Escena
II
|
|
MALUENDA y
JUAN DE
COLONIA.
|
COLONIA |
Muy buenas
noches, señor |
|
prebendado. |
|
|
MALUENDA |
¿Qué tenemos,
|
|
mi buen Colonia? ¿A estas
horas |
|
vos por esta casa? |
|
|
COLONIA |
Vengo,
|
20 |
á ver á Juan; pero mi
hijo |
|
Simón me ha dado el
consejo |
|
de que á hablar no entrara
á Juan |
|
sin hablar con vos primero. |
|
|
|
MALUENDA |
Y el consejo fué bien
dado. |
25 |
|
|
COLONIA |
Pues ¿qué es lo que
hay?¿Está enfermo? |
|
|
|
MALUENDA |
Enfermo precisamente |
|
no está. No tiene su
cuerpo |
|
lesión ni dolencia
alguna |
|
que necesite del
médico; |
30 |
pero está malo. |
|
|
COLONIA |
¿Está malo,
|
|
y no lo está? No os
comprendo. |
|
|
|
MALUENDA |
Pues así es, como os lo
digo. |
|
Se le ha metido en los sesos |
|
que ha hecho pacto con el
diablo, |
35 |
y no hay quien le apee de
ello. |
|
|
|
COLONIA |
Pues antes de ayer me
envió |
|
una epístola diciendo |
|
que hoy, esta noche, le
urgía |
|
que sus cuentas y su cuento... |
40 |
porque es un cuento, un
millón, |
|
la suma que le devuelvo, |
|
quedaran en su poder, |
|
y se los traigo. |
|
|
MALUENDA |
En efecto;
|
|
hoy es cuando dice Juan |
45 |
que debe de estar dispuesto |
|
á todo, porque hoy el
plazo |
|
cumple del pacto que ha hecho. |
|
|
|
COLONIA |
¡Jesús! Pues
¿qué es lo que así |
|
le ha barajado el cerebro? |
50 |
|
|
MALUENDA |
No hemos podido
sacárselo; |
|
pero como el plazo puesto |
|
por el diablo es esta noche, |
|
de él esta noche
saldremos. |
|
|
|
COLONIA |
Siendo así, ya pocas
son |
55 |
las aguas malas. |
|
|
MALUENDA |
Yo espero
|
|
que al fin esta noche, ó
él |
|
desengañado, ó
resuelto |
|
el enigma de su pacto, |
|
volverá en sí. |
|
|
COLONIA |
Lo deseo
|
60 |
con el alma; porque ahora |
|
que los bandos concluyeron, |
|
que hay justicia vigorosa, |
|
que las artes y el comercio |
|
prosperan, que no hay un
grito, |
65 |
ni un robo, ni un descontento, |
|
ni un desterrado; que todos |
|
á sus hogares han
vuelto, |
|
y que el perdón de los
Reyes |
|
es sin restricción... |
|
|
MALUENDA |
Completo,
|
70 |
padre Colonia; absoluto; |
|
diez días ha que
vinieron |
|
las órdenes de los
Reyes |
|
y del Nuncio, previniendo |
|
que hasta don Lope de Rojas |
75 |
volviera á tomar
asiento |
|
y congruas en el Cabildo. |
|
|
|
COLONIA |
Y cuando á ése le han
absuelto... |
|
|
|
MALUENDA |
¡Ya puede venir el mismo |
|
Encapuchado! |
|
|
COLONIA |
¡Qué buenos
|
80 |
sustos nos dió aquel
maldito |
|
Encapuchado en aquellos |
|
días de sitio! |
|
|
MALUENDA |
En aquellas
|
|
noches diréis; mas todo
eso |
|
es ya cosecha vendida, |
85 |
cuenta rota y cuentos viejos. |
|
|
|
COLONIA |
Es verdad. ¿Conque es
decir |
|
que al pobre Juan ver no
puedo? |
|
|
|
MALUENDA |
Sí que podéis, buen
Colonia; |
|
vos sois hombre circunspecto, |
90 |
y con no daros con él |
|
por entendido... |
|
|
COLONIA |
No tengo
|
|
más que hacer que darlo
todas |
|
las cuentas, que están con
sellos |
|
del juez, y la carta-orden |
95 |
para el señor tesorero |
|
del señor don Luis de
Acuña, |
|
quien, como le devolvieron |
|
los Reyes hacienda y renta, |
|
hace más de mes y medio |
100 |
que sus cuentas con nosotros |
|
ha saldado por completo, |
|
y es lo que cobrarle falta |
|
y pide Juan; aunque el
crédito |
|
sabe ya que lo tenía |
105 |
yo en mi poder, pero feo |
|
me pareció ir á
cobrar |
|
con premura. |
|
|
MALUENDA |
Por supuesto.
|
|
Lo que hagáis, estará
bien; |
|
id y despachad, que luego |
110 |
iré yo. |
|
|
COLONIA |
Que Dios os guarde,
|
|
señor Maluenda. |
|
|
MALUENDA |
Id, buen viejo.
|
|
¡Mariposa! Alumbra á
Juan |
|
de Colonia... ¡y con
respeto! |
|
|
|
|
(Sale MARIPOSA.)
|
|
|
|
Escena
IV
|
|
MALUENDA y
ANA.
|
ANA |
Fué
á decirme Mariposa... |
|
que me llamabais. |
|
|
MALUENDA |
Es cierto.
|
130 |
Necesito hablar contigo; |
|
conque siéntate, y
hablemos. |
|
¿Quieres mucho á tu
marido? |
|
|
|
ANA |
Con el alma. ¡Era tan
bueno!... |
|
|
|
|
|
|
ANA |
¡Está loco!
