Escena
III
|
|
DON ESTEBAN.
LAMPREA. DON BALTASAR.
|
D. BALTASAR |
Ya el pueblo
|
|
tranquilo y triunfante queda. |
|
Cuatro de los enemigos |
75 |
menos ágiles de piernas |
|
han caído en mi poder, |
|
|
—38→ |
y ya en la cárcel se
hospedan: |
|
y por cierto que a uno de
ellos |
|
le está curando el
albéitar. |
80 |
Los demás huyeron
todos. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Y si no, que se estuvieran |
|
por acá; que yo les
juro... |
|
|
|
D. BALTASAR |
Los prisioneros de guerra, |
|
si no pagan una multa |
85 |
para reparar la iglesia, |
|
calabozo y grillos tienen |
|
lo menos hasta la siega. |
|
Debía estar ya empezada |
|
la sumaría; mas no
encuentran |
90 |
en todo el lugar al bueno |
|
de don Abundio. |
|
|
DON ESTEBAN |
¡Sí! Apenas
|
|
olió el peligro,
escapó |
|
más ligero que un
cometa, |
|
y puede que de correr |
95 |
no haya parado a esta fecha. |
|
|
|
|
DON ESTEBAN |
Estos sabios
|
|
me estomagan, me revientan. |
|
Siempre hablando del desprecio |
|
de la vida, y si olfatean |
100 |
la ocasión de
aventurarla |
|
se esconden en la bodega. |
|
Y dale con la virtud, |
|
y vuelta con la grandeza |
|
de alma, y la
filosofía, |
105 |
y la farmacia, y las..., esas |
|
palabrotas que ellos dicen; |
|
mas nunca hacen cosa buena. |
|
|
|
D. BALTASAR |
No; todos no están
cortados |
|
por una misma tijera; |
110 |
y, aunque rara vez del docto |
|
la extravagancia se aleja, |
|
siempre es útil... |
|
|
DON ESTEBAN |
¿Qué ha de
ser?
|
|
Lo cierto es que los
desdeña |
|
todo el mundo, y casi siempre |
115 |
andan a sombra de teja, |
|
y nunca tienen salud, |
|
ni protección, ni
pesetas. |
|
Vea usted si yo estoy gordo; |
|
y todo el pueblo me inciensa; |
120 |
y siempre alegre y de broma. |
|
¿Qué falta me hacen
las letras? |
|
Maldita. Esto no es decir |
|
que por un bruto me tenga. |
|
Yo sé leer de corrido, |
125 |
escribir, las cuatro reglas |
|
de cuentas, y todo el
Fleuri, |
|
y he leído las novelas |
|
de doña María
Zayas, |
|
y el Bertoldo, y la
Floresta |
130 |
española, y el
Lunario |
|
perpetuo, y muchas
comedias |
|
de esas que todas principian |
|
con ¡Arma! ¡arma!
¡guerra! ¡guerra! |
|
Y aquí donde usted me
ve |
135 |
ya sé tañer la
vihuela |
|
con más primor veinte
veces |
|
que el barbero que me
enseña. |
|
|
|
LAMPREA |
Y sobre todo el fandango |
|
y la jota aragonesa. |
140 |
|
|
DON ESTEBAN |
Y hago siempre de
traidor |
|
en las comedias caseras; |
|
y la aldea se alborota |
|
cuando canto la
rondeña; |
|
y tengo yo cierta gracia |
145 |
natural, cierta agudeza... |
|
¿No es verdad? |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Y en fin, tengo
|
|
cuatro mil duros de renta. |
|
Mas con tantas campanillas, |
|
y tanta prosopopeya... |
150 |
escandalícese usted, |
|
no falta quien me desprecia. |
|
|
|
D. BALTASAR |
¿Quién se atreve a
despreciar |
|
a persona tan egregia? |
|
Nombre usted al temerario; |
155 |
haré que en la cárcel
duerma. |
|
O soy alcalde, o no soy. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Pues vengue usted mis ofensas. |
|
Su hija de usted no me quiere |
|
por marido. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
¿Qué he de
chancearme?
|
|
Muy erguida y muy resuelta |
|
me lo ha dicho. |
|
|
D. BALTASAR |
No hay cuidado.
