no hubo para él segura
vida, ni hacienda, ni honor.80
   Así le pinta la historia,
y si tal era, por cierto
que obró cuerdamente el muerto
para ganarse la gloria.
  -[fol 69v]-  
DON JUAN
   ¿Pues cómo obró?
ESCULTOR
Dejó entera
85
su hacienda al que la empleara
—228→
en un panteón que asombrara
a la gente venidera.
   Mas con condición, que dijo,
que se enterraran en él90
los que a la mano cruel
sucumbieron de su hijo.
   Y mirad en derredor
los sepulcros de los más
de ellos.
DON JUAN
¿Y vos sois quizás
95
el conserje?
ESCULTOR
El escultor
   de estas obras encargado.
DON JUAN
¡Ah! ¿Y las habéis concluido?
ESCULTOR
Ha un mes; mas me he detenido
hasta ver ese enverjado100
   colocado en su lugar;
pues he querido impedir
que pueda el vulgo venir
este sitio a profanar.
DON JUAN

 (Mirando.) 

   ¡Bien empleó sus riquezas105
El difunto!
ESCULTOR
¡Ya lo creo!
Miradle allí.
  —229→  
DON JUAN
Ya le veo.
ESCULTOR
¿Le conocisteis?
DON JUAN
Sí.
ESCULTOR
Piezas
   son todas muy parecidas,
y a conciencia trabajadas.110
DON JUAN
¡Cierto que son extremadas!
ESCULTOR
¿Os han sido conocidas
   las personas?
DON JUAN
Todas ellas.
ESCULTOR
¿Y os parecen bien?
DON JUAN
Sin duda,
-fol. 70r-
según lo que a ver me ayuda115
el fulgor de las estrellas.
ESCULTOR
   ¡Oh! Se ven como de día
con esta luna tan clara.
Esta es mármol de Carrara.

 (Señalando a la de DON LUIS.) 

DON JUAN
¡Buen busto es el de Mejía!120
—230→
   ¡Hola! Aquí el Comendador
se representa muy bien.
ESCULTOR
Yo quise poner también
la estatua del matador
   entre sus víctimas; pero125
no pude a manos haber
su retrato. Un Lucifer
dicen que era el caballero
   don Juan Tenorio.
DON JUAN
¡Muy malo!
Mas, como pudiera hablar,130
le había algo de abonar
la estatua de don Gonzalo.
ESCULTOR
   ¿También habéis conocido
a don Juan?
DON JUAN
Mucho.
ESCULTOR
Don Diego
le abandonó desde luego135
desheredándole.
DON JUAN
Ha sido
   para don Juan poco daño
ése, porque la fortuna
va tras él desde la cuna.
  —231→  
ESCULTOR
Dicen que ha muerto.
DON JUAN
Es engaño;
140
   vive.
ESCULTOR
¿Y dónde?
DON JUAN
Aquí, en Sevilla.
ESCULTOR
¿Y no teme que el furor
-fol. 70v-
-[fol. 71r]-
-[fol. 71v]-
popular...?
DON JUAN
En su valor
no ha echado el miedo semilla.
ESCULTOR
   Mas cuando vea el lugar145
en que está ya convertido
el solar que suyo ha sido,
no osará en Sevilla estar.
DON JUAN
   Antes ver tendrá a fortuna
en su casa reunidas150
personas de él conocidas,
puesto que no odia a ninguna.
ESCULTOR
   ¿Creéis que ose aquí venir?
DON JUAN
¿Por qué no? Pienso, a mi ver,
que donde vino a nacer155
—232→
justo es que venga a morir.
   Y pues le quitan su herencia
para enterrar a éstos bien,
a él es muy justo también
que le entierren con decencia.160
ESCULTOR
   Sólo a él le está prohibida
en este panteón la entrada.
DON JUAN
Trae don Juan muy buena espada,
y no sé quién se lo impida.
ESCULTOR
   ¡Jesús! ¡Tal profanación!165
DON JUAN
Hombre es don Juan que, a querer,
volverá el palacio hacer
encima del panteón.
ESCULTOR
   ¿Tan audaz ese hombre es
que aún a los muertos se atreve?170
DON JUAN
¿Qué respetos gastar debe
con los que tendió a sus pies?
ESCULTOR
   ¿Pero no tiene conciencia
ni alma ese hombre?
DON JUAN
Tal vez no;
que al cielo una vez llamó175
con voces de penitencia,
—233→
   y el cielo en trance tan fuerte
allí mismo le metió,
que a dos inocentes dio,
para salvarse, la muerte.180
ESCULTOR
   ¡Qué monstruo, supremo Dios!
DON JUAN
Podéis estar convencido
de que Dios no le ha querido.
ESCULTOR
Tal será.

 (Aparte.) 

¿Y quién será el que a don Juan
abona con tanto brío?185
Caballero, a pesar mío,
como aguardándome están...
DON JUAN
   Idos, pues, enhorabuena.
ESCULTOR
He de cerrar.
DON JUAN
No cerréis,
y marchaos.
ESCULTOR
¿Mas no veis...?
190
DON JUAN
Veo una noche serena
   y un lugar que me acomoda
para gozar su frescura,
y aquí he de estar a mi holgura,
si pesa a Sevilla toda.195
  —234→  
ESCULTOR

 (Aparte.) 

   ¿Si acaso padecerá
de locura desvaríos?
DON JUAN

 (Dirigiéndose a las estatuas.) 

Ya estoy aquí, amigos míos.
ESCULTOR
¿No lo dije? Loco está.
  -[fol. 72r]-  
DON JUAN
   Mas, ¡cielos!, ¿qué es lo que veo?200
¡O es ilusión de mi vista,
o a doña Inés el artista
aquí representa creo!
ESCULTOR
   Sin duda.
DON JUAN
¿También murió?
ESCULTOR
Dicen que de sentimiento205
cuando de nuevo al convento
abandonada volvió
   por don Juan.
DON JUAN
¿Y yace aquí?
ESCULTOR
Sí.
DON JUAN
¿La visteis muerta vos?
ESCULTOR
Sí.
  —235→  
DON JUAN
¿Cómo estaba?
ESCULTOR
¡Por Dios,
210
que dormida la creí!
   La muerte fue tan piadosa
con su cándida hermosura,
que la envió con frescura
y las tintas de la rosa.215
DON JUAN
   ¡Ah! Mal la muerte podría
deshacer con torpe mano
el semblante soberano
que un ángel envidiaría.
   ¡Cuán bella y cuán parecida220
su efigie en el mármol es!
¡Quién pudiera, doña Inés,
volver a darte la vida!
   ¿Es obra del cincel vuestro?
ESCULTOR
Como todas las demás.225
DON JUAN
Pues bien merece algo más
un retrato tan maestro.
   Tomad.
ESCULTOR
¿Qué me dais aquí?
DON JUAN
¿No lo veis?
  —236→  
ESCULTOR
Mas... caballero...
¿por qué razón...?
DON JUAN
Porque quiero
230
yo que os acordéis de mí.
  -[fol. 72v]-  
ESCULTOR
   Mirad que están bien pagadas.
DON JUAN
Así lo estarán mejor.
ESCULTOR
Mas vamos de aquí, señor,
que aún las llaves entregadas235
   no están, y al salir la aurora
tengo que partir de aquí.
DON JUAN
Entregádmelas a mí,
y marchaos desde ahora.
ESCULTOR
   ¿A vos?
DON JUAN
A mí; ¿qué dudáis?
240
ESCULTOR
Como no tengo el honor...
DON JUAN
Ea, acabad, escultor.
ESCULTOR
Si el nombre al menos que usáis
   supiera...
  —237→  
DON JUAN
¡Viven los cielos!
Dejad a don Juan Tenorio245
velar el lecho mortuorio
en que duermen sus abuelos.
ESCULTOR
   ¡Don Juan Tenorio!
DON JUAN
Yo soy,
y si no me satisfaces,
compañía juro que haces250
a tus estatuas desde hoy.
ESCULTOR

 (Alargándole las llaves.) 

