Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice




Escena V

 

TOMÁS solo.

 

  Cuántas variaciones en un mismo día. Heme a mí aquí que ha un instante estaba decidido a hacer un viaje al otro mundo, y ahora, lo que es ahora, sería capaz de dar un escudo por no morirme. ¡Conque mi Lolita es rica, conque tiene dos pretendientes! ¡Oh!, yo sabré vencer de todos ellos, sí. Voy a poner en juego todos mis ardides de seducción. Cuando venga don Eleuterio le diré que acepto la mano de su hija y ahora voy, a ver a esta. El caso es que mi padre se negará a darme   —29→   el consentimiento y, si se empeña, me deshereda. En cuanto a don Claudio... Mi padre viene, escurramos el bulto.  (Vase foro.) 



Escena VI

 

DON HERMÓGENES.

 

  ¡Qué época atravesamos, Dios mío, qué época! ¡Cuándo había yo de creer que mi hijo se atreviese a decirme rotundamente no, al proponerle un casamiento tan ventajoso! Corro a casa de mi consuegro, que será, a darle la noticia de lo que pasa, y si yo no he logrado obligar a mi hijo a dar su mano a quien le conviene, no hay duda que don Eleuterio, con sus patadas y su mal genio, le ha de hacer andar derecho.  (Se dirige al foro.) 



Escena VII

 

Dicho. DON CLAUDIO por el foro.

 

CLAUDIO.-   (Entrando.)  ¡Ay Dios!, cuántas escaleras. No vale mi sobrina los sudores que por ella... Caballero.

HERMÓGENES.-  Servidor. ¿Qué se le ofrece a usted?

CLAUDIO.-  (Se habrá mudado de domicilio sin avisarme.)

HERMÓGENES.-  Le preguntaba a usted (si era un ladrón.)

CLAUDIO.-  A eso voy. A quien yo busco no es a usted precisamente.

HERMÓGENES.-  (Claro, será a mi dinero.)

CLAUDIO.-  Yo buscaba un caballero que hace unos días vivía aquí, pero ahora, al encontrarle a usted, supongo que...

HERMÓGENES.-   Hace usted mal en suponer nada porque aquí hace mucho tiempo que vivo yo, es decir, mi hijo.

CLAUDIO.-   Usted me dispense, la persona a quien busco no tiene padre y hace pocos días, repito, vivía aquí.

  —30→  

HERMÓGENES.-  Está usted equivocado.

CLAUDIO.-   Le digo a usted que no.

HERMÓGENES.-  En resumidas cuentas ¿cómo se llama esa persona, si se puede saber?

CLAUDIO.-  Sí señor, se llama don Tomás Sangrefría.

HERMÓGENES.-  ¡Cielos!, ¿y quién le ha dicho usted que Tomás no tenía padre?  (Asustado.) 

CLAUDIO.-   Él mismo, muchas veces.

HERMÓGENES.-  Si me habré yo muerto sin saberlo.

CLAUDIO.-  ¿Conque es usted su padre?

HERMÓGENES.-  Yo, al menos, así lo he creído siempre. A no ser que ahora se haya dispuesto que a los 20 años los hijos dejasen de tener padres. ¡Dios mío, esto me faltaba! Es un tuno mi hijo, estoy convencido.

CLAUDIO.-   Sí señor, un tuno, porque él me debió decir al entrar en la redacción de mi periódico «no soy libre, aún tengo padre, soy menor de edad y no puedo ser responsable de...».

HERMÓGENES.-  ¿Qué está usted diciendo? ¿Qué es eso de la redacción?

CLAUDIO.-  Pues que ignora usted que su hijo es gacetillero de mi periódico «El Neutral».

HERMÓGENES.-  Gace... Gace... Gacetillero. ¡Oh!, esto es demasiado para un solo hombre. Yo creo que me voy a morir.  (Cae sobre una silla.) 

CLAUDIO.-  Pobre señor, me da lástima de él.  (Se dirige hacia la mesa y coge distraídamente el papel que dio RAMÓN a TOMÁS.)  Qué veo, estoy soñando, me engañaba el infame con que era estudiante. ¡Oh!, ¡y él que sabía que no se podía ser redactor de mi periódico teniendo otro destino o carrera! Esto es inaudito. Estudiante, estudiante.