|
|
Yo la haré entrar por
vereda. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Eh, yo en parte la disculpo; |
165 |
que al fin es una tontuela, |
|
y no sabe cuánto vale |
|
un marido de mis prendas. |
|
|
|
|
DON ESTEBAN |
A quien yo
|
|
tengo tirria no es a ella, |
170 |
sino a su hermano de usted |
|
porque ha dado en protegerla. |
|
|
|
D. BALTASAR |
¿Mi hermano? ¿Quien
le ha mandado |
|
que en mis asuntos se meta? |
|
Le diré cuántas son
cinco, |
175 |
que a mí nadie me
gobierna. |
|
¡Pues no faltaba otra
cosa! |
|
Y en cuanto a Carmen...
Lamprea, |
|
que baje aquí... |
|
|
Escena
IV
|
|
DON ESTEBAN.
DON BALTASAR. LAMPREA. DON BERNARDO.
|
D. BERNARDO |
Te has lucido,
|
|
Baltasar. No lo creyera |
180 |
a no haberlo visto.
¿Así |
|
el empleo desempeñas |
|
de alcalde? A los forasteros |
|
¿así acoges en tu
aldea? |
|
|
|
D. BALTASAR |
¡Estamos frescos! ¿Es
cosa |
185 |
de que tú me
reconvengas? |
|
|
|
—39→
|
D. BERNARDO |
Que hiciera esos desatinos |
|
un alcalde de montera, |
|
pase, pero ¡tú!
¡Estar viendo |
|
que sin razón apalean |
190 |
a los pobres aldeanos |
|
que con vosotros se huelgan, |
|
y perseguirlos, en vez |
|
de castigar la insolencia |
|
de tus convecinos! Vaya, |
195 |
o has perdido la chaveta, |
|
o la vara que te han dado |
|
deshonrada está en tu
diestra. |
|
|
|
D. BALTASAR |
Yo de mis operaciones |
|
no tengo que darte cuenta, |
200 |
y si hemos de estar en paz |
|
modera un poco tu lengua. |
|
|
|
D. BERNARDO |
Modera el orgullo tú, |
|
y no con tal impudencia |
|
de la autoridad abuses. |
205 |
|
|
D. BALTASAR |
Pero ¿a qué tanta
pamema? |
|
¿Qué ha habido para
que así |
|
te alborotes? |
|
|
D. BERNARDO |
¡Friolera!
|
|
Por pagar o no pagar |
|
el gasto de la taberna |
210 |
¡andar a palos dos
pueblos! |
|
|
|
D. BALTASAR |
¡Toma! ¿Y qué
función de aldea |
|
no se acaba a garrotazos? |
|
Aquí ya nadie se altera |
|
por semejante bicoca. |
215 |
El año que no hay
pendencia, |
|
que sucede rara vez, |
|
¡es tan insulsa la
fiesta! |
|
Gracias que no ha habido
muertes |
|
como en Julio por la feria. |
220 |
Estos hombres de la corte, |
|
que tal magisterio ostentan, |
|
parece que no han vivido |
|
entre gentes. |
|
|
D. BERNARDO |
No hay paciencia
|
|
para tal barbaridad. |
225 |
Después que los
atropellan |
|
sin motivo, a los que prendes |
|
en una cárcel
encierras. |
|
¡Qué horror! Las
pobres familias |
|
que con sus brazos sustentan, |
230 |
porque tú eres
testarudo |
|
¿será justo que
perezcan? |
|
|
|
D. BALTASAR |
Pues bien, que paguen la multa |
|
y se vayan a su tierra. |
|
|
|
D. BERNARDO |
Si en eso sólo
consiste, |
235 |
yo la pago. Libres sean. |
|
|
|
D. BALTASAR |
Ya que eres tan generoso, |
|
págala tú en hora
buena. |
|
Después iré yo a
mandar |
|
que los suelten. Me interesa |
240 |
zanjar primero otro asunto |
|
que me toca más de
cerca. |
|
(A LAMPREA.)
|
Anda, di a Carmen que baje |
|
al instante. |
|
|
|
Escena
VI
|
|
DON BERNARDO.