   Tomad.

 (Aparte.) 

No quiero la piel
dejar aquí entre sus manos.
Ahora que los sevillanos
se las compongan con él.255
 

(Vase.)

 

  —238→  

Escena III

 

DON JUAN, solo.

 
DON JUAN
   Mi buen padre empleó en esto
entera la hacienda mía;
hizo bien; yo al otro día
la hubiera a una carta puesto.

 (Pausa.) 

   No os podréis quejar de mí,260
vosotros a quien maté;
si buena vida os quité,
buena sepultura os dí.
-[fol. 73r]-
   ¡Magnífica es en verdad
la idea del tal panteón!265
Y... siento que el corazón
me halaga esta soledad.
   ¡Hermosa noche...! ¡Ay de mí!
¡Cuántas como ésta tan puras
en infames aventuras270
desatinado perdí!
   ¡Cuántas al mismo fulgor
de esa luna transparente,
arranqué a algún inocente
la existencia o el honor!275
—239→
   Sí; después de tantos años
cuyos recuerdos espantan,
siento que aquí se levantan

 (Señalando a la frente.) 

pensamientos en mí extraños.
   ¡Oh! Acaso me lo[s ] inspira280
desde el cielo, en donde mora,
esa sombra protectora
que por mi mal no respira.

 (Se dirige a la estatua de DOÑA INÉS, hablándola con respeto.) 

   ¡Mármol en quien doña Inés
en cuerpo sin alma existe,285
deja que el alma de un triste
llore un momento a tus pies!
De azares mil a través
conservé tu imagen pura;
y pues la mala ventura290
te asesinó de don Juan,
contempla con cuánto afán
vendrá hoy a tu sepultura.
   En ti nada más pensó
desde que se fue de ti;295
y desde que huyó de aquí,
sólo en volver meditó.
Don Juan tan sólo esperó
de doña Inés su ventura,
-[fol. 73v]-
y hoy que en pos de su hermosura300
vuelve el infeliz don Juan,
mira cuál será su afán
al dar con tu sepultura.
—240→
   Inocente doña Inés,
cuya hermosa juventud305
encerró en el ataúd
quien llorando está a tus pies;
si de esa piedra a través
puedes mirar la amargura
del alma que tu hermosura310
adoró con tanto afán,
prepara un lado a don Juan
en tu misma sepultura.
   Dios te crió por mi bien,
por ti pensé en la virtud,315
adoré su excelsitud,
y anhelé su santo Edén.
Sí; aún hoy mismo en ti también
mi esperanza se asegura,
y oigo una voz que murmura320
en derredor de don Juan
palabras con que su afán
se calma en tu sepultura.
   ¡Oh, doña Inés de mi vida!
Si esa voz con quien deliro325
es el postrimer suspiro
de tu eterna despedida;
si es que de ti desprendida
llega esa voz a la altura,
y hay un Dios tras de esa anchura330
por donde los astros van,
dile que mire a don Juan
llorando en tu sepultura.
—241→
 

(Se apoya en el sepulcro, ocultando el rostro; y mientras se conserva en esta postura, un vapor que se levanta del sepulcro oculta la estatua de DOÑA INÉS. Cuando el vapor se desvanece, la estatua ha desaparecido. DON JUAN sale de su enajenamiento.)

 
   Este mármol sepulcral
adormece mi vigor,335
y sentir creo en redor
un ser sobrenatural.
Mas... ¡cielos! ¡El pedestal
no mantiene su escultura!
¿Qué es esto? Aquella figura340
¿fue creación de mi afán?

  —242→  

Escena IV

 

DON JUAN y la SOMBRA de doña Inés. El llorón y las flores de la izquierda del sepulcro de DOÑA INÉS se cambian en una apariencia, dejando ver dentro de ella, y en medio de resplandores, la SOMBRA de doña Inés.

 
SOMBRA
No; mi espíritu, don Juan,
te aguardó en mi sepultura.
  -[fol. 74r]-  
DON JUAN

 (De rodillas.) 

   ¡Doña Inés! ¡Sombra querida,
alma de mi corazón,345
no me quites la razón
si me has de dejar la vida!
Si eres imagen fingida,
sólo hija de mi locura,
no aumentes mi desventura350
burlando mi loco afán.
SOMBRA
Yo soy doña Inés, don Juan,
que te oyó en su sepultura.
DON JUAN
   ¿Conque vives?
SOMBRA
Para ti;
—243→
mas tengo mi purgatorio355
en ese mármol mortuorio
que labraron para mí.
Yo a Dios mi alma ofrecí
en precio de tu alma impura;
y Dios, al ver la ternura360
con que te amaba mi afán,
me dijo: «Espera a don Juan
en tu misma sepultura.
   Y pues quieres ser tan fiel
a un amor de Satanás,365
con don Juan te salvarás,
o te perderás con él.
Por él vela; mas si cruel
te desprecia tu ternura,
y en su torpeza y locura370
sigue con bárbaro afán,
llévese tu alma don Juan
de tu misma sepultura».
DON JUAN

 (Fascinado.) 

   ¡Yo estoy soñando quizás
con las sombras de un Edén!375
SOMBRA
No; y ve que si piensas bien,
a tu lado me tendrás;
mas si obras mal, causarás
nuestra eterna desventura.
Y medita con cordura380
que es esta noche, don Juan,
el espacio que nos dan
—244→
para buscar sepultura.
   Adiós, pues; y en la ardua lucha
en que va a entrar tu existencia,385
-[fol. 74v]-
de tu dormida conciencia
la voz que va a alzarse escucha,
porque es de importancia mucha
meditar con sumo tiento
la elección de aquel momento390
que, sin poder evadirnos,
al mal o al bien ha de abrirnos
la losa del monumento.
 

(Se cierra la apariencia; desaparece DOÑA INÉS, y todo queda como al principio del acto, menos la estatua de DOÑA INÉS, que no vuelve a su lugar. DON JUAN queda atónito.)

 

  —245→  

Escena V

 

DON JUAN, solo.

