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Capitulo III

En que se prosigue la misma materia con successos de idolatrias en otras partes



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1. Castigo de delincuentes indios

     DESPUES QUE ESTOS IUEZES (67) arriba referidos con authoridad del Illmo. Señor Don Fray Garcia Guerra Arçobispo de este Arçobispado el año de 1611, castigaron en el pueblo de San Mateo Texcaliacac sujeto de Xalatlaco los mas principales de los delinquentes en los delitos arriba referidos. Es muy de notar con la desverguença, y malicia, conque estos vssaban sus embustes, y supersticiones; pues sacando á vno el más culpado con su coroza, y como penitente, no solo no mostró estarlo; mas con toda resolucion, y descaramiento, viendo que algunos de los españoles circunvezinos, que auian acudido á ver esta justicia se reian del, por ser el mas conoscido: les dixo, que de que se reian: pues no era maravilla, que á el la castigassen, siendo indio; pues tambien castigaban españoles por semejantes delitos. Conque se conosce el mucho daño, que auia allí, pues los más ladinos de los indios, de quienes se podía esperar mas firmeça en la feé, eran los peores, y los dogmatistas de estos engaños, como se experimentó en el marquesado, y en el Beneficio de Atenango del Rio, y sus contornos.



Fechas y datos biograficos importantes

     (68) Y como Dios Nuestro, Señor, que por peccados cometidos, contra su diuina Magestad permite estas llagas de peccados en castigo de peccadores; tambien previene misericordiosamente medicinas para ellos: y assi fue servido, que en los años de seiscientos, y treze (1613) en adelante, siendo ya Arçobispo desta Santa Yglesia el Illmo. Señor Don Juan de la Serna mi Señor de gloriosa memoria, y á quien latrias preuiniendo la persona del licenciado Don Fernando Ruíz de Dios tiene en su Sancto Reyno: probeyó remedio para toda aquella tierra con el Sancto Zelo, y cuidado de inquirir, y castigar estas idolatrias [...] Alarcon Beneficiado de Atenango del Río Hombre noble, y docto, y gran Predicador de la lengua Mexicana, hombre muy penitente, y con mucha oracion, y contemplacion, el qual con comission del dicho Illmo. Sr. Don Juan de la Serna Arçobispo deste Arçobispado, inquirió mucho destas materias, y castigó algunos delinquentes, y prosiguió en el gouierno de el Illmo. Señor Don Francisco Manço mi Señor en este Sancto exercicio, y paternal, y pastoral ministerio hasta que Dios se lo lleuó, y el año passado de 1646 vissitando aquella cordillera con comission del Illmo. Señor Don Iuan de Mañozça allí en Atenango del Río, y sus sujetos hallé la memoria, y buena fama de tan Sancto Varon, y loables costumbres, y devociones, que á todos aquellos indios auian predicado, y enseñado, principalmente versos en la lengua mexicana á devocion de la Virgen Sanctissima Nuestra Señora; que no pongo aqui algo de lo mucho que hallé de estas enseñanças, porque no las procuré, por no auer tenido intencion entonces de hazer este tratado; y me pessa, porque se imitassen, y celebrassen obras de tan excelente Varon. Vinieron á mis manos algunos papeles sueltos de lo que observó en materia de las supersticiones, ó idolatrias, assi de las que castigó en su Beneficio, como en aquella comarca, y ojala fueran muchos los escritos, que quedaran estos bien ricos, y fueran muy fructuosos.

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2. Curaciones por medio de conjuros supersticiosos

     CUENTA PUES (69) este dicho Venerable Varon, y Ministro Apostolico, que vissitando el Marquesado, cuya cabecera es la Villa de Cuernabaca, halló muy estendida, y esforçada, y bien receuida la fama de vn indio viejo venerable, que en toda aquella tierra era tenido por hombre marauilloso, y sancto; y que tenia virtud diuina de el Cielo para curar enfermedades; y avnque le nombra por su nombre, yo lo paso en blanco: pues á nuestro intento no importa saber como se llamaba, sino saber lo que hazia. Auia muchos años, que con sus ficciones, y embustes traia embabucada, y engañada toda la gente de aquella comarca al modo que Simon Mago engañaba todos los que le seguían lleuados de su Magia, y embustes: viuia este embustero en el pueblo de tlaltitzappam, y assi en este pueblo como en todos los que auia entrado, y tenido comunicacion, y aportado su fama, era tenido por milagroso, y casi diuino, por auer contado de si vn embuste, y enredo bien ordenado, y mas bien logrado pues lo aprouechava tan bien, que grangeaba aquella fama, en que, se conoscerá la astucia de nuestro enemigo el Demonio: pues para hazer preuaricar almas, se vale de la inuencion de vn indio bruto, para sacar el fructo que sacaba de toda aquella miserable gente.

     (70) Auia muchos años, que este embustero auia contado, y procurado esparcir por todas partes, que estando muy al cabo de vna grave enfermedad, de que auia llegado ya á lo vltimo de la vida: se le aparecieron dos personas vestidas de tunicas blancas, las quales lo lleuaron muy lexos de aquel lugar, donde estava vn enfermo, y alli le echaron ayre, y luego le lleuaron á otro lugar, donde auiendo hallado otro enfermo, le tornaron á echar ayre, y luego le dixeron: «volvamos á tu casa, que ya te lloraran, descança ahora, que passado mañana, volveremos por tí»; y que á este tiempo voluiendo en si, halló que los de su casa le lloraban ya por muerto, y que luego á el tercero dia voluiendo por el los dos vestidos de blanco, le lleuaron como la primera vez, y auiendo visto los dos enfermos, y auiendole soplado como antes, le dixeron: «date prisa, si quieres ver á tus parientes, á tus Padres, y abuelos; pero si te hablaren en ninguna manera les respondas, porque si les respondes, te quedarás con ellos, y no volverás mas al mundo», y que luego vió dos caminos, el vno muy ancho, y que lo seguian muchos; y el otro muy angosto, y aspero, muy lleno de matas, juncos, y espinas, y que le dixeron, que aquel era el camino de nuestro Redemptor Iesu Christo, y que vió, que iban muy pocas por el y con esto vió otra vez, que iban muchos por el camino ancho.

     (71) Luego los de las túnicas blancas le dixeron, que los siguiesse, y siguiendolos, llegaron á la casa de las marauillas, y auiendo llegadole dixeron: Xitlamahuizo, que quiere decir: «mira, y aduierte lo que vieres, considera lo que passa con los que se emborrachan, guarte no tornes á beber (y á este tono otras muchas cosas) porque los mismos tormentos ás de pasar. Dexa luego el pulque, y no lo bebas mas, y de aqui á tres dias às de voluer acá; vamos ahora á tu casa, que ya te llorarán, no sea, que te abran la sepultura»; y que le dixeron:

     (72) «Tu eres pobre, y miserable, y curando tendras en el mundo de comer, y beber», y entonces le enseñaron las palabras, con que auia de curar (que se pondrán despues), y que desde aquel dia auia començado á curar, y auia curado siempre, y acertado las curas, por muy difficultosas, que fuessen; y con esto le volvieron los de las tunicas blancas á su casa, y auiendo vuelto en si, halló, que lo llorauan todos los de ella teniendole ya por muerto.

     (73) Luego contaba, que aquella misma noche le vissitaron tres Señoras vestidas admirablemente de blanco sin mezcla de otro color, ni guarnicion en todo el vestido, y refirió algunas platicas, que passaron entre las tres Señoras, que segun su relacion, eran la Virgen Sanctissima Nuestra Señora, La Verónica, y otra que no conoció; y que decía Nuestra Señora, que Christo Señor Nuestro auia aprisionado aquel enfermo, y, que ella lo quería fauorecer, para lo cual llamó á la Verónica, y le mandó, que le fauoreciesse, y obedeciendo su mandato le echó ayre con un lienço, y que con esto voluió en si, y á la mañana se halló bueno; y que luego le truxeron vn niño enfermo, en quien hizo la experiencia de las palabras que le auian enseñado, y sanó el niño, conque conoció la virtud de las palabras; y que despues a sanado á quantos à curado con ellas.

     (74) Y con estas mentiras tenia tan assentada su opinion, que en toda aquella comarca tenia este maldito viejo embustero opinion de Sancto, y que tenia virtud diuina, y sobrenatural, y milagrosa para curar enfermedades, principalmente de el vientre. Y auiendolo hecho parecer judicialmente el dicho Beneficiado, y preguntandole: que era aquel officio, que vssaba? conque palabras? y que eran las medicinas, y simples que aplicaba? Respondió, que el officio, que vssaba, era de curandero, y que no lo auia aprendido de gente deste mundo, sino de la otra vida, como siempre lo auia dicho, y persuadido á toda aquella comarca: y que la medicina, que vssaba, era punsar el vientre con vna ahuja con las palabras que le auian enseñado los dos de las vestiduras blancas, que son las que se siguen:

     (1º) Ea, pues, culebra blanca, culebra amarilla, aduierte, que ya te demasias, y que dañas el cofre, ó el sestonsillo, (2º) las cuerdas de carne (que son las tripas) pero ya va allá el Aguila blanca: (3º) pero no es mi intencion dañarte, ni destruirte, que solo pretendo impedir el daño, que hazes, compeliendote á que te arrincones en vn rincon, y alli impidiendo tus poderosas manos, y pies. (4º) Mas en caso de rebeldía y que no me obedescas, llamaré en mi ayuda (5º) al espiritu conjurado Huactzin, y juntamente llamaré al negro chichimeco, que tambien tiene hambre, y sed, y arrastra sus tripas, que entre tras tí. (6º) Tambien llamaré á mi hermana la de la saya de piedras que desaliña piedras, y arboles, en cuya compañía irá el pardo conjurado, (7º) que irá haziendo ruido en el lugar de las piedras preciosas, (8º) y de las arcas: tambien le acompañará el verde, y pardo espiritado en el nombre de el Padre, y de el Hijo, y de el Spiritu Sancto.

     (75) Todos estos conjuros son supersticiosos y vnas metaphoras diabolicas, assi para disimular sus idolatrias, como para significar con ellas la calidad de las enfermedades. Explicaranse aqui por sus numeros correspondientes á los conjuros.

     NUM.º 1º -Llama culebra á el dolor de vientre, porque se assemeja á ella en los retorzijones, que parecen modo de caminar de culebra.

     NUM.º 2º -Tambien la barriga tiene semejança á el cofre: y las tripas son cuerdas de carne.