DON BALTASAR. DON ESTEBAN. CARMEN.
|
D. BERNARDO |
(Aparte con CARMEN.)
|
Ten firmeza.
|
290 |
No des tu consentimiento. |
|
Yo tomaré tu defensa. |
|
|
|
—40→
|
|
D. BALTASAR |
¿Qué le dices a la
oreja? |
|
Ya lo comprendo. La animas |
295 |
a faltarme a la obediencia. |
|
Será en vano. Ven
acá. |
|
¿Presumes que haya en la
tierra |
|
quien te ame como tu padre? |
|
|
|
|
|
|
D. BALTASAR |
¿Qué otro
afán
|
|
día y noche me desvela |
|
sino asegurar tu dicha? |
|
|
|
CARMEN |
Es justo que así lo
crea. |
|
|
|
D. BALTASAR |
Los buenos hijos a un padre |
305 |
profundamente respetan, |
|
no examinan sus preceptos |
|
y le obedecen a ciegas. |
|
|
|
D. BERNARDO |
No, señor, que puede
haber |
|
excepciones de esa regla. |
310 |
Tampoco es razón que un
padre |
|
en tirano se convierta, |
|
y cuando... |
|
|
|
DON ESTEBAN |
¿No ve usted la
reverenda |
|
pachorra con que yo espero |
315 |
a que dicten mi sentencia? |
|
Y eso que, hablando en verdad, |
|
ya estoy cargado de esteras, |
|
porque a un hombre como yo |
|
no es razón se le
entretenga |
320 |
tanto tiempo; que más
hago |
|
yo en tomarla por parienta |
|
que ella... ¿Está
usted? Porque al fin |
|
hay alguna diferencia |
|
de casa a casa, y quizá |
325 |
cuando mi madre lo sepa... |
|
Porque..., como dijo el
otro... |
|
|
|
|
D. BALTASAR |
Yo no te mando arrojarte |
|
en un pozo de cabeza. |
330 |
Te mando tomar marido, |
|
y son pocas las doncellas |
|
en el día que hacen
ascos |
|
a una ley tan lisonjera. |
|
|
|
CARMEN |
Yo no me opongo a casarme, |
335 |
pero en una edad tan tierna... |
|
Ya ve usted, diez y siete
años |
|
cumplí por la
primavera. |
|
|
|
D. BALTASAR |
Edad más que suficiente |
|
para que pagues tu deuda |
340 |
a la patria; que no es cosa |
|
de jugar a las muñecas |
|
la que ya puede ser madre. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Ya se ve, y usté es muy
bestia... |
|
|
|
|
DON ESTEBAN |
No hablo con usted.
|
345 |
Si gruñe y se hace de
pencas, |
|
teniendo un novio de a folio, |
|
ahora que tanto escasean. |
|
|
|
D. BALTASAR |
Don Esteban hace días |
|
que ser tu marido anhela. |
350 |
Él ya te lo habrá
insinuado. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
¡Qué! ¿me
muerdo yo la lengua? |
|
Se lo he dicho veinte veces: |
|
primero haciéndole
señas, |
|
en seguida de palabra, |
355 |
y después con una
esquela, |
|
y con la guitarra luego; |
|
que ha sido mucha fineza |
|
estarme desgañitando |
|
tantas noches en su reja. |
360 |
|
|
D. BALTASAR |
Me pidió tu mano en
fin. |
|
Yo, viendo entrar por mis
puertas |
|
tanto bien, y como nunca |
|
me ha pasado por la idea |
|
que a lo que mande tu padre |
365 |
capaz de oponerte seas, |
|
sin decirte nada vine |
|
en aceptar sus ofertas. |
|
|
|
D. BERNARDO |
Mal hecho. Eso no es casarla; |
|
eso es... |
|
|
|
D. BERNARDO |
Venderla.
|
370 |
Pero me han de hacer pedazos |
|
primero que lo consienta. |
|
|
|
D. BALTASAR |
Hombre, no nos interrumpas. |
|
Deja que responda ella. |
|
Carmen, ya te has enterado |
375 |
de mi voluntad suprema; |
|
y no la revocaré |
|
si todo el mundo se
empeña. |
|
Ahora háblame sin
rodeos. |
|
Vaya, ¿el casamiento
aceptas, |
380 |
o no? No digas después |
|
que te he casado por fuerza. |
|
|
|
D. BERNARDO |
¿Qué ha de decir la
infeliz |
|
después que
tú... |
|
|
D. BALTASAR |
¡Qué molestia!