 
DON JUAN
   ¡Cielos! ¿Qué es lo que escuché?
¡Hasta los muertos así395
dejan sus tumbas por mí!
Mas, sombra, delirio fue.
Yo en mi mente lo forjé;
la imaginación le dio
la forma en que se mostró,400
y ciego, vine a creer
en la realidad de un ser
que mi mente fabricó.
   Mas nunca de modo tal
fanatizó mi razón405
mi loca imaginación
con su poder ideal.
Sí; algo sobrenatural
vi en aquella doña Inés
tan vaporosa, a través410
aun de esa enramada espesa;
mas... ¡bah!, circunstancia es ésa
que propia de sombra es.
   ¿Qué más diáfano y sutil
—246→
que las quimeras de un sueño?415
¿Dónde hay nada más risueño,
más flexible y más gentil?
-[fol. 75r]-
¿Y no pasa veces mil
que, en febril exaltación,
ve nuestra imaginación420
como ser y realidad
la vacía vanidad
de una anhelada ilusión?
   ¡Sí, por Dios; delirio fue!
Mas su estatua estaba aquí.425
Sí; yo la vi y la toqué,
y aun en albricias le dí
al escultor, no sé qué.
¡Y ahora sólo el pedestal
veo en la urna funeral!430
¡Cielos! ¿La mente me falta,
o de improviso me asalta
algún vértigo infernal?
   ¿Qué dijo aquella visión?
¡Oh! Yo la oí claramente,435
y su voz triste y doliente
resonó en mi corazón.
¡Ah! ¡Y breves las horas son
del plazo que nos augura!
¡No, no; de mi calentura440
delirio insensato es!
Mi fiebre fue a doña Inés
quien abrió la sepultura.
   ¡Pasad y desvaneceos;
—247→
pasad, siniestros vapores445
de mis perdidos amores
y mis fallidos deseos!
¡Pasad, vanos devaneos
de un amor muerto al nacer;
no me volváis a traer450
entre vuestro torbellino
ese fantasma divino
que recuerda a una mujer!
-[fol. 75v]-
   ¡Ah!, estos sueños me aniquilan,
mi cerebro se enloquece...455
¡y esos mármoles parece
que estremecidos vacilan!
 

(Las estatuas se mueven lentamente, y vuelven la cabeza hacia él.)

 
¡Sí, sí; sus bustos oscilan,
su vago contorno medra...!
Pero don Juan no se arredra.460
¡Alzaos, fantasmas vanos,
y os volveré con mis manos
a vuestros lechos de piedra!
   No; no me causan pavor
vuestros semblantes esquivos;465
jamás, ni muertos ni vivos,
humillaréis mi valor.
Yo soy vuestro matador,
como al mundo es bien notorio;
si en vuestro alcázar mortuorio470
me aprestáis venganza fiera,
daos prisa, que aquí os espera
otra vez don Juan Tenorio.

  —248→  

Escena VI

 

DON JUAN, el Capitán CENTELLAS y AVELLANEDA.

 
CENTELLAS
   ¿Don Juan Tenorio?

 (Dentro.) 

DON JUAN

 (Volviendo en sí.) 

¿Qué es eso?
¿Quién me repite mi nombre?475
AVELLANEDA

 (Saliendo.) 

¿Veis a alguien?

 (A CENTELLAS.) 

CENTELLAS

 (Saliendo.) 

Sí; allí hay un hombre.
DON JUAN
¿Quién va?
AVELLANEDA
Él es.
CENTELLAS

  (Yéndose a DON JUAN.) 

Yo pierdo el seso
-[fol. 76r]-
   con la alegría. ¡Don Juan!
AVELLANEDA
¡Señor Tenorio!
DON JUAN
¡Apartaos,
—249→
vanas sombras!
CENTELLAS
Reportaos,
480
señor don Juan... Los que están
   en vuestra presencia ahora,
no son sombras, hombres son,
y hombres cuyo corazón
vuestra amistad atesora.485
   A la luz de las estrellas
os hemos reconocido,
y un abrazo hemos venido
a daros.
DON JUAN
Gracias, Centellas.
CENTELLAS
   Mas... ¿qué tenéis? Por mi vida490
que os tiembla el brazo, y está
vuestra faz descolorida.
DON JUAN
La luna tal vez lo hará.

 (Recobrando su aplomo.) 

AVELLANEDA
   Mas, don Juan, ¿qué hacéis aquí?
¿Este sitio conocéis?495
DON JUAN
¿No es un panteón?
CENTELLAS
¿Y sabéis
a quién pertenece?
DON JUAN
A mí;
—250→
   mirad a mi alrededor,
y no veréis más que amigos
de mi niñez, o testigos500
de mi audacia y mi valor.
CENTELLAS
   Pero os oímos hablar:
¿con quién estabais?
DON JUAN
Con ellos.
CENTELLAS
¿Venís aún a escarnecellos?
DON JUAN
No; los vengo a visitar.505
   Mas un vértigo insensato
que la mente me asaltó,
un momento me turbó;
y a fe que me dio un mal rato.
-[fol. 76v]-
   Esos fantasmas de piedra510
me amenazaban tan fieros,
que a mí acercado no haberos
pronto...
CENTELLAS
¡Ja! ¡ja! ¡ja! ¿Os arredra,
   don Juan, como a los villanos,
el temor de los difuntos?515
DON JUAN
No a fe; contra todos juntos
tengo aliento y tengo manos.
   Si volvieran a salir
de las tumbas en que están,
—251→
a las manos de don Juan520
volverían a morir.
   Y desde aquí en adelante
sabed, señor capitán,
que yo soy siempre don Juan,
y no hay cosa que me espante.525
   Un vapor calenturiento
un punto me fascinó,
Centellas, mas ya pasó;
cualquiera duda un momento.
AVELLANEDA y
CENTELLAS
   Es verdad.
DON JUAN
Vamos de aquí.
530
CENTELLAS
Vamos, y nos contaréis
cómo a Sevilla volvéis
tercera vez.
DON JUAN
Lo haré así.
   Si mi historia os interesa,
a fe que oírse merece,535
aunque mejor me parece
que la oigáis de sobremesa.
   ¿No opináis...?
AVELLANEDA y
CENTELLAS
Como gustéis.
  -[fol. 77r]-  
DON JUAN
Pues bien; cenaréis conmigo,
y en mi casa.
  —252→  
CENTELLAS
Pero digo:
540
¿es cosa de que dejéis
   algún huésped por nosotros?
¿No tenéis gato encerrado?
DON JUAN
¡Bah! Si apenas he llegado;
no habrá allí más que vosotros545
   esta noche.
CENTELLAS
¿Y no hay tapada
a quien algún plantón demos?
DON JUAN
Los tres solos cenaremos.
Digo, si de esta jornada
   no quiere igualmente ser550
alguno de éstos.

 (Señalando a las estatuas de los sepulcros.) 

