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Comedia en cuatro actos

Manuel Bretón de los Herreros



portada

  —495→  

Se estrenó en el teatro del Príncipe el día 6 de marzo de 1841



PERSONAJES
 

 
LA MARQUESA.
CASIMIRA.
SEBASTIANA.
EULALIA.
DON LEONCIO.
DON PEDRO.
JUAN.
 

La escena es en Madrid en casa de la MARQUESA. Los actos primero, segundo y cuarto pasan en una sala con puerta en el foro y otras dos laterales: el tercero en un jardín con tapia y verja en el foro; a la derecha del actor puerta de comunicación con lo interior de la casa; a la izquierda bancos rodeados de árboles, y al mismo lado en el proscenio un farol.

 




ArribaAbajoActo I


Escena I

 

La MARQUESA. DON LEONCIO.

 
 

(Aparecen sentados.)

 
DON LEONCIO
Vamos ahora al objeto
principal de mi visita.
Yo tengo treinta y cinco años;
es decir, que ya principia
para un servidor de usted 5
el otoño de la vida;
edad la más a propósito
para buscar una digna
compañera y comprender
con recta filosofía 10
las santas obligaciones
de un buen padre de familias.
Como las madres son linces
en lo que atañe a sus hijas,
excuso decir a usted 15
que idolatro a Casimira.
Acaso usted califique
de temeraria osadía
mi pretensión, si compara
con su cuna esclarecida 20
la de un ciudadano liso
que se ha enriquecido en Indias;
pero si a fuerza de amor
y de letras a la vista
puedo compensar la falta 25
de ejecutorias antiguas,
me tendré por muy feliz
con una esposa tan linda
y con que me llame yerno
la marquesa de Valbrisa. 30
MARQUESA
Líbreme Dios, don Leoncio,
de anteponer a la dicha
de esa inocente muchacha
preocupaciones ridículas.
Infundirle he procurado 35
muy diferentes doctrinas,
porque estoy bien penetrada
de que siempre han sido efímeras
las vanidades del mundo,
—496→
y es bueno que desde chica 40
se prepare a los reveses
de la fortuna enemiga.
Para merecer usted
la mano que solicita
le sobran prendas...
DON LEONCIO
Señora,
45
tanto favor...
MARQUESA
Es justicia;
pero, aunque usted honra mucho
a mi hija... quizá... ¡Es tan niña!...
DON LEONCIO
¡Es tan hermosa!...
MARQUESA
Su falta
de mundo...
DON LEONCIO
Esa es cuenta mía.
50
Yo tengo mundo de sobra
para los dos.
MARQUESA
Simplecilla...
DON LEONCIO
En buen hora. Más me gusta
ignorante y sin malicia
que mal enseñada.
MARQUESA
Pero...
55
DON LEONCIO
¡Otro pero!
MARQUESA
Tan de prisa
no conviene decidir
de su suerte. Si otro aspira
a su mano...
DON LEONCIO
¡Hola! ¿Tenemos
un rival?... No es maravilla. 60
Tal riesgo corre el que quiere
a una muchacha bonita.
Sin duda es algún intonso
con ojos y uñas de arpía;
algún joven epiléptico 65
de esos que ahora se estilan,
desengañados de un mundo
que no han visto todavía;
de esos que suelen decir
con sardónica sonrisa: 70
«¡Oh siglo!, no me comprendes;
¡oh sociedad!, me fastidias,
me canso de ti...»; ¡y salieron
ayer de la Escuela Pía!;
de esos...
MARQUESA
Señor don Leoncio,
75
no es de los que usted critica
el rival de que yo hablaba.
Circunstancias muy distintas
son las suyas.
DON LEONCIO
¿Es tal vez
quien se opone a mi conquista 80
el coronel veterano
que anoche...
MARQUESA
Usted lo adivina.
DON LEONCIO
Como no tenía de él
la más remota noticia
y ni aun sé cómo se llama... 85
MARQUESA
Ha estado fuera unos días,
y aunque, según lo asegura,
su pasión es más antigua,
anoche fue cuando supe
que pretende a Casimira. 90
DON LEONCIO
Ya me chocó la llaneza
con que hablaba...
MARQUESA
Soy su prima.
DON LEONCIO
Ya. Y también me pareció,
perdone usted que lo diga,
hombre muy extravagante, 95
acérrimo ordenancista,
que a cada cuatro palabras
encaja una muletilla
recordando sus servicios
y ensalzando la milicia. 100
MARQUESA
En medio de sus rarezas
tiene también distinguidas
cualidades.
DON LEONCIO
Sí, señora,
y cincuenta años encima.
MARQUESA
En fin, yo tengo razones 105
poderosas que me obligan
a preferirle.
DON LEONCIO
Ya veo
que está usted muy prevenida
en favor del coronel,
y confieso que me humilla 110
su triunfo; que, a la verdad,
me tiene en muy poca estima,
señora, quien me pospone
a semejante estantigua,
MARQUESA
¡Ah, don Leoncio!...
DON LEONCIO
Sin duda
115
desciende de Íñigo Arista
por línea recta, y el brillo
de su cuna y sus insignias
es lo que deslumbra a usted
y a este pecador eclipsa. 120
MARQUESA
Don Leoncio, usted me agravia...
Y más de lo que imagina.
Ni él pudiera deslumbrar
a quien sus timbres no envidia,
ni en la boda que proyecto 125
me propongo tales miras.
DON LEONCIO
Fuerza será que lo crea,
supuesto que usted lo afirma.
Si a lo menos fuera joven
mi rival, yo no tendría 130
tanto motivo de queja;
pero, hablando como amiga,
dígame usted: ¿no es crueldad
ofrecer a una chiquilla
un marido con la placa 135
de la orden hermenegilda?
MARQUESA
Repito que causas graves...
DON LEONCIO
Descifre usted ese enigma.
MARQUESA
¡Oh, imposible!... Es un secreto
que este corazón abriga... 140
¡para mi eterno suplicio!
DON LEONCIO
¿Qué oigo!
MARQUESA

 (Con risa forzada.) 

Nada... Niñerías...,
caprichos..., preocupaciones
de mujer...
DON LEONCIO
(Vamos, se inclina
también a mí. Los elogios 145
que sin cesar me prodiga...)
  —497→  
MARQUESA
(¡Oh Dios! ¿Si habrá penetrado...?)
DON LEONCIO
(¡Con qué zozobra me mira!...)
MARQUESA
(¡Calla!...)
DON LEONCIO
(Aún está pasadera;
pero prefiero a la hija.) 150
Yo respeto las razones
reservadas que motivan
tan singular preferencia;
pero ¿serán más legítimas
que mi esperanza?
MARQUESA
¿Y en qué
155
la funda usted?
DON LEONCIO
En la dicha
de ser amado.
MARQUESA
¡Eh! No saben
esas muchachas novicias
lo que hacen ni lo que dicen.
La de casa es muy sumisa, 160
y amará a quien yo le mande.
DON LEONCIO
No, sino a mí, que ella misma
me lo ha dicho de palabra,
y también en una epístola...