|
|
¿No la dejarás
hablar? |
385 |
Vamos, hija, con franqueza. |
|
El esposo que te ofrezco |
|
¿es de tu gusto? En la
tierra |
|
no hay un mozo tan bizarro |
|
ni que mejor te merezca. |
390 |
Él te ama... |
|
|
CARMEN |
Será verdad,
|
|
pero ¿dónde
está la prueba? |
|
Ha usado siempre conmigo |
|
de expresiones tan groseras, |
|
y tiene un modo tan tosco |
395 |
de enamorar... |
|
|
D. BALTASAR |
¡Eh, simplezas!...
|
|
Se conoce que en amor, |
|
tienes muy poca experiencia, |
|
de lo cual me alegro mucho. |
|
Así, tú llamas
rudeza |
400 |
a la amable sencillez, |
|
y al donaire
desvergüenza. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Y en fin, en esto de amores |
|
cada uno tiene su escuela. |
|
¿No es cierto, don
Baltasar? |
405 |
Si otros títeres
babean, |
|
ya le he dicho a mi futura |
|
que no es ese mi sistema. |
|
Yo no sufro que mis novias |
|
|
—41→ |
por su juguete me tengan, |
410 |
y a las primeras de cambio |
|
les acuso las cuarenta. |
|
|
|
D. BALTASAR |
Conque vamos, yo supongo |
|
que premiarás su
terneza... |
|
|
|
|
DON ESTEBAN |
Es muy testaruda,
|
415 |
y harto será que... |
|
|
CARMEN |
Quisiera
|
|
poder complacer a usted |
|
y a mi padre, pero es fuerza |
|
hablar claro y sin rodeos, |
|
puesto que así me lo
ordenan. |
420 |
|
|
D. BERNARDO |
(En voz baja.)
|
¡Buen ánimo!
Así va bien. |
|
|
|
CARMEN |
Jóvenes hay en la
Sierra |
|
que pudiera hacer felices |
|
el señor con sus
riquezas. |
|
Mi padre lo pasa bien, |
425 |
y soy única heredera. |
|
Así, no debo esperar, |
|
si mi vida le interesa, |
|
que me sacrifique... |
|
|
D. BALTASAR |
¡Cómo!...
|
|
¡Qué avilantez!
¡qué soberbia! |
430 |
¿Conque es decir... |
|
|
D. BERNARDO |
Es decir
|
|
que la niña no se peina |
|
para tal novio. |
|
|
D. BALTASAR |
¿Qué escucho!
|
|
¿Contra un padre te
rebelas? |
|
¡Vive Dios, ingrata... |
|
|
|
D. BERNARDO |
Bien merece tu indulgencia. |
|
|
|
|
|
D. BALTASAR |
Jamás en tu lengua
|
|
vuelva a sonar ese nombre. |
|
|
|
|
D. BALTASAR |
Yo haré que te
arrepientas
|
440 |
de tu osadía.
¡Dejarme |
|
a mí feo una monuela! |
|
¡Desvelarme por tu bien, |
|
y darme esta recompensa! |
|
|
|
|
D. BALTASAR |
Quítate de mi vista,
|
445 |
que la cólera me ciega. |
|
Ven acá. |
|
(La coge de la mano.)
|
|
|
DON ESTEBAN |
Una buena zurra |
|
le daría yo por necia. |
|
¡Dar calabazas a un
hombre |
450 |
como yo! |
|
|
D. BERNARDO |
(A CARMEN en voz
baja.)
|
¡Firme! No temas.
|
|
|
|
D. BALTASAR |
Elige: o darle tu mano, |
|
o podrirte en una celda. |
|
|
|
|
D. BALTASAR |
No me irrites más.
|
|
¿Quieres con la
inobediencia |
455 |
labrar tu desdicha?
