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ArribaAbajoActo III


Escena I

 

ABSALÓN, ACHITOFEL, coro de doncellas y guerreros, que no han dejado la escena desde el acto segundo. Noche.

 
ABSALÓN
He aquí a Absalón, guerreros; retiraos.
 

(Se retiran los guerreros.)

 
ACHITOFEL
Vedlos obedecer a vuestro nombre.
ABSALÓN
Achitofel, exijo mayor prueba,
de su obediencia en esta misma noche.
Primero que en presencia de mi padre 5
ante su trono mi altivez se postre,
es fuerza recorrer el campamento;
y si nuestros amigos los rumores
confirman, de que Amnón va a proclamarse
sucesor de este Imperio, en el desorden 10
de la feroz discordia hundir el pueblo.
Mi valor, mi ardimiento no conoce
más soberano que David; si él muere,
siendo yo de sus hijos el más noble,
siendo de una princesa al fin nacido, 15
por la real sangre que en mis venas corre,
juro no consentir que Amnón, ni alguno
de mis necios hermanos se corone:
y si antes de expirar David pretende
con su poder burlar mis intenciones, 20
yo lo sabré estorbar, aniquilando
al miserable que a mi gloria opone.
ACHITOFEL

 (Reparando en las doncellas.) 

Bajad la voz; hay gente junto al muro.
ABSALÓN
Quienes son al momento reconoce.
 

(ACHITOFEL habla bajo con las doncellas, mientras ABSALÓN continua.)

 
Sintiera que mi padre mi regreso 25
supiese antes del día: fuera entonces
difícil consultar con mis parciales
para lanzar o suspender el golpe.
ACHITOFEL

 (A ABSALÓN.)  

Estas son las doncellas, compañeras
de Thamar vuestra hermana; y sus clamores 30
por la salud de Amnón al cielo invocan.
ABSALÓN
¿Quién deber tan piadoso las impone?
ACHITOFEL
Thamar.
ABSALÓN

 (A las doncellas.) 

Idos, mujeres; y decidla,
que su hermano Absalón de vuestras voces
Interrumpió el lamento; y que a buscarla 35
irá al palacio al fenecer la noche.
 

(Las doncellas se entran por la puerta del muro.)

 
¡También mi hermana el mal de Amnón pretende
aliviar! ¿A qué esperan mis rencores?
Achitofel, en tanto que mi brío
nuestros amigos a la lid dispone, 40
observa cuidadoso en este sitio
el pabellón del Rey; tu astucia estorbe
que del campo ninguno hasta la aurora
de mi venida a mi pesar lo informe.
ACHITOFEL
Esperad; y atended a la prudencia 45
de un amigo leal, que en los rigores
y en la prosperidad de vuestra suerte
os dirigió según las ocasiones.
Vos siempre franco, siempre impetuoso,
de la sagacidad perdéis el norte; 50
y yo siempre político y astuto
vuestro ardimiento guío, porque logre
la grandeza a que aspira.
ABSALÓN
Y bien: ya es tiempo
de que el valor al mérito corone.
ACHITOFEL
Aún no ha llegado el día en que la fuerza 55
necesitéis armar, para que abone
vuestro derecho al solio; Amnón doliente
en vano la diadema se propone
gozar: vos debéis verlo; y si sus males
le permiten reinar, astuto entonces 60
dividid de las tribus los caudillos;
y no apeléis tan pronto a los furores
de la civil discordia, desmintiendo
la bondad que Israel en vos supone.
ABSALÓN
¡Yo ver a Amnón! Achitofel, ¿qué dices? 65
Pues ¿qué el abatimiento no conoces
que me causa su vista? En su presencia
de mi altivo carácter las pasiones
a mi pesar se humillan; y hasta el odio
que me inspira, cobarde de él se esconde. 70
Amnón, antes que yo, nació en mi daño,
y esta casualidad, feliz al hombre
destinado a reinar, secretamente
el respeto me infunde, con que el orbe
adoración tributa a los monarcas; 75
y su virtud aumenta mis temores.
ACHITOFEL
Mirad que esa ilusión, de vos indigna,
hará que vuestra dicha se malogre;
y en fin, hasta indagar si Amnón se presta
de la proclamación a los honores,80
nada debemos emprender. Dejadme
ir cauteloso hacia estos pabellones
a hablar con los guerreros: es preciso
que de todo me instruyan sus razones,
conociendo quien soy: vos esperadme85
en este sitio en tanto; y si os conocen,
decid que al Rey venís a presentaros.
ABSALÓN
Achitofel, haré lo que dispones.
Mas si acaso Joab...


Escena II

 

DICHOS, AMNÓN y JONADAB por la puerta del muro.

 
AMNÓN
Vil consejero,
déjame; de ti huyo.
JONADAB
Amnón, ¿adónde
90
te arrastra tu furor?
AMNÓN
Busco la muerte.
ACHITOFEL

  (A ABSALÓN.)  