Está loco
|
|
para siempre; no hay remedio. |
|
|
|
MALUENDA |
Yo espero que le haya;
escúchame: |
|
si de esta noche podemos |
140 |
sacarlo y
desengañarle... |
|
|
|
ANA |
Esta noche es la que temo |
|
yo. |
|
|
MALUENDA |
Es natural; tiene fijo
|
|
en el plazo el pensamiento. |
|
|
|
ANA |
Pero decidme, señor |
145 |
prebendado, vos que de eso |
|
debéis entender,
¿podrá |
|
ser verdad que... |
|
|
|
ANA |
Es que dicen que esta casa... |
|
|
|
MALUENDA |
¡Hablillas del vulgo
necio! |
150 |
También á mí
me lo han dicho; |
|
mas si le tiene en efecto, |
|
sólo es guardián que
nos vela, |
|
y no espíritu molesto. |
|
|
|
ANA |
Es verdad. Mas yo ya dudo... |
155 |
|
|
MALUENDA |
Fía en mí. A lo que
comprendo, |
|
Juan, en la fiebre del oro |
|
que le acosaba, al infierno |
|
invocó cuando á su
cuarto |
|
entró el que venía el
préstamo |
160 |
a proponerle. |
|
|
|
MALUENDA |
Cualquiera, sabiendo
|
|
la situación del
negocio, |
|
que era público, y por
buenos |
|
pagadores reputándoles, |
165 |
pudo intentarlo y hacerlo. |
|
Juan, en la fiebre del oro, |
|
firmó el trato; y el
dinero |
|
al ver delante de sí, |
|
debió de hacerle un
efecto |
170 |
tal en la imaginación,, |
|
que olvidado del sujeto, |
|
y recordando que al diablo |
|
invocaba en el momento |
|
de entrar él, cree ahora que
es |
175 |
el diablo quien le hizo el
préstamo |
|
|
|
ANA |
Pero si dice que el hombre |
|
desapareció. |
|
|
MALUENDA |
En efecto;
|
|
si el que era vino á
salvarle |
|
con un favor, caballero, |
180 |
para guardar el
incógnito, |
|
dió la vuelta lo más
presto |
|
que pudo. Si era un
judío |
|
que hacer negocio logrero |
|
se propuso, en cuanto lo hizo |
185 |
se fué con su documento |
|
firmado; Juan, viendo el oro, |
|
no le vió á
él, y así entiendo |
|
yo la desaparición |
|
y el hallazgo del dinero. |
190 |
|
|
ANA |
¿Y Mariposa, que dice |
|
que no le vió? |
|
|
MALUENDA |
Si durmiendo
|
|
se estaba ella en la antesala |
|
cuando él se fué, yo
lo creo. |
|
¡Buen testigo es
Mariposa! |
195 |
Tan bueno como el insecto |
|
cuyo nombre le habéis
dado |
|
por su ligereza; pero |
|
vamos á ver si esta
noche |
|
convencer á Juan
podemos. |
200 |
|
|
ANA |
Si hoy cumple en verdad el
plazo |
|
y viene el que es... |
|
|
MALUENDA |
Le veremos.
|
|
¿Qué puede pedir? La
suma |
|
con un interés inmenso |
|
tal vez; pero entrará en
cuentas, |
205 |
y aunque cobre algún
exceso, |
|
se le pagará, que ahora |
|
lo que nos sobra es dinero. |
|
|
|
ANA |
Es que lo que dice Juan |
|
no es que ha de venir por
ello, |
210 |
es que ha de venir por
él. |
|
|
|
MALUENDA |
En fin, si viene, veremos |
|
á lo que viene, y si
no, |
|
á Juan
tranquilizaremos. |
|
Venga ó no venga, tú
estate |
215 |
prevenida á todo
evento, |
|
y ayúdame á
preparar |
|
á Juan; porque lo que
quiero |
|
yo, que venga ó que no
venga, |
|
es que esta noche acabemos. |
220 |
|
|
ANA |
Y yo también, porque
paso |
|
algunas... |
|
|
MALUENDA |
Pues ¿dió en
extremos
|
|
Juan? |
|
|
ANA |
Al principio era sólo
|
|
manía de contar cuentos |
|
de aparecidos..., visiones |
225 |
de anacoretas...; con ellos |
|
me entretenía
escuchándole. |
|
¡Después empezó
proyectos |
|
raros á hacer, y á
echar planes |
|
de grandes viajes, de inmensos |
230 |
trabajos, maravillosos |
|
y babilónicos, hechos |
|
por encargo de un gran
príncipe |
|
que reina lejos..., ¡muy
lejos! |
|
Pero empezó con
Diciembre |
235 |
á formular sus primeros |
|
delirios con el demonio, |
|
y a contar casos horrendos |
|
de pactos con Satanás; |
|
hasta que anteanoche, en medio |
240 |
de las tinieblas, convulso |
|
de afán, de sudor
cubierto, |
|
le sentí que me
abrazaba |
|
arrancándome del
sueño, |
|
y me decía al
oído |
245 |
muy bajo: «¡Ana, soy un
réprobo! |
|
¡Me he vendido á
Satanás, |
|
y venir por mí le
siento!» |
|
Di un grito; en la obscuridad |
|
sujeté sus brazos
trémulos, |
250 |
y él diciéndome
seguía: |
|
«¡Háblame, Ana;
tengo miedo!» |
|
Mas yo no podía
hablarle. |
|
Encendí luz..., y en el
lecho |
|
me lo encontré
incorporado, |
255 |
pálido como un
espectro, |
|
desencajados los ojos |
|
y erizados los cabellos. |
|
Entonces yo fuí,
señor, |
|
yo fuí la que tuve
miedo. |
260 |
Muda, aterrada y
atónita, |
|
le contemplé; los
reflejos |
|
de la lámpara á los
ojos |
|
asestándole,
volviéndolos |
|
él á la luz, poco
á poco |
265 |
fué desenarcando el
ceño; |
|
una sonrisa tristísima |
|
poco a poco apareciendo |
|
fué en sus labios
contraídos, |
|
y, al fin, los brazos al
cuello |
270 |
echándome, rompió en
llanto, |
|
y yo recobré el
aliento. |
|
|
|
|
ANA |
Volvió el infeliz
|
|
á cobijarse, diciendo: |
|
«¡Perdóname,
Ana; soñaba, |
275 |
y son horribles mis
sueños! |
|
Mata la luz, y volvamos |
|
á dormirnos, si
podemos.» |
|
¡Y no pudimos! Los dos |
|
nos quisimos en silencio |
280 |
engañar el uno al otro, |
|
y el sol nos halló
despiertos. |
|
|
|
MALUENDA |
Y ¿recordó al otro
día... |
|
|
|
ANA |
No; desde entonces no ha
vuelto |
|
á decirme una palabra; |
285 |
pero es peor su silencio. |
|
|
|
MALUENDA |
Ana, es preciso arrancarle |
|
de ese delirio funesto; |
|
es preciso hablar á su
alma; |
|
es preciso que en el pecho |
290 |
le busques el corazón, |
|
ahogado por el cerebro. |
|
Apaga su fantasía |
|
con la fe y el sentimiento. |
|
|
|
ANA |
Lo intentaré, mas
será |
295 |
en vano. |
|
|
MALUENDA |
Voy á
traértelo.
|
|
No quiero que se esté
solo |
|
en su cámara un
momento. |
|
Voy á que Juan de
Colonia |
|
le deje en paz, porque quiero |
300 |
que esta noche reunidos |
|
todos en familia estemos. |
|
|
|
|
MALUENDA |
Pues voy por él,
|
|
y á Mariposa te dejo. |
|
¿Mariposa? |
|
|
|
MALUENDA |
A Ana
|
305 |
acompaña mientras
vuelvo. |
|
|
|
Escena
V
|
|
ANA y MARIPOSA.