¿quieres |
|
que te abandone y te pierda? |
|
¿quieres arrostrar el
peso |
|
de mi maldición eterna? |
|
|
|
CARMEN |
¡Ah! no, no. Me
casaré |
460 |
aunque desolada muera. |
|
Obedeceré a mi padre. |
|
|
|
D. BERNARDO |
¡Qué escucho!
¡tanta flaqueza! |
|
Mujer al fin. |
|
|
|
D. BALTASAR |
¡Hija mía!
¡dulce prenda! |
465 |
Ven a mis brazos. Tu edad |
|
al error está sujeta, |
|
bien lo sé; pero por
fin |
|
te veo entrar en la senda |
|
del deber. Vamos, no llores, |
470 |
(Le enjuga las lágrimas.)
|
que ya mi enojo se templa. |
|
¡Pobrecilla! Un tío
injusto |
|
te infundió malas
ideas... |
|
¡Vaya, no faltaba
más! |
|
¡Ahora que se presenta |
475 |
tan buen partido, quedarte |
|
por darle gusto soltera! |
|
|
|
D. BERNARDO |
Muy pronto cantas victoria. |
|
Si en tu crueldad perseveras, |
|
las leyes la ampararán. |
480 |
Yo las reclamo por ella. |
|
Supone muy poco un sí |
|
arrancado con violencia. |
|
Si ella por temor sucumbe, |
|
yo la salvaré por
fuerza. |
485 |
|
|
|
Escena
VII
|
|
CARMEN.
DON BERNARDO. DON BALTASAR. DON ESTEBAN. DON ABUNDIO.
|
DON ABUNDIO |
Cual otro Mercurio,
|
|
si es lícito que me
atreva |
|
a similitud tan alta... |
|
|
|
D. BALTASAR |
¿Viene usted con esa
jerga |
|
al cabo de tanto tiempo? |
490 |
|
|
DON ABUNDIO |
Esa canalla extranjera, |
|
a la que ya es para mí, |
|
pues me mantiene y alberga, |
|
nueva dulcísima patria, |
|
con súbita infanda
guerra |
495 |
pagó la hospitalidad. |
|
No con apatía yerta |
|
el riesgo de mis penates |
|
debí mirar, que tal
mengua |
|
de una alma grande es indigna. |
500 |
Así en la feral
contienda |
|
que hará inmortal nuestra
gloria |
|
no ha sido imbele mi diestra. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Miente el señor don
Abundio. |
|
|
|
DON ABUNDIO |
¿Yo mentir?
¡Hórrida afrenta! |
505 |
Si al furor que me devora |
|
soltar osara la rienda... |
|
Pero yo soy generoso |
|
y perdono tanta ofensa; |
|
que si el furor tiene altares, |
510 |
|
—42→ |
aún tiene más la
paciencia. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Si apenas se armó la
zambra |
|
cuando tomó usted
soleta, |
|
¿cómo... |
|
|
DON ABUNDIO |
Y por ventura
¿sólo
|
|
con trancazos se guerrea? |
515 |
¿No es la pluma en este
siglo |
|
veinte veces más
sangrienta? |
|
Yo me retiré, es
verdad, |
|
mas fue a estudiar una arenga |
|
para animar a la pugna |
520 |
a esa milicia inexperta. |
|
¡Qué de batallas
ganó |
|
de un general la elocuencia! |
|
¡Ah! ¿Por qué
sin escucharme |
|
finasteis la lid horrenda? |
525 |
Pero en esta sala al menos, |
|
ya que no fue en la palestra, |
|
voy a leer el aborto |
|
de mi patriótica vena. |
|
(Saca un pliego de papel escrito
por las cuatro caras.)
