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Los figurones literarios: comedia original en tres actos

María Rosa Gálvez



Personajes
 

 
DON PANUCIO,   erudito.
DOÑA EVARISTA,   su hermana.
DOÑA ISABEL,    hija de doña Evarista.
DON ALBERTO,   hijo de don Panuncio.
DON CILINDRO,    maquinista.
DON EPITAFIO,    anticuario.
EL BARÓN DE LA VENTOLERA,   de moda.
EL LICENCIADO DON ESDRÚJULO,   poeta.
LUCAS,    criado anciano de don Panuncio.
PERSONAS MUDAS.
LOS CRIADOS DE DON PANUNCIO.
 

La escena es en Madrid, en el estudio de la casa de DON PANUNCIO. Habrá en él un telescopio, varios bustos, instrumentos de matemáticas, estantes con libros, mesa con escribanía, un diccionario grande abierto en ella, varias pinturas, mapas desdoblados por el suelo, sillas; todo en el mayor desorden. Una puerta a cada lado, y una ventana a la izquierda.

 




ArribaAbajoActo I


Escena I

 

LUCAS y DON PANUNCIO entran por la derecha, trayendo entre los dos una esfera armilar que conducen con mucho trabajo.

 
DON PANUNCIO
Lucas, hombre, poco a poco;
por Dios mira no te caigas,
porque me harás un destrozo
con la esfera.
LUCAS
Muchas gracias
por la prevención. Por cierto5
 

(Dejan la esfera en el suelo a un lado.)

 
que está muy bien empleada
en este armatoste. Al fin,
según eso, no importaba
que yo cayese, ni que
una pierna me quebrara, 10
como no se malograse
vuestra extravagante alhaja.
DON PANUNCIO
¡Extravagante!, ¿y por qué?
LUCAS
Porque no sirve de nada;
y yo, aunque viejo, procuro15
ser útil en esta casa.
DON PANUNCIO
Por esa misma razón,
conociendo que te faltan
ya las fuerzas animales,
el cuidado te encargaba.20
LUCAS
¡Hola!, ¿y por qué no encargáis
a otros criados que traigan
estos enredos?
DON PANUNCIO
¿No sabes
que toda mi confianza
la tengo en ti, y por lo mismo25
ninguno logra la entrada
en mi estudio sino tú?
Pero, hombre, es cosa muy rara,
que al cabo de tantos años
de servirme no te haya30
civilizado mi ciencia,
ni la de las gentes sabias,
que para lograr mi voto
continuamente me tratan;
y aun te pones enfadado35
cuando oyes las alabanzas
que merecen mis estudios,
y que publica la fama.
LUCAS
La fama... Sí; los tunantes,
que os aplauden cara a cara,40
son la trompeta del juicio,
luego que volvéis la espalda;
y por sus malditas lenguas
todo el mundo se prepara,
no a escuchar vuestros elogios,45
sino a saber vuestras faltas.
DON PANUNCIO
Hombre, si tú no lo entiendes;
si tú no comprehendes nada
de lo que dicen; ni sabes
lo que son ciencias abstractas;50
¿por qué se te ha figurado
que sus aplausos me ultrajan?
Ni era posible cupiese
entre gentes literatas
la ingratitud; ¡mis amigos, 55
los que disfrutan mi casa,
mis bienes y mis talentos,
que son de más importancia,
vulnerarme, adjetivarme,
y con viperina lanza60
carnívora encarnizarse
en mi erudición, y...!
Vaya;
en tomando ese lenguaje
no os entiendo una palabra.
Tiempo perdido.
DON PANUNCIO
Es verdad;
65
se me olvidó que te hablaba.
Ve a traer el caballete
de la pintura, y que nada
quede en el cuarto del norte.
LUCAS
Pues, señor, aquella sala, 70
¿para quién es?
DON PANUNCIO
Para el sexo
femenino.
LUCAS
¡Dios de mi alma!
¿Conque a todas las mujeres
tendremos aquí alojadas?
¡Qué greguería!
DON PANUNCIO
¡Hombre, hombre,
75
la paciencia se me sacaba.
Es el sexo femenino
que tiene concomitancia
conmigo. Son mi sobrina,
que hoy llegará con mi hermana,80
y mi hijo, que ha acabado
sus cursos en Salamanca.
LUCAS
Y se le lucen por cierto
muy bien; puesto que le aguarda
esta tarde en el teatro85
la comedia celebrada
que él compuso, y habéis dado
a que la representaran.
¡Qué contento será el suyo
cuando escuche las palmadas90
y el aplauso general!
Porque no será tan mala
como la que vos hicisteis,
antes que a estudiar marchara
el señorito.
DON PANUNCIO
¿Por dónde
95
sabes tú que yo gastaba
mi tiempo en hacer comedias
entonces? Es bien extraña
la noticia.
LUCAS
Vuestro hijo
me lo contó en confianza;100
ya se ve; como lo he visto
nacer..., y de mejor gana
no se ha reído en su vida,
que leyendo vuestra rara
composición; mas la suya... 105
Cualquiera cosa apostara
a que es muy buena. Tenía
ingenio, tenía gracia
antes de estudiar, y ahora...,
no es nada las alabanzas110
y los gritos con que todos
lo celebrarán.
DON PANUNCIO
Tú calla;
y cuando llegue, cuidado
que no le digas palabra.
LUCAS
¿Pues que no lo sabe?
DON PANUNCIO
No.
115
Quiero le sea más grata
la gloria con la sorpresa.
Vete por el cuadro, marcha;
y si viniese mi amigo
don Epitafio no la hagas 120
esperar.
LUCAS
Voy enterado.
Y con viperina lanza...
 

