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Las lágrimas de David

Felipe Godínez


[Nota preliminar: Edición a cargo de Germán Vega García-Luengos. Grupo de investigación ROJAS ZORRILLA II. Proyecto TC/12.]



HABLAN EN ELLA LAS PERSONAS SIGUIENTES
 

 
URÍAS.
JOAB.
DAVID.
NATÁN.
ANÓN.
MATATÍAS.
BERSABÉ.
CÉLFORA.
ZABULONA.
LÍA.
JOSEPH,   criado de David.
MÚSICOS.
[DAMAS.]
[SOLDADOS.]





ArribaAbajoJornada I

 

Salen los MÚSICOS vestidos a lo judío, y detrás BERSABÉ, URÍAS, LÍA y ZABULONA.

 
MÚSICOS
   La beldad de Bersabé
eterna a los siglos viva,
para ser siglos eternos
felice esposa de Urías,
    sin que turben sus glorias, 5
muden sus dichas,
ni la envidia de celos,
ni amor de envidia.
URÍAS
   ¡Cantad otra vez! ¡Cantad!
Y en estos nupciales días,10
que hacen vuestras alegrías
mayor mi felicidad,
mi contento celebrad
con sonoras voces graves,
llevando en ecos suaves15
tantas coplas diferentes,
los compases de las fuentes,
las cláusulas de las aves.
   Decid vosotros el bien
que merecí; que aunque yo20
mejor sé sentirlo, no
sabré decirlo tan bien.
Que no es fino amante quien,
con los sentidos en calma,
no da al silencio la palma25
de sus sentimientos; pues
el silencio sólo es
la retórica del alma.
   Demás, que si mi contento
volando en ecos veloces,30
aún no cabe en tantas voces,
dulces lisonjas del viento,
¿cómo cabrá en un acento
que sólo en sentirlo estriba?
Y así, esa tropa festiva35
en mi nombre diga que
la beldad de Bersabé
eterna a los siglos viva.
MÚSICOS
   Sin que turben sus glorias,
muden sus dichas, 40
ni la envidia de celos,
ni amor de envidia.
BERSABÉ
   ¡Callad! ¡No cantéis! ¡Callad!
que ni festeja ni aplace,
una música que hace45
menor mi felicidad.
Porque no en mi voluntad
han de ser más elocuentes
otras voces diferentes
que las mías, aunque graves,50
hurten el eco a las aves,
a las hojas y a las fuentes.
   No digo yo que podré
decir lo que sienta, no.
Pues si no lo digo yo,55
¿por qué lo dirá, por qué,
quien ni mi amor ni mi fe
tiene? Luego, mí fatiga
mejor es que no la diga
nadie, y que yo sola amando60
consiga el callarla, cuando
el decirla no consiga.
   Que si no ha de apercibir
nadie de decirla modos,
pues aunque la digan todos,65
se ha de quedar sin decir.
Mejor es, señor, pedir
que canten las glorias mías
a eternos siglos los días
en blandos halagos tiernos,70
para ser siglos eternos
felice esposa de Urías.
MÚSICOS
   Sin que turben sus glorias,
muden sus dichas,
ni la envidia de celos,75
ni amor de envidia.
 

(Tocan y alborótanse.)

 
URÍAS
   ¿Qué música militar
es la que turba y suspende
en los días de mis bodas
el más feliz de los siete?80
BERSABÉ
Por mal agüero he tenido
que, siendo el último este,
remate en guerras.
URÍAS
¿Por qué?
Si antes, Bersabé, parece
que por haber sido yo85
soldado que tantas veces
seguí las tropas de Marte,
Marte a celebrarlas viene.
BERSABÉ
Porque, habiendo sido tú
soldado, temo...
URÍAS
¿Qué temes?
90
BERSABÉ
Que Marte venga por ti,
y de mis brazos te lleve,
como quien dice: «Este preso
es mío, que ser no puede
hoy tierno amante quien fue95
soldado ayer tan valiente».
URÍAS
Ya sabe Marte que Amor
en su bandera me tiene
alistado, y que por ti
dejé... Pero otra vez vuelven100

 [Vuelven a tocar.] 

las trompetas y las cajas.
Veré qué rumor es éste.
 

(Sale MATATÍAS.)