     NUM.º 3º -A la ahuja llama Aguila negra, ó blanca, por el pico: que tal vez está negra, y tal vez está blanca: Luego parece que capta la benevolencia á el dolor, atribuyendole conoscimiento, cosa muy ordinaria entre estos embusteros.

     NUM.º 4º -Luego entra por rigor amenaçando con la venida del Huactzin, que es un genero de aguililla, que despedaça y come las culebras, siguiendo la metaphora, con que dió principio á el conjuro, dando nombre de culebra á el dolor: puede ser, que tambien assimile la culebra por el pico fuerte, que tiene, el aguililla Huactzin, que tambien lo tiene.

     NUM.º 5º -Luego explica: llamaré á el pardo, ó, negro chichimeco (por quien entiende la ahuja) que tambien tiene hambre, y sed, porque hiriendo saca sangre, como si se vbiesse de sustentar de ella como el aguila Huactzin, y los Chichimecos, que comen carne humana, y por el hilo, que lleua ensartado dice, que arrastra las tripas.

     NUM.º 6º -Luego dice: llamará á el agua de la saya de piedras preciosas por la verdura, que de continuo acompaña las humedades; y para hazerla temer, dice: que desaliña las piedras, y arboles, por los rios quando van de avenida, que todo lo lleuan tras si.

     NUMº 7º -Luego le acompaña el Piciete, comun supersticion de los indios, y vnica esperança de sus enfermedades; llamalo espiritado, porque le attribuye diuinidad, y conjurado, porque le añade nueva fuerça con el conjuro: el hazer ruido en el lugar de las arcas, alude á el successo, quando auiendolo dado á beber el piciete, en agua á el passiente con la fuerça de su calidad causa ruido; y como alboroto en el vientre.

     NUM.º 8º -Y porque juntamente suelen mezclar otras dos yerbas, que son: Atlinan, que es yerba del agua, y el iautli, que es el yerbaniz, dicen tambien, que ayudan el verde espiritado, y el pardo espiritado; y para concluir, y dissimular su embeleço, y authorizarlo, concluien: en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espiritu Sancto, mezclando, como arriba dixe, las cosas diuinas, y ceremonias de la Iglesia con sus idolatrias, y supersticiones.

     (79) Finalmente, auiendo este sancto Ministro presso á este embustero viejo, se alborotó todo aquel pueblo, y se juntaron muchos otros, y le lleuaron vn regalo, como lo acostumbran, tratando de defender á su viejo Medico, y embustero, por ser su consuelo; porque como quien tenia gracia de Dios curaba de todas enfermedades, y sin el quedarian muy desconsolados. Al fin despues de auer negado muchas vezes el ser embustero, y curandero supersticioso; sino diuino: con la doctrina, y enseñança de tan gran Ministro se convenció, y declaró, auerlo enseñado otro tal embustero como el.



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3. Indio ciego curandero y embustero

     TAMBIEN LE SUCCEDIO (77) á el dicho Ministro en aquel tiempo en el mismo Pueblo de Tllatitzapan, auer encontrado con otro curandero indio ciego, y gran embustero, y de muy affectadas hipocrecias: y dixo, que auiendo estado á la muerte; y quedádose como dormido, bajó á el infierno, donde auia visto muchos indios, y muchos generos de gentes, y que alli en lo alto estaba la Magestad de Dios Padre (con mil desatinos de los que suelen decir en estas muertes, que tienen, ó supersticiones) y que alli le dixeron se voluiesse á el mundo, que aun no era llegada su hora; y que llevasse consigo aquella medicina, y la bebiesse, que con ella sanaria, y sanaria á otros; y que le dieron dos pelotas de yerbas medicinales, y le enseñaron como se auian de applicar, y á vnos decia, que acá auia reconocido el effecto destas verbas; y á otros, que allà, donde lo auian llevado; tambien tenia persuadidos á todos los de aquella comarca, que tenia conoscimiento diuino, y virtud del Cielo para curar, y que assi en occasion, que vn Religioso de aquel conuento avia muerto, aviendo auido sospecha. que era de hechizo, lo auian llamado, para que dixesse, si auia sido assi.

     (78) Dicese, que era este tal ciego gran embustero, y ceremoniatico, y que traia vn rosario negro, y blanco de casi dos varas; en el remate del bordon traia pendiente vna cruz, y pedia limosna, y á quien se la daba, le echaba su rosario á el cuello, y hazia vna oracion deprecatiua á el Sancto deuoto, de quien le daba la limosna. Era curandero de las almorranas con el Copalli, que les es el pelitre de las boticas: y aunque no contó de ningun conjuro, el Iuez le quitó curasse por el engaño, que tenia del modo, con que le auian dado la gracia de curar, y ser todo supersticioso.



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4. Nahualles, Teyolocuanes y Tlachihuianes

     NO DEXÓ ESTE (79) Zeloso Ministro de aueriguar algo del fuego, y aunque no haze mencion, en los escritos, que yo vide del fuego, nuevo, y de sus sacrificios, añade á lo arriba dicho, y aueriguado en el valle vna circunstancia, digna de notar en las paridas, y en los Hijos recien nacidos: pues despues de auer puesto á parir la Madre junto á el fuego, y sobre pajas, que arriva dixe, y en quatro dias no mudar la parida, ni á el recien nacido, de aquel lugar, haziendo la ceremonia del sacrificio a el fuego por uno de los viejos Sacerdotes alli presente, y deputado á este fin: en los quatro dias no sacan braça de fuego; sino que lo conservan, teniendo por cierto, si la sacassen antes del quarto dia saldria el niño, ó niña con nuves, y cataratas en los ojos, ó enferma de ellos; á el quarto dia, ó vssan el lauara, y passarla por el fuego, como dixe, y ponerle el nombre del mes, segun su Kalendario antiguo, que ellos observaban en su gentilidad, de que trataré en el discurso de esta obra: ó si no á el quarto dia vno de los viejos, ó mas si auia, sacaban la criatura fuera del aposento, donde auia nacido, y assi mismo a el fuego sobre el.

     (80) Y passandolo por el le daban quatro bueltas dos de un lado, y dos de otro, poniendole el nombre, que auia de tener, y, de los meses de su Kalendario, y de los dias, que tienen dedicados á diferentes animales como á los Tigres, á las Aguilas, á los Caymanes, á las Culebras; todo lo qual hazian, y hazen, para imitacion de nuestro Baptismo, que aun en esto quiere el Demonio dexarse seruir, y adorar contra la honra de Dios Nuestro Señor, y de sus Sanctos Sacramentos, y de este genero de Baptismo suyo, y destos nombres puestos de diferentes animales saca este Ministro el origen de los Nahualiz, y Brujos, y dice, que este Vocablo mexicano Nahualli se forma, y tiene su significacion del verbo Nahualtia, que es esconderse encubriendose, ó disfraçandose, ó arreboçandose; y assi Nahualli será aquel, que por la applicacion, que el Padre le hizo recien nacido de dedicarlo á aquel animal, cuyo nombre le pusieron á el quarto dia; se sujeta á el tanto, que se encubre y disfraza debajo de su figura; y de esto tengo yo otra raçon, que dar mas abajo.

     (81) Digamos ahora para el conocimiento de estos casos, y para la prueba, de que ni antes de las congregaciones, ni despues, ni ahora cessan las idolatrias, y supersticiones, como consta en particular de los que refiere el gran Ministro, de quien vamos hablando. En vno de aquellos pueblos de aquella comarca saliendo vn indio de su casa á todo correr, le oyeron dar grandes voces; ay que me matan, y corren los baqueros de tal estancia, y cayó muerto, y aueriguado con los baqueros de aquella estancia, se halló, que auian corrido vn Sorro, ó Raposa y muertole en el ejido, y voluiendo á el Pueblo hallaron el indio muerto con las mismas heridas, y golpes, que el sorro tenia.

     (82) Lo mismo sucedió con vn indio, que començó á dar las mismas, vozes, de que lo mataban, sin que vbiesse persona delante, que lo pudiesse hazer, y hallaron, que en el Rio auia muerto vn cayman, y que las heridas, y golpes, que tenia correspondian al indio muerto.

     (83) Vnos religiosos muy graues de la orden de Nuestro Padre Sancto Domingo, que el vno fué el Padre Maestro Fray Andres Ximenez Religioso de toda satisfaccion en Letras y Sanctidad, refirió que en vno de los Conuentos de Sancto Domingo, que están en el Marquesado en vna Çelda, donde estaban estos Religiosos, entró de noche á deshora por la ventana (que como haze calor, suele estar siempre abierta) vn Morziegalo mucho mayor que los ordinarios, y los Religiosos con los sombreros anduvieron á las bueltas, tirandoselos á el Morziegalo, á ver si lo podian matar: y al fin se les escapo, y el dia siguiente vino á la porteria vna india Vieja a dar muchas quejas, á vno de los Religiosos, de que la auian querido matar la noche antes dos Religiosos de aquel convento, y que ya que no la auian muerto, la auian maltratado mucho: pues la noche passada auian maltratado mucho vn Morziegalo que era ella; que se auia entrado en vna Çelda, y que por defenderse, auia quedado muy cansada: y admirado el tal Religioso la procuró detener con prometerle limosna, y que la iba á traer; para con esta occasion llamar los demas Religiosos, y aueriguar el caso; y quando volvió, no la halló, ni pudo ser avida, ni conocida.

     (84) Vn hombre de la Comarca de Acapulco llamado Simon Gomes, caminando con dos hijos suyos ya de edad, llegaron á vno de aquellos Rios cercanos á este puerto, y en el estaba vn pedrisco en medio, que hazia como isleta, y el vno de sus hijos ó bañandose, ó nadando se subió en este pedrisco, ó serrillo de peña, y dió en rodearlo vn cayman, dando tantas bueltas, que el moço se atemoriçó, que bien echaba de ver, el cayman lo queria matar, y dando voces á su Padre, y pidiendo socorro, tiró con vn arcabuz desde la orilla del Rio á el cayman, y lo mató; y á este mismo tiempo en la casa del dicho Simon Gomes vna india vieja, que en presencia de la muger del susodicho, y de otros indios estaba texiendo se cayó muerta diciendo: Simon Gomes me à muerto.

