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ArribaActo III


Escena I

 

CARMEN.

 
 

Está anocheciendo.

 
    ¡Qué crítica, qué terrible
es mi situación! Si acepto
por esposo a don Esteban,
mi triste fin acelero;
si le rehúso, a mi padre 5
clavo un puñal en el seno.
¿Qué haré? Dejemos obrar
a mi tío. Por su medio
quizá lograré la dicha
de obtener más grato dueño. 10
La imprevista circunstancia
de oponerse al casamiento
doña Matea, pudiera
favorecer mis deseos
y... ¿Quién entra?

  —45→  

Escena II

 

CARMEN. DON FELIPE.

 
DON FELIPE
No te asustes:
15
yo soy.
CARMEN
¡Tú, Felipe! ¡Oh cielo!
¿Cómo te atreves a entrar
aquí? ¿No sabes el riesgo...
DON FELIPE
No estando en casa tu padre
¿qué temes?
CARMEN
Si el estafermo
20
de Lamprea...
DON FELIPE
No hay cuidado.
Anda por los aposentos
de arriba. Acabo de verle
desde el balcón de don Pedro.
CARMEN
No importa. Vete por Dios; 25
no me pierdas.
DON FELIPE
Un momento...
CARMEN
No, Felipe. ¡Ah! si supieras...
DON FELIPE
Lo sé todo; y, satisfecho
de tu cariño, no pienses
que airado y celoso vengo 30
a hacerte reconvenciones
injustas. Mi único objeto...
 

 (Tose dentro LAMPREA.)  

CARMEN
¡Ay de mí! Ya baja. Le oigo
toser. Márchate corriendo...

 (Mira adentro.)  

No; ya está aquí. En ese cuarto... 35
DON FELIPE
¡Maldito sea...!
CARMEN
Entra presto.
 

(Entra DON FELIPE en el cuarto de DON BERNARDO.)

 


Escena III

 

CARMEN. LAMPREA.

 
 

LAMPREA trae un velón encendido, y lo coloca sobre la mesa.

 
LAMPREA
Bendito sea por siempre
y alabado...  (Tose.)  ¡Qué tormento
de tos! Un día me ahoga.
¡Triste pensión de los viejos! 40
Lo mismo es anochecer,
que así... a manera de muermo...

 (Tose.) 

¿Qué hace usté aquí, señorita,
tan sola?
CARMEN
Corre más fresco
que arriba.
LAMPREA
Si quiere usted
45
compañía...
CARMEN
Lo agradezco.
(No se marchará. ¡Qué pelma!
Estoy en brasas.)
LAMPREA
¿Y es cierto
que se casa usted muy pronto?
CARMEN
No sé.
LAMPREA
Yo en parte lo siento,
50

 (Tose.) 

porque se irá usted de casa,
y... Pero ¡qué buen sujeto
es el señor don Esteban!
Bella estampa, muy buen genio;
campechano si los hay, 55
y hombre de mucho dinero.
CARMEN
Es verdad, pero si tienes
qué hacer allá arriba...
LAMPREA
Creo
que está usted de mal humor,

 (Tose.) 

y es cosa rara el tenerlo 60
en vísperas de casarse.
CARMEN
(¡Qué suplicio!)
LAMPREA
Yo recuerdo
que mi difunta Gregoria...
¡Téngala Dios en el cielo!
Cuando yo la festejaba... 65
¡Ay, señorita, qué tiempos
aquellos!...
CARMEN
¡Oh! Basta ya...
LAMPREA
Si incomodo...
CARMEN
No por cierto;
pero tengo poca gana
de conversación.
LAMPREA
Ya entiendo.
70
A usted no le gusta hablar
con un vejestorio enfermo.
Si fuera yo don Esteban...

 (Tose.)  

¡Qué tos! Vamos; ya la dejo
a usted solita. Cuidado, 75
que es muy dañoso el sereno.
Conque hasta después.

  (Se va muy despacio.) 

CARMEN
¡Uf! ¡qué hombre!
Gracias a Dios...

  (A la puerta del cuarto de DON BERNARDO.) 

Sal corriendo.
 

(Va a salir DON FELIPE, y al oír las voces siguientes vuelve a esconderse.)

 
DON ESTEBAN

 (Dentro.) 

¿Quién hace caso de viejas?
D. BALTASAR
Pero es mucho atrevimiento... 80
 

(Entran en la escena hablando.)

