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461

Marx-Engels, Cuestiones de Arte y Literatura, Barcelona, Península, 1975 (ed. de bolsillo), p. 69; y cfr. «[La crítica] parte siempre de lo concreto, de la lectura de la obra, pero ésta se le presenta en la primera lectura como un cúmulo de impresiones subjetivas, sin necesidad alguna ni validez general. La mediación del gusto (y, por tanto, su universalización) se produce precisamente a través de una labor de análisis, que lleva a la descomposición de la obra en elementos abstractos; elementos abstractos en los que, sin embargo, se puede captar las relaciones de la obra con el ambiente cultural, el histórico social, el lingüístico, con los datos mismos de la biografía del autor. Después de esta labor de análisis, el crítico vuelve a lo concreto, es decir, a la poesía, con una capacidad de comprensión que ya no está confiada a impresiones subjetivas, sino a datos objetivos y científicos». Y cfr. P. Macherey, Pour une théorie de la production littéraire, Paris, Maspéro, 1974, reimpr. (1.ª ed.: 1966); pp. 13 y ss. (N. del A.)

 

462

Para algunas prevenciones críticas en contra de la lectura, V. J. C. Rodríguez, Teoría e Historia de la producción ideológica. Las primeras literaturas burguesas, Madrid, Akal, 1974. En otros casos, la cuestión se aborda con harta simpleza: cfr. Carlos Reis, Fundamentos y técnicas del análisis literario, Madrid, Gredos, 1981. Al otro extremo, la Rhétorique de la lecture, de M. Charles, París, Du Seuil, 1977. Y algo más clásico: A. Nisin, La Literatura y el lector, Buenos Aires, Nova, 1972. (N. del A.)

 

463

Téngase en cuenta este párrafo para la bifurcación posterior que vamos a ensayar: el hecho literario como objeto que se relaciona con sus circunstancias de producción y consumo -de lo que ahora vamos a hablar-, además de con nuestras propias circunstancias; y, en segundo lugar, el hecho literario exento, sólo conectado con nuestras circunstancias de lectores y críticos. (N. del A.)

 

464

Jean Starobinsky, La relación crítica, Madrid, Edicusa, 1975, p. 22: «La soledad del discurso crítico es la gran trampa de la que hay que escapar. Excesivamente sometido a la obra, comparte su soledad; excesivamente independiente de aquélla, recorre un camino singular y solitario, en el que la referencia crítica no es ya sino un pretexto accidental que, en rigor, debería ser eliminado; idolatrando el rigor científico, se encierra a solas con los «hechos» correlativos al método adoptado, resbala sobre ellos y se ensucia con ellos. Cada uno de estos peligros se puede definir como una pérdida de la relación y como una pérdida de la diferencia». (N. del A.)

 

465

El origen del modelo semiológico se halla en la famosa conferencia de Jakobson «Lingüística y Poética» (1960), ed. en español en el vol. Estilo del lenguaje, ed. por T. A. Sebeok, Madrid, Cátedra, 1974. Otros de los que se citan, tan sólo como ejemplo, pueden ser los de Umberto Eco en La estructura ausente, Barcelona, Lumen, 1972 (ed. orig.: 1968), pp. 210-11. O los que salpican la revista Semiótica, pionera en estas lucubraciones. (N. del A.)

 

466

[«13» en el original, a partir de aquí la numeración es incorrecta. (N. del E.)]

 

467

Para no complicar la bibliografía con un aspecto que quizá pueda considerarse alejado de la crítica literaria me limito a reseñar lo esencial del propio Popper; desde luego su Lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1962 (ed. orig.: 1959); y la recopilación del volumen Conocimiento objetivo, Madrid, Tecnos, 1974 (ed. orig.: 1972), de donde extraigo las citas. (N. del A.)

 

468

Para el concepto de «ideología» en el marxismo actual, y sobre todo en Althusser, con referencias a la Literatura, cfr. de este autor «Marxismo y humanismo» en La revolución teórica de Marx, Madrid, Siglo XXI, 1973, 9.ª ed. (1.ª ed. orig.: 1965), pp. 182-206 y en particular pp. 191-6. «Sobre el concepto de ideología» en Polémica sobre el marxismo y el humanismo, México, Siglo XXI, 1973, 4.ª ed. (1.ª: 1968), pp. 176-86. En «Sobre la Ideología y el Estado», en Escritos, Barcelona, Laia, 1974, pp. 103-170, especialmente pp. 112-16, 126-7. Así como el Curso de filosofía para científicos, ya citado. La cuestiones artísticas y literarias se hallan tratadas casi siempre tangencialmente (por ejemplo en la «Carta a Michel Simon», de 1965, en Polémica..., p. 194, Curso de Filosofía..., pp. 40-51; etc.) a no ser en el brevísimo artículo aparecido en Literatura y Sociedad, colectivo editado en Buenos Aires, 1972. (N. del A.)

 

469

A la hora de corregir pruebas leo el artículo de Walter G. Creed, «René Wellek and Karl Popper on the Mode of existence of Ideas in Literature and Science», en el Journal of the History of Ideas, 44 (1983), 639-56, que coincide en parte con lo que yo discuto al final de este trabajo y señala «he has not worked out the implications of his ontology for Literature». (N. del A.)

 

470

Edic. de E. Correa Calderón, Madrid, Castalia, 1969, II, pp. 229, 234. (N. del A.)