     (85) Divulgose el caso, y los Parientes de la dicha india muerta, dieron querella contra el susodicho, y fué presso; y aueriguado como matando el cayman, auia resultado la muerte tambien en la dicha india, que se auia vuelto cayman con el pacto del Demonio, de que yo trataré despues algunas conjeturas, como pueda ser esto: y de estos casos ay muchos fuera de los que refiere el susodicho Ministro.

     (86) Tambien refiere, auer hallado fuera de los Nahualles los Teyolocuanes, y los Tlachihuianes, que son los que obran con hechizos contra el coraçon, y vida de los hombres; y refiere, auer succedido en el Pueblo de Couican Prouincia de Acapulco: auerse probado contra vnos indios, que auian puesto vnas cenizas vn palmo debajo de tierra en vna hermita, donde rezaban de ordinario los de aquel varrio, y que desto se les auia seguido enfermedades tan agudas, y nosciuas, que auian muerto muchos, y muy breuemente, y estas cenizas confessaron (ante la justicia Real, que conoció desta causa) auerlas reciuido de vnos buhos, ó cuclillos, que las auian traido en las vñas muchas leguas de alli embueltas en vnos trapos; y que las auian receuido ellos estando en las mismas figuras, con que vnos, y otros estaban de vna misma calidad, y figura; y el Alcalde mayor con parecer del Doctor Iuan Ciano Cathedratico de Leyes desta Vniversidad, y despues Oydor de Guadalaxara del Consejo de su Majestad, y gloria, y honra de los nacidos en esta tierra: condenó á muerte á los mas culpados.



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5. Ofrendas de copal, velas, ramilletes, etc.

     Y DIXE EN EL PRIMERO CAPITULO (87) como tenian estos miserables indios particulares, y señalados, lugares de sus idolatrias, y á quienes daban, y atribuian deidad, como á los Serros, á los Montes, á las Aguas, y Lagunas, como lo vimos en el segundo capítulo en el parrapho de la Çierra nebada; y esto era conforme el orden de las fiestas de los Dioses contenidos en su Kalendario, y como el author de todas estas maldades es el Demonio, y en todas partes es su fin condenar las almas destos pobres indios, assi los Maestros de estas ceremonias son todos vnos, y lo que succede en esta cordillera de vna parte, succede en las otras de otras partes mas, ó menos en vnas, que en otras: y assi el dicho Beneficiado, de quien vamos tratando, experimentó fuera de lo dicho arriba, aver hallado en los montes, y serros offrendas de indios de Copal, que es el incienso desta tierra, madejas de hilo, y pañitos de algodon mal hilado, que llaman Piton; candelas, y ramilletes vnos muy antiguos, y otros muy frescos: y el dia de San Miguel del año de veinte y seis (1626) halló en vn Serro de los de su Beneficio vna ofrenda acabada de poner, y la huella fresca del que la puso, y aunque la siguieron, por la aspereza de la tierra, no le pudieron dar alcançe.

     (88) La offrenda estaba en vn monte de piedras apartado de el camino, y en el hecha vna chosa, en que la offrenda estaba guarecida del Sol, y del agua, y estos tales montes de piedras, que los indios llaman Teolocholli, son muy sospechosos, porque de ellos testifica el susodicho Beneficiado, aver sacado copal, belas, ramilletes, y otras cosas, que offrecen.

     (89) Suelen auer en estos montes de piedra, y principalmente en los portillos, y encrucixadas de los caminos algunos idolos, ó piedras, que tienen semejanças de rostros; y á estos encaminan sus offrendas, y alli ponen su intencion, porque piensan tiene Deidad, y reconociendola le offrendan, para que les sea fauorable, y les ayude, y no les succeda mal en el viaje, que hazen, y para tener buena cosecha, ó para otras cosas semejantes; y en especial los Enfermos, para alcançar salud; por consejos de los medios sortilegios, van á los Rios, y offrescen candelas, y las echan dentro, y copal: y quando el enfermo no puede ir personalmente, el Medico va por el á el Rio, ó á los Montes con dichas offrendas, como deciamos de la Cierra nebada de Calimaya.

     (90) En la eleccion de Gouernadores, ó Iusticias de alcaldes quando los electos son moços, la primera vez, que son electos, para que reciuan el mando, vna madrugada los lleuan á el Rio los Viejos, y ancianos del Pueblo, y los principales del, y los bañan; y offrescen á el Rio, para que les sea favorable en adelante en la execucion del officio, que comiençan, y despues hazen la boda, y las borracheras.



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6. Tecomates e idolillos objeto de veneracion

     PARA QUE VEAMOS, (91) como despues de las congregaciones prosiguieron estas materias; y que no bastó sacarlos de los montes, sino que traiendolos á poblados se truxeron consigo sus idolillos venerandolos á ellos, y á los instrumentos de sus idolatrias: referiré otros casos succedidos con el dicho Iuez, y Beneficiado, de quien vamos tratando, que dá authoridad á todo lo arriba referido.

     (92) Tuvo noticia, que vna india de Atenango Cabezera. de su Beneficio tenia vnos tecomatillos herencia de sus antepassados, en quienes idolatraba, y los tenia con tanta veneracion, que los guardaba en vna petaquilla con su llaue, y queriendolos ocultar, fué necessaria mucha violencia, y maña deste Ministro para sacarselos, y auiendo ido á su casa con authoridad de la justicia, y como Iuez ecclesiastico: se desmayó, y perdió el color del rostro cuando abrió la petaquililla para entregarlos.

     (93) Y para que este caso tenga mas substancia de lo que parece es de ponderar, que la veneracion, y respecto, que tienen á estos tecomates, y vasos, que tanto guardan, prouiene de ser instrumentos para el vsso de los sacrificios, que hazen á el fuego, ó en la estrena del fuego, ó de la casa nueva, ó del Pulque, ó de las Paridas, ó de todas aquellas supersticiones, en que beben, ó se emborrachan, y guardan estos tecomatillos como cosas dedicadas á el culto de sus idolatrias, y se heredan de Padres á hijos, y á toda la generacion; y de aqui les viene toda esta veneracion. Y esto lo confirmo con lo que á el mismo dicho Beneficiado le succedió con una india del Pueblo de Cuetlaxochitlan; que auiendosele aueriguado, tenia vno de estos Sestonsillos, donde guardaba otros tecomates (llamase el seston en Mexicano itlapial, que quiere decir cosa, que se debe guardar como herencia, y nosotros llamamos Vinculada) y auiendola en la Yglesia llamado, para que confessasse su delito, y entregasse el Sestonsillo, donde estaban los tecomates, y hauiendo negado, fué necessario llevarla á su casa, y entrar en el oratorio, donde se presumia estaba la petaquilla.

     (94) Como de hecho se halló; y auia tratadola con tanto respecto, que ni aun á el Oratorio, se atrebian á llegar de respecto, porque estaba alli la petaquilla: y assi estaba ya todo tal por el mucho tiempo, que las esteras, ó petates estaban hechas tierra, y las imagines casi de todo punto perdidas las colores, porque no se atreuia nadie de la casa ni á el Oratorio ni á lo que alli estaba á tocar; y auiendose hallado la petaquilla en vn petate, ó estera, que el altar del Oratorio, tenia por Cielo, se halló en la petaquilla el Ololiuhqui, y vno de los tecomatillos referidos, y algunos lençuelos, y era tanto el respecto, que la dicha india tenia, que á ninguna de aquellas cosas se atrevia á tocar la mano, principalmente á el Ololiuhqui, y preguntada, como tenia aquello alli? respondió, que no lo auia heredado, sino halladoselo alli quando entró á viuir en aquella casa, y preguntada porque lo auia negado? respondió, que como no lo auia heredado, sino halladoselo, en aquella, por esto no lo confessó luego.

     (95) Y quando algun Viejo, que es como Cabeza de linaje se à dedicado á algun idolo, ó á alguna yerba, á quien atribuyen Deidad, como el Ololiuhqui, el Peyote, y otras, de que despues è de tratar; hazen vno de estos sestonsillos lo mas curioso, que se pueda, donde lo guardan, y alli van poniendo las offrendas, que las hazen, como son Copalli, que es el incensio desta tierra, pañitos labrados, vestidos de niños, y otras cosas: y todo esto se tiene en tanta Veneracion, y custodia, que ninguno se atrebe á llegar a ello, ni á abrir la petaquilla, y de todas estas cosas con mas respecto miran, y tratan las cosas pertenecientes al idolillo.

     (96) De este sestonsillo con todo lo que tiene dentro son herederos los hijos, y Nietos, y descendientes, y acabandose la generacion, lo dexan en guarda á el mas amigo, y este lo tiene con tanta veneracion, que no se atreve á mudarlo de la parte, y lugar, donde los proprios Dueños lo dexaron, y de ordinario lo tienen en los Cielos de los altares de sus Oratorios, o en los altares, y a los Oratorios llaman Sancto calli. Y en quanto á los idolillos, los suelen tener en sus trojes, ó en las semillas, en que tienen sus grangerias, porque los veneran, para que les augmenten los mayzes, ó semillas, en que tienen sus tratos. Esto se prueba con lo succedido en el Pueblo de Quauchinatla en las Amilpas con vn indio, que auiendosele probado, que tenia vnos idolillos, solo confessó tener vno; y haziendose la diligencia en buscarlos en su casa, se hallaron cinco, y auiendosele redarguido: como auia confessado solo vno, teniendo cinco? respondió, que solo el vno era suyo, y los demas tenia en guarda, creiendo, que el que era suyo le aumenta la hazienda, y sus cosechas.

     (97) Y en el Pueblo de Xoxouhtla, que es en las Amilpas llamó el susodicho Ministro, y juez á vn indio principal del Pueblo de Teocaltzinco alli congregado, el qual auia sido Fizcal, y con su industria de la platica, que tuvo con el, le hizo que le manifestasse, tenia vn idolo en su casa, y teniendo su muger noticia, de que se hazia diligencia con su Marido, y porque le accusaba la consciencia escondio el idolo, porque yendo el Iuez á su cassa con sus Ministros (á saber donde estaba el idolo) en compañia del dicho indio para ver con que veneracion lo tenia, y donde.