 


Escena IV

 

CARMEN. DON BALTASAR. DON ESTEBAN. DON ABUNDIO.

 
D. BALTASAR
Insultar con tal descaro
a la autoridad del pueblo.
  —46→  
DON ESTEBAN
Es muy animal mi madre.
D. BALTASAR
Si no me la quitan, creo
que me araña.
CARMEN
(Soy perdida
85
si de aquí no los alejo.)
D. BALTASAR
Que dé gracias a que usted
debe ser pronto mi yerno.
¿No es verdad?
DON ESTEBAN
¿Qué duda tiene?
A mí me importa tres bledos 90
la voluntad de mi madre,
que mi gusto es lo primero.
D. BALTASAR
Pues siendo así la perdono.
Conque no perdamos tiempo.
El domingo la primera 95
amonestación. ¿No es esto?

  (A CARMEN.)  

¡Oh! ¡estás aquí! No te había
visto. Estamos disponiendo
la boda.
CARMEN
Bien. Pero aquí
para un asunto tan serio 100
están ustedes muy mal.
Puede entrar un indiscreto
que los interrumpa. Arriba...
D. BALTASAR
No. ¡Si ya estamos de acuerdo!
Es cosa hecha. Mañana 105
el contrato firmaremos.
¿No es esto?
DON ESTEBAN
Cuando usted quiera.
CARMEN
(Mi vida y la suya arriesgo
si le descubren.)
D. BALTASAR
Muchacha,
a ti no te para el cuerpo. 110
¿Qué tienes?
CARMEN
Nada, señor.
Algo indispuesta me siento,
pero... se me pasará.
D. BALTASAR
¿Has merendado?
CARMEN
No tengo
gana. (¡Dios mío!)
D. BALTASAR
¿Estás triste?
115
No lo extraño. El mucho afecto
que me tienes es la causa.
¿Temes que tu casamiento
nos separe? No lo creas,
Carmencita. Viviremos 120
todos juntos. Vaya, niña,
alégrate.
DON ESTEBAN
Fiel de fechos,
diga usté algo que nos haga
reír.
DON ABUNDIO
De Plauto y Terencio,
dilectos hijos de Apolo, 125
quisiera tener el plectro;
o del que con culta vena
ilustró el hispano suelo,
Góngora insigne, que tantos
sutiles parió conceptos... 130
D. BALTASAR
Aquí queremos reír,
y no dormirnos, maestro.
Deje usted su erudición
a un lado, que los paletos
nos quedamos en ayunas 135
cuando nos hablan en griego.
DON ABUNDIO
(¡Idiotas!)
DON ESTEBAN
Ahora es buena
ocasión para leernos
aquella arenga.
D. BALTASAR
Es verdad.
Léala usted.
CARMEN
(¡Si a lo menos
140
viniera mi tío!...)
 

(Al sacar DON ABUNDIO el papelote del acto segundo deja caer otro sin advertirlo: lo coge DON ESTEBAN, y lo lee para sí.)

 
DON ABUNDIO
Dónde
quedamos?
D. BALTASAR
Ya no me acuerdo.
Lea usted desde el principio.
DON ABUNDIO
Soy el segundo Tirteo.
DON ESTEBAN
(¿Qué miro! ¡Ah bribón!)
DON ABUNDIO

  (Lee.) 

«No de otra
145
suerte, intrépidos guerreros»...
DON ESTEBAN
Calle usted o le desnuco.
De ira estoy que reviento.
¿Usted mi rival, canalla?
¿Usted a mi novia versos? 150
DON ABUNDIO
¿Cómo...
DON ESTEBAN
Aquí están en mi mano.
No me dirá usted que miento.
Al suelo se le han caído
al sacar ese proceso
que iba a leer.
DON ABUNDIO
Pero... si...
155
yo...
DON ESTEBAN
Escuche usted, señor suegro;
y verá usted...
DON ABUNDIO
(Si pudiera
escaparme...)
DON ESTEBAN

  (Asiéndole.) 

¡Quieto, quieto
aquí!

 (Lee.) 