(Al irse repitiendo aparte, como quien estudia.)

 


Escena II

 

DON PANUNCIO. Después D. EPITAFIO y LUCAS.

 
DON PANUNCIO
Este Lucas con su genio
bondadoso y su cachaza
natural tendrá secreto. 125
Pero si por mi desgracia
no pegase la comedia,
y dice que es mía, me aguardan
mil sátiras, mil insultos,
que fulminarán sin tasa 130
los envidiosos, dejando
mi erudición destrozada.
Es preciso prevenir
a mi hijo. No esperaba
que llegase el mismo día135
en que se va a ver su fama
expuesta por mi comedia.
Pero cuando tengo tantas
pruebas del favor constante
de mis amigos, es vana; 140
mi cobardía; ellos deben
darme del triunfo la palma.
Entonces sabrán que es mía
la composición, y ¡cuántas
aclamaciones y elogios 145
el diario me prepara!
Mas si no gusta...
 

(DON EPITAFIO sale.)

 
DON EPITAFIO
Ya estoy
aquí.
DON PANUNCIO
Cuidado..., esos mapas
no los piséis.
DON EPITAFIO
¡Qué desorden!
DON PANUNCIO
Amigo, toda la casa 150
está revuelta; he tenido
que desocupar las salas
interiores, porque en ellas
pueda alojarse mi hermana,
que hoy llegará con mi hijo155
y mi sobrina.
DON EPITAFIO
Mi amada
Isabel.
DON PANUNCIO
Vuestra Isabel
no sabe que está tratada
su boda, ni que vos sois
su futuro. Pero nada160
hay que temer de una joven
de su juicio y su crianza:
se alegrará, os amará;
aunque es muy jovial, es franca,
y dice aquello que siente165
sin rodeos.
DON EPITAPIO
¡Prenda rara!
 

(LUCAS sale con el caballete.)

 
LUCAS
El caballete.

 (Arrimándolo a un lado.) 

Señor,
ahí han traído una cama
matrimonial, que sin duda
es del tiempo del Rey Vamba.170
DON PANUNCIO
¿Quién la envía?
LUCAS
Según dicen,
don Epitafio la manda.
DON PANUNCIO
Será el tálamo nupcial.
DON EPITAFIO
Cierto.
LUCAS
Pues es bella alhaja.
 

(Se va.)