     (98) El dicho indio se fué derecho á su Oratorio, y á el sestonsillo, donde el lo tenia, y no se halló, respecto de que la muger lo auia escondido en vn monton de calabazas, que alli tenia; y auiendo el indio dichole á su muger, como auia ya confessado el idolo, que tenia, y que no auia para que esconderlo, lo sacó de entre las calabazas en vn plato de barniz negro, y con el otros dos idolos muy bien adereçados con muchas aforcas, y juguetes, y diges, que ponen á los niños, y á cada vno destos idolos les atribuian particulares cosas de su casa, el augmento de la hazienda, de las semillas, y otras cosas. Casi el mismo caso succedió en el Pueblo de Tasmalacat, que auiendo á otro indio cantor de la Yglesia aueriguadosele, que tenia en su casa vn idolo, auiendolo el confessado, el dicho Iuez encerró este indio, porque no diesse auiso á su casa, y lo escondiesse mientras se hazia la diligencia, y auiendo ido á su casa á hazerla, endereçando los Ministros á el Oratorio, donde estaba el idolo (que era una piedra blanca) y auiendole preguntado á la muger del dicho Cantor por tal idolo, confessó luego donde estaba, y de la turbacion de vna vieja suegra del susodicho, se coligio, que auia otros idolos con la piedra blanca, los quales auia escondido la muger del susodicho entre la faja, y solo auia manifestado la piedra blanca, que era el idolo de su marido, y los demas eran suyos, y de su Madre, y antepassados.

     (99) Otros muchos casos succedidos á este cuidadoso, y Zeloso Ministro àn venido á mi noticia; que no los pongo aqui por no alargarme mas en este capitulo: y por que son de differentes materias, que quando las trate los traeré para con su authoridad apoyarlas, y verificarlas.



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Capitulo IIII

En que se prosigue la misma materia con successos, y casos succedidos a el author en que se verifica aver oy idolatrias entre los indios



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1. Hace milagros el hueso de un santo

     QUANDO LAS MATERIAS, (100) y casos succedidos en raçon de las supersticiones, é idolatrias, que el dia de oy tienen los indios, no estuvieran tan bien verificadas, y authorizadas con los Ministros tan Sanctos, y de tanta authoridad como è referido en los dos capitulos antecedentes; por lo que á mi toca, no dudara de ninguna cosa, quando por la experiencia è visto lo que á mi me à succedido, conque á sido mayor mi escrupulo, para referirlo todo motivando á la piedad y zelo de los Prelados Sanctos a el remedio de todas supersticiones y sortilegios quando el Venerable Licenciado Don Fernando Ruiz de Alarcon el año de veinte y seis (1626) estaba en sus pesquizas, y diligencias en el Marquesado, aquel año, que era yo Beneficiado de Tenantzinco por el mes de Iulio, dia de Sancta Magdalena estando el Illmo. Señor Don Iuan de la Serna en España, y gouernando el Arçobispado el Señor Doctor Pedro Garces de Portillo, canonigo de esta Sancta Iglesia, y cathedratico de prima de Canones, gloria, y honra desta tierra, desta Vniversidad, y desta Iglesia, que Dios tiene en su sancto Reyno.

     (101) Me succedio, que aquella tarde deste dicho dia me llamaron á toda prissa para confessar vna india, que me servia, llamada Augustina, que oy es viua, y auia poco que auia salido de mi casa á labar á el Rio, porque se estava muriendo de un flux de sangre que echava por la voca, y quando fui á toda diligencia, la traian ya sin habla, y como muerta; al fin de alli á buen rato volvio en si con grandes agonias, y congojas, y pudo confessar, y olearse, porque en todo manifestava estar ya de muerte, passó aquella noche, y todo el dia siguiente, y a las veinte y quatro horas, que le auia dado aquel accidente, volvió á las mismas agonias, y visages como si tubiesse ya las ancias de la muerte, y continvó la sangre; y viendo, que no avia remedio que hazerle, ni auia conocimiento del mal, para aplicarle alguno casero.

     (102) Yo tenia vn pedaço de huesso del Sancto, y Venerable Gregorio Lopez, que me auia dado vna persona de toda satisfaccion, y que no auia duda, de que fuesse reliquia de tan Sancto Varon assombro de contemplativos: y con la mayor deuocion, que pude, fiando poco de mi indignidad, y mucho de los meritos del Sancto, en vna cucharada de agua le di á beber un pedacito del huesso, exortandola, á que se encomendasse á aquel Sancto, que la sanaria, y libraria de aquel mal, que padecia; y assi como lo bebió sintio aliuio en sus ansias, y bascas, porque estaba como si tuviesse en el estomago algun gran veneno; pudo passar la noche con aliuio, y otro dia como á las onze de el dia le acometio aquel mal como la primera, y segunda vez; y dandole gana de trocar, persona de toda satisfaccion, que cuidava de ella le llegó vn vaso, en que trocasse, y en el vomito echó vn pedaço de lana como atado, y de vna parte estaba ensangrentado como si estuviera pegado á la carne, y dentro auia carbon, cascaras de huevos quemadas, y cabellos; y assi como hizo este trueque, quedó la enferma aliuiada de aquellas bascas, y agonias, y luego se le hizo en vna corba de vna pierna una postema, de que lastó muchos dias, porque todo lo remouido de aquel hechizo, ó encanto ocurrio á aquella parte: con que conocidarnente el Sancto Gregorio Lopez á mi entender, hizo dos milagros: el vno el dar salud á aquella enferma, como testifico, como testigo de vista, y que lo juro, auer succedido assi, y lo juraré siempre, que se offresca para gloria, y honra de Dios, y de este Sto.

     (103) Y el otro milagro fue, que con occasion de la enfermedad desta india tan repentina, é inopinada, y que terminó con echar aquella lana con lo que dentro tenia, se començó á rugir, que era hechizo, y que auia reñido con vna india de aquel Pueblo, que tenia mala fama, y que hauia pocos dias, que la auia amenazado, sobre que hize muchas diligencias para descubrir la verdad.



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2. Los instrumentos de sus curaciones

     COMO ESTE SUCCESO FUE (104) tan publico, y que por las circunstancias se manifestava, auia sido hechizo, comencé á hazer las diligencias, que pude, y luego comenzaron á decir, que auia sido effecto de la pesadumbre de aquella india de mala fama, con quien auia reñido, la enferma, porque auia opinion, que auia pocos dias, que vna india, que vivia en el Pueblo de Tenantzinco, donde esto succedio, y auia venido del Pueblo de Çumpahuacan auia muerto de vna discenteria, y que auia sido hechizo, que esta tal india indiciada en esta mala opinion le auia dado, y como estas cosas es muy cierto, que vemos los efectos de ellas, y muy dificultoso el aueriguarlas por el summo secreto, que estos tales hechizeros guardan en el obrar de sus malicias: viame muy confuso como podria aueriguarlo, dixome vn indio ladino de la Iglesia, que llamasse vna india del Pueblo, que se llamava Francisca, que era muy gran medica, y que ella lo descubriria, llamela pues, y aunque tenia tan mal officio, era de buen natural, y docil, y comencé con toda suauidad á procurar sacarle el officio, que tenia, diciéndole, que ya sabia, que tenia aquella gracia, y que me dixesse si era verdad, que yo le prometia de no hazerle mal, que solo queria saber como la tenia, y como curaba?

     (105) Confessome luego de plano todo lo que auia en su pecho en quanto á la gracia, que tenia de curar, y dixome, que aquel officio lo auia heredado de sus Padres, porque eran Curanderos, y que siendo niña se auia muerto, y que auia estado tres dias difuncta debajo del agua, que está junto á vn sabino muy hermoso en vn rincon del Pueblo, y que alli auia visto á todos sus Parientes, y que le auian dado la gracia para curar, y entregandole los instrumentos, con que auia de hazer sus curas, que era una aguja para picar las partes, affectas de la enfermedad, y vna xicara, que es vn vaso de media calabaça, para que alli adiuinasse, y pronosticasse las enfermedades de los dolientes, y el fin, que auian de tener; y luego auia vuelto á esta vida, y que por esso curaba, y preguntandole, que qué se avia hecho la xicara, y aguja, que le auian entregado, dixo, que la tenia en su casa, y que me la trairia: y assi mismo preguntada, como adiuinava las enfermedades; dixo, que quando la llamavan ponia la xicara con agua á la cabezera del enfermo, ó enferma, y que le echava agua, y si esta se ponia amarilla, era enfermedad, que Dios le auia dado á aquel passiente, y si se mouia el agua circularmente tanto que se consumia, era señal, que se auia de morir, y no tenia remedio; y si el agua se ponia de color de sangre, era señal de hechizo, y que le auian hecho mal, y enhechizado á el enfermo.

     (106) Y preguntada, que qué sentia del hechizo de la india Augustina, que auia succedido en mi casa, dixo, que bien sabia, que aquella india, de quien se tenia sospecha, le auia hecho mal por vengarse de ella de la pesadumbre, que auia tenido, y cumplir las amenazas, que le auia hecho, y que tambien era constante, que auia esta misma hecho mal á Doña Vrsula, que avia muerto de la dysenteria; y replicandole mas sobre este caso, como podia ser hechizo de vna misma persona, si la vna auia muerto de la dysenteria, y la otra echava sangre por la voca?

     (107) A que respondio, que el hechizo de la vna avia assentadose en las espaldas, y por esso tenia su effecto por la parte inferior, y que el otro hechizo se auia assentado en el pecho, y obraba por la voca, que sino lo vbiera echado tambien vbiera muerto; descubriome vnos veinte deste arte, que todos los mas se auian muerto, y en la otra vida les auian dado la gracia de curar, y les auian dado, los instrumentos de sus Curas: á vnos las ventosas, á otros la lanzeta, á otros las yerbas, y medicinas, que auian de aplicar el Peyote, el ololiuhqui, el Estaphiate, y otras yerbas; y vno de ellos en particular declaró, que la Virgen Sanctissima de los Remedios personalmente le auia mostrado las yerbas de sus curas, para que en ello tuviesse sus grangerias, y se sustentasse con la que los enfermos le pagassen; y estos tales se guardaron la cara de manera, que nunca pude descubrir los conjuros, que hazian, y palabras, que decian, ni las Parteras, que auia entre estos muchas, que tambien se auian muerto, y entregadoles en la otra vida los instrumentos para partear, que era vna criatura; nunca quisieron declarar las palabras, que decian: y es muy cierto todos estos tenian sus conjuros, que generalmente corren en todas partes.

     (108) Y la dicha Francisca, que rebeló todo esto nunca me truxo la xicara, ni la aguja, aunque le apreté mucho por ello; porque todo es ilusicion del Demonio, pues con cualquiera aguja, y con qualquiera xicara. haria sus embustes, y si tenia algo de esto seria lo que sirvio á sus antepassados, y la esconderia de manera, que primero daria la vida, que entregarlo.