HERMÓGENES.-  ¿Qué le extraña a usted? Estudiante es, sí señor ¿y qué?

  —31→  

CLAUDIO.-  ¿Y qué? Pero no lo es, lo era.

HERMÓGENES.-  ¿Cómo que no lo es?

CLAUDIO.-  Mire usted.  (Le da el pliego.) 

HERMÓGENES.-  ¡Dios mío!, qué veo, esto es imposible. ¡Él que me decía que iba a obtener sobresaliente y ha perdido el curso! Caballero, ¿sabe usted si es martes hoy?

CLAUDIO.-  Déjeme usted en paz.

HERMÓGENES.-  ¡Dios mío! ¡Virgen santísima!, cuántos desengaños en media hora.

CLAUDIO.-   (Sólo de un modo se lo perdonará todo, y es casándose con mi sobrina Dolores.)

HERMÓGENES.-  (Únicamente le absolveré de todo con tal que dé su mano él a Lolita, la hija de don Eleuterio.)



Escena VIII

 

Dichos. TOMÁS.

 

TOMÁS.-    (Sin reparar en ellos.)  Pues, señor, esto va viento en popa. Lola está muerta por mí y yo también la quiero de veras. No tardarán en venir el capitán y...  (Repara en ellos.)  Don Claudio y mi padre.

HERMÓGENES.-  ¡Caballerito!

CLAUDIO.-  ¡Caballerito!16

TOMÁS.-   (Entre Herodes y Pilatos.)

HERMÓGENES.-   (Le lleva a un extremo.)  Todo lo sé.

  —32→  

CLAUDIO.-    (Ídem.)  Nada ignoro.

HERMÓGENES.-   (Ídem.)  Aquí va a pasar algo.

CLAUDIO.-   (Ídem.)  Va a haber un cataclismo.

HERMÓGENES.-   (Ídem.)  Y tú serás quien pague.

CLAUDIO.-    (Ídem.)  Y usted será la víctima.

HERMÓGENES.-    (Ídem.)  Sólo hay un medio para librarte.

CLAUDIO.-    (Ídem.)  Sólo existe una tabla de salvación.

HERMÓGENES.-   (Ídem.)  Casándote con la que te he prometido.

CLAUDIO.-    (Ídem.)  Dando vuestra mano a mi sobrina.

HERMÓGENES.-   De lo contrario te desheredo.

CLAUDIO.-   Si así no lo hacéis, os despido de mi redacción.

HERMÓGENES.-   ¡Conque eras gacetillero!

CLAUDIO.-  ¡Conque era usted estudiante!

HERMÓGENES.-  Lo dicho, dentro de 5 minutos salgo por la respuesta.  (Vase izquierda.) 

CLAUDIO.-  Cinco minutos le doy a usted durante los cuales habrá resuelto lo que mejor le parezca.  (Vase foro.) 

TOMÁS.-  ¡Ay, Dios!, me han dejado rendido.  (Cae rendido sobre una silla.) 



Escena IX

 

TOMÁS, después RAMÓN.

 

[TOMÁS.-]  ¡Quiere decir que todo se ha descubierto! Mi padre sabe que soy periodista, y que perdí el curso también lo sabrá, pues que veo este papel tirado, el cual también habrá servido regularmente para dar a conocer a don Claudio que soy o, mejor dicho, fui estudiante. Ahora mi padre me deshereda, y el otro me echa de la   —33→   redacción. Qué me importa, me casaré con Lola y me dedicaré por completo a la esgrima. Por de pronto voy a empezar por tirar todo esto a la barredura o al fuego. Ramón, Ramón.

RAMÓN.-  Señorito, allá voy.  (Entra.)  ¿Qué quería usted?

TOMÁS.-  Mira, coge todo esto y échalo donde yo no lo vuelva a ver.

RAMÓN.-  Pero señorito, el trabajo de tanto tiempo va usted a...

TOMÁS.-  Haz lo que te mando.

