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71

Cf. González Vidal, J. M.: «Proceso del poeta Vicente Medina», en AA. VV.: Estudios sobre..., op. cit., pág. 291 y sigs.

 

72

Recogida por Díez de Revenga en «Vicente Medina en el Ateneo de Madrid (1932)», en AA. VV.: Estudios sobre..., op. cit., págs. 42 y sigs.

 

73

Poesía de V. Medina en el Alma del Pueblo.

 

74

Poesía de V. Medina en La Canción de la vida.

 

75

En La Velada Poética de 1932, op. cit. En realidad fueron tres veladas que tuvo a lo largo del citado año de 1932: febrero, abril y diciembre.

 

76

Canción popular.

 

77

Argentina era la nación hispanoamericana en que más fuerte se notaba la influencia de la cultura francesa (Cf. André, Eloy Luis: «El porvenir de la filosofía científica en España y en Hispano-América», en Nuestro Tiempo n° 159, Madrid 1912. Ya hemos citado como Manuel Ugarte, lo mismo que ahora Vicente Medina, dieron sus charlas en la universidad parisina. Era una meta en sus vidas.

De Vicente Medina dijo Ugarte (op. cit.), comparándolo con Salvador Rueda que:

«El segundo, [Vicente Medina, es] más sobrio, se atiene al cuestionario y responde en frases netas. Pero ambos traen una contribución igualmente simpática.

[...]

«Medina es más resuelto [que Salvador Rueda] en su brevedad:

"La característica de la literatura española del día -escribe [Medina]- es precisamente el alborear de ese arte social probado en Francia". Creo que el escritor debe intervenir en las luchas políticas y conflictos sociales, pero no como artista, sino como ciudadano más obligado por las armas de que dispone y por la superioridad de inteligencia».

 

78

La Velada Poética, 13 de febrero de 1932.

 

79

Medina, V.: La Velada Poética. Ateneo, s/d, h. 1932.

 

80

Las dunas activas de la desembocadura del río Segura, habían sido una amenaza continua, por lo que por R. O. de 2 diciembre 1897 se ordenó buscar una solución al problema y el encargado fue el Ingeniero de Montes Francisco Mira y Botella, empleando un sistema basado en fijaciones sucesivas de menor a mayor, según el método Bremontier, que condujo tras un largo proceso a que en 1929 ya estuvieran plantados los pinos, que pocos años después vio Vicente Medina, aún en fase de crecimiento.