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Un día de campo o El tutor y el amante

Comedia en tres actos

Manuel Bretón de los Herreros



portada

Se estrenó en el teatro del Príncipe el día 4 de Marzo de 1839



PERSONAJES
 

 
SABINA.
DOÑA CELEDONIA.
DOÑA RUPERTA.
DOÑA LUCÍA.
DOÑA MELCHORA.
JESUSA.
MERCEDES.
DON ANTONIO.
DON AGUSTÍN.
DON SIMÓN.
DON TOMÁS.
DON LIBORIO.
DON FRUTOS.
DON ENRIQUE.
DON JOAQUÍN.
BELTRÁN.
CRIADOS.
TESTIGOS.
 

El acto primero y el tercero pasan en Madrid en casa de DON ANTONIO; el segundo en el campo.

 




ArribaAbajoActo I

 

Jardín con arbolado. Tapia en el foro y en medio una verja abierta. A la parte de fuera se verá de costado un coche de colleras, con la trasera a la derecha del espectador. A la izquierda del actor la puerta que conduce a lo interior de la casa.

 

Escena I

 

DON ANTONIO. DOÑA CELEDONIA.

 
 

(Aparecen sentados a un velador de piedra acabando de tomar chocolate.)

 
DON ANTONIO
¿Está todo prevenido?
DOÑA CELEDONIA
Sí, señor. Ya sólo falta
que vengan los convidados.
DON ANTONIO
Ya no tardarán.

  (A una criada que está detrás con vasos de agua en una bandeja.) 

El agua.
 

(La criada presenta la bandeja, y luego que han bebido DON ANTONIO y DOÑA CELEDONIA, desocupa el velador y entra en la casa.)

 
DOÑA CELEDONIA
La comida será espléndida. 5
—186→
Ha sido buena humorada
celebrar usted sus días
en el campo.
ANTONIO
La mañana
está hermosa. Que no olviden
las botellas de Champaña. 10
DOÑA CELEDONIA
Esas irán en la arquilla
de uno de los coches; no haga
el demonio que se rompan...
DON ANTONIO
Muy bien pensado.
DOÑA CELEDONIA
Y la plata
y la loza. Los demás 15
cachivaches y las viandas,
en una acémila.
DON ANTONIO
Bueno.
DOÑA CELEDONIA
De su conducción se encarga
el amigo don Liborio.
Como tiene tanta maña 20
para todo, y es tan vivo,
y tan decidor, y... Vaya,
para una broma no hay otro.
¿A quién no alegran sus chanzas?...
DON ANTONIO
Algo pesadas a veces. 25
DOÑA CELEDONIA
No tal. ¡Si tiene una gracia!...
¡Qué manos para guisar
arroz a la valenciana!
¡Qué profunda erudición
en materia de charadas, 30
juegos de prendas, y cuentos,
y suertes con la baraja!
¿Y bombas? ¡Qué bombas echa!
Pues si toma la guitarra...
Él solo va a hacer el gasto. 35
DON ANTONIO
Está usted equivocada,
que quien lo hace es mi bolsillo.
DOÑA CELEDONIA
Yo de dinero no hablaba,
sino de la broma.
DON ANTONIO
Ya.
DOÑA CELEDONIA
Porque don Frutos Linaza, 40
el boticario..., ¡qué mosca!...
ni un momento se separa
de la dengosa Lucía,
y los dos charlan y charlan...
Por ahí dicen malas lenguas 45
que es cortejo de madama:
yo, más piadosa, presumo
que la enseña la farmacia.
En tanto, el buen don Simón,
por no hacer una alcaldada 50
disimula y se repudre,
y aquella afligida cara,
ya se tuerce, ya se anubla,
ya se frunce, ya se alarga,
gesticulando furores 55
y mascullando venganzas.
La amante doña Ruperta
se pega como una lapa
a don Tomás su marido,
hombre de excelente pasta; 60
mas yo tengo para mí,
aunque él se sonríe y calla,
que tanta dicha le abruma
y tanto amor le empalaga;
porque amor es una droga 65
de propiedades tan raras,
que según sea la dosis
nos da la vida o nos mata.
Resta, en fin, doña Melchora
con su perrito de faldas, 70
y su reuma, y sus sandeces,
y sus dos hijas del alma,
pollos en rifa, ambulantes
almacenes de quincalla,
con sobrada presunción 75
y poquísima sustancia;
y no hay que contar con ellas,
que sólo ven, sólo hablan
una a su lindo don Diego
y otra a su galán fantasma. 80
DON ANTONIO
¡Muy bien, doña Celedonia!
¿Y cómo en la repasata
no entramos Sabina y yo?
DOÑA CELEDONIA
Porque ustedes son de casa,
y el cariño que les tengo 85
embota el filo a mi sátira.
Mi sobrinita es un ángel;
de ella no hay que decir nada;
pero usted, tutor severo,
ha dado en mortificarla... 90
DON ANTONIO
¡Mortificarla! ¿Qué padre
con más amor la mirara?
¿De qué honesta diversión
la privo? ¿Qué nueva gala
llega a casa de Ginés, 95
o qué joya inventa Francia
que ella no luzca en los bailes
con envidia de otras damas?
Si alguna vez la reprendo
por caprichosa o por vana, 100
que aunque inocente paloma
al cabo es niña mimada,
tal vez desmiente mi rostro
el rigor de mis palabras,
y ella siempre está segura 105
de conjurar la borrasca;
que o sus gracias me embelesan,
o su llanto me desarma.
DOÑA CELEDONIA
¿Que vale todo ese mimo
sin la libertad del alma? 110
¡Pobre niña! Tiene un novio,
¡y sin formación de causa
le planta usted en la calle!
DON ANTONIO

  (Se levanta.) 

¡Miren qué acción tan villana!
¡Impedir que la seduzca 115
un libertino, un canalla,
sin juicio, sin patrimonio,
sin carrera...!
DOÑA CELEDONIA

  (Levantándose.) 