|
MARIPOSA |
Me manda que
compañía |
|
te haga; lo que en buen
romance, |
|
significa... á todo
trance, |
|
«que reviente ó que se
ría». |
310 |
¿Quieres, pues, Ana,
empezar |
|
por un lado á
sonreír? |
|
Porque, ó tú te has
de reir, |
|
Ana, ó yo he de
reventar. |
|
|
|
ANA |
¡Cuánto envidio,
Mariposa, |
315 |
tu inagotable alegría! |
|
|
|
MARIPOSA |
Es naturaleza mía, |
|
y en el alma me rebosa. |
|
|
|
|
MARIPOSA |
Tomo al tiempo como viene. |
320 |
|
|
|
|
ANA |
Ya casada,
|
|
¿cómo no me han de
apenar |
|
las penas de mi marido? |
|
|
|
MARIPOSA |
¿No tienen plazo, y
cumplido |
325 |
hoy do debe de quedar? |
|
|
|
|
MARIPOSA |
Pues mira, Ana,
|
|
deja que el plazo concluya, |
|
y cantarás aleluya, |
|
ó te apenarás
mañana. |
330 |
|
|
ANA |
Todo lo tomas á juego, |
|
nada hay para ti formal. |
|
|
|
MARIPOSA |
Ni hay pena que por mortal |
|
no tomes tú desde
luego. |
|
¿Qué dice Juan? Que
ha hecho pacto |
335 |
con un diablo que
vendrá |
|
por él aquí hoy.
¡Ojalá |
|
que sea un demonio exacto! |
|
|
|
|
MARIPOSA |
Déjale venir.
|
|
Maluenda es grande exorcista, |
340 |
y no hay diablo que á su
vista |
|
ose con Juan embestir. |
|
En cogiendo él el
hisopo, |
|
veras, aunque sea un diablazo, |
|
cómo al primer hisopazo |
345 |
se va sacudiendo el jopo. |
|
|
|
ANA |
Eres capaz, Mariposa, |
|
de reirte de tu entierro. |
|
|
|
MARIPOSA |
Es que yo nunca me aterro, |
|
como tú, por cualquier
cosa. |
350 |
|
|
ANA |
¿Cualquier cosa un miedo
tal |
|
que trastorna su razón? |
|
¡Tú no tienes
corazón, |
|
Mariposa, y me haces mal! |
|
|
|
MARIPOSA |
Corazón de sensitiva, |
355 |
si corazón no tuviera |
|
Mariposa, no viniera |
|
á alegrarte compasiva. |
|
Yo creo en Dios, y no creo |
|
en el diablo en quien tú
crees, |
360 |
y ni veo lo que ves, |
|
ni ves tú lo que yo
veo. |
|
|
|
ANA |
Bien ves que me estoy
ahogando. |
|
|
|
MARIPOSA |
Y porque te veo ahogar, |
|
para ayudarte á nadar |
365 |
te estoy una mano dando; |
|
pero tú me la rechazas |
|
en tu egoísta
aflicción, |
|
negándome un
corazón |
|
que tú misma
despedazas. |
370 |
Escucha, Ana: desde
niñas |
|
vida común hemos hecho; |
|
mi madre te dió su
pecho; |
|
juntas las siembras y
viñas |
|
de Quintanilla corrimos, |
375 |
al par con las mariposas |
|
que alegraban revoltosas |
|
sus espigas y racimos. |
|
Crecimos, y una mañana |
|
nos vinieron á decir |
380 |
que tú te debías
ir |
|
de allí, y que no eras mi
hermana. |
|
Yo no pude comprender |
|
cómo mi hermana no era |
|
la de quien la vida entera |
385 |
vi con la mía correr, |
|
y dije: «Donde Ana vaya |
|
tengo de ir yo»; á ti
me así, |
|
y vine cosida á ti |
|
como la alforza á la
saya. |
390 |
Diéronnos aquí
á entender |
|
que tu vida era un misterio; |
|
tú lo echaste por lo
serio, |
|
yo no lo quise creer. |
|
Un misterio que te
hacía |
395 |
dichosa y acomodada, |
|
que no te estorbaba en nada, |
|
ni con Juan que te
quería, |
|
misterio me pareció |
|
que no me debía hacer |
400 |
esta alegría perder |
|
que Dios al nacer me
dió. |
|
Tú al revés:
preocupada |
|
con tu insondable misterio, |
|
has llevado por lo serio |
405 |
tu desdicha imaginada. |
|
Sensitiva impresionable, |
|
de fe y sentimiento rica, |
|
tu buena fe santifica |
|
tu tristeza inexplicable; |
410 |
y somos, en conclusión, |
|
Ana ingrata, dos mujeres |
|
de distintos caracteres, |
|
pero de buen corazón. |
|
Y si no, ¿quién en el
duelo |
415 |
de tu ruin melancolía |
|
te daba con su alegría |
|
fuerza, esperanza y consuelo? |
|
Di, tórtola
quejumbrosa: |
|
¿cuándo en esas horas
malas |
420 |
aire al alma con sus alas |
|
no te dió tu Mariposa? |
|
¿Cuándo no ha tomado
á empeño |
|
alegrar tu pena santa, |
|
como pájaro que canta |
425 |
para placer de su
dueño? |
|
¿Quién amparó
tus amores? |
|
¿Quién de tu amor los
pesares |
|
arrulló con sus
cantares, |
|
como hacen los
ruiseñores? |
430 |
¿Quién el lecho te
mullía? |
|
¿Quién el
sueño te velaba? |
|
¿Quién, de tu
cariño esclava, |
|
vivió á tus pies
noche y día? |
|
Sensitiva cosquillosa |
435 |
que te crispas con exceso..., |
|
dóblate á tomar el
beso |
|
que te da tu Mariposa. |
|
|
|
ANA |
Dámele, y á mi
aflicción |
|
perdona nimios agravios. |
440 |
|
|
MARIPOSA |
Tómale, y mira en mis
labios |
|
si sientes mi corazón. |
|
|
|
ANA |
¡Cuánto, hermana, te
agradezco |
|
que me hayas hecho á la
par |
|
llorar y reir, por dar |
445 |
consuelo á lo que
padezco! |
|
|
|
MARIPOSA |
Volvamos, pues, á tu
pena, |
|
y déjame, si á ello
alcanza |
|
mi fe, que te dé
esperanza |
|
en tu mala Nochebuena. |
450 |
|
|
ANA |
Tengo de ella mucho miedo. |
|
|
|
|
ANA |
A mí no se me pasa
|
|
lo de que anda un diablo en
casa. |
|
|
|
MARIPOSA |
Sí que anda, pero anda
quedo. |
|
|
|
|
MARIPOSA |
En la casa anduvo
|
455 |
la Nochebuena en que Juan |
|
riñó con el
Capitán; |
|
y bien con él se las
tuvo |
|
el diablo, á lo que
escuchar |
|
pude tras la puerta alerta; |
460 |
y aun ver creí por la
huerta |
|
con él al diablo
cargar. |
|
|
|
ANA |
Eso viste, ¿y lo has
callado? |
|
|
|
MARIPOSA |
Yo sé que en casa algo
pasa, |
|
pero no hay diablos en casa. |
465 |
|
|
ANA |
Pues ¿y el del año
pasado? |
|
|
|