 (Saca una carta.) 

que dice así:

 (Leyendo.) 

«Dueño mío:
165
si es cierto que usted suspira
por mí, como lo asegura
en su apreciable cartita,
por usted suspiro yo,
porque soy agradecida, 170
y porque me gusta usted,
y no digo más. Su fina
amante y futura esposa
que le quiere, Casimira.
Post data. Remito el pelo, 175
y gracias por la sortija,
y adiós, y perdone usted
la mala letra y la tinta.»
MARQUESA
¿Quién le manda a esa mocosa
escribir tal retahíla 180
de sandeces?
DON LEONCIO
(¿Eh? Los celos...)
Es candorosa y explica
su pasión naturalmente
sin echarla de erudita.
MARQUESA
Pero es mucha liviandad 185
o sobrada tontería
empeñar así promesas
que su madre no autoriza.
DON LEONCIO
Autorícelas usted,
y así queda indemne y limpia 190
de todo cargo.
MARQUESA
Confieso
que mi corazón vacila.
No quisiera contrariar
la inclinación de esa niña.
Por otra parte...
DON LEONCIO
Pues bien,
195
sea usted equitativa,
y sentencie en mi favor
el pleito que se ventila.
MARQUESA
¡Si usted leyera en el alma
de esta mujer afligida!... 200
DON LEONCIO
(Para almas de madre viuda
se me olvidó la cartilla.)
Señora, yo no pretendo
que nadie por mí se aflija,
pero la boda a que aspiro 205
¿será acaso una inaudita
calamidad?...
MARQUESA
No, señor,
mas si aún estoy indecisa,
no es sin causa; Dios lo sabe.
Ruego a usted que me permita 210
diferir hasta mañana
mi respuesta decisiva.
DON LEONCIO
Bien, pero una buena madre...,
y usted perdone que un quídam
se meta a darle consejos, 215
sus cálculos sacrifica
al bienestar de sus hijos.
Ahora que Dios me encamina
por buen lado, no me pierda
una cruel negativa. 220
Si en el último período
mi juventud se extravía,
usted será responsable...
MARQUESA
(¡Ay Dios!...)
DON LEONCIO
(¡Es fuerte desdicha!
Quiere uno dejar de ser 225
calavera, ¡y no le auxilian!)
¿Conque... mañana?
MARQUESA
Mañana.
DON LEONCIO

 (Levantándose.) 

Se me hará un siglo este día.
A los pies de usted.
MARQUESA
Adiós.
DON LEONCIO
(¡Qué madres tan egoístas!) 230


Escena II

 

La MARQUESA.

 
¿Qué haré? Sabe Dios el juicio
que habrá formado. ¡Oh tormento!
¿Cómo alejar el momento
del terrible sacrificio?
Quisiera hablar, y cobarde 235
sello mi labio. ¡Oh fatal
secreto que es mi dogal,
ya lo rompa o ya lo guarde!
¡Ay! ¿Cesará mi dolencia
porque en silencio profundo 240
la oculte? La ignora el mundo,
mas la sabe mi conciencia.
Y si este arcano revelo,
¿me servirán de descargo
tantos años, ¡ay!, de amargo 245
incesante desconsuelo?

 (Se levanta.) 

—498→
Tú que ves mi corazón
desde el celeste reposo,
¡perdóname, noble esposo,
y ten de mí compasión! 250


Escena III

 

La MARQUESA. CASIMIRA.

 
CASIMIRA

 (A la puerta de la izquierda.) 

Mamá... He visto que salia
don Leoncio...
MARQUESA
Ven aquí.

 (Se acerca CASIMIRA.) 

Muy quejosa estoy de ti.
CASIMIRA
¿Quejosa? Ignoro a fe mía...
MARQUESA
¡Bueno es que ahora te asombres!... 255
CASIMIRA
¡Mamá!...
MARQUESA
Las niñas que viven
con recato nunca escriben
cartas de amor a los hombres.
CASIMIRA
Mamá, mi carta es honesta.
Él me escribió y yo creía 260
que era mucha grosería
el dejarle sin respuesta.
MARQUESA
Yo le hubiera respondido.
CASIMIRA
No creo que en eso quepa
malicia...; y bueno es que sepa 265
que sé escribir de corrido.
MARQUESA
Fuiste demasiado viva
escribiendo a tu capricho...
CASIMIRA
Si le amo y ya se lo he dicho,
¿qué importa que se lo escriba? 270
MARQUESA
¡Y darle prendas!...
CASIMIRA
¡Un rizo!
¿Quién niega esa friolera
a un amante? Aunque tuviera
que ponerme otro postizo...
MARQUESA
Tú me comprometes, hija. 275
Tú no sabes...
CASIMIRA
¡Vaya! El fue
más generoso...
MARQUESA
¿Y por qué
recibiste la sortija?
CASIMIRA
Es bonita, y me la da
como galán amoroso 280
en señal de ser mi esposo.
MARQUESA
¿Sabes tú si lo será?
CASIMIRA
Como usted no se oponía,
y el tiempo en balde no pasa,
y es tan guapo, y viene a casa 285
dos o tres veces al día...
MARQUESA
La culpa fue mía, sí;
mas ¿qué harás si, con motivo
muy fundado, hoy te prohíbo
lo que ayer te consentí? 290
CASIMIRA
¿Yo, señora? Obedecer,
que humilde cordera soy...,
aunque no obedezca hoy
tan a gusto como ayer.
MARQUESA
No violento tu albedrío, 295
mas otro te quiere...
CASIMIRA
¿A mí?
¿Y quién es?
MARQUESA
Tu tío.
CASIMIRA
¿Sí?
¡Qué buen sujeto es mi tío!
MARQUESA
Me pidió anoche tu mano
y su mayor regocijo 300
sería...
CASIMIRA
¿Y usted le dijo
que se la daría? Es llano.
MARQUESA
Aún no he dicho sí ni no;
mi contestación espera;
mas... si yo le prefiriera... 305
CASIMIRA
Otro tanto haría yo.
(¡Dos novios! Estoy en grande.)
MARQUESA
¡Qué! ¿Ningún pesar te cuesta...?
CASIMIRA
No. Yo estoy siempre dispuesta
a hacer lo que usted me mande. 310
MARQUESA
¡Docilidad muy extraña!
¿No amabas al otro?...
CASIMIRA
Un poco,
pero el amor es un loco
y una madre nunca engaña.
MARQUESA
Así debe responder 315
una muchacha de juicio.
CASIMIRA
Mi corazón es novicio
y no sabe a quién querer.
(Denme un marido, que es ya
justo, y llámese Leoncio, 320
o llámese Pedro, o Poncio
Pilatos..., ¿qué mas me da?)
¡Se ha quedado usted suspensa!
MARQUESA
Tengo mucho en qué pensar.
CASIMIRA
(Soltera voyme a quedar 325
si tanto y tanto lo piensa.)
MARQUESA
Aunque es mucho su cariño,
tu tío excede en edad
a don Leoncio.
CASIMIRA
Es verdad.
¡Ya hace tiempo que fue niño! 330
Pero maridos machuchos
no es fácil que den petardos,
ni se van a picos pardos
como suelen irse muchos.
Y al fin será coronela, 335
y en verdad es mucho cuento
mandar en un regimiento
sin llevar escarapela.
MARQUESA
Deseo, sábelo Dios,
verte feliz.
CASIMIRA
Yo no exijo
340
de usted...
MARQUESA
Dime, ¿y si no elijo
a ninguno de los dos?
CASIMIRA
¡Cómo!... ¡Ah! Ya; otro caballero
habrá sin duda en campaña.
¡Ya tengo tres! ¡Qué cucaña! 345
¿Quién es, quién es el tercero?
MARQUESA
¡Niña! ¿Qué locura es esa?
¿Tanto te acosa el deseo
—499→
de casarte?
CASIMIRA
Yo no creo...
MARQUESA
¡Calla! ¡Oh rubor!... ¡Oh sorpresa!... 350
CASIMIRA
Pues Dios ¿para qué me echó
a este mundo? Diga usté.
¡Vaya que...! ¡Jesús!... Pues ¡qué!,
¿nunca he de casarme yo?
MARQUESA
¡Una rapazuela, y ya 355
rabia por tener marido!
CASIMIRA
¡Toma!...
MARQUESA
¡Eh! ¡Quita!
CASIMIRA
Ya he cumplido
diecisiete años, mamá.