A usted le engañan.
¡Si es un muchacho tan fino,
tan amable...! ¡Y qué elegancia! 120
¡Y qué alma de fuego aquella!
¡Y qué bien pone una carta!
—187→
Todas llevan hoy al campo
marido o galán. ¿No es lástima
que sólo esa pobrecita 125
vaya desacomodada?
DON ANTONIO
Yo seré su caballero.
DOÑA CELEDONIA
¡Pues! Y a mí ¿quién me acompaña?
DON ANTONIO
Daré un brazo a cada una.
(Esta tía me da náuseas.)130
DOÑA CELEDONIA
Pero...
DON ANTONIO
Si vuelve a pisar
los umbrales de mi casa
ese hombre, haré un desatino.
Sabinita es una malva
y cederá a mis consejos. 135
Ya se ve, doncella incauta
que apenas conoce el mundo...
¡Si aún no hace siete semanas
que ha salido del colegio!
¡Eh! no demos importancia 140
al capricho de una niña
que como viene se pasa.
DOÑA CELEDONIA
Pero, señor don Antonio,
¿no es antipatía extraña
la que usted tiene a ese joven? 145
DON ANTONIO
¿Y no es más extraordinaria
la obstinación con que usted
le patrocina y le ensalza?
DOÑA CELEDONIA
Esto es hacerle justicia.
DON ANTONIO
¿Es usted la enamorada 150
o mi pupila?
DOÑA CELEDONIA
¡Ay!
DON ANTONIO
¿Qué es eso?
DOÑA CELEDONIA
¡No me toque usted la llaga
que el corazón me lacera!
DON ANTONIO
(¡Esta es otra que bien baila!)
¿Es posible...?
DOÑA CELEDONIA
¡No a mi rostro
155
asome la oculta llama...
y mi recato fluctúe
en el mar de la esperanza!
DON ANTONIO
¿Conque ama usted...? Y en efecto,
¿es don Agustín?...
DOÑA CELEDONIA
¡Amarga
160
pregunta! ¡Y venir, Dios mío,
de quien menos la esperaba!
DON ANTONIO
Señora...
DOÑA CELEDONIA
¿Soy yo de mármol?
DON ANTONIO
¡Eh!...
DOÑA CELEDONIA
¿Tiene usted cataratas?
DON ANTONIO
No, pero ¿qué significa...? 165
DOÑA CELEDONIA
¡Soy mujer!
DON ANTONIO
Lo creo. Basta
que usted lo diga.
DOÑA CELEDONIA
Y señora.
DON ANTONIO
¿Quién lo duda?
DOÑA CELEDONIA
Y aunque flaca...
DON ANTONIO
¡Flaca, y pesa usted lo menos
ocho arrobas!
DOÑA CELEDONIA
Bufonadas
170
a un lado, que aquí la carne
no viene a cuento...
DON ANTONIO
Pensaba...
DOÑA CELEDONIA
A no ser que usted la cite
como enemigo del alma.
DON ANTONIO
Dios nos libre.
DOÑA CELEDONIA
De mi honor,
175
de mi decoro se trata,
y es inaudita crueldad,
y es acción ruin y bastarda
reservar la iniciativa
a una mujer desdichada. 180
DON ANTONIO
(¡Cielos! ¿Querrá... seducirme
esta mujer?) Vaya, vaya,
usted me está bromeando.
Como es día de jarana...
DOÑA CELEDONIA
No, que el corazón...
DON ANTONIO
Es tarde
185
y aún estoy en gorro y bata...
DOÑA CELEDONIA
¡Qué! ¿No ha comprendido usted...?
DON ANTONIO
(Demasiado, ¡buena maula!)
Como no hable usted más claro...
DOÑA CELEDONIA
Preciso es tener entrañas 190
de pedernal... Estar viendo
que el corazón se me arranca,
y en vano calla la lengua
lo que los ojos delatan,
¡y obligarme todavía...! 195
DON ANTONIO
¿Quién la obliga a usted a nada?
DOÑA CELEDONIA
¡Verme padecer así!...
DON ANTONIO
¡Ah!... Vamos... ¿Está usted mala?
DOÑA CELEDONIA
Estremecida, convulsa...
DON ANTONIO
Con efecto, y algo pálida... 200
Cuídese usted.
DOÑA CELEDONIA
¡Don Antonio!
DON ANTONIO
Friegas, un vaso de horchata;
y si no se alivia usted...,
sinapismos y a la cama.

 (Entra en la casa.) 



Escena II

 

DOÑA CELEDONIA.

 
¡Malo! O no me ha comprendido, 205
o se ha mofado de mí.
Mas quizá por prematuro
no ha dado lumbre mi ardid.
No perdamos la esperanza,
y para lograr mi fin, 210
hagamos que la pupila
se case pronto...: sí, sí.
El don Antonio está chocho
con la gracia juvenil
de Sabina, y si hasta ahora 215
la amó como a un serafín,
bien pudiera a su cariño
dar mañana otro matiz.
Yo aspiro al mando supremo,
y mientras ella esté aquí, 220
mi postergada hermosura
no podrá alzar la cerviz;
que, al cabo, yo soy jamona
y ella en la flor de su Abril...
—188→
Pero él es una alma cándida, 225
un pobre hombre, un infeliz,
y frente a frente los dos
no es tan dudosa la lid.


Escena III

 

DOÑA CELEDONIA. DON AGUSTÍN.

 
DON AGUSTÍN
¡A la par de Dios!
DOÑA CELEDONIA

  (Volviéndose.) 

¡Ah! Ya... El calesero... 230
DON AGUSTÍN

  (Acercándose.) 

¿Ya no me conoce usted?
DOÑA CELEDONIA
¿Cómo?... ¿Qué veo! ¡Agustín!
DON AGUSTÍN
También soy de la partida,
aunque el tutor incivil
no ha querido convidarme. 235
DOÑA CELEDONIA
¿Y si llega a descubrir...?
¡Qué temeridad!...
DON AGUSTÍN
¡Eh! ¿Quién
me reconoce en Madrid?
Entre esta airada patilla,
y este verde chupetín, 240
y este pardo marsellés
con el vivo carmesí,
y este sombrero chambergo,
y esta polaina gentil,
¿quién descubre a un elegante 245
que viste por figurín?
DOÑA CELEDONIA
Eres el mismo demonio.
Eso es poner en un tris...
DON AGUSTÍN
De toda la turbamulta
que me arriesgo a conducir, 250
sólo ustedes y el tutor
me conocen.
DOÑA CELEDONIA
Siendo así...
DON AGUSTÍN
Yo le guardaré las vueltas...
¿Aún no ha bajado al jardín
SabinaI?
DOÑA CELEDONIA
Estaba vistiéndose.
255
Muy pronto... Mírala allí.


Escena IV

 

DON AGUSTÍN. DOÑA CELEDONIA. SABINA.

 
SABINA
Tía...
DOÑA CELEDONIA
Ven aquí.

 (Se acerca SABINA.) 