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3.Prisiones de medicos y hechiceros

     EXAMINADOS PUES TODOS ESTOS MEDICOS, (109) y Parteras, la declaracion de la Medica Francisca, que de todas sus circunstancias me vali para sacarles á los demas el modo, con que auian recibido la gracia, que decian tener; assi para curar, como para partear. De todo esto ni pude convencer á la que decian auia hechizado á la enferma de mi casa (llamavase Leonor Maria)y á la otra india que auia muerto de la dysenteria ni ella confessó tal delito; mas aueriguele, auerse hallado en vna junta, y fiesta, que pocos dias antes deste successo auia auido en vna cassa de las del Pueblo: y el caso fue, que á el auia venido vn indio natural del Pueblo de Tenango gran Maestro de supersticiones, y se llamaba Iuan Chichiton, que quiere decir Perrillo, el que auia traido los hongos colorados, que se cogen en el monte, y con ellos auia hecho vna gran idolatria; y antes de decirla quiero explicar la calidad de los dichos hongos, que se llaman en la lengua Mexicana Quautlan nanacatl.

     (110) Y auiendo consultado á el Licenciado Don Pedro Ponze de Leon el gran Ministro, y Maestro de Ministros, que dixe en el capitulo segundo; me dixo, que estos hongos eran pequeños, y colorados, y que para cogerlos iban á el monte los Sacerdotes, y Viejos Ministros diputados para estos embustes, y estauan casi toda la noche en oracion, y deprecaciones supersticiosas, y á el amanescer, quando començava cierto vientesillo, que ellos conocen, entonces los cogian atribuyendoles Deidad, y teniendo el mismo effecto, que el Ololiuhqui, o el Peyote, porque comidos, ó bebidos los embriaga, y priva de sentido, y les haze creer mil disparates.

     (111) Este pues Iuan Chichiton aviendo cogido los hongos vna noche, en la casa, donde se juntaron con occasion de vna fiesta de vn Sancto: el Sancto estava en el altar, y los hongos con el pulque, y con el fuego debajo del altar, anduvo toda la noche el Tepotastli y el canto, y auiendo passado la mayor parte della el dicho Iuan Chichiton, que era el Sacerdote de aquella solemnidad, les dió á todos los circunstantes, que se auian juntado á la fiesta, á comer de los hongos como á modo de comunion, y á beber del pulque, y rematar la fiesta con abundante cantidad de pulque: que los hongos por su parte, y el pulque por la suya los sacó de juizio, que fue lastima: el dicho Iuan Chichiton se huyó luego, y nunca pude tener noticia de otros para castigarlos, sino fue de la dicha Leonor Maria, que teniendola presa en mi casa por el indicio del hechizo; y por el hecho de la assistencia de la idolatria, que hizieron con los hongos, consulté á el dicho Licenciado Don Pedro Ponze de Leon el modo, que estos tienen de hazer este daño de los hechizos: y me dixo, que en las pendencias, que tenian, y amenazas, que se hazian, se daban vn golpe á modo de Sanctos con las puntas de los dedos, y luego abrian la mano como que echavan alguna cosa de ella asià donde está la persona, á quien amenazan, ó quieren enhechizar, diciendole:

     (112) Vos me lo pagareis como lo vereis: mas otras palabras, ó otras cosas, que por orden del Demonio hazen para estos embustes, jamas, ó raras vezes se pueden aueriguar; mas bien se reconoce, que las abrà para el pacto con el Demonio, y el, que es el author de todo, les sierra las vocas para que no tengan remedio.

     (113) Hize mis prisiones de los hechizeros, y medicos sin secrestarles bienes, haziendo yo la costa de su sustento porque juzgué, que era conueniente, este modo, para que no pensasen, y el Demonio les persuadiasse, que no era fin el que se llevava, de remediar semejante daño, sino codicia de quitarles algunas cosas; y ellos son todos tan miserables, que siempre andan bien desdichados, como quienes sirven a tan mal Dueño.

     (114) Vine pues á esta Ciudad assi á dar cuenta á el Señor gouernador del Arçobispado, como á ver si podia descubrir á Iuan Chichiton, que decian, andava en esta Ciudad, y haziendo diligencia, y encargandola á diferentes personas, me dixeron, que junto a Sta. Ines entraba vn indio curandero, que curaba vna negra enferma, y teniendo noticia, que vna mañana estava curando su enferma, me arrojé á la casa, para ver si era el medico, que yo buscava, y hallé, á el tal Curandero, que con la yerba que llaman Estaphiate la estava curando las espaldas con arta indecencia: y hallé, que no era el que yo buscaba; sino otro tal de vno de los Pueblos circunvecinos á esta Ciudad con las mismas calidades, que los otros: diciendo averse muerto, y visto á sus Parientes en la otra vida, y que allá le auian dado la gracia de curar, y señalado aquella yerba, para que medicinasse los enfermos; mas no pude saber, que palabras decia, ni como curaba, y de que enfermedades.

     (115) Di cuenta á el Señor Governador de mis pressos, y tuve orden de amonestarlos en publico en vna missa en la Iglesia, y castigarlos muy misericordiosamente, como lo hize: Y es cosa lastimosa, quan derramados estan por toda la tierra estos generos de gentes, y los daños, que hazen: pues apenas ay Pueblo, ni comarca, en todo el Reyno, donde no los aya; y no solo son nocivos para si por el engaño, en que viuen, y quan ciegos, y engañados los tiene el Demonio con la creencia de semejantes embustes; sino que previerten á los demas fieles indios, y los hazen morir, ó con rencores mortales contra sus proximos, y formales idolatrias.



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4. Persuaciones de los medicos a los enfermos para curarlos

     ESTE NOMBRE TITZILT (116) comunmente se reputa, y corresponde á lo que en nuestro vulgar castellano se llama «Medico»: y entre los indios tiene mas significaciones; pues significa en la acceptacion de ello «Adiuino, sabio y Hechizero», y que tiene pacto con el Demonio; y en estando assentado entre ellos vno por Titzilt, basta esto para que lo tengan por Medico de cualquiera enfermedad, y que puede dar remedio para curarla, y valerles en qualquiera trabajo, por graue que sea: porque si es falta de salud, le atribuyen el conocimiento de la enfermedad por graue, y occulta, y no conocida que sea, y que puede applicar el remedio conveniente para curarla: si se trata de tener enojado á Nuestro Señor, ó á la Virgen Sanctissima ó á otro qualquier Sancto, lo tienen por poderoso para desenojarlos, y applacarlos y si les parece, que la enfermedad prouiene de tener enojado á alguno de sus Dioses, á quienes atribuyen Deidad, como son el Fuego, el Sol, el agua, el Ololiuhqui; ó á sus Dioses siluestres, á quienes llaman Hohuicanchaneque, entonces son los regalos á el Titzilt, para que les descubra quien destos es el enojado, para que se busque el remedio.

     (117) Y si acaso se les á perdido alguna cosa, ó la muger, ó la hazienda, ó otra qualquiera cosa, que sea de qualquier manera les consultan para el remedio destas cosas, tomando el Peyote, el ololiuhqui, ó el Tábaco, los mismos Medicos, ó mandando los tomen otros para descubrir lo que se dessea saber.

     (118) Que de todas estas cosas è de tratar despues. Suelenlos consultar quando están enfermos con occasion, que antes aya precedido algun enojo con alguna persona, y aqui en estas occasiones ay gravissimo daño, y muy peligroso, por que si acaso el enfermo, ó preguntado de tal Medico, ó porque tiene concebido, que la enfermedad, que padesce no es accidente de la naturaleza, á que todos estamos sujetos, sino hechizo del, con quien riñó.

     (119) Consultando pues el Medico á la primera vissita, á la segunda trae piedresillas en la voca, ó cauellos, ó huessos, ó otros instrumentos, que parescan de hechizo, y le dize á el enfermo: la verdad es, que estás hechizado, y que fulano con quien reñiste, te hizo mal; y le chupan el estomago, ó pecho, y le refriegan piernas, ó braços, ó cabeza, fingiendo, que sacan de aquellas partes las cosas, que traen escondidas, para assentar mas bien su bellaqueria, y confirmar el odio entre estos miserables, y mas quando la enfermedad, que Dios les embia, es mortal, que para dissuadirlos de semejante apprehension, no poco trabajan, y deben trabajar los Ministros quando llegan á saberlo para reducirlos á estado de amistad, y que no mueran en peccado.

     (120) Y otras vezes no aguardan estos Ministros de Satanas á que los llamen, sino que ellos mismos se entran en las casas de los enfermos, y les persuaden, á que offrescan sacrificios á el fuego, ó enciendan candelas á el Ololiuhqui, y que sanarán, y otras vezes se valen de la mas perniciosa, y dañada persuasion, que pudo el Demonio inuentar para la condenmacion de estos miserables: pues à succedido, que estando ya vn enfermo confessado, y comulgado, y oleado, llega el Titzilt, y le exorta á palabras de consuelo, para mejor lograr su malicia, y le dize, que ya sabe como los Predicadores le àn dicho, que Dios, Nuestro Señor es seruido que las almas, que salen desta vida, purguen sus peccados, saliendo en gracia en el Purgatorio con fuego temporal, y si en peccado mortal con fuego eterno, que se componga aqui antes de morir con el fuego, y le offresca sacrificio, para que donde quiera, que fuere despues de muerto lo tenga propicio, para que no lo atormente tanto como lo atormentara, sino vuiera offrescidole sacrificio.

     (121) Caso es este, que à succedido muchas vezes, y puede succeder muy á menudo; y que los Ministros deben estar muy cuidadosos con su predicacion muy continua á remediarlo; pues con semejante doctrina, se deshaze y desvanesce la enseñanza de los Sanctos Sacramentos, que no puede ser cosa mas graue; pues ya que no los niegan, ni contradicen, con esta accion tan diabolica, y tan infernal doctrina destruien los efectos de su gracia, y van estas almas condemnadas.



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5. Odios originados por los curanderos

     EN QUANTO Á LOS ODIOS, (122) que estos causan con sus adiuinaciones, diciendo á los enfermos, fue los àn enhechizado: me succedio el año de 1646, entendiendo en la vissita general por el Illmo. Señor D. Iuan de Mañozca: vn caso, que descubri en las minas de Zacualpa de vn indio Medico, que castigué en el Real de Tetzicapan, de las mismas minas.