Escena IV

 

La MARQUESA. CASIMIRA. JUAN.

 
JUAN
Señora, el señor don Pedro
Corvina...
CASIMIRA

 (Muy contenta.) 

(¡Uno de los tres!)
360
MARQUESA
¿Qué haces aquí todavía?
Vete allá dentro.
CASIMIRA
Me iré,
pero si...
MARQUESA
No me repliques.
CASIMIRA

 (Yéndose.) 

(¡No quiere casarme! ¡Pues!)


Escena V

 

La MARQUESA. JUAN.

 
MARQUESA

 (Sentándose.) 

(Ve aquí la causa de tanta 365
docilidad. Ya se ve,
todo su afán es casarse,
y no le importa con quién.
Pero ¡señor!, ¿es posible...?
¡Si hace poco más de un mes 370
que la saqué del colegio!
¡Qué inmodestia y qué sandez!
¿Será castigo de Dios?...
¡Ah! No hay duda que lo es.
Y si no la caso pronto 375
hará mañana tal vez
un dislate... Por fortuna
su corazón es novel,
y, como en nadie se fija,
tomará lo que le den.) 380
JUAN
¿Qué digo al señor don Pedro?
MARQUESA
Que entre. ¡Jesús!... Me olvidé...
JUAN

 (A la puerta del foro.) 

Pase usía cuando guste.


Escena VI

 

La MARQUESA. DON PEDRO.

 
DON PEDRO
Prima, beso a usted los pies.
MARQUESA
Perdone usted. Distraída 385
le he hecho esperar... Mas ¿por qué
no ha entrado usted?...
DON PEDRO
Dios me libre.
Yo conozco mi deber.
Las señoras no están siempre
visibles. Díjome aquel 390
tagarote que esperase,
que iba a entrar recado. Bien,
le dije, la disciplina
lo exige; entra; esperaré.
MARQUESA
Pero esas formalidades 395
no se entienden con usted,
que es de la familia.
DON PEDRO
Gracias,
prima mía; pero, a fuer
de veterano, respeto,
en donde quiera que esté, 400
la consigna. En ese punto
para mí todo es cuartel.
Ahora traigo a la memoria
que entre Tudela y Mallén
mandando yo una guerrilla, 405
sin cartuchos me quedé.
Se lo dije a un ayudante
que pasaba al trote, y él
respondió: vaya a buscarlos
adonde más cerca estén. 410
Como a dos tiros de bala
estaba el parque francés,
y el de España a media legua;
tomo la orden al pie
de la letra y sucedió... 415
¿Qué había de suceder?
Que recibí en esta pierna
el balazo más cruel...
¿Y qué mucho? ¡Una brigada
defendía el almacén! 420
MARQUESA
¿No toma usted una silla,
señor don Pedro?
DON PEDRO
Sí haré.

 (Se sienta.) 

Vengo a saber la respuesta
a mi petición de ayer,
y con todo mi valor, 425
bien acreditado en cien
campanas, vengo temblando
como un recluta.
MARQUESA
¿Por qué?
DON PEDRO
Soy una especie de reo
en presencia de su juez. 430
Con cincuenta años y un pico
que no bajará de tres,
suspiro por una niña,
y si un día de laurel,
coronas de mirto y rosas 435
—500→
hoy pido para mi sien.
Emprendo una evolución
muy peligrosa, lo sé,
que no se hallará en la táctica
del gran Federico, rey 440
de Prusia, ni en los tratados
que se han dado a luz después;
mas no valen estrategias
contra el terrible poder
del amor; que, como es ciego, 445
embiste a lo somatén.
MARQUESA
Primo, usted se está juzgando
con sobrada rigidez.
Su pretensión me honra mucho
y a Casimira también; 450
pero...
DON PEDRO
Puedo ser su abuelo.
Yo no desmiento mi fe
de bautismo, no. Con todo,
si aún se estilara el minuet,
me atrevería a bailarlo 455
como un alférez del tren;
y más de cuatro bisoños
que andan por esos cafés
no resisten como yo
una noche de retín. 460
MARQUESA
La edad de usted no me arredra,
bien lo puede usted creer,
sino la de Casimira.
DON PEDRO
Vamos, vamos, que la mies
ya está en sazón. Diecisiete 465
MARQUESA
No es todavía mujer
de gobierno...
DON PEDRO
Yo soy fácil
de gobernar. No diré
que ella no pueda esperar
dos años, y cuatro, y seis; 470
pero yo... ¡Bueno estoy yo
para esperar! Ni es de ley
que se convierta en cadete
todo un señor coronel.
Como hay otro que me pide 475
a Casimira...
DON PEDRO
¿Otro pez
ha caído en el anzuelo?
Diga usted, ¿es brigadier?
Yo al de mayor graduación
le cedo el puesto y amén. 480
MARQUESA
No, señor. Aquel sujeto
que anoche...
DON PEDRO
¡Oh! Pues con él
no transijo. ¿Le prefiere
Casimira?
MARQUESA
Yo no sé...
DON PEDRO
¿Y usted le prefiere a mí? 485
MARQUESA
Me inspira más interés
mi primo, pero razones
tan fuertes puedo tener
para... (No sé qué decirle.)
DON PEDRO

 (Levantándose también la MARQUESA.) 