Adivina
quién es este caballero.
SABINA

  (En voz baja a su tía.) 

¡Cómo!... ¡Un rudo calesero!...
DON AGUSTÍN
¿Me has mirado bien, Sabina? 260
SABINA
¡Ah!... Tú... Pero ese disfraz...
DOÑA CELEDONIA
¡Por Dios... estemos alerta!...
DON AGUSTÍN
Ardid de amor.
DOÑA CELEDONIA
Esa puerta...
Si nos sorprende es capaz...
DON AGUSTÍN
No hay cuidado, que el ramaje 265
me cubre, y no me verá.
Mi bien, ¿no me quieres ya
porque estoy en este traje?
SABINA
¡Ah! ¿Cómo no he de quererte,
si con él pruebas tu fe? 270
DON AGUSTÍN
Y por ti me vestiré
hasta el saco de la muerte.
SABINA
Hasta la jerga es tisú
si amor halaga al deseo.
Ya me gusta ese chapeo..., 275
porque te lo pones tú.
DON AGUSTÍN
¡Ah bien mío! El alma absorta...
DOÑA CELEDONIA
¡Bien! ¡Lindo! ¡Qué par de topos!
Basta ahora de piropos
y vamos a lo que importa. 280

  (A SABINA.) 

Esperar que a don Antonio
guste tu novio, es en vano,
que antes de darle tu mano
se la daría al demonio.
Hoy mismo en larga porfía 285
de vuestra parte me he puesto;
¿y qué he logrado con esto?
Aumentar su antipatía.
SABINA

  (A DON AGUSTÍN.) 

Y todo es porque tal vez
algún oculto rival 290
de ti le ha informado mal.
¡Qué bajeza y qué sandez!
DON AGUSTÍN
¿Y qué traidor en mi mengua
la vil calumnia empleó?
¡No le conociera yo 295
para arrancarle la lengua!
¡Ah! mi saña...
SABINA
No te alteres,
que tiemblo de verte así.
DON AGUSTÍN
Mas mi honor...
SABINA
Si solo a ti
creo y amo, ¿qué más quieres? 300
DON AGUSTÍN
Si la pobreza es baldón,
confieso mi mala estrella,
mas ¿no he de amar a una bella
porque nací segundón?
SABINA
Y, porque es rica mi dote, 305
¿me he de quedar como estoy,
si mano y alma no doy
a algún ricacho hotentote?
DON AGUSTÍN
No tiene empleo, dirán.
Bien sé que lo necesito; 310
por eso lo solicito;
pero ¡si no me le dan!
Bien que tal anda la danza
y es tan continuo el trasiego
de empleados, que el más lego 315
—189→
no renuncia a la esperanza.
Si hoy la suerte me abandona,
mañana, cuadre o no cuadre,
o mi amigo o mi compadre
ocuparán la poltrona. 320
¿Quién sabe?... Quizá yo mismo
algún día me la ferie
que de ministros la serie
ya excede a todo guarismo,
y si la guerra civil 325
dura, se abrirá un registro
y el empleo de ministro
será carga concejil.
SABINA
O mi tutor pierde el seso,
o no está de buena fe 330
cuando te acusa...
DON AGUSTÍN
¿De qué?
SABINA
De jugador.
DON AGUSTÍN
(Algo hay de eso.)
¿Jugar? ¿Cómo?... Aunque quisiera,
si nunca tengo un doblón,
¿qué diablos...?
DOÑA CELEDONIA
Tiene razón.
335
SABINA
Eso convence a cualquiera.
DON AGUSTÍN
¡Y gracias que no me den
de libertino la fama!
SABINA
Pues así también te llama.
DON AGUSTÍN
(Pues algo hay de eso también.)340
¡Villana, atroz impostura!
¡A mí que al verte me arrobo,
y mudo me quedo y bobo
contemplando tu hermosura,
y a tu divino portento 345
alzo en el alma un altar,
y temería empañar
tu pureza con mi aliento!
SABINA
¡Oh dicha! ¡Bien hayan, sí,
los que contra ti murmuran, 350
pues la gloria te procuran
de justificarte así!
DON AGUSTÍN
En siglo tan pecador,
do no hay pudor que se aprecie,
dime tú: ¿no es una especie 355
de anacronismo mi amor?
¡Libertino, y de tu fe
ni aun te pido prenda leve
en esa mano de nieve...!
(Sin la dote, ¿para qué?)360
SABINA
¡Qué virtud! ¿Lo oye usted, tía?
¡Dominar hasta un deseo
tan venial! ¡Oh! Pues yo creo...
que no se la negaría.
DON AGUSTÍN

  (Tomando una mano a SABINA.) 

Eso sí; con tu permiso... 365
DOÑA CELEDONIA
¡Dulce recíproco amor!
Pero el diablo del tutor
nos pone en un compromiso.
¡Qué mancebo tan cabal!
¡Y le injuria y le aborrece!... 370
¡Y todo es porque le escuece
soltar la dote! Sí tal.
SABINA
Es extraño... En todo suele
darme gusto, lo confieso...
DOÑA CELEDONIA
Él se entiende.
SABINA
Sólo en eso...
375
DOÑA CELEDONIA
Porque eso es lo que le duele.
Te compra cuanto deseas,
te mima, te halaga, pero
¿de dónde, sino del cuero,
han de salir las correas? 380
Sólo mira a su interés,
y, no lo dudes, serán
cuentas del Gran Capitán
las que te ponga después.
DON AGUSTÍN
Y eso, mi bien, no te asombre. 385
Yo no hablo de nadie mal,
pero, regla general,
un tutor es un mal hombre.
SABINA
¡Qué picardía! Y lo creo,
aunque ese me hace regalos, 390
porque todos son muy malos
en los libros que yo leo.
Mas no me infunde temor,
que sabré romper su yugo,
antes que él sea verdugo 395
de mi dote y de mi amor.
DON AGUSTÍN
Contra un tirano cruel
ya rebelarse es preciso.
¿No nos otorga el permiso?
Pues casémonos sin él. 400
DOÑA CELEDONIA
¡Alto! No seáis tan vivos.
Siempre es duro un rompimiento...
Y no es cosa del momento.
Hay que hacer preparativos...
Ganar tiempo es necesario 405
para dar el golpe bien.

  (A SABINA.) 