«A la adorable Carmen,
el cisne de los Cameros, 160
don Abundio de Paniagua
y Cañaheja, soneto.
¿Y tú sufres ¡oh amor! tan vil ultraje?
¿Y, en vano por Carmela suspirando,
quieres que vea en su regazo blando 165
solazarse a un indómito salvaje?»
¿Ha visto usted qué insolencia?
¡Llamarme a mí ese Asmodeo
salvaje! ¡Y enamorar
a mi novia!
DON ABUNDIO
¡Pero si eso
170
no es mío! Algún envidioso...
DON ESTEBAN
¡Cómo! ¿Aún tiene usted aliento
para hablar?

 (Amenaza a DON ABUNDIO, y DON BALTASAR le contiene.) 

D. BALTASAR
Déjele usted.
Sin duda ha perdido el seso.
  —47→  
DON ESTEBAN
¿Dejarle? No ha de salir 175
de aquí vivo.
DON ABUNDIO
Me arrepiento.
¡Perdón!
DON ESTEBAN
No hay perdón.
D. BALTASAR
Eh, vamos;
basta que esté yo por medio...
DON ABUNDIO
¿Dónde me refugiaré?
En este cuarto.....
 

(Va a entrar, y viendo a DON FELIPE, retrocede.)

 
¿Qué veo!
180
¡Un hombre oculto!
CARMEN
(¡Buen Dios!,
a tu favor me encomiendo.)
DON ESTEBAN
¿Un hombre oculto?
D. BALTASAR

 (Gritando.) 

¡Lamprea,
Macario, Cosme, Ruperto!


Escena V

 

CARMEN. DON BALTASAR. DON ESTEBAN. DON ABUNDIO. DON FELIPE. DOS CRIADOS.

 
DON FELIPE
Aquí estoy, don Baltasar. 185
No hay que alborotar el pueblo.
D. BALTASAR
¿Qué veo! ¡En mi casa usted!
¡Y escondido! ¡Vive el cielo...!
DON ESTEBAN
(¡Caracoles! Esto pasa
de castaño oscuro.)
 

(Vienen los criados, y a una seña de DON BALTASAR se detienen en el foro.)

 
D. BALTASAR
Pero
190
no es usted, sino esa infame
en quien descargar yo debo
el rigor de mi venganza.
DON ABUNDIO
(No salí de mal aprieto.)
CARMEN
¡Padre!
D. BALTASAR
¿Aún te atreves, indigna...
195
DON FELIPE
Mire usted que la defiendo
yo.
D. BALTASAR
¿Usted?
DON FELIPE
Sí, yo, sí; y capaz
soy de cualquier desafuero
si usted se atreve a ofenderla
siendo de virtud modelo. 200
D. BALTASAR
¿Usted sabe con quién habla?
 

(DON ESTEBAN se pasea haciéndose el indiferente.)

 
DON FELIPE
Con un padre sarraceno;
pero antes me harán pedazos
que sufrir...
D. BALTASAR
¿Oye usted esto,
don Esteban?
DON ESTEBAN
¡Qué, si estoy
205
pasmado!

 (Sigue paseándose.) 

DON ABUNDIO
(¡Buen argumento
para un drama! Si no fuera
poeta y actor a un tiempo,
lo haría sólo por dar
una carda a ese mostrenco.) 210
D. BALTASAR
Usted ¿con qué fin ha entrado
aquí? Deseo saberlo.
DON FELIPE
Sepa usted, si lo ignoraba,
pues ya ocultarlo no puedo,
que amo a su hija. No sé 215
si la ventura merezco
de ser suyo; pero el novio
que usted la destina creo
que, a pesar de sus riquezas,
la merece mucho menos. 220
D. BALTASAR

 (Aparte con DON ESTEBAN.)  