CENTELLAS
Don Juan,
dejad tranquilos yacer
a los que con Dios están.
DON JUAN
   ¡Hola! ¿Parece que vos
sois ahora el que teméis555
y mala cara ponéis
a los muertos? ¡Mas, por Dios,
   que ya que de mí os burlasteis
cuando me visteis así,
en lo que penda de mí560
—253→
os mostraré cuánto errasteis!
   Por mí, pues, no ha de quedar;
y, a poder ser, estad ciertos
que cenaréis con los muertos,
y os los voy a convidar.565
AVELLANEDA
   Dejaos de esas quimeras.
DON JUAN
¿Duda en mi valor ponerme,
cuando hombre soy para hacerme
platos de sus calaveras?
   Yo a nada tengo pavor;570
 

(Dirigiéndose a la ESTATUA de don Gonzalo, que es la que tiene más cerca.)

 
tú eres el más ofendido:
-[fol. 77v]-
mas, si quieres, te convido
a cenar, Comendador.
   Que no lo puedas hacer
creo, y es lo que me pesa;575
mas, por mi parte, en la mesa
te haré un cubierto poner.
   Y a fe que favor me harás,
pues podré saber de ti
si hay más mundo que el de aquí580
y otra vida, en que jamás,
a decir verdad, creí.
CENTELLAS
   Don Juan, eso no es valor:
locura, delirio es.
  —254→  
DON JUAN
Como lo juzguéis mejor;585
yo cumplo así. Vamos, pues.
Lo dicho, Comendador.

imagen




  —255→     -[fol. 78r]-     -[fol. 78v]-     -[fol. 79r]-  

ArribaAbajoActo II

La estatua de don Gonzalo


  —256→     -[fol. 79v]-    

DON JUAN, CENTELLAS, AVELLANEDA, CIUTTI, la SOMBRA de doña Inés, la ESTATUA de don Gonzalo.

    -fol. 80r-    

Aposento de DON JUAN Tenorio. Dos puertas en el fondo a derecha e izquierda preparadas para el juego escénico del acto. Otra puerta en el bastidor que cierra la decoración por la izquierda. Ventana en el de la derecha. Al alzarse el telón están sentados a la mesa DON JUAN, CENTELLAS y AVELLANEDA. La mesa ricamente servida, el mantel cogido con guirnaldas de flores, etc. Enfrente del espectador, DON JUAN, y a su izquierda AVELLANEDA; en el lado izquierdo de la mesa, CENTELLAS, y en el de enfrente de éste, una silla y un cubierto desocupado.

    —257→  

imagen


Escena I

 

DON JUAN, el Capitán CENTELLAS, AVELLANEDA, CIUTTI y un PAJE.

 
DON JUAN
   Tal es mi historia, señores;
pagado de mi valor,
quiso el mismo Emperador
dispensarme sus favores.
   Y aunque oyó mi historia entera,5
dijo: «Hombre de tanto brío
merece el amparo mío;
vuelva a España cuando quiera»;
—258→
   y heme aquí en Sevilla ya.
CENTELLAS
¡Y con qué lujo y riqueza!10
DON JUAN
Siempre vive con grandeza
quien hecho a grandeza está.
CENTELLAS
   A vuestra vuelta.
DON JUAN
Bebamos.
CENTELLAS
Lo que no acierto a creer
es cómo llegando ayer15
ya establecido os hallamos.
DON JUAN
   Fue el adquirirme, señores,
tal casa con tal boato,
porque se vendió a barato
para pago de acreedores.20
   Y como al llegar aquí
desheredado me hallé,
tal como está la compré.
CENTELLAS
¿Amueblada y todo?
DON JUAN
Sí;
   un necio que se arruinó25
por una mujer, vendiola.
CENTELLAS
¿Y vendió la hacienda sola?
  —259→  
DON JUAN
Y el alma al diablo.
CENTELLAS
¿Murió?
DON JUAN
   De repente; y la justicia,
que iba a hacer de cualquier modo30
pronto despacho de todo,
viendo que yo su codicia
   saciaba, pues los dineros
ofrecía dar al punto,
cediome el caudal por junto35
y estafó a los usureros.
  -fol. 80v-  
CENTELLAS
   Y la mujer, ¿qué fue de ella?
DON JUAN
Un escribano la pista
la siguió, pero fue lista
y escapó.
CENTELLAS
¿Moza?
DON JUAN
Y muy bella.
40
CENTELLAS
   Entrar hubiera debido
en los muebles de la casa.
DON JUAN
Don Juan Tenorio no pasa
moneda que se ha perdido.
   Casa y bodega he comprado;45
—260→
dos cosas que, no os asombre,
pueden bien hacer a un hombre
vivir siempre acompañado;
   como lo puede mostrar
vuestra agradable presencia,50
que espero que con frecuencia
me hagáis ambos disfrutar.
CENTELLAS
   Y nos haréis honra inmensa.
DON JUAN
Y a mí vos. ¡Ciutti!
CIUTTI
Señor.
DON JUAN
Pon vino al Comendador.55

 (Señalando al vaso del puesto vacío.) 

CENTELLAS
Don Juan, ¿aún en eso piensa
   vuestra locura?
DON JUAN
¡Sí, a fe!
Que si él no puede venir,
de mí no podréis decir
que en ausencia no le honré.60
CENTELLAS
   ¡Ja! ¡ja! ¡ja! Señor Tenorio,
creo que vuestra cabeza
va menguando en fortaleza.
DON JUAN
Fuera en mí contradictorio
—261→
-[fol. 81r]-
   y ajeno de mi hidalguía65
a un amigo convidar,
y no guardarle el lugar
mientras que llegar podría.
   Tal ha sido mi costumbre
siempre, y siempre ha de ser ésa;70
y al mirar sin él la mesa,
me da en verdad pesadumbre.
   Porque si el Comendador
es difunto tan tenaz
como vivo, es muy capaz75
de seguirnos el humor.
CENTELLAS
   Brindemos a su memoria,
y más en él no pensemos.
DON JUAN
Sea.
CENTELLAS
Brindemos.
AVELLANEDA y
DON JUAN
Brindemos.
CENTELLAS
A que Dios le dé su gloria.80
DON JUAN
   Mas yo, que no creo que haya
más gloria que esta mortal,
no hago mucho en brindis tal;
mas por complaceros, ¡vaya!
   Y brindo a que Dios te dé85
la gloria, Comendador.
—262→
 

(Mientras beben se oye lejos un aldabonazo, que se supone dado en la puerta de la calle.)

 
Mas, ¿llamaron?
CIUTTI
Sí, señor.
DON JUAN
Ve quién.
CIUTTI

 (Asomándose por la ventana.) 

A nadie se ve.
   ¿Quién va allá? Nadie responde.
CENTELLAS
Algún chusco.
AVELLANEDA
Algún menguado
90
que al pasar habrá llamado
sin mirar siquiera dónde.
DON JUAN

  (A CIUTTI.) 

   Pues cierra y sirve licor.
 

(Llaman otra vez más recio.)

 
Mas llamaron otra vez.
CIUTTI
Sí.
DON JUAN
Vuelve a mirar.
CIUTTI
¡Pardiez!
95
A nadie veo, señor.
DON JUAN
   Pues, por Dios, que del bromazo
quien es no se ha de alabar.
—263→
-[fol. 81v]-
Ciutti, si vuelve a llamar,
suéltale un pistoletazo.100
 

(Llaman otra vez, y se oye un poco más cerca.)