RAMÓN.-  Y lo de las garras y calderas ¿también me lo llevo?

TOMÁS.-  Todo, absolutamente todo.

RAMÓN.-   (Cogiendo todo lo que hay sobre la mesa.)  Bien dijo el que dijo...

TOMÁS.-  Lo que yo te digo a ti es que en cuanto te vuelva a oír otro refrán te corto la lengua.

RAMÓN.-

No tenga usted miedo. (Bien dijo el que dijo «en boca cerrada no entran moscas».)

 (Se va cantando.) 

Papeles son papeles
cartas son cartas.
Los papeles que llevo
no valen nada.

TOMÁS.-  Si corro tras de ti, gandul... Ya no tardará en venir mi futuro suegro. ¿Pondrá alguna objeción cuando yo le diga que mi padre me deshereda? Creo que no. Además, nada diré hasta que me pregunte. Aquí le tengo.



Escena X

 

Dicho. El CAPITÁN.

 

TOMÁS.-  A la orden, mi capitán.  (Se tercia.) 

ELEUTERIO.-  ¡Hola! ¿Está usted decidido?

  —34→  

TOMÁS.-  Fuera el usted, desde hoy mismo usted de tú.

ELEUTERIO.-  Como quieras, pero en resumidas cuentas...

TOMÁS.-  Sí señor, estoy decidido, me caso mañana mismo; qué digo mañana, hoy, ahora; por la ventana iré a avisárselo a Lola si usted quiere.

ELEUTERIO.-  No tanta prisa, antes tenemos que...

TOMÁS.-  ¿Darme la lección de sable? Cuando usted guste estoy dispuesto a...

ELEUTERIO.-    (Una patada.)  No es eso. Usted no se va a casar con mi hija sin decir más que allá voy. Antes quiero saber quién es usted, de dónde viene, adónde va, qué lleva, qué trae, en fin...

TOMÁS.-  (Ahora entran los apuros) Yo me llamo Tomás Sangrefría como he dicho a usted muchas veces. Vengo de la calle, voy a su casa de usted, llevo corbata y traigo sombrero. Se lo sabe usted todo. Vamos a ver a Lola.

ELEUTERIO.-   Caballerito, usted se escapa por la tangente.

TOMÁS.-   No señor, por la escalera es por donde yo tengo ganas de escapar.

ELEUTERIO.-   (Una patada.)  ¿Tiene usted ganas de bromas? Pues yo no, y hablo muy formalmente. O me da usted noticias de su fortuna, de su familia, o nada de lo dicho.

TOMÁS.-  (Es preciso soltarla.) Pues bien, don Eleuterio, yo soy natural de una aldea de la Alcarria. Mi familia se reduce a mi padre, que es una de las personas más ricas de mi pueblo. Actualmente está en Madrid y vive aquí conmigo. Yo soy estudiante o, mejor dicho, lo era porque hoy dejé de serlo, y además soy gacetillero y folletinista de un periódico. Mi padre se empeña en casarme con una joven que no conozco y dice que si no lo hago me deshereda. El director del periódico...

ELEUTERIO.-   (Una patada.)  Basta ya.

TOMÁS.-  He dicho la verdad monda y peronda, acaso por la primera vez de mi vida.

ELEUTERIO.-  Pues mientras usted no vuelva a las paces con su padre, no se acuerde de mí ni de mi hija.  (Hace que se va.) 

  —35→  

TOMÁS.-  Pero si hago las paces con mi padre, tiene que ser para casarme con la que él...

ELEUTERIO.-  Usted arréglese como pueda; yo no daré nunca la mano de mi Lola a un joven cuyo padre le deshereda.  (Vase foro.) 

TOMÁS.-  Pero don Eleuterio...

ELEUTERIO.-    (Desde dentro.)  No doy nada.



Escena XI

 

TOMÁS, luego DON HERMÓGENES.

 
[TOMÁS.-]

¡Dios mío! ¿Hay suerte más desgraciada que la mía? No, no la hay. Yo sí que puedo exclamar parodiando a Calderón:

 (Muy cómico.) 