¿Y sufre usted que le ultraje
de ese modo?
DON ESTEBAN
¡Eh!... le desprecio.
D. BALTASAR
¿Ignora usted, señor mío,
que a su familia aborrezco
de muerte?
DON FELIPE
Es una injusticia.
225
D. BALTASAR
Pues ¿y el pleito que su abuelo
de usted me ganó?
DON FELIPE
Sin duda
le asistió mejor derecho
que a usted; y aún cuando no fuera
así ¿qué culpa tenemos 230
los que no hemos litigado?
¿Acaso el ganar un pleito
es el pecado de Adán
que pasa al último nieto?
DON ABUNDIO
Distingo. Si el pleito...
DON FELIPE
A usted
235
¿le dan vela en este entierro,
señor pedante?
DON ABUNDIO
A mí, no,
pero...
DON FELIPE
Guarde usted silencio,
o se lo haré yo guardar.
DON ABUNDIO
Será usted servido.
D. BALTASAR
Hablemos
240
claro. Usted de ningún modo
me conviene para yerno.
DON FELIPE
No lo dudo; pero acaso
a su hija de usted convengo
más que don Esteban.
D. BALTASAR
¡Cómo!
245
Es decir que está de acuerdo
con usted...
CARMEN
Yo,... padre mío...
DON FELIPE
Contra el tirano precepto
de unirse a quien aborrece,
pues son en vano los ruegos, 250
vine a ofrecerle mi amparo.
Yo, sí, señor; no lo niego.
D. BALTASAR
Hipocritilla, después
que diste el consentimiento
a la boda proyectada, 255
¿cómo es que un galán te encuentro
escondido en ese cuarto?
DON FELIPE
Por la fe de caballero
juro a usted que está inocente
su hija; yo sólo soy reo. 260
—48→
Aquí entré sin ser llamado,
y Carmencita, bien lejos
de aprobarlo...
D. BALTASAR
Se concluye,
señor mío, de todo eso,
que usted es un libertino, 265
un desalmado, un perverso
seductor.
DON FELIPE
Señor alcalde,
poco a poco, que dicterios
semejantes...
D. BALTASAR
Usted puede
propagar aquí el veneno 270
de sus impuras costumbres;
y yo, que no en vano ejerzo
la primer magistratura,
a todo trance resuelvo
librar a la juventud 275
de tan pernicioso ejemplo.
Irá usted a un calabozo.
DON FELIPE
¿Yo?
D. BALTASAR
Y para que otro muñeco
no venga a hacer cucamonas
a mi hija, en un convento 280
la tendré mientras celebra...

  (A DON ESTEBAN.)  

¿Eh?
DON ESTEBAN
Quizá el claustro y el rezo...
Sí señor; eso será
lo mejor.

 (Cansado de pasearse se sienta retirado; toma una guitarra y la templa.) 

DON ABUNDIO
(El majadero
del novio con mucha calma 285
lo toma.)
DON FELIPE
Saber deseo
cuál es mi delito.
D. BALTASAR
Ya
lo he dicho. El crimen horrendo
de seducción, con indicios
de rapto, y escalamiento, 290
y...
DON FELIPE
Es una calumnia atroz.
Cuando yo mi mano ofrezco
a Carmen y ella la acepta...
CARMEN
(¡Infeliz de mí!)
D. BALTASAR
No es cierto.
Con quien ella ha prometido 295
casarse en este aposento,
hoy mismo, es con el señor.
¿No es verdad?
DON ESTEBAN
¡Si no me acuerdo
de qué estaba usted hablando!
D. BALTASAR
¿Ahora salimos con eso? 300
¡Me gusta la flema!
DON ESTEBAN
Yo
por tan poco no me altero.
D. BALTASAR
Digo que a usted ya le ha dado
palabra de casamiento
la muchacha.
DON ESTEBAN
¿Quién lo duda?
305
¡Maldita prima!

 (Sigue templando.)  

D. BALTASAR
Y yo ordeno
que la cumpla.
DON FELIPE
Fue arrancada
por el terror. Más derecho
tengo a reclamarla yo,
porque me la dio primero. 310
D. BALTASAR
¿Cómo primero? ¡Hija vil!...
CARMEN
Padre, me había propuesto
obedecer y callar;
pero llega a tal exceso
la tiranía de usted, 315
que en dar mi vida consiento
antes que la mano a otro
que a Felipe.
D. BALTASAR
¡Qué desuello!
¡qué infamia! Hoy vas a morir.
 

(Amenazada CARMEN por su padre se ampara de DON FELIPE.)

 
DON ABUNDIO
(El drama ya se va haciendo 320
trágico.)
DON FELIPE
¡Guárdese usted
de tocarla!
DON ESTEBAN
Yo no acierto
a templar esta guitarra.
DON ABUNDIO
(Mejor será huir el cuerpo...)
D. BALTASAR
Prendedle.
 

(Los criados hacen un movimiento hacia DON FELIPE: saca éste una pistola, y a su vista desaparecen: DON ABUNDIO se guarece detrás de DON ESTEBAN.)

 
DON FELIPE
Nadie se arrime,
325
o le devano los sesos.
DON ABUNDIO
¡Mísero de mí!
D. BALTASAR
¡Favor
a la justicia!