Tened... muerte... Amnón... dicen estas voces;
acercaos conmigo.
ABSALÓN

 (Reconociendo a AMNÓN.) 

Este es mi hermano;
Vamos.
AMNÓN

 (A ABSALÓN y ACHITOFEL.)  

Oíd; si en vuestros corazones
se alberga la clemencia, haced, guerreros, 95
que ese  (Por JONADAB.)  no me persiga. Él es un hombre
de iniquidad, nacido para hacerme
odioso y delincuente. Tú  (A ABSALÓN.)  eres joven;
mira, aleja de ti los consejeros
malvados; los amigos que este nombre 100
profanen induciéndote a los vicios.
JONADAB
¡Oh infeliz!
ABSALÓN
No comprendo tus razones.
ACHITOFEL
Yo sí: Amnón en mi daño astutamente
de Absalón el espíritu indispone.
AMNÓN
Absalón... ¡ah!.., sí..., él es: yo me estremezco. 105
ABSALÓN
Disimular  (Aparte.)  importa. ¿Desconoces  (A AMNÓN.) 
a tu querido hermano, al compañero
de tu dichosa infancia? ¿Qué ilusiones
ofuscan tu razón?
AMNÓN
Haz que se alejen
esos dos de nosotros; si nos oyen 110
somos perdidos: sus falaces labios
la envidia, el odio y la maldad proponen.
ABSALÓN
¿Qué debo hacer, Achitofel?
ACHITOFEL
Oírlo.
Venid conmigo, Jonadab; no estorbo
nuestro celo a los príncipes; y en tanto 115
de este misterio vuestra voz me informe.
JONADAB

 (Aparte.) 

No lo conseguirás.
 

(Se van ACHITOFEL y JONADAB.)

 


Escena III

 

AMNÓN, ABSALÓN.

 
ABSALÓN
Ya estamos solos.
¿Qué es lo que te atormenta? Amnón, responde:
¿Qué pretendes de mí?
AMNÓN
Que en mis angustias
tu fraternal amor no me abandone. 120
ABSALÓN
¿Las puedo yo aliviar?
AMNÓN
No: pero puedes
escarmentar mirando mis dolores.
ABSALÓN
¡Escarmentar! ¿De qué?
AMNÓN
De la hermosura;
del imperio fatal de las pasiones;
de la infame ocasión que me ha perdido; 125
de la amistad, del mundo, de los hombres.
ABSALÓN
Habla, Amnón, sin rodeos; tu discurso
me insulta; el escarmiento corresponde
al que fue criminal para su enmienda;
no a un corazón tranquilo, a un alma noble,130
que en su misma inocencia se asegura.
AMNÓN
También tú eres culpado en los horrores
de mi destino.
ABSALÓN
¡Yo! ¡Qué es lo que dices!
AMNÓN
Sí, tú me abandonaste: no blasones
de inocente.
ABSALÓN
¿Deliras?
AMNÓN
Calla, y tiembla
135
al contemplar mi estado. El peso enorme
del delito me agobia; en el momento
en que más mis altivas presunciones
en mi virtud constante confiaron,
la ocasión presentó el deleite torpe, 140
y la culpa... ¡Qué horror!... Dudar quisiera
haberla cometido; mas del goce
nació el odio; nació el remordimiento
en este corazón, y sus furores
me han hecho ingrato y bárbaro; he perdido 145
la virtud que adoraba; de los hombres
seré la execración, seré el oprobio.
Resuenan las infaustas predicciones
de Natham en mi oído: en todas partes
escucho en el silencio de esta noche 150
la maldición de Dios, que me confunde,
y en el abismo mi existencia esconde.
ABSALÓN
Tú me hablas de un delito; pero ocultas
cuál ha sido el origen: tus terrores
indican que el amor...
AMNÓN
No. Fue un malvado:
155
yo triunfé del amor; lejos entonces
del objeto que amaba, era inocente.
Mas ¡ay!, mi corazón, sin ser de bronce,
¿cómo resistiría los encantos
de su ternura?... ¿Acaso sus favores 160
arrebaté?... Y su llanto..., ella lloraba.
ABSALÓN
¿Quién?
AMNÓN
Absalón, conviene que lo ignores.
Respeta mi dolor y mi silencio;
y mi resolución atento oye.
ABSALÓN

 (Aparte, observando la escena.) 

¡Qué respetaré en ti si eres culpado! 165
La soledad me anima.
AMNÓN
Ya veloces
volaron mis venturas, como al soplo
del aquilón se ahuyentan los vapores.
Si prolonga el Eterno mi castigo,
si su poder decreta que se agobie 170
del peso de los años mi existencia,
resuelvo sepultarla en las regiones
desiertas de la Arabia hasta que expire.
Mi vida ya, Absalón, no se interpone
entre la regia pompa y tu deseo. 175
ABSALÓN
Yo no aspiro...
AMNÓN
Absalón, no te sonrojes
de confesarlo: tu ambición es cierta;
pero puedes reinar sin que se note
la traición en tus obras.
ABSALÓN

 (Aparte conmovido.) 