Acabemos de una vez, 490
señora prima política,
y hablemos claro. El desdén
con que usted me está tratando
se lo debo agradecer
a mi menguada fortuna. 495
Yo no tengo cabriolé
como mi rival, ni luzco
en la pechera alfiler
de brillantes; sólo tengo
dos mil reales cada mes 500
cuando los pagan. ¡Marquesa!,
si con tan escaso haber
fuese el preferido yo,
iría el mundo al revés.
MARQUESA
Esa sospecha me injuria, 505
pero los cielos que ven
mi corazón...
DON PEDRO
Yo quisiera
a mi sobrina ofrecer
en vez de cruces y heridas
las minas del Almadén; 510
pero allá en su incomprensible
táctica el Dios de Josué
quiere que unos nazcan ricos,
y otros sin pan y sin prest.
MARQUESA
(¡Cielos!...)
DON PEDRO
Yo soy buen cristiano,
515
y nunca me quejaré
de Su Majestad divina,
que pudiera responder:
«Obedezca y represente;
que con ser mi hijo quien fue, 520
nació humilde proletario
en el portal de Belén.»
MARQUESA
(¡Ah!)
DON PEDRO
Ni la envidia me ciega;
que es una pasión soez;
pero si Dios dice al pobre: 525
«Sé subordinado y ten
paciencia», también condena
el orgullo y la altivez
de los que nacieron ricos
casualmente y sin saber 530
leer ni escribir.
MARQUESA
¡Don Pedro!
DON PEDRO
Sí, señora, y ¡voto a quién!...
que aunque a la niña, eso sí,
pondría yo en un dosel,
pudo nacer en las pajas, 535
y no en cuna de carey.
MARQUESA
¡Oh! Basta. (¡Me hace temblar
este hombre!)
DON PEDRO
Sí; y en la hez
de la plebe nacen otras
que harían mucho papel 540
en el mundo si la suerte
las hubiera... Y a fe, a fe,
que si esa hermosa doncella,
tormento de mi vejez,
no hubiera venido al mundo, 545
hoy sería yo marqués
de Valbrisa.
MARQUESA
(¡Oh! Por su boca
—501→
me habla mi conciencia.)
DON PEDRO
¡Qué!...
¿Se pone usted mala?
MARQUESA
No.
DON PEDRO
Porque sabe usted muy bien... 550
MARQUESA
¡No más!
DON PEDRO
Que soy el pariente
más cercano, y que la ley...
MARQUESA
Yo más, ¡por Dios! Casimira
se casará con usted.
DON PEDRO
¡Qué oigo! Más ufano estoy 555
que si me hicieran virrey
de Navarra. Mis sentidos
se indisciplinan... Yo sé
lo que me pasa. Estoy loco.
Ahora atacaría a Ney, 560
si Ney viviera, y al mismo
Napoleón. ¡Oh placer!
Seré el marido más tierno,
más cariñoso, más fiel...
Verá usted qué exactitud 565
en el servicio ¡Ah! Ven, ven,
ángel mío, y que tu boca
me diga...
MARQUESA
No es menester
DON PEDRO
Y ahora, de improviso...
DON PEDRO
Entiendo.
Es decir que volveré... 570
MARQUESA
Sí, más tarde...
DON PEDRO
Adiós, ¡oh prima
amable! Dios te haga ver
un nieto mío que pueda
ser gobernador de Urgel.


Escena VII

 

La MARQUESA.

 
A mi conciencia, a su amor 575
este sacrificio debo,
ya que, ¡ay de mí! no me atrevo
a sufrir otro mayor.
¡Eh! Ya es vano mi temor.
En mi buena estrella fío 580
Ahora más que nunca el brío
y la calma he menester...
Pero... si aquella mujer
llega a descubrir... ¡Dios mío!

 (Vase por la puerta de la izquierda.) 





ArribaAbajoActo II


Escena I

 

SEBASTIANA. EULALIA. JUAN.

 
 

(Ambas traen mantillas y SEBASTIANA con el velo echado.)

 
DON JUAN
Tomen ustedes asiento.
La Marquesa mi señora
no puede salir ahora...
SEBASTIANA
Pues...
JUAN
Pero vendrá al momento.


Escena II

 

SEBASTIANA. EULALIA.

 
SEBASTIANA

 (Alzándose el velo.) 

Hoy me anuncia el corazón 5
que, por nefas o por fas,
amada sobrina, vas
a tener un alegrón.
EULALIA
¿De veras?
SEBASTIANA
Y muy cumplido.
EULALIA
¡Oh Dios mío!...
SEBASTIANA
Tú deseas
10
lo que todas, mas no creas
que se trata de marido.
EULALIA
¿De marido? ¡Ave María!
¿Cuándo mostré tal afán?
¿Qué falta me hace un galán 15
mientras respire mi tía?
SEBASTIANA
Sí, la modestia es tu mérito
mayor y, yo lo aseguro,
no te faltará un futuro...
cuando yo encuentre un pretérito. 20
EULALIA
No entiendo...
SEBASTIANA
¡Ah!... Sí. ¡Pobre Eulalia!
Tú ignoras, y te lo envidio,
la docta lengua de Ovidio,
y del héroe de Farsalia.
Tengo esta maña maldita 25
de gramatizar... ¡Ay Dios!
No viene la dicha en pos
de una mujer erudita.
¡Feliz el sandio y el zote!
Millonario es don Tiburcio, 30
y así entiende a Quinto Curcio
como a Cornelio Nepote.
Mientras en triste salmodia
—502→
lloro ausente del placer,
¿de qué me sirve tener 35
en la uña la prosodia?
Mas hoy cesarán mis cuitas
y las tuyas si las dos
logramos... ¡Quiéralo Dios
y las ánimas benditas! 40
EULALIA
¿Y que puedo esperar yo?...
SEBASTIANA
Si Dios lo dispone bien,
quizás hoy te abrace...
EULALIA
¿Quién?
SEBASTIANA
El padre que te engendró.
EULALIA
¡Mi padre!
SEBASTIANA
Nada te asombre.
45
Dios es grande, justo y sabio.
EULALIA
¡Oh! Nunca esperó mi labio
pronunciar tan dulce nombre.
Huérfana desde la cuna,
nunca supe a quién debía 50
la...
SEBASTIANA
Rueda mucho, hija mía,
la rueda de la fortuna.
¿Quién sabe en este hemisferio
lo que le está reservado?
EULALIA
¿Y quién...?
SEBASTIANA
La hora no ha llegado
55
de revelarte el misterio.
Y no es este sólo, ¡ay pena!
el que mi pecho cobija.
De ellos traigo una valija.
¡Cartagena! ¡Cartagena! 60
EULALIA
¡Ah, tía!...
SEBASTIANA
Ya te horripila
mi lenguaje, y es que estoy
inspirada.
EULALIA
Pero...
SEBASTIANA
Soy
una especie de sibila.
¿Y quién sabe si habrá güelfos 65
y gibelinos aquí?...
EULALIA
¡Cielos!
SEBASTIANA
¡Cuando hable por mí
la pitonisa de Delfos!
¡Qué portentos! ¡Qué espectáculos!
¡Cuánta dicha... o cuánta mengua, 70
cuando yo suelte mi lengua
para pronunciar oráculos!
EULALIA
Principie usted por el mío.
SEBASTIANA
No es tiempo, sobrina hermosa.
EULALIA
¡Oh si una madre amorosa 75
también...!
SEBASTIANA
La tendrás, lo fío.
EULALIA
Ya su seno maternal
ansío bañar con mi llanto;
mas su amor no será tanto
como el de usted.
SEBASTIANA
Oh, sí tal.
80
EULALIA
Poco por mí se interesa
la que a mísera orfandad
me condena sin piedad.
SEBASTIANA