Tú no le hables con desdén,
sino todo lo contrario.
Si otra vez contra tu chulo
echar venablos le oyeres, 410
finge que ya no le quieres,
porque importa el disimulo.
Si te saliere al encuentro
con otro novio, sumisa
lo oyes con cara de risa 415
aunque te quemes por dentro.
Más te pudiera decir,
pero basta; eres mujer,
y ninguna ha menester
que la enseñen a fingir. 420
SABINA
Cuenten ustedes conmigo.
Yo le sabré deslumbrar.
DOÑA CELEDONIA
En fin, es preciso obrar...
DON AGUSTÍN
Como en país enemigo.
DOÑA CELEDONIA
Y váyase el calesero, 425
no hagamos...

  (Mira a lo interior de la casa.) 

DON AGUSTÍN
Otro ratito...
DOÑA CELEDONIA
Aparta de aquí, maldito,
que ya viene el cancerbero.

  —190→  

Escena V

 

DOÑA CELEDONIA. SABINA. DON ANTONIO.

 
DON ANTONIO

 (Ya en traje de campo.) 

¿Cómo es esto? ¿No han venido
todavía?
DOÑA CELEDONIA
No, señor.
430
DON ANTONIO
¡Hola! ¿Ya está usted mejor?
DOÑA CELEDONIA
No ha sido nada. Un vahído...
Voy a dar disposiciones
para que acomoden bien
todo aquel vasto almacén 435
de enseres y provisiones.

 (Entra en la casa.) 



Escena VI

 

DON ANTONIO. SABINA.

 
DON ANTONIO
¿Por qué, Sabina amada,
tan abatida estás?
No turbe la tristeza
tu júbilo y tu paz; 440
que aunque con ella y todo
tu cara es celestial,
alegre la hermosura
brilla y halaga más.
SABINA
Triste no estoy. Mi mente 445
gozaba en recordar
el apacible asilo
do pocos días ha...
DON ANTONIO
¿Te acuerdas del colegio?
Es cosa natural; 450
que siempre a una alma tierna
presentes estarán
los juegos inocentes
de la primera edad.
SABINA
Mire usted; ya sonrío. 455
Grata, pero fugaz,
pasó como un relámpago
mi distracción mental.
Más dulce pensamiento
me ocupa sin cesar. 460
DON ANTONIO
¿Cuál?
SABINA
Las pruebas continuas
que usted, señor, me da
de plácida indulgencia
de amor y de bondad.
(Para el tiempo que tengo..., 465
vamos, no lo hago mal.)
DON ANTONIO
Dios te premie, Sabina,
el gozo que me das.
¡Ah! Si ingrata olvidases
mi afecto paternal... 470
SABINA
¡Yo, señor...!
DON ANTONIO
No podría
consolarme jamás.
SABINA
Yo que no he conocido
ni papá, ni mamá,
y perdí siendo niña 475
a mi tío carnal,
¿en quién hallé el consuelo
de mi triste orfandad
sino en usted, que ha sido
mi numen tutelar? 480
Mi corazón sería
de duro pedernal
si beneficios tantos
pudiera yo olvidar.
DON ANTONIO
¡Ángel! (Nunca la he visto 485
tan tierna y tan jovial.)
Tú lo mereces todo.
Cuando don Pedro Aznar,
tu buen tío y mi amigo,
en el lecho mortal 490
tan sagrado depósito
fió de mi amistad,
le prometí, no en vano,
que nunca fui falaz,
anteponer la tuya 495
a mi felicidad.
SABINA
(¡Que un hombre tan almíbar
haya de ser capaz...!)
DON ANTONIO
Tú sabes si he cumplido
mi promesa.
SABINA
Es verdad.
500
DON ANTONIO
Sola una vez, Sabina,
y aun esa a mi pesar,
severo he combatido
tu libre voluntad;
porque antes a tu enojo 505
me quiero aventurar
que verte triste víctima
de una pasión fatal.
SABINA
(Ya al quid hemos llegado
de la dificultad.)510
DON ANTONIO
Y un día, yo lo espero,
me lo agradecerás,
si en secreto hoy murmuras
contra mi autoridad.
Yo sé que no merece 515
tu mano ese... truhán,
aunque de amor le cubra
el seductor disfraz.
Yo sé...
SABINA
(Vaya de embuste.)
No se canse usted más 520
en hablarme de ese hombre,
que no le quiero ya.
DON ANTONIO
¿Qué dices?...
SABINA
Fue un capricho...
(Perdona, dulce imán.)
¿Qué sé yo?... La costumbre 525
de verle en sociedad...
Mas los buenos consejos
de usted y el qué dirán...
Sé que anda en malos pasos...
—191→
(¡Ah! Miento: no sé tal.)530
Ya no hay nada. Le he dicho
que no me vuelva a hablar.
DON ANTONIO
¿De veras?
SABINA
Muy de veras.
DON ANTONIO
¡Sabina!
SABINA
Y además,
soy pupila obediente, 535
y vida y libertad
¿a quién mejor pudiera
que a mi tutor fiar?
DON ANTONIO
¡Bien haya tu boquita!
Esa docilidad 540
me encanta.
SABINA
Y a mis solas
decía yo poco ha:
voy a cumplir veinte años
antes de Navidad.
Acaso don Antonio 545
(ahora sabré su plan)
me quiera dar marido
de su mano.
DON ANTONIO
Quizá...
Ese deber me impuso
tu tío al espirar; 550
deber grato y terrible
para mí.
SABINA
¿Por qué? ¡Bah!
¿Teme usted que yo falte
al respeto filial?...
DON ANTONIO
¡Respeto!... ¿Y por respeto 555
te has de sacrificar...?
SABINA
Debí decir cariño,
confianza...
DON ANTONIO
Eso..., tal cual.
SABINA
Mi corazón es libre:
usted lo guiará. 560
¿Sé yo, ¡incauta!, a quién debo
aborrecer o amar?
DON ANTONIO
(¿Me atreveré?... ¡Qué hermosa!
Me tienta Satanás...)
SABINA
¿Eh?
DON ANTONIO

  (Cavilando.) 

Nada.
SABINA
(Nunca tuve
565
tanta curiosidad.)
¿Adiviné? ¿Hay proyecto
de boda?
DON ANTONIO

  (Indeciso.) 