Apurar, cielos, pretendo
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
a mi vecina queriendo.
Porque, Señor, yo no entiendo
qué delito he cometido...

Mas, para versos está el tiempo. ¡Oh!, y el caso es que me ha entrado una comezón de casarme ¡y sobre todo de ser rico!


HERMÓGENES.-  Y bien, ¿qué has resuelto?

TOMÁS.-    (Humilde.)  Es usted padre.

HERMÓGENES.-  Deja ese aire, hipócrita; me has engañado una vez, pero...

TOMÁS.-  Sí, sí, padre, he sido un malvado, lo confieso. Mas yo me arrepiento de todo corazón y de aquí en adelante seré el modelo de los hijos.

HERMÓGENES.-  ¿Quieres decir que accedes?

TOMÁS.-  Si en un momento de vehemencia pude negaros rotundamente lo que pedíais, fue porque mis palabras me las dictaba el furor; yo   —36→   quería a una joven y ella me correspondía. No me atreví a comunicároslo porque creí que era de una fortuna muy humilde y que usted se negaría. Mas hoy que sé que es rica, me atrevo a pediros vuestro permiso para casarme con ella.

HERMÓGENES.-  ¿Es ese tu arrepentimiento? Ya te he dicho que o te casas con la que te he propuesto o...

TOMÁS.-   Pero padre, ¿qué más le da a usted que me case con Fulana o con Zutana17 si las dos son ricas, buenas, bellas? ¡Oh! Dejadme a mí escoger.

HERMÓGENES.-  No repitas que no. Con la que yo digo o te desheredo.

TOMÁS.-   Pero padre...

HERMÓGENES.-   Nada, nada, no transijo. Y ahora mismo, lo entiendes, ahora mismo me marcho de esta casa, y haz cuenta que nunca nos vimos. En cuanto a dinero, no recibirás ni un cuarto. Tus gacetillas te darán bastante para vivir cómodamente  (Ironía.)  Ramón, Ramón.

RAMÓN.-   (Entrando.)  Mande usted, señor.

HERMÓGENES.-  Éntrate en mi habitación por la maleta y sombrero.

RAMÓN.-  ¿Quiere decir que...?

HERMÓGENES.-  Que me marcho a una fonda.

RAMÓN.-    (Vase por la derecha.)  (Bien dijo el que dijo.)

TOMÁS.-   (¡Oh! No es cosa de quedarse sin mujer y sin patrimonio.)

HERMÓGENES.-  (Como él no acepte, yo no...)

TOMÁS.-  Padre, una palabra.

HERMÓGENES.-  ¿Qué quieres?

TOMÁS.-  No os marchéis, yo os lo ruego. No me dejéis abandonado.

HERMÓGENES.-  Me parece que el niño ya no necesita andadores.

  —37→  

TOMÁS.-  Pero necesito un padre que me quiera, que me aconseje; y, sobre todo, necesito comer.

HERMÓGENES.-  Pues ya sabes, si quieres tener padre que te quiera, que te aconseje y que te dé todo cuanto quieras, cásate con la que te he propuesto.

TOMÁS.-  Pues bien, sí, me casaré con quien usted quiera. Pero decidme, ¿la que me proponéis es bonita?, ¿es buena?, ¿servirá para esposa?

HERMÓGENES.-  Tiene todas las condiciones que se pueden pedir a una mujer casadera.

TOMÁS.-  Pues bien, acepto.

HERMÓGENES.-  (Al fin vencí) Gracias, hijo mío, gracias. Ven a mis brazos.  (Se abrazan.) 

RAMÓN.-   (Sale con una maleta.)  Se están dando el abrazo de despedida. Yo no entiendo por qué es esta marcha tan repentina. Bien dijo el que dijo.

HERMÓGENES.-  Ramón, vuelve a poner eso donde estaba. Ya no hay viaje.

RAMÓN

 (Se da media vuelta y entra por la derecha cantando.) 

Tengo yo la cabeza
tan descompuesta
que unas veces...

HERMÓGENES.-   [A RAMÓN.]  ¡Canalla, si voy tras de ti!  [A TOMÁS.] ¡Ay querido hijo!, no puedes comprender el placer que me ocasiona tu decisión.