 
MATATÍAS
Señor, unas buenas nuevas
te traigo. Haz tú que lleve
algunas buenas albricias,105
y direlas brevemente.
URÍAS
Yo te las mando.
MATATÍAS
¿No ves
que es gran solecismo ese,
responderme tú en futuro,
hablándote yo en presente?110
URÍAS
Toma este diamante.
MATATÍAS
¡Dos
son ya!
ZABULONA
¿Tanto el «toma» crece
las dádivas?
MATATÍAS
Si, «más vale
un toma que dos daretes».
Joab, general de las tropas115
de Israel, con quien tú tienes
tal amistad, entra ahora
coronado de laureles,
arrastrando mil trofeos
de aquesas bárbaras gentes120
de Filistín. Mas ¿qué mucho,
si en el nombre de Dios vence?
URÍAS
Pocas albricias te he dado
por nuevas tan excelentes.
MATATÍAS
Pues de enmendar es bien fácil125
el yerro, si el yerro es ese,
que yo me dejaré dar
otro diamante.
ZABULONA
¿No tienes
dos ya?
MATATÍAS
Uno tengo tan solo.
ZABULONA
Pues, bárbaro impertinente,130
¿el «toma» no le hizo dos?
[MATATÍAS]
Sí. Y yo te quiero de suerte
que quiero partir contigo
Éste en mi dedo se quede;
toma tú el que añadió el «toma».135
¡Mira si parto igualmente!
URÍAS
Bellísima Bersabé,
ya sabes cuánto le debe
a Joab la amistad mía.
De la fiesta de hoy suspende140
el regocijo hasta tanto
que a darle el parabién llegue,
y a convidarle también,
porque mis bodas alegre,
pues en el último día145
he merecido tal huésped.
BERSABÉ
Acude a tu obligación,
pues sabes que estaré siempre
a tus preceptos constante,
y a tus gustos obediente.150
Venid conmigo vosotros;
y hasta que vuelva Urías, cese
la música, pues Joab
de nuestras bodas divierte
el alegría; aunque pienso,155
amante y rendida siempre,
que dividirnos Joab
no pudiera sin la muerte.
 

(Vanse, y quedan URÍAS y MATATÍAS.)

 
MATATÍAS
Parece que mi señora
ha sentido que la dejes.160
URÍAS
¿Por qué? Si el alma, que es suya,
no la ha dejado, ni puede.
MATATÍAS
¡Qué fino estás!
URÍAS
Soy su amante
y su esposo juntamente.
MATATÍAS
Y en fin, ¿las mujeres propias165
son como las otras mujeres?
URÍAS
Vamos a ver a Joab.
MATATÍAS
Para ese efecto no tienes
que hacer mucha diligencia;
que como a palacio viene170
marchando, y tú de palacio
vives tan cerca, que tiene
sus miradores encima
de tus jardines, parece,
cuando vas a recibirle,175
que él a ti a buscarte viene.
URÍAS
Dices bien, pues a palacio
llegamos juntos.
MATATÍAS
¿No adviertes
que el Rey sale a recibirle?
URÍAS
Como esas honras merece180
tan prudente consejero,
y soldado tan valiente.
MATATÍAS
En habiendo hablado el Rey,
tú podrás hablarle y verle.
 

(Tocan, y salen SOLDADOS, y detrás JOAB, viejo con bastón; y por otro, DAVID y NATÁN, viejo; y todos se arriman al paño.)

 
DAVID
   Valiente hebreo de quien ha fiado185
el cielo tantos orbes, fiel coluna
de Israel, en que estriba tan porfiado
peso sin padecer fatiga alguna,
árbitro de la cólera del hado,
juez de la condición de la Fortuna,190
¡oh, tú!, dame los brazos, pues alcanzas
ser venganza del Dios de las venganzas.
JOAB
   Soberano David, a cuyo celo
debe mi corto esfuerzo tanta gloria,
porque el celo del rey es en el cielo195
el que antes facilita la victoria:
en el suelo estoy bien, porque en el suelo
con mis labios escriba mi memoria
cuando desde la alfombra de tus plantas
al solio de tus brazos me levantas.200
DAVID
   En fin, ¿queda vencido el filisteo?
JOAB
La asistencia de Dios, señor, ha sido
la que, prestando fuerzas al hebreo,
su ejército le ha roto y le ha vencido.
Soberbio estaba por algún trofeo205
que había de tus armas conseguido,
sin que su error infiel, que fuese, arguya,
castigo nuestro, y no victoria suya.
   Pues, cuando en Dios tal vez algún pecado
de su pueblo a venganza justa obliga,210
tiene Dios por azote levantado
el brazo del infiel que le fatiga.
Y así, el infiel que vence coronado
tal vez no vence, no, sino castiga;
porque si Dios quien vence siempre ha sido,215
el que vence sin Dios nunca ha vencido.
   Dígalo el día que, llamando al Cielo,
su pueblo fiel le aplaca y desenoja.
Dígalo el que, a las voces de su celo,
en su socorro rayos les arroja.220
Dígalo el que, trocando su desvelo
en triunfo alegre la fatal congoja,
se muestran igualmente agradecidos
hoy vencedores, como ayer vencidos.
DAVID
   No sólo te agradezco, Joab valiente,225
que vengas del idólatra triunfante,
sino que a tiempo vengas, que, prudente,
eres a mis designios importante.
Y así, antes que descanses blandamente
del camino, conviene que al instante230
te partas a otra empresa que te fío.
JOAB
Vida y honor es tuyo; nada es mío.
DAVID
   El tiempo que conmigo estuvo airado
Saúl, vuestro rey, nobles israelitas,
por verme de mi patria desterrado,235
persecuciones padecí infinitas.
De Naat admitido y amparado
-que el cetro tuvo de los amonitas-
fui, y conviene ser agradecido;
que, aunque soy rey, que fui pastor no olvido.240
   Murió Naat, y Anón, su hijo heredero,
en su dosel repite su persona;
y aunque bárbaro es, le considero
amigo conveniente a mi corona.
Pésame y parabién que le des quiero;245
que por muerte del padre, el cetro abona
que reciban, de dos opuestas leyes,
parabienes y pésames los reyes.
   Y porque no presuma variamente
el pueblo que a un idólatra le envío250
embajadores, como confidente
te quiero hacer en el imperio mío.
El profeta Natán, que está presente,
contigo ha de ir; y así verá, pues fío
a un ministro de Dios esta embajada,255
cómo a la religión no toca en nada.
   Partid de paz los dos. Y aquesto sea
sin que al descanso un punto te permitas.
JOAB
Al que servirte como yo desea,
con mandarle, el descanso facilitas.260
Y porque el mundo mi obediencia vea,
dame los pies.
DAVID
Mi fama solicitas.
NATÁN
Yo iré con él, señor, pues es tu gusto.
DAVID
Las cartas firmaré.
NATÁN
¡Qué varón justo!
 