SABINA
¿Formal?
DON ANTONIO
¿Y si no es de tu gusto
el novio?
SABINA
Sí será.
570
Nómbrele usted.
DON ANTONIO
(Al cabo
haré una necedad.)
No te diré, Sabina,
que es hombre de caudal,
porque eso...
SABINA
¡Eh! No por eso
575
le hemos de despreciar.
DON ANTONIO
(Cuarenta años y pico
no es un exceso tan...)
Nobleza, ya se entiende,
y en cuanto a probidad... 580
SABINA
Bien. ¿Su nombre?
DON ANTONIO
(Esto es hecho.
Ya no me vuelvo atrás.)
Y afable y amoroso
en ti se mirará,
y si llamarte suya 585
merece en el altar,
los ángeles del cielo
su dicha envidiarán.
SABINA
¿Conque tanto me quiere?
DON ANTONIO
Sí, hermosa, pero...
SABINA
(¡Ay, ay!
590
Cuando él le pone peros,
¿qué tal será el galán?)
Hable usted sin empacho.
Yo sé que no hay mortal
perfecto, que al fin todos 595
somos hijos de Adán.
DON ANTONIO
Acaso su cabello
que empieza a blanquear,
guirnaldas no consiente
de rosa y arrayán. 600
SABINA
(¿No dije? Algún decano...)
Flor es la mocedad
expuesta a los embates
de recio temporal;
pero la adulta encina 605
no teme al huracán,
y la virtud... Por último...
Yo no me sé explicar...
y si usted no me saca
de este berenjenal... 610
DON ANTONIO
(¡Qué gracia! ¡Qué inocencia!
¿Y aún puedo vacilar?)
Pues bien, el que te adora...
¿No lo adivinas ya?
SABINA
No sé. Como no sea 615
don Anacleto Sanz,
el director cesante
DON ANTONIO
No, que fuera crueldad
casarte yo, hija mía,
con ese carcamal. 620
SABINA
No obstante, si lo exige
mi tutor...
DON ANTONIO
¡Oh! No más.
Si tu virtud es tanta,
angélica beldad,
que aun esa triste crónica 625
no te parece mal,
bien puedo yo llamarte
mi amor, mi bien, mi afán,
y estrechar en la mía
tu mano virginal. 630

  (Se la toma.) 

SABINA
¿Cómo...? ¡Es usted!... (¿Quién diablos
había de pensar...)
DON ANTONIO
Sí, perla, yo te adoro...
  —192→  
SABINA
(¡Virgen del Tremedal!
¿Qué le diré!)
DON ANTONIO
¡Sabina!
635
¿No me respondes?
SABINA
¡Ah!...
Mi sorpresa... Mi... El alma...
(¡Pues hemos hecho un pan
como unas hostias!)
DON ANTONIO
Dime...
SABINA
¿Qué he de decir? Me da 640
tanta vergüenza...
 

(Entra por la verja DON FRUTOS dando el brazo a DOÑA LUCÍA.)

 
¡Cielos!
Gente viene. ¡Ahí están!
 

(Suelta la mano de DON ANTONIO.)

 
DON ANTONIO
(¡Ah! Soy feliz. Me quiere.)
SABINA
(Ya puedo respirar.)


Escena VII

 

DON ANTONIO. SABINA. DON FRUTOS. DOÑA LUCÍA.

 
DON ANTONIO
¡Señora! ¡Señor don Frutos! 645
DOÑA LUCÍA
¡Don Antonio! ¡Sabinita!

  (Besa a SABINA sin soltar el brazo de DON FRUTOS.) 

DON FRUTOS

  (Mirando su reloj.) 

No hemos tardado a la cita.
Las ocho y cuatro minutos.
DON ANTONIO
Cierto. Los primeros son
ustedes.
SABINA
(¡Siempre cosido
650
a los autos!)
DON ANTONIO
¿Y el marido?
¿Qué se ha hecho don Simón?
DOÑA LUCÍA
Para hablarle de un asunto
le detuvo no sé quién.
DON ANTONIO
(Y le ha venido muy bien 655
al farmacéutico adjunto.)
DON FRUTOS
¿Qué tal el tresillo anoche?
DON ANTONIO
Perdí tres duros al fin.
¿Trae usted el botiquín?
DON FRUTOS
Sí, ya lo he puesto en el coche. 660
SABINA

  (A DON ANTONIO en voz baja.) 

Ya llega doña Melchora
con sus dos hijas canijas,
y los novios de sus hijas,
y el perrito en quien adora.


Escena VIII

 

DON ANTONIO. SABINA. DON FRUTOS. DOÑA LUCÍA. DOÑA MELCHORA. JESUSA. MERCEDES. DON ENRIQUE. DON JOAQUÍN. DON LIBORIO.

 
 

(DON LIBORIO da el brazo a DOÑA MELCHORA, DON ENRIQUE a JESUSA y DON JOAQUÍN a MERCEDES. DOÑA MELCHORA viene con un perrito en brazos y DON LIBORIO trae una guitarra. Luego que se entabla la conversación general, se hablan en voz baja DOÑA LUCÍA y DON FRUTOS y mientras estén en escena harán casi siempre lo mismo.)

 
LOS QUE ESTABAN EN ESCENA
¡Bienvenidos!
LOS QUE LLEGAN
¡Buenos días!
665
DOÑA MELCHORA
¿Qué tal?
DON ANTONIO
Famoso. ¿Y ustedes?
DOÑA MELCHORA
Muy bien.
JESUSA
¡Sabina!
SABINA
¡Mercedes!
 

(Guirigay confuso de cumplimientos y salutaciones, desprendiéndose todas, menos DOÑA LUCÍA, del brazo de su respectivo acompañante.)

 
DON ANTONIO
(¡Qué flujo de cortesías!)
SABINA

  (Aparte a DOÑA LUCÍA.) 

Jesusa viene muy charra.
DON LIBORIO
¡Qué buen día de jolgorio! 670
DON ANTONIO
¡Hola, insigne don Liborio!
¿También traemos guitarra?
DON LIBORIO
Nunca me faltan a mí
alegría y apetito.
SABINA
¡Qué formal está el perrito! 675
¿Cómo se llama?
DOÑA MELCHORA
Zegrí.
SABINA
¡Siempre en brazos!
DOÑA MELCHORA
Desde niño
le he dado esta educación.
Es débil de complexión,
y yo le tengo un cariño... 680
Es muy mono. ¡Qué ladrar
si oye de noche algún grito!
Y lame tan suavecito...
No le falta más que hablar.
SABINA

  (A DON ANTONIO en voz baja.) 

Ya empezaron el palique 685
Lucía y su comodín,
Mercedes con don Joaquín,
Jesusa con don Enrique.
DON ANTONIO
Déjalos, niña, vivir,
que luego, mediante Dios, 690
lo mismo haremos los dos.
SABINA
(¡Pues me voy a divertir!)
  —193→  
DON LIBORIO

  (A DON ANTONIO.) 