 (Echándose el velo.) 

Chit..., ¡que viene la Marquesa!


Escena III

 

SEBASTIANA. EULALIA. La MARQUESA.

 
SEBASTIANA
Beso a usted la mano.
MARQUESA
Beso
85
a usted la suya y le pido
mil perdones. No he podido
venir...
SEBASTIANA
¡Eh! ¿Qué importa eso?
MARQUESA
Siéntese usted, y si en algo
puedo servirla...
SEBASTIANA
Mi objeto
90
es que hablemos en secreto
dos palabras.
EULALIA

 (A SEBASTIANA.) 

¡Ah!... ¿Me salgo?
SEBASTIANA
Ruego a usted que la permita
internarse. Si la ven
en la antesala...
MARQUESA
Está bien.
95
Sígame usted, señorita.
SEBASTIANA
Es niña al fin, y el recato...
MARQUESA
¿Hija de usted?
SEBASTIANA
No, señora;
sobrinita.
MARQUESA

 (A la puerta de la izquierda.) 

¡Salvadora!
SEBASTIANA
(¡Qué riqueza y qué boato!) 100
MARQUESA

 (A una doncella que sale.) 

Que acompañe Casimira
a esta joven.
EULALIA
Agradezco
tanto favor.

 (Yéndose con la doncella.) 

(Me perezco
por saber...)
 

(La MARQUESA mira con atención a SEBASTIANA.)

 
SEBASTIANA
(¡Cómo me mira!)


Escena IV

 

La MARQUESA. SEBASTIANA.

 
SEBASTIANA
Ahora, con el beneplácito 105
de usted, tomaré un sillón...
MARQUESA
Sí, señora.

 (Se sientan las dos.) 

(¿Quién será!)
Ya estamos solas las dos.
Hable usted.
SEBASTIANA
Si usted se digna
—503→
de prestarme su atención 110
larga serie de infortunios
narraré, aunque mi dolor
renueve; que, como dijo
Publio Virgilio Marón,
Infandum, Regina, jubes... 115
Et caetera.
MARQUESA
(¡Santo Dios!,
¿qué mujer es esta? ¡Me habla
en latín!)
SEBASTIANA
Si, como yo,
ha sido usted infelice...
MARQUESA
¡Oh, sí, lo he sido y lo soy! 120
SEBASTIANA
Non ignara mali...
MARQUESA
Pero...
SEBASTIANA
Me tendrá usted compasión.
MARQUESA
Sí; pero suplico a usted
que hablemos en español.
SEBASTIANA
Nací humilde, pero prole 125
de padres honrados, hoy
difuntos...
MARQUESA
Si tan de arriba
toma usted la relación...
SEBASTIANA
Que me dieron, cual lo muestra
docta y facunda mi voz, 130
si no feudos y blasones,
exquisita educación.
MARQUESA
Bien... Yo no dudo...
SEBASTIANA
Mi padre
era insigne preceptor
de gramática latina, 135
y tal me latinizó,
que aún andaba yo cuadrúpeda
esto es, a gatas...
MARQUESA
¡Por Dios,
señora!...
SEBASTIANA
Y ya articulaba
las partes de la oración. 140
Crecí, cara Deum soboles,
y apenas el arrebol
de pubertad prematura
mi fibra desarrolló,
cuando su aula regentaba 145
tan bien como él o mejor.
Y ¡admírese usted! en medio
de aquella imberbe legión
masculina, yo vivía
incólume; era un crisol 150
de virtudes y en mi rostro
de tal suerte se estampó
el sello de mis austeras
costumbres, dignas de Job,
que había cumplido ya, 155
dicho sea acá inter nos,
seis lustros muy largos, vulgo,
treinta y cuatro años...
MARQUESA
Ya estoy...
SEBASTIANA
Sin que sonase en mi tímpano
una palabra de amor. 160
MARQUESA
Pero, señora, todo eso
¿qué puede importarme?...
SEBASTIANA
Voy
a lo esencial. Pero un día...,
¡día nefasto y atroz!,
cierto oficial Ganimedes 165
en mi casa se alojó.
Cantaba como un Orfeo,
bailaba que era un primor,
hablaba como Tibulo,
sentía como Nasón, 170
y yo, inexperta paloma,
tímida, incorrupta flor...
¡Ay!, omnia vincit amor...
¡Me sedujo el picarón!
Bajo la fe de promesas 175
nupciales que no cumplió,
dejé los lares paternos
y, siguiéndole veloz
a cierta ciudad del mundo
que hizo famosa Scipión, 180
esperaba yo afanosa
cada noche y cada sol
que un venturoso himeneo
legitimase mi ardor;
pero se hizo disyuntiva 185
la que antes fue conjunción
de otra especie, y el perjuro
súbito me abandonó,
con el inocente fruto
de su perfidia y mi error. 190
¡Angelito!... Aún no tenía
síntomas de dentición.
MARQUESA
(¡Pobre mujer!)
SEBASTIANA
Es fenómeno
singular. Cuando el Señor
niega a castos matrimonios 195
un fruto de bendición...
MARQUESA
(¡Ah!)
SEBASTIANA
Lo otorga Satanás
pingüe, robusto y precoz
a coyundas clandestinas
y... ¡Vaya, si es maldición! 200
Huyó, en fin, mi ingrato Eneas
no sé adónde; falleció
la hija de mis entrañas
víctima del sarampión,
y yo también, ¡oh misérrima!, 205
hubiera surcado, en pos
de mi prenda, el lago Estigio
en la barca de Carón,
a no haberme deparado
el justo Dios de Jacob 210
el pábulo de la vida
y un techo reparador
en casa de una señora
de la misma población;
la cual tenía otra párvula, 215
pero agotado el licor
materno, fue necesario
que la amamantase yo.
MARQUESA
(¡Qué pesadez!)
SEBASTIANA
Reducida
a la triste condición 220
de nodriza asalariada,
yo, mujer de tanta pro,
tuve a bien fingirme viuda
—504→
de un colono..., labrador
que dice el vulgo, afectando, 225
no obstante mi erudición,
invita Minerva, el rudo
lenguaje pedestre...
MARQUESA
¡Oh!...
¿No acabará usted, señora?
SEBASTIANA
Prosigo mi cronicón. 230
Mi comadre; esto es, la madre
de la niña que chupó
mi néctar, la idolatraba
como única producción
de un consorcio que hasta entonces 235
natura esterilizó.
MARQUESA
(¡Ah!) Siga usted...
SEBASTIANA
Tanto más
cuanto uno y otro doctor,
visto el mal alumbramiento
y el estado en que quedó, 240
le negaron la esperanza
de nueva procreación.
MARQUESA
(¡Cielos!)
SEBASTIANA
Pero a pocos meses
la muerte, pallida mors,
se llevó a la infante, hallándose 245
su padre allá en el Ferrol...
MARQUESA
¡Ah, no más!...
SEBASTIANA
¡Qué! ¿Sabe usted
la historia?
MARQUESA
¡Yo! ¿Cómo?... ¡No!
SEBASTIANA
Temiendo que su marido
se muriese de aflicción 250
al saber la triste nueva,
o su ya débil amor
trocase en yerto desvío
la falta de sucesión,
ocultamos la catástrofe, 255
y la niña que espiró,
su madre y yo reemplazamos
con otra de munición
que extraje yo de un depósito
donde había ciento y dos. 260
MARQUESA
¡Oh, basta, basta!
SEBASTIANA
Y el fraude
fue inútil, porque la hoz
de la inexorable parca
la trama vital cortó
del marido a los tres años 265
de la tragedia anterior.
MARQUESA
¡Oh memoria dolorosa!
SEBASTIANA
Y la señora en cuestión
es usted.
MARQUESA
¡Por Dios, más bajo!...
SEBASTIANA