¿A qué espero?
Sus palabras excitan mis rencores. 180
AMNÓN
¿Por qué tiemblas? ¿Meditas algún crimen?
Suspéndelo, infeliz. Si las atroces
angustias que me cuesta conocieras,
refrenaras prudente tus pasiones.
No quieras, como yo, ser instrumento185
de la eterna justicia; no redoblen
el llanto de tu padre tus delitos:
basta que yo con mi maldad destroce
su corazón piadoso. ¡Ah! Cuando el alba
estos lugares con su luz colore, 190
David me habrá perdido para siempre,
para siempre... Absalón, debes entonces
consolar a tu padre; en su presencia
disculpa mi delito; haz que no llore,
mi fuga ni mi muerte. En este día 195
impusieron silencio mis razones,
a la feroz envidia en favor tuyo:
sé, cual yo, generoso; las acciones
que anunciaron virtudes en mi pecho,
imita compasivo; haz que se borre 200
mi nombre de Israel: si te he ofendido,
fuerza será, Absalón, que me perdones;
me ves arrepentido, atormentado
por el remordimiento, y que se rompe
mi pecho de dolor... En paz te queda; 205
vive y reina feliz; las ocasiones
huye de amar... Amor, yo te abomino:
de tu infame placer detesto el goce;
el momento maldigo, del deleite;
y huyendo de mí mismo y de los hombres, 210
errante, despechado, enfurecido,
el objeto de escándalo y horrores
seré del universo, hasta que un rayo
hunda en la nada mi execrable nombre.
 

(Se va por el foro.)

 
ABSALÓN
¡Oh palabras! ¡Qué espanto se apodera 215
de mi valor! Su acento, sus feroces
miradas desarmaron mis impulsos.
¡Oh qué cobarde estuve en dar el golpe!
¿Será cierto que deja libre el trono
a mi heroica ambición? Cielos, ¿y adónde 220
irá? ¿Cuál es su crimen? ¿Quién lo causa?
¿Quién será el que acusó mis intenciones
en presencia de Amnón ante mi padre?
Achitofel de tantas confusiones
quizá podrá sacarme... pero él llega. 225


Escena IV

 

ACHITOFEL, ABSALÓN.

 
ACHITOFEL
Señor, pues escuchasteis los furores
de Amnón, vos me diréis de qué proceden.
ABSALÓN
Lo que yo sé son vagas presunciones,
que me confunden: Jonadab, ¿acaso
a ti te descubrió...
ACHITOFEL
Nada que logre
230
aclarar nuestras dudas; pero todo
confirma mis primeras reflexiones
de no alterar la paz. Amnón va huyendo;
Jonadab a mi lado estaba inmoble,
y al verlo me dejó para seguirlo. 235
Luego que el sol alumbre el horizonte
sabremos sus intentos; yo os afirmo
que ellos son delincuentes.
ABSALÓN
Vamos donde
nuestros amigos impacientes velan.


Escena V

 

DICHOS, THAMAR con el cabello suelto cubierto de ceniza, el velo roto, y coro de doncellas por la puerta del muro.

 
THAMAR
¿Por qué vuestra cruel piedad socorre240
a la infeliz Thamar?
ABSALÓN
Cielos, ¡qué escucho!

 (A ACHITOFEL.)  

Esta voz lamentable ¿no conoces
que es de mi hermana? Ven: ¡oh Dios! ¡Qué veo!
 

(Acercándose, y reconociéndola.)

