Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


 

301

Véase Génesis, 29.27. Levítico, 23. 154. 16. Marc. 16.2.49. Lucas. (N. del E.)

 

302

Hervás conocía muy bien el mundo de los sordomudos, pues había publicado Hervás, Escuela española de sordomudos, o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma español, Madrid, Imprenta Real, 1795; Catecismo de doctrina cristiana para la instrucción de los sordomudos, Madrid, Villalpando, 1796. (N. del E.)

 

303

Dión Casio (155-229), también conocido como Dio Cassius Cocceianus o Cassius Dio, historiador y senador romano. Nació en Nicea de Bitinia (la actual Iznik), en Grecia, aunque siempre fue considerado romano. Perteneciente a una gran familia senatorial, llegó a ser cónsul bajo Alejandro Severo (229), y gobernador en Asia Menor. En 235 renuncia a la vida pública y se retira a Nicea para proseguir allí sus estudios.

Dión vivió una época turbulenta: sus compañeros senatoriales tanto como él, se amedrentaron ante la tiranía de los emperadores y lamentaron la ascensión al trono de una serie de hombres a los que consideraban unos simples arribistas. Todas esas experiencias fueron evocadas en el relato que hace de su propia época y tuvieron mucho que ver en la idea que tenía de tiempos pretéritos.

Su obra más importante, citada por Hervás, es la Historia de Roma desde su fundación hasta, la época de los gordianos (229), abarcando más de 900 años, en la que destinó diez años a recoger material sobre acontecimientos anteriores a la muerte de Severo (211) y otros doce en redactarla. Dicha obra consta de 83 libros de los que sólo algunos de ellos se conservan en su totalidad. Es, junto con Herodiano, el escritor más importante del siglo II, pero su obra siempre se ha visto envuelta en la polémica. Muchos lo tildan de «mentiroso». En cierto modo tienen razón: al ser senador, no veía con buenos ojos la ascensión en el poder que tenían los equites, en contraposición con el Senado, que queda apartado sin un poder efectivo.

Por ese motivo en muchos de sus relatos sobre emperadores, sobre todo en la dinastía Severa, lleva la contraria a dichos emperadores, aunque estos la tengan.

La fecha de la composición de la Historia romana es polémica, pero siguiendo al propio Dión, la más lógica es la de 202. Su ausencia de Italia le impidió continuar con los sucesos de después de la muerte de Severo, y sólo pudo resumir el reinado de Alejandro Severo. Concluyó la obra con el relato de su propio retiro.

BIBLIOGRAFÍA: Historia Romana, Obra completa, Madrid, Editorial Gredos, 2004. (N. del E.)

 

304

Lucio Flavio Filóstrato, (en griego antiguo Filo/tratoj / Philóstratos, en latín Lucius Flavius Philostratus), filósofo sofista y orador griego (aprox. 170-249), denominado Filóstrato de Atenas o Filóstrato el Viejo, para diferenciarse de otros coetáneos, como Filóstrato el Joven.

Perteneciente al neopitagorismo, contribuyó a la expansión de las ideas místico-teúrgicas de los pitagóricos. Se desconoce prácticamente toda su vida, a excepción de menciones concretas que sobre la misma hace Plutarco.

Es conocido por dos obras: Vidas de los sofistas y la citada por Hervás, Vida de Apolonio de Tiana, considerada como una biografía novelada de Apolonio sin base real, muy en la línea de las Vidas de Pitágoras de Porfirio y Jámblico.

BIBLIOGRAFÍA: FILÓSTRATO, Flavio, Vida de Apolonio de Tiana, Madrid, Editorial Gredos, 1992, Vidas de los sofistas, Madrid, Editorial Gredos, 1998. (N. del E.)

 

305

Entre los muchos idiomas diversos de las Indias Occidentales apenas hay uno en que a la luna y al mes no se le dé un mismo nombre; lo mismo sucede en los idiomas tagalo, japón, chino, barmano, etc. en las Indias Orientales. En los idiomas caldeo, ciriaco, curdistano, turco y en el persiano y griego antiguo también se da un mismo nombre a la luna y mes; y en los muchos dialectos de las lenguas teutónica e ilírica el nombre del mes y de la luna se derivan claramente de una misma dicción radical. (N. del E.)