 (Alzándose el velo.) 

Y la nodriza soy yo. 270
MARQUESA
¡Ah, soy perdida!
SEBASTIANA
¿Por qué?
Como he guardado hasta hoy
el secreto, hasta la muerte
lo guardaré con tesón.
Si algún heredero...
MARQUESA
Infame
275
codicia no me arrastró,
¡Dios lo sabe!, a aquel delito
que me cubre de rubor.
Mis bienes libres exceden
a los del Marqués, y estoy 280
decidida...
SEBASTIANA
Bien; se inventa
alguna indemnización,
o allá in articulo mortis...
MARQUESA
Pero usted me prometió
no volver jamás a verme. 285
¿No cobra usted la pensión
que la asigné?
SEBASTIANA
Sí, señora,
y Sebastiana Querol
ni soñaba en quebrantar
la palabra que empeñó; 290
mas leyendo en los periódicos
el nombre de mi raptor;
y que es coronel, y se halla
en Madrid de guarnición,
a bordo de un calesín, 295
que parecía hecho ad hoc
para triturar mis huesos
por las manos de Astarot,
desde la nueva Cartago
vuelo a la Puerta del Sol; 300
y ¡cosa rara! el primer
ciudadano de plantón
a quien pregunto me dice:
«yo conozco a ese señor,
aunque no su domicilio; 305
pero puede dar razón
la marquesa de Valbrisa.»
MARQUESA
¡Qué oigo! ¿Es cierto?...
SEBASTIANA
Como soy
cristiana. Tomo las señas
y..., ¡otro prodigio mayor!, 310
al acercarme a esta casa
veo..., no ha sido ilusión,
que sale de ella mi prófugo;
mas cuando iba ya mi voz
a interpelarle, la ahogaron 315
las cajas de un batallón
transeúnte, y entre aquella
turba multa se eclipsó.
MARQUESA
¿Coronel ha dicho usted?
SEBASTIANA
Coronel. (¡Pierde el color!) 320
MARQUESA
(¿Sería...?) ¿Y cómo se llama?
SEBASTIANA
Don Pedro Corvina.
MARQUESA
¡Oh Dios!
¡Mi primo!
SEBASTIANA
¡Primo de usted!
¿Tendré la satisfacción
de emparentar...?
MARQUESA
¡Fementido!
325
SEBASTIANA
¿Cómo!...
MARQUESA
¡Y yo, incauta, le doy
la mano de Casimira!...
SEBASTIANA
¿La solicita? ¡Qué horror!
¿Aspira a segundas nupcias
antes... ¡horrenda traición!... 330
de contraer las primeras?
—505→
¿Acaso me he muerto yo?
MARQUESA
El cielo la trajo a usted
para salvar el honor
de esa inocente.
SEBASTIANA
Y el mío
335
¿es algún troncho de col?
¡Yo le juro al descastado...!
MARQUESA
Él vendrá y entre las dos
le confundiremos.
SEBASTIANA
¡Sí!
¡Que venga, y verá el traidor 340
en mis ojos un facsímile
de la serpiente Python!
MARQUESA
Le haré llamar. Entre tanto
vaya usted...
SEBASTIANA
¡Hombre feroz!
MARQUESA
A buscar a su sobrina. 345
Aquí daré habitación
a entrambas.
SEBASTIANA
Gracias, señora.
MARQUESA
Yo avisaré...
SEBASTIANA
Entiendo. Adiós.

 (Vase por la puerta de la izquierda.) 



Escena V

 

La MARQUESA.

 
¿Quién hubiera imaginado
tal perfidia, tal exceso 350
de torpe libertinaje
en él, en un caballero!
Si algo pudiera acallar
el hondo remordimiento
que me acongoja, sería 355
su vil conducta. Llamemos...
 

(Al ir a tirar de la cinta de la campanilla aparece JUAN.)

 


Escena VI

 

La MARQUESA. JUAN.

 
JUAN
Señora, espera permiso
de usía el señor don Pedro
Corvina.
MARQUESA
¡Ah!... Que entre al instante.

 (Vase JUAN.) 

¡Y creí que era tan bueno! 360


Escena VII

 

La MARQUESA. DON PEDRO.