 
Thamar.
THAMAR
Caro Absalón, deja que apoye
en tus brazos el peso de mi afrenta. 245
ABSALÓN
¿Qué profieres? ¿Qué anuncia ese desorden
de tus adornos? ¡Cielos! ¡Tu cabello
con la señal del luto!
THAMAR
No te asombre
mi doliente aparato; ya he perdido
la gloria de mi vida. He aquí las flores 250
de la inocencia, a mi pesar marchitas
Sobre mi frente.
ABSALÓN
Acaba; que tus voces
prolongan mi suplicio.
THAMAR
Harto te dije.
Mi desesperación sola te informe
de lo que resta.
ABSALÓN
¿La violencia acaso...
255
THAMAR
Sí, Absalón; he sufrido sus horrores;
y después el oprobio y el desprecio.
¡Oh mísera!... Permite que te implore:
tú me debes vengar, o darme muerte.
ABSALÓN
Uno y otro será: mas mis furores 260
se reservan primero a la venganza.
Dime ¿quién es el vil que tus baldones
ha causado?
THAMAR
Por orden de mi padre
destinada a calmar las aflicciones
del cauteloso Amnón...
ABSALÓN
El labio sella.
265
¡Ah! Tarde por mi mal rasgose
el negro velo que ocultaba el crimen;
y cuando el vil me hablaba en esta noche
de mi afrenta, yo tímido, indeciso
de mi venganza malograba el golpe. 270
¡Oh rabia! Achitofel, sigue mis pasos.
Infame, en vano de Absalón te escondes;
aunque para salvarte de mis iras
se rasgaran los senos de los montes,
sabré arrancarte de su obscuro abismo, 275
y en tu sangre saciando mis rencores,
haré que tu cadáver destrozado
a los mortales palpitante asombre.
ACHITOFEL
Deteneos.
THAMAR
Venganza, sí, venganza.
Yo la invoco, Absalón; y mis clamores 280
no cesarán en tanto que respire
de implorarla: contempla nuestro noble
esplendor ultrajado; mi inocencia;
la ingratitud de un bárbaro, que rompe
el freno de las leyes; su desprecio 285
después de conseguir sus intenciones;
recuerda en fin...
ABSALÓN
Recuerdo mi vergüenza.
¡Infelice Thamar! Tú no conoces
cual es, ni hasta que extremo me arrebata
la desesperación. Cuando se ahogue 290
en la sangre de Amnón mi vilipendio,
atónito y medroso verá el orbe,
que si pudo Absalón sólo un instante
respetar las señales exteriores
de la virtud mentida y en el momento 295
que conoció encubrían sus colores
los vicios de un mortal abominable,
supo arrancarle el alma.
ACHITOFEL
¿Adónde, adónde
vuestro furor os guía?
ABSALÓN
A la venganza.
ACHITOFEL
Yo os la ofrezco completa, si más dócil 300
atendéis mi prudencia y mis consejos;
si perseguís entre estos pabellones
a vuestro hermano, en breve todo el campo
se armará en su defensa: vuestro enorme
agravio vengar puede el disimulo, 305
sin que el público escándalo os estorbe.
Retirémonos luego; en el palacio
sabréis lo que medito.
ABSALÓN
¿Qué propones?
¿Y si Amnón huye en tanto?
ACHITOFEL
Amnón no puede
de su padre ocultarse: en sus dolores 310
le sigue Jonadab, y esto es bastante
para mi astucia: ved que ya la noche
termina su carrera; los guerreros
ya por el campo desvelados corren;
y en breve en este sitio con su canto 315
saludarán la luz del horizonte.
Venid.
ABSALÓN
Achitofel, ¿podré fiarme
de tu cautela?
THAMAR
Hermano, tú conoces
su prudencia: yo espero que ella sola
la venganza asegure.
ABSALÓN
A tus razones
320
mi saña se suspende: ven.
ACHITOFEL

 (A las doncellas.) 

Vosotras
quedaos para adornar las oblaciones
que el ejército apresta al sacrificio:
el disimulo y el silencio acordes
observen vuestro rostro y vuestro labio, 325
mientras nuestros designios se disponen.
El alba ríe; los guerreros llegan;
vamos, porque la acción no se malogre.
ABSALÓN
Gran Dios, no me confunda tu justicia,
hasta que la venganza me corone. 330
 

(ABSALÓN, THAMAR y ACHITOFEL se entran por la puerta de Jerusalén. El teatro va aclarando por grados hasta quedar enteramente iluminado para empezar el acto cuarto.)

 
 

(El siguiente coro sirve de intermedio del acto tercero al cuarto.)

 
 

(El coro de guerreros entra por varias partes en la escena, y se mezcla con el de las doncellas.)

 
 

(Los dos coros cantan)

 
CORO
Cuando el sol los montes dora,
cuando el mundo se despierta,
cesa el grito del alerta,
y gorjea el ruiseñor.
Cuando el alba amante llora 335
en el seno de las flores,
manifiestan sus colores
las grandezas del Señor.
UNA DONCELLA
Astro radiante,
Padre del día,340
el alma mía
te admirara.
DOS DONCELLAS

 (A dúo.) 

Vuela brillante
con tu luz pura,
y la natura 345
se animará.
CORO
Repita el eco
dulce cantar,
que la alabanza
de Dios será. 350
UN GUERRERO
Sobre el malvado
y el inocente
el sol ardiente
alumbrará.
DOS GUERREROS

 (A dúo.) 

Dios lo ha elevado 355
sobre la esfera,
y él su carrera
dirigirá.
CORO
Cuando el sol los montes dora,
cuando el mundo se despierta, 360
cesa el grito del alerta,
dulce canta el ruiseñor.
Cuando el alba amante llora
en el seno de las flores,
manifiestan sus colores 365
las grandezas del Señor.




ArribaAbajoActo IV


Escena I

 

DAVID, JONADAB, el coro que no ha dejado la escena desde el fin del acto tercero.

 
DAVID
Suspended vuestros caducos festivos,
guerreros y doncellas; retiraos.
 

(Se va el coro.)