 
DON PANUNCIO
¡Oh!, cuando vos la mandáis175
sin duda será extremada.
¿Es nueva?
DON EPITAFIO
No.
DON PANUNCIO
Qué apostamos
a que es cosa de un Monarca.
DON EPITAFIO
Sí.
DON PANUNCIO
¿De algún Emperador
180
romano, o de Cleopatra?
DON EPITAFIO
No es tan antigua.
DON PANUNCIO
Lo siento.
DON EPITAFIO
Mas lo siento yo.
DON PANUNCIO
Pues vaya;
Decidme ¿a quién ha servido?
DON EPITAFIO
A la reina Doña Urraca. 185
DON PANUNCIO
No deja de ser ilustre
la fecha, aunque no es tan rancia
como quisierais. ¡Oh!, cuántos
anticuarios la pagaran
a peso de oro.
DON EPITAFIO
Es verdad.
190
DON PANUNCIO
Y decidme en confianza;
¿qué podréis llevar gastado
en lámparas, en medallas,
en instrumentos, en libros
antiguos, y en las estatuas 195
de vuestro museo?
DON EPITAFIO
Poco.
DON PANUNCIO
¿Poco? Pues yo sé que pasa
de dos millones.
DON EPITAFIO
Sin duda.
DON PANUNCIO
Y que vuestra renta alcanza
a cuarenta mil ducados.200
DON EPITAFIO
Para Isabel.
DON PANUNCIO
¡Qué bizarra
expresión! ¡Oh cómo explica
esa elocuente palabra
la dicha de mi sobrina!
Os quedaréis a esperarla, 205
y comeréis con nosotros.
Luego por esa ventana
con cuidado observaremos
cierto cometa, que pasa
incógnito para todos, 210
menos para mí. Acabada
la observación nos iremos
a ver el precioso drama,
que ha compuesto mi hijo Alberto.
Yo cuento con las palmadas 215
vuestras.
DON EPITAFIO
Las daré.
DON PANUNCIO
Pues ahora
que graduar sólo falta
el telescopio. Ayudadme
 

(Entre los dos arriman el telescopio a la ventana.)

 
por favor.
DON EPITAFIO
Allá voy.
 

(Dentro una voz. Ruido dentro.)

 
Para.
DON PANUNCIO
¿Qué ruido es ese?
 

(LUCAS sale.)

 
LUCAS
Señor,
220
que ha llegado vuestra hermana
con su hija y mi querido
don Alberto. ¡Qué gallarda
presencia tiene! Ha crecido
a lo menos media vara. 225
¿No salís a recibirlos?
DON PANUNCIO
Sí, Lucas. A ver...

 (Mirando el telescopio.) 

Ya falta
poco. Apretad

 (A DON EPITAFIO.)  

Oh..., no tanto.

 (Mirando siempre.) 

Así está bien.
LUCAS
¡Qué cachaza
gastáis! Ya no hay para qué,230
pues hasta aquí se adelantan.


Escena III

 

DICHOS, DOÑA EVARISTA. DOÑA ISABEL. DON ALBERTO en traje de camino.

 
DOÑA EVARISTA
Vaya hermano, que te portas;
lo mismo que si llegaran
aquí gentes del Japón
te interesamos.
DON PANUNCIO
Hermana,
235
ya sabes cuánto me ocupan
las ciencias; pero te engañas
en pensar, porque he faltado
a la etiqueta excusada
de recibiros, que dejo 240
de amaros; ven, hijo, abraza

 (Lo abraza.) 

A tu padre. Estás bizarro.
DON ALBERTO
Si mi cariño os agrada,
y el incesante desvelo
con que, para haceros grata 245
mi existencia, he procurado
mi carrera literaria
adelantar, he logrado
todo cuanto deseaba.
DON PANUNCIO
Y tú, sobrina, a mis brazos 250
llega también.

 (La abraza.) 

¡Qué gallarda
vuelves!
DOÑA ISABEL
Yo me alegro, tío,
de agradaros.
DON PANUNCIO
La muchacha

  (A DOÑA EVARISTA.)  

es preciosa.
DOÑA EVARISTA
¡Oh!, en tu vida
has dicho cosa más sabia. 255
Tu hijo Alberto es bello mozo;
pero te llevo ventaja
en mi descendencia.
DON EPITAFIO
Cierto.
DOÑA ISABEL
Hola; conserváis la maña
de hablar a la inglesa.
DON PANUNCIO
Y tú
260
de ser tan atolondrada.
DOÑA ISABEL
Pues sería muy gracioso,
que en mi juventud pensara
en soltar de cuando en cuando
solamente una palabra.265
Como no tengo museo,
ni tengo entre las medallas
del señor don Epitafio
mi alegría sepultada,
digo lo que se me ocurre, 270
claro.
LUCAS
Que viva mi ama.
DOÑA ISABEL
Oh Lucas, ya sabes tú
que la ciencia que me encanta
es tu bondad.
LUCAS
Como a mí
vuestra franqueza me agrada. 275
DON ALBERTO
Lucas; ¿te olvidas de mí?
LUCAS
No, señor; antes pensaba