(Vase DAVID, y sale URÍAS.)

 
URÍAS
   Aunque de paso, no quiero265
dejar de hacerte testigo
de mi bien.
JOAB
Urías, amigo,
ya como tuyo lo espero...
   Aunque he dicho un desvarío,
si de mi amistad arguyo270
que, siendo contento tuyo,
le he de esperar como mío.
URÍAS
   Presumiendo que vinieses
a Jerusalén de espacio,
vine a buscarte a palacio,275
porque a honrar mis bodas fueses;
   que es hoy el último día
nupcial de mi gloria, en que
se celebra a Bersabé.
JOAB
¡Dicha y honra fuera mía!280
   Pero ya ves cuánto estoy
empeñado en partir luego
sin permitirme al sosiego,
pues no he llegado, y me voy.
   Perdonadme el no asistir285
a tanta felicidad,
y fiad de mi amistad;
que, aunque habemos de vivir
   tú marido y yo soldado,
tu lazo en el alma está,290
que mi fe no mudará
la mudanza de tu estado.
URÍAS
   Así lo creo; y te juro
que, si tal vez te importara
yo en la guerra, que dejara295
la paz que sigo y procuro,
   para asistirte a ti en ella.
JOAB
Es tan grande tu valor,
Urías, que si a mi honor
tal vez importara hacella,300
   no la hiciera -te prometo-
sin ti; tanto me ha alentado
la palabra que me has dado.
URÍAS
Yo la doy.
JOAB
Y yo la aceto
   con los brazos.
URÍAS
¡Nudo es fuerte!
305
JOAB
¿Quién, pues, le podrá romper,
si habemos los dos de ser
amigos hasta la muerte?
 

(Sale DAVID con un pliego en la mano.)

 
DAVID
   Ya escribí, y aquesta es
la carta. Dadme los brazos,310
y partid.
NATÁN
Sobran tus lazos,
señor, donde están tus pies.
 

(Vase.)

 
JOAB
   Quédense las tropas todas,
porque de paz he de ir.
 

(Vase.)

 
URÍAS
Y vaya yo a proseguir315
la alegría de mis bodas.
 

(Vase.)

 
DAVID
   ¿Cuándo, Señor, será el día
que llegue dulce y veloz
a tus oídos mi voz
en loor tuyo y dicha mía?320
   Contigo es bien que concluya
cuentas hoy mi majestad,
no para mi vanidad,
sino para gloria tuya,
   Pastor nací de un rebaño325
de pobres ovejas, y hoy
absoluto dueño soy
de la eterna luz del año.
   Un cayado el cetro era
de imperio tan limitado,330
y hoy es el cetro el cayado
de una república entera.
   Una honda que esgrimí
contra el jayán filisteo
era todo mi trofeo,335
y hoy son mis armas aquí,
   no el cáñamo de una honda,
tanto acero sí, bruñido,
a cuyo grande estallido
no hay eco que no responda.340
   Pues, si haciéndome de nuevo,
-¡oh inmenso, oh grande Señor!-
os debo tanto favor,
tantas finezas os debo,
   ¿qué habrá en mi edad sucesiva345
que pueda alterar mi fe?
 

(Cantan [dentro].)

 
[MÚSICOS]
La beldad de Bersabé
eterna a los siglos viva...
DAVID
   ¡Cielos! ¿Qué es esto que escucho?
¿Qué varias voces han sido350
las que así me han respondido?
¡Fuego soy, en hielo lucho!
   ¿Quién turba las voces mías,
y necio entre halagos tiernos...?
MÚSICOS
...para ser siglos eternos 355
felice esposa de Urías.
DAVID
    ¡Hola!
 

(Sale JOSEPH.)

 
JOSEPH
¿Señor?
DAVID
¿Quién ha sido
quien ahí fuera ha cantado?
JOSEPH
Las voces que has escuchado
de más lejos han venido;360
   que de Urías celebrando
su boda en esos jardines
de tu palacio confines,
están tañendo y cantando.
   Bien de su acento podías365
saberlo, pues yo escuché
el nombre de Bersabé
en la canción, y el de Urías.
DAVID
   ¿Cuántas veces en tal caso
parece que una ilusión370
hace en la imaginación
propósito del acaso?
   Voces que libres corrieron,
ecos que al aire volaron,
mis sentidos perturbaron,375
mis discursos suspendieron.
   Y aunque crédito no debe
dar el constante varón
a una sombra, a una ilusión,
tanto el escrúpulo mueve380
   las turbadas ansias mías,
que en mi vida no veré...
MÚSICOS
...La beldad de Bersabé,
felice esposa de Urías.
 