 
¡Oh Jonadab! Después de haber oído
tan enorme delito de tu labio,
para siempre la dicha y los placeres 5
huyeron de David: mi triste llanto
bañarán mis mejillas ultrajadas
por el dolor y el peso de los años.
Un incesto, ¡qué horror! ¡Oh qué consejo
el tuyo, Jonadab! Para estorbarlo 10
debiste cauto obrar; manifestarme
de Amnón la llama, y atajar el daño.
JONADAB
Señor, mi amistad pudo seducirme;
y en la virtud del príncipe fiado...
DAVID
No lo repitas: la justicia eterna 15
ofuscó tu razón; y pronunciaron
tus voces sus decretos inmutables,
que severos castigan mi pecado.
Justo Dios, yo me humillo en tu presencia:
si mis penas tus iras no aplacaron, 20
tu voluntad se cumpla. Pero dime:  (A JONADAB.)  
cuando Absalón hablaba con su hermano
en esta noche, ¿penetró el origen
de su oculto dolor y sobresalto?
JONADAB
No pudo ser; su larga conferencia 25
yo escuchaba medroso y retirado;
y en medio de su horror y su tormento
Amnón le ocultó siempre de su estado
la causa: la virtud resplandecía
en su arrepentimiento, y animando 30
su espíritu abatido, contra el crimen
sostuvo las pasiones de su hermano.
¡Ah!, si hubieseis oído su discurso,
vuestro pesar se hubiera mitigado;
pero podéis calmar vuestros temores,35
pues Absalón no sabe el triste arcano.
DAVID
Ignórelo por siempre, fiel amigo.
Mas ¿adónde está Amnón?
JONADAB
Desesperado
el infeliz huyó de estos lugares
en su mismo delito tropezando. 40
Para que mi amistad no lo alcanzara,
hizo por largo tiempo esfuerzos vanos;
y al salir del recinto de las tiendas,
que la extensión circuyen de este campo,
junto al Cedrón cayó desfallecido; 45
yo a socorrerlo vuelo; llega en tanto
Joab, que cuidadoso vigilaba
en torno del ejército, y notando
el estado del Príncipe y mi angustia,
hizo lo condujesen sus soldados 50
a su vecino pabellón; entonces
me resolví el suceso a declararos;
y volé a vuestra tienda, porque pueda
vuestro amor de la muerte libertarlo.
DAVID
¡Mísero padre! Para no afligirlo, 55
disimular con él es necesario.
Jonadab, vuelve, y cuida de su vida;
no sepa Amnón jamás que ha penetrado
su delito David. Si tu presencia,
le es odiosa, Joab puede obligarlo 60
a que a mi vista venga, y que su fuga
desvanezca o suspenda. Mi mandato
obedece; y no tardes, caro, amigo,
en volver a instruirme de su estado.
JONADAB
Vuestra bondad conmigo me confunde, 65
Y empeña más mi fe para agradaros.
 

(Se va.)

 
DAVID
Hijo infeliz, la culpa de tu padre
es la que en el horror te ha sepultado
de la maldad. ¡Oh!, pueda del Eterno
aplacar la justicia con mi llanto. 70
Mas mi hijo Absalón ¿por qué se oculta,
mi paternal cariño desdeñando?
¿Prolongarán crueles mi castigo
un hijo delincuente y otro ingrato?
¡Oh cielos, nunca sea!


Escena II

 

DAVID, ABSALÓN y ACHITOFEL por la puerta del muro.

 
ACHITOFEL

  (Aparte a ABSALÓN.)  

He aquí el momento:
75
encubra el disimulo vuestro agravio;
allí está el Rey.
ABSALÓN

 (Aparte.) 

Empiece mi cautela.
 

(Arrodillándose a su padre.)

 
¡Oh padre! A vuestras plantas humillado
llega a postrarse mi filial respeto.
DAVID

 (Levantándolo y abrazándolo.) 

Hijo mío Absalón, llega a mis brazos. 80
¡Oh qué inquietud tu ausencia me causaba!
Sabe que la lealtad de mis vasallos
acusó tu omisión, y en mi presencia
algunos tu tardanza motejaron.
ABSALÓN
Ninguno ignorar puede los motivos 85
que en el sencillo albergue de mis campos
mi retiro causaba; y yo sospecho
que algún falaz traidor quiso informaros
de mí siniestramente por su envidia.
Sabéis que en este tiempo, los ganados 90
nos ofrecen sus cándidos vellones,
y que todo Israel alborozado
funda en este despojo su riqueza,
el festivo esquileo celebrando.
A este fin en mi albergue detenido, 95
falté de vuestro triunfo a los aplausos;
porque ignoraba el venturoso día,
en que de la victoria coronado
Jerusalén alegre os esperaba.
Mas apenas los ecos resonaron 100
de su alborozo en mi feliz albergue,
cuando de mi cariño arrebatado,
volé hasta vuestras plantas, donde logro
mi júbilo y respeto demostraros.
DAVID
Tus voces desvanecen mi sospecha. 105
¡Ah! ¿Por qué este placer me has retardado?
Sé que llegaste en la pasada noche,
y sin duda buscando en el palacio
los brazos de tu madre, las caricias
de tu hermana Thamar, te has olvidado 110
de tu padre. ¿No es cierto que la has visto?
ABSALÓN

 (Confuso.) 