 (Abrazándolo.) 

que os hubieseis olvidado
de cuánto Lucas os ama.
DOÑA EVARISTA
Panuncio, hace mucho tiempo280
que no he sabido palabra
de la actual situación
política. ¿Cómo andan
los Gabinetes? ¿cuál tiene
en su mano la balanza 285
de la Europa? ¿Qué potencia
en su giro al orbe arrastra?
¿No tienes los monitores?
DON PANUNCIO
No, Evarista.
DOÑA EVARISTA
¡Qué insensata
cabeza! ¡Qué estupidez 290
tan imbécil! ¿Y te alabas
de erudito, sin saber
el estado en que se hallan
las poderosas naciones
beligerantes?
LUCAS
Ya escampa,
295

 (Aparte.) 

Y llueven piedras de a puño.
DOÑA EVARISTA
Lucas, manda que me traigan
los papeles extranjeros
al instante.
LUCAS
En una caja
con moños que os ha enviado 300
la modista, y que guardada
tengo allá dentro, haya algunos
monitores, que levantan
y envuelven los perifollos
con mucho primor.
DOÑA EVARISTA
¿Me engañas?
305
LUCAS
¿Yo engañaros...?
DOÑA EVARISTA
Voy a ver
si es verdad.
 

(Se va.)

 
DON PANUNCIO
Acompañadla,
don Epitafio y entretanto
que yo voy. El contemplarla
es preciso; ya sabéis 310
lo tratado, y que vos...
DON EPITAFIO
Basta.
 

(Se va.)

 
LUCAS
Yo voy a mandar que compren
las gacetas que hagan falta.
 

(Se va.)

 


Escena IV

 

DON PANUNCIO. DOÑA ISABEL. DON ALBERTO.

 
DOÑA ISABEL
El tiempo que hemos estado
fuera de la corte, nada 315
tanto ha sentido mi madre
como que no la mandaran
noticias.
DON PANUNCIO
Sí; es su manía
favorita. No la agrada
el estudio de las ciencias, 320
como a mí. Pero, hijo, vaya
dime, ¿qué has adelantado?
¿A qué tienes dedicada
tu imaginación?
DON ALBERTO
Apenas
me atrevo, padre, a fijarla 325

 (Mirando a ISABEL, para que conozca que habla por ella.) 

según deseo. En provincia
pocos objetos me agradan;
pero a vuestro lado espero
distinguirme; vuestra casa
es el templo del buen gusto 330

 (Como antes.) 

y el asilo de las gracias.
DOÑA ISABEL
No se explica mal.

 (A DON PANUNCIO.) 

DON PANUNCIO
Se anuncia
con la mayor elegancia.
Es el poeta que nace;
ya verás como te ensalzas 335

 (A ALBERTO.) 

con mis luces.
DON ALBERTO
Hoy empiezo
A vivir;

 (Todo esto mirando a ISABEL, para que entienda ser por ella por quien lo dice.) 

siento exaltadas
mis potencias por un fuego
sobrenatural.
DON PANUNCIO
Me encantas
con tu entusiasmo.
DOÑA ISABEL
¿No veis
340

 (Con afecto, para que ALBERTO lo entienda.) 

Que naturaleza habla
por su boca?
DON ALBERTO
Cierto.
DON PANUNCIO
Hijo,
tanto mejor. Pero acaba
de explicarte claramente.
¿Desde cuando, di, te hallas 345
penetrado de ese fuego
divino?
DON ALBERTO
Padre..., mi amada
prima sube que hasta verla
no lo sentí. La esperanza
nació en mi pecho a su vista. 350
DON PANUNCIO
Hola; y ¿de qué?
DOÑA ISABEL
¿No está clara
la consecuencia? De que
sus estudios se acababan,
puesto que íbamos por él
mi madre y yo; y que lograba355
con volver a vuestro lado
todo cuanto deseaba.
DON PANUNCIO
Eso es otra cosa; ahora
lo entiendo. En tu edad temprana

  (A ALBERTO.) 

puedes recibir el germen360
de mis instrucciones varias.
El orbe espera de ti
un taumaturgo. No vayas
a consultar a ninguno
en materias literarias, 365
ni en artes y ciencias. Sólo
hay una persona sabia
que puede fertilizarte.
DON ALBERTO
¿Y quién es?
DON PANUNCIO
Yo.