|
«No de otra suerte,
intrépidos guerreros, |
530 |
que en el de las Termópilas
barranco |
|
del que azotara el Ponto las
falanges |
|
trescientos esparciatas
humillaron; |
|
o cual allá en los campos de
Farsalia; |
|
o cual allá en los mares de
Lepanto; |
535 |
o cual allá en el lago
Trasimeno; |
|
o cual allá en los muros de
Cartago; |
|
o cual allá en Clavijo do el
Apóstol |
|
seiscientos mil mató
mahometanos; |
|
o cual allá...» |
|
|
D. BALTASAR |
Basta, basta,
|
540 |
que ahora tengo mucha priesa. |
|
Otra vez escucharemos |
|
esa proclama estupenda. |
|
|
|
DON ABUNDIO |
Cuando usted la oiga
verá |
|
¡qué nervio,
qué efervescencia! |
545 |
|
|
D. BERNARDO |
(Vamos, ya está visto:
todos |
|
son locos en esta aldea.) |
|
|
|
D. BALTASAR |
Secretario, venga usted |
|
conmigo, que hay diligencias |
|
que practicar, y es forzoso |
550 |
volver a entablar la fiesta. |
|
|
|
DON ESTEBAN |
Y ha de tener entendido |
|
el maestro de ciruela, |
|
que aquí persuade un
garrote |
|
mejor que toda su ciencia. |
555 |
|
|
|
D. BALTASAR |
(A DON BERNARDO.)
|
Al señor y a mí
|
|
nos ha ofrecido su mesa |
|
un regidor: no me esperes. |
|
Abur. |
(A CARMEN
acariciándola.)
|
Adiós, hechicera.
|
|
(Vase.)
|
|
|
DON ESTEBAN |
Que ustedes lo pasen bien. |
560 |
Pronto daremos la vuelta. |
|
(Vase.)
|
|
|
DON ABUNDIO |
(Al salir, mirando a CARMEN.)
|
(¡Ay, cuál me tienen
tus ojos! |
|
¡Oh amor! ¡oh pectora caeca! |
|
¡oh inopia!¡oh magnum Jovis |
|
incrementum! ¡oh hijas de Eva!) |
565 |
|
|
Escena
VIII
|
|
DON BERNARDO.
CARMEN.
|
D. BERNARDO |
Al fin se han ido.
¡Qué horrible |
|
y qué ridícula
escena! |
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D. BERNARDO |
No tanto como tú
piensas. |
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Aterrada has consentido |
570 |
en esa boda funesta: |
|
no importa. Procura ahora |
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sacar fuerzas de flaqueza. |
|
Disimula tus pesares, |
|
finge que estás muy
contenta, |
575 |
canta, ríe, y deja
obrar |
|
a tu tío. |
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CARMEN |
La dureza,
|
|
las terribles amenazas |
|
de mi padre... |
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D. BERNARDO |
Bagatela.
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Deja que amenace y jure; |
580 |
que voces de asno no llegan |
|
al cielo. Ea, ten valor. |
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Inútil es que yo
emprenda |
|
tu salvación, si
después |
|
en la estacada me dejas. |
585 |
Recuerdo que esta
mañana |
|
me dijiste que te obsequia |
|
otro joven... |
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CARMEN |
Sí, señor;
|
|
y lo que más me
atormenta |
|
es el pesar que tendrá |
590 |
cuando en los brazos me vea |
|
de su rival... |
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D. BERNARDO |
No me aturdas
|
|
con lamentos de novela. |
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Vamos al caso. Una vez |
|
que tú le amas tan de
veras, |
595 |
será un muchacho
juicioso |
|
y de las mejores prendas. |
|
Su familia será
honrada... |
|
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|
CARMEN |
Eso sí, es de las
primeras |
|
del país; pero... más
rica |
600 |
en virtudes que en hacienda. |
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—43→
|
D. BERNARDO |
Eso no le hace. Y tu padre |
|
¿sabe algo? |
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|
CARMEN |
¡Ah! si lo supiera,
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|
¡pobre de mí! Tiene
horror |
|
a toda la parentela |
605 |
porque le han ganado un
pleito. |
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D. BERNARDO |
¿Y ha sido de
consecuencia? |
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|
CARMEN |
¡Qué! Puede que su
valor |
|
a cien ducados no ascienda. |
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D. BERNARDO |
¡Vil avaro! (Ya está
visto. |
610 |
No encuentro yo aquí la
piedra |
|
filosofal.) Di, tu amante |
|
seguirá alguna
carrera... |
|
|
|
CARMEN |
Sí, señor. |
¿La medicina?