¿A Thamar... yo...
ACHITOFEL
Señor, vuestro descanso
Absalón respetó; y en el retiro
de su hermana tampoco ha penetrado
por el mismo motivo; hasta esta hora 115
sólo consiguió ver a sus hermanos
Salomón y Adonias; y con ellos
para mostrar su gozo ha concertado
un festejo, a que espera que vos mismo
asistáis en persona para honrarlo. 120

  (A ABSALÓN.) 

Hablad: ¿a qué aguardáis?
ABSALÓN
Hoy se termina
la fiesta de la esquila en mis rebaños;
mis pastores alegres la celebran;
y hallándose tan cerca de este campo
mi pacífica granja, y vuestro triunfo 125
suspenso, hasta que aumente el aparato
de la feliz victoria el sacrificio,
una gracia, señor, de vos guardo.
DAVID
Di ¿cuál es?
ABSALÓN
Que conmigo en mi morada
al rústico banquete preparado 130
asistáis con los príncipes.
DAVID
No, hijo;
antes que a Dios mi gratitud mostrando
ofrezca de las víctimas sagradas
el debido pacífico holocausto,
no es justo que me preste a los festejos. 135
ACHITOFEL
Pudiera vuestro hijo dilatarlos
hasta cumplir la augusta ceremonia.
DAVID
Es imposible; entonces los soldados
que me custodian, y el tropel confuso
del pueblo de Israel alborozado 140
de mi victoria, ansioso me siguiera;
y el sencillo festejo fuera acaso
por un desorden grave interrumpido.
Absalón, goza en paz y sin cuidado
de tus placeres, y a la nueva aurora 145
vuelve a mi vista: espero que a mi lado
asistas en el día de mi gloria.
ABSALÓN
No debiera, señor, importunaros,
cuando vos os negáis a mi deseo:
pero mi corazón está anhelando150
lograr de vuestro amor alguna prueba,
que avergüence y confunda a mis contrarios.
Obtenga yo, a despecho de su envidia,
de vos la confianza que reclamo;
a vista de las tribus de Judea 155
al menos permitid que mis hermanos
asistan al banquete prevenido,
ya que vos os negáis a presenciarlo.
DAVID
¿Sabes su voluntad?
ABSALÓN
Sé que Adonias
y Salomón irán regocijados; 160
mas vuestro primogénito Amnón debe,
vuestra persona Real representando,
presidir el banquete.
DAVID
Pues ¿que ignoras...


Escena III

 

DICHOS, JONADAB.

 
JONADAB

  (A DAVID.) 

Amnón de su pesar más recobrado
se deja conducir hacia este sitio 165
por Joab.
DAVID

 (A ABSALÓN y ACHITOFEL.)  

Al momento retiraos,
y esperad en mi tienda.
ABSALÓN
Ya obedezco;
pero tened presente, padre amado,
mi súplica; y que espero conseguirla.
ACHITOFEL
El Rey la otorgará: Príncipe, vamos. 170
 

(Se entran los dos en el pabellón de DAVID.)

 


Escena IV

 

DAVID, JONADAB.

 
DAVID
Di ¿cómo se halla Amnón?
JONADAB
Vuestra clemencia
conseguirá aliviar su atormentado
pecho. De un furor nuevo combatido,
detesta los objetos que causaron
sus placeres; mi vista le es odiosa; 175
de sus remordimientos acosado,
se agita, y desconoce a sus amigos,
en su profunda angustia delirando.
Señor, yo me retiro  (Mirando adentro.) : él ya se acerca;
vuestro amor paternal podrá calmarlo. 180
 

(Se va por la puerta de Jerusalén.)

 
DAVID
Tened piedad, gran Dios, de un triste padre,
y perdonad a un hijo desgraciado.


Escena V

 

DAVID, ABSALÓN, JOAB, guerreros.

 
JOAB

 (A ABSALÓN.)  

Venid; nada temáis.
AMNÓN
¿Dónde me llevas?
JOAB
Donde el cielo dispone consolaros.
AMNÓN
El cielo se complace en mi castigo: 185
el sol me oprime... Sus brillantes rayos
descubren mi maldad a los mortales;
mi horroroso delito... pronto... huyamos.
 

(Quiere irse, los guerreros lo detienen.)

 
DAVID
Detente, Amnón; aguarda, hijo querido.
AMNÓN

 (Turbado.) 

¡Justo Dios!... Este acento ha penetrado190
mi corazón...¡Oh vista!...

  (Viendo a DAVID.) 

¡Oh cruel memoria!
Heme aquí a vuestros pies... yo...
 

(Se arrodilla, y extiende los brazos hacia DAVID.)

 
DAVID

  (A JOAB y a los suyos. ) 

Retiraos.
 

(Se van JOAB y los guerreros.)