TOMÁS.-  Padre, yo he sido muy malo, os engañaba...

HERMÓGENES.-  No hay que hablar más de eso. Si quieres continuar tus estudios...

TOMÁS.-  No padre, no me gusta esa carrera.

HERMÓGENES.-  Bien, de eso hablaremos luego.

TOMÁS.-  Es que yo no quiero ser abogado.

  —38→  

HERMÓGENES.-   Bien, hombre, bien. Qué odio les has tomado a... Voy a casa de mi consuegro futuro y le voy hacer venir aquí para que os conozcáis.

TOMÁS.-  Está bien, padre.  (Se sienta.) 

HERMÓGENES.-  (Antes que varíe de opinión hago venir al capitán y entonces ya no se podrá volver atrás.)  (Vase foro.) 



Escena XII

 

TOMÁS, luego DON CLAUDIO.

 

[TOMÁS.-]  Por fin el vil interés ha vencido. No me casaré por amor, pero seré rico y no estudiaré, ni traduciré libros franceses. ¿Gano en mi nueva posición? Creo que sí. Con la dote y herencias de esa muchacha y con lo que mi padre me dé ahora y me deje en muriéndose, puedo llegar a ser, como maneje bien el negocio, millonario. Este es el espíritu del siglo: oro más oro más oro, igual oro.  (Pausa.)  Si me habré vuelto filósofo.

CLAUDIO.-    (Entra.)  ¿No hay nadie?

TOMÁS.-    (Se levanta.)  ¿Quién va? (¡Ah! Don Claudio, me las voy a echar de independiente.)

CLAUDIO.-  Creo que ya han pasado 5 minutos.

TOMÁS.-  Sí señor, ¿y qué?

CLAUDIO.-  Me asusta usted, hombre, ¿no sabéis a lo que vengo?

TOMÁS.-  No recuerdo.

CLAUDIO.-  Pues me gusta. Yo vengo...

TOMÁS.-  Sentado lo dirá usted mejor.  (Le coloca una silla.) 

CLAUDIO.-  Gracias; vengo a proponeros una boda que hará vuestra fortuna. Ya os he dicho muchas veces que yo tenía una sobrina con la cual hacíais buena pareja. Vos nada contestasteis y, como el que calla otorga, me creí autorizado para decir a mi cuñado, padre de vuestra...

  —39→  

TOMÁS.-  Entiendo. Para decirle si quería un joven para casarle con su hija... Le diría usted que fuera rico, probo...

CLAUDIO.-  Eso es, eso es.

TOMÁS.-  Lo que es  (Se levanta.) , señor don Claudio, que ustedes tratan a los jóvenes como si fueran objetos de comercio. Ustedes miran el matrimonio como un negocio más o menos.

CLAUDIO.-  ¡Don Tomás!

TOMÁS.-  Lo dicho, aunque la chica esa sea más rica que Creso y más hermosa que Cleopatra, sólo por ser ustedes los que arreglan el matrimonio, y además por otras causas, (que me callo).

CLAUDIO.-  Pues bien, desde este momento, señor traductor infame, deja usted de pertenecer a mi redacción. Usted me ha engañado como a un chino diciéndome que era libre, que no tenía padre; en fin, ha obrado usted de un modo poco...