MARIPOSA |
Yo de Juan el aposento |
|
abrí á un hombre, que
escapó, |
|
sin duda, mientras que yo |
|
me ausenté por un
momento. |
470 |
Quienquier que fuese, un
tesoro |
|
vino á tiempo á dar
á Juan; |
|
y Ana, los diablos no dan, |
|
para hacer iglesias, oro. |
|
Si cree Juan que hoy es el
día |
475 |
del plazo, y que el diablo
era, |
|
ó ésta es su noche
postrera, |
|
ú hoy cura de su
manía. |
|
|
|
|
MARIPOSA |
De misterios, creo
|
|
los de la fe, y nunca he visto |
480 |
diablos, ni adonde yo asisto |
|
creo más que lo que
veo. |
|
Si aquel hombre era un
demonio, |
|
era un demonio auxiliar, |
|
pues vino á Juan á
salvar |
485 |
y á, allanar tu
matrimonio. |
|
La primera vez que vino, |
|
nos libró del
Capitán; |
|
la otra, millones dió
á Juan; |
|
no es un diablo tan
dañino. |
490 |
Conque déjale llegar, |
|
que no armará un
terremoto |
|
siendo un diablo tan devoto |
|
y en casa tan familiar. |
|
|
|
ANA |
Capaz eres, Mariposa, |
495 |
de animar al mismo miedo. |
|
|
|
MARIPOSA |
Yo, aturdida no me quedo, |
|
como tú, por cualquier
cosa. |
|
|
|
ANA |
De todas maneras, Juan |
|
me da mucha compasión. |
500 |
|
|
MARIPOSA |
Y tienes mucha razón; |
|
mas hoy saldremos de
afán. |
|
Siento á Maluenda venir |
|
con él. Da aliento á
su alma, |
|
y hazle que espere con calma, |
505 |
si viene, al que ha de venir. |
|
|
|
ANA |
En el afán que me
acosa, |
|
yo haré cuanto pueda
hacer. |
|
|
|
MARIPOSA |
Llámame si has menester |
|
de mí. |
|
|
|
Escena
VII
|
|
ANA y JUAN.
|
ANA |
Serénate,
Juan; medita |
535 |
que no es posible que sea |
|
lo que dices; no hay quien
crea |
|
lo que á ti el juicio te
quita. |
|
|
|
JUAN |
Yo mismo no me convenzo |
|
de que lo puedo creer; |
540 |
pero lo creo, y al ver |
|
que lo creo, me
avergüenzo. |
|
|
|
ANA |
Mas ¿cuál es tu
compromiso? |
|
¿Qué firmaste? |
|
|
|
JUAN |
No lo sé. |
545 |
Le llamó..., vino... y
firmé |
|
sin mirarlo... lo que quiso. |
|
Yo necesitaba oro, |
|
mucho oro...; fiebre
sentía |
|
de oro..., y en tal
agonía |
550 |
no vi más que aquel
tesoro. |
|
Aquel oro era la vida, |
|
la libertad, el honor, |
|
el porvenir, el amor, |
|
Ana, la mujer querida. |
555 |
Se apareció de
improviso. |
|
|
|
|
JUAN |
Le evoqué
|
|
yo mismo... y vino... y
firmé |
|
yo no sé qué... lo
que él quiso. |
|
Yo necesitaba oro; |
560 |
aquel oro era mi vida, |
|
mi honor, la mujer querida, |
|
eras tú; con tal tesoro |
|
al otro día
salvé |
|
vida, porvenir, honor; |
565 |
logré tu mano, y de
amor |
|
embriagado..., le
olvidé. |
|
Mas según fué poco
á poco |
|
pasando el año..., en
Septiembre |
|
me acordé de él...,
en Noviembre |
570 |
le tuve miedo..., y no invoco |
|
ya á Dios, porque ya no
puedo; |
|
y hoy ya no acierto á
pensar |
|
más que en la hora que va
á dar. |
|
¡Háblame, Ana!
¡Tengo miedo! |
575 |
¡Háblame!... |
|
|
ANA |
¡Juan,
desvarías!
|
|
Recuerda las circunstancias |
|
de la escena. ¿Qué
ganancias |
|
te pidió? ¿Qué
granjerías? |
|
|
|
JUAN |
Ninguna; dijo: «Os
daré |
580 |
más de lo que
deseáis |
|
si á venir os
obligáis |
|
al año; por vos
vendré.» |
|
|
|
ANA |
Recuerda bien; no te pones |
|
en situación; no te
cuidas |
585 |
más que de ésa, Juan,
y olvidas, |
|
sus restantes condiciones; |
|
porque lo que él vino
á hacer |
|
fué un buen negocio, y sin
duda, |
|
al veniros en ayuda |
590 |
sabía que lo iba á
ser. |
|
|
|
JUAN |
Ana, él lo sabía
todo. |
|
« Pregúntame»,
dijo; y yo |
|
le pregunté, y él me
dió |
|
los medios, la causa, el modo |
595 |
de vivir de ellos, de ti, |
|
de mí, de todos;
sabía |
|
tu historia, la de él, la
mía. |
|
|
|
|
JUAN |
Sí.
|
|
De una familia proscrita |
600 |
tú heredarás grande
hacienda; |
|
y á mí, de venganza
prenda, |
|
no sé quién me
necesita. |
|
Nada ignoraba; de modo, |
|
Ana, que él tiene que
ser; |
605 |
sólo Dios y Lucifer |
|
son los que lo saben todo. |
|
|
|
ANA |
¡Dios mío, se vuelve
loco! |
|
|
|
JUAN |
No, Ana, no; estoy en mi
acuerdo. |
|
Escucha lo que recuerdo, |
610 |
porque el tiempo es ya muy
poco. |
|
Yo le firmé su papel, |
|
y en él sé bien que
me obligo, |
|
en el plazo que te digo... |
|
nada más que á irme
con él. |
615 |
|
|
|
|
|
JUAN |
Lo ignoro,
|
|
mas fué el trato. ¡Lo
recuerdo |
|
bien! ¡Y si me voy, te
pierdo, |
|
Ana, y yo te amol ¡Te
adoro |
|
más que nunca en esta
hora |
620 |
en que estoy para partir, |
|
porque por mí ha de
venir |
|
y la angustia me devora! |
|
Ana, mi única
pasión, |
|
según se acerca el
momento, |
625 |
que se me desgarran siento |
|
las telas del
corazón... |
|
Tú sola en él has
entrado; |
|
tú sola, tú. Desde
niño |
|
no he tenido otro
cariño; |
630 |
ni aun á mis padres he
amado, |
|
pues nunca los conocí; |
|
antes de verte, quería |
|
mi arte, mi imaginería; |
|
pero después, sólo
á ti. |
635 |
Pensar que te he de dejar |
|
y que te voy á perder, |
|
es lo que de enloquecer |
|
me hace tan próximo
estar. |
|
Porque siento que vacila |
640 |
mi cerebro, Ana, y á
veces |
|
comprendo que mil sandeces |
|
mi superstición apila; |
|
que en lo posible no se halla |
|
lo que yo creo haber hecho, |
645 |
y las dudas en mi pecho |
|
se dan furiosa batalla. |
|
|
|
|
JUAN |
Mas ¿si fuera?