 
Alza, hijo mío; espero que tus males
en breve cesarán: para aliviarlos
la ternura de un padre,...
AMNÓN
No soy digno,
195
sino de vuestra cólera.
DAVID
Inhumano,
respeta mi dolor y mi clemencia.
AMNÓN
No, no la uséis conmigo; será en vano:
quiero morir.
DAVID
¡Qué dices, miserable!
AMNÓN
Sí; quiero perecer: me será grato 200
el último momento de mi vida:
la tumba me previene mi descanso...
Pero ¡qué estoy diciendo! ¡Qué! ¿Yo espero
reposo en el sepulcro?... ¡Desgraciado!
La eternidad, la eternidad te guarda 205
los tormentos sin fin de los malvados...
¡Oh qué espantosa idea!... Hombre nacido
para la iniquidad, mira temblando
en la inmortal morada que te espera
tu terrible suplicio... mira, en tanto 210
que el tenebroso abismo te sepulta,
el mundo por tu crimen infamado
mantener tu existencia a su despecho...
Los hombres de tu vista horrorizados,
de ti apartan sus ojos. Escuchadme. 215
Yo soy el criminal que ha profanado
las leyes del Señor, sí; yo el impío,
a quien no ha contenido el nudo santo
de la naturaleza: abominadme:
mi desesperación de vuestro labio 220
la maldición invoca; ella comience
a castigar mi bárbaro atentado.
DAVID
Hijo cruel, ¿así de mi cariño
la piedad recompensas? Hijo ingrato,
¿así mi amante corazón destrozas? 225
Compadéceme, Amnón; mira a tu anciano
padre gemir; modera ese delirio:
¡yo maldecirte!, ¡ah!, nunca pronunciaron
mis labios sino eternas bendiciones
sobre mis hijos, sobre mis vasallos. 230
¿Quieres apresurar mi última hora,
mi paternal cariño abandonando?
¿Intentas que tu fuga me arrebate
el consuelo, el apoyo de mis años?
Tú, la esperanza de Israel...
AMNÓN
Su afrenta.
235
Las dichas, que en un tiempo alucinaron
mi altivo corazón, se han convertido
en atroces tormentos: vuestro labio
no me recuerde, no, las esperanzas
con que orgulloso, en mi virtud fiado, 240
pensé vivir, pensé reinar felice.
Una beldad cruel con sus halagos,
un amigo traidor con sus consejos,
de mi valor y mi deber triunfaron.
¡Ah!, yo los abomino... los infames 245
vos los conoceréis: sabréis acaso
por ellos mi delito.
DAVID
Hijo, yo veo
que de ese desvarío atormentado
te alucinas...
AMNÓN
No, no: soy delincuente;
lo soy a mi despecho; y confesarlo 250
debo para aumentar mis agonías.
Sabed que del amor arrebatado...
DAVID
No más: si esa pasión es el origen
de tu desgracia, invoca al soberano
Dios de Judá en tu auxilio. Yo, hijo mío, 255
también su ley sagrada quebrantando,
pequé contra el Señor: una hermosura
me arrastró al homicidio; pero el llanto
de mi arrepentimiento y penitencia
por su misericordia habrá borrado 260
mi crimen. ¡Oh hijo mío! No, no hagas
que mi castigo venga por tu mano:
no en desesperación te precipites;
clama a Dios.
AMNÓN
Imposible.
DAVID
Desdichado,
¡qué profieres!
AMNÓN
Sabed que por dos veces
265
quise orar; pero el ruego entre mis labios
expiró... Lo que fue, me desespera,
lo presente me agobia; y con espanto
lo futuro contemplo: en todos tiempos
la execración de mi existencia alcanzo. 270
¡Oh!...¡Sí!... Me alumbra mi razón ahora,
porque vea el abismo en que me hallo,
porque en cuantos objetos me rodean
encuentre mi castigo... Vos acaso
seréis su ejecutor... Dios..., la esperanza 275
de su bondad conmigo... ¿Cómo un tardo
frío arrepentimiento, la inocencia
me volverá?... No puede... ¿A qué implorarlo?
Mi culpa es horrorosa, irremisible;
no pretendo perdón; piedad no aguardo. 280
DAVID
Detén la lengua, impío: ¿tú rehúsas
pedir a Dios clemencia? ¡Qué insensato!
¿Piensas que puede haber culpa que exceda
a su misericordia? Eterno y santo
Dios de Israel, yo tu piedad invoco: 285
no lances, no, de tu justicia el rayo
sobre este miserable que te ultraja;
es mi hijo; su padre desgraciado
clama por su perdón; el infelice
es mi hijo.
AMNÓN

 (Conmovido.) 

¿Lloráis?
DAVID

  (Tomando la mano a AMNÓN.) 

Ven a mis brazos,
290
ven a llorar conmigo.
AMNÓN
¡Yo!
DAVID
Tú puedes
penitente expiar tus atentados.
AMNÓN

 (Enterneciéndose.) 

¡Ah!... Proseguid...
DAVID
Imítame, hijo mío,
mira el dolor profundo de este anciano:
tú eres la causa.
AMNÓN
No... Yo reconozco
295
que vos me enternecéis... no seré ingrato.
Heme aquí a vuestras plantas.
 