 
   ¿Otra vez?
CIUTTI
¡Cielos!
AVELLANEDA y
CENTELLAS
¿Qué pasa?
CIUTTI
Que esa aldabada postrera
ha sonado en la escalera,
no en la puerta de la casa.
AVELLANEDA y
CENTELLAS
   ¿Qué dices?

 (Levantándose asombrados.) 

CIUTTI
Digo lo cierto,
105
nada más; dentro han llamado
de la casa.
DON JUAN
¿Qué os ha dado?
¿Pensáis que sea ya el muerto?
   Mis armas cargué con bala;
Ciutti, sal a ver quién es.110
 

(Vuelven a llamar más cerca.)

 
AVELLANEDA
¿Oisteis?
CIUTTI
Por San Ginés,
que eso ha sido en la antesala.
  —264→  
DON JUAN
   ¡Ah! Ya lo entiendo, me habéis
vosotros mismos dispuesto
esta comedia, supuesto115
que lo del muerto sabéis.
AVELLANEDA
   Yo os juro, don Juan...
CENTELLAS
Y yo.
DON JUAN
¡Bah! Diera en ello el más topo;
y apuesto a que ese galopo
los medios para ello os dio.120
AVELLANEDA
   Señor don Juan, escondido
algún misterio hay aquí.
 

(Vuelven a llamar más cerca.)

 
CENTELLAS
¡Llamaron otra vez!
CIUTTI
Sí,
y ya en el salón ha sido.
  -[fol. 82r]-  
DON JUAN
   ¡Ya! Mis llaves en manojo125
habréis dado a la fantasma,
y que entre así no me pasma;
mas no saldrá a vuestro antojo,
   ni me han de impedir cenar
vuestras farsas desdichadas.130
—265→
 

(Se levanta y corre los cerrojos de la puerta del fondo, volviendo a su lugar.)

 
Ya están las puertas cerradas;
ahora el coco, para entrar,
   tendrá que echarlas al suelo,
y en el punto que lo intente,
que con los muertos se cuente,135
y apele después al cielo.
CENTELLAS
   ¡Qué diablos, tenéis razón!
DON JUAN
¿Pues no temblabais?
CENTELLAS
Confieso
que en tanto que no dí en eso,
tuve un poco de aprensión.140
DON JUAN
   ¿Declaráis, pues, vuestro enredo?
AVELLANEDA
Por mi parte nada sé.
CENTELLAS
Ni yo.
DON JUAN
Pues yo volveré
contra el inventor el miedo.
   Mas, sigamos con la cena;145
vuelva cada uno a su puesto,
que luego sabremos de esto.
AVELLANEDA
Tenéis razón.
  —266→  
DON JUAN

  (Sirviendo a CENTELLAS.) 

Cariñena;
   sé que os gusta, capitán.
CENTELLAS
Como que somos paisanos.150
DON JUAN

  (A AVELLANEDA, sirviéndole de otra botella.) 

Jerez a los sevillanos,
don Rafael.
AVELLANEDA
Hais, don Juan,
   dado a entrambos por el gusto;
mas, ¿con cuál brindaréis vos?
DON JUAN
Yo haré justicia a los dos.155
CENTELLAS
Vos siempre estáis en lo justo.
  -[fol. 82v]-  
  -[fol. 83r]-  
  -[fol. 83v]-  
DON JUAN
   Sí, a fe; bebamos.
AVELLANEDA y
CENTELLAS
Bebamos.
 

(Llaman a la misma puerta de la escena, fondo derecha.)

 
DON JUAN
Pesada me es ya la broma;
mas veremos quién asoma
mientras en la mesa estamos.160

 (A CIUTTI, que se manifiesta asombrado.) 

   ¿Y qué haces tú ahí, bergante?
¡Listo! Trae otro manjar;
 

(Vase CIUTTI.)

 
mas me ocurre en este instante
—267→
que nos podemos mofar
   de los de afuera, invitándoles165
a probar su sutileza,
entrándose hasta esta pieza
y sus puertas no franqueándoles.
AVELLANEDA
   Bien dicho.
CENTELLAS
Idea brillante.
 

(Llaman fuerte, fondo derecha.)

 
DON JUAN
¡Señores! ¿A qué llamar?170
Los muertos se han de filtrar
por la pared; adelante.
 

(La ESTATUA de don Gonzalo pasa por la puerta, sin abrirla y sin hacer ruido.)

 

  —268→  

Escena II

 

DON JUAN, CENTELLAS, AVELLANEDA y la ESTATUA de don Gonzalo.

 
CENTELLAS
   ¡Jesús!
AVELLANEDA
¡Dios mío!
DON JUAN
¡Qué es esto!
AVELLANEDA
Yo desfallezco.

 (Cae desvanecido.) 

  -[fol. 84r]-  
CENTELLAS
Yo expiro.

 (Cae lo mismo.) 

DON JUAN
¡Es realidad, o deliro!175
Es su figura... su gesto.
ESTATUA
   ¿Por qué te causa pavor
quien convidado a tu mesa
viene por ti?
DON JUAN
¡Dios! ¿No es ésa
la voz del Comendador?180
  —269→  
ESTATUA
   Siempre supuse que aquí
no me habías de esperar.
DON JUAN
Mientes, porque hice arrimar
esa silla para ti.
   Llega, pues, para que veas185
que, aunque dudé en un extremo
de sorpresa, no te temo,
aunque el mismo Ulloa seas.
ESTATUA
   ¿Aún lo dudas?
DON JUAN
No lo sé.
ESTATUA
Pon, si quieres, hombre impío,190
tu mano en el mármol frío
de mi estatua.
DON JUAN
¿Para qué?
   Me basta oírlo de ti;
cenemos, pues; mas te advierto...
ESTATUA
¿Qué?
DON JUAN
Que si no eres el muerto,
195
lo vas a salir de aquí.
   ¡Ea! Alzad.

 (A CENTELLAS y a AVELLANEDA.) 

ESTATUA
No pienses, no,
—270→
que se levanten, don Juan,
porque en sí no volverán
hasta que me ausente yo.200
   Que la divina clemencia
del Señor para contigo,
no requiere más testigo
que tu juicio y tu conciencia.
-[fol. 84v]-
   Al sacrílego convite205
que me has hecho en el panteón,
para alumbrar tu razón
Dios asistir me permite.
   Y heme que vengo en su nombre
a enseñarte la verdad;210
y es: que hay una eternidad
tras de la vida del hombre.
   Que numerados están
los días que has de vivir,
y que tienes que morir215
mañana mismo, don Juan.
   Mas, como esto que a tus ojos
está pasando, supones
ser del alma aberraciones
y de la aprensión antojos,220
   Dios en su santa clemencia
te concede todavía
un plazo hasta el nuevo día
para ordenar tu conciencia.
   Y su justicia infinita225
por que conozcas mejor,
espero de tu valor
—271→
que me pagues la visita.
   ¿Irás, don Juan?
DON JUAN
Iré, sí;
mas me quiero convencer230
de lo vago de tu ser
antes que salgas de aquí.

 (Coge una pistola.) 

ESTATUA
   Tu necio orgullo delira,
don Juan; los hierros más gruesos
y los muros más espesos235
se abren a mi paso; mira.
 