|
|
Los libros dicen que puedo. |
|
Que fuera él, sé que
excede |
650 |
toda razón..., mas
¿si él era? |
|
¡Ay! Sea ó no sea
él, |
|
aun no siendo más que un
hombre |
|
de quien ignoro hasta el
nombre, |
|
yo lo he firmado un papel, |
655 |
y en él sé bien que
me obligo |
|
á seguirlo en el
momento |
|
que venga..., y venir le
siento, |
|
y si viene... |
|
|
ANA |
Ni un testigo
|
|
tiene, Juan; fué una
sorpresa |
660 |
puedes decir... |
|
|
JUAN |
Es inútil;
|
|
toda razón será
fútil. |
|
Él dirá: «Tu
firma es ésa»; |
|
y armado de su papel, |
|
me puede con él llevar, |
665 |
y te tendré que dejar |
|
para marcharme con él. |
|
Porque tú, Ana, no
querrás... |
|
ni es justo... ni yo te puedo |
|
obligar... ¡Ay! ¡Tengo
miedo |
670 |
de perderte, Ana! |
|
|
ANA |
¡Jamás!
|
|
Somos marido y mujer, |
|
Juan; y unidos ante Dios, |
|
nadie puede entro los dos, |
|
lo hecho ante Dios deshacer. |
675 |
Si tienes obligación |
|
de irte, yo iré donde
vayas. |
|
No habrá clima,, no
habrá playas, |
|
mar, desierto ni rincón |
|
de la tierra conocida, |
680 |
donde yo tras ti no arribe. |
|
Juan..., la buena esposa vive |
|
de su esposo con la vida. |
|
Como esos muros de piedra |
|
donde la yedra se cría |
685 |
somos, Juan ¡Tu vida es
mía, |
|
y el muro tú, yo la
yedra! |
|
|
|
|
(Se abrazan.)
|
JUAN |
¡Ana de mi
corazón, |
|
tú me haces volver en
mí! |
|
|
|
|
(Aldabonazo á la puerta exterior,
lejos.)
|
|
|
|
|
Escena
VIII
|
|
ANA, JUAN y MALUENDA. Luego MARIPOSA.
|
|
|
JUAN |
¡No abráis!...
¡No abráis! |
|
|
MALUENDA |
Juan, si él fuera
|
|
por la puerta no viniera; |
|
de llamar no ha menester. |
695 |
|
|
MARIPOSA |
(Saliendo á la
puerta.)
|
¡Señor!... |
(Á MALUENDA, quedando
indecisa.)
|
|
|
|
ANA |
(Impaciente.)
|
¡Di, por Dios!
|
|
|
|
MARIPOSA |
Traigo al diablo de mí en
pos. |
|
|
|
|
MARIPOSA |
Sé lo que hablo.
|
|
Aguardábamos un diablo, |
|
pero creo que son dos |
700 |
los que á casa dan la
vuelta. |
|
|
|
|
MARIPOSA |
Dos. El que llama es otro.
|
|
|
|
MALUENDA |
Acaba, y tu diablo suelta, |
|
que nos tienes en un potro. |
|
|
|
MARIPOSA |
(Anunciándole.)
|
Ahí va. El capitán
Revuelta. |
705 |
|
|
|
MALUENDA |
Dile que entre.
|
|
(Á JUAN, que se
levanta.)
|
¿A dónde vas? |
|
|
|
MALUENDA |
Juan, no es tuya esta jugada; |
|
no quiero que aquí te
encuentre. |
|
|
|
JUAN |
Si mi ruin superstición |
710 |
puede al diablo darme miedo, |
|
guardar de un hombre no puedo |
|
la cara ni el corazón. |
|
|
|
MALUENDA |
Si te les viene á
buscar, |
|
yo haré que te les
encuentre. |
715 |
(Aparece el CAPITÁN en la puerta y oye
decir á MALUENDA:)
|
Éntrate allí. |
|
|
Escena
IX
|
|
CAPITÁN
saliendo. ANA,
JUAN, MALUENDA, el CAPITÁN y MARIPOSA. En la primera parte de esta
escena, á una señal de MALUENDA, MARIPOSA arregla muy brevemente la
mesa con lo necesario para ello que habrá en un aparador;
tan brevemente, que no interrumpa la narración del
CAPITÁN.
|
|
Que no entre,
|
|
porque habrá que irle
á llamar. |
|
|
|
|
CAPITÁN |
No os hinchéis como una
esponja |
|
con la ira; soy una monja, |
720 |
no un capitán; tened
cuajo. |
|
Ved; de mi cinto en los
broches |
|
no hay garfio ni
gavilán |
|
para espada. |
(Volviéndose á
MALUENDA.)
|
Buenas noches,
|
|
don Luis. |
|
|
|
CAPITÁN |
(Mirando á JUAN y á ANA.)
|
¿Estos mozos son ya
esposos? |
|
|
|
|
CAPITÁN |
¡Lo celebro!
|
|
(Aparte.)
|
(Aun la iba á echar un
requiebro.) |
|
Que Dios les haga dichosos. |
|
|
|
MALUENDA |
¡Gracias! Mas esta
visita |
730 |
en que con asombro os hablo, |
|
¿á quién
debemos? |
|
|
CAPITÁN |
Al diablo,
|
|
que me ha dado aquí una
cita. |
|
|
|
|
CAPITÁN |
Así es la verdad;
|
|
mas no vais á
comprender |
735 |
si no os doy un hilo. |
|
|
MALUENDA |
Á ver,
|
|
Capitán; vuestro hilo
hilad. |
|
|
|
CAPITÁN |
Pues es toda una leyenda |
|
de un cuento caballeresco; |
|
aunque el cuento ya no es
fresco. |
740 |
Mas decid, señor
Maluenda, |
|
¿estáis en casa de
pie |
|
siempre? |
|
|
|
(Se sientan.)
|
|
CAPITÁN |
Creo que os ha sorprendido |
|
mi visita, y no hay por
qué. |
745 |
Vais á ver, si me
escucháis, |
|
que es la cosa más
sencilla |
|
del mundo. |
|
|
MALUENDA |
Como en Castilla
|
|
no os creíamos... |
|
|
CAPITÁN |
Y estáis
|
|
en la verdad; aposento |
750 |
me han dado, y no he estado
mal, |
|
lejos. |
|
|
|
|
|
|
|
CAPITÁN |
De Coimbra.