Escena VI

 

CARMEN. DON BALTASAR. DON ESTEBAN. DON ABUNDIO. DON FELIPE. DON BERNARDO.

 
D. BERNARDO
¿Qué es esto?
D. BALTASAR
¿Qué ha de ser? Las consecuencias
de tus inicuos consejos. 330
Rebelárseme una hija,
aspirar a ser mi yerno
ese joven temerario,
y al querer llevarle preso
hacer armas contra mí. 335
D. BERNARDO
¿Y qué hace usted ahí tan serio,
don Esteban?
DON ESTEBAN
¡Qué pregunta!
Pues, ¡qué! ¿no lo está usted viendo?
Tocar la guitarra.
D. BERNARDO
¡Calla!
Y detrás el fiel de fechos... 340
DON ABUNDIO
Soy filarmónico.
D. BERNARDO
Ya.
Pues yo creí que por miedo...
  —49→  
DON ABUNDIO
No, señor; es precaución.
A fuer de sabio soy cuerdo.
D. BERNARDO
Basta de escándalo, hermano. 345
Los chicos por lo que veo
se quieren. Cásalos tú
antes que se casen ellos.
D. BALTASAR
Primero me vea yo
con una argolla en Marruecos. 350
DON ESTEBAN

 (Cantando por el aire del fandango.) 

«Yo soy aquel que subí
hasta el último elemento...»
¡Qué demonio de guitarra!
¡Si esto parece un cencerro!

  (La deja sobre una silla.)  

D. BERNARDO
¡Miren por dónde se apea 355
el señorito!
D. BALTASAR
Celebro
la ocurrencia, amigo mío.
¡Cuando yo me desespero
se pone usted a cantar!
DON ESTEBAN
¡Toma! ¿Soy yo algún borrego? 360
No le han de dejar a uno...
Cada uno tiene su genio.
Conque uno ha de ir a matarse
porque usted... No es mal empeño!
D. BERNARDO
Tiene usted mucha razón. 365
D. BALTASAR
¡Por vida... ¿Es cosa de juego...
D. BERNARDO
Vamos, ten calma, y escucha.
La boda que te has propuesto
no se verificará
de ninguna suerte. Hay medios 370
legítimos de evitarla.
Yo ya he tomado al efecto
mis medidas.
D. BALTASAR
Yo sabré
desvanecer tus intentos;
y si me apuras un poco 375
puede ser que...
D. BERNARDO
Ya te entiendo.
Me meterás en la cárcel;
¿no es verdad? Vamos, yo espero
que todo se compondrá
felizmente. En prueba de ello, 380
guarde usted esa pistola,
señor don Felipe.
DON FELIPE
Pero...
D. BERNARDO
No hay pero que valga.
CARMEN
Yo
te lo suplico.
DON FELIPE
Obedezco.
DON ESTEBAN
Esta es mano de cigarro. 385

  (Saca una gran bolsa de vejiga, y de ella tabaco que pica con una descomunal navaja, hace um cigarro disforme, echa yescas, a pesar de haber luz, lo enciende y fuma.)  

ABUNDIO

 (Volviendo al medio de la escena.) 

Ya la guardó. Respiremos.
D. BERNARDO
Ahora los dos pedidle
perdón con mucho respeto.
D. BALTASAR
No perdono.

  (De rodillas, y lo mismo DON FELIPE.)  

¡Padre mío!
DON FELIPE
¡Señor...!
D. BALTASAR
¡Apartad! No cedo.
390
Soy inflexible.
CARMEN
Mi llanto...
D. BALTASAR
Aunque todo el universo
se empeñara...
D. BERNARDO
¡Qué dureza,
Baltasar!
DON FELIPE
¡Ay! a lo menos
no la vea yo enlazada... 395
D. BALTASAR
Con doscientos y el portero
déjenme ustedes en paz,

 (Los hace levantarse.) 

que ni me ablandan lamentos,
ni me aturden amenazas.

 (Coge de la mano a DON ESTEBAN, que le sigue como forzado.) 

Venga usted, noble mancebo. 400

  (A CARMEN.) 