 (Con gravedad.) 

DOÑA ISABEL
¿Lo ignorabas?

  (A ALBERTO.) 

Mi tío es el criticastro 370
mayor de toda la España.
DON PANUNCIO
Sin ponderación.
DOÑA ISABEL
A veces
el público no se halla
de su parecer; le niega
las opiniones más claras; 375
dice, perdiendo el respeto
a su ciencia y a sus canas,
que es un estúpido, un tonto...
DON PANUNCIO
Sobrina ¿qué es lo que hablas?
DOÑA ISABEL
Lo que dicen todos. Yo 380
nada pongo de mi casa.
DON PANUNCIO
Pero es que son unos brutos
todos.
DOÑA ISABEL
Y ¿quién os negará
esa verdad? Sí, señor;
no conocen las ventajas 385
que tenéis sobre los otros
animales. Os ultrajan...
Y qué ¿os habéis enfadado

 (A su tío con caricia.) 

por lo que he dicho?
DON PANUNCIO
Si aguardas
a explicarte...
DOÑA ISABEL
Un poco tarde;
390
es verdad.


Escena V

 

DICHOS y LUCAS.

 
LUCAS
Dice mi ama
que a vos  (A DON PANUNCIO.)  y a la señorita
os espera sin tardanza
en su cuarto.
DON PANUNCIO
Vamos pronto.
A mí ya se me olvidaba 395
que le habrá don Epitafio
dicho cómo está tratada
su boda.
DOÑA ISABEL
¿Con quién?
DON PANUNCIO
Contigo.
DON ALBERTO
¡Cielos!

 (Aparte.) 

DOÑA ISABEL
¿De veras?

 (Sonriéndose.) 

¡Qué extraña
idea!
DON PANUNCIO
¿De qué te ríes?
400
DOÑA ISABEL
De una friolera; de nada.
Vamos; si ya me figuro
me he convertido en estatua
para adornar el museo
de don Epitafio.
DON PANUNCIO
Calla
405
burlona.
DOÑA ISABEL
Mi pobre Alberto

 (Aparte.) 

Sí que ha puesto mala cara.
 

(Se va.)

 
DON PANUNCIO
Hijo, si viniese alguno
de mis amigos, y te habla
de una comedia, cuidado, 410
que no respondas palabra,
hasta que yo te prevenga
sobre el asunto.
DON ALBERTO
¡Qué ansia!

 (Aparte.) 

Voy a disponerlo todo
con acuerdo de mi hermana. 415
 

(Se va.)

 


Escena VI

 

DON ALBERTO. LUCAS.

 
LUCAS
Señorito..., a la otra puerta.
Señorito.
 

(ALBERTO hace un extremo de dolor, y le da en la cara.)

 
DON ALBERTO
¡Oh qué inhumana
situación! Oh Lucas mío,
mi querido Lucas.
LUCAS
Vaya;
requebradme bien, después420
que tengo desconcertadas
media docena de muelas.
DON ALBERTO
Yo no sé lo que me pasa.

 (Paseándose.) 

