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45-13. Algunos ejemplares de A: u tus. (N. del E.)

 

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45-18. Uno de los protagonistas de la obra disparatada, titulada: Espejo de Príncipes y Caualleros en el qual se cuentan los inmortales hechos del Cauallero del Febo y de su hermano Rosicler, hijos del grande Emperador Trebacio..., por Diego Ortúñez de Calahorra, natural de la ciudad de Nágera, Zaragoza, 1562; es la primera parte que consta de tres libros; una segunda parte, escrita por Pedro de la Sierra, se publicó en Alcalá, en 1580 (1581). Nicolás Antonio y Pellicer citan una edición de Zaragoza, de 1580. La Tercera y quarta parte, compuesta por Marcos Martínez, es de Alcalá, 1589; otra edición de estas partes, Zaragoza, 1623. Pellicer vio también un manuscrito con el libro primero de la quinta parte (su Don Quijote, I, capítulo 6). Consúltese H. Thomas: op. cit., 119 y siguientes, y Gayangos: Libros de Caballerías, B. A. E., XL, página LXXIV del Catálogo. En el Mus. Brit. se custodian la Primera parte, Medina, 1583, y la Segunda parte, Valladolid, 1586. (N. del E.)

 

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46-1. B, C, Br: y la. (N. del E.)

 

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46-11. No parece probable que Cervantes haya escogido a propósito un nombre tan obscuro y desconocido que, a pesar de las pesquisas de varias generaciones de eruditos, nadie haya dado todavía con la historia en la cual se esconde el misterioso Solisdán. Para P. Groussac: Une Enigme littéraire: le D. Quichotte d'Avellaneda, París, 1903, página 149, Solisdán sería anagrama de Lassindo (y sólo con ss), nombre escuderil que se halla en el Amadís. Pero este proceder parece forzado y nada convincente, tratándose de un solo caso de anagramas. El único nombre, que yo sepa, algo parecido a Solisdán, que ocurre en el Amadís, es Solinan, caballero del séquito de Lisuarte. Por tanto, no quedan más que dos soluciones lógicas: la una, de Clemencín, que lo considera invención del propio Cervantes; la otra, que es errata tipográfica. En tal caso, el nombre pudo ser Solimán, si se admite la posibilidad de que el cajista pudo leer sd por la m del manuscrito. Un Solimán (1495-1566) figura en las historias de Carlos V, y no ha de extrañarse el que Cervantes se sirviese de dicho monarca en estos elogios preliminares, porque, dice en el Prólogo, que después de hacer él mismo los versos, se pudieran ahijar al Preste Juan de las Indias o al Emperador de Trapisonda, y lo fue Solimán. (Véase La Carolea, nota 106-15.) (N. del E.)

 

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46-17. B, C, Br: hombre. (N. del E.)

 

106

46-26. C: alcahuete. (N. del E.)

 

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47-1. A: Dialago. (N. del E.)

 

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47-20. Después de los versos preliminares hay en Br un Privilegio dado por el Consejo de Bruselas a Rutger Velpius por seis años, fechado a 7 de marzo de 1607 y subsignado por el licenciado Francisco Murcia de la Llana. (N. del E.)

 

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49-1. Cervantes dividió el libro conocido hoy por el título de «Primera Parte del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha» en cuatro partes: la primera comprende los capítulos 1-8; la segunda, 9-14; la tercera, 15-27; la cuarta, 28-52. Tal división deja suponer que Cervantes no había pensado todavía en la verdadera «Segunda Parte». (N. del E.)

 

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49-12. olla: Cov. Tesoro: «en algunas casas se haze olla solamente al mediodía, y a la noche passan con una ensalada y fruta».

De Lope de Vega se pueden sacar varias alusiones a la olla:

JUAN
Tras aquesto se apercibe
(el rey, Señor, me perdone)
una olla...
EL REY
¿Qué tiene?
JUAN
Vaca y carnero
y una gallina.
EL REY
Y ¿no más?
JUAN
De un pernil (porque jamás
dejan de sacar primero
esto), verdura y chorizo,
lo sazonado os alabo.

(El Villano en su rincón, II, escena 11.)                


FAQUÍN
Me conformo con la olla.
Píntame el alma que tiene...
BATO
Buen carnero y vaca gorda,
la gallina que dormía
junto al gallo, más sabrosa
que las demás, según dicen.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Tiene una famosa liebre...
tiene un pernil de tocino...
dos varas de longaniza...
un chorizo y dos palomas...
ajos, garbanzos, cebollas
tiene y otras zarandajas.

(El Hijo de los Leones, II, 7.)                


Véase también La Dorotea, edición Castro, V, II, página 251; Ángel Muro: Diccionario general de Cocina, Madrid, 1892, II, 546. (N. del E.)