(Desaparece la ESTATUA sumiéndose por la pared.)

 

  —272→  

Escena III

 

DON JUAN, AVELLANEDA y CENTELLAS.

 
DON JUAN
   ¡Cielos! ¡Su esencia se trueca
el muro hasta penetrar
-[fol. 85r]-
cual mancha de agua que seca
el ardor canicular!240
   ¿No me dijo: «El mármol toca
de mi estatua»? ¿Cómo, pues,
se desvanece una roca?
¡Imposible! Ilusión es.
   Acaso su antiguo dueño245
mis cubas envenenó,
y el licor tan vano ensueño
en mi mente levantó.
   Mas si estas que sombras creo
espíritus reales son250
que por celestial empleo
llaman a mi corazón,
   entonces, para que iguale
su penitencia don Juan
con sus delitos, ¿qué vale255
el plazo ruin que le dan...?
—273→
   ¡Dios me da tan sólo un día...!
Si fuese Dios en verdad,
a más distancia pondría
su aviso a mi eternidad.260
   «Piensa bien que al lado tuyo
me tendrás...», dijo de Inés
la sombra; y si bien arguyo,
pues no la veo, sueño es.
 

(Transparéntase en la pared la SOMBRA de doña Inés.)

 

  —274→  

Escena IV

 

DON JUAN, la SOMBRA de doña Inés, CENTELLAS y AVELLANEDA dormidos.

 
SOMBRA
   Aquí estoy.
DON JUAN
¡Cielos!
SOMBRA
Medita
265
lo que al buen Comendador
has oído, y ten valor
-[fol. 85v]-
para acudir a su cita.
Un punto se necesita
para morir con ventura:270
elígele con cordura,
porque mañana, don Juan,
nuestros cuerpos dormirán
en la misma sepultura.
 

(Desaparece la SOMBRA.)

 

  —275→  

Escena V

 

DON JUAN, CENTELLAS y AVELLANEDA.

 
DON JUAN
   Tente, doña Inés, espera;275
y si me amas en verdad,
hazme al fin la realidad
distinguir de la quimera.
Alguna más duradera
señal dame, que segura280
me pruebe que no es locura
lo que imagina mi afán,
para que baje don Juan
tranquilo a la sepultura.
   Mas ya me irrita, por Dios,285
el verme siempre burlado,
corriendo desatentado
de varias sombras en pos.
   ¡Oh! Tal vez todo esto ha sido
por estos dos preparado,290
y mientras se ha ejecutado
su privación han fingido.
   Mas, por Dios, que, si es así,
se han de acordar de don Juan.
—276→
¡Eh! don Rafael, capitán,295
ya basta: alzaos de ahí.
 

(DON JUAN mueve a CENTELLAS y a AVELLANEDA, que se levantan como quien vuelve de un profundo sueño.)

 
CENTELLAS
   ¿Quién va?
DON JUAN
Levantad.
  -[fol. 86r]-  
AVELLANEDA
¿Qué pasa?
Hola, ¿sois vos?
CENTELLAS
¿Dónde estamos?
DON JUAN
Caballeros, claro vamos.
Yo os he traído a mi casa,300
   y temo que a ella al venir
con artificio apostado
habéis sin duda pensado
a costa mía reír;
   mas basta ya de ficción,305
y concluid de una vez.
CENTELLAS
Yo no os entiendo.
AVELLANEDA
¡Pardiez!
Tampoco yo.
DON JUAN
En conclusión:
   ¿nada habéis visto ni oído?
  —277→  
AVELLANEDA y
CENTELLAS
¿De qué?
DON JUAN
No finjáis más.
310
CENTELLAS
Yo no he fingido jamás,
señor don Juan.
DON JUAN
¡Habrá sido
   realidad! ¿Contra Tenorio
las piedras se han animado,
y su vida han acortado315
con plazo tan perentorio?
   Hablad, pues, por compasión.
CENTELLAS
¡Voto va Dios! ¡Ya comprendo
lo que pretendéis!
DON JUAN
Pretendo
que me deis una razón320
   de lo que ha pasado aquí,
señores, o juro a Dios
que os haré ver a los dos
que no hay quien me burle a mí.
CENTELLAS
   Pues ya que os formalizáis,325
don Juan, sabed que sospecho
que vos la burla habéis hecho
de nosotros.
  —278→  
  -[fol. 86v]-  
DON JUAN
¡Me insultáis!
CENTELLAS
   No, por Dios; mas si cerrado
seguís en que aquí han venido330
fantasmas, lo sucedido
oíd cómo me he explicado.
   Yo he perdido aquí del todo
los sentidos, sin exceso
de ninguna especie, y eso335
lo entiendo yo de este modo.
DON JUAN
   A ver, decídmelo, pues.
CENTELLAS
Vos habéis compuesto el vino,
semejante desatino
para encajarnos después.340
DON JUAN
   ¡Centellas!
CENTELLAS
Vuestro valor
al extremo por mostrar,
convidasteis a cenar
con vos al Comendador.
   Y para poder decir345
que a vuestro convite exótico
asistió, con un narcótico
nos habéis hecho dormir.
   Si es broma, puede pasar;
mas a ese extremo llevada,350
—279→
ni puede probarnos nada,
ni os la hemos de tolerar.
AVELLANEDA
   Soy de la misma opinión.
DON JUAN
¡Mentís!
CENTELLAS
Vos.
DON JUAN
Vos, capitán.
CENTELLAS
Esa palabra, don Juan...355
DON JUAN
La he dicho de corazón.
   Mentís; no son a mis bríos
menester falsos portentos,
porque tienen mis alientos
su mejor prueba en ser míos.360
  -[fol. 87r]-  
AVELLANEDA y
CENTELLAS
   Veamos.

 (Ponen mano a las espadas.) 

DON JUAN
Poned a tasa
vuestra furia, y vamos fuera,
no piense después cualquiera
que os asesiné en mi casa.
AVELLANEDA
   Decís bien... mas somos dos.365
CENTELLAS
Reñiremos, si os fiáis,
el uno del otro en pos.
  —280→  
DON JUAN
O los dos, como queráis.
CENTELLAS
   ¡Villano fuera, por Dios!
Elegid uno, don Juan,370
por primero.
DON JUAN
Sedlo vos.
CENTELLAS
Vamos.
DON JUAN
Vamos, capitán.

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  —281→     -[fol. 87v]-     -[fol. 88r]-     -[fol. 88v]-     -[fol. 89r]-  

ArribaAbajoActo III

  —282→    

DON JUAN, la ESTATUA de don Gonzalo, DOÑA INÉS.

   

Sombras, estatuas, espectros, ángeles.

    -[fol. 89v]-     -fol. 90r-    

Panteón de la familia Tenorio. Como estaba en el acto primero de la segunda parte, menos las estatuas de DOÑA INÉS y DON GONZALO, que no están en su lugar.

    —283→  

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Escena I

 

DON JUAN, embozado y distraído, entra en la escena lentamente.