(Se arroja llorando a los pies de DAVID.)

 
DAVID

 (Levantándolo y abrazándolo.) 

Ya tu padre
logró ablandar tu corazón de mármol.
AMNÓN
Padre mío, piedad: yo me abandono
 

(Llorando en los brazos de DAVID.)

 
en vuestro seno... Al fin corrió mi llanto. 300
DAVID
¡Oh lágrimas preciosas! Ya confío
que al pie del tabernáculo sagrado
ofrecerás al cielo tus angustias
y tu arrepentimiento.
AMNÓN
Decid ¿cuándo?
DAVID
Al nuevo sol serán los sacrificios; 305
tú conmigo vendrás a celebrarlos.
Jerusalén me espera alborozada.
No: dejadme, señor, que retirado
pueda gemir, detesto su recinto,
su vista me recuerda mi pecado. 310
DAVID
Está bien: quedarás en estas tiendas,
y mi oración por ti clamará en tanto.
También con Absalón sabré excusarte.
AMNÓN
¿De qué?
DAVID
De que al banquete preparado
no asistas en su granja. Él solicita 315
festejar hoy en ella a sus hermanos.
AMNÓN

 (Aparte.) 

¡Festejo de Absalón!... Si yo faltara
fuera mayor indicio. A acompañarlos  (A DAVID.)  
iré, señor; pero antes de partirme
a vuestra vista hablarle es necesario.320
DAVID
Joab  (Llamándolo.) . Que venga Absalón a mi presencia.
 

(JOAB sale, y oído el orden se va.)

 
Si tu espíritu  (A AMNÓN.) , Amnón, está agitado,
si recelas que puede los motivos
de tu dolencia sospechar...
AMNÓN
¿Acaso
llegó a saber que yo...
DAVID
Todo lo ignora.
325
AMNÓN
Eso basta a calmar mi sobresalto.


Escena VI

 

DICHOS, ABSALÓN, JOAB.

 
ABSALÓN
Padre, ¿qué me ordenáis?
DAVID
Amnón se presta
al sencillo festejo, destinado
por ti a manifestarme tu respeto.
AMNÓN
A pesar del estado en que me hallo, 330
Absalón, sólo aspiro a complacerte;
iré contigo, iré con mis hermanos.
ABSALÓN
Pueda recompensarte mi desvelo
tu cariño, y dar fin a tus quebrantos.
DAVID
Considera, Absalón, la confianza335
que en este día de tu afecto hago;
mi corazón te llevas en mis hijos.


Escena VII

 

DICHOS, ADONIAS, SALOMÓN por la puerta de Jerusalén.

 
ADONIAS
Absalón, si mi padre te ha otorgado
tu súplica, nosotros ya dispuestos
y prontos a partir contigo estamos. 340
SALOMÓN

  (A DAVID.) 

Y vos también vendréis.
DAVID
No puedo, hijos.
Id vosotros en paz: sólo os encargo
cuidéis de Amnón.
ABSALÓN
Señor, yo con mi vida
de la suya respondo al cielo santo.
DAVID
Él os colme a los dos de bendiciones; 345
y pues está tan próxima a este campo
tu granja, volved antes que la noche
la tierra cubra con su negro manto.

  (A JOAB lo siguiente.)  

Y tú ordena resuene la alabanza
al Señor, mi alegría celebrando. 350
 

(Se entra en el pabellón.)

 
AMNÓN

 (Aparte.) 

Infeliz corazón, ¿qué me predices?
Lejos, lejos de mí temores vanos.
 

(Mientras AMNÓN dice aparte los dos últimos versos, a la seña de JOAB aparece el coro de doncellas y guerreros en la escena. Los hijos de David se van por el foro; JOAB se entra en el pabellón, y el coro queda en la escena, y canta lo siguiente, que sirve de intermedio del acto cuarto al quinto.)

 
CORO

 (Fragmentos del salmo 32.) 

Alegraos, varones justos,
alegraos en el Señor;
que a los justos les conviene 355
dar alabanzas a Dios.
Con la cítara y salterio
himnos entone la voz;
cantad un cántico nuevo,
cantad todos con fervor. 360
UNA VOZ
De su justicia divina
toda la tierra está llena;
mas de piedad nunca ajena
la justicia se encontró.
Con su palabra y doctrina 365
los cielos se han afirmado;
habló, y fue el mundo criado;
mandó, y todo se formo.
OTRA VOZ
Para siempre su decreto
inmutable permanece, 370
y de gente en gente crece,
siempre con fuerza mayor.
Tribute a Dios su respeto
la nación, que a su clemencia
debió, que para su herencia 375
la haya elegido el Señor.
CORO
Siempre, miran sus piedades
al que teme su rigor;
le da aliento en sus peligros,
y en sus urgencias favor. 380
Sobre nosotros se haga
poderoso, eterno Dios,
del modo que firmemente
hemos esperado en vos.