(Vanse, y salen SOLDADOS y ANÓN, vestidos de pieles, [y CÉLFORA].)

 
ANÓN
Ya que he llegado a ver el feliz día385
en que mi majestad, pues era mía,
mi padre a mi poder restituyese
-que aunque mi padre fuese
el rey vuestro, también su monarquía,
con caducos engaños,390
tiranizada estaba de los años-,
darles las gracias quiero
de su muerte a los Dioses; y así, espero
sacrificar a cuantos hoy adoro
en barro, en leño, en bronce, en mármol y oro.395
Para aquesto he venido,
de mi afecto traído,
a este elevado templo,
última maravilla del ejemplo,
que, a Moloc dedicado,400
está en sangre de víctimas bañado,
donde a Célfora, docta pitonisa,
que es su sacerdotisa,
tengo de hablar. ¡Oh, tú, mágica bella,
que los rayos del sol estrella a estrella405
cuentas, pues tanto eres,
responde a mis acentos!
CÉLFORA
¿Qué me quieres
-¡oh, joven! -cuando estoy tan afligida
del espíritu grande, que en mi vida
tan fuerte imperio tiene,410
que por instantes a afligirme viene?
¡Loca estoy! ¡Sin mí estoy! ¡Rabiando muero!
¿Qué me quieres, Anón?
ANÓN
Solo te quiero
que a Moloc sacrifiques
un hecatombe entero, y le supliques415
que mis hazañas crezcan infinitas,
ya que su rey me ven los amonitas.
CÉLFORA
Yo lo haré así; mas si aplacarle quieres,
nunca más sacrificio hacerle esperes
que en este infausto día.420
Diga, pues, la voz mía
lo que en las fuerzas que el furor me quita
espíritu diabólico me incita:
«No admitir ni escuchar -¡estoy helada!-
de David la embajada,425
ni que con los soberbios amonitas
confirmen amistad los israelitas.
Demás, que cautelosamente envía
solo a fin de saber tu monarquía
qué prevenciones tiene430
de guerra, que defensa le previene,
cuando a abrasarla llega.
Y así, con ira tú, y cólera ciega,
sus legados recibe,
y con su sangre su tragedia escribe».435
 

(Cae desmayada.)

 
ANÓN
¡Escucha!

 [Aparte.] 

...(¡Desmayada
se ha quedado!... ¡Del Cielo fue el aviso!
¡Obedecerle en todo es ya preciso!)
¡Célfora!
CÉLFORA
¿Quién me llama? ¿Quién me nombra?...
¡Anón! ¡Señor!...
ANÓN
¡Escucha! ¿Qué te asombra?
440

 [Aparte.] 

(A un tiempo sus mudanzas dudo y creo.)
CÉLFORA
¡Ay de mí! ¿Dónde estoy?... ¿Qué es lo que veo?
¿Tu majestad, señor, de apueste modo?
ANÓN

 [Aparte.] 

(¡Nada me admira, y ya me espanta todo!)
Pues, ¿ya no me habéis visto?445
CÉLFORA
¿Yo, señor? ¿Cuándo?
ANÓN

 (Aparte.) 

(¡Dioses, mal resisto
mis suspensiones!) Cuando,
de David la embajada anticipando,
me avisaste que vienen cautelosos
con máscara de paz.
CÉLFORA
Si los piadosos
450
Dioses por mi te hablaron,
y en mí, sin mí, la lengua articularon
al éxtasis que roba mi sentido,
obedece a los Dioses.
ANÓN
Si este ha sido
favor suyo en mí vaticinado,455
presto dirá el efecto.
 

[Sale un criado.]

 
CRIADO
Aquí han llegado
embajadores de David.
ANÓN
Ya es cierto
tu pronóstico, Célfora. Y advierto
que el gran Moloc lo que he de hacer me avisa
por ti, mágica docta pitonisa.460

 [Habla aparte.] 

Y así, ¡escuchad, soldados!...
CRIADO
Ya estamos avisados.
 

(Salen JOAB y NATÁN.)

 
JOAB
¡Salve, generoso Anón,
cuyo dilatado imperio
todo el término del orbe465
límite presume al tiempo!
NATÁN
¡Salve! -otra vez- y tu mano
permite a los labios nuestros,
en tanto que de tu solio
honrados, como extranjeros470
embajadores, respondas
a esta carta que traemos.
ANÓN

 (Toma la carta.) 

¡Con bien vengáis, israelitas,
a mi patria

 (Aparte.) 

(¡qué mal puedo
disimular!)... donde sean475
mis brazos cuchillo vuestro!

 (Abrázase con ellos.) 