|
|
¡Gran profesión! Haya
guerras |
615 |
o paces, nunca perecen |
|
los médicos. A mil
quiebras |
|
todos vivimos sujetos, |
|
pero el ramo de postemas, |
|
cólicos y tabardillos |
620 |
en todo tiempo prospera. |
|
|
|
CARMEN |
No sigue esa profesión, |
|
aunque mucho la respeta; |
|
y es muy humano mi novio, |
|
aunque lo diga yo mesma, |
625 |
para desear que Dios |
|
nos envíe una epidemia. |
|
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|
D. BERNARDO |
Pero en fin, ¿qué
estudia? ¿leyes? |
|
|
|
CARMEN |
Sí, señor, y ya
estuviera |
|
recibido de abogado; |
630 |
mas no puede hasta que tenga |
|
veinte y cinco años, y
cumple |
|
veinte y dos por la cuaresma. |
|
|
|
D. BERNARDO |
¡Calla! ¿Si
será... su nombre? |
|
|
|
CARMEN |
Don Felipe de Villegas. |
635 |
|
|
D. BERNARDO |
El mismo. Bien parecido, |
|
su tez un poco
trigueña, |
|
pero sonrosada y fina; |
|
buen talle, gentil presencia, |
|
hermosa cara, ojos negros, |
640 |
y así..., un aire de
modestia |
|
y de probidad... |
|
|
CARMEN |
Convienen
|
|
perfectamente las
señas. |
|
|
|
D. BERNARDO |
¿Conque no es exagerado |
|
el retrato? ¡Ah
picaruela! |
645 |
|
|
CARMEN |
¡Cuidado que usted
también... |
|
no puede una ser ingenua. |
|
|
|
D. BERNARDO |
Poco hace le he visto en casa |
|
del médico. Su tristeza |
|
llamó mi atención.
Supongo |
650 |
que ya la causa penetras. |
|
¡El pobre muchacho! Yo |
|
no cometí la
imprudencia |
|
de preguntársela.
Hablamos |
|
de diferentes materias, |
655 |
y de instrucción no
vulgar |
|
me dio repetidas pruebas. |
|
Vamos, será mi sobrino. |
|
Cuando salió de la
iglesia |
|
hablé al cura en tu
favor, |
660 |
y no dudo que intervenga... |
|
|
|
Escena
IX
|
|
DON BERNARDO.
CARMEN. DOÑA MATEA.
|
DOÑA MATEA |
(Entra vestida como se usaba hace
cien años, y hecha una furia.)
|
¿Dónde está el
hijo de mi alma? |
|
¡Mi Estebanillo, la
perla, |
|
la gloria de la provincia! |
|
|
|
D. BERNARDO |
¿Qué embajada
será esta? |
665 |
|
|
DOÑA MATEA |
¿Embajada? Usted
verá |
|
la embajada que le espera. |
|
¡Picarones!
¡seductores! |
|
¿Se ha visto maldad
más negra? |
|
Abusar de su candor, |
670 |
burlarse de su inocencia, |
|
¡infames! para casarle, |
|
¿con quién? Con una
cualquiera. |
|
|
|
|
DOÑA MATEA |
No quiero oír.
|
|
Si esa boda se celebra, |
675 |
tengo de dejar memoria |
|
de mi venganza sangrienta. |
|
|
|
|
DOÑA MATEA |
¡Oh! tú eres
|
|
la encantadora sirena |
|
que me le tiene hechizado. |
680 |
¡Miren la gatita muerta! |
|
¡Miren cómo sabe
hacer |
|
su negocio! Y ¡qué!
¿tú piensas |
|
pescarle para marido? |
|
Primero aspada me vea. |
685 |
|
|
|
DOÑA MATEA |
La casa
|
|
de los Oñates, y
Heredias, |
|
y Pimenteles, y Osorios, |
|
y Castros, y Mendinuetas, |
|
y Gamboas, ¿con un
quídam |
690 |
se ha de unir, que no se
acuerda |
|
nadie de quién fue su
abuelo? |
|
Es una infamia, una afrenta |
|
que no la consentirá |
|
la ilustre doña Matea. |
695 |
|
|
CARMEN |
¡Qué mujer! Pero si
yo... |
|
|
|
DOÑA MATEA |
¿Qué valen las cuatro
cepas, |
|
y el pegujar, y el molino, |
|
y las tísicas ovejas |
|
de tu avaricioso padre? |
700 |
Todo eso es hambre, miseria. |
|
¿Queréis sacar la
barriga |
|
de mal año con mis
rentas? |
|
¿Queréis...? |
|
|
|
DOÑA MATEA |
¡Hipócrita!