     (123) Estaba en el Real de Zacualpa, que llaman de Tlachipanpan, vn indio llamado Iuan de la Cruz, nacido en aquel Real en vna hazienda del; era de quarenta años, y gran curandero; auiendosele preguntado judicialmente como curaba, y que enfermedades?

     (124) Dixo, que debia de auer quinze años, que sangrava como todos los demas españoles, y que el origen, y principio de saber sangrar, fue, que estando la Madre deste dicho Iuan de la Cruz muy al cabo de enfermedad, que Dios le avia dado, el susodicho, tambien estaba de la misma manera, y que estando ya para morir, se le auia apparecido el Angel San Gabriel, y el Angel San Miguel, y que los vió baxar del Cielo, y que de allá truxeron vna lanzeta, y se la entregaron, y le dixeron:

     (125) «Hijo mio, Iuan de la Cruz, de parte de Dios Nuestro Señor te venimos á enseñar de la manera, que às de sangrar, para que sirvas á Dios, y te leuantes y sangres á tu Madre, y á todos y manda Dios, que de cada sangria de cada braço te den dos reales por tu trabajo», y que luego dentro de tres dias, se leuantó bueno, y començó a sangrar á todos los enfermos, y sangró á su Madre, y con aquella sangria sanó, y que al cabo de quatro, ó cinco años estuvo muy malo, y que en el discurso de la enfermedad vido á la Virgen Sanctissima á el modo de vna muger peregrina vestida de verde, y colorado con el niño Iesus en los braços desnudo, y que sobre si traia un arco dorado, y que en el dicho arco venian pendientes las yerbas siguientes: Quancnepilli, Tlatlanquaio, Xoxotlatzin, Quapopoltzin.

     (126) Y que el susodicho tenia á su lado vna india de vna cara colorada y vnos cabellos muy grandes, y vn huipil azul, que era el tabardillo ó enfermedad, y que no la auia visto hasta que entró la Virgen Sanctissima á vissitarlo, y riñó á la enfermedad y le dixo, que lo dexase porque era bien, que el dicho Iuan de la Cruz sanasse, para que siruiesse á su hijo; y que luego se salió, y al punto sanó, y que le dexó de las yerbas, que lleuava, y le mandó, que quando alguno estuuiesse enfermo le curasse con aquellas yerbas, y que á el entrar en la casa, donde le llamassen para curar algun enfermo, se pusiesse en la puerta, y llamasse á Dios con las palabras siguientes:

     Si es con orden de mi Padre Dios, aqui traigo la medicina, para que sudes, y te purgues; y si es voluntad de mi Dios, te aiudará, porque no es possible, que yo sobrepuje la palabra de Dios, por que él à de hazer lo que fuere su voluntad.

     Y que entrando en la casa del enfermo le dixesse á la enfermedad las palabras siguientes:

     Aora entra aqui junto à este enfermo, y tú la justicia de Dios (idest la enfermedad) te haz de ir, y haz de salir de aqui; y esto à de ser por mandato, y orden de mi Padre Dios, y sino es assi, no podré yo vencerla.

     Y habla con el enfermo, y le dice:

     Y ahora te mando á ti el enfermo, que con orden, y mandato de mi Padre Dios, que te haz de aliviar, ruegaselo mucho, y dexate en sus manos, porque él te à de cuidar, mañana vendre á verte, que si está applacado vn poco (idest el mal) te hará merced nuestro Señor Dios si lo às applacado; y sino no podremos sobrepujarlo.

     (127) Y que con esto le daba á beber el Quanenepile, y si sudaba lo sangraba, y si no, no. Parece, que no tienen estas palabras malicia alguna, y estan llenas de ponzoña; pues á mi parecer en todas ellas invoca á el fuego; pues le llama, mi Padre Dios, como llaman á el fuego Totatzin nuestro Padre, con que es muy cierto que es inuocacion á él, pues es el tropesadero el fuego destos miserables, y desventurados idolatras; y por lo succedido despues en la cura, que hizo de vn enfermo compadre suyo llamado Ioseph Velazques del Pueblo de Malinaltepec de aquella jurisdiccion, el qual estando enfermo de vna dysenteria, y con grandes congojas, en el coraçon, de que se iba muriendo, teniendo sospecha, de que lo auian enechizado, y aun la tenia de que auia sido este Iuan de la Cruz, el que le auia hecho el daño, llamaronlo, y para auer de ir á la casa del enfermo, hizo junta de otros indios, que se hallaron presentes y auiendo otro curandero dichole á el dicho Ioseph Velazques, que el mal, que tenia era furioso Tabardillo.

     (128) El dicho Iuan de la Cruz le persuadió, á que bebiesse el Ololiuhqui, él lo reusó, porque le dixo, no le hazia prouecho; y al fin el tal Curandero Iuan de la Cruz encendió velas en el Oratorio, y persuadió á todos los habitantes en la casa, y alli congregados, tomassen el Ololiuhqui, para que le aprouechasse á el enfermo, y para fin de beberle, encendieron las velas, y tambien se le dió á el enfermo, y todos, estiuieron priuados del Iuizio, que es el effecto de esta bebida, y quando voluieron en si, y el enfermo començó luego, casi algoniçando, enfureciendose contra el dicho Iuan de la Cruz, llamandolo traidor hechizero, que me haz muerto, y passado vna ingle con vna flecha, que me salió por el celebro, y con esto se murio el dicho enfermo persuadido á el hechizo, y despues de auer bebido vna bebida tan supersticiosa como la de el Ololiuhqui, y con la ceremonia de las candelas con la capa, y dissimulo de auer sido en el Oratorio, y encendiendoselas á algun Sancto, que no es poco desconsuelo para los Ministros ver con la facilidad, que el Demonio se lleua á estos desventurados despues de auer receuido, el agua del Sancto Bantismo, y gozado de los demas Sacramentos de la Iglesia.



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6. Conjuros usados para sangrar y aplicar ventosas

     ANTES DE PASSAR ADELANTE (129) con algunos succesos, experimenté; que expressamente manifiestan, auer oy idolatrias, me pareció, que despues de auer tratado deste endimoniado Sangrador, poner aqui los conjuros, que ussan, para echar ventosas, y sangrar por ser pertenecientes estos oficios á el vsso de la Lanzeta, y aunque deste tal embustero no pude sacar mas de lo referido; de otros papeles, y noticias, que me àn dado, sacaré aqui las palabras, que assi en las ventosas como en las sangrias vssan, y por ser estas cosas tan antiguas y que de ordinario suelen estar mal escritas, no se puede todo ajustar a las palabras, que vssarian antiguamente, ni tampoco formalmente explicar la fuerça de las methaforas, de que vssan, y darles en el todo la significacion, que tuvieron antiguamente: mas lo mas essencial porne. Lo que baste para que los Ministros entiendan la materia, y la reconoscan, assi para predicarla, como para estorbar con esso, que no se vsse, y castigar á los que la vssaren; y por ser mas breue el conjuro de las ventosas, y su supersticion, digo que es como se sigue.

     (130) Quando àn de echar las ventosas, conjuran primero los instrumentos, con que las echan que son el algodon, pues sirve de estopa; y el fuego, con que se enciende, y el Sajador, con que se obra, y es en esta forma:

     (1º) Ea ya, ven tú la blanca muger, incorporate aqui con mi Padre las quatro cañas, de donde salen lenguas y llamas.

     (2º) Ven acá mi Padre las quatro cañas, que echan llamas, cuio cabello vermejea; amarillo espiritado, tambien tú te incorpora con la blanca muger, para que assi chupes, y atraigas á el verde dolor, á el amarillo dolor, á el negra dolor.

     Que todo esto se entiende por qualquiera genero de enfermedad, y echadas las ventosas secas para despues sajarlas, conjura el sajador desta manera:

     (3º) Ven acá conjurada punta semejante á el ala de la Mariposa, que te è de embiar las siete cuebas, de donde emos de sacar, y quitar el verde dolor, que ya quiere matar á el hijo de los Dioses.

     (131) Y dicho esto, obra de manos, abriendo con el sajador las espaldas, que por ser tan grandes las cisuras, las llama cuebas como se dice en el 3º numero, y á el Sajador llama ala de Mariposa, ó como su ala, por tener el filo un poco aobado como una ala; y tambien llaman á las espaldas, y á los ventriculos delanteros cuebas, por los vacios, que piensan, ay entre pecho, y espaldas.

     (132) En el numero 2º llaman, é invocan á el fuego con todos aquellos nombres, y en el 1º llaman á el algodon blanca muger por methaphora de la blancura, que tiene el algodon, y suauidad en el tacto. Y esto de echar ventosas suele ser comun á indios, é indias, que son Medicos; mas el auer de sangrar solo lo vssan los Titzitles varones; y no solo vssan conjuros en los instrumentos, mas suelen poner, y señalar algunos characteres en los braços antes de hazer las sangrias; de que solo tengo noticia, mas no los é visto; los conjuros sí, que son como se siguen.



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7. Interpretaciones y forma de hacer los conjuros

     (1º) YO EL SACERDOTE (133) y Principe de encantos voi en seguimiento de las quatro cabezas, (habla á las venas).

     (2º) Ea nuestras hermanas, poned aldas en cinta, coged vuestras melenas, y vuestras lisas ramas; á vosotras hablo las que teneis sayas como de color, y como culebras (habla á la lanzeta).

     (3º) Y tú espiritado, que eres como vn Tigre, acude finalmente, beberán sin rienda hasta perderte;

     (4º) Pero mirad bien de donde podrá venir lo que todos buscan, que es el chile, y pepitas;

     (5º) Mirad la desdicha, que passa este pobre; mirad su necessidad, y miseria.

     (6º) Vanas àn salido nuestras diligencias, en vano os aveis afligido, buscando vuestros bienes, y vuestra hazienda.

     (7º) Por qué orden se podrá hallar, pues ya yo quiero buscaros vuestra hazienda, y vuestros bienes, que luego los podreis lleuar.

     (8º) Esperad, que los é de buscar en todas partes de los huessos de piedras preciosas, donde está de assiento la muger colorada.

     (9º) Madre mia la de la saya de piedras preciosas, ya es tiempo, que busques con cuidado lo que daña, y quiere destruir á este desdichado, que para esso te llevo conmigo.

     (10º) Ea ya, escondeos, Dioses siluestres, ea escondeos verdes arañas, no sea que por yerro os destruya.

     (11º) Aparta tú tambien araña Xochua.