|
|
Por cierto que haciendo
están |
755 |
gran templo en él, y ya
van |
|
asentándole la cimbra. |
|
Mucho podía ganar |
|
allí un buen
imaginario. |
|
|
|
MALUENDA |
A tan lejano santuario, |
760 |
¿cómo fuisteis
á parar? |
|
|
|
CAPITÁN |
Cuando en la edad venidera |
|
se ocupen de nuestras cosas, |
|
han de encontrar muy curiosas |
|
las cosas de nuestra era. |
765 |
me atrapó aquí, me
llevó |
|
al castillo, y me
plantó |
|
del patio en mitad, cercado |
|
de todos los capitanes |
|
rebeldes, sus
compañeros; |
770 |
conocidos caballeros |
|
todos: el señor de
Blanes, |
|
Zúñiga, Quintana
Orduña, |
|
Velasco el Comendador, |
|
Castro, y por fin, el
señor |
775 |
obispo don Luis Acuña. |
|
Competente era el senado |
|
para su intento; y así, |
|
puesto delante de mí, |
|
me dijo el Encapuchado: |
780 |
«Os desarmé por
sorpresa; |
|
os voy, pues, á
devolver |
|
vuestra espada; mas va á
ser |
|
con la condición
expresa |
|
de que quedará el
vencido |
785 |
a merced del vencedor, |
|
como en un campo de honor |
|
ante jueces mantenido. |
|
¿Aceptáis?»
Dije que sí. |
|
Yo pensaba ahorcarle á
él; |
790 |
conque era torta con miel |
|
tal oferta de él á
mí. |
|
Antorchas nos encendieron |
|
en los postes. Se veía |
|
como si fuera de día; |
795 |
y en el círculo que
abrieron, |
|
juramos fiar los dos |
|
la liza, como cristianos, |
|
al poder de nuestras manos |
|
y á la voluntad de
Dios. |
800 |
Las suyas no tienen par, |
|
é ignoro si le
ayudó |
|
Dios ó el diablo; pero
yo |
|
me sentí el hierro
sacar |
|
del puño segunda vez |
805 |
por aquel hombre, que alcanza |
|
de Satanás la pujanza, |
|
el brío y la rapidez. |
|
Hombre soy, pero él es
más. |
|
Mi espada asiendo
caída, |
810 |
me dijo: «Tenéis la
vida |
|
en poder de Satanás; |
|
mas vivid. La faz no os doy, |
|
porque nunca de la cara |
|
el disfraz que me enmascara |
815 |
quito, y se ignora quién
soy. |
|
Mas vos sois mío. Os
prohibo |
|
volver espada á llevar, |
|
ni en Juan ni en Ana pensar, |
|
ni en otro que aun está
vivo, |
820 |
vuestro hermano don Miguel; |
|
y estaréis pronto á
acudir |
|
adonde os ordenen ir |
|
algún día el diablo
ó él.» |
|
En cuanto mentó á mi
hermano, |
825 |
caí en que podía
él mismo |
|
serlo; pero fué un
abismo |
|
el hombre, y le sondeé en
vano. |
|
Del castillo nos salimos |
|
por un subterráneo; á
uña |
830 |
de caballo, él, el de
Acuña, |
|
otros dos y yo, partimos |
|
á Portugal; y
dejándome |
|
bajo palabra enclaustrado, |
|
en el convento me he estado |
835 |
aburriéndome y
callándome. |
|
Mas una carta suscrita |
|
por el diablo recibí, |
|
en la cual me da hoy
aquí |
|
al toque de ánimas
cita. |
840 |
Dice: «En casa de
Maluenda |
|
os pondrá el diablo á
la mano |
|
vuestra espada y vuestro
hermano.» |
|
Que lo explique quien lo
entienda. |
|
|
|
MALUENDA |
Os estimo, Capitán, |
845 |
vuestra franca
narración. |
|
|
|
CAPITÁN |
(Á JUAN.)
|
Ya veis cuál mi
posición |
|
es con vos, maese Juan. |
|
Por eso os he detenido. |
|
Si os sorprende mi visita, |
850 |
el diablo, que aquí me
cita, |
|
nos dirá á lo que he
venido. |
|
|
|
|
CAPITÁN |
Seguro; y es llano
|
|
que uno solo son los tres; |
|
si el Encapuchado no es |
855 |
el diablo mismo, es mi
hermano. |
|
|
|
|
CAPITÁN |
No tiene vuelta;
|
|
el diablo, ó el
millonario |
|
cuyo nombre hereditario |
|
es Rojas tras de Revuelta. |
860 |
|
|
MALUENDA |
¿No puede ser otro
Rojas? |
|
|
|
CAPITÁN |
¿Don Lope? No; estoy muy
cierto. |
|
Don Lope me hubiera muerto |
|
con una de las dos hojas. |
|
Porque él debe de mi
hermano |
865 |
los millones de guardar, |
|
y él ó yo hemos de
heredar |
|
de Miguel; conque en la mano |
|
teniéndome, y á
mansalva |
|
pudiendo cortarme el cuello, |
870 |
asiera por el cabello |
|
la ocasión, que no era
calva. |
|
|
|
MALUENDA |
Es un modo de pensar |
|
poco cristiano. |
|
|
CAPITÁN |
Mas es
|
|
muy exacto, y al revés |
875 |
no me lo sé yo
explicar. |
|
Conste, pues, que yo he
cumplido. |
|
Si falta ese personaje |
|
á la cita, aquí
hospedaje |
|
tendréis que darme; os lo
pido |
880 |
para esperarle, hasta que
él |
|
venga ó avise que no; |
|
porque no he de cejar yo |
|
ni al diablo ni á San
Miguel. |
|
|
|
|
CAPITÁN |
No es razón
|
885 |
que crea el que me ha vencido |
|
por las armas, que ha podido |
|
achicarme el corazón. |
|
Mas mucho tiempo se pasa, |
|
y yo, que cansado vengo... |
890 |
|
|
|
|
MALUENDA |
Pues haréis en casa
|
|
colación. |
|
|
CAPITÁN |
Cuanto antes fuera,
|
|
fuera mejor. |
|
|
MALUENDA |
Pues es cosa
|
|
del momento. ¿Mariposa? |
895 |
(Aparece MARIPOSA
á la puerta.)