Dale tu mano al instante,
sin réplica... ¿Está usted lelo,
don Esteban?
DON ESTEBAN
Es que yo...
¿Sabe usted lo que yo pienso?
Que es mejor que se la dé 405
a don Felipe.
D. BALTASAR
Eh, dejemos
bromas a un lado.
DON ESTEBAN
¿Qué bromas?
Lo digo como lo siento.
Porque, mire usted, mi madre
no quiere que nos casemos, 410
y por no oírla gruñir...
D. BALTASAR
¿Estoy soñando, o despierto?
Pero ¿usted...?
DON ESTEBAN
Mire usted, yo
soy caviloso, y sospecho
que... Vamos; si me casara 415
con ella... Porque lo cierto
y lo seguro es que Carmen
tiene ya su quebradero
de cabeza. ¿No es así?
Y..., como dice el proverbio, 420
quien bien ama, tarde olvida.
No haga el demonio que luego...
Lo que es la chica es muy guapa,
eso es otra cosa; pero...
¿qué quiere usted que le diga? 425
No es tanto, tanto mi afecto,
que apechugue... Mire usted;
yo por otra parte..., hablemos
en plata, hacía una boda
muy desigual. Mis inmensos 430
caudales... Bien es verdad
que si me hallaba dispuesto
—50→
a casarme, yo soy franco,
era con el solo objeto
de no entrar en quintas, pues; 435
porque yo no tengo apego
a la milicia, y me bastan
los timbres de mis abuelos,
sin exponer mi pelleja
por adquirir otros nuevos. 440
En fin, cada uno se entiende.
Buenas noches, caballeros.


Escena VII

 

CARMEN. DON BERNARDO. DON BALTASAR. DON ABUNDIO. DON FELIPE.

 
D. BALTASAR
(No sé dónde estoy. Me ahoga
la cólera, y no me atrevo
de vergüenza a alzar la vista.) 445
D. BERNARDO
Chico, ningún sentimiento
debe darte su inconstancia.
Antes parece que el cielo
lo ha dispuesto por tu bien
y el de Carmen.
D. BALTASAR
Le prometo
450
que me las ha de pagar.
D. BERNARDO
Al contrario, yo en tu puesto
iría a darle las gracias.
DON ABUNDIO
Si en tan crítico momento
me es lícito hablar, insigne 455
don Baltasar...
D. BALTASAR
Bien, con menos
preámbulos diga usted
qué quiere; y nada de textos
ni...
DON ABUNDIO
Con lenguaje pedestre
digo pues que soy maestro 460
de primera educación
en este lugar ameno,
y secretario además
del ilustre ayuntamiento.
Ambos empleos bien dejan 465
a mi bolsa de provecho
trescientos ducados. Item:
en breve obtener espero
la plaza de sacristán,
que rinde por un quinquenio, 470
sin la cera y otros gajes
legítimos, otros ciento.
Son cuatrocientos ducados.
A esta cantidad agrego...
D. BALTASAR
¡Eh! basta...
D. BERNARDO
No le interrumpas,
475
que me divierte en extremo.
DON ABUNDIO
Lo que deben producirme
ocho o diez resmas de versos
que puedo hacer en el año
para días, casamientos, 480
bautizos, pascuas, et caetera,
y el Desiderio y Electo,
o sea Luz de la fe
y de la ley, que muy presto
daré a la prensa en octavas 485
reales.
D. BALTASAR
¡Qué lengua de hierro!
Al caso.
DON ABUNDIO
Puedo aspirar
con tantos emolumentos
a vivir holgadamente,
aunque se me agregue el peso 490
de nuevas obligaciones.
D. BALTASAR
¡Oh! ¿y a qué santo...
DON ABUNDIO
El zopenco
de don Esteban renuncia
al dulcísimo himeneo
de la incomparable Carmen. 495
Usted, por lo que comprendo,
no desea emparentar
con don Felipe. Tercero
en discordia, aquí estoy yo,
que a sus pies rendido ofrezco 500
mi...
D. BALTASAR
Quite usted de delante.
¡Habrá mueble! Pues es cierto
que la boda...
DON ABUNDIO
¿Calabazas?
Bien; no riñamos por eso.
Yo me casaré con otra, 505
o me quedaré soltero.
D. BERNARDO
¡Bravo! Eso es lo que se llama
grandeza de alma.
DON ABUNDIO
¡Oh! yo venzo
fácilmente mis pasiones...
cuando no hay otro remedio. 510
Mas daré la última prueba
del cariño que profeso
a esta amable señorita.
Creo que el mejor obsequio
que le puedo hacer ahora 515
es el quitarme de en medio;
y por tanto, tengo a bien
tomar las de Villadiego.