 

306

Consta de mis obras, tanto italianas como españolas, que en el latín hay muchas palabras vascongadas y quizás una de éstas sea la latina «luna», proveniente de illuna. A la verdad, la etimología de la palabra «luna» es muy dudosa, como claramente se infiere de las observaciones que sobre dicha etimología se leen en el Etimologicom de Gerardo Vossio. (N. del E.)

 

307

Por ejemplo, el capítulo VII del tomo V del Catálogo de las lenguas se titula: «Al tiempo de la dispersión de las gentes se intimó a los progenitores de los iberos su establecimiento en los países más occidentales de Europa, lo cuales hoy se llaman España. Esta estaba totalmente poblada cuando a ella arribaron las primeras naciones forasteras», pp. 135-142. (N. del E.)

 

308

Sebastián de Covarrubias y Orozco (Toledo, 1539-1613), lexicógrafo, criptógrafo, capellán del rey Felipe II, canónigo de la Catedral de Cuenca y escritor español. El padre de Sebastián y su hermano Juan, Sebastián de Orozco (1510-1579), eran cristianos nuevos e hijos de la judeoconversa María de Soto. La madre, por el contrario, era de mejor linaje según los criterios de la época, María Valero de Covarrubias Leyva, y nació en el seno de una familia cristiana vieja de gran prestigio de teólogos, arquitectos y artesanos. Su abuelo, por parte de madre, fue el bordador Marcos de Covarrubias, hermano del gran arquitecto Alonso de Covarrubias. Otro hermano era Juan de Covarrubias, canónigo en la Catedral de Salamanca, quien ayudó a Sebastián Covarrubias en sus estudios y para ser canónigo racionero (con derecho a renta) en la misma Catedral. El que sería famoso lexicógrafo, Sebastián, estudió en Salamanca (1565-1573), donde vivió con el susodicho tío abuelo suyo el canónigo Juan de Covarrubias en la Iglesia de Salamanca. En el momento apropiado don Juan renunció este puesto, a favor de su sobrino, pues se había hecho sacerdote. Fue después capellán de Felipe II, consultor del Santo Oficio y canónigo de la Catedral de Cuenca, cargo este último que desempeñó más de treinta años. En 1595 fue nombrado Comisario Apostólico encargado de la dotación de rectorías para moriscos. En 1610 enfermó gravemente, pero se recuperó e imprimió una obra clásica de la literatura emblemática, los Emblemas morales (1610). Escribió, por otra parte, un Tratado de cifras y una traducción de las Sátiras y Epístolas de Horacio que no se han conservado; sin embargo es conocido sobre todo por un monumental diccionario, el Tesoro de la lengua castellana o española (1611), la mejor obra lexicográfica publicada entre el diccionario de Antonio de Nebrija y el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española. Su consulta sigue siendo útil para establecer el sentido de la literatura clásica del Siglo de Oro español. Aunque la parte etimológica de este diccionario ha sido ampliamente superada, el Tesoro de Covarrubias es obra de un humanista y no se contenta con dar escueta y seca mención de las acepciones de una palabra, sino que diserta con gracia y erudición sobre ellas y aporta refranes, modismos, anécdotas y citas literarias que contienen el término. El mismo autor compuso un Suplemento al Tesoro que no llegó a imprimir pero que ha sido editado modernamente. En 1673 el padre Remigio Noydens reimprimió el Tesoro con adiciones de su propia cosecha.

BIBLIOGRAFÍA: COVARRUBIAS HOROZCO, Sebastián de, «Suplemento al Tesoro de la lengua castellana o española», primera edición de Georgina Dopico y Jacques Lezra, Madrid, Ediciones Polifemo, 2001; Tesoro de la lengua castellana o española, edición integral e ilustrada de Ignacio Arellano y Rafael Zafra, Madrid / Frankfurt: Iberoamericana / Vervuert, 2006, pp. LXVI + 1639 p. + 1 DVD. (N. del E.)

 

309

Tesis profundamente vascoiberista. Vid estudio introductorio. (N. del E.)

 

310

Aritmetica delle Nazioni, e divisione del tempo fra l'Orientali. Opera dell abate. Cesena, G. Biasini, 1786, 200 pp., 20 cm. (N. del E.)

Indice