 
DON PEDRO
Otra vez, prima del alma...
Mas llamarte prima es yerro
cuando mi amor te promueve
a más dulce parentesco.
Otra vez, madre querida... 365
MARQUESA
¡Yo madre de usted! No acepto
ese título.
DON PEDRO
No madre
efectiva; ya comprendo;
sino madre en comisión,
madre política. Un yerno 370
bien educado no tiene
suegra, que eso es de plebeyos.
MARQUESA
Ni uno ni otro. Si engañada
di mi palabra...
DON PEDRO
¿Qué es esto?
MARQUESA
La retracto.
DON PEDRO
¿Y qué motivo...?
375
MARQUESA
Excúseme usted, le ruego,
el rubor de declararlo.
Ponga la mano en su pecho,
y le dirá la conciencia
lo que yo decir no quiero. 380
DON PEDRO
¿Se burla usted? ¡Raro modo
de enjuiciar! En cien consejos
de guerra he sido fiscal,
y sé como el padre nuestro
todo el Colón; pero ignoro 385
en qué artículo secreto
suprime la acusación
para instruir el proceso.
MARQUESA
Señor don Pedro, el asunto
de que se trata es muy serio, 390
y repugna ese lenguaje
ridículo. Yo no puedo
fiar una criatura
inocente al más protervo
de los hombres.
DON PEDRO
Mire usted
395
cómo habla, que yo no tengo
en mi hoja de servicios
ninguna nota; y apelo
al inspector general
del arma, y al ministerio 400
de la Guerra, y al estado
mayor, y a todo el ejército.
Si hay un viviente que pueda
tildarme, levante el dedo.
En cuarenta años, diez meses 405
y quince días que llevo
de carrera militar...;
se entiende, sin el aumento
de campana, siempre he sido
en el ataque el primero, 410
en la retirada el último.
Jamás he torcido el gesto
a la vista de un cañón;
jamás...
MARQUESA
Bien puede un guerrero
ser muy valiente y tener 415
sobre su conciencia el peso
de graves culpas.
DON PEDRO
¡Señora!
MARQUESA
Bien puede ser, por ejemplo,
libertino...
DON PEDRO
No diré
—506→
que algún pecadillo viejo... 420
allá en tiempo de Godoy,
cuando salí del colegio...
y un poco después... ¡Qué diablo!...
Un cuartel no es un convento.
Mas ¿qué aventura importante 425
podía emprender un mero
oficial de misa y olla
corto de bolsa y de genio?
Amores de tres al cuarto
y pecados subalternos. 430
MARQUESA
¡Qué descaro! ¡Qué insolencia!
Según eso en el concepto
de usted es una pueril
travesura, un pasatiempo
la seducción.
DON PEDRO
¿Seducción?
435
Señora, vamos con tiento.
Yo no he seducido a nadie;
ni corrían ese riesgo
mis dulcineas de marras.
MARQUESA
¿Niega usted...?
DON PEDRO
Niego y reniego.
440
MARQUESA
¿No es seducción dar en falso
palabra de casamiento
a una hija de familia?
DON PEDRO
¿Yo?
MARQUESA
¡Usted! ¿Y sacarla luego
de su hogar tranquilo?...
DON PEDRO
¿Sí?
445
MARQUESA
¿Y llevársela a otro pueblo,
y dejarla allí burlada...
con una niña de pecho?...
DON PEDRO
¡Angelito!
MARQUESA
¡Iniquidad!...
DON PEDRO
¡Señora, por Dios eterno!... 450
MARQUESA
¡Vileza!...
DON PEDRO
Señora prima,
si fuera usted de mi sexo,
con un mentís respondiera
a todos esos dicterios,
y luego nos batiríamos 455
usted y yo cuerpo a cuerpo;
mas como es usted señora,
digo a usted, con el respeto
más profundo, que algún pícaro
le ha contado esos enredos, 460
y usted se digna de hacerme
la injusticia de creerlos.
MARQUESA
¡Oh! En vano lo niega usted.
Yo lo sé...
DON PEDRO
¡Me desespero!
¿Cómo? ¿De quién?
MARQUESA
De ella misma.
465
DON PEDRO
¿De la hija?
MARQUESA
No por cierto:
de la madre; de la pobre
Sebastiana...
DON PEDRO
¡Otra te pego!
MARQUESA
La criatura murió...
DON PEDRO
Téngala Dios en el cielo. 470
MARQUESA
¡Sí, padre cruel!...
DON PEDRO
Marquesa,
¿padece usted de los nervios?
MARQUESA
¿A qué viene esa pregunta?
DON PEDRO
Lo digo porque hay enfermos
de ese mal que ven visiones 475
y suelen tener los sueños
por verdades.
MARQUESA
¡Coronel!
DON PEDRO
Pues bien, señora, acabemos
con mil diablos, porque ya
se me apura el sufrimiento, 480
y diga usted que se vale
de tan frívolo pretexto
para deshacer la boda.
MARQUESA
No, señor.
DON PEDRO
Y eso es muy feo.
MARQUESA
Yo presentaré un testigo. 485
DON PEDRO
Y eso es faltar al derecho
de la guerra.
MARQUESA
¡Oigame usted!
DON PEDRO
Y obrar contra los preceptos
de la ordenanza.
MARQUESA
Ahora mismo...
DON PEDRO
¡Y tratarme como a un negro! 490
MARQUESA
¿Y que dirá usted, en fin,
si ahora mismo le presento
la víctima?
DON PEDRO
Que la víctima
miente y que es todo embeleco,
y que a mí no se me emboba 495
como a un recluta.
MARQUESA
¡Oh! Veremos...

 (Toca la campanilla.) 

DON PEDRO
Y que hombres de mi carácter
se deshonran con careos
de esa especie, y que me voy
por no hacer un desacierto. 500
MARQUESA

 (A la puerta.) 

¡Sebastiana!

 (Al Coronel que ya está en la puerta del foro y no la oye.) 

¡Espere usted!
DON PEDRO

 (Yéndose.) 

¡Voto a Dios... Baco y baquero!...


Escena VIII

 

La MARQUESA.

 
¡Huye! ¿Qué prueba mayor
de su infamia?... ¡Hombre perverso!


Escena IX

 

La MARQUESA. SEBASTIANA. EULALIA. CASIMIRA.

 
SEBASTIANA
¡Mi bien!... Pero ¿dónde está? 505
Sonaba voz masculina...
—507→
¿Era él? ¿Era Corvina?...
MARQUESA
Sí. Ya se fue...
SEBASTIANA
¿Adónde va?
 

(Llega CASIMIRA.)