Escena VIII

 

CARMEN. DON BERNARDO. DON BALTASAR. DON FELIPE.

 
DON FELIPE
¡Qué original es el hombre!
D. BALTASAR
A no ser por mi despecho, 520
mucho hubiera celebrado
su petulancia.
D. BERNARDO
Supuesto
que quedó por don Felipe
el campo, ya es hora...


Escena IX

 

CARMEN. DON BERNARDO. DON BALTASAR. DON FELIPE. DOÑA MATEA.

 
MATEA

 (A la puerta, y entra luego.) 

¿Puedo
entrar?
D. BALTASAR
Según. ¿Viene usted
525
—51→
de paz, o de guerra?
DOÑA MATEA
Vengo
decidida a que seamos
amigos, y lo seremos
si usted quiere.
D. BALTASAR
En hora buena.
(Otra tempestad me temo.) 530
DOÑA MATEA
Sé que Esteban no está aquí,
y esta ocasión aprovecho
para ver de dar un corte
al asunto, porque aprecio
mucho la paz.
D. BALTASAR
Ya es inútil...
535
DOÑA MATEA
He tomado por empeño
que no se case mi Esteban
con su hija de usted.
D. BALTASAR
Lo creo;
pero ya...
DOÑA MATEA
Suplico a usted
no me interrumpa, que luego 540
concluyo. Estos matrimonios
desiguales son funestos
por lo regular. Mi Esteban
está enamorado ciego
de la chica...
D. BALTASAR
Usted sin duda
545
no sabe...
DOÑA MATEA
Pero sus genios
están en contradicción.
Él es de un temperamento
vivo, impaciente, fogoso;
y su hija de usted, hablemos 550
claro, apática, fría...
DON FELIPE
¿Qué dice usted?...
DOÑA MATEA
Los primeros
quince días será todo
delicias y regodeos;
pero luego es natural 555
que entren los remordimientos.
Porque Esteban sentirá
verse con nudo perpetuo
enlazado a una familia
tan inferior...
D. BALTASAR
¿Cómo es eso?
560
Mi familia...
DOÑA MATEA
La muchacha,
a quien no mueve otro objeto
que el interés...
CARMEN
¡Oiga usted!
Ni yo he menester, ni quiero
nada de nadie.
D. BALTASAR
Señora,
565
acabe usted de molernos.
DOÑA MATEA
En una palabra; exijo
de usted, por no andar en pleitos,
que se oponga como yo
a ese injusto casamiento. 570
D. BALTASAR
Si usted me dejase hablar...
DOÑA MATEA
Y si acaso hay de por medio
compromisos de otra especie...
Porque el muchacho es travieso,
y el demonio que anda listo... 575
D. BALTASAR
Ya me falta el sufrimiento.
DON FELIPE
Si usted se atreve a poner
en boca...
DOÑA MATEA
Yo haré un esfuerzo,
y veré de asegurarla
una pensión de trescientos 580
ducados, si ella se quiere
retirar a un monasterio.
D. BALTASAR
Tome usted pronto la puerta,
porque si llevar me dejo
de mi furia...
DOÑA MATEA
¿Puedo hacer
585
más que dotar...
D. BALTASAR
Los infiernos
no han vomitado una bruja
tan bruja.
DOÑA MATEA
¡Pobre y soberbio!
Después que una...
D. BALTASAR
Calle usted;
o sin mirar a su sexo 590
ni a sus años, ¡hum! si vuelve
a alzar el grito, la estrello.
¡Energúmena!
DOÑA MATEA
¡Qué insulto!
¿Yo energúmena?
D. BERNARDO
Acabemos.
Mi sobrina no se casa 595
con su hijo de usted...
DOÑA MATEA
Me alegro.
D. BERNARDO
Ni emparentar deseamos
con semejante camueso.
DOÑA MATEA
¡Camueso! ¡Un hombre como él,
de tan insigne abolengo, 600
de...
D. BERNARDO
Conque si usted no quiere
que la falten al respeto,
calle, y váyase con Dios.
DOÑA MATEA
Sí, me voy, que me desdeño
de alternar con hidalguillos 605
pelones y chapuceros.


Escena X

 

CARMEN. DON BERNARDO. DON BALTASAR. DON FELIPE.

 
D. BALTASAR
¡Oiga usted!...
D. BERNARDO
Déjala. Es loca.
CARMEN
Gracias a Dios que me veo
libre de ella.
DON FELIPE

 (A CARMEN aparte.) 