TOMÁS.-  Basta ya de improperios indecorosos; ¿quién me viene a mí a consultar?, un hombre que sólo sabe adular en su periódico al ministerio por alcanzar un destinillo para su hijo, y cruces para él. Miren ustedes con qué me amenaza, con echarme de su redacción. A deshonor tendría yo permanecer más tiempo en ella; ¡yo, gacetillero de un periódico al que se pone por nombre «Neutral» por no decir Ministerial perpetuo! Y me llama traductor creyendo que lo tomo por insulto. Necio, ¿qué cosa más honrosa puede haber que traducir, francés sobre todo? ¿En qué lengua escribieron Bossuet, Lamartine, Fenelon, Rousseau, Mirabeau, Voltaire, La Fontaine, Chateaubriand, Rollin, Massillon18, Buffon, Jauffret, Desprès, Fleury, Chevalier, Littré (?), Lacordaire, Lebrun, Lacrosse, Thiers, Courier, Arnault, Dujardin, Scarron, Girard, Boileau, Lemierre, Florian, Racine, Le Bailly, Delille, Nogaret, Malherbe, Marmier, y otros muchos grandes escritores? ¿Cuál fue sino Francia la patria de millares de hombres célebres, la tierra del verdadero comercio, industria, ciencias, bellas artes? Oh, don Claudio, creedme, todos los autores que he citado y otros que callo, aseguran que hago muy   —40→   bien19 en traducir obras francesas, dejando las obras españolas que huelen a rancio de 10 leguas, y que hago muy bien asimismo en mandarle a usted a paseo y decirle que no se vuelva a20 acordar de mí para nada. No sé si V me habrá entendido, pero yo me he explicado.  (Todo lo anterior, muy deprisa.)   (Se sienta.) 

CLAUDIO.-  Me voy, me voy, no quiero permanecer más tiempo con un loco.  (Se dirige al fondo.) 



Escena XIII

 

Dichos, DON HERMÓGENES y el CAPITÁN.

 

ELEUTERIO.-   (Desde dentro.)  Cuando le digo a usted que vinimos equivocados.

HERMÓGENES.-  Hombre, si sabré yo dónde vivo. Mi hijo le espera a usted con ansia...

TOMÁS.-   (Levantándose.)  ¿Quién va?, (¡el capitán!)

CLAUDIO.-  (¡Mi cuñado!)

HERMÓGENES.-   (A CLAUDIO.)  ¿Todavía anda usted por aquí, caballero? Haga usted el favor de tomar el portante, o de lo contrario...

CLAUDIO.-  ¡Caballero!

ELEUTERIO.-    (Una patada.)  Don Hermógenes, usted se librará de hacer ningún mal a mi cuñado.

HERMÓGENES.-  ¿A su cuñado?

CLAUDIO.-   Sí señor, pero lo que yo quiero que usted me explique es qué hace aquí ese caballerito.

HERMÓGENES.-  (Es maniático su cuñado de usted.)  (A CLAUDIO.) 

ELEUTERIO.-  Respóndame usted.  (Una patada.) 

  —41→  

Eleuterio, Claudio, Hermógenes, Tomás

HERMÓGENES.-  Qué quiere usted que le responda si ese que está ahí es mi hijo.

ELEUTERIO.-   (Asustado.)  Ya, su, su, su...

HERMÓGENES.-  Sí señor, mi, mi, mi, mi, ¿qué le extraña a usted?

TOMÁS.-  Yo os lo explicaré todo, padre.

ELEUTERIO.-    (Una patada.)  No quiero. Este joven es un infame a quien yo había prometido la mano de mi hija, y luego me convencí de que era un pícaro, un tuno.

HERMÓGENES.-  Luego Lolita era la que tú me decías que...

TOMÁS.-  Sí señor, yo creo que todo está arreglado. Usted, don Eleuterio, me dijo que hasta que hiciese las paces con mi padre y volviese a ser su heredero, no me acordara de usted. Pues bien, padre mío, deme usted un abrazo.  (Se abrazan.)  ¿No es cierto que os heredaré?

HERMÓGENES.-  Claro.

  —42→  

TOMÁS.-  Ya lo ve usted, señor capitán. Lolita será mi esposa, ustedes consuegros y yo el hombre más feliz del mundo. Vamos a ver a mi futura.

ELEUTERIO.-   Alto allá. Lo bueno que usted tiene, que todo todo lo arregla a su gusto. ¿Quién le ha dicho a usted que yo consentía?

TOMÁS.-  Pero si antes dijo usted que...

ELEUTERIO.-  Antes habré dicho cualquier cosa, pero ha de saber usted que yo nunca me acuerdo de las cosas que he dicho hace media hora; por lo tanto, si antes le he dicho que haciendo las paces con su padre le daba la mano de mi hija, ahora le digo a usted que no, y hemos concluido.

HERMÓGENES.-  (Lo dicho, este hombre es maniático.)  (Hablan aparte padre e hijo.) 