     (134) Todo este conjuro está lleno de grandes supersticiones, y en muchas partes ponen characteres á cada invocacion destas, señalandolos con las manos en los braços, ó pies, donde se hazen las sangrias; y para mayor declaracion, é inteligencia se pone lo siguiente, assi deducido de la lengua, como de algunas interpretaciones antiguas, y va correspondido todo á los numeros, que á cada conjuro corresponde.

     Numº. 1º -Entra el Sangrador assentando su authoridad, para que no se dude del buen successo de la obra, y no ay duda, que en estas palabras assienta el pacto con el Demonio.

     Numº 2º -Habla con las venas, y citalas, mediante la potestad, que significa, que la obedescan; llamalas de quatro cabezas, por que todas terminan en pies, y manos; y citadas, y prestas á la obediencia, les manda, que recojan sus melenas, que es como si les dixera, que la sangre desparramada se recoja toda á aquellas venas, que quiere sangrar, que son como las ramas de los arboles sin oja: y el decirles, que tienen sayas de color y como culebras, es por la apariencia de la sangre, y por la diferencia en el color, que es semejante á la culebra.

     Numº 3º -Habla luego con la lanzeta y la conjura, llamandola espiritada Tigre, atribuiendole deidad por llamarla assi, como si tubiera sentimiento; y llamala Tigre por el herir y sacar sangre; y por la mucha, que estos se sacan quando se sangran: Le dice que beba hasta perderse (methaphora, que vssa, de la embriagues) porque saque tanta sangre, que bastará para perder el sentido, y tino como el borracho.

     Numº 4º y Numº 5º -Habla con la Lanzeta, y con las venas, obligandoles, á que hagan bien su officio, y assi les encarga, que miren bien lo que hazen, por lo que se haze, no es en perjuizio suyo, sino en vtilidad del enfermo, porque si no sana, como à de buscar su sustento, que es el chile, y lo demas, que se come, que lo dexa de buscar por falta desta diligencia de sangria, que se pretende hazer.

     Numº 6º -Vanas àn salido vuestras diligencias, hablando como con las venas, que por mas, que hagan, y reusen dar la sangre, no pueden conseguir, que el enfermo esté de prouecho para buscar su sustento; pues sangrado ya, se conseguirá, consiguiendo salud.

     Numº 7º -Habla luego con las venas, y las obliga á agradecimiento de la sangria haziendolas Dueños de la salud de aquel passiente, como haziendo del ladron fiel, pues con aquel beneficio, que le pretende hazer de la sangria, quedará de manera, que pueda buscar hazienda.

     Numº 8º -El decir, que estos bienes buscará dentro de los huesos de piedras preciosas, es que à de sacar la sangre de todas las partes del cuerpo, donde está de assiento la muger colorada, que es la sangre, que assi la llaman estos Magicos.

     Numº 9º -Habla luego con la Lanzeta, y la llama Madre mia, la de la saya de piedras preciosas, por las guarniciones de colores, que suelen tener las Lanzetas, ó habla con el agua, que se llama propriamente la de la saya de piedras preciosas; y la invoca para que le aiude, porque de ordinario se suelen hazer estas sangrias con agua; y mas si son de los tobillos.

     Numº 10º -Habla despues con los Dioses silvestres, y de menor quantia, y les dice ea ya apartaos, y arredraos Dioses silvestres; donde de ordinario ponen vn character, y por el entiende á el Demonio, ó á el mismo Belcebud principe de los Demonios, como superior á los demas demonios inferiores, á quienes llama Dioses siluestres; y assi los aparta, porque no dañen á el enfermo, y los mientan debajo de la methaphora de la araña, y llamala verde por el daño, que haze, y el mal, que causa, significado en el color verde, y assi las llama arañas verdes, y pone otro character, y les dice, que se aparten juntamente con la araña Xochua, porque no es su intento darles enojos.

     (135) Y assi les capta la benevolencia, para que buenamente, y sin perjuizio suyo, y sin violencia se aparten. Hora sean estas methaphoras significativas de los males, que padecen los dolientes, hora sean Demonios, que es mas verosimil por characteres, que ponen, y vssan en estas sangrias, que con esto dá mas fin á esta supersticion, y á este capitulo.



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Capitulo V

En que prosigue la misma materia de el antecedente, con otros succesos



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1. Oposicion de los indios a ser confirmados

     CON JUSTA RAZON (136) el Gran Doctor de la Yglesia San Crisostomo, homilia. 46. in Matheum, llama á los hereges no solo Serpientes, sino Vivoras, cuya propriedad es romper las entrañas de la Madre para nacer: Sic authores haeresijs rumpentes fidem Matris Ecclesiae processerunt ad principatis. Assi estos miserables hereges idolatras no se contentan con destruir la verdad de los Sacramentos de nuestra Sancta feé para hazerse famosos entre los indios: sino que ay algunos destos Medicos, y adiuinos supersticiosos, que todo lo corren, y van de vna prouincia en otra; y de vna doctrina en otra, porque si alli no hubiere otros Maestros como ellos, naturales de aquel Pueblo, suplan ellos la falta de la enseñança de su falsa doctrina. Succedió en el año de 32 (1632), que yendo yo siruiendo de Vissitador General á el Illmo. Sr. Don Francisco Manso mi Señor, llegó su Illma. entendiendo en su vissita á la Villa de Cuernabaca cabezera del Marquessado, y siendo assi que toda aquella comarca, y en especial aquel Pueblo, es de los mas poblados, que ay oy en todo el Arçobispado, al cabo de cinco dias, que alli estaba su Illma. no vbo indio chico, ni grande, que tratasse de confirmarse, ni confirmar sus hijos, que era cierto, que no lo dejaban de hazer por estar ya confirmados, porque auia muchas criaturas, que no lo podian estar, materia fue esta, que dió mucho cuidado assi á su Illma. como á los Religiosos, y á mi, que iva á mi cuydado, fuera de la judicatura de la vissita, el disponer los indios, para el Sancto Sacramento de la Confirmacion, y que los Ministros assi seculares como regulares les hiziessen platicas en la lengua corriente de aquella doctrina, en que se les diesse á entender la substancia, y essencia deste Sancto Sacramento, sus effectos, y parentescos.

     (137) Y aunque el Padre fray Gabriel de Heredia gran Ministro, y Predicador de Mexicano (que Dios tiene en su Sancto Reyno) auia hecho esta platica, no por esso se disponian á la confirmacion, con que me obligó, á que se hiziessen muchas diligencias judiciales, y extrajudiciales con los principales del Pueblo, y con otros indios, para inquirir, qué fuesse la causa de semejante nouedad de no confirmarse alli ningunos niños, y con las diligencias ya con amenaças de Iuez, va con alagos, y exortaciones vine á descubrir, que la causa desto era vna mala doctrina de vn indio de Tepustlan de aquella comarca, que era de estos Curanderos, que auia passado por alli (que por diligencias, que hize nunca lo pude auer á las manos) y les auia dicho á los indios, no se confirmassen los grandes, que no estaban confirmados, ni consintiessen confirmar sus hijos, porque aquel Señor y gran Padre no traia buen ayre, y que se auian de morir luego los que se confirmassen.

     (138) Este engaño, y falsa doctrina la verificó, con que los años atras auia confirmado alli el Illmo. Señor Don Fray Luis de Cañizares Obispo de Honduras, que con orden, que tuvo del Illmo. Señor Don Iuan de la Serna, que estava en España confirmó todo el Marquessado; y auiendo hecho su Illma. sus confirmaciones, naturalmente Dios fué seruido, de embiar á aquellos Pueblos, y al de Cuernabaca vna enfermedad de Virguelas, de que murieron muchos niños; y desta causa natural tomó fundamento para decir, que esto auia sido causado de la confirmacion, que auian receuido: todo á fin de destruir la Feé, y quitarle la muralla de su fortaleza, que es este Sancto Sacramento.

     Y viendo su Illma. tan gran daño, y lo mucho, que conuenia, que aquellos se desengañassen de semejante error, y depusiessen el engaño de tan falsa, y perniciosa doctrina, y mas á animos tan debiles, y flacos como los de estos miserables; ordenó, que el dia siguiente por la mañana les predicasse á la hora de missa mayor, como lo hizo, y fiado poco en mi, y en el acierto de mi doctrina, á la tarde suplió mis faltas, y authoriçó materia de tanta importancia el Padre Fray Gabriel de Heredia con la suya, que era muy buena por ser gran Predicador de mexicano, y fué Dios seruido, que aprouechó de manera, que otro dia se confirmaron mas de setecientos muchachos, y muchas personas grandes.

     (140) Muchas cosas supersticiosas vi, y experimenté en los Beneficios de Tenantzinco, y Xalatlaco, que no escrupulisava en ellas por inclinar mi dictamen mas á causas naturales, que no á maldad de los indios: muchas vezes vi, que los difuntos tenian debajo de los braços bultos, que significavan, auer alli otra cosa sobrepuesta, y auia tortillejas pequeñas, y siempre procuré reprehender los parientes del difuncto, y mostrar mucho enojo, y amonestarlos, á que otra vez, que fuessen los susodichos, ó otros hallados en semejantes acciones, los auia de castigar severamente.



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2. Practica superticiosa de sepultar boca abajo a los muertos por mordedura de vibora

     ME CONTÓ VN HOMBRE FIDEDIGNO (141) el año passado de 1647, Pueblo de Huejutla en la Huasteca, doctrina de Religiosos de San Agustin; que en el dicho Pueblo el martes, ó miércoles Sancto de aquel año auia muerto vn indio de vna mordedura de un genero de culebra, que llaman Mahuaquite porque tiene á manera de quatro narizes la cara, tan ponçoñosa que no ay remedio contra su ponçoña, sino es á toda prissa cortar la parte, donde pica, que es remedio muy violento, assi porque puede faltar el instrumento, para que sea con la breuedad, que se requiere, como porque la misma mutilacion del miembro, donde picare será mortal; en fin el tal indio picado deste ponçoñoso animal murió, y quando le lleuaron á enterrar los parientes á el echarlo en la sepultura lo pusieron voca á bajo, y viendolo vn hombre, que estaua presente, se lo aduirtió á el Ministro que lo enterrava, y pensando, que no auia sido, sino muy acaso, preguntó á los parientes, y á los que le echaron en la sepultura; si auia sido aquella accion de proposito de enterrarlo assi, y respondieron, que aquello auian hecho, porque se auia de vndir en agua aquel pueblo aquellos dos, ó tres dias siguientes; si no lo enterravan boca abajo.