LUCAS
Ya lo veo.
DON ALBERTO
Yo estoy loco.
LUCAS
Testigos son mis quijadas. 425
DON ALBERTO
Casarse Isabel con otro
a mi vista..., ver burladas
mis finezas, mis deseos,
y sobre todo la ingrata
celebrar con alegría 430
la noticia que me mata.
LUCAS
¿Conque estáis enamorado
de vuestra prima?
DON ALBERTO
Y con tanta
vehemencia...
LUCAS
Sí, señor;
y yo soy el que lo paga. 435
DON ALBERTO
¡Ay Lucas!
LUCAS
¡Pobre muchacho!
Yo siento vuestra desgracia,
y no extraño el mojicón
que me habéis dado de marca
mayor. Pero discurramos. 440
Bien sabéis que es rematada
doña Evarista en manías;
que es política y avara;
por eso don Epitafio
la dio por su parte flaca, 445
enseñándola una lista,
por no hablar, en donde estaban
sus riquezas y sus rentas
con distinción señaladas.
Después, como la señora 450
estuvo una vez en Francia
en su mocedad, conserva
de viajar muy linda gana,
y ha tratado con el yerno
futuro pasar al Asia, 455
y visitar las minas
de la Siria. Yo escuchaba
su conversación en tanto
que las gacetas buscaba.
DON ALBERTO
¿Conque consintió mi tía460
en la boda? ¡Oh suerte infausta!
LUCAS
De manera... Ya se ve...
Después que esté efectuada
se embarcan en el canal
y de este modo por agua 465
van hasta el Cairo; allí toman
una berlina tirada
por seis camellos los novios,
para atravesar las playas
del desierto; mas la tía 470
quiere una litera.
DON ALBERTO
¿Qué hablas,
Lucas?
LUCAS
Lo que ellos decían;
y que estarán convidadas
hoy a comer todas estas
sabandijas literarias, 475
que adulan a mi señor
para darles parte.
DON ALBERTO
Calla:
no mi desesperación
burles. ¡Isabel casada
con un necio, con un bruto! 480
LUCAS
Con una momia en substancia
andariega... Mas veamos
si está tan de mala data
la cosa como pensáis.
Quizá que no; vuestra fama, 485
si sale bien la comedia
de esta tarde, puede que haga
impresión en vuestra tía;
y si podéis regalarla
con el producto que os den 490
alguna preciosa alhaja,
o libros, o eso..., la llave
del gabinete que llaman;
entonces...
DON ALBERTO
¿Qué es lo que dices?
LUCAS
¡Ah!, sí; no, no digo nada. 495
Cáspita, que mi secreto

 (Aparte.) 

sin pensar se me escapaba.
Ánimo; ya sabréis pronto...

 (A él.) 

Con el tiempo..., sí..., mañana
o esta noche... No; más vale 500
callar.

 (Aparte.) 

DON ALBERTO
¡Oh!, cuánto me cansan
tus misterios.
LUCAS
Si es preciso.


Escena VII

 

DICHOS. DON CILINDRO con dos CRIADOS, que traen un cajón con vidrios en los costados.

 
DON CILINDRO
Entrad.

 (A los CRIADOS.) 

¡Oh!, qué complicada
del científico aparato
se encuentra toda la estancia. 505

 (Reparando en el desorden del estudio.) 

En este ángulo está bien.
Id con Dios.
 

(Se van los CRIADOS.)

 
DON ALBERTO
¡Qué extraordinaria
figura!

 (A LUCAS aparte.) 

Lucas, ¿quién es?
LUCAS
Un maquinista.

 (A ALBERTO aparte.) 

Se llama
don Cilindro, muy amigo 510
de vuestro padre; este trata
el castellano lo mismo
que la ciencia maquinaria.
DON CILINDRO
¿Conque sois vos el producto

 (A ALBERTO.) 

que tenía en Salamanca515
don Panuncio? Me agradáis.
De las máquinas humanas
que he visto, otra más completa
que la vuestra no se halla.
DON ALBERTO
Me favorecéis.
CILINDRO
Ahora
520
no tendréis simplificadas
las ideas, ni corriente
la péndola imaginaria.
Pero en viendo los prodigios
a que tengo destinadas 525
mis potencias, y los muelles
que mi entendimiento alcanza
seréis discípulo mío.
LUCAS
Puede ser; que no le faltan
tampoco a mi señorito 530
sus máquinas reservadas.
DON ALBERTO
Ojalá, según deseo,
a su perfección llegaran.
DON CILINDRO
Oh, con el tiempo. Un reloj
sin darle cuerda no anda, 535
y después de su periodo,
si no se la dan, se para.
LUCAS
Así, hablaba Pedro Grullo.

 (Aparte.) 

DON CILINDRO
Yo tengo ya adelantada
esta ciencia hasta los grados 540
de la invención. Ved qué rara
pieza es este cajoncito.
Después de comer, pasmada
quedará vuestra atención,
mirando por las ventanas 545
que tiene para asomarse
a su obscuro centro...
LUCAS
¡Calla!
Ventanas para asomarse.
DON CILINDRO
Sí, señor; veréis qué extrañas
autómatas cooperan 550
en su cóncavo, que andan
de aquí para allí.
DON ALBERTO
Decidme,
¿cómo esta invención se llama?
LUCAS
Linterna mágica.
DON CILINDRO
Hombre,
máquinas de esta importancia 555
no tienen nombres comunes,
ni se ven, como otras varias,
con antorchas: sólo febo
es quien puede iluminarlas
desde su zenit; linterna 560
energúmena.
LUCAS
¡Caramba!