Hoy vamos a echar el resto.
Broma, baile... Usted verá...
 

(Lleva de lo interior de la casa DOÑA CELEDONIA con tres criados que llevan cestos cubiertos con servilletas.)

 


Escena IX

 

DON ANTONIO. SABINA. DOÑA LUCÍA. DON FRUTOS. DOÑA MELCHORA. JESUSA. MERCEDES. DON JOAQUÍN. DON ENRIQUE. DON LIBORIO. DOÑA CELEDONIA.

 
DON LIBORIO
¡Hola! ¡Los víveres ya! 695
DOÑA CELEDONIA

  (A un criado.) 

Cuidado con ese cesto.
DON LIBORIO
¡Viva doña Celedonia!
UNOS
¡Viva!
OTROS
¡Felices!
DOÑA CELEDONIA
Dios guarde...
DON LIBORIO
Ea, al avío, que es tarde
para tanta ceremonia. 700
Allí está la borriquilla,
que es mi bridón de batalla.
Coloquemos la vitualla
en una y otra angarilla.
En los coches lo demás. 705

  (A DOÑA CELEDONIA.) 

Ande usted, y en un momento...

  (A DON JOAQUÍN dándole la guitarra.) 

Ahí te dejo ese instrumento...
Después me lo volverás.
 

(Salen los criados con su carga por la verja, y quedan junto a ella DOÑA CELEDONIA y DON LIBORIO figurando dar disposiciones para acomodar los comestibles y demás efectos en la bestia, en el coche que se ve y en otro que se supone estar más allá a la izquierda de la verja.)

 
JESUSA

  (Aparte a DON ENRIQUE, que a hurtadillas la quiere tomar la mano.)  

¡No, que si lo ve esa gente...!
DON JOAQUÍN

  (A MERCEDES en voz baja.)  

¡Por ti falto a la oficina! 710
DOÑA MELCHORA
¿No habrá un bizcocho, Sabina,
para este bicho inocente?
DON ANTONIO

  (Que iba a hablar con SABINA y se ve interrumpido.) 

(¡Maldita sea su piel!)
SABINA
Sí. Ya lo voy a buscar.
(¡Lástima de rejalgar 715
para ella y para él!)

 (Entra en la casa.) 



Escena X

 

DON ANTONIO. DOÑA LUCÍA. DON FRUTOS. DOÑA MELCHORA. JESUSA. MERCEDES. DON JOAQUÍN. DON ENRIQUE. DON LIBORIO.

 
 

(Vuelven los criados y entran en la casa.)

 
DON LIBORIO

  (Volviendo al proscenio con DOÑA CELEDONIA.) 

Ya está listo. La vihuela.

  (La toma.) 

¿Qué hacemos? ¿Se espera a alguno?


Escena XI

 

DON ANTONIO. DOÑA LUCÍA. DON FRUTOS. DOÑA MELCHORA. JESUSA. MERCEDES. DON JOAQUÍN. DON ENRIQUE. DON LIBORIO. SABINA. DON SIMÓN.

 
DON SIMÓN

  (Llega jadeando.)  

¡Reniego del importuno
y toda su parentela! 720

  (A la tertulia.) 

¡Salud! (¡Hombre temerario!)
TODOS
¡Don Simón!
DON ANTONIO
¡Oh! ¿Cómo va?
DON SIMÓN
Bien. Mi mujer... (Allí está,
¡y al margen el boticario!)
DOÑA LUCÍA
¡Hola! ¡Aquí estás! Me tenías 725
con cuidado.
DON SIMÓN
¿Sí? Ya veo...

  (A DON LIBORIO que puntea en la guitarra.) 

Dejo usté ese cencerreo,
que no estoy para folías.
DON LIBORIO
¡Pues, hombre...!
DON ANTONIO
Bien dice. Luego...
En el campo habrá ocasión... 730
 

(Deja de tocar DON LIBORIO y habla con DOÑA CELEDONIA.)

 
DON SIMÓN
¡Voto a...!
DON ANTONIO
(¡Pobre don Simón!)
DON SIMÓN
¡Vaya si es mosca el don Diego!
¡Poner a mi marcha obstáculo
para hablarme de su pleito!

  (Mirando a su mujer y a DON FRUTOS.) 

—194→
(Y ahora ¡cómo me deleito 735
con ese dulce espectáculo!)
SABINA

  (Vuelve con unos bizcochos, que da a DOÑA MELCHORA, y ésta a su perro.) 

Tome usted.
DON SIMÓN
(¡Y no la suelta!)
DON ANTONIO
Don Tomás y su señora
faltan. Daremos ahora
por el jardín una vuelta. 740

  (Va a dar el brazo a SABINA y se lo toma DOÑA MELCHORA.) 

DOÑA MELCHORA
Sí; venga el brazo.
DON ANTONIO
(¡Ah! ¡Qué horror!)
DON LIBORIO
Sabina...

  (Da el brazo a SABINA.) 

DON ANTONIO
(¡Qué mala obra
me hace!)
DON SIMÓN

  (A su mujer.) 

El brazo que te sobra...
con permiso del señor.
 

(DOÑA LUCÍA toma el brazo de DON SIMÓN sin soltar el de DON FRUTOS. Las parejas van desapareciendo por el arbolado de la izquierda.)

 
DON FRUTOS
Se pasa usted de cortés... 745
DON SIMÓN

  (Con risa forzada.) 

Es muy justo... (Estoy furioso.)
Vamos, niña. ¡Qué donoso
grupo formamos los tres!
DON LIBORIO

  (Que se ha quedado el último con SABINA.) 

Si usted se quiere amparar
de este otro brazo...
DOÑA CELEDONIA
Me quedo
750
para recibir... No puedo...
SABINA
Vuelvo. Tenemos que hablar.


Escena XII

 

DOÑA CELEDONIA.

 
¿Qué novedad importante
tendremos? Largo coloquio
tuvo aquí con el tutor. 755
¿La habrá propuesto otro novio?
Mejor. Con dos pretendientes
es más seguro el consorcio.
Si se casa, tanto da
con uno como con otro, 760
y si puedo en paz y en gracia
quitar de en medio el estorbo,
me alegraré.


Escena XIII

 

DOÑA CELEDONIA. DON TOMÁS. DOÑA RUPERTA.

