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131

El gancho, El petardista, El pobre vergonzante, La parroquiana de café, La mamá de teatro, El gorrista y El caballero de industria. (N. del A.)

 

132

El guripa, El vendedor de periódicos y El matón. (N. del A.)

 

133

El maestro de escuela, El estudiante de medicina, El maestro de lenguas, Los pensionistas... (N. del A.)

 

134

El zarzuelero, La suripanta, El bohemio, El pianista, El bailarín, El cómico casero, El cómico de afición, El crítico, El poetastro, La literata... (N. del A.)

 

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Es bastante peculiar que se incluyera por primera vez el tipo «el abogado» en Los españoles de ogaño, ya que el siglo XIX, que representa escaso desarrollo industrial, científico y técnico, es, en cambio, la época de grandes transformaciones jurídicas, de exuberante legislación y codificaciones. Consecuente con esta realidad, no debe extrañar que la gran mayoría de la población estudiantil se decante por la carrera de Derecho. Manuel Tuñón de Lara en La España del siglo XIX, Barcelona, Ed. Laia, 1973, p. 174, ofrece unos datos muy apreciables del curso 1859-1860. De un total de unos seis mil estudiantes, casi cuatro mil cursaban sus estudios en la Facultad de Derecho; ciento cuarenta y uno cursaban en las Facultades de Ciencias; treinta y ocho en la Escuela de Arquitectura; veintisiete en la de Ingenieros Agrónomos y cuatrocientos ochenta y nueva en la de Industriales. Teniendo en cuenta estos datos, parece imprescindible la presencia de «el abogado» en una colección de este signo. (N. del A.)

 

136

Vid. artículos como El pianista, El cómico de afición, El hombre necesario, El sastre, El revistero, etc. (N. del A.)

 

137

La utilización de verso no tiene nada de extraño, ya que fue admitido por los cultivadores del género desde el siglo XVIII y aparece con relativa frecuencia en las colecciones costumbristas decimonónicas que toman como ejemplo la primera colección española -Los españoles pintados por sí mismos- en la que se presenta cuadros escritos en verso -El cartero y El calesero- y cuadros que lo intercalan con la prosa -La nodriza, La gitana y La maja-. La prensa también se hace eco de esta modalidad y sería interminable la lista de cuadros escritos en verso aparecidos en periódicos como El Semanario Pintoresco Español, El Laberinto, El Museo de las Familias, etc. (N. del A.)

 

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Correa Calderón en Costumbristas españoles..., Madrid, Aguilar, 1951, Cap. «Análisis del cuadro costumbrista», pp. LXXI-LXXVI, señala que existen varias modalidades de títulos, destacando el uso frecuente de títulos dobles, unidos por la conjunción o que posee valor aclarativo, de identidad, así como títulos compuestos por dos conceptos u objetos antagónicos unidos por la conjunción y. Por último, incluye títulos compuestos por largas frases que resumen el contenido del artículo. Sin embargo, en nuestra colección no aparece ninguna de estas modalidades. (N. del A.)

 

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El bohemio, La niñera, La modista, El filósofo moderno, El agente fúnebre, El noticiero, El casero, El farol, El sepulturero, El matón, Los pensionistas, La planchadora, El zarzuelero, La mamá de teatro, El inventor, El homeópata y El sepulturero. (N. del A.)

 

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El filósofo moderno, tomo I, p. 317. (N. del A.)