¡zalamera! |
705 |
¿Tú aspiras al alto
honor |
|
de tenerme a mí por
suegra? |
|
Si al momento no desistes |
|
de pretensión tan
grotesca |
|
te pondré donde
mereces. |
710 |
|
|
CARMEN |
¿Se ha visto igual
insolencia? |
|
¿A mí usted...? |
|
|
—44→
|
D. BERNARDO |
Vete de aquí,
|
|
porque esta mujer chochea. |
|
|
|
CARMEN |
Mejor es, que ya estoy harta |
|
de oír sus
impertinencias. |
715 |
|
|
Escena
X
|
|
DON BERNARDO.
DOÑA
MATEA.
|
DOÑA MATEA |
¡Cómo! Ella es la
impertinente, |
|
y atrevida, y mala hembra, |
|
y... |
|
|
D. BERNARDO |
Señora, tenga usted
|
|
un poco más de
prudencia. |
|
La habrán informado mal |
720 |
sin duda. Cuando usted sepa... |
|
|
|
DOÑA MATEA |
Todo lo sé, sí,
señor, |
|
y conmigo no se juega. |
|
¿Está usted? Don
Baltasar |
|
¿qué hace, que no se
presenta? |
725 |
|
|
D. BERNARDO |
Salió hace poco con su
hijo |
|
de usted a unas diligencias... |
|
|
|
DOÑA MATEA |
¡Pues! Serán las de la
boda. |
|
|
|
|
DOÑA MATEA |
¿Y con esa flema
|
|
lo dice usted? No lo
extraño, |
730 |
porque usted también
husmea |
|
la sopa boba. |
|
|
|
DOÑA MATEA |
Usted,
|
|
pero es en vano. Aunque venda |
|
la camisa... |
|
|
|
DOÑA MATEA |
Pues, el que desea
|
735 |
la perdición de su
hermano; |
|
el que a la niña
aconseja |
|
pensamientos tan altivos; |
|
el que engatusa a mi Esteban; |
|
el que... |
|
|
D. BERNARDO |
Si usted me dejase
|
740 |
explicarme... |
|
|
DOÑA MATEA |
El que se mezcla
|
|
en lo que no le compete. |
|
|
|
D. BERNARDO |
No hay tal cosa. Yo
quisiera... |
|
|
|
DOÑA MATEA |
Mas yo escribiré a mi
tío |
|
el conde de la Verbena... |
745 |
|
|
D. BERNARDO |
Que Carmen fuese feliz. |
|
No es posible que lo sea... |
|
|
|
DOÑA MATEA |
Y a mi cuñado el
maestrante, |
|
y a mi prima la abadesa... |
|
|
|
D. BERNARDO |
Con su hijo de usted.
¿Qué vale |
750 |
el caudal que usted pondera... |
|
|
|
DOÑA MATEA |
Y al corregidor de Soria, |
|
y al gobernador de Ceuta... |
|
|
|
D. BERNARDO |
Cuando el corazón... (No me
oye.) |
|
¡Señora!
¡Maldita seas! |
755 |
|
|
DOÑA MATEA |
Y al intendente de Murcia, |
|
y al cabildo de Sigüenza. |
|
|
|
D. BERNARDO |
¿Es usted mujer o
sierpe? |
|
(¿Dónde estoy?) Con
una recua |
|
de demonios, ¿quiere
usted |
760 |
oírme? |
|
|
DOÑA MATEA |
¡Raza perversa!
|
|
¡Canalla! |
|
|
D. BERNARDO |
(Si no la dejo,
|
|
voy a perder la cabeza. |
|
Sudo como un galeote.) |
|
|
|
DOÑA MATEA |
(Abanicándose muy aprisa.)
|
¿No lo dije? La
jaqueca. |
765 |
|
|
D. BERNARDO |
¡Qué maldecido
lugar |
|
y qué excomulgada
vieja! |
|
|
|