 
DON JUAN
   Culpa mía no fue; delirio insano
me enajenó la mente acalorada.
—284→
Necesitaba víctimas mi mano
que inmolar a mi fe desesperada,
   y al verlos en mitad de mi camino,5
presa les hice allí de mi locura.
¡No fui yo, vive Dios! ¡Fue su destino!
Sabían mi destreza y mi ventura.
   ¡Oh! Arrebatado el corazón me siento
por vértigo infernal... Mi alma perdida10
va cruzando el desierto de la vida
cual hoja seca que arrebata el viento.
   Dudo... temo... vacilo... en mi cabeza
siento arder un volcán... muevo la planta
sin voluntad, y humilla mi grandeza15
un no sé qué de grande que me espanta.

 (Un momento de pausa.) 

   Jamás mi orgullo concibió que hubiere
Nada más que el valor... Que se aniquila
el alma con el cuerpo cuando muere
creí... mas hoy mi corazón vacila.20
-fol. 90v-
   ¡Jamás creí en fantasmas...! ¡Desvaríos!
Mas del fantasma aquel, pese a mi aliento
los pies de piedra caminando siento
por doquiera que voy tras de los míos.
   ¡Oh! Y me trae a este sitio irresistible25
misterioso poder...
 

(Levanta la cabeza y ve que no está en su pedestal la ESTATUA de don Gonzalo.)

 
Pero, ¡qué veo!
¡Falta de allí su estatua...! Sueño horrible,
déjame de una vez... ¡No, no te creo!
—285→
   Sal; huye de mi mente fascinada,
fatídica ilusión... estás en vano30
con pueriles asombros empeñada
en agotar mi aliento sobrehumano.
   Si todo es ilusión, mentido sueño,
nadie me ha de aterrar con trampantojos;
si es realidad, querer es necio empeño35
aplacar de los cielos los enojos.
   No; sueño o realidad, del todo anhelo
vencerle o que me venza; y si piadoso
busca tal vez mi corazón el cielo,
que le busque más franco y generoso.40
   La efigie de esa tumba me ha invitado
a venir a buscar prueba más cierta
de la verdad en que dudé obstinado...
Heme aquí, pues; Comendador, despierta.
 

(Llama al sepulcro del Comendador. Este sepulcro se cambia en   -[fol. 91r]-   una mesa, que parodia horriblemente la mesa en que comieron, en el acto anterior, DON JUAN, CENTELLAS y AVELLANEDA. En vez de las guirnaldas que cogían en pabellones sus manteles, de sus flores y lujoso servicio, culebras, huesos y fuego, etc. (A gusto del pintor.) Encima de esta mesa aparece un plato de ceniza, una copa de fuego y un reloj de arena. Al cambiarse este sepulcro, todos los demás se abren y dejan paso a las osamentas de las personas que se suponen enterradas en ellos, envueltas en sus sudarios. Sombras, espectros y espíritus pueblan el fondo de la escena. La tumba de DOÑA INÉS permanece.)

 

  —286→  

Escena II

 

DON JUAN, la ESTATUA de don Gonzalo y las sombras.

 
ESTATUA
   Aquí me tienes, don Juan,45
y he aquí que vienen conmigo
los que tu eterno castigo
de Dios reclamando están.
DON JUAN
   ¡Jesús!
ESTATUA
¿Y de qué te alteras,
si nada hay que a ti te asombre,50
y para hacerte eres hombre
platos con sus calaveras?
DON JUAN
   ¡Ay de mí!
ESTATUA
¿Qué? ¿El corazón
te desmaya?
DON JUAN
No lo sé;
—287→
concibo que me engañé;55
no son sueños... ¡ellos son!

 (Mirando a los espectros.) 

-[fol. 91v]-
   Pavor jamás conocido
el alma fiera me asalta,
y aunque el valor no me falta,
me va faltando el sentido.60
ESTATUA
   Eso es, don Juan, que se va
concluyendo tu existencia,
y el plazo de tu sentencia
fatal ha llegado ya.
DON JUAN
   ¡Qué dices!
ESTATUA
Lo que hace poco
65
que doña Inés te avisó,
lo que te he avisado yo,
y lo que olvidaste loco.
   Mas el festín que me has dado
debo volverte, y así,70
llega, don Juan, que yo aquí
cubierto te he preparado.
DON JUAN
   ¿Y qué es lo que ahí me das?
ESTATUA
Aquí fuego, allí ceniza.
DON JUAN
El cabello se me eriza.75
  —288→  
ESTATUA
Te doy lo que tú serás.
DON JUAN
   ¡Fuego y ceniza he de ser!
ESTATUA
Cual los que ves en redor;
en eso para el valor,
la juventud y el poder.80
DON JUAN
   ¡Ceniza bien; pero fuego...!
ESTATUA
El de la ira omnipotente,
do arderás eternamente
por tu desenfreno ciego.
  -[fol. 92r]-  
DON JUAN
   ¿Conque hay otra vida más85
y otro mundo que el de aquí?
¿Conque es verdad, ¡ay de mí!,
lo que no creí jamás?
   ¡Fatal verdad que me hiela
la sangre en el corazón!90
¡Verdad que mi perdición
solamente me revela!
   ¿Y ese reloj?
ESTATUA
Es la medida
de tu tiempo.
DON JUAN
¿Expira ya?
  —289→  
ESTATUA
Sí; en cada grano se va95
un instante de tu vida.
DON JUAN
   ¿Y esos me quedan no más?
ESTATUA
Sí.
DON JUAN
¡Injusto Dios! Tu poder
me haces ahora conocer,
cuando tiempo no me das100
   de arrepentirme.
ESTATUA
Don Juan,
un punto de contrición
da a un alma la salvación,
y ese punto aún te le dan.
DON JUAN
   ¡Imposible! ¡En un momento105
borrar treinta años malditos
de crímenes y delitos!
ESTATUA
Aprovéchale con tiento,
 

(Tocan a muerto.)

 
   porque el plazo va a expirar,
y las campanas doblando110
-[fol. 92v]-
por ti están, y están cavando
la fosa en que te han de echar.
 

(Se oye a lo lejos el oficio de difuntos.)

 
DON JUAN
   ¿Conque por mí doblan?
  —290→  
ESTATUA
Sí.
DON JUAN
¿Y esos cantos funerales?
ESTATUA
Los salmos penitenciales115
que están cantando por ti.
 

(Se ve pasar por la izquierda luz de hachones, y rezan dentro.)

 
DON JUAN
   ¿Y aquel entierro que pasa?
ESTATUA
Es el tuyo.
DON JUAN
¡Muerto yo!
ESTATUA
El capitán te mató
a la puerta de tu casa.120
DON JUAN
   Tarde la luz de la fe
penetra en mi corazón,
pues crímenes mi razón
a su luz tan sólo ve.
   Los ve... y con horrible afán,125
porque al ver su multitud,
ve a Dios en su plenitud
de su ira contra don Juan.
   ¡Ah! Por doquiera que fui,
la razón atropellé,130
la virtud escarnecí
y a la justicia burlé.
—291→
Y emponzoñé cuanto vi,
   y a las cabañas bajé,
y a los palacios subí,135
-[fol. 93r]-
y los claustros escalé;
y pues tal mi vida fue,
no, no hay perdón para mí.
   ¡Mas ahí estáis todavía

 (A los fantasmas.) 

