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31

Al que yo añadiría el correspondiente a la revisión de pruebas, a juzgar por la perfección de la edición, en cuanto a la novedad que introduce respecto al uso de u-v, utilizadas según el criterio moderno.

 

32

F. Olmedo, Nebrija en Salamanca (1475-1513), Madrid, 1944 (art. cit., p. 146).

 

33

F. Vindel, Arte tipográfico español en el siglo XV, Madrid, 1945-51, II, XXI (art. cit., p. 145).

 

34

De la edición del Cancionero enciniano de 1496 se conservan en España dos incunables, el de San Lorenzo del Escorial (sign. 33-1-10) y el de la Real Academia Española (sign. 1-8). Según el testimonio de L. Cuesta Gutiérrez (La imprenta en Salamanca. Avance al estudio de la tipografía salmantina (1450-1944), Salamanca, 1960, p. 93), existen dos más, uno en la biblioteca de Evora (Portugal) y otro en la Biblioteca Real de Múnich (Alemania). El ejemplar escurialense, impecablemente bien conservado y libre de tachaduras o añadidos, consta de 116 hojas foliadas, a excepción de la portada y la «Tabla de las obras». Los textos dramáticos figuran al final del Cancionero, impresos a dos columnas, desde el folio ciijr al cxvjr. Aquí se cierra con el DEO GRATIAS de rigor y el colofón («fue impresso en Salamanca A veynte dias / del mes de Junio de Mil. cccc, .xlvj años»). El ejemplar gemelo de la RAE, algo deteriorado, con márgenes guillotinados, con subrayados que afean los textos de teatro e, incluso, con lamentables transcripciones de algún aficionado sobre espacios en blanco (fol. cijv, col. b), guarda idéntica disposición. Contiene, además, al final del volumen, en cuatro folios no numerados, 624 versos -sobre un total de 800- de una elegía fúnebre, titulada «Tragedia a la dolorosa muerte del Príncipe don Juan», también de Encina, pero de tipografía diferente y a todas luces posterior al Cancionero. Seguramente el título indujo a error para encuadernarla conjuntamente, hecho que debió de ocurrir entre 1863, pues Gallardo la registra como edición suelta (Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, Madrid, 1863, tomo II, item 2068) y 1893, cuando Cañete da cuenta ya de la actual situación (TC, p. XVIII).

 

35

Argumentación respaldada por su amplia investigación doctoral, Móviles y metas en la poesía pastoril de Juan del Encina (Oviedo: Universidad, 1975), en especial, el capítulo I.

 

36

Sitúa la Representación ante el príncipe don Juan (Canc. 1507) en 1497; Égloga de las grandes lluvias (Canc. 1507) en 1498; la Égloga Interlocutoria en 1499; el Auto del repelón (Canc. 1509) y la Égloga de tres pastores (Canc. 1509), traídas de Italia, en 1509; La Égloga de Cristino y Febea, en torno a 1511 y la Égloga de Plácida y Vitoriano, en 1513 (pp. 265 y sigs.). Como se ve, incluye en la nómina tanto la Égl. interlocutoria como el Auto del repelón, desatendiendo los sólidos argumentos de Morley («Strophes in the Spanish Drama before Lope de Vega», Homenaje ofr. a d. R. Menéndez Pidal (Madrid: Hernando, 1925), Vol. I p. 508) y Myers («Juan del Encina and the Auto del repelón», Hispanic Review, 32 (1964), pp. 189-201), respectivamente, en contra de la paternidad de Encina en estas piezas.

 

37

Basa su identificación en las tablas cronológicas del Handbook of Dates for Students or English History, (London: Royal Historical Society, 1945), editadas por C. R. Cheney, en pág. 108 para el año 1496 (art. cit., p. 261).

 

38

En concreto, maneja la History of the Reign or Ferdinand and Isabella (London, 1842), vol. II (art. cit., p. 262).

 

39

«que propio semeja, si buen viso tengo, / la vega en españa que vi de Granada», que Sullivan cita por M. Menéndez Pelayo, Antología, VII, p. XXII (p. 264). La referencia no obliga a pensar forzosamente en el año 92.

 

40

El «Prólogo», no obstante, pudo muy bien ser escrito una vez terminada la redacción de la obra que encabeza, la Translación de las Bucólicas de Virgilio (fols. xxxir-xlviijv).