NATÁN
¡Ay de mí!
JOAB
¿Qué es esto, Anón?
ANÓN
¡Vengar injurias es esto!
NATÁN
¿Desta suerte nos recibes?
¿Es de caribes tu reino,480
adonde es el peregrino
el huésped del valimiento?
JOAB
¿En qué te hemos ofendido
los que aún pisado no habemos
tus umbrales?
ANÓN
Ya, cobardes,
485
ya, cautelosos hebreos,
los designios que traéis
me han revelado los cielos.
Ya sé que, embozando aleves
la traición en lisonjeros490
halagos, venís a ver
las defensas de mi reino,
para hacerme después guerra,
humanos áspides siendo,
que entre lisonjas de flores495
tenéis oculto el veneno.
JOAB
El Rey David, gran profeta
de Dios y monarca nuestro,
no de cautelas jamás
ha apadrinado el esfuerzo.500
Desnudo a sus enemigos
siempre ha meneado el acero;
y hoy no viniera envainado,
cuando yo viniera a eso.
De paz venimos, Anón,505
a darte en su nombre a un tiempo
pésames y parabienes;
que caben en un sujeto
el día que un hijo entierra
un padre y hereda un reino;510
porque es el cetro capaz
de pesar y de contento.
ANÓN
¿Creeré acaso tus razones
con la misma fe que creo
las del gran Dios de Moloc,515
que ya me dijo tu intento?
JOAB
Mejor debieras creerlas,
si consideraras cuerdo
que el que es mentiroso Dios
no te ha de dar verdaderos520
avisos, porque eso fuera
faltar la causa a su efecto.
CÉLFORA
La defensa de los Dioses
me toca a mí, porque tengo
a mi cargo el culto suyo,525
y respiro sus alientos.
Moloc es...
NATÁN
¡Bronce en quien hablan
las gargantas del infierno!
CÉLFORA
Balac...
NATÁN
¡Un poco de barro!
CÉLFORA
Astarot...
NATÁN
¡Labrado leño!
530
CÉLFORA
Dagón...
NATÁN
¡Pasta de oro y plata!
CÉLFORA
Belial...
NATÁN
¡De estaño y hierro!
ANÓN
Pues ¿cómo osáis, atrevidos,
hablar con ese desprecio
de los Dioses? Desta suerte535
veré vuestro atrevimiento
castigado en mi presencia:
¡Célfora, pisa sus cuellos,
porque de su religión
triunfemos los dos a un tiempo!540
 

(Échalos en el suelo.)

 
JOAB
No me pesa deste agravio
porque a mí me le hayáis hecho,
sino porque de David
la persona represento.
ANÓN
Por eso, por eso solo545
lo hago. Y a mis pies puestos,
a la respuesta que habéis
de llevar estad atentos.
¿Veis esta inmensa ciudad
que oprime, estrechando el viento,550
al cielo con la estatura,
y a la tierra con el peso?
Rabaat se llama, que es
«Ciudad de Agua», que en hebreo
«Multitud» dice, porque555
es tanta la de su pueblo,
que de avenidas de gente
en sí misma no cabiendo,
suele reventar sus muros,
haciendo patria el desierto.560
Esta es mi corte; y en ella
en su defensa [es] lo menos
de su defensa su muro,
que es su muralla mi pecho.
¡Miradla! ¡Miradla bien!565
¡Miradla de espacio! Y luego,
porque las nuevas llevéis,
ir con las nuevas os dejo.
Pero en castigo de tantos
osados atrevimientos,570
iréis sin armas, atadas
las manos, los medios cuerpos
desnudos, ensangrentados
los rostros, por más desprecio
de vuestro rey. Y decidle575
que venga a vengar soberbio
este agravio, y que consigo
el arca del testamento
traiga, si la quiere ver
en segundo cautiverio,580
presa de los amonitas,
como de los filisteos.
JOAB
No vendrá David, que yo
vendré; pues yo solo puedo
hacer a tu patria guerra,585
asolando y destruyendo
los muros desta ciudad
que desde tus plantas veo.
Verás tú a las de David
hechas como un monumento590
de tus gentes, siendo entonces
triste teatro funesto
en la mísera tragedia
de la fortuna y el tiempo.
ANÓN
Pues porque más presto vuelvas595
a vengarte, ¡vete presto!
¡Echadlos de la ciudad
como os he mandado!
NATÁN
Cielos,
¿esto sufrís?
CÉLFORA
¡Cuánto, Anón,
de sus ultrajes me huelgo!600
SOLDADO
¡Venid! ¡Venid!
JOAB
¡Ay de mí!
¡Cuántas desdichas padezco;
pues a Rabaat honrado
vine, y afrentado vuelvo!
 

(Vanse. Córrese una cortina, y descúbrese una huerta hecha de hiedra a una parte del tablado, y en ella se ve a ZABULONA y DAMAS con azafates desnudando a BERSABÉ.)

 
BERSABÉ
   ¿Está el baño prevenido?605
ZABULONA
De las lágrimas que llora
cada mañana el aurora,
este estanque ha recogido
cuantas perlas ha podido
en las suyas engastar,610
en la imagen singular
de tanta esmeralda bruta.
BERSABÉ
Dentro, pues, de aquella gruta
me acabad de desnudar.
 

(Vanse, y salen MATATÍAS y LÍA.)