CLAUDIO.-  (Estoy absorto.)

ELEUTERIO.-   (Quiere decir que de las tres proporciones sólo me resta una, la que mi cuñado me propone.) Claudio, me alegro que estés aquí para decirte que puedes decir a ese joven periodista que yo le concedo la mano de mi hija.

TOMÁS.-  (¡Oh rabia!)

CLAUDIO.-   (A DON HERMÓGENES.)  ¿Sabe usted si se ha vuelto loco mi cuñado?

ELEUTERIO.-   ¿No me contestas?

CLAUDIO.-  Qué te he de contestar si el joven de quien hablas es ese a quien acabas de negar la mano de tu hija.

ELEUTERIO.-   ¿Qué oigo?

TOMÁS.-  ¡Oh felicidad!

ELEUTERIO.-  Quiere decir que mi hija tenía tres prometidos distintos...

TOMÁS.-   Y un solo amante verdadero. Y mis tres novias era una sola, Lola mi vecinita.

CLAUDIO.-  ¿Te decides?  (A ELEUTERIO.) 

  —43→  

HERMÓGENES.-  Decídase usted

ELEUTERIO.-  (No es cosa de dejar escapar por una tontería mía un novio para mi hija.) Pues bien, si todos los novios son uno, que se casen.

TOMÁS.-  Gracias, gracias.  (Le abraza.) 

ELEUTERIO.-  No me gustan las caricias.

TOMÁS.-  Desde hoy llámeme usted de tú.

ELEUTERIO.-   Bien, hombre, bien, siempre andas con eso.

HERMÓGENES.-  He observado que siempre está usted de mal humor, don Eleuterio.

ELEUTERIO.-  Repare usted mis canas y repare usted mis galones y verá usted si tengo motivos para estar de mal humor.

CLAUDIO.-   (Le ha dado usted en la llaga.)

HERMÓGENES.-  (Lo siento.) Pero ese retraso en la carrera habrá sido por injusticias.

ELEUTERIO.-  Claro, pues no hay militar más valiente que yo en toda España.

TOMÁS.-  (Cuánta modestia tiene mi bello papá21.)

ELEUTERIO.-  ¿Quieren ustedes que les cuente mis campañas?

TOMÁS.-   Ahora no, luego.

ELEUTERIO.-   Pues si has de ser mi nuero tienes que acostumbrarte. A mi hija se las cuento todos los días, así es que ya las sabe ella mejor que yo.

TOMÁS.-  Don Claudio, tengo que pediros perdón por las injurias que os he hecho a vos y a vuestro periódico.

CLAUDIO.-   Con que te retractes, querido sobrino, de lo que has dicho hace poco, quedas perdonado.

  —44→  

TOMÁS.-  ¡Oh!, le doy a usted las gracias por dos cosas: por el perdón y porque me llama sobrino. Vamos a ver a Lola.  (Hace que se va.) 

HERMÓGENES.-  Antes hay que echar un piscolabis y brindar todos.

TODOS.-  Aceptado.

TOMÁS.-   (Se va hacia el foro.)  Ramón, trae unas cuantas botellas y copas. El primero que brinde será don Eleuterio, después mi padre, en seguida don Claudio...

RAMÓN.-   (Entrando con copas en una bandeja y botellas debajo de los brazos.)  Y luego yo.



Escena XIV

 

Todos.

 

TOMÁS.-   Admitido, y yo el último. Conque va (?), querido suegro.  (Llena una copa y saluda.) 

ELEUTERIO.-  ¿Qué es esto?

TOMÁS.-  ¡Champagne!

ELEUTERIO.-   No, no, yo quiero vino español.

RAMÓN.-  Aquí hay Valdepeñas.  (Le da otra.) 

ELEUTERIO.-  Esto es lo bueno.  (Coge la copa.) 

TOMÁS.-  Que brinde en verso.

TODOS.-  En verso.

ELEUTERIO.-  Yo no soy poeta.

RAMÓN.-   Eso qué importa; tampoco yo lo soy y era capaz de estarme echando por esta boca que Dios me dio (y que se ha de tragar la tierra) un año entero seguidillas.