 (Separándose de ella.) 

No vuelvo a acercarme a ella,
ni a seis leguas de distancia.
 

(Se va.)

 
DON CILINDRO
¡Qué inteligencia animal
tan mohosa de ignorancia 565
tiene este fámulo! Y bien,
referidme en confianza.
¿La comedia de esta tarde
es de resortes? ¿Se andan
los actores por los aires, 570
colgados como banastas,
o salen, como las furias,
a torno por las entrañas
de un escotillón?
DON ALBERTO
No sé,
ni cuál es, ni cómo tratan 575
hacerla.
DON CILINDRO
¿Qué? ¿Secreticos?
Reservadillo; me agradan
los muchachos con sordina.
Voy a ver adónde para
don Panuncio; él me dirá 580
cómo han de representarla.
 

(Se va.)

 


Escena VIII

 

ALBERTO. Después EL BARÓN.

 
DON ALBERTO
Si en mi pecho los recelos
y el amor no batallaran,
de diversión me sirviera
de este hombre la extravagancia. 585
Mucho me ha dicho Isabel
de los necios que adulaban
a mi padre; ¿y podré verla
con uno de ellos casada?
Primero...
 

(EL BARÓN sale.)

 
EL BARÓN
A Dios, joven hombre.
590
¿Conque eres tú a quien se trata
de proteger en la escena?
DON ALBERTO
La marcialidad me encanta.
¿Quién sois?, que yo no os conozco.
EL BARÓN
¡Oh buen Dios!, y qué ignorancia 595
tan pitoyable. El Barón
de la Ventolera; el alma
de la sociedad; el duende
de nuestras pequeñas damas.
DON ALBERTO
¡Bellos títulos!
EL BARÓN
Me dicen,
600
que conspiran con cabalas
para silbarte tu pieza;
para que sea estranglada
al primer acto. Canciones;
yo la protejo; te basta. 605
Monsieur tu padre me implora;
sabe quién soy; él me agrada;
él tiene fortuna; él es
de la escuela galicana;
Rien de plus. Sabe que soy 610
el director de las damas;
nada de más. Ve que tengo
del buen gusto la privanza;
nada de más. Es crítico;
Rien de plus hermoso, nada. 615
DON ALBERTO
¡Qué tarabilla! Este hombre

 (Aparte.) 

está loco.
EL BARÓN
Me son gratas
las distinciones amables;
si vieras..., esta mañana
vi a la presidenta; entré620
en su maison; y bajaba
la escalera, conduciendo,
a su perrita de faldas
en brazos; yo la saludo,
y digo con elegancia: 625
«oh madama, vuestra perra
está amarilla.» Se para,
y riendo me responde:
«Monsieur, pues si ha estado mala.»
¡Oh!, toda la compañía630
me celebra a carcajadas,
de envidia. Es público esto.
Ellos no tendrán la osada
intención de ser ahora
contra ti; te doy palabra; 635
te protejo; rien de plus.
Con eso quedan truncadas
esas polizonerías
de la plebe literaria.
DON ALBERTO
No os entiendo.
EL BARÓN
Ya yo sé
640
que tú por silencio callas;
mas no será original
tu pieza; sino una rara
traducción. Las traducciones
todos beaucoup, mucho, alaban, 645
aunque sea el original
detestable, aunque estén mancas
de los pies, aunque estén cojas
de una mano; aunque no haya
cabeza en ellas; aunque 650
sean ellas de moral mala,
inverosímiles; bueno:
son traducciones, pues basta.
Rien de plus.
DON ALBERTO
Sí; rien de plus,
para que esté trastornada 655
mi cabeza de escucharos.
EL BARÓN
¿No se enseña en Salamanca
el francés? Pero à propos
de traducción. ¿La palabra
Parler es en español 660
hablar?, ¡Oh!, tengo olvidada
nuestra miserable lengua.
Veré si puedo truvarla
en el diccionario.

 (Se pone a ojear el libro grande que está sobre la mesa.) 



Escena IX

 

DICHOS. DON ESDRÚJULO.

 
DON ESDRÚJULO
Apolo
os dé salud, después gracia, 665
y os inspire el sacro fuego
de las doctas nueve hermanas.
¿Conque sois mi compañero
dramático?