 
MATATÍAS
   Aquí ha de estar.
LÍA
¿Dónde vas?
615
MATATÍAS
A hablar voy con mi señora.
LÍA
Desnudándose está ahora...
¡Mira si hablarla podrás!
MATATÍAS
   ¡Y aun por esto!
LÍA
¡Qué locura!
¡Está desnuda! ¡Qué exceso620
querer entrar!
MATATÍAS
¡Y aun por eso!
Quiero ver su hermosura.
LÍA
   Di qué la quieres decir;
que yo a ella se lo diré.
MATATÍAS
Dila que Urías dice...
LÍA
¿Qué?
625
MATATÍAS
Que hoy quiere con ella ir,
para acabar de acudir
a su obediencia, a besar
la mano a David.
LÍA
Lugar
de decirlo habrá después.630
¡Vete!
MATATÍAS
Sí haré; que no es
tampoco de codiciar
   en tales haciendas ver
mujer, por linda que sea,
porque en puribus es fea635
la más hermosa mujer.
   Pero dila -y no te asombre-
que no se desnude bella
adonde el sol pueda vella,
que es grande amigo del hombre.640
 

(Vase, y sale DAVID a un mirador que ha de estar a otra parte de la huerta.)

 
DAVID
   Desde aqueste mirador
todas las cercas se ven
de la gran Jerusalén.
No puede objeto mejor
buscar la vista en favor645
de los ojos. ¡Qué vistosa
ciudad! Y ¡qué suntuosa
la cubren en horizontes
muros, jardines y montes!
¿Qué variedad no es hermosa?650
   Pero donde más primores
logran perfecciones sumas
es en un jardín de plumas,
es en un golfo de flores,
que de aquestos corredores655
vecinos, matices mil,
con el céfiro sutil,
su fe y amor desafía,
rayo a rayo todo el día,
flor a flor todo el Abril.660
   Pero ¿qué mucho, si en él
a humana deidad le debe
el jazmín candor y nieve,
grana y púrpura el clavel,
pompa y luz todo vergel,665
siendo a su hermoso arrebol
cualquier planta girasol,
pues tras sus reflejos va?
¿Cómo no es de noche ya,
si se está bañando el sol?670
   ¡Mal hubiste la tejida
gruta de yedra y laurel,
que ha sido verde cancel,
donde, hasta que esté vestida,
esta beldad retraída675
oculta! Aunque mis congojas,
por entre azules y rojas
vidrieras -¡qué dulce ofensa!-
acechan lo que dispensa
la brújula de las hojas.680
   De sus damas los sentidos
torpes el jardín desnudan
para vestirla, que dudan
las flores y los vestidos.
¿Qué mucho, si suspendidos685
todos los cuadros en vella
por más lisonjas hacella,
se han vestido en los colores,
ella de todas las flores,
y todas las flores della?690
   ¡No vi más rara beldad!
 

(Sale JOSEPH, criado de David, por una puerta que ha de estar a la bajada del mirador.)

 
JOSEPH
En aqueste mirador
estaba el rey mi señor.
DAVID
Gente sube... ¡Allá esperad!
¡Ya bajo yo!...

 [Aparte.] 

