11
El romance vive, naturalmente, dentro de una tradición oral y ésta -al transmitir el «cantar»- hace que no sea un fósil, sino que como cuerpo vivo tome del ambiente los medios para subsistir: así se explican los finales «analógicos» con otros textos o los versos vivos en otros romances.
12
Cf. J. M. Cossío y T. MAZA, Romancero Popular de la Montaña. Santander 1933, t. I, p. 27-35.
En Cúllar-Baza (Granada) se canta la siguiente versión reducida a los estrechos límites de un incidente doméstico totalmente localizado:
En Zaragoza recogí una versión -muy distinta de todas las otras- no exenta de belleza. Otros textos localizados en Aragón fueron publicados por P. MARÍN en AFA, t. III, 1950, pgs. 270-271 y en la misma revista, t. V, 1953, pgs. 136-137.
13
La escena representa un banquete descompuesto; Amón muerto sobre la mesa y los manteles ensangrentados.
14
Edic. Nueva Bibliot. Aut. Esp., t. IV, p. 432 b y 433. Calderón, se sabe, reproduce ad pedem litterae este acto tercero de Tirso, como segundo de Los cabellos de Absalón. El pasaje que nos interesa puede verse en la edición de la Bib. Aut. Esp., t. IX, p. 432 c.
Los versos siguientes a los que transcribo plantean algún problema textual que no es momento de resolver. En Tirso hay un «caliente está la colada» que repugna por su zafiedad; Calderón lo ha convertido en «caliente está, tu vengada».
15
Tirso, op. cit., p. 426b. Cf.:
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(Calderón, op. cit., p. 422b) |
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Es muy sabido lo de Marinero por mira Nero; tengo documentado conde Sino por Montesinos; el conde Sol castellano, no es sino el conde Alzón con fonética andaluza (RFE VII, 297). Esta etimología popular sobre nombres exóticos se verifica también en las designaciones geográficas la Abadía por Lombardía (íb., p. 273), etc.
17
Thamar y Amnón apud Romancero gitano, núm. 18. El entronque de este poema con nuestro teatro áureo (Tirso concretamente) ha sido señalado por DÍAZ PLAJA, Federico García Lorca. Col. Austral, núm. 1221, pgs. 135-139, aunque La Dama d'Aragó, allí aducida como tema popular de incesto, me parece fuera de lugar. No se olvide el carácter tradicional que entre nuestro pueblo tiene el romance aquí estudiado.