 
DOÑA RUPERTA

  (Llega apoyada en el brazo de DON TOMÁS y disputando a media voz con él.) 

No lo niegues.
Yo lo he visto por mis ojos.
DON TOMÁS
Bien, mujer, y porque mire 765
a un balcón...
DOÑA RUPERTA
No es a uno solo,
que si hay niñas asomadas,
¡pérfido!, miras a todos.
DON TOMÁS
Curiosidad... Distracción...
RUPERTA
¡No, traidor! Yo te conozco... 770
Cualquiera te gusta más
que tu mujer.
DON TOMÁS
¡Por san Próspero
bendito!...
DOÑA RUPERTA
¡Ingrato! ¡Cruel!
DON TOMÁS
¡Oh!... Si sabes que te adoro...
DOÑA RUPERTA
Y gracias que no te dejo 775
a sol ni a sombra, alevoso;
que si no...
DON TOMÁS
Pues siendo así,
¿cuándo he de pecar ni cómo?
DOÑA CELEDONIA
(¡Qué feliz pareja!)
DOÑA RUPERTA
Mira
que nos oirán los sordos 780
si otra vez...
DOÑA CELEDONIA
¡Doña Ruperta!
DOÑA RUPERTA
¡Ah...! ¿Cómo va? ¿Y don Antonio?
DOÑA CELEDONIA
Todos buenos.
DON TOMÁS
Muy atento
servidor...
DOÑA RUPERTA
¿Somos nosotros
los primeros?
DOÑA CELEDONIA
Al contrario.
785
DOÑA RUPERTA
¡Ah!... ¿Dónde andan?
DOÑA CELEDONIA
Ahora poco
desfilaban de paseo
por el jardín...


Escena XIV

 

DOÑA CELEDONIA. DOÑA RUPERTA. DON TOMÁS. DON SIMÓN.

 
DON SIMÓN
Mil demonios
y otros mil carguen conmigo,
y con ella, y con el socio... 790
DOÑA RUPERTA
¿Qué es eso?
DON TOMÁS
¿Adónde va usted,
don Simón?...
DON SIMÓN
¡Ah, qué dichoso
es usted, y lo que va,
don Tomás, de matrimonio
a matrimonio!
DON TOMÁS
En efecto,
795
—195→
don Simón, vivo en el colmo
de la dicha.

  (A su mujer.) 

¿No es verdad?
(El mejor día me ahorco.)
DOÑA CELEDONIA
Bien, pero ¿adónde va usted
tan azorado?...
DON SIMÓN
A un negocio
800
de mi mujer. Ha olvidado
la sombrilla.
DOÑA RUPERTA
¡Y tanto enojo
por eso!...
DON SIMÓN
Es que mientras yo
voy por ella, el otro mono...
Ya se ve, parece mal 805
que un hombre sea celoso...
Y como él no falta nunca
a las leyes del decoro...
¡Por vida!... Y la ilustración,
y las leyes del buen tono, 810
¡pues! y la etiqueta... mandan
que un marido sea tonto...
¿Está usted? Rabio de celos
aparte, y callo y otorgo.

  (A DON TOMÁS.) 

Todo ello es galantería, 815
pasatiempo, amor platónico,
si se quiere, pero es cosa
de tirarse un hombre al pozo...
¡Pecador!... El tiempo vuela
y yo me estoy hecho un bobo... 820
¡Abur, abur! Cuide usted
de mi hacienda. Vuelvo Pronto.


Escena XV

 

DOÑA CELEDONIA. DON TOMÁS. DOÑA RUPERTA.

 
DOÑA CELEDONIA
¡Allá va echando centellas!
El pobre se vuelve loco.
DOÑA RUPERTA
Aprende, Tomás, y alaba 825
a Dios todopoderoso
que te ha dado una mujer
como yo.
DON TOMÁS
Sí, sí, pimpollo.
Contigo no echo de menos...
(¡las penas del purgatorio!)830

  (Se internan en el jardín.) 



Escena XVI

 

DOÑA CELEDONIA.

 
Peor es esa que aquella,
y ese más necio que el otro.


Escena XVII

 

DOÑA CELEDONIA. SABINA.

 
SABINA
Tía...
DOÑA CELEDONIA
Vamos, ¿qué ha ocurrido?
SABINA
Lo que yo ni por asomo
me figuraba...


Escena XVIII

 

DOÑA CELEDONIA. SABINA. DON AGUSTÍN.

 
DON AGUSTÍN
Sabina...
835
DOÑA CELEDONIA
Habla. Dime...
DON AGUSTÍN
¿Estamos solos?
SABINA
Ahora sí. Rival tenemos,
¡y rival temible!
DON AGUSTÍN
¿Qué oigo!
SABINA
Ya se descubrió el enigma.
Cayó en mis lazos el tordo. 840
Con efecto, el buen señor
me destinaba otro novio...
¿A ver si aciertas?...
DOÑA CELEDONIA
Acaba.
SABINA
El mismito don Antonio
en cuerpo y alma.
DON AGUSTÍN
¿Es posible?
845
DOÑA CELEDONIA
¡Oh iniquidad! ¡Oh fenómeno
de horror! Casarse... ¡y contigo!
(¡Se fue mi esperanza a fondo!)
La codicia de tu dote...
SABINA
¡Tutor al fin, que es sinónimo 850
de tirano!
DON AGUSTÍN
¿Y qué dijiste?...
SABINA
Nada. Fue tanto mi asombro...
Vino gente... Convenía
disimular...
DOÑA CELEDONIA
Por el sórdido
interés... ¡Y yo me andaba 855
por las ramas...!
DON AGUSTÍN
Ya es forzoso,
ya es urgente recurrir
a los remedios heroicos.
DOÑA CELEDONIA
¡Sí! ¡Venganza!... No. Esperemos...
Van a venir, y de pronto 860
es imposible... Dejadme
obrar a mí. Yo lo tomo
por mi cuenta, y puede ser...
Le haré un interrogatorio;
le interpelaré... Ya vienen. 865

  (A DON AGUSTÍN.) 

Huye tú.

 (A SABINA.) 

Sígueme. (¡Monstruo!)
 

(Vase DON AGUSTÍN. DOÑA CELEDONIA y SABINA salen al encuentro de los que vienen paseando.)

 

  —196→  

Escena XIX

 

DOÑA CELEDONIA. SABINA. DON ANTONIO. DOÑA MELCHORA. DON FRUTOS. DOÑA LUCÍA. DON TOMÁS. DOÑA RUPERTA. DON ENRIQUE. JESUSA. DON JOAQUÍN. MERCEDES. DON LIBORIO.