|
Sirve la cena. |
|
|
MARIPOSA |
Ya espera
|
|
separada de la lumbre. |
|
|
|
MALUENDA |
Pues á la mesa. |
(Se acercan á la mesa, y mientras el CAPITÁN deja pasar á
ANA, que estaba á
su derecha, por delante de él, MALUENDA dice aparte á
JUAN:)
|
Ea, Juan,
|
|
que no entienda el
Capitán |
|
tu miedo, ó á
pesadumbre |
900 |
tome tu hosquedad con
él. |
|
¿No te humilla el ver que
él toma |
|
lo del diablo tan á
broma? |
|
|
|
JUAN |
Saber yo que era
aquél... |
|
|
|
MALUENDA |
(Interrumpiéndole.)
|
Un hombre: recobra el
brío. |
905 |
(MALUENDA, viendo
que el CAPITÁN
espera, se coloca en su sitio é indica el suyo á los
demás. La silla del centro, que queda de espaldas á
la puerta, es la señalada para el que ha de venir, y queda
vacía. Á la derecha, MALUENDA. El CAPITÁN, á su derecha,
en el lado derecho de la mesa. Á la izquierda del sitio
vacío, ANA. En el
lado izquierdo de la mesa, frente al CAPITÁN, JUAN. Cuando MARIPOSA sale á tiempo y coloca
la sopera en la mesa, lo hace por el lado vacío de
ésta, que es el que da al público, retirándose
inmediatamente y habiendo dejado al salir abierta la
puerta.)
|
Aquí, Capitán;
allí |
|
tú, Ana; ahí, Juan, y
aquí |
|
dejo este puesto vacío |
|
para él, si venir le
place. |
|
|
|
CAPITÁN |
Sois un hombre, prebendado. |
910 |
Si él á la cita que
ha dado |
|
falta, él sabrá lo
que hace. |
|
(Viendo que JUAN permanece sombrío y mudo,
dice aparte:)
|
(¿Qué tendrá
aún ese mancebo? |
|
Pues por mi parte he cumplido; |
|
mas si él no está
convencido, |
915 |
comenzaremos de nuevo.) |
|
|
|
|
(MALUENDA, que ha
sorprendido la mirada del CAPITÁN á JUAN, dice al CAPITÁN:)
|
MALUENDA |
Tal vez á poca
hidalguía |
|
tendrá el que no se le
aguarde. |
|
|
|
CAPITÁN |
Llegar á tiempo no es
tarde; |
|
pero antes, es
cortesía. |
920 |
|
|
|
CAPITÁN |
Y aunque él, con cena
|
|
puesta á su cita no
invita, |
|
suponer debió en su
cita |
|
que se cena en Nochebuena. |
|
|
|
|
CAPITÁN |
Así soy;
|
925 |
sus modos cada cual tiene. |
|
|
|
MARIPOSA |
Sopa de almendra. |
(Poniéndola.)
|
|
|
CAPITÁN |
La doy
|
|
mi bienvenida; y si viene |
|
tarde el diablo, que no cene. |
|
|
|
|
(Se oyen campanas lejanas, lo mismo que en el fin del acto
segundo.)
|
|
|
|
|
(Todos en pie.)
|
Escena
X
|
|
MALUENDA,
JUAN, ANA, el CAPITÁN, MARIPOSA y el ENCAPUCHADO con la espada del
CAPITÁN de bajo del
brazo, y sin la suya en el cinto.
|
CAPITÁN |
Antes de llevar
|
|
bocado alguno á la
boca, |
|
mis cuentas á mí me
toca |
|
con vosotros ajustar. |
|
|
|
MALUENDA |
¿Antes? ¿Nada hay que
nos fíe |
935 |
con vos ni aun breves
instantes? |
|
|
|
ENCAPUCHADO |
No; mas se arreglarán
antes |
|
de que la sopa se
enfríe. |
|
|
|
|
ENCAPUCHADO |
Hoy á mí Dios
|
|
el mundo social me cierra, |
940 |
y no puedo hoy en la tierra |
|
dejar cuentas de mí en
pos. |
|
|
|
MALUENDA |
Mas quienquier que podáis
ser, |
|
podréis nuestra mesa
honrar. |
|
|
|
ENCAPUCHADO |
No puedo asiento tomar |
945 |
ni á mesa puesta comer. |
|
|
|
|
ENCAPUCHADO |
Un acreedor.
|
|
Tengo una firma de Juan, |
|
y tengo del Capitán |
|
una palabra de honor. |
950 |
|
|
MALUENDA |
Y prontos están á
hacer |
|
honor á firma y
promesa; |
|
mas quién les da tanta
priesa |
|
para ello, querrán
saber. |
|
|
|
|
|
ENCAPUCHADO |
Ya lo sabréis.
|
955 |
(Á MALUENDA.)
|
Vos, que ha un año en
vuestro hogar |
|
á su diablo familiar |
|
no veis, quién soy bien
sabéis |
|
|
|
MALUENDA |
Yo de vos sé historias
cojas |
|
é inconexas, y una ó
dos |
960 |
ciertas, por lo que de vos |
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me ha dicho Lope de Rojas. |
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ENCAPUCHADO |
Lope de Rojas su casa |
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por mí os confió, y
sujeto |
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estáis á guardar
secreto |
965 |
de lo que en su casa pasa. |
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Lope fué quien
ideó |
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al diablo el encargo dar |
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por Ana y Juan de velar, |
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y por él les velé
yo. |
970 |
De ello sabe alguna cosa, |
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aunque al secreto sujeta, |
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le guardó bien la
discreta |
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y avispada Mariposa... |
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Por él, con infernal
tacto, |
975 |
de oro en su febril
afán, |
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obligué conmigo á
Juan |
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ha un año á firmar un
pacto. |
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Por él tras Revuelta
dí, |
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le cogí y lo
desarmé, |
980 |
y está, por palabra y
fe |
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de hidalgo, sujeto á
mí. |
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CAPITÁN |
Y he cumplido como tal; |
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mas á ver estoy
resuelto |
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por qué os presentáis
envuelto |
985 |
en un misterio infernal. |
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JUAN |
Y yo, si sois sólo un
hombre, |
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decidido á demandaros |
|
por qué os plugo
presentaros |
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á mí con tal faz y
nombre. |
990 |
¡Me habéis dado un
año entero |
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de afán! |
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ENCAPUCHADO |
Justa punición
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de vuestra superstición |
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y de la sed de dinero. |
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Mas ¿díjeos
quién era yo? |
995 |
Vida y honra me debéis, |
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y negarme fe podéis, |
|
agradecimiento no. |
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Mas hoy que cargos á
hacer |
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vengo, y cuentas á
cerrar, |
1000 |
punta ni hoja ha de quedar |
|
por asir ni por volver. |
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CAPITÁN |
¡Pues no hay pocas puntas
sueltas, |
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ni por volver pocas hojas! |
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Sudaréis si andan los