  —45→  

TODOS.-   Tiene razón.

ELEUTERIO.-

Pues bien, allá va.

Brindo por todos ustedes
por la milicia también
brindo por mi chafarote
por mi Lola y por el Rey.

 (Bebe.) 


TODOS.-  Bien, muy bien.

CLAUDIO.-  (Todos los militares han de tirar (?))

RAMÓN.-  Silencio, don Claudio, aquí nadie habla entre dientes.

CLAUDIO.-  (¡¡Maldito!!)

CLAUDIO.-   A usted le toca, don Hermógenes.

HERMÓGENES.-   Allá voy.  (Coge una copa.)  ¿En verso?

RAMÓN.-  Claro.

HERMÓGENES
Yo brindo por la boda
y por los novios
sin andar en rodeos
brindo por todos.
Y tan sin tino
que brindo por las cepas
que dan el vino.

TODOS.-  Bien, éste sí que estuvo bien.

CLAUDIO.-  (Estos aldeanos tiene un afán por las seguidillas.)

RAMÓN.-    (A CLAUDIO.)  A usted le toca (don Criticón).

CLAUDIO

 (Ahuecando la voz.) 

Puesto que ya la antorcha de Himeneo
va a22 alumbrar rutilante vuestras bodas
—46→
yo que soy vuestro tío, os deseo
todas las dichas, las venturas todas.
De mi voz escuchad el pobre acento
qué felices seréis, repite el viento.

TOMÁS.-  Ahora tú, Ramón.

CLAUDIO.-  (Qué ignorantes, no me han aplaudido.)

RAMÓN.-

 (Con una copa en cada mano.)  Allá va lo que es.

 (Canta.) 

Puesto que los cantores
están de moda
echar mi cuarto a espadas
quiero yo ahora.
Cuelgo la lira
y canto con guitarra
mi seguidilla.

  (Bebe una copa.)  


TODOS.-  Otra, otra.

RAMÓN

 (Canta.) 

Es el Champagne, señores,
vino muy bueno;
si me dan Valdepeñas
también lo bebo.
Me gusta todo
porque yo soy del vino
un buen devoto.

TODOS.-  ¡Viva, bueno, bueno!

TOMÁS.-   Ramón se ha llevado la palma, conque ahora vamos a ver a Lola.

HERMÓGENES.-   Faltas tú.

TOMÁS.-   Yo no brindo.

RAMÓN.-  Porque, bien dijo el que dijo, el mejor danzante sin castañuelas.

  —47→  

TOMÁS.-  Yo no brindo, porque como alguno ha de dar la despedida al público, no quiero gastar mi musa en eso.

TODOS.-  Tiene razón.

CLAUDIO.-   Sin embargo, no vas a saber hacerlo.

RAMÓN.-  ¿Por qué no?

CLAUDIO.-   Porque como nunca hizo nada más que traducir.

TOMÁS.-  Hoy voy a componer los primeros versos originales para despedirnos del público.

HERMÓGENES.-  ¿Qué va a ser?

TOMÁS.-  Un soneto.

CLAUDIO.-  ¡Qué barbaridad! Vaya un estreno. ¡Una cuarteta!

TOMÁS.-  Eso es poco.

CLAUDIO.-  Para empezar bastante es.

ELEUTERIO.-   Tiene razón.

TOMÁS.-   Pues allá va.

ELEUTERIO.-  (Será buena, no hay duda.)

TOMÁS
Señores, el pobre autor
os ruega le dispenséis
y que una palmada deis
eso lo dice el actor23.

 

(Cae el telón.)

 




 
 
FIN DE TRES EN UNA
 
 


  —48→  
PERSONAS
 
ACTORES
 
TOMÁS. ALAS Y UREÑA.
DON HERMÓGENES,   su padre. GLEZ. VALLE (ANSELMO).
DON ELEUTERIO,   capitán. BUYLLA.
RAMÓN,   criado. VALDÉS.
DON CLAUDIO. REAL.


Tomás y Lolita

Oviedo, 26 de 1867 - L. A. U.



 
Anterior Indice