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361

S. M. Gilbert y S. Gubar, op. cit., pp. 61-67. (N. del A.)

 

362

Folletos literarios del Tío Camorra y El Jesuita, Madrid, Imp. de M. Díaz y Compañía, 1850, p. 26. Juan Martínez Villergas (Gomeznarro, Valladolid, 1817- Zamora, 1894, El Tío Camorra) y Antonio Ribot y Fonteseré (Vich, Barcelona, 1813- Madrid, 1871, El Jesuita) fueron personajes de vida exaltada y novelesca. Por sus ideas revolucionarias, anti-monárquicas, sufrieron exilio. Cultivaron todos los géneros literarios: teatro, poesía, novela, periodismo y crítica literaria. (N. del A.)

 

363

E. Caldera, «El teatro en el siglo XIX», en: J. M. Díez Borque (dir.), Historia del teatro en España, Madrid, Taurus, 1988, t. 2, p. 518. (N. del A.)

 

364

Estreno el 24 de enero, en El Español. El ejemplar que poseemos corresponde a la 2.ª ed., Madrid, 1850, imprenta de S. Omaña, 119 págs. (N. del A.)

 

365

Los personajes principales estuvieron a cargo de Matilde Díez (la reina), Julián Romea (Gonzalo de Córdoba), José Calvo (Colón) y Josefina Palma (Beatriz de Bobadilla). (N. del A.)

 

366

Madrid, 1847-1848, Periódico político y de trueno, fundado por Villergas, del que fue redactor exclusivo. (N. del A.)

 

367

El 5 de octubre de 1847, Narváez penetró, sable en mano, en el consejo de ministros para implantar su dictadura y dar fin a un periodo de inestabilidad gubernamental que siguió a su dimensión inesperada el 11 de febrero de 1846. (N. del A.)

 

368

Madrid, 1845-1847, Imp. de El Siglo. Cuatro tomos, el cuarto escrito en su totalidad por Antonio Ribot y Fontseré. (N. del A.)

 

369

Este ataque contra el santonismo es una forma directa de posicionarse ante el público de la crítica. ¿Con qué fin? Probablemente porque sabían que el auditorio no podía sino esperar esta presentación de afrentada sinceridad ideológica: la repulsa del constitucionalismo monárquico, en definitiva, la afirmación de su republicanismo. (N. del A.)

 

370

El conde de San Luis, Ministro de la Gobernación, fue siempre para Rubí su ángel tutelar. El fue quien en 1850, con motivo de las reformas teatrales en el Teatro del Príncipe, cambiando su nombre por el actual de El Español, nombró a Rubí director del mismo. También fue el Conde quien mandó montar la espléndida decoración para el estreno de Isabel la Católica, única en su tiempo, y que contribuyó en gran parte al sonado éxito que obtuvo. Las relaciones de Rubí con Palacio fueron siempre muy estrechas, sobre todo a partir de la representación de Isabel la Católica, que su Majestad la Reina honró con su asistencia, previa lectura en su palacio días antes; y por cuya obra le otorgó el diploma de Comendador de la Orden de Carlos III. Cfr.: A. M. Burgos, «Vida y obra de Tomás Rodríguez Rubí», en: Revista de Literatura 23, n.º 45 (enero-junio 1963), pp. 65-102. (N. del A.)