Rojas |
1005 |
revueltos con los Revueltas. |
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ENCAPUCHADO |
Todas las hojas y puntas |
|
por volver y por atar, |
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os las vengo yo aquí
á dar, |
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Capitán, vueltas y
juntas. |
1010 |
Y no será culpa
mía |
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si al juntar puntas y hojas, |
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los Revueltas y los Rojas |
|
no se juntan todavía. |
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CAPITÁN |
Pues empezad á coger |
1015 |
y á volver puntas y
hojas, |
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y empecemos por los Rojas. |
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ENCAPUCHADO |
¿Qué de ellos
queréis saber? |
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CAPITÁN |
Lo que han hecho de mi
hermano. |
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ENCAPUCHADO |
Le educaron de manera |
1020 |
que no supiese quién
era. |
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CAPITÁN |
Y ¿han hecho de él un
villano? |
|
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ENCAPUCHADO |
No, sino un hombre leal, |
|
que no sabiendo quién
es, |
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no tiene odio ni
interés |
1025 |
contra la raza rival. |
|
Un hombre que os constituye |
|
con los Rojas en concordia. |
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Un hombre en quien la
discordia |
|
de vuestras razas concluye. |
1030 |
Y hombre de alma tan templada |
|
y de mano tan ligera, |
|
que de la vuestra pudiera |
|
volver á arrancar la
espada. |
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ENCAPUCHADO |
No; es, en vez de un villano,
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1035 |
un Revuelta caballero |
|
que a una Rojas, no el
primero, |
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sí el más leal,
dió su mano. |
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CAPITÁN |
¿Está unido en
matrimonio |
|
con una Rojas? |
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ENCAPUCHADO |
Que le hace
|
1040 |
muy feliz. |
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CAPITÁN |
Pues ese enlace
|
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lo ha de haber hecho el
demonio. |
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ENCAPUCHADO |
Él fué, mas de Dios
en nombre; |
|
Dios un diablo envió
á la tierra, |
|
vuestra fratricida guerra |
1045 |
para acabar en ese hombre. |
|
Don Lope casó á su
hermana |
|
con don Miguel, vuestro
hermano, |
|
para ahogar vuestro odio
insano |
|
en aquella unión
cristiana. |
1050 |
Es un lazo hecho ante Dios; |
|
los hijos que nazcan de
él, |
|
nacerán de odio sin
hiel, |
|
mejores que Lope y vos. |
|
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CAPITÁN |
Tanto á don Lope
mentáis, |
1055 |
que, por lo que se barrunta, |
|
el tal don Lope es la punta |
|
que más por coger
bregáis. |
|
¿Qué es de él?
Acabad. |
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ENCAPUCHADO |
Ha muerto
|
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para el mundo, Capitán, |
1060 |
y aunque amplio perdón le
dan, |
|
que vuelva á luz es
incierto. |
|
Don Lope absuelto no puede |
|
ser, si no se reconcilia |
|
con vos de odio de familia, |
1065 |
sin que átomo alguno
quede. |
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|
CAPITÁN |
Por vos vencido,
aceptó, |
|
las condiciones impuestas |
|
allí; mas nuevas son
éstas |
|
que cómo tomar no
sé. |
1070 |
|
|
ENCAPUCHADO |
Tomadlas como cristiano, |
|
Capitán, y sólo
así |
|
podrá comprenderme
aquí |
|
vuestro corazón
mundano. |
|
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|
ENCAPUCHADO |
(Bajando al
proscenio.)
|
Oidme todos:
|
1075 |
Lope de Rojas, forzado |
|
tomó eclesiástico
estado; |
|
mas por tan bárbaros
modos |
|
vejado fué y perseguido |
|
por un partido contrario, |
1080 |
que un día tiró el
Breviario, |
|
y tomó espada y
partido. |
|
Y ¡no hay nada que más
vil |
|
y sanguinario al hombre haga, |
|
ni hay peste, tósigo
ó plaga, |
1085 |
como la guerra civil! |
|
Los más nobles
caballeros, |
|
al ir en bandos partidos, |
|
se transforman en bandidos |
|
y andan como bandoleros. |
1090 |
La guerra civil maldita |
|
quita el juicio al más
prudente, |
|
torna en fiera al que es
valiente, |
|
hijos á la patria
quita, |
|
pervierte las almas buenas, |
1095 |
corrompe los corazones, |
|
envenena las pasiones |
|
y hace de los hombres hienas. |
|
Lope de Rojas, lanzado |
|
en ella por odio ruin |
1100 |
de familia, fué por fin |
|
por el Papa excomulgado. |
|
Mas un día se
espantó |
|
de sí mismo, y
penitente, |
|
paz perpetua entre su gente |
1105 |
á establecer se
obligó. |
|
El oro, que ya lo sobra, |
|
emplea un templo en hacer; |
|
(Al CAPITÁN.)
|
vos habéis podido ver |
|
allá en Portugal su
obra. |
1110 |
Mas no puede en sociedad |
|
volver á ocupar su
puesto, |
|
si deja en su raza el resto |
|
más leve de enemistad. |
|
Si vos, corazón
mundano, |
1115 |
vaso de odio y de altivez, |
|
no comprendéis esta vez |
|
su modo de obrar cristiano, |
|
yo, que por él os
vencí |
|
y la mano os desarmé, |
1120 |
desarmado os llevaré, |
|
mientras viváis, tras de
mí. |
|
y si vuestra enemistad |
|
dura lo que vuestra vida, |
|
¡que Dios á vuestra
alma pida |
1125 |
cuentas en la eternidad! |
|
¿Perdonáis? |
|
|
CAPITÁN |
Sí; porque al cabo,
|
|
según sois de pertinaz, |
|
creo que seréis capaz |
|
de venderme por esclavo. |
1130 |
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ENCAPUCHADO |
(Á JUAN.)
|
A vos, mozo, Dios testigo |
|
fué del pacto entre los
dos; |
|
ved lo firmado por vos, |
|
(Le da un
escrito.)
|
y ved si os venís
conmigo. |
|
|
|
JUAN |
(Lee.)
|
«Por el dote de doña
Ana |
1135 |
»que recibo hoy de un
extraño, |
|
»me obligo de hoy en un
año |
|
»á ir á tierra
lusitana, |
|
»y de un templo de
Coimbra |
|
»la imaginería
á hacer, |
1140 |
»cuando estén para
poner |
|
»á su bóveda la
cimbra.» |
|
|
|
|
ENCAPUCHADO |
Capitán, vuestra mano.
|
|
La espada os va á ser
devuelta |
|
por don Miguel de Revuelta |
1145 |
y Rojas. |
|
|
|
|
|
ENCAPUCHADO |
Ése,
|
|
el marido de doña Ana |
|
Rojas de Revuelta, hermana |
|
de don Lope; y porque cese |
1150 |
el público puntas y
hojas |
|
de recoger y dar vueltas, |
|
entre Rojas y Revueltas, |
|
yo soy don Lope de Rojas. |
|
|
|
|
(Se quita el antifaz y cae el telón.)
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