 (A ALBERTO.) 

¡Qué arriesgada
carrera habéis elegido, 670
qué peliaguda, y qué agria!
DON ALBERTO
Pero ¿qué decís? ¿Quién sois?
DON ESDRÚJULO
El que calléis no me espanta;
pero el no saber quién soy
es necedad demasiada. 675
¿No habéis oído mi lira?
¿No sabéis cómo me llaman
don Esdrújulo, el poeta
de más resonante fama?
EL BARÓN
Y mi protegido en calles, 680
estrados, cafés y plaza.
Parler...,

 (Mirando el diccionario.) 

pues sí, con efecto
es hablar. ¿Quién lo pensara?
DON ESDRÚJULO
He sido compositor
dramático, y estudiaba 685
el gusto del pueblo; entonces
hice comedias de magia,
y en todos los desenlaces
venía el diablo, y cargaba
con los actores; en otras 690
de mejor gusto llegaban
los héroes hasta el cadalso;
y desde allí se escapaban
sin saber cuándo ni cómo;
los mantenía en la trama 695
invisibles, aunque todos
los demás los rodeaban;
y después les concedían
el perdón sin otra causa,
que acabarse la función 700
porque me daba la gana.
EL BARÓN
Eran lances sorprendentes.
DON ALBERTO
Yo no sé lo que me pasa

 (Aparte.) 

Con estos hombres.
DON ESDRÚJULO
Ahora
que don Panuncio me encarga 705
componga el epitalamio,
para la boda tratada
de doña Isabel, me ocurre
una idea extraordinaria;
un pensamiento... Escuchadlo. 710
La primavera se casa
con el invierno. ¿Qué tal?
EL BARÓN
Por la ancianidad que vanta
don Epitafio, es muy bello.
DON ALBERTO
Como el estío se halla 715
después de la primavera,
y el sol con ardiente llama,
coronándolo de espigas,
anima sus esperanzas,
no dejará a las siguientes720
estaciones la ventaja
de gozar la primavera
teniéndola más cercana.
EL BARÓN
¡Oh, qué hermosa tornadura
hiperbólica!
DON ESDRÚJULO
Me aplasta
725
el numen vuestro discurso.


Escena X

 

DICHOS. DOÑA ISABEL. DON CILINDRO y DON EPITAFIO.

 
DOÑA ISABEL
Señores, en la otra sala
mi madre y mi tío esperan
para comer.
DON ESDRÚJULO
La gallarda
Hebe nos convida. Vamos. 730
DON CILINDRO
En ella está vinculada
la electricidad que anima
naturaleza: ella arrastra
en torno la frotación
de los átomos, y es basa 735
y recipiente de amor.
DOÑA ISABEL
Bravo, don Cilindro; gracias.
Y vos taciturno amante,

  (A DON EPITAFIO.)  

¿qué decís en mi alabanza?
DON EPITAFIO
Que sois la Dido de Eneas.740
DOÑA ISABEL
¡Oh qué beldad tan anciana!
EL BARÓN
Ellos no saben tampoco
comparar con elegancia
y precisión; vos sois bella
como la Elena troyana. 745
DOÑA ISABEL
Dicen que fue muy hermosa;
pero, Barón, no me agrada
mucho la comparación:
pues fue por ella arruinada
Troya, y por ella murieron 750
muchos héroes de su patria.
DON ALBERTO
Prima,

 (Con intención.) 

todas las mujeres,
que a su amor primero faltan,
como Elena deberían,
cual Troya, ser abrasadas. 755
LOS CUATRO FIGURONES
Bravísimo.
DOÑA ISABEL
Es muy agudo
mi primo,

 (Con ironía.) 

¿es verdad?
DON ALBERTO
¡Qué falsa!

 (Aparte.) 

EL BARÓN
Nada de más.
DOÑA ISABEL
Caballeros,
id delante.
EL BARÓN
Bien, madama.
 

(Se van los cuatro figurones haciéndose cumplimientos para entrar.)

 
DOÑA ISABEL
En acabando el convite 760
en este estudio me aguarda,
y hablaremos.
DON ALBERTO
Si consientes
mi muerte ¿por qué me llamas?
DOÑA ISABEL
Alberto, nada remedian
mal humor y mala cara; 765
pero todo lo consiguen
ingenio, amor y constancia.
 

(Se van.)

 



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