¡Buena suegra
te esperaba!
D. BERNARDO
Ea saquemos
610
de penas a estos muchachos,
y a un lado resentimientos.
D. BALTASAR
Supuesto que tú te empeñas,
y que ellos se quieren, bueno;
que se casen. Pero tú 615
sabes cómo están los tiempos.
La cosecha ha sido mala...
D. BERNARDO
Bien; ¿y qué? Eso importa un bledo.
  —52→  
D. BALTASAR
Las heladas..., la langosta...,
las alcabalas..., el diezmo... 620
DON FELIPE
No es el mezquino interés
el que me mueve...
D. BALTASAR
Los censos
me abruman...
D. BERNARDO
Ya me hago el cargo...
D. BALTASAR
Es un horror lo que debo...
D. BERNARDO
Carmen se contentará 625
con unos treinta mil pesos
de dote. ¿No es verdad, niña?
D. BALTASAR
¿Treinta mil? ¿Qué estás diciendo?
Ni mil, ni ciento, ni diez...
D. BERNARDO
¡Si soy yo el que los ofrezco! 630
D. BALTASAR
Acabarás. Pues entonces
que se casen, y laus Deo.
CARMEN
¡Padre mío!
D. BALTASAR
Ea, venid;
os estrecharé en mi seno.
DON FELIPE
¡Oh ventura!
D. BERNARDO
Y yo en el mío.
635
CARMEN
¡Ah! ¿Cómo pagar podremos...
D. BERNARDO
Después que he gastado tanto
en vicios y devaneos,
razón es que alguna vez
empleé bien el dinero. 640
Sólo exijo de vosotros
un corto favor.
CARMEN
¿Qué puedo
negar a mi bienhechor?
DON FELIPE
Para mí será un precepto
sagrado...
D. BERNARDO
Quisiera ser
645
vuestro padrino.
CARMEN
¡Qué exceso
de bondad! ¿Y por favor
nos lo pide usted?
DON FELIPE
Yo acepto
con el mayor regocijo
tan alto honor, tanta...
D. BERNARDO
Pero...
650
hay una dificultad.
D. BALTASAR
¿Cuál?
D. BERNARDO
Que mañana me ausento.
D. BALTASAR
¿Por qué?
CARMEN
¿Adónde?
D. BERNARDO
Si dos días
en el lugar permanezco,
voy a enfermar.
D. BALTASAR
Pero apenas
655
has descansado...
DON FELIPE
A lo menos
hasta que se haga la boda...
D. BERNARDO
No os canséis. Ya lo he resuelto.
¿Queréis venir a Madrid
conmigo?
DON FELIPE
Yo, desde luego.
660
D. BERNARDO
¿Y tú?
CARMEN
Si mi padre quiere...
D. BALTASAR
No solamente lo apruebo,
sino que iré a acompañarte.
D. BERNARDO
Pues no se pierda un momento.
¿Mañana dije? Esta noche 665
partiremos con el fresco.
D. BALTASAR
Pero, hombre, ¡es posible...
D. BERNARDO
Estoy
de aldea hasta los cabellos.
D. BALTASAR
¿No dijiste esta mañana
que, harto ya de los enredos 670
y el bullicio de la corte,
venías con el intento
de fijarte para siempre
en el lugar?
BERNARDO
No lo niego;
pero yo había formado 675
otra opinión de los pueblos.
Pensé que todo era paz,
candor y virtud en ellos.
¡Ah! la experiencia es el libro
mejor; bien dice el proverbio. 680
Aquí la sórdida envidia
tiene fijado su imperio;
aquí a la voz de la sangre
se impone un atroz silencio;
aquí el noble es orgulloso, 685
y envilecido el plebeyo;
aquí hay discordias, intrigas,
calumnias, rencores, pleitos,
señoritos mal criados,
y hasta pedantones necios. 690
La urbanidad ni se sueña,
la ignorancia está en su centro,
se atropella a la justicia,
se apalea al forastero,
se llama alegre al borracho, 695
al desvergonzado ingenuo,
al asesino valiente...
¡Qué horror! A Madrid me vuelvo,
que allí hay más comodidades
si los vicios no son menos; 700
y entre gente racional
no viviré tan expuesto
a morir de un trabucazo,
o a consumirme de tedio.





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