(¡Qué crueldad
695
es la que conmigo usó
mi mismo afecto, pues no
quiere que otros la posean,
y para que otros no vean,
me saco los ojos yo!)700
   ¿Quién era el que ahora aquí
hablaba?
JOSEPH
Yo te busqué.
¡Perdona!, que celo fue
de mi amor.
DAVID
¿Tú solo?
JOSEPH
Sí.
DAVID
Pésame de haber por ti705
dejado lo que miraba,
porque divertido estaba.
JOSEPH
¿En qué, señor, lo has estado?
DAVID
Pues a tal tiempo has llegado,
y a ti declararme es bien,710
sepa mi ventura quien
ha de saber mi cuidado.
   Desde aquese mirador
que elevadamente juzga,
corona de tantos montes,715
sus más eminentes puntas,
de Jerusalén miraba
las variedades confusas
que en jardines y edificios
hacen mayor su hermosura.720
En uno puse los ojos,
porque su esfera dibuja
de naturaleza y arte
las dos perfecciones juntas.
Esta, pues, esfera humana725
tanto los sentidos turba,
que, haciendo estrellas sus flores,
quiere que el sol la presuma
verde pedazo del cielo.
A cuya ambición, a cuya730
vanidad, [el] cielo, entonces
se vale de igual industria,
y haciendo de estrellas flores,
finge azul jardín la pura
campaña. Y así, encontrados735
siempre están con igual lucha
los cielos hermosos, donde
duermen las estrellas mudas,
compitiendo con las selvas,
donde las flores madrugan.740
Agua y viento, que de entrambas
son campaña, a entrambas hurtan
desperdiciados despojos
con que sus plantas ilustran.
Y así, el agua -repitiendo745
en las fuentes que la cruzan
los rayos del sol- y el viento
-en las aves que le surcan,
los matices de la tierra-
se dan batalla segunda;750
pues, cuando en el agua el sol
reflejos hace de espuma,
los pájaros en el viento
forman abriles de plumas.
Aquí, pues, una mujer...755
Pero no digo bien... Una
ninfa -sí- de aquella gruta,
estaba... Al decirte cómo,
turbado el acento duda,
torpe el labio se suspende,760
fácil la lengua se turba;
porque al acento ni al labio,
ni a la lengua, es acción justa
el pintar una belleza,
con ser la verdad desnuda.765
Mas baste decir que, aun siendo
al tiempo que el sol se oculta
para acabar con el día,
el mismo sol que lo alumbra,
la flor, el cristal, el ave,770
la campaña y la espesura,
de una belleza engañados,
por aurora la saludan.
Pero qué mucho, si estaba
en la abreviada laguna775
de un bello estanque varado
sobre su planta cerúlea
todo un bajel de marfil;
siendo el cabello que inunda
la espalda, jarcias con quien780
manso el céfiro se burla;
y creyendo que nacía
otra vez de las espumas
Venus, todos la adoraron;
y arrepentidos, en suma,785
de la culpa de adorarla,
unos a otros se acusan;
y viendo sus bellos ojos,
quedan libres de su culpa.
Claro está que para ser790
su rara belleza mucha,
le bastaba ser entonces
solamente una escultura,
adorno de aquella fuente...
¡Aquí el ingenio discurra,795
discurra aquí la razón
como será una hermosura
donde está además el alma!...
Pues, si siendo estatua muda
en lo material, pudiera800
competencia hacer segura
a los cielos, claro está,
por el alma que la ilustra,
que esta mujer es más bella;
aun los cielos no lo dudan.805
Yo, pues, estaba elevado
de ver solamente una
estatua dentro del agua...
Lo que haría -¡ay de mí!- juzga,
pues, al verla salir della,810
vi en el agua otra segunda,
y que engarzadas las dos
estaban por las columnas.
Muerto quedé, porque fue
de un hombre obligación justa815
rendir la vida al mirar
una belleza tan suma,
como obligación rendir
el alma en víctima suya.
Pues si obligaciones dos820
con tanta causa me buscan,
porque Amor no me castigue,
las pagaré; que, sin duda,
no pagar obligaciones
delito en amor se juzga.825
Y así, desde aqueste instante
saber -¡ay de mí!- procura
quién es apuesta mujer.
Sola esa pared que murtas
y yedras cubren es quien830
de mí la divide. Busca
este prodigio; que Amor
ni teme -¡ay cielos!-, ni duda
que afable me corresponda,
que tan perfecta, tan pura835
beldad, no ha de ser ingrata;
que fuera bajeza mucha
deslucir la ingratitud
tal beldad, pues nadie duda
que lo ingrato en la belleza840
aun ha menester disculpa.
JOSEPH
   ¡Aún mayor es tu cuidado
de lo que piensas, señor!
DAVID
¿Cómo puede ser mayor?
JOSEPH
Por las señas que me has dado845
   del jardín...
DAVID
¡Prosigue! ¡Ay triste!
JOSEPH
...Aquesa hermosura fue...
DAVID
¿De quién, di?
JOSEPH
...De Bersabé,
nombre que otra vez oíste
   en los versos lisonjeros850
de una canción celebrando.
DAVID
Una gran desdicha ¿cuándo
vino sin grandes agüeros?
   Yo ...Pero ¿quién allí ha entrado?
 

(Sale MATATÍAS.)

 
JOSEPH
Díganlo sus osadías.855
Un loco es, señor, de Urías
y de Bersabé criado.
   ¡Hola!
DAVID
¡Déjale!
MATATÍAS
¡Ay de mí!,
que en mirar entretenido
los jardines, he venido860
donde está el rey.
DAVID
¿Cómo aquí
   entráis?
MATATÍAS
«Andando» dijera,
a no ser vieja frialdad.
DAVID
Turbado estáis.
MATATÍAS
Es verdad;
¡pluguiera a Dios no lo fuera!865
DAVID
   ¿Cómo os llamáis?
MATATÍAS
Tengo un nombre
que, si como es nombre fuera
oficio, más [me] valiera.
DAVID
¿Oficio?
MATATÍAS
Sí, y no te asombre
   que fuera de gran provecho.870
DAVID
Decidle, pues.
MATATÍAS
No, señor.
DAVID
Pues, ¿por qué?
MATATÍAS
Porque es mejor
que para dicho, para hecho.
DAVID
   ¡Acaben nuestras porfías!
MATATÍAS
Pues de saberlo gustáis,875
yo me llamo...
DAVID
¿Qué dudáis?
¡Decid presto!
MATATÍAS
Matatías.
   Mire Vuestra Majestad,
si oficio Matatías fuera,
¡cuánto cada año valiera!;880
y mire si fue verdad
   que era el callar de capricho:
porque Matatías, señor,
es muchísimo mejor
para hecho que para dicho.885
DAVID
   ¿A quién servís?
MATATÍAS
Sirvo a Urías.
DAVID
Dicen que es su esposa bella.
MATATÍAS
Presto, señor, podrás vella.
DAVID
¿De qué suerte?

 [Aparte.] 

(¡Ay ansias mías!)
MATATÍAS
   Porque Urías, por acudir890
con su honor, a Bersabé
trae... Mas él lo dirá, que
no me dejará mentir.
 

(Salen todas las mujeres de acompañamiento, y detrás URÍAS y BERSABÉ.)