     (142) Auiendolos reñido el Ministro, y disuadida de semejante supersticion, el Demonio, que como no perdió la sciencia natural, applicando activa passiuis, dispuso, con permission de Dios Nuestro Señor, para castigar á estos Pobres con mas seguera de su alma el peccado que cometen de idolatria, y no acabar de darse á Dios de veras fue de manera, que aquel Iuebes, y Viernes Sancto llouio tanto, que no pudieron ir los vezinos de aquel Pueblo á la Iglesia á celebrar, como tenian obligacion, la memoria de la Passion de Christo Señor Nuestro, sino que faltaron muchos á esta obligacion; y por lo menos no se celebraron aquellos dos dias con la deuocion, que se celebraran, sino vbiera auido tan resio temporal de aguas con que el Demonio hizo dos daños; estorbar el culto diuino de aquellos dias, para que no se hiziesse como debia, y se consolassen los fieles de aquel Pueblo; y juntamente dar cuerpo y authoridad á sus falsas doctrinas, para que estos miserables indios crean mas sus supersticiones.

     (143) Y desto no huviera yo hecho mucho caso, aunque me lo auia dicho persona de satisfaccion; sino lo huviera yo experimentado personalmente; y fue el año de 1650, por el mes de Março á doze ó treze de aquel mes, que voluiendo de vissitar la Huasteca, aunque ya auia vissitado aquel Pueblo de Huejutla, volvi por alli y entrando en el Pueblo, y auiendo oido doblar, y preguntando por quien; me dixeron era por vn indio, que lo auia mordido este genero de Serpiente llamada Mahuaquite: y luego se me offrescio el caso, que auia passado, y me auian contado, y hize mi juizio, si seria como lo que me auian dicho, para verificarlo en mi credito, y dar feé á el succeso, ó á el contrario, para desengañarme, y tenerlo todo por cuento, y que passara por nobela de Pueblo corto; y cierto, que es verdad, que á medio dia dixo vn niño de la casa, donde yo auia ido á possar; que en el escuela se auia dicho entre los muchachos, que aquellos dos, ó tres dias siguientes auia de llouer mucho, porque auian enterrado aquel dia un indio de mordedura de Mahuaquite, y que no lo auian vuelto voca á bajo; sino enterradolo como se acostumbra, y debe hazer: los tres dias siguientes á este fue de manera lo que llouio, y el temporal, que vbo, que no pude salir de alli en aquellos quatro dias: conque no solo di credito á lo que me auian contado, mas fui testigo de vista.

     (144) Diome mucho, que pensar semejante caso, y supersticion, y di por assentado en mi parecer que esta supersticion debe de estar correspondiente á los que mueren de mordedura desta culebra, y que á essos les deben de enterrar con la ceremonia de ponerlos voca abajo; porque si fuera general con todos los difunctos, cada dia huviera semejantes turbiones de agua, y es muy cierto, que en los Pueblos distantes de las cabezeras, donde no assisten los Ministros, y donde solos los cantores entierran, como no ay quien los vea, ni quien les vaya á la mano; que enterrarán los difuntos desta calidad, y mordidos desta venenosa Serpiente (que ay muchos, á quienes pican, y mueren) no en la forma, y costumbre de la Iglesia, sino con essa ceremonia gentilica, y aunque es verdad, que tengo intento en esta obra de no vssar de scriptura, por que ay muchos, que dicen: no se à de interrumpir el hilo de historiar con el concepto de la scriptura; mas en este caso, donde no hallo como rastrear el successo del, no puedo dexar de traer a consequencia lo que le succedió á el Rey Saul en el Libro 1º de los Reyes, capº 28. que viendose muy apretado de los Philisteos, y que era forçosa la guerra, y no sabia el fin que auia de tener en ella, y como en ella, y como se via en desgracia de Dios, y aunque la consumara no le auia de responder; como de hecho succedio, que ni por los Prophetas, ni por los Sacerdotes, ni en sueños tuvo alguna razon, ni respuesta de Dios, ni asomo del fin, que tendria, fuesse, á consultar con la hechizera Phitonisa vna sola, que. auia quedado porque todos los demas adiuinos, y que tenian Phitones los auia mandado matar, no zeloso de la honrra de Dios; sino porque no le pronosticaran su succeso.

     (145) A está le mandó que le resucitara, y truxera alli á el Propheta Samuel ya difuncto. Suscita mihi quem dixero tibi. Samuele mihi suscita. Al punto le truxo alli á Samuel con su mortaja, como le auian enterrado, que eran las vestiduras sacerdotales, y dicele á el Rey, qué es lo que me quieres? Quare inquietasti me, vt suscitarer? No pude menos, le responde el Rey, me vea afligido de los Philisteos, y no se el fin que terne; llamote para que me digas lo que tengo que hazer. Al fin Samuel lo desengañó, diciendole como el dia siguiente auia de morir el y sus hijos, que era el fin, que auian de tener á manos de los Philisteos.

     (146) Sobre este succeso de Samuel se mueve una muy dificultosa question entre los Doctores expositiuos; como seria esta resurreccion, ó apparicion de Samuel? si fue verdadero Samuel, el que resuscitó, ó appareció; ó si fué alguna phantasma ó figura parecida á el con arte ó illusion del Demonio? El gran Padre y doctor de la Iglesia San Augustin en el Libro 2º de sus questiones, ad Simplicianum questione 3, que está en tomo quarto, parece, que se inclina el Sancto Doctor á decir, que no fue verdadero Samuel el que se appareció á Saul, sino una phantasma imaginaria de Samuel, mas en el libro de cura pro mortujs agenda. cap. 15, que está el mismo tomo, affirma expressamente, auer sido el verdadero Samuel el apparecido á Saul; assi lo affirman Hugon Eteriano Lib de animarum regressu ab inferis, tomo 9, de la Biblioteca de los Padres Antiguos; y á Pedro Galatino de arcanis, cathonismi veri cap. 8º y Casilio de la Religion de San Augustin Lib.º 4.º axiomatum. disputat. 1. cap. 3.

     (147) Y el Padre Mendoça de la misma Sagrada Religion. q. 5. scholastica defiende, auer sido el mismo Samuel el apparecido á Saul; y fundalo en el capº 46 del Ecclesiastico, donde hablando el Spiritu Sancto de Samuel dice: et post hoc dormivit, et notum fecit Regi, et ostendit illi finem vitae suae. Y como este lugar en lo literal no padesce interpretacion, assi ni mas ni menos la padesce el texto del libro de los Reyes de la apparicion verdadera de Samuel á Saul.

     (148) Y para mi intento vna, y otra opinion me es á proposito, pues siguiendo á San Augustin, que no fue el verdadero Samuel, sino algun Spiritu maligno el apparecido, que aunque se pudiera dudar auer dicho verdad, siendo el Padre de las mentiras, sabe muy bien mezclarlas con las verdades; como notó Hugo Cardenal: non ad docendum, sino and dicipiendum; no para enseñar, sino para engañar; y assi por lo que toca á esta parte desta opinion, digo, que Dios Nuestro Señor, permite que estos abusos, y estas supersticiones tengan effecto algunas vezes para engañar mas á estos desventurados en pena de su peccado, y que no acudan á Dios Nuestro Señor á el remedio de sus males consultando sus Médicos, y vssando en sus curas, y en sus entierros de los abusos, que emos visto, y de este caso deste difuncto.

     (149) Y como notó el Padre Fray Nicolas Grande de la Seraphica Religion sobre el cap.º 1º ad Romanos con sentencia de San Ambrosio, San Chrisostomo, San Geronimo, y Theophylatto á los Gentiles rebeldes, y proterbos, (y lo mismo es de estos idolatras hereges) los trata, Dios, como los Medicos á los enfermos incorregibles, de quienes no se espera mejoria, que los dexan, comer de todo; assi Dios Nuestro Señor permite todas estas, ilusiones apparentes ó verdaderas en pena de su peccado, como dice por Ieremias cap.º 51 Curauimus Babylonem, et non est curata; propterea derelinquamus eam Curamos á Babylonia, y no le aprouechó la cura, y assi dexemosla, que se precipite, y coma de todo: mas para auer de hazer cargo desto á estos indios, emos menester, que no nos haga Dios Nuestro Señor, cargo, que no curamos de esta enfermedad pestilente, y deste contagio tan grande. Entre ahora la otra parte de la opinion de auer sido el verdadero Samuel el apparecido á Saul, para desengañarlo, como dixo el Spiritu Sancto, y que luego, se voluió á morir.

     (150) Todos estos effectos verdaderos de aguas, y temporales como en el caso referido, los permite Dios, y que los Demonios lo hagan applicando, activa pasiuis, como quienes tienen sciencia natural y que no la perdieron con la gracia; para que engañen mas y mas a estos miserables y, para qué á nosotros los Ministros nos hablen verdades, y nos desengañen como Samuel á Saul, y que por estos succesos vistos con los ojos, y tocados con las manos, nos abran el entendimiento, para acabar de persuadirnos, a que es verdad, que ay idolatrias en todas partes, y que tienen estos indios muchas supersticiones, y abusos contrarios, á Nuestra Sancta feé, pues es muy cierto, que generalmente hablando, muchos Ministros no lo quieren creer, y quando se lo dicen, lo tienen á cosa de poco fundamento, y demassiada ignorancia de indios; siendo assi, que son cosas grauissimas, y que de manera se demassian, que ya parece que se encaraman y suben hasta los Cielos sus supersticiones, como lo dice el mismo Ieremias en el mismo capitulo citado, consequentemente á las palabras dichas: Quoniam pervenit vsque ad caelos indicium ejus, et eleuatum est vsque ad nubes.

     (152) Pues vemos que todo lo alteran con sus conjuros, y sus diabolicas invocaciones. Y si alguno de los Ministros, (que no abrá ninguno) hizieren duelo, de que les castiguen sus feligreses por semejantes delitos; es mejor, que sientan, que los cometan, que no que los castiguen, persuadiendose á que son malos, y peruersos, y que el mayor mal, que tienen es ser tan fingidos con sus propios Parochos, que su fin es engañarlos, y ganar credito con ellos, para cometer en otra parte sus delitos. Y la causa, porque no auerigué el que è referido, siendo vissitador general, la daré con entera satisfaccion en otra parte, quando trate del remedio destas idolatrias.

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