 
CASIMIRA
¿Me llamaba usted, mamá?
MARQUESA
No.
EULALIA
¿Qué ha sucedido, tía?
510
SEBASTIANA
Cerca estará todavía.
Yo le sigo...
MARQUESA
Iba corriendo.
Es inútil...
CASIMIRA
No comprendo...
EULALIA
¿Qué es esto, Virgen María?
MARQUESA

 (A CASIMIRA.) 

Ya no te casas con él. 515
CASIMIRA
¿Con quién?
SEBASTIANA

 (A la MARQUESA.) 

¿Y viene contrito?
¿Reconoce su delito?
EULALIA

 (A SEBASTIANA.) 

¿Es por ventura...?
MARQUESA

 (A SEBASTIANA.) 

No.
SEBASTIANA
¡Infiel!
MARQUESA
Todo lo niega.
SEBASTIANA
¡Cruel!
EULALIA

 (A SEBASTIANA.) 

¿Es... aquel sujeto...?
SEBASTIANA
Sí.
520

 (A la MARQUESA.) 

¿Y no se apiada de mí!
MARQUESA
¡No!
EULALIA

 (A SEBASTIANA.) 

Pero ¿cuál de los dos...?
SEBASTIANA
¡Ah bárbaro amante!
EULALIA
¡Ay, Dios!
¡No es él!...
CASIMIRA

 (A EULALIA.) 

¿Quién?...
SEBASTIANA
¡Bien lo temí!
Si al menos usted le hubiera 525
detenido...
MARQUESA
¡Si no pude!
Cuando llamé...

 (A EULALIA.) 

¿A quién alude?
MARQUESA
Estaba ya en la escalera.
CASIMIRA

 (A la MARQUESA.) 

¿Mi tío?
SEBASTIANA
¡Entrañas de fiera!
MARQUESA

 (A CASIMIRA.) 

Sí, tu tío.
EULALIA

 (A SEBASTIANA.) 

¿Cómo?... ¿Es tío...?
530
SEBASTIANA
Yo perseguiré al impío...
CASIMIRA
(¿Ella?)
SEBASTIANA
¡Véngame, Jehová!
CASIMIRA

 (A la MARQUESA.) 

¿Por qué no es mi novio ya?
MARQUESA
¡Jamás!
EULALIA
(¿Su novio? ¡Qué lío!)
SEBASTIANA
No escapará de mi red. 535
MARQUESA
¿Por qué, si no es un aleve,
a parecer no se atreve
en la presencia de usted?
SEBASTIANA
Yo acudiré con mi sed
de justicia a un tribunal. 540
Bien a bien o mal a mal
se habrá de casar...
CASIMIRA
¿Con quién?
¿Conmigo?
MARQUESA
Con ella.
CASIMIRA
¡Ah!... Bien.
(¡Qué grotesca es mi rival!)
SEBASTIANA
¿Dónde vive? Porque quiero... 545
MARQUESA
En la calle de Carretas,
número... Entre estas tarjetas
habrá alguna suya.

 (Examina varias que habrá sobre una mesa.) 

CASIMIRA

 (Acercándose a la MARQUESA.) 

Pero...
MARQUESA
¡Calla!

 (Leyendo una tarjeta.) 

«El marqués del Vivero...»
EULALIA

 (A SEBASTIANA.) 

¿Y ese hombre ha sido capaz...? 550
SEBASTIANA
¡Sí, hija mía! Es contumaz.
CASIMIRA

 (A la MARQUESA.) 

¿Me casará usted...?
MARQUESA

 (Leyendo otra tarjeta.) 

«Vicente...»
CASIMIRA
¿Con el otro pretendiente?
MARQUESA

 (Maquinalmente y sin dejar de examinar tarjetas.) 

No sé... Sí... Déjame en paz.
SEBASTIANA
Dardo agudo me traspasa. 555
CASIMIRA
(Cáseme yo, y ¿qué mas da?...)
MARQUESA
«Pedro Corvina...» Aquí está,
con las señas de su casa.
SEBASTIANA

 (Tomando la tarjeta.) 

Venga, que el tiempo se pasa.
EULALIA
¿Salimos juntas?
SEBASTIANA
Tú no.
560
MARQUESA

 (Haciendo sonar la campanilla.) 

Ahora ya es fuerza que yo
—508→
cumpla mi deber.

 (A la doncella, que vuelve a presentarse.) 

Un chal,
un sombrero.

 (A JUAN, que se presenta en la puerta del foro.) 

Di a Pascual
que ponga pronto el landó.

 (Vanse los criados.) 

SEBASTIANA
Oh Mater immaculata!, 565
si a esta mísera mujer
amparas, aún puedo ser
terque, quaterque beata.
Concede a una literata
que aquel corazón de ripio, 570
olvidado participio
de mi existencia cruel,
vuelva a ser amante fiel
sicut erat in principio.


Escena X

 

La MARQUESA. CASIMIRA. EULALIA.

 
 

(Vuelve la doncella con el chal y el sombrero y la MARQUESA se los pone.)

 
EULALIA
Pero, ¡Dios mío!, ¿qué es esto? 575
(Otro billetito ahora
a don Leoncio...)

 (Retírase la doncella.) 



Escena XI

 

La MARQUESA. EULALIA. CASIMIRA. JUAN.

 
EULALIA
Señora,
el landó ya estaba puesto.
MARQUESA
Bien.


Escena XII

 

La MARQUESA. EULALIA. CASIMIRA.

 
MARQUESA
(¡Sacrificio funesto!
Mas ya lo resisto en vano. 580
Fuerza es descubrir mi arcano.)

 (A CASIMIRA.) 

Adiós.
CASIMIRA
(Me alegro; ¡se va!)
¿Adónde va usted, mamá?
MARQUESA
A casa de mi escribano.


Escena XIII

 

CASIMIRA. EULALIA.

 
EULALIA
(¡Desventurada de mí!) 585
CASIMIRA
(Esta chica es una estatua.)
Ven...
EULALIA
(¡Me tutea la fatua!)
CASIMIRA
Ven, y hablaremos allí
de mi novio...
EULALIA
¡Bah!
Y a ti,
¿ningún galán te hace cocos? 590
EULALIA
¡Eh! Mis años son tan pocos...
(Sospecho por vida mía
que me ha metido mi tía
en una jaula de locos.)
CASIMIRA
Pero hija, es mucha desidia 595
no pensar en acomodo.
EULALIA
No tengo prisa.
CASIMIRA
Con todo...
(Se está muriendo de envidia.)
EULALIA
(Me empalaga.)
CASIMIRA
(Me fastidia.)
EULALIA
Otra gracia es la que pido 600
al cielo. (¡Un padre querido!)
CASIMIRA
Pues ¡oiga el cielo a las dos!
EULALIA
(Dadme un padre, ¡justo Dios!)
CASIMIRA
(Virgen de Atocha, ¡un marido!)
 

(Vanse por la puerta de la izquierda.)

 



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