 
URÍAS
Hasta ofrecer a tus plantas
-¡oh, invicto señor heroico!-895
todas mis fortunas, no
me parece que las logro.
Bersabé florida rama
de aquel más fecundo tronco
de Israel, tu mano pide.900
Y yo, que a tus pies me pongo,
ofrezco en ellos mi vida,
mi honor, mi fe; que aunque todo
es para mi suerte mucho,
para tu servicio es poco.905
BERSABÉ
Dame, señor, vuestra mano;
que aunque yo indigna la toco,
pueden granjearme esta gloria
los méritos de mi esposo.
DAVID
Alzad, Bersabé, del suelo...910

 (Aparte.) 

(¡lo mismo que siento ignoro!)
...y creed... (¡estoy turbado!)
...de mi afecto... (¡estoy dudoso!)
...que las victorias que debo
en las lides al heroico915
valor de Urías sabré
agradecer generoso.

 (Aparte.) 

(¡Oh, qué otro de mí -ay de mí-
estoy de un instante a otro!)
BERSABÉ
Otra vez por esas honras920
os beso la mano, como
mercedes ya recibidas...
¡Ay de mí!
 

(Cáese, y detiénela el rey.)

 
DAVID
No os cause asombro,
que si caéis, en mis brazos
caéis.
 

(Cajas destempladas.)

 
URÍAS

 (Aparte.) 

Al instante propio
925
que tropezó Bersabé,
acentos se escuchan roncos.
¡Aparatos de mi muerte,
id viniendo poco a poco!
DAVID
¿Qué es esto? ¿Quién ha causado930
este trágico alboroto?
¿Quién este funesto acento
pronunciar hizo?
 

(Salen JOAB y NATÁN.)

 
NATÁN
¡Nosotros!
JOAB
Nosotros -¡oh, gran David!-
que hasta llegar a tu solio935
no nos hemos reparado
de las injurias y oprobios
de Anón por poder con ellas
incitar más tus enojos;
porque, en fin, en los pesares940
no sabe, aunque sean propios,
llorar bien el corazón
lo que no miran los ojos.
Natán -divino profeta
de Dios, varón religioso945
que tantas veces su culto
ha administrado devoto-
y yo -yo que tantas veces,
coronado del famoso
árbol que hace el rayo mismo950
privilegio a sus pimpollos,
entré por Jerusalén
aplaudido y victorioso-
ofendidos y afrentados,
atadas las manos, rotos955
los vestidos y, en efecto,
ensangrentados los rostros,
nos echamos a tus pies.
Aunque no es nuevo en nosotros,
después que hizo Anón soberbio960
de nuestras cervices trono,
en torpe desprecio tuyo
y tu Dios, diciendo loco...
DAVID
¡Calla! ¡Calla! ¡No prosigas!
Que por el gran Dios que adoro965
en el impíreo, de quien
murallas son esos globos
que la luna a cercos mide
y el sol ilumina a tornos,
que ha de constar mi venganza970
desde el uno al otro polo,
siendo la gran Rabaat
de mi cólera destrozo,
de mi venganza trofeo
y de mi poder despojo.975
Y tú que fuiste, Joab,
el ofendido, tú propio
has de ser quien la destruya.
Junta mi ejército todo
para resistir a Anón,980
cuyo acero te propongo
que no has de quitar en tanto
que su campo numeroso
no quede vuelto en ceniza,
o vuele deshecho en polvo,985
desatadas sus memorias
rayo a rayo y soplo a soplo.
Y pues igualmente toca
la venganza que dispongo
a la religión, Natán990
saque sobre justos hombros
el arca del testamento
a la campaña. Así tomo
a mi cargo sus ofensas.
Por la boca y por los ojos995
-áspid soy- veneno vierto,
-volcán soy- llamas arrojo.
JOAB
Palabra doy a los cielos
de que muera generoso
antes que vuelva vencido.1000
Toca al arma; y el heroico
campo que de Filistín
antes traje victorioso
feliz vuelva a coronarse
de triunfos. Y tú, famoso1005
Urías, advierte que hoy
esta venganza que tomo
toca a mi honor.
URÍAS
La palabra
que te di te reconozco.
Contigo iré, deponiendo1010
el blando, el felice ocio
de la paz.
DAVID

 (Aparte.) 

(Solo su ausencia
templar podrá mis enojos.)
Tan grande fineza, Urías,
vos sabéis hacerla solo.1015
PERSAS
Señor, ¿cómo dais licencia
a quien ya es casado?
DAVID

 [Aparte.] 

(¿Cómo?
Urías me importa más
ausente de vuestros ojos.)
JOAB
Toca al arma, porque al punto1020
he de marchar animoso.
 

(Vase.)

 
NATÁN
Yo, si el arca ha de salir,
voy a disponer el modo.
 

(Vase.)

 
ZABULONA
Tú, Matatías, ¿no vas
a la guerra?
MATATÍAS
¿So yo bobo?
1025
Zabulona, acá me quedo.
URÍAS
Ven conmigo, dueño hermoso,
porque al punto he de partir.
BERSABÉ
¡Oh, cuánto tu ausencia lloro!
URÍAS
Esto es honor, Bersabé.1030
BERSABÉ
También era honor estotro.
 

(Vanse.)

 
DAVID
¡Qué de contrarios efectos
a un tiempo en mi reconozco:
de mi cólera los unos
y de mi pasión los otros!1035
Diga el más sutil ingenio
quién podrá acudir a todos.

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