Con quietud tan pertinaz!140
Dejadme morir en paz
a solas con mi agonía.
   Mas con esa horrenda calma,
¿qué me auguráis, sombras fieras?
¿Qué esperáis de mí?
ESTATUA
Que mueras
145
para llevarse tu alma.
   Y adiós, don Juan; ya tu vida
toca a su fin, y pues vano
todo fue, dame la mano
en señal de despedida.150
DON JUAN
   ¿Muéstrasme ahora amistad?
ESTATUA
Sí; que injusto fui contigo,
y Dios me manda tu amigo
volver a la eternidad.
DON JUAN
   Toma, pues.
ESTATUA
Ahora, don Juan,
155
—292→
pues desperdicias también
el momento que te dan,
conmigo al infierno ven.
DON JUAN
   ¡Aparta, piedra fingida!
Suelta, suéltame esa mano,160
que aún queda el último grano
en el reloj de mi vida.
-[fol. 93v]-
   Suéltala, que si es verdad
que un punto de contrición
da a un alma la salvación165
de toda una eternidad,
   yo, santo Dios, creo en ti;
si es mi maldad inaudita,
tu piedad es infinita...
¡Señor, ten piedad de mí!170
ESTATUA
Ya es tarde.
 

(DON JUAN se hinca de rodillas, tendiendo al cielo la mano que le deja libre la ESTATUA. Las sombras, esqueletos, etc., van a abalanzarse sobre él, en cuyo momento se abre la tumba de DOÑA INÉS y aparece ésta. DOÑA INÉS toma la mano que DON JUAN tiende al cielo.)

 

  —293→  

Escena III

 

DON JUAN, la ESTATUA de don Gonzalo, DOÑA INÉS, sombras, etc.

 
DOÑA INÉS
No; heme ya aquí,
don Juan; mi mano asegura
esta mano que a la altura
tendió tu contrito afán,
y Dios perdona a don Juan175
al pie de mi sepultura.
DON JUAN
   ¡Dios clemente! ¡Doña Inés!
DOÑA INÉS
Fantasmas, desvaneceos:
-[fol. 94r]-
Su fe nos salva... volveos
a vuestros sepulcros, pues180
la voluntad de Dios es;
de mi alma con la amargura
purifiqué su alma impura,
y Dios concedió a mi afán
la salvación de don Juan185
al pie de la sepultura.
  —294→  
DON JUAN
   ¡Inés de mi corazón!
DOÑA INÉS
Yo mi alma he dado por ti,
y Dios te otorga por mí
tu dudosa salvación.190
-[fol. 94v]-
Misterio es que en comprensión
no cabe de criatura,
y sólo en vida más pura
los justos comprenderán
que el amor salvó a don Juan195
al pie de la sepultura.
   Cesad, cantos funerales;
 

(Cesa la música y salmodia.)

 
callad, mortuorias campanas;
 

(Dejan de tocar a muerto.)

 
ocupad, sombras livianas,
vuestras urnas sepulcrales;200
 

(Vuelven los esqueletos a sus tumbas, que se cierran.)

 
volved a los pedestales
animadas esculturas;
 

(Vuelven las estatuas a sus lugares.)

 
y las celestes venturas
en que los justos están,
empiecen para don Juan205
en las mismas sepulturas.
 

(Las flores se abren y dan paso a varios angelitos, que rodean a DOÑA INÉS y a DON JUAN, derramando sobre ellos flores y perfumes, y al son de una música dulce y lejana, se ilumina el teatro con luz de aurora. DOÑA INÉS cae sobre un lecho de flores, que quedará a la vista, en lugar de su tumba, que desaparece.)

 

  —295→  

Escena IV

 

DOÑA INÉS, DON JUAN y los ángeles.

 
DON JUAN
   Clemente Dios, ¡gloria a Ti!
Mañana a los sevillanos
aterrará el creer que a manos
de mis víctimas caí.210
Mas es justo; quede aquí
al universo notorio,
que pues me abre el purgatorio
un punto de penitencia,
—296→
es el Dios de la clemencia215
el Dios de DON JUAN TENORIO.
 

(Cae DON JUAN a los pies de DOÑA INÉS, y mueren ambos. De sus bocas salen sus almas, representadas en dos brillantes llamas que se pierden en el espacio al son de la música. Cae el telón.)

 

imagen






  -fol. 95r-     -fol. 95v-     -[fol. Ir]-     -[fol. Iv]-     -[fol. IIr]-     -[fol. IIv]-     -fol. 1r-     -fol. 1v-     -fol. 2r-     -fol. 2v-     -fol. 3r-     -fol. 3v-     -fol. 4r-     -fol. 4v-     -fol. 5r-     -fol. 5v-     -fol. 6r-     -fol. 6v-     -fol. 7r-     -fol. 7v-     -fol. 8r-     -fol. 8v-     -fol. 9r-     -fol. 9v-  

  —297→  

ArribaA la memoria desgraciada del joven literato DON Mariano José de Larra



   Ese vago clamor que rasga el viento
es la voz funeral de una campana:
vano remedo del postrer lamento
de un cadáver sombrío y macilento
que en sucio polvo dormirá mañana.  5

   Acabó su misión sobre la tierra,
y dejó su existencia carcomida,
como una virgen al placer perdida
cuelga el profano velo en el altar.
Miró en el tiempo el porvenir vacío,  10
vacío ya de ensueños y de gloria,
y se entregó a ese sueño sin memoria,
¡que nos lleva a otro mundo a despertar!
—298→

   Era una flor que marchitó el estío,
era una fuente que agotó el verano;  15
ya no se siente su murmullo vano,
ya está quemado el tallo de la flor.
Todavía su aroma se percibe,
y ese verde color de la llanura,
ese manto de hierba y de frescura  20
hijos son del arroyo creador.

   Que el poeta en su misión,
sobre la tierra que habita
es una planta maldita
con frutos de bendición.  25

   Duerme en paz en la tumba solitaria
donde no llegue a tu cegado oído
más que la triste y funeral plegaria
que otro poeta cantará por ti.
Esta será una ofrenda de cariño  30
más grata, sí, que la oración de un hombre,
pura como la lágrima de un niño,
¡memoria del poeta que perdí!

   Si existe un remoto cielo
de los poetas mansión,  35
y sólo le queda al suelo
ese retrato de hielo,
fetidez y corrupción;
—299→

   ¡digno presente por cierto
se deja a la amarga vida!  40
¡Abandonar un desierto
y darle a la despedida
la fea prenda de un muerto!

   Poeta, si en el no ser
hay un recuerdo de ayer,  45
una vida como aquí
detrás de ese firmamento...
Conságrame un pensamiento
como el que tengo de ti.

NOTA DEL EDITOR: Las anteriores estrofas fueron leídas por DON José Zorrilla en el entierro del malogrado literato DON Mariano José de Larra, a las que alude el Sr. Pastor Díaz en el prólogo que sirve de encabezamiento a esta obra.