 
 

(DON LIBORIO viene tocando la guitarra.)

 
DON ANTONIO
¡Aún no vuelve don Simón!
DON LIBORIO
¿Canto el aria del Fac totum
mientras viene?
DOÑA MELCHORA
¡Qué pesado
es el hombre! Por mi voto 870
nos iríamos sin él.
DON ANTONIO
No sería justo...
DON FRUTOS
(Apoyo.)
 

(Llega acelerado DON SIMÓN con una sombrilla.)

 


Escena XX

 

DOÑA CELEDONIA. SABINA. DON ANTONIO. DOÑA MELCHORA. DON FRUTOS. DOÑA LUCÍA. DON TOMÁS. DOÑA RUPERTA. DON ENRIQUE. JESUSA. DON JOAQUÍN. MERCEDES. DON LIBORIO. DON SIMÓN.

 
DOÑA CELEDONIA
Ya está aquí.
DOÑA MELCHORA
¡Gracias a Dios!
DON LIBORIO
No he visto un hombre más plomo.
DON SIMÓN
¡Voto a sanes !... Conque vengo 875
echando los hipocondrios...
Toma tu sombrilla.
DOÑA LUCÍA

  (Tomándola.) 

Gracias.
DON SIMÓN
Y otra vez, por san Ambrosio,
ten memoria.
DON ANTONIO
Ea, partamos,
que ya es tarde.

  (Se agolpan todos a la verja.)  

DON LIBORIO

  (Poniéndose delante.) 

Poco a poco.
880
A mí me toca ordenar
la marcha. Catorce somos.
Don Enrique y don Joaquín
traen sus caballos, supongo.

  (Mirando afuera.) 

Sí, allí los veo. A montar. 885
DON ENRIQUE

  (A JESUSA en voz baja.) 

¡Adiós!
DON JOAQUÍN

  (A MERCEDES, lo mismo.) 

¡Adiós, dueño hermoso!
 

(Vanse DON JOAQUÍN y DON ENRIQUE.)

 
DON LIBORIO
Rebajados los jinetes,
quedamos doce. Yo monto
en la borrica, que soy
despensero y mayordomo. 890
Nos restan once volúmenes...
Seis a un coche y cinco a otro.
Llenemos primero aquel.

 (El que se supone estar delante del que se ve.) 

Doña Melchora y su dogo.
DOÑA MELCHORA
Voy, voy.

 (Vase por fuera de la verja, a la izquierda, y un momento después dice dentro.) 

Con tiento, zagal,
895
que tengo reuma en este hombro.
DON LIBORIO
Ahora Jesusa y Mercedes.
JESUSA
Obedezco.
MERCEDES
Me conformo.

  (Siguen a DOÑA MELCHORA.) 

DON LIBORIO
Doña Lucía.

  (Parte DOÑA LUCÍA en la misma dirección.) 

Allá vamos...
DON LIBORIO
¡Quieto! Primero coloco 900
a las señoras.
DON SIMÓN
Pero, hombre,
no sea usted tan despótico...
DON LIBORIO
Sabinita...
SABINA
Hasta después.
(Allí está el bien de mis ojos.)

  (Vase siguiendo a las otras señoras.) 

DON LIBORIO
Queda un asiento.
DON SIMÓN
Yo...
DON ANTONIO
Yo...
905
DON LIBORIO
No. Doña Ruperta...
DON TOMÁS
(¡Oh gozo!)
DOÑA RUPERTA
No, que yo no me separo
de mi idolatrado esposo.
DON LIBORIO
Muy bien. Pues será preciso...

  (A DOÑA CELEDONIA.) 

Porque usted es mucho tomo. 910
Uno de ustedes. Cualquiera...
DON FRUTOS
¿Sí? Pues adentro me soplo.

  (Vase corriendo en la dirección indicada.) 

DON ANTONIO
(¡Ese títere...!)
DON SIMÓN
Reclamo...
DON LIBORIO
¡Eh! ¿qué más da?... ¡Arrea, mozo!
DON SIMÓN
¿Quién le dio a usted facultades 915
para improvisar divorcios?
DON LIBORIO

  (A DON SIMÓN.) 

Mejor está allí don Frutos
por si ocurre algún soponcio...
  —197→  
SIMÓN
¡Reniego del...!
VOZ DENTRO
¡Valerosa!

 (Ruido dentro, de campanillas, látigo y ruedas.) 

DON SIMÓN
¡Eh! Ya va echando demonios 920
el coche.
DON LIBORIO
A ese ustedes cinco.
Yo voy a oprimir el lomo
de mi asnal cabalgadura.
¡Ea, al avío!

  (Vase.) 

DON SIMÓN
¡Mal tósigo!...
DOÑA CELEDONIA
(Disimulemos ahora, 925
pero si luego le cojo
a solas...)
DON ANTONIO
(Sí, sus miradas
de gratitud, su alborozo...
Ya no hay duda. Voy a ser
el hombre más venturoso...) 930
DON SIMÓN
Ea, ¿qué hacemos aquí?

  (Se acerca al estribo.) 

Yo supliré a don Liborio,
ya que nos deja plantados
después de embrollarlo todo.
Venga usted, doña Ruperta. 935
DOÑA RUPERTA
Gracias. Yo sólo me apoyo
en el brazo de mi dueño.
DON TOMÁS

  (Ayudándola a subir.) 

Sí, hija mía.
DOÑA RUPERTA
Y ahora ¡pronto!
sube tú detrás de mí.
DON TOMÁS

  (Entrando en el coche ayudado de DON SIMÓN.) 

(Esta mujer me echa al hoyo.)940
DON SIMÓN
¡Oh virtud matrimonial
desconocida en el globo!
Vamos, doña Celedonia.
DOÑA CELEDONIA

  (Subiendo al coche.) 

Gracias.
DON SIMÓN

  (Dándole el brazo.) 

Vamos, don Antonio.
DON ANTONIO
Primero usted...
DON SIMÓN
No. Yo el último.
945

  (Entra DON ANTONIO en el coche.) 

Ahora, dame tú socorro.

  (El zagal le ayuda a subir.) 

¡Ay desdichado el prójimo
que en el signo nació de Capricornio!
 

(Entra en el coche, el zagal cierra la portezuela, da un latigazo a las mulas, rueda